PARTE 1
Hola
¿Cómo les va?
Bueno, no sé cómo vaya a resultar, pero la fic está ambientada en el antiguo Egipto.
Es omegaverse.
No tengo mucho conocimiento, pero lo poco que sé es que estos estaban regidos o guiados por diferentes dioses.
Solo me dio el deseo de escribirla por un video que vi sobre esto.
Dioses:
Ra: dios del sol y la vida.
Osiris: dios de la agricultura y resurrección
Isis: diosa de la fertilidad y el amor.
Horus: dios del cielo
Anubis: dios de la momificación y guía de los muertos.
Seth: dios del mal
Así que empezamos…
🌴
La ferviente arena del desierto quemaba la piel maltratada de sus pies, dos días caminando sin probar un poco de pan o agua.
Ambos caminaban con un solo rumbo a un mismo destino.
Una sola dirección.
Si continuaban de esta forma llegarían a este lugar y cumplirían con su cometido, este par de amigos provenientes de un imperio lejano, un imperio enemigo que buscaba arrastrarse como serpiente del desierto y colarse hasta llegar al gran emperador.
Su plan era simple y sencillo, desde que eran pequeños fueron entrenados por los mejores guerreros de palacio, sus manos fueron amaestradas volviéndolos los seres más ágiles y rápidos con las armas, su inteligencia excedía todo pensamiento y con un par de mezclas crearían el veneno más peligroso y mortal. Con tan sola una gota quitaría la vida a las grandes bestias.
Las túnicas que cubrían sus rostros solo mostraban sus ojos cansados por la falta de sueño.
Juraron venganza cuando este alfa mandó a destruir a todos los omegas del reino, de su reino.
Vengarían sangre por sangre.
¿Y qué mejor que un omega tomara en sus manos la vida de aquel que destruyó lo que más quería?
El viejo alfa que reinaba estas tierras era despiadado y malvado. Los omegas varones no eran bien vistos a sus ojos y los hacía desaparecer como polvo.
Decía que las omegas eran la creación divina de la diosa Isis y los omegas eran criaturas malvadas, un error y abominación de la naturaleza hechas para la destrucción, la misma reencarnación del dios Seth, personificación del mal.
🌴
Cuando el mayor murió fue su hijo, el máximo heredero fue quien ascendió al trono.
Un gran alfa, fuerte, valiente, adiestrado para gobernar.
En sus venas recorría sangre noble, era adorado por su belleza y tenacidad, nunca estuvo de acuerdo con las atrocidades que su padre hacía con las castas de su imperio, muchas veces el viejo alfa dudó en dejar el trono en manos de su primogénito.
Algunos miembros de su propio reino buscan su destrucción porque no estaban de acuerdo que no llevara el mismo régimen que su padre, pero también tenía aliados que lo apoyaban en todas sus decisiones.
Pero los dioses eran sabios y el destino justo.
Todo pasaba como debía, las aguas del Nilo eran calmas y eso era un buen presagio.
El sacerdote y uno de sus mejores amigos informaba del gran trabajo que cumplía como regente. El comandante de sus tropas informaba sobre los nuevos reclutas para fortalecer su ejército.
—Mi señor debemos hacer ofrendas en agradecimiento los dioses, pues, han sido benevolentes con su majestad. —habló el sacerdote terminando con una reverencia.
—Es una gran idea emperador, nuestras tierras y ganados han sido favorecidas el gran dios Ra, ha dado luz a su gran imperio. —La voz del general de ejército se escuchó.
—Gracias, general, sacerdote. Me preocupa la reacción de los enemigos ahora que mi padre ha muerto.
—No tiene por qué, mi señor, los dioses están a su favor. —respondió el alfa sacerdote, Niall era uno de los más sabios de todo el reino.
Liam era una de las causas del porqué los de la corte no compartía las propuestas del nuevo emperador. Un alfa noble y justo, pero era hijo de un omega varón y un alfa, un general de batalla, pero con sangre de omega y para sus tierras era una total aberración.
Eso sí que era una total desfachatez, cada tarde los alfas importantes de la corte iban a donde el gran emperador a pronosticarle los males que venían sobre de él por esa mala decisión; el tener al hijo de aquel omega que un día fue ejecutado por orden de su padre solo podría traer maldición.
El padre alfa del general murió tiempo después, ya que al morir su omega su lobo no soportó el dolor y sucumbió, en sus aposentos se impregnó el olor a tristeza y partió añorando el encuentro con su amado en la otra vida.
El emperador siempre estuvo al lado del general, desde pequeños jugaban en el harén siendo instruidos por las concubinas de palacio.
Después de la ejecución, el heredero brindó su apoyo, cosa que a su padre y los de la alta importancia no fue de mucho agrado porque hizo notar su desacuerdo públicamente.
Estuvieron a punto de derrocarlo en muchas ocasiones, pero la mayoría estuvo a su favor, los omegas hombres no eran muy comunes en su imperio, ellos tenían miedo de lo desconocido y de lo nuevo.
Al concluir sus labores el gran alfa se dirigió a sus aposentos, otra de las cosas que le preocupaba era la presión que ejercían sobre él en encontrar una omega para que reinara junto a él.
Salió al balcón para tomar un poco de aire, al llegar la noche se adentraba nuevamente, no podía quedar expuesto, pues el dios de la oscuridad podría dañarlo.
Luego de elevar sus plegarias a los dioses, los sirvientes le ayudaron a tomar un baño con aguas tibias llenas con pétalos de rosas y aceites aromáticos para mantenerlo fresco y que su descanso fuera reparador.
🌴
En las afueras de su reino, dos siluetas se acercaban a las grandes puertas, con sus ropas viejas, labios secos por la falta de agua, cayeron frente a los guardias que custodiaban el lugar.
—Ayuda, clemencia, por favor. —rogó uno de ellos.
Rápidamente, los guardias se pusieron a la defensa hasta que el otro habló. —Traemos información de una invasión que se avecina.
—Somos aliados, hemos viajado desde muy lejos para prevenirles del peligro que asechó nuestras tierras.
Los alfas se acercaron a auxiliarlos y ambos forasteros sonrieron para sus adentros, pues la primera parte de su plan estaba saliendo como lo planearon.
Los sujetaron para ayudarlos a ponerse de pie, cuestionándose si sería correcto adentrarlos con tantos rumores malhechores del desierto.
Esperaban no arrepentirse de esta decisión, pero estos alfas juraban traer importante información, así que avisaron para que las puertas se abrieran y los dejaran pasar.
Pensaron que eran alfas por el fuerte olor que desprendían, pero las artimañas del árido corazón de estos visitantes eran otras.
Nunca sabrían la verdad a menos que ellos lo permitieran.
Ambos se veían afectados, los llevaron a palacio pensando que era la mejor idea por la información importante que debían comunicar.
Los forasteros no tenían las mismas creencias que ellos, llamaron a las puertas del comandante rogando no ser castigados por tal atrevimiento.
El gran alfa comandante salió con dijes y amuletos que lo protegían de la oscuridad de la noche.
—Espero esto sea tan importante como para hacer que salga sin la protección de Ra.
—Lo sentimos mi comandante, pero esto es muy importante, han llegado unos alfas que dicen ser aliados y juran traer información importante para el imperio.
—¿Dónde se encuentran?
—Los llevaron con el sacerdote, al parecer llevan días caminando por el desierto sin provisiones.
—Es algo arriesgado, debemos consultar al emperador, pero lo haremos cuando el sol salga de nuevo, no podemos arriesgarnos a que salga sin protección de los dioses.
—Bien, vamos, iré a asegurarme que todo esté bien con ellos.
Fueron al lugar donde se encontraban ambos alfas, siendo atendidos por los empleados reales.
Niall preparaba algunos ungüentos para curar las heridas que tenían, al parecer tuvieron algunas luchas, seguramente fue para sobrevivir.
El sacerdote no entendía la suavidad de sus pieles, parecían alfas de guerra, olían como alfas, pero no lucían como los alfas.
—Sacerdote ¿qué sucede?
