Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

5. Una nueva vida.


El camino era largo, pero se sentía corto en compañía de alguien tan especial como él. Cuando Kimiosea se decidió aceptar la propuesta de Dreiko, ambos caminaron a su departamento para sacar todo lo que pudieran, y después avanzaron al centro de Beroa para tomar un samuar que llegara al centro de Gueza.

Vínia era un lugar bonito, lucía muy sencillo y las casas eran pocas en comparación con el enorme paisaje. Más adelante comenzaba Ífniga, que resultaba significativamente más amplio que Vínia, con más casas, más negocios, más entretenimiento y varios castillos. Pero la nueva residencia de Kimiosea la esperaba solamente en Vínia.

Tuvieron que caminar desde el centro hasta Vínia con las maletas en mano. Cuando se vieron ahí, Dreikov los dirigió a una casa pequeña pero hermosa. Estaba toda cubierta de enredaderas, lo cual la hacía parecer salida de un cuento de hadas. La casa la compartirían con una pequeña familia, el piso de arriba era para los otros inquilinos y la planta baja era para ellos dos.

Entraron y una fresca corriente de viento los golpeó en la cara. La sala era acogedora, color carmín, lucía unas escaleras del lado derecho que conducían al primer piso, y cuadros con tonos ocre colgados en las paredes que parecían vigilarte. Al fondo se encontraba una cocina que parecía ser más oscura por sus tonos verdes, y dos habitaciones pequeñas, junto con el baño en el lado izquierdo.

Kimiosea y Dreikov dejaron todas sus cosas sobre el comedor que estaba justo al centro de la casa, decorado solamente con un jarrón muy largo color perla que contenía una flor lo doble de larga. Los muchachos se miraron un momento y Kimiosea sonrió, el chico simplemente le lanzó una mirada profunda y caminó para examinar la casa.

Kimiosea se quedó un momento sentada en la sala observando todo con emoción, estaba tan contenta de haber dado aquel paso. Por fin viviría en lo que Dreikov denominaba "el ambiente digno de un artista". Algo que seguramente Naudur jamás hubiera entendido. Esa noche durmió tranquila, durmió feliz, durmió llena de paz y con un sentimiento especial que le decía que había tomado la mejor decisión de su vida.

Despertó el primer día de su vida con Dreikov llena de entusiasmo. Corrió las cortinas de su nuevo cuarto, que era más