
27 ||Partida
8 de enero, 1641
El şehzade Selim contemplaba la fuente del primer patio mientras Kamerşah Hanimsultan se encontraba dándole de comer a los peces.
— ¿Cuándo planeas hablarle? —le preguntó Burak, llegando a su lado.
—Es nuestra prima —se lamentó.
— ¿Y? Después de todo papá nos quiere por igual.
—No comprendo.
—Puedes estar con ella. Si eres correspondido puede que el Sultan les permita estar juntos.
—Eso no va a nuestras costumbres.
— ¿Cuándo te ha importado eso?
Selim rió.
— ¡Kamerşah Hanimsultan! —le gritó Burak.
La Hanimsultan volteó a verlos.
— ¿Qué haces? —lo regañó su hermano.
—Ayudándote —respondió sonriente.
Kamerşah caminó hasta donde se encontraban sus primos e hizo reverencia en cuanto llegó con ellos.
—Şehzadesi —les sonrió.
—No nos hemos presentado, soy Burak y él mi hermano Selim —dijo señalándolo.
—Hola —le sonrió Selim.
—Bueno, me voy —se despidió el menor.
La mujer le hizo reverencia mientras su primo se iba.
— ¿De dónde eres?
—Nací en Antalya —respondió —. Usted es hijo de la Haseki Sultan ¿Verdad?
—Sí —sonrió.
—Debo de confesar que admiro a Mihriban Sultan, no sólo por su belleza, inteligencia y astucia.
— ¿Entonces?
—Tiene hijos gemelos ¿Cómo no los confunde? —bromeó.
Selim rió.
—Burak y yo nos aprovechamos de eso, pero la Haseki se da cuenta luego.
— ¡Ve! Por esa la admiro —dijo riendo.
✦ • ° *.
Adirah caminaba por los pasillos del harem con la cabeza en alto ya que pronto sería presentada ante un fuerte candidato al título de Sultan y probablemente ella fuera su esposa legal. No era para menos ese carácter, después de todo Raziye Hatun la había entrenado. Aunque no había conocido a ese şehzade estaba segura que caería ante sus encantos. Justo cuando ella transcurría cerca del segundo patio se encontró con el şehzade Ahmed, sabía que era él por los rasgos físicos de Mihriban, pero en sí nunca lo había visto al igual que a sus hermanos. Ella hizo reverencia con su semblante serio y sin esperar a que Ahmed terminara de pasar, ella siguió su caminata.
—Tienes mucho valor, niña —le dijo Ahmed.
Adirah se detuvo y volteó a verlo.
— ¿Por qué lo dice, şehzade? —preguntó mirándolo a los ojos.
—Por todo, pero más que todo por mirarme a los ojos, cosa que es una insolencia.
Adirah rió.
—Perdón por mi insolencia, şehzade.
Ahmed la miró de pies a cabeza.
— ¿Por qué tu cabello es de ese color?
—¿Por qué le importa eso?
—No lo había visto antes, se me hace muy peculiar.
— ¿Peculiar o raro?
—Peculiar.
—Claro, y raro no —dijo con sarcasmo.
—Lo digo enserio.
—Desafortunadamente vivimos en una época donde es más importante el color de cabello que la inteligencia.
—No quise decir eso.
—Pero probablemente lo pensó —sonrió con hipocresía — ¿Puedo irme?
Ahmed asintió.
Adirah hizo reverencia y posteriormente se fue.
✦ • ° *.
Mihriban Sultan caminaba junto a Meleksima por un pasillo poco concurrido debido a su lejanía de lugares importantes para hablar de asuntos importantes.
— ¿Qué hacemos hasta acá, Haseki?
—Necesita hablar de algo importante contigo.
—La escucho.
—Ya decidí quién irá con el şehzade Cihan.
— ¿A quién pondrá como su futura esposa?
—No me refería a eso.
—Ilumíneme.
—Süleyman agâ irá con él, será nuestro informante.