—Vamos Liam deja las formalidades, sabes que odio que me llames así cuando estamos solos.
—Lo siento amigo, pero imagina qué pasaría si algún día te llamo por tu nombre y no demuestro respeto por el gran elegido de los dioses como el consejero real.
—Calla alfa tonto y ayúdame con ellos.
Liam se acercó fijando su vista de inmediato en uno de ellos, su perfil era una de las cosas más bellas que han sido creadas, rasgos finos, piel morena y unas enormes pestañas que de seguro resguardaban uno de los ojos más lindos que haya visto.
El otro era un poco más pequeño, no pudo darle mucha atención porque no podía quitar la vista de ese hermoso alfa.
Niall sujetó la cabeza del otro para hacerlo beber un poco de agua, el alfa empezó a despertar abriendo los ojos encontrándose con una sonrisa amigable y una mirada preocupada.
—Tranquilo, estás a salvo, soy Niall, ¿quién eres tú?
—Harry, mi nombre es Harry, gracias por sus atenciones.
—No te preocupes, ¿quién es tu amigo? —el sacerdote preguntó pasando un paño húmedo sobre su frente.
—Zayn, hemos venido de lejos para advertirles del peligro que afectó a mi pueblo.
—Lo sé, el general está aquí.
—¿Cómo pudieron viajar sin la protección del gran Ra, están locos? —cuestionó el alfa comandante.
—Era necesario, es importante lo que debemos decir.
—Lo sé, pero ahora es vital que descansen, mañana pediremos un tiempo con el emperador para hablar lo que tengan que decir.
—Agradecemos su hospitalidad.
—Han viajado mucho, aliméntense y beban lo necesario para recuperar energías, personalmente me encargaré que les preparen un baño y les otorguen ropas limpias.
—Gracias, general.
—Soy Liam.
—Harry, es un placer.
—Yo Zayn. —intervino el otro que despertaba y estaba siendo ayudado por Niall.
En el momento que conectaron miradas, el alfa de Liam agradeció a Isis por tener la fortuna de apreciar a tan bello ser.
Sacudió un poco su ropa, viendo de reojo a su compañero para levantar la ceja en dirección al alfa que no que quitaba los ojos de encima.
—Bien me temo que es hora de continuar descansando, mañana tendrán la oportunidad de hablar con el gran Horus, nuestro faraón. —El sacerdote empujó a la puerta al general para salir de lugar donde se encontraban los extraños.
—¿Liam que sucede contigo? No dejabas de ver a ese alfa.
—Creo que me enamoré, ¡por la diosa, creo que me enamoré! —emocionado tomó los hombros de su amigo y lo sacudió.
—Ay Liam, gracias a los dioses que Louis es nuestro emperador, imaginas que pasaría si su padre seguiría gobernando.
—Ya estaríamos en el mundo de los muertos.
Ambos siguieron su camino hasta llegar sus respectivos lugares y poder descansar.
🌴
A la mañana siguiente, tal y como lo prometió el general, trabajadores de palacio llegaron a entregarles ropas nuevas, comidas y un buen merecido baño.
—Asegúrate de ocultar tu olor Zayn, no podemos fallar en esto.
—Eres muy inteligente, el compuesto no ha hecho dudar a nadie.
—Lo sé, los alfas siempre nos subestiman, solo ten cuidado con el general, te vio más de la cuenta.
—Es muy atractivo.
—Claro que lo es, pero recuerda a nuestra misión hermano.
—Así será, solo temo por ti, aún tengo temor de todo esto, pero confío en las arenas del desierto estén a nuestro favor.
—Por mi familia y tu padre, juro siempre mi lealtad en su memoria, corrimos con mucha suerte ese día, si ese niño no hubiera llegado nosotros también estaríamos en el reino de los muertos.
—Así mi príncipe. —Zayn se inclinó con respeto.
—Basta de eso, la corona dejó de ser mía cuando ese maldito acabo con todo.
—Tú siempre serás mi soberano Harry. —Le sonrió con nostalgia.
Cuando terminaron un beta fue por ellos, el general y el sacerdote los esperaban frente a las puestas que suponían, eran las que les permitirían conocer al gran emperador.
Las puertas se abrieron dejando la vista al gran trono real, sobre él se encontraba el alfa más impresionante que sus ojos han visto, era realmente hermoso.
Por su parte, el emperador quedó asombrado por la belleza de estos visitantes forasteros, pero su atención fue robada por uno en especial.
Ojos verdes, cabello color miel con algunos rizos. Su presencia era magistral, parecía que el dios sol reencarnado, su piel era como las bolas de algodón que se cosechaban en algunas de sus tierras, sus ojos verdes como las palmas que bailaban al son del viento.
La delicada tela de la túnica abrazaba su piel, la transparencia de la misma dejaba notar su esbelta figura. Sintió cómo su lobo pedía ir con ese bello alfa y posarlo en su regazo para admirar su hermosura durante tiempos prolongados.
Harry flaqueó ante aquel juramento que hizo a sus ancestros, palabras donde había prometido derramar la sangre de aquella dinastía que acabaron con los suyos. No lo iba a negar, el alfa que tenía en frente era uno de los más bellos que ha podido apreciar.
Su razón luchó contra su omega, los dioses no podían jugar así de sucio.
Su piel se asemejaba al color de la arena, en sus ojos pudo encontrar la majestuosidad del mismo Nilo, sus facciones demostraban su vigor, su olor fuerte y dominante dejando muy en claro de quién se trataba y el porqué sobre su cabeza estaba la corona.
Sus pensamientos fueron interrumpidos. —Mi señor, ellos son los alfas que fueron rescatados a las afueras. —El sacerdote habló haciendo una inclinación hacia el gran emperador.
La fuerte y ronca voz del alfa retumbó por las paredes.
—Bienvenidos.
—Gracias, señor, es todo un honor encontrarnos frente a frente, sus hazañas se escuchan en todos los territorios. —respondió el ojiverde.
—Agradecemos sus buenas atenciones, venimos huyendo de nuestras tierras, se han escuchado muchos rumores de guerra por todos lados sin mencionar que hemos venido a advertirle de las intenciones de una de las tribus de la magia negra.
—Escucho. —respondió el emperador sin quitar la vista al supuesto alfa de ojos verdes.
Con elegancia, el antiguo príncipe se posicionó delante del trono, hablando claro y sin miedo, no bajó la mirada ante los penetrantes ojos del soberano. —Planean actos atroces en sacrificio al dios de la oscuridad para poder derrocarlo, tienen planes de invasión entrando a sus puertas como mercaderes.
—¿Cómo saben ustedes esto? —inquirió el soberano.
—Hace tiempo tuvimos un ataque en nuestro reino, un despiadado líder acabó con la vida de toda la familia real, luego de eso aprovecharon el luto e intentaron terminar con la vida del único sobreviviente al mandato al trono usando magia negra. —terminó el alfa de tez morena.
—Agradezco la buena intención y lamento lo que ha sucedido con su pueblo.
—No se preocupe, señor, la sangre siempre se paga con sangre. —respondió Harry viéndole sin pestañear.
—¿Y su pueblo? —inquirió.
Zayn rogó para que Harry no fuera cegado por la venganza y el odio, cerró los ojos pidiendo a los dioses que el príncipe respondiera con tranquilidad. El ojiverde suspiró. —Somos los únicos sobrevivientes, un rey de otras tierras llegó a nuestro pueblo, saqueando, y destruyendo a su paso.
—Lamento escuchar eso.
—Lo peor de todo fueron las atrocidades, violaron de una forma aberrante a los omegas, a los embarazados les abrían el vientre para sacar a sus descendientes. Todo acabó en llamas.
Todos en la sala guardaron silencio, el gran alfa escuchaba con suma atención. Niall se sorprendió de la intensidad del Faraón con el alfa. —Las puertas de mi palacio están abiertas para ustedes, después conversaremos con más privacidad, quiero saber de su pueblo.
—Como usted ordene, señor.
—Me gustaría tenerlos como invitados, sería un gran honor para todos nosotros que compartiéramos mesa.
