Consecuencias sangrientas
Donnovan:
Habíamos llegado al fin de un martirio casi interminable de ir de compras por media Italia con la rubia Francesa que hablaba como una urraca.
Nunca se callaba.
Estaba acostumbrado a ser nada más el chófer silencioso, que no entablaba conversación con sus pasajeros y eso que mi función principal era ser el escolta personal de Alma.
Dicha que aparentemente desde ese último día juntos, había decidido poner distancia entre ambos sin darme razón de su paradero.
Siempre respondía las preguntas de su estancia con evasivas.
Por suerte me había encargado del irlandés ese o sino comenzaría a tener sospechas.
Mientras por otro lado lo único bueno de toda la conversación unilateral con la supuesta amiga de Alma, entre todos sus reproches por estar en una situación similar o peor a la mía, en cuanto a comunicación con Alma, porque en su lugar ni siquiera le atendía el teléfono.
Y al parecer eso a la rubia la irritaba.
Pero en cuanto supo que iba estar de vuelta en la mansión, dejó su rutina tediosa de compras para nuevos atuendos reveladores para sus chicas.
Que por naturaleza no pude más que fantasear con Alma en uno de esos atuendos de lencería tan apretados en los lugares correctos.
Por lo cual tuve que apartar esos pensamientos antes de que hubiera una reacción fuera de lugar.
Luego que la rubia interrumpiera sus compras.
Como milagro divino.
Fui el encargado de cargar todas esas chucherías hasta el auto y llegado a la mansión sacarlas, porque la rubia irritable insistía en que debía enseñarle unas cosas a Alma.
Ojalá se quedará con ese conjunto de encaje negro, para uno de nuestros encuentros.
En fin, en cuanto dimos un paso en el interior de dicha mansión, la atmósfera de incomodidad me infundió al notar como la mayoría de la servidumbre para no decir que toda.
Esta como de piedra con sus rostros llenos de angustia hasta de completa indiferente pero algo inquietos.
- ¿Que suc...?- intento preguntar la rubia.
Pero la voz de un hombre enojado casi imperceptibles tomo la atención de todos.
Mire como una sirvienta de avanzada edad se persignaba y besaba la cruz de su cuello mientras murmuraba algo negando angustiada su cabeza.
- Por favor Dios protegela- imploro en el único susurro medio entendible.
Otra vez los murmullos en alta voz de un hombre lleno de ira se volvió a escuchar en el recinto esta vez con un poco de claridad y puede reconocer la voz galloza de Luigi diciendo groserias y no me hizo falta más de un segundo para unir los cabos.
Alma.
No de nuevo.
La sangre comenzó a hervir por todo mi cuerpo mientras deje caer las bolsas y apreté mis puños con fuerza.
Se escuchó una voz femenina inundar ahora el recinto y aquello pareció alertar también a la rubia previamente confundida por la situación extraña que tenían los sirvientes.
Sin previa coordinación ambos luego de cruzar una fugaz mirada corrimos escaleras arriba para detener a ese cabron que ahora sí que iba a comenzar a rezar por el rumbo de su espíritu hacia infierno.
Maldita servidumbre.
Ninguno era lo suficientemente valiente para detener el maldito maltrato que su jefa real estaba recibiendo.
Llegamos a la puerta y luego de que la francesa verificará que estaba con tranca le dije con una mirada que se apartará y di una fuerte patada a la puerta haciendo que se abriera.
- ¡Sueltala!- grite haciendo que el maldito abusador volteara a vernos.
Más rabia lleno al ver como el tenía el puño dispuesto a pegarle a el rostro ya herido de Alma que ya hacía en el suelo con una expresión adolorida pero sin un gramo de terror.
- ¡Llévatela!- ordené sin apartar la vista del próximo ser despreciable que dejaría la tierra.
La rubia atendió la orden y entró corriendo a socorrer a Alma en cuanto Luigi se separó de ella.
Cruce una leve mirada con Alma de la cual solo pude diferenciar lo pasmada que estaba de mi presencia.
Alma paso a un lado de mi apoyada en Elodie sin apartar la vista de mi, pero mi cuerpo estaba tan tenso por la ira contenida que no siquiera pude voltear a ver cuándo se fueron por completo.
Que ni siquiera prestaba atención a lo que la rubia le estaba diciendo con un semblante preocupado.
Lo que más quería era acompañarla y asegurarme de que estuviera bien.
Pero tenía que darle a este desgraciado lo que se merecía.