— ¿Podremos confiar en él?
—Sí, después de todo lo bañaremos de lujos.
— ¿No teme que pueda tomarles cariño?
—No, es ambicioso, y no le diremos todos nuestros planes, siempre tendremos un plan B.
Meleksima asintió, comprendiendo.
— ¿En verdad sucedió eso? —preguntó una voz familiar.
Mihriban y Meleksima recocieron dicha voz y decidieron poner atención.
—Sí —respondió Ishak — ¿Sabes? Eres muy hermosa.
—Y tú muy apuesto.
Mihriban sonrió. Poco a poco ella y su odalisca se acercaron y vieron a la Sultana siendo besada por un agâ. La Sultana tosió, llamando la atención de los enamorados que se separaron con rapidez y le hicieron reverencia.
Maldición.
— ¿Quién eres? —le preguntó Mihriban al agâ.
—Ishak.
—Ishak, déjame a solas con la señorita, por favor.
El agâ hizo reverencia y posteriormente se fue.
—Hümaşah Sultan y un agâ —se burló.
—Sultana, le pido que no diga nada.
—Yo no diré nada, tú irás con el Sultan y se lo dirás.
—No me haga esto, por favor. Puedo hacer lo que usted me pida.
La Haseki Sultan sonrió.
—Quiero que hoy robes el sello de tu mamá y no sólo cerraré mi boca, haré hasta lo imposible para que te cases con el agâ.
— ¿Para qué quiere el sello?
—No afectará a tu hermano, tranquila.
—Prométalo.
—Lo prometo por mis hijos.
—Así será.
✦ • ° *.
Las víboras seguían siendo víboras y las dobles caras seguían siendo hipócritas. Beyhan estaba en sus aposentos junto a su odalisca, disfrutando de su té.
— ¿Qué planes tiene?
—Ninguno, sólo fortalecer los aliados de mi hijo, pero eso será en cuanto esté en su provincia —respondió Beyhan.
— ¿No teme por Şahihuban?
—No, a la que siempre se tiene que temer es a Mihriban, esa mujer nunca revela sus planes y ahora que se quedará aquí, menos.
—Pero por lo menos sus hijos serán blancos fáciles.
—No los atacaré, Mihriban los tendrá bien vigilados.
— En dado caso ¿Qué hará?
—Atacaré a otros menos favorecidos.
— ¿A quién?
—İbrahim o Mahmud.
— ¿A pesar de la distancia?
—A pesar de la distancia.
✦ • ° *.
Ahmed no había dejado de pensar en aquella melena blanca llena de sabiduría por lo cual haría lo necesario para que estuviera a su lado.
El mayor de los hijos de la encargada del harem se encontraba frente a su madre, decidido.
— ¿Por qué esta reunión? —le preguntó la Haseki a su hijo mayor.
—Quiero a una mujer en especial en mi harem.
— ¿Quién es?
—No sé su nombre, pero sé que es la única joven de cabello blanco.
— ¿Cabello blanco?
Ahmed asintió.
La odalisca de Raziye.
— ¿Por qué a ella?
—Me gusta su forma de pensar y eso es muy valioso para mí.
—Hay muchas mujeres inteligentes.
—Pero para mí sólo es ella.
— ¿No quieres a alguien más?
—No, es ella o me voy sin mi harem.
¡Por Allah!
—De acuerdo.
Meleksima entró e hizo reverencia.
—Hümaşah Sultan llegó.
—Hazla pasar y busca a Raziye Hatun, que venga a mí.
Meleksima asintió, hizo reverencia y salió.
—Me voy —dijo Ahmed haciendo reverencia para después salir.
A los pocos segundos Hümaşah entró.
—Lo tengo.
Mihriban se paró y le arrebató el sello con delicadeza. Después fue a su mesa donde selló un documento en blanco, pero que en un futuro le serviría de mucho.
—Vete, pronto recibirás noticias sobre tu boda con ese agâ.
Hümaşah asintió y posteriormente salió.