—El gusto será para nosotros gran alfa. —Harry dio una pequeña reverencia y el lobo del alfa heredero rugió en su pecho amenazando con salir y reclamarlo como suyo al ver la piel expuesta por la tela que se había removido al hacer la inclinación.
La mesa fue preparada con un enorme banquete, los músicos reales fueron llamados para dar un poco de alegría al ambiente.
Los líderes estaban muy interesados en saber quienes eran estos misteriosos visitantes, unos les veían con desconfianza y otros con intriga por lo relatado por el sacerdote.
¿Forasteros viajando por la noche, corriendo el riesgo de ser asesinados por los maleantes de las arenas o algún animal si la protección de Ra?
Era un tanto sospechoso.
El gran emperador parecía tener problemas con quitar la mirada sobre ese hermoso alfa.
—Aún no sé sus nombres.
—Será porque no los hemos mencionado mi señor. —Harry sintió el pequeño golpe que Zayn le propinó por el arrebato, el respeto era lo primordial, si al emperador no le generaba confianza alguna pequeña actitud los mandarían a los calabozos de palacio por su insolencia.
Pero para su sorpresa, el gran señor solo esbozó una sonrisa levantando su copa en su honor.
—Mi nombre es Zayn soberano. —Se apresuró a decir para evitar que el príncipe cometiera algún error.
El emperador dio un pequeño asentimiento de cabeza viendo inmediatamente al otro esperando que hablara.
—Harry. —inclinó su rostro en una pequeña reverencia.
—Harry y Zayn, espero que el Nilo traiga abundancia y bienestar en su estadía en este lugar.
—Agradecemos su amabilidad, sus tierras son bendecidas por los dioses, palacio es un lugar sorprendente. —Harry ajustó el cinturón que ceñía su cintura.
Uno de los sirvientes caminó para dejar más vino en la copa del portador de la corona, era un alfa designado a degustar el líquido sagrado, cada que se servía una copa al faraón para prevenir que fuera envenenado.
Cuando estaba por ofrecer más las puertas dejaron ver a uno de concejeros reales, Meketre dirigió una mirada fría a los acompañantes y posó su atención en el gran alfa.
—Soberano traigo importantes noticias.
—Escucho.
—Tenemos visitas importantes, al parecer el gobernador de las tierras vecinas ha escuchado de nuestra búsqueda por una omega para convertirla en la gran esposa real y han venido en caravanas y ofrendas para los dioses.
El buen rato que el emperador estaba pasando se acabó en ese instante, fijó su vista sobre Harry y por un momento vio un destello de decepción en él, algo curioso para el gran alfa. Su lobo se movió inquieto queriendo ir a consolar al pequeño alfa frente a él.
—Señor… —El sacerdote le llamó queriendo obtener su atención y calmarlo.
—Saben cuál es mi respuesta. —El semblante del emperador se volvió duro.
—Alguna maldición puede caer sobre nosotros si su majestad se rehúsa a cumplir con sus obligaciones. —espetó el consejero—. Será mejor que atienda lo que sí es de suma importancia para el reino y deje de pasar el tiempo en banalidades, señor.
Liam enfureció por el tono con que este le habló a su señor. —Cuida tu lengua, Meketre. ¿O es que deseas verla colgada como ofrenda para el gran Ra o prefieres adelantar tu llegada con Anubis?
—¿Cómo se atreve a hablarme con tal insolencia? Recuerde su lugar en palacio general. —escupió con repudio.
—BASTA YA ES SUFICIENTE. —La voz de mando del gran alfa retumbó por todas las paredes de palacio.
El sacerdote vio con curiosidad cómo los forasteros cerraron sus ojos por unos momentos, intentando mantener de inmediato la compostura por la estruendosa voz.
Pero se inquietó cuando Harry no quitó la vista del concejero observándole con gran desconfianza, sus hermosas facciones se convirtieron en molestas.
El emperador con enfado se dirigió a Meketre. —Al parecer quien necesita recordar cuál es su lugar en palacio es usted concejero, no crea que por haber servido a mi padre y portar blancos cabellos he de aceptar la altanería que está usando con mis súbditos.
—Pero señor…
Louis dejó a un lado la copa que tenía en mano, se acercó peligrosamente al concejero hablándole muy de cerca.
—Cuide como se dirige a su soberano, no refute, el viejo alfa ha muerto. Ahora este es mi legado y los dioses parecen estar satisfechos con mis decisiones, que sea la última vez que osa dirigirse a su gran emperador con tal desfachatez o la próxima dejaré que el comandante real cumpla con su cometido.
—Gracias, gran señor, disculpe el arrebato, pero ruego su comprensión. El pueblo demanda a la gran esposa real, usted necesita una compañera para dirigir en el trono y continuar con su legado.
Harry, por su parte, se fijó en el tono falso del concejero notando sus manos apretadas, parecía que en cualquier momento saltaría a la yugular del emperador. Eso no era un buen augurio, no es algo bueno que tu propio pueblo se atreva a hablarte de esa forma.
Su mano se cernía sobre su muslo sintiendo aquella vieja amiga que estaba escondida bajo sus ropas, no dudó ningún segundo sacar la daga que su padre alfa le otorgo y clavarla en aquel ser irrespetuoso. Tuvo el impulso de lanzarse a él y defender al emperador de cualquier ataque que amenazara con su vida, el enojo se apoderó de él, respiró conteniendo su instinto para no hacer alguna tontería, la voz Niall calmó sus oscuros pensamientos.
—Esas son tonterías. —El sacerdote soltó sin pensar tapándose la boca de inmediato y su rostro parecían esas rosas color carmín que daban vida al jardín de palacio.
Ante el arrebato todos olvidaron la compañía, el emperador se dirigió a ellos con una disculpa por arruinar el momento, les pidió retirarse para solucionar los problemas, los forasteros salieron siendo acompañados por el sacerdote quien los dirigiría a sus aposentos.
De camino por los pasillos sintieron el inquietante aturdimiento del sacerdote, Zayn carraspeó un poco para llamar su atención.
—Sacerdote…
—Dime. —respondió con ceño fruncido, esperando que siguiera.
—Sé que no es de nuestra incumbencia, pero ¿usted se encuentra bien?
—Sí, es solo que me preocupa nuestro soberano, el concejo ha presionado mucho para que haga unión de alianzas con otros pueblos.
—Entiendo e imagino lo malo que ha de ser aceptar la mano de esa omega para el emperador.
—Oh, no querido, eso no es lo que me preocupa.
—¿No? —fue la voz de Harry la que se escuchó
El sacerdote sonrió deteniendo su camino. —No, en realidad lo que me preocupa es como todo el reino tome que Louis no aceptará la mano de esa princesa omega ni de todas las que vengan.
—¿Cómo está tan seguro de eso?
—Es mi mejor amigo desde que tengo memoria, fuimos criados en el harén de palacio como hermanos, tiempo después llegó Liam y hemos sido inseparables. Claro que un tiempo ellos estuvieron más unidos por el fallecimiento de sus padres y yo estaba en otras tierras ampliando mis conocimientos para ser sacerdote, conozco muy bien a ese alfa testarudo.
Los amigos rieron por la confianza con el sacerdote, se dirigía a ellos recordándoles aquellos tiempos de paz en sus tierras, pasando las mismas situaciones con sus acompañantes.
—Gracias, sacerdote, estamos muy agradecidos por su ayuda.
—Dejemos las formalidades, solo soy Niall.
Niall se mantenía con curiosidad viendo como el alfa de ojos café cuidaba y protegía inconscientemente al de ojos jade.
—Bien, si no es mucha molestia, quisiera tomar un poco de aire. —Harry pidió, necesitaba salir a despejarse un poco.
—Podrían ir al jardín real, se encuentra terminando el pasillo, si alguien los ve llegar les darán privacidad no se preocupen. —dijo el sacerdote con una tímida sonrisa.
Tomaron el camino que el sacerdote les dio, al llegar se sentaron en uno de los lugares que estaban cubiertos con mantas de seda blanca para protegerlos del fuerte sol.