- ¿Ahora que? Se supone que tú defenderas el honor inexistente de tu jefa- soltó condescendiente el italiano frente a mí con su cara ensangrentada.
Al parecer Alma no se había ido sin dar pelea.
Ese pensamiento me hizo torcer la boca a un lado en media sonrisa, orgulloso de su valor.
Pero el agresor frente a mí debía pagar su factura.
Apreté los puños a cada lado de mi listo para atacar en cualquier instante.
- Pues reconozco tu valentía para ponerte en lugar de tu jefa, pero vamos a ver qué tan resistente eres-
Levantó su dedo en señal de espera mientras bebía alcohol de un vaso roto.
Y fue ahí donde me dije porque carajos me estaba reteniendo de darle su merecido y caminé hasta el agarrándole el cuello de la camisa y propinandole el primer golpe en su asquerosa cara haciendo que el vaso de vidrio se cayera al piso junto con él.
- Vaya tienes un buen derechazo- soltó sorprendido sosteniéndose la quijada algo adolorido.
Acto seguido intento golpearme unas cuantas veces pero yo las esquivaba con rapidez propinandole un fuerte golpe en respuesta.
La lucha nos había hecho terminar de tropezarnos sobre el escritorio donde él muy 'valientemente" tomo un abrecartas y comenzó a amenazarme con él.
Estaba tan acabado que no tenia otra alternativa que usar objetos punzocortantes para tratar de ganarme.
- ¿Así que supongo que tu debes ser quien se ha estado tirando a mi esposa?- soltó incredulo mirándome con desdén apuntndome con el abrecartas- Que bajo a caído la jefa de la mafia con el chófer - bufó apesar de se le notaba haber quedado atontado del golpe que le propine rápidamente.
Pero el comenzó a tratar de apuñarlar sin éxito de no ser por unas cuantas cortadas en las manos por bloquear el paso para que lo lograra.
- Solo buscaba lo que tú nunca le darías- respondí haciendo que frunciera el ceño- Un hombre, no un cobarde que cree que por golpear a su mujer ya va a ser superior a ella, porque- bufe- Seamos sinceros, por más que intentes apagar con golpes y maltratos la inteligencia de Alma nunca podrás dejar de ser inferior a ella, ella es excepcional y tú solo un cobarde que ni siquiera le llega a la planta de los pies-
Aquello lo hizo enojar por los que intento apuñalarme de nuevo.
- Al parecer ya te ha contaminado bastante el cerebro, con su pequeño coño, para no ver la puta que es en realidad- soltó con desprecio.
- No voy a permitir que te dirijas así de ella- gruñi tomándolo del cuello de la camisa.
Había agotado su límite de defensa en una maniobra de mis años de entrenamiento en Rusia logré romperle una pierna mientras le daba un puñetazo en la cara y con ello provoque que cayera al suelo.
Donde me subí para darle golpe tras golpe.
Recordaba cada cicatriz, golpe, cardenal y lágrimas que había visto en el rostro de Alma debido a este estúpido que estaba golpeando sin un gramo de compasión haciéndole sentir todo lo que él le había provocado a ella.
Mi camisa estaba salpicada de su asquerosa sangre y mis nudillos ya estaban adormecidos de cualquier dolor debido al choque de mis puños contra su cara.
Pero no podía determe al recordar como el había sido el único causante de que tantas veces Alma se alejara de mi, para que no la viera vulnerable por las cosas atroces que él le hacía.
Se avergonzaba de si misma y me apartaba por ello.
Y eso jamás lo perdonaría de esta basura humana.
La alfombra debajo de él comenzaba a teñirse de su sangre y estaba totalmente dispuesto a matarlo en ese mismo instante aunque fuera con solo mis propias manos.
Esperaba que ya por lo menos estuviera inconsciente hasta que sentí cierto dolor a un lado del abdomen por lo que voltee a ver y encontré el vaso quebrado incrustado a un lado comenzando a teñir de rojo mi camisa blanca.
Apreté los dientes y deje salir un gruñido de furia sin dejar de golpearlo pero el solo sonreía como el idiota que era.
Él ya estaba acabado en cuanto llegue aquí.
Continúe golpeándolo apesar que mi sangre también comenzaba a correr por mi camisa y pantalón.
Hasta que en un giro inesperado él hizo una llave con sus pies rodeando mi cuello con sus piernas obstruyendo el oxígeno a mis pulmones.
- Como disfrutaba cada vez que podía violarla ese coño pequeño y dispuesto completamente para mí y apesar de que ella pusiera resistencia sabía que también lo disfrutaba - susurro a mi oído mientras cambio su agarre de piernas en mi cuello por un cordel de una de las cortinas.