Estás acabada, Safiye Hatun.
Minutos más pasaron hasta que Raziye y su odalisca llegaron frente a ella.
— Mihriban Sultan —se reverenció la Hatun y su sirvienta de cabello blanco.
—Lo que te diré no te gustará y a mí tampoco, pero no tengo opción.
—Te escucho.
—Mi hijo Ahmed quiere que tu odalisca forme parte de su harem así que te pido que se la regales a mi hijo.
¿Qué? ¿A mí?
Raziye rió.
En un principio era para Ahmed, pero después preferí a Cihan por su madre. Al parecer su destino es estar juntos.
— ¿Qué gano a cambio?
— ¿Qué quieres, arpía?
—No lo sé, convénceme.
—La seguridad de que no tocaré a tus hijos.
Bien jugado.
—Trato hecho —sonrió.
✦ • ° *.
Mihriban había entrado a los aposentos de su esposo, dispuesta a completar su trato.
—Mi amada esposa.
—Mi amado esposo —sonrió.
— ¿Qué te trae tan pronto a mis aposentos?
—Vine a hablar de tu hija, Hümaşah Sultan.
— ¿Qué hizo?
—Nada.
— ¿Entonces?
—Dices que amas a tus hijos por igual ¿No?
—Así es.
—Demuéstralo.
—No entiendo.
—Hümaşah habló de mujer a mujer conmigo ya que le teme a su madre.
— ¿De qué hablaron?
—De amor.
— ¿Amor?
Mihriban asintió.
— ¿Quién es el afortunado?
—No te gustará.
— ¡Por Allah! ¿Quién es?
—Un agâ blanco.
— ¡Maldición! —se quejó — ¿Un agâ?
—Hablé con ella y en verdad lo ama.
— ¡Es un agâ!
—Puedes volverlo parte de la caballería o que forme parte de los jenízaros, sabes que es bueno tenerlos de tu lado.
Cihangir suspiró.
— ¿En verdad lo ama?
—Lo ví en sus ojos.
—Que así sea, después de todo su esposo murió hace dos años.
10 de enero, 1641
El tiempo seguía corriendo y las déspotas seguían sonriendo.
La Kadın se encontraba en su aposento, lleno de recuerdos y arrogancia.
—Dos días y me iré de este lugar —dijo Rabia, sonriendo.
—Así es, Kadın.
—Me iré siendo Kadın y regresaré siendo Valide Sultan.
—No lo dude.
— ¿Ya tienes las muchachas para el harem de mi hijo?
—Sí, ya están listas.
—Ya sabes, Gülşah tiene que convertirse en favorita.
—Así sucederá. La mandaré la primera noche.
—Envíala seis días, necesito pronto un nieto.
—Así sucederá.
✦ • ° *.
No sólo şehzadesi partían a sus provincias, también hermanos que se amaban, en especial tres inocentes que admiraban el atardecer desde el tercer patio.
—Pronto nos iremos —dijo Bayaceto.
—Nos veremos cada cierto tiempo ¿Verdad?
—Sí —respondieron Ahmed y Bayaceto al mismo tiempo.
—A pesar de las circunstancias no debemos olvidar nuestra promesa —dijo Ahmed.
—Y aunque nuestras madres tengan sus diferencias no tenemos que ponernos en contra.
—Además, nunca traicionarnos —finalizó Cihan.
—Hermanos por sangre —habló Bayaceto.
—Amigos por amor —habló Ahmed.
—Y colegas por elección —habló Cihan.
12 de enero, 1641
Mihriban observaba cómo sus enemigas –menos Raziye– salían del lugar, ella sonreía ante su gran victoria ya que el harem sería completamente suyo.
Cuando regresen yo estaré gobernando el palacio.
Rabia miró a sus enemigas, sonriente.
La guerra inició.
Pero todas se equivocaban, la guerra aún no comenzaba.
¡Hola!
¿Quién cumplirá sus planes?
¿Quién es el favorito?
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