Las palmeras marcaban el camino formando un sendero para guiar a los sentaderos, Zayn, su amigo y más leal compañero, sentía una inquietud desde que estuvieron en la gran sala.
—El emperador te observa algo extraño.
—Ni lo intentes Zayn, sabes perfectamente cuál es cometido de nuestro viaje.
—Lo sé mi príncipe, pero él es diferente, no puedes negarlo.
—Me he dado cuenta, pero no podemos quebrantarnos tan fácilmente si es igual que su padre no dudaré en cruzar la daga en su corazón.
—Admiro tu tenacidad Harry, pero en verdad creo que es diferente a su padre.
—Eso espero. —asintió la cabeza con una sonrisa.
—Ahora, si me permites me retiro, iré a preparar más esencia para ocultar nuestro olor.
—Habla más bajo, alguien puede escucharnos. —regañó preocupado.
—Lo siento, te espero y ten cuidado. —Zayn se retiró, sonriendo, hizo una gran reverencia cuando se cruzó con el emperador seguido por sus sirvientes, iban de camino al jardín justamente donde se encontraba Harry.
Zayn, al llegar frente de su habitación, se encontró con ese bello alfa de linda sonrisa, su omega se emocionó cuando escuchó su voz. —Hola, disculpa el atrevimiento, me preguntaba si te gustaría a dar un paseo. —Liam lucia un poco tímido.
—Será todo un honor general.
—Liam, por favor solo dime Liam.
Extendió su brazo para que Zayn lo enlazará con él, ambos se sonrojaron ante el contacto y fueron de paseo a las afueras de palacio.
🌴
Harry estaba de espaldas sintiendo el viento acariciar su piel, sus ojos brillaban de un verde electrizante e intenso, la tela blanca le hacía ver simplemente espectacular. El alfa soberano quedó fascinado con la vista, pensando que la misma Isis sentiría envidia por tal belleza.
El sacerdote les observaba con intensa curiosidad. —¿Será posible? —se preguntó caminando en búsqueda de los pergaminos del gran salón, contenía registrado los acontecimientos más importantes. Desde la llegada de estos visitantes algo le inquietó, era extraño el sentimiento de ya conocerlos, algo le decía que ellos pertenecían a palacio.
Verlos era como si el ambiente se tornara más liviano, hasta el mismo viento les confortaba bajo el enorme sol.
Fue en búsqueda de un royo en específico, uno donde se habían escrito las visiones de la madre de Louis.
La omega abandonó el mundo de los vivos en su último embarazo, resultando de una misteriosa enfermedad. El reino estuvo de luto durante una semana entera.
Llegó a los estantes buscando con agilidad. —Lo tengo. —dijo emocionado luego de soplar el polvo. Una sensación vibrante recorrió el cuerpo del sacerdote al leer aquellas palabras que habían sido guardadas—. No puede ser posible, eso quiere decir que…
De inmediato se giró guardando todo en su lugar, se escabullo al escuchar unos ruidos.
Avanzaba con sigilo detrás de los enormes portadores de todos los sucesos, guardando el royo dentro de su túnica.
Niall asomó el rostro, logró escuchar la voz de uno de los concejeros y percibió el olor de una omega. Con temor a ser descubierto salió cuando tuvo oportunidad.
🌴
En los jardines, Louis se acercaba como si estuviera hechizado por el hermoso forastero, pareciera como si una fuerza emergiera de su cuerpo y lo atrajera para estar circulando a su rededor.
El ojiverde se dio vuelta haciendo una pequeña reverencia ante el emperador dispuesto a salir de ahí y no importunar el tiempo de descanso del rey, él perfectamente comprendía lo atemorizante y abrumador que era dirigir a un pueblo.
—¿Ya te marchas? —inquirió cuando notó que acomodaba todo para que quedara perfecto.
—No pretendo molestar.
—Nada de eso, por favor, toma asiento, tu compañía me es grata.
Sin mencionar palabra alguna, Harry tomó asiento, el emperador pidió a sus sirvientes dejarles a solas, sus guardias se quedaron a una distancia prudente cumpliendo la orden y el juramento de nunca dejarlo solo.
—Lamento lo de hace un momento. —El soberano inclinó el rostro como disculpa.
—Comprendo, señor, no tiene por qué lamentarse. Los deberes reales pueden ser agobiantes.
—¿Sabes de eso? —preguntó con curiosidad.
—Un poco sí, tengo conocimiento de ciertos temas. En mis antiguas tierras estuve en palacio y entendí lo abrumador que puede ser.
—Comprendo, cuéntame sobre tus orígenes. —pidió interesado.
—Creo que si supiera mi verdad terminaría en la horca, mi señor.
—No creo que seas un asesino. —habló con gran seriedad el gran alfa.
—¿Y si lo fuera? —respondió Harry intentando no esbozar la sonrisa que amenazaba con salir.
El emperador se acomodó, bajó las mantas quitando de su cabeza el neme (tocado que cubría sus cabezas, eran elaborados con paños o telas finas) que portaba una corona de oro.
Harry se sorprendió un poco, tal acto solo se hacía en plena confianza, era un acto de intimidad, palmeó sus mejillas sintiendo ruborizarse.
Intentó no mirar con detenimiento las facciones del alfa; ni en la pintura negra que adornaba sus ojos, delineando su preciosa forma para darle realce al azul intenso.
Era simplemente hermoso con esos cortos cabellos que parecían las pequeñas ondas del Nilo cuando el viento las acariciaba. Contuvo el deseo de enredar sus dedos finos y acariciarlos.
Louis sintió la mirada, estudiar sus facciones, giró el rostro y conectaron miradas, la pintura negra adornando los ojos de Harry hacían que sus orbes fueran aún más llamativos.
Luego de un rato el alfa desvió la vista riendo de lado notando el leve enrojecimiento en el rostro de su acompañante, estaba lleno de curiosidad, Harry parecía ser un alfa excepcional, delicado como un lirio, pero con un fuerte olor que denotaba su casta.
—¿Y bien, Harry?
—No era alguien tan importante. —mintió—. Pero después de todo lo sucedido, lo único que quedó de mi hogar fue el mismo polvo.
—Quiero saber, si gustas, estoy dispuesto a escucharte.
—Mi madre enfermó y murió a causa de la maldad que fue lanzada por los brujos de la magia negra y mi padre fue ejecutado por un despiadado que se aprovechó de la debilidad de mi pueblo después de lo sucedido con mi madre.
—Eso es lo más deplorable que he escuchado, lamento tus pérdidas.
—Gracias, algunos alfas abusan de su dominio, segados por el odio y la irracionalidad, suponen que todos debemos reverenciarlos y rendirles culto. —mencionó tomando unas uvas que dejaron los sirvientes. Llevó una a su boca deleitándose del dulce sabor, hace muchas lunas que no comía bien.
El emperador no dijo nada, él sabía de las atrocidades que ejercía su padre sobre otros pueblos. Pero él no era como el viejo alfa.
—Dijiste que tu madre era un omega.
—Así es emperador, ¿considerará llevarme a los calabozos? —jugueteó con la fruta en sus manos sabiendo que andaba sobre arena movediza.
—No, en realidad mi general es hijo de un omega, no creo en esas tonterías donde dicen que los omegas son la reencarnación de Seth.
—Es bueno saberlo, mi señor. —suspiró un tanto aliviado.
—Seguramente escuchaste algunas historias de lo que mi padre hacía, pero debo mencionar que nunca estuve de acuerdo y en realidad añoraba el día en que pasara por la corona y cambiar muchas cosas.
—Me gustaría saber sus pensamientos.
—Lo primero que me encantaría es erradicar esa creencia sobre los omegas hombre, dar un mejor trato y paga a los trabajadores, bajar los impuestos del pueblo, acabar con la compra y comercialización de las castas que se tienen como bajas.
Algo brilló en los ojos de Harry, guardó su emoción amenizando la charla con el rey haciendo algunos comentarios sobre algunos conocimientos que poseía y a medida que iba hablando el emperador estaba aún más fascinado con el lindo alfa frente a él.
Las charlas fueron variadas, tocando temas delicados, burdos y banales, pero ambos se sentían en total confianza sabiendo que podían hablar de cualquier cosa.
—Y dime Harry, ¿crees en el destino?
—¿Qué fuera de nosotros sin el mi querido emperador?
—Nada y estoy empezando a creer que tiene formas muy curiosas de trabajar. —le observó detenidamente, acercándose un poco para quitar algunos cabellos que estaban en su rostro.
Harry tragó fuerte. —Gracias, mi señor.
Algún rato después, uno de sus sirvientes llamó la atención del emperador anunciándole la reunión que se tenía en la sala principal. El concejero los esperaba con la caravana de la princesa que venía a dejar ofrendas y a negociar una alianza entre ambos pueblos.
Con una pequeña reverencia se despidió de Harry, quien sintiéndose triste dirigió sus pasos a su habitación. Al ir acercándose un aroma conocido llegó, así que se apresuró entrando de inmediato por el olor dulzón que provenía de detrás de las puertas.
Cerró las puertas y corrió a mover a Zayn, parecía estar inconsciente en sobre un montículo de sabanas, junto a él se encontraban dos rosas color carmín.
Maldijo para sus interiores al darse cuenta de que el omega había caído antes de usar los ungüentos. Era un efecto no dañino para ellos, pero sí los hacía dormir un buen rato antes de tener conciencia de nuevo.
Empezó a sentirse ansioso, notó que Zayn no había preparado los ingredientes. —Zayn… —habló apresurándose para terminar la sustancia cuando unos golpes hicieron que tirara al suelo unas gotas importantes.
Se reprendió en su interior, escuchando la voz del sacerdote, llamándole y tocando con insistencia.
—Harry, es necesario que abras de inmediato. —habló apresuradamente.
—Nos encontramos indispuestos, sacerdote, ¿podría regresar en unos momentos?
—Harry, puedo olerlos desde el pasillo, abre.
El omega tomó su daga con agilidad, no había un ápice de duda, si era necesario cercenaría la garganta de Niall para defender a su amigo.
El sacerdote, sin esperar más, abrió las puertas, las cerró por dentro, dejándose caer al suelo.
—Son omegas, lo sé, no te preocupes, estás a salvo conmigo. Ahora deja esa arma y dime que hacer por Zayn.
—¿Cómo es posible?
—Ahora te digo, necesitamos neutralizar el olor, el general también sabe la verdad. —ante esa confesión, Harry se tensó respirando algo agitado.
—Calma Harry, Liam es amigo, además él es el culpable de la caída de tu amigo.
Harry, sobre pensando todo, se quedó estático viendo cómo Niall se movía con agilidad por la habitación viendo las hiervas que tenía guardadas en aquella bolsa de piel que le pertenecía a su madre.
—¡Harry! Muévete, necesito tu ayuda, créeme, estás a salvo, confía en mí.
—Lo siento. —dijo al salir de su estupor—. Se me han caído unas gotas que son importantes y sin ellas el compuesto no estará bien.
—¿Qué son? —inquirió el sacerdote llevando un poco del aceite a su nariz
—Flor de Nilo, las usamos para menguar el olor.
Niall sonrió sacando un pequeño frasco de un morral que colgaba de sus hombros. —También las uso para no afectar a las omegas de palacio. —Le entregó el recipiente a Harry, el omega suspiró viendo los movimientos mecanizados y rostro concentrado del sacerdote.
Al terminar la mezcla inmediatamente llevó la loción al cuerpo de su amigo, aspiró notando al instante que su olor se había bloqueado.
Harry tomó un poco y lo puso en su cuello para tapar también su olor.
—Asombroso necesito la receta, por favor.
—¿Por qué me ayudas? ¿Por qué no has ido con el emperador a decirle la verdad? ¿Qué acaso eres un traidor? —Harry preguntó con seriedad al alfa.
—Porque descubrí algo que cambiara el rumbo de nuestras vidas, además los dioses no dejarían que ustedes entraran así por así, es obra del destino y si es como pienso, pues tus pies nunca saldrán de nuestras tierras, eso te compete a ti, y no soy un traidor soy tu amigo.
—Disculpa la desconfianza Niall, pero es extraño. —mencionó mientras arropaba a su amigo y peinaba sus cabellos, había pasado tanto tiempo sin que estuvieran cerca de un alfa. En palacio los tenían solo para cuidarlos y brindarles calor. Desde la caída de su imperio han vagado por el desierto.
—Si quieres que despierte sabes que Liam debe venir, al terminar la reunión lo mandaré directamente, eso si tú lo permites.
Harry no respondió nada y el alfa se acercó con cautela. —Sé que desconfías, pero te juro por la misma Isis que confío más en ustedes que en todo el concejo, creo que conspiran contra el emperador.
—Es un gran alfa y no sería de extrañarse que tengan ese tipo pensamiento, yo mismo planeaba terminar con su vida si resultaba ser igual o peor que su padre.
—Eres muy extraño, esa no es la naturaleza de un omega. —le dijo con admiración por la tenacidad y valentía que poseía.
—Desde pequeños fuimos entrenados con los soldados del ejército, mi padre aceptaba la capacidad de las castas y nos usaba como seres ágiles en las batallas.
—¿Tu padre?
—Una vez llevé el título de príncipe sacerdote y Zayn era hijo del general de nuestro ejército, y te pido no mencionar nada de esto. —habló rápido acomodando las mantas al rededor del omega.
—Era como lo sospechaba y es asombroso, disculpa la forma tan irreverente con que te he tratado.
—Nada de eso, somos como tú o cualquiera. —Le regaló una pequeña sonrisa.
—Escuchamos el rumor de tierras lejanas, sitios donde usaban omegas en batalla, diestros, feroces y ágiles, pero el viejo alfa mandó a prohibir que se hablara de eso argumentando que eran estrategias por el dios de la oscuridad para hacer temer a los demás.
—El emperador y su padre son muy distintos, pero te digo Niall y ten por seguro que si llego a ver algo extraño en él no dudaré cumplir con el cometido.
—No te preocupes Harry, ya te dije que todos buscan sacar a Louis del trono por su distinta forma de pensar, creo que necesitará más de tu ayuda.
—Si es para acabar con todo esto, cuenten con nosotros, además, están estos pueblos que consultan la magia negra, no mentí cuando dije que se escuchaba el rumor que atacarían estas tierras. Yo no creía en nada, no hasta que vi lo que hicieron con mi madre.
—Lo sé es por eso que hemos ofrendado a los dioses para que nos guarden.
—Necesitarán más que eso.
—Harry, no blasfemes, los dioses te podrán oír. —Niall observó al techo haciendo reverencias como disculpa.
—Pues nunca escuchan sacerdote, no lo hicieron cuando rogué por mi pueblo, mataron a mi familia y la ciudad desapareció. —suspiró—. Mis costumbres son distintas, pero respeto tu pensamiento.
—Gracias por sincerarte Harry, no cabe duda que eres un omega valeroso.
—¿Crees que estará bien? —preguntó viendo a su amigo omega.
—Cuando llegue Liam lo estará, sus lobos ya se han reclamado.
—Genial, solo esto me faltaba. —resopló el omega dejándose caer en la cama.
—Entonces tocaste estas tierras solo para prevenirnos sobre el ataque.
—Sí, pero era la escusa para entrar y tomar venganza y matar al emperador.
—Pero tus planes han cambiado, ¿no?
—No del todo, no sé qué pueda suceder, las cosas siempre cambian. El padre de Louis fue un maldito para muchos pueblos. Hizo cosas aberrantes, Niall. No te imaginas que es estar en medio de un mar de sangre, gritos y desolación.
—Ya no existe, perdona a mi pueblo por el sufrimiento que te causaron.
Pasaron un rato hablando, Harry sintió esta extraña sensación por permitirse hablar tan abiertamente con Niall, momentos después Liam había tocado las puertas para ir donde el omega tendido, Niall abrió las puertas susurrando algo en el camino.
Liam hizo una reverencia a Harry, que vio a Niall achicando sus ojos y este solo levantó los hombros, riendo por la actitud exagerada de su amigo alfa para demostrar respeto ante el príncipe.
Pero en la mente de Harry estaba esta duda del porqué ambos estaban con tanta confianza con su persona, aun sabiendo que sus intenciones al inicio eran de acabar con Louis.
Harry y Niall decidieron salir de la habitación para ir a tomar algo de comida antes de que entrara la noche.
El alfa se despidió dejándolo en la cocina asegurándose de saber que el omega podría regresar, a esa hora no era muy reglar que hubiese sirvientes en palacio, ya que se iban a resguardar antes que la noche llegara.
Harry estaba tomando unos panes, un poco de vino y miel, su ubicación no era fácil de ver, así que cuando el emperador entró hablando tiernamente con algo en brazos, ninguno se percató de la presencia del otro.
Harry al girar con una charola de plata se asustó dando un pequeño brinco haciendo que Louis tomara una pose de ataque.
—Perdone, emperador, no pretendía importunar. —se calmó de inmediato, respirando para no darse a conocer demasiado.
—Tranquilo Harry, solo he venido por un poco de leche para Hani. —mostró la pequeña gata de pelaje amarillenta.
—Es muy tierna, ¿puedo? —dijo alzando sus brazos para tomar a la pequeña.
Louis se la dio con mucho cuidado y Harry sonrió al escuchar el pequeño ronroneo del animalito. Tenía el conocimiento que en esos lugares los gatos eran sagrados.
—Parece que le agradas.
—Eso parece. —sonrió —Hani es miel, justo como su color ha elegido un buen nombre mi señor.
—Gracias. —el emperador llamó tomando una postura rígida—. Harry…
—Sí. —respondió, perdido en la pequeña gatita.
—Te pediré algo. —El ojiverde inmediatamente dirigió su vista al emperador—. ¿Podrías llamarme solamente Louis?
—No creo que eso sea posible mi señor, es una falta de respeto para su persona.
—Entonces fáltame al respeto, se te otorga tal idea.
Harry se sorprendió un poco por el tono en que el alfa le hablaba, pero algo dentro de él gritaba por cumplir con el deseo del emperador.
De pronto el ambiente se convirtió en un duelo de miradas, ambos sentían su garganta secarse, el emperador avanzó unos cuantos pasos hasta estar frente a Harry. —Tus ojos son realmente hermosos.
—Gracias, señ…
—No te atrevas. —interrumpió sigilosamente.
—Pero, yo…
—Yo lo estoy pidiendo, no tienes por qué preocuparte, Harry.
El alfa se acercaba cuál depredador a punto de acechar a su presa, pero Hani maulló pidiendo comida.
Se alejó relamiendo sus labios sin quitar la vista del estado aturdido de Harry.
Louis se inclinó hasta estar muy cerca de sus labios, dirigiendo su vista al pequeño cuenco que se encontraba detrás del cuerpo del ojiverde, lo tomó y lo puso en el suelo vaciando un poco de leche en él.
El omega buscó algo de fruta y pan que Niall le autorizó tomar. —Agradezco todas sus finas atenciones han sido muy buenos con ambos. —Harry dijo para romper la nube de tensión que se había formado en el ambiente.
—Es un placer, mi palacio es tu palacio. —ladeo la cabeza inspeccionando los gestos del bello joven.
—Cuidado con lo que dice mi señor. —sonrió juguetón.
Louis rio provocando una sensación extraña en el vientre del omega.
De pronto el alfa suspiró, sujetándose los costados de la cabeza, frunciendo el ceño ante el punzante dolor que hace días se había ganado a causa de la presión que ejercían sobre él.
—¿Sucede algo? —Harry se acercó con cuidado al emperador.
—Solo un pequeño dolor que me ha molestado desde hace unos días.
—Eso es extraño, ¿podría indicarme exactamente donde se encuentra el dolor?
Louis señaló exactamente el lugar achicando los ojos un poco, Harry estaba muy cerca de su rostro examinando sus ojos.
Alzó sus manos pidiendo autorización para posar sus manos sobre la cabeza del alfa, pasó sus finos dedos por el lugar afectado acariciando inconscientemente la sien del alfa, este solo cerró los ojos ante la sensación y las caricias. Parecía que pequeños pétalos eran pasados sobre su piel aliviando un poco su malestar.
—Es un dolor causado por mucha preocupación emperador, si me permite soy poseedor de unos aceites que se usan para menguar la molestia.
—Podrías otórgame unas gotas.
—Con gusto mi… —sonrió ruborizado al notar al soberano de brazos cruzados.
El emperador se quedó viendo como si le reprochara. —Harry…
—Louis… —dijo en un hilo de voz, el alfa se alegró de escuchar al fin su nombre de esos lindos y tiernos labios.
—Suena muy bien cuando tú lo dices. —Se acercó siendo cuidadoso de no perturbarlo.
—Yo… yo iré por el aceite, ¿me permite? —preguntó, alejándose sin esperar respuesta.
Harry caminó a su habitación a toda prisa, olvidando que Liam se encontraba dentro de ella, entró sin avisar, ganándose la preciada vista de ver a su amigo acurrucado junto al general.
—Tendremos problemas, muchos problemas. —dijo a la pareja dormida, tomó el aceite necesario y lo llevó de regreso a la cocina.
Caminando con pasos firmes y con la mente distraída, pensando en los ojos del emperador que no se percató que había ido por un pasillo diferente. Se detuvo cuando escucho un pequeño cuchicheo.
—Todo está saliendo perfecto, ahora solo debemos esperar que el señor se disponga a aceptar tu mano, mi bella flor.
Esa voz le fue conocida, intentó acercarse más para ver de quién se trataba, pero unos pasos se escucharon detrás de él y viró de unos parales para esconderse, eran unos sirvientes con ropas distintas a los de palacio, como pudo se escabulló y retomó la ruta hasta la cocina encontrándose con el emperador mimando la pequeña felina.
—Pensé que ya no regresarías.
—Disculpe la tardanza, me perdí en los pasillos.
—No te preocupes, creo que era mejor acompañarte.
—No hubiera sido una buena idea, créame. —respondió tomando asiento frente a él, pensando en Liam y Zayn.
—¿Encontraste a mi general con tu amigo no es así? —Harry no supo disimular su expresión de pena y preocupación temiendo alguna mala reacción del alfa. —No te preocupes, Liam me comentó lo loco que se encuentra su lobo por tu amigo, creo que son muy tiernos.
—Pensé que querría sacarlos al enterarse. —hizo una seña para que el emperador le concediera poner el aceite en su piel, el alfa asintió dándole inmediata autorización.
—¿Tan malo crees que soy?
—Creía, pero ha cambiado este tonto pensamiento que tenía de que usted era un cabeza hueca.
—Es grato poder escucharte y saber qué has cambiado de opinión. —suspiró ante el pequeño masaje que recibía, mientras los dedos ágiles acariciaban su piel, podía sentir cómo el dolor se hacía menos fuerte en cada toque.
—Yo también lo creo, bien ahora si desea puede oler un poco de este ungüento para terminar de aliviarse. —El alfa aceptó y se acercó al frasquito, dejando que la fragancia entrara por sus fosas nasales.
Cerró los ojos ante el tenue olor floral relajante. —Es suficiente, no se debe abusar de ella o quedará completamente dormido.
—Gracias, Harry, ahora si me permites debo ofrecerte otra habitación para que puedas descansar, no creo que sea conveniente interrumpir a la pareja.
El omega no se negó a la oferta sabiendo que el alfa no tenía conocimiento de su verdadera casta. Caminaron por el largo pasillo hasta llegar donde se encontraban unos guardias custodiando puertas. —Puedes quedarte junto a mis aposentos, si necesitas algo hazlo saber a los guardias o simplemente ven a buscarme y gracias, Harry, realmente me siento mejor.
—Me es grato escuchar eso, señor, no dude en buscarme si se necesitan de mis servicios.
Se despidieron entrando cada uno a su habitación, se prepararon y fueron a sus camas preparados para entregarse al sueño reparador, sin saber que ambos compartían este sentimiento cálido y familiar.