Intentaba buscar a tientas algo filoso que lo hiciera soltarme pero el oxígeno era cada vez menos en mis pulmones lo que me hacía comenzar a ver borroso.
Por lo que no tuve más opción que sacar el vaso incrustado en mi abdomen y meterlo con fuerza en su pierna a lo que soltó un grito desgarrador.
Comenzamos a forcejear para poder soltar el cordel con el que me estaba estrangulando.
Hasta que producto de esa rabia uso mi vieja lesión de la bala para lastimarme y luego de un par de de codazos proporcionados sentí como mi brazo fue dislocado brutalmente he hice una mueca de dolor.
Lo que empeoró la situación ya que no podía ver nada fuera de otro color que no fuera rojo así de ira.
Así que lo tome de su pierna lastimada y gire el vaso hundiendolo más en su pierna a lo que hizo una mueca de dolor.
Mientras con un trozo de vidrio le traspase la mano derecha asegurándome que no tocaría más Alma por mucho tiempo.
- ¡Seguridad!- grito a todo pulmón en busca de ayuda.
Cobarde.
Caso que me lleno de indignación fue que al poco tiempo llegaron un par de escoltas armados apuntando los puntos rojos de sus armas hacia mí.
Maldita hipocresía, que mientras maltrataban a su verdadera jefa se habían dignado a aparecer hasta que le estaba dando lo que merecía a este idiota.
Podía dejar que me matasen en el acto en el que daba muerte al Italiano despreciable frente a mí quebrándole el cuello en una abrir y cerrar de ojos.
Pero no podía dejar a Alma sola, en especial ahora que sabía que está escoria sabía de su aventura conmigo.
Así que cedi poniendo las manos tras mi nuca y vi como Luigi sonría victorioso mostrando todos sus dientes en una sonrisa sangrienta.
Vas a ver qué pronto terminaré contigo,maldito.
Me prometí mientras un par de lobos me pusieron esposas en las muñecas apretándolas demasiado.
- ¿Que quiere que hagamos con él su excelencia?- pregunto uno de los armados mirándome mientras ayudaba a levantar a esa basura italiana.
- Llévelo al calabozo - ordenó mirándome divertido- Luego me encargaré de él.
Y yo de ti maldito cobarde.
Pronto todo esto sería cenizas.
Fui levantado por un par de los escoltas a empellones me llevaron a través de la gran mansión.
Tenía la esperanza de ver a Alma y asegurarme de que la francesa le diera la atención que en verdad requería.
Pero para mí suerte no la vi en todo mi trayectoria hasta los calabozos.
A lo mejor la había llevado a un lugar seguro, lejos de esa rastrero ser.
Pero lo dudaba las heridas que le vi a Alma requerían atención asi que a lo mejor estaría con él médico.
Solo esperaba que ese miserable de Luigi no volviera a tocarla nunca más.
Cerraron la reja negra y llena de musgo frente a mí mientras negaban decepcionados de mi comportamiento.
Pude distinguir el olor a humedad que impregnaba el estrecho lugar donde me encontraba donde solo unas cuantas lámparas y una minúscula ventanilla daban iluminación.
Luego que uno de lo tipos que me trajo me advirtió que seguramente moriría pronto ahí.
Los escoltas se largaron dejandome casi completamente oscuras de no ser la ventanilla a lo alto de la celda.
Mi estado debía de ser deplorable, mi abdomen ardía como el infierno y mi brazo ni para que.
Pero había valido cada maldito segundo para liberar a Alma de ese monstruo mientras ideaba una idea de salir de este asqueroso lugar.
Y presentía que eso sería pronto, ya que el Apocalipsis para la Cosa Nostra estaba por llegar y sonreí completamente satisfecho..
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Nota de autora:
Pues como que el cap estuvo un poco ajetreado, pero por lo menos Luigi pudo tener una pruebita de lo que se merecía no.
Lastima que Donnovan no lo acabo de una vez.
Pero sino nos quedaríamos sin villano al que odiar por el momento.
¿que piensan de lo que pasará ahora con el supuesto apocalipsis que el Don dijo?
Además que como creen que se pondrá el ruso cuando sepa que alma espera una bendición, ¿Eh?
Todo esto y más lo veremos quizá en los próximos y últimos capítulos de este su :
Imperio de sangre.
Leeré sus comentarios con gusto y espero que estén disfrutando del libro.
Bye!
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