24 de enero, 1637

Una mamá lo daba todo por sus hijos, sin importa qué hicieran ellos, los seguía amando, pero, ¿qué hace un hijo por su mamá?

Cihangir había llegado a los aposentos de su mamá lleno de ira, hasta la fecha no le había reclamado por saber de la condición de su Haseki y no comentarle así que había llegado el momento.

—Hijo —le sonrió la Valide, parándose del sillón.

—Valide Sultan —dijo con sequedad.

— ¿Por qué ese tono?

—Mihriban es mi vida, Valide, por ella soy capaz de deshacerse del harem y matar a quien quiera dañarla.

— ¿A dónde vas con todas esas palabras?

—Sé que Mihriban fue envenenada.

Nurbanu suspiró.

—No te dije nada para no alarmarte.

—O para que no encontrara al culpable.

Es cierto.

—Lo encontrarás.

—No, ya pasaron días y no encontré al culpable. La única razón por la cual no he cortado la cabeza de Ömer es por el aprecio que le tiene Mihriban.

—Entonces perdón.

—Será mejor que esto no vuelva a suceder.

— ¿O qué? —preguntó retadora.

—Me veré en la necesidad de quitarte poder en el harem —avisó para después irse.

— ¡Ah! —gritó de coraje — ¡Estupida Mihriban!

Algún día pagarás por todo y al fin podré burlarme de ti.

✦ • ° *.

Soy Haseki Mihriban Sultan, la amada por el gobernador del mundo y el pueblo.
Al ingresar al palacio sentía que mi vida perdía sentido al ser alejada de mi hermana, pero sólo era comienzo de una nueva etapa.
Soy Tasya, la mujer inocente que entró al palacio y terminó en la cama del Sultan.
Soy la Haseki Sultan, mis enemigos son tan temerosos que querían envenenarme para acabar conmigo y fracasaron en el intento.
Soy Mihriban y mis enemigos temerán de mi presencia.

—Sultana —la nombró Ömer mientras Meleksima le ponía su corona.

— ¿Sí? —preguntó mirándose en el espejo.

—Antes de que usted y el Sultan se distanciarán, él me pidió que le entregara algo —respondió, entregándole el anillo de zafiro.

Mihriban lo tomó y sonrió.

— ¿Se lo pongo? —le preguntó la odalisca.

—Sí —sonrió.

Meleksima asintió y le puso el anillo con delicadeza.

—Es hora de aplastarlos —murmuró, sonriendo.

—Temerán no haberla podido derrotar —le aseguró Ömer.

Mihriban se paró de su silla y caminó con la cabeza en alto hasta la salida para ir rumbo al harem y así sus enemigos la vieran.

La caminata fue muy larga para la Sultana, pues deseaba hacerse presente de la mejor manera posible.

Antes de llegar a la entregada del harem, Ömer se adelantó para anunciarla.

— ¡Atención! —gritó, provocando que todos los presentes se levantaran — ¡Haseki Mihriban Sultan Hazretleri está aquí!

Para buena suerte de la Sultana todas sus enemigas estaban en el harem haciéndole reverencia.

Algún día se arrodillarán y me pedirán piedad, además, lamentaran no haberme podido matar.

Mihriban hizo su entrada triunfal ante su nombramiento. Había estado semanas en cama y estar de pie ante ellas era algo satisfactorio.

—Hola Hatun's —las saludó con hipocresía —. Felicidades por tu embarazo, Beyhan.

—Gracias, Sultana —le sonrió.

Sé que te duele, estupida.

—Allah mediante será un niño sano.

—Amén.

—Sultana, estuvo mucho tiempo sin salir de sus aposentos ¿A qué se debió? —le preguntó Rabia.

—Fui envenenada, pero hace falta más para acabarme.

—Gracias a Allah está con nosotros —dijo Raziye.

Hipócrita.

—Pero ¿Cuánto tiempo estuvo en tratamiento? Porque desde antes del nacimiento de Selin Sultan usted no salía —dijo Rabia, tomando una delicia turca de su plato que tenía a lado.

—Eso no debería importarte.

—Me importa mucho la salud de mi Haseki.

—Bien, no te diré.

—Claro, no me dirá porque no estaba enferma, estaba dolida porque nuestra majestad se enojó con usted —le sonrió.

Mihriban le regresó la sonrisa, tomando una delicia del plato de su enemiga para después llevársela a la boca.

—Cuida esa boca —la amenazó —, insolente.

—Insolente tú.

— ¡Silencio, Hatun! —le gritó Ömer.

—Agradece que no están tus hijos aquí porque les darías un mal ejemplo.

—No, agradece que estas con vida.

Mihriban no soportó más su arrogancia por lo que se dirigió al asiento que era de la Kadın.

—Ese es mi lugar.

Mihriban suspiró para después voltear a verla.

Posteriormente volteó a otro lado, tratando de no ver su rostro.

—Y yo soy tu Haseki y puedo sentarme donde desee.

Te quitaré más que el asiento, Hatun.

✦ • ° *.

Para que un buen hombre sea rey no sólo es necesario de su astucia o su mamá, si no también de sus amistades.

Rabia había escogido al nuevo amigo de su hijo que estaba siendo preparado para ser un buen jenízaro, cosa que favorecía al şehzade.

—Şehzade Cihan —le hizo reverencia Sümbül, llegando con él.

— ¿Sí, agâ?

—Quiero presentarle a alguien.

— ¿A quién?

—Él es Azad.

Cihan miró al niño de su edad aunque Azad fuera más alto ambos tenían la misma complexión delgada.

—Hola, şehzade —saludó el niño de diez años.

—Un gusto.

—A partir de hoy Azad será tu compañero en todo lo que hagas.

— ¿Por qué?

—Porque usted está creciendo, şehzade. Falta poco para que se vaya a una provincia y un buen amigo le será muy útil ya que una vez que esté allá es difícil confiar en alguien.

—Espero y nunca me traiciones —le dijo a Azad.

—Nunca lo haré, seré digno de su confianza y daré mi vida por usted.

✦ • ° *.

Cada Hatun ya se había dispersado del harem para mantenerse alejada de la hipocresía de Mihriban, pero las odaliscas no ya que la amaban por ser gentil con ellas.

—Rümeysa —la llamó Fahriye.

— ¿Qué quieres? —preguntó mirándola.

— ¿Crees que el Sultan mande a tu hijo a una provincia? —se burló.

—Sí, lo hará.

— ¿Y si no es así? Digo, el şehzade no es apto para el trono, además él también tenía un hermano con una extraña enfermedad y nunca tuvo una provincia para gobernar.

—El Sultan Cihangir es diferente a su padre.

— ¿Segura?

—Mejor cierra la boca.

— ¿Por qué? ¿Te duele la verdad?

—Dije que cerraras la boca.

Fahriye rió.

—Pobre şehzade Cihangir, verá cómo sus hermanos menores tienen una provincia y él no.

Rümeysa no aguantó más y la golpeó en la cara, llamando la atención de todo el harem.

Fahriye se tocó la cara y posteriormente le regresó el golpe. Ese fue el inicio de una pelea de golpes y jalones de cabello.

Las demás Hatun's trataban de separarlas, pero la Haseki sólo observaba el caos mientras seguía comiendo.

De pronto, la Haseki se aburrió de ver el espectáculo por lo que se levantó y caminó hasta donde la pelea se encontraba.

— ¡Ya basta! —gritó, tomando del cabello a Fahriye.

— ¡Suéltame! —le gritó.

— ¡Cuida tu boca!

Fahriye bajó la mirada.

— ¿Por qué pelean?

—Ella insultó a mi hijo —respondió Rümeysa.

— ¡Agâs! —gritó Mihriban.

Ante la mención aparecieron en el instante cinco Agâs.

— ¡Llévenla al calabozo! —ordenó, aventándola al suelo.

Ellos obedecieron y tomaron con brusquedad a la Hatun para después sacarla del lugar.

— ¡Que le quede muy claro a todo mundo que nadie puede insultar al şehzade Cihangir! ¡Que no se les olvide que su hermana es Mahienver Sultan, esposa del gran visir! ¿Entendido?

Todas asintieron.

— ¡No escuché!

—Sí, Haseki Sultan —dijeron todos los presentes.

✦ • ° *.

No era mentira que la mayoría de las familias reales en europa se casaban entre sí para mantener la sangre pura, pero en el imperio otomano no era tan bien visto y eso Felipe lo sabía.

Catalina llegó a los aposentos de la Valide con una sonrisa en su rostro.

— ¿Me mandó a llamar?

—Sí, siéntate —ordenó la Valide.

— ¿Qué pasa? —preguntó sentándose.

—Leí una carta que te llegó de tu hermano.

— ¿Dijo algo malo?

—Al contrario. Te propuso algo.

— ¿Qué fue?

—Casar a tu hijo Mustafa con una familia noble de españa. Ellos aceptan que la mujer se convierta al Islam con tal de unir fuerzas.

— ¿Con quien se casaría mi hijo?

—Con una del linaje Navarro.

—Navarro —susurró.

Si él se casa con una noble que es apegada a la realeza, puedo asegurar el futuro de mi hijo por si no llegase al trono.

—Que así sea.

✦ • ° *.

Un enamorado es peligroso y dos son peor.

Mihriban se encontraba frente a su amado, sonriéndole por estar de pie frente a él una vez más.

—Amada mía —le sonrió Cihangir a su esposa.

—Esposo mío —le sonrió.

—Dijeron que era algo urgente tu llamado.

—Así es —dijo con seriedad —. Fahriye Hatun se burló de Cihangir.

— ¿Qué?

—La mandé al calabozo por ello.

¡Maldición!

—Al parecer no puedo proteger a mi hijo.

—Claro que podrás, poniendo el ejemplo.

— ¿Qué tienes en mente?

—Mandarla al antiguo palacio.

Si no hago algo mi hijo sufrirá peor.

—Entonces que así sea.

—Nadie se atreverá a mirarlo con desprecio.

—Nunca más será así.

¡Hola!

¿Creen que Mihriban hizo lo correcto?

¿Qué creen que ocurra después?

¿Con qué Sultana se identifican?

Otro capítulo dedicado a AlinaSultan22 y EvelynKim084