A la mañana siguiente Harry era despertado por una omega que le tendía nuevas túnicas para que se cubriera. Le informó que los alimentos estaban listos si deseaba comer en su habitación o ir a la cocina. Harry agradeció y se dirigió a la cocina encontrándose con Liam y Zayn sentados bebiendo un poco de vino y pan.
Al instante Niall se presentó con rostro que denotaba cansancio, les saludó informando que el emperador se encontraba de mal humor, pues la comitiva de la princesa estaba exigiendo verlo y el gran alfa tenía el gusto de escuchar el reclamo por haberse negado a tomar la mano de la omega, además de algunos rumores de que había personas en palacio atentando contra la vida del emperador.
Harry empezó a relatar la pequeña conversación que escuchó la noche anterior, dejando sorprendidos a los alfas.
Lo que no sabía el joven de ojos verdes es que en las puertas había una silueta escuchando todo.
—Debes informarle al emperador Harry, esto podría ser una conspiración contra la vida del alfa y podría tratarse de la omega.
—Planeaba hacerlo, pero quería investigar un poco más.
—Yo he descubierto algunas cosas pasé toda la noche leyendo los pergaminos sagrados.
Estaban asombrados de lo que estaban descubriendo dentro de palacio podría haber un traidor, así que decidieron que los alfas fueran con Louis intentando suavizar el nuevo problema que se venía.
Zayn regresó a su habitación en búsqueda de los inhibidores de olor. Mientras Harry les alcanzaría después de recibir el aceite que le faltaba para la pócima.
No se percató que alguien estaba escuchando todo lo dicho ni que ahora estaban siguiéndoles, en el camino escuchó unos pasos tras él, volteó, pero ya no pudo hacer nada para defenderse cuando recibió un enorme golpe a un lado de su cabeza, cayendo inmediatamente desmayado.
El alfa levantó el cuerpo del omega para llevarlo a donde se le había ordenado.
—Despiértalo. —ordenó una voz.
Unos golpes y agua sobre su rostro le hicieron abrir los ojos encontrándose con uno de los concejales, el más viejo de todos.
—Príncipe omega. —saludó el alfa, Harry se retorció un poco por el dolor.
—¿Qué ha sucedido?
—Tenías que venir a estropear mis planes, ¿no engendro del mal? Porque no te quedaste en tu inmunda tierra.
—No entiendo de qué hablas.
—A ver si te refresco la memoria. —el alfa viejo cubrió su rostro tomando unos utensilios para arroparse, se burló ante la reacción que estaba dando el omega.
—No puede ser, eres el hechicero, tu rata rastrera acabaste con todos, ya verás cómo los dioses se harán cargo de ti.
—Aún no entiendo cómo es que sobrevivieron a la enfermedad y a la matanza contra los omegas del viejo alfa.
—¿Qué pretende tu retorcida cabeza?
—Simple, hacer que el emperador se case con Nira y después haré que el gran alfa sufra una muerte por los visitantes misteriosos que un día llegaron a palacio, entonces el trono me pertenecerá y seré el máximo faraón que estas tierras han visto.
—Eres deplorable, el soberano acabará contigo infeliz.
—Ese tonto no podrá con mi poder, ni su padre fue capaz de luchar contra mí.
—¿Mataste a tus señores? Pero qué vil y despreciable no mereces a tu lobo ni tu instinto, has manchado la regla sagrada.
—No asesine a la gran esposa real, eso fue trabajo del viejo alfa, cuando la señora Anit se enteró de que en su vientre llevaba un cachorro, fue la más feliz del reino, pero cuando el pequeño demonio nació como un omega varón, el antiguo alfa se hizo cargo de ambos.
El concejal se burló. —Todos siendo muy tontos creyeron que enfermó y murió porque así los dioses lo querían.
—Son unos malditos e infelices, ruega para que tu alma no se quede deambulando por el mundo porque de mi parte te deseo que nunca encuentres la paz y no seas digno de ser guiado por Anubis.
Meketre enfureció ante las palabras de ese omega insolente. —Azótalo, quedaremos como salvadores ante el pueblo, de una u otra forma llegaré a ese trono.
Salió cambiando rápidamente sus ropas para ir a la sala real riendo al escuchar el cuero en la piel del príncipe.
En el gran trono el emperador se encontraba enojado a punto de emitir aquellos rugidos ensordecedores y mostrar sus colmillos para sacar a toda esta muchedumbre de su presencia.
Todos los del concejo discutían y alegaban los de la comitiva de la princesa demostraban su descontento por la situación en que se encontraban.
La princesa omega no dejaba de sollozar en el regazo de una de sus damiselas.
Niall se acercó apresuradamente al gran alfa para informar de los descubrimientos la noche anterior, aclarando que Harry también debía decir algo importante.
Louis pareció relajarse con tan solo escuchar el nombre, las puertas fueron abiertas dejando ver al gran concejal que traía una sonrisa petulante en el rostro. Niall buscó a su nuevo amigo con la vista, pero no lo encontró, le hizo señas a Liam y a Zayn, pero parecían no saber nada del omega.
—Señor, es imprescindible que tome inmediatamente la mano de la princesa Nira, pero antes de eso quiero informarle que he descubierto a personas de palacio conspirando contra la salud del gran portador de la corona.
Todos en la sala jadearon ante tal arrebato, Louis se recompuso escuchando lo que el viejo Meketre debía decir.
—Los forasteros, mi señor, son espías de otro reino enviados por la misma oscuridad para acabar con su vida, son malditos omegas y han mentido a todo el reino.
Liam en ese instante cubrió con su cuerpo a Zayn.
—¿Qué cosas dices, Meketre?
—La verdad mi señor he investigado y sé de quienes se tratan, ellos son tratantes de la magia negra, son omegas que han realizado hechizos para quitar su naturaleza y fingir que son alfas, son demonios de Seth que han venido para acabar con su vida emperador, pero yo capturé a la cabeza y ahora están dándole su merecido en las mazmorras de palacio. —sonrió.
Un gran chillido se escuchó por todos lados, era el pedido de auxilio de un omega para su alfa.
Louis se levantó del trono caminando a toda prisa por los pasillos, siendo seguidos por el general y el sacerdote junto a Zayn.
El rugido que brotó de lo más profundo del alfa provoco que Zayn callera al piso, los alfas quedaron aturdidos por la brutal fuerza.
Con gran fuerza abrió las puertas, Harry estaba colgado por cadenas, ambos brazos extendidos y su espalda marcada por latigazos.
El emperador sin esfuerzo alguno arrancó las enormes cadenas para verificar el estado de Harry, temió cuando lo notó desmayado, sus manos fueron manchadas con ese bello carmín.
Con cuidado lo cargo en sus brazos saliendo y pidiendo a Niall que fuera de inmediato a curarlo, ordenó a su general que no permitiera a nadie salir de palacio.
Harry abrió por un instante los ojos. —Alfa. —susurró
—Te tengo mi omega
—Yo debo decirle algo. —habló con cuidado el adolorido ojiverde.
—Tranquilo lo sé todo.
—No, intentan acabar con su vida mi señor. —Louis con pesar fijó su vista en el cuerpo mancillado.
—¿Qué dices?
—El concejal planea que usted tome la mano de la princesa para luego acabar con su vida y así ascender al trono, él acabó con mi pueblo, también mató a su padre, todo ha sido un plan muy elaborado. —habló amortiguado y adolorido.
Louis suspiró la furia, corría por sus venas, algo dentro de él le decía que debía creer en Harry, sus ojos no mentían.
El emperador caminaba con el omega en sus manos mientras lo depositaba sobre un catre, esperando los preparados de Niall para curar sus heridas.
—Prometo regresar por ti, ahora debes ser fuerte y dejar que Niall limpie tus heridas, te prometo que se pagara sangre con sangre.
El sacerdote le dijo que fuera a solucionar el problema y que él se haría cargo de todo de ahí en adelante.
Sus pasos fuertes y seguros se dirigieron dentro a la sala, había conmoción por todos lados y cuando lo notaron inmediatamente todos se callaron.
El concejero tenía estampada una sonrisa en el rostro pensando que el emperador había acabado con la vida de aquel engendro al notar sus ropas teñidas con sangre.
Louis caminó hasta pararse justo frente a él, Meketre sonrió. —Veo que aún existe la justicia, mi gran señor
Liam se acercó a su emperador para dar apoyo.
Louis sacó la filosa espada del traje del general, mientras todos veían atentos a lo que el gran rey haría.
—Inclínate. —le ordenó.
De inmediato el concejal hizo una reverencia ante su faraón, sonriendo para sus adentros cuando la espada estuvo sobre su hombro derecho.
—Esto es lo que pasa a todo aquel honra a su emperador, será llenado de galardones y tendrá la bendición de los dioses y la del gran faraón. —Uno de los concejales de la comitiva de la princesa se dirigió a todos.
Esperaban expectantes en curiosidad, deseando saber que nuevo cargo se le otorgaría al concejero sabiendo que los más importantes eran el de ser sacerdote y concejero real…
Un silencio de sepulcral rodeo a quienes se encontraban en la sala, pues nadie esperaba que el emperador alzara con tal precisión el arma apuntando al cuello del concejero, haciendo rodar la cabeza de este por el suelo.
—Y esto es para los traicioneros del reino, porque cuando no tienen lealtad por sí mismos, no la tendrán por nadie. —Louis habló con voz ronca.
Liam mandó a algunos soldados que sacaran el cuerpo y lo tiraran por el desierto, para ellos no había mayor deshonra que no ser sepultados dignamente.
El emperador se posicionó frente a todos cuando ya se encontraba limpio. —Este es mi reino y todo aquel que no le gusten las nuevas disposiciones, las puertas de estas tierras son lo suficientemente anchas para que salgan por ellas, de ahora en adelante los omegas tendrán el mismo valor que nosotros, sean hombres o mujeres, podrán andar libremente en las calles sin ningún tipo de insulto.
—… Ya no será necesario que se escondan o teman por sus vidas y para aquellos que osen importunarlos los calabozos estarán esperándolos, de hoy en adelante inicia una nueva vida, un nuevo legado porque este es mi reino. —rugió el alfa.
En la gran sala se escuchó, él vitoreó de todos los presentes.
Cuando hubo silencio en la sala, el emperador caminó por todo el sitio. —Princesa, mándele saludos a su padre, pronto estaré en contacto con él, que Ra sea benevolente con su comitiva y puedan llegar en paz a sus tierras. —habló firme para luego dirigirse donde estaba su omega.
Al llegar vio el cuerpo de Harry tendido sobre un catre, desnudo de la cintura hacia arriba, su piel marcada con algunos trapos con aguas curativas.
Pidió a Niall quitarlas, se despojó de las telas que cubrían su cabeza y con cuidado se acercó apreciando la delicada piel que había sido marcada.
—Lo siento, por favor, perdóname. —paso sus labios sobre cada una de ellas con tal delicadeza que temía dañarlo más, dejó que su saliva actuara como un ungüento medicinal, los alfas tenían poderes curativos con sus omegas.
Harry se removió inquieto, sintiendo un alivio inmediato en su espalda, abrió los ojos, encontrándose con los orbes azules del gran emperador.
—Hola, mi príncipe.
—Mi rey. —saludó con lágrimas en los ojos.
—Lamento tanto esto, te aseguro que el cuerpo de ese traidor está siendo tirado en alguna parte del desierto.
—Lamento no haberle informado la verdad desde un principio.
—No te preocupes por eso, ahora debes recuperarte, tenemos mucho que hacer.
—¿Qué le hace pensar que seguiré en palacio? —respondió con tono burlón.
—Bueno, espero que mi cortejo te retenga lo suficiente para que no desees marcharte.
—Un emperador sabio, eso no lo esperaba. —Harry sonrió tímidamente viendo la mano del alfa acariciar la suya.
—Eres excepcional.
—Lo sé, pero antes debo decirle toda la verdad y si aún me acepta, después de eso estaré gustoso de compartir la vida junto a… ti.
Y esto era lo que Louis adoraba. Después de todo el relato lo único que recibió el omega fue una gran admiración por la valentía, el alfa se disculpó en todo momento por todo lo que su padre había causado, entendería si el omega quería algún tipo de venganza contra su vida, pero lo único que él respondió fue.
—¿Acaso el heredero debe pagar las injusticias de su padre?
Ahora no tenía ninguna duda de que Harry sería el perfecto rey y qué juntos irían en una misma dirección y cometido.
🌴
Varias lunas pasaron por el gran manto nocturno, el día del enlace llegó, no fue un camino fácil conociendo los problemas que se vendrían sobre ellos, pero juntos lograron vencer cada obstáculo y hoy estaban ahí frente a sus amigos más cercanos en la gran sala frente al sumo sacerdote quien dirigía las palabras dándoles la bendición de los dioses por su gran unión.
Ambos con túnicas blancas tejidas con los más finos hilos y con las coronas en sus manos para declararse reyes y soberanos del imperio Egipto.
Louis alzó la que pertenecía a su ahora esposo, diciendo sus palabras para que todos puedan escuchar.
—Agradezco a los dioses por traerte a mis brazos, mis días han sido mejores desde que entraste por esas puertas y hoy, delante de todos, yo, el gran alfa emperador de estas tierras, te proclamo como mi rey. —colocó la corona especialmente elaborada para el omega sobre su rizado cabello.
Louis sonrió y continuó. —Harry, por cuyo esplendor el sol brilla. —Se acercó rozando sus dedos adornados con anillos por la mejilla de su omega.
Harry con los ojos cristalizados habló. —Ahora creo que el destino mismo fue quien me guio para encontrar mi razón de ser, con gran honor, acepto ser tu rey y de igual forma yo le proclamo como mi emperador y soberano. —terminó posando la gran corona sobre la cabeza del alfa.
—Louis, por cuya existencia ahora todo cobra sentido.
Los aplausos se escucharon y ambos se acercaron para sellar sus promesas con un tierno beso.
🌴
El sol se ocultaba y la luna salía, así fue durante un largo tiempo Louis estaba radiante desde la unión con su omega.
Había conmoción en el palacio, pues el primogénito del gran emperador ha venido al mundo.
—Es hermoso, nuestro bebé es hermoso, gracias, cariño. —el gran y respetado emperador estaba recostado junto al gran esposo real, quien sostenía en sus manos al pequeño alfa.
—Claro que es hermoso alfa, es nuestro pequeño. —el omega besó la cabecita de su pequeño bebé aceptando las caricias que su rey le brindaba.
Louis besó la marca en su cuello llenándose de felicidad al sentir las emociones de su amado a través del lazo.
Su ejército fue el más poderoso, pues también se incluyeron a las demás castas tomando ventaja de las habilidades que poseían.
No hubo reinado más glorioso y justo que la dinastía del gran Louis y Harry, ambos lideraron con precisión respeto y amor por el pueblo.
Liam sostenía a un Zayn muy embarazado mientras admiraban la tierna escena de la familia real jugando en el jardín.
Niall se acercaba con algunos sirvientes con bandejas de comida, pues el emperador les había invitado a pasar una tarde familiar, el alfa sacerdote cada día les colmaba con palabras benditas y prosperas.
La madre omega de Louis había visto en visiones a su hijo pasear por los jardines con un bello omega junto a sus pequeños, en la mayoría de los escritos la omega relataba con añoranza ver esos preciosos ojos verdes y fue justo en ese momento que Niall corroboró sus sospechas.
Era claro que cuando el destino hace la jugada no hay fuerza que pueda contrarrestar lo que el universo o los dioses deparan para ti.
Y en este tipo de historias no existe un fin porque algo tan especial y mágico nunca lo tendrá, esto quedará plasmado en la memoria de todos aquellos que fueron testigos de amor tan puro como este y será relatado en las vidas venideras.
🌴🌴🌴🌴🌴🌴🌴🌴🌴🌴🌴🌴🌴🌴🌴🌴
Hola
Aquí de nuevo, ojalá les haya gustado.
Saludos y espero estén bien.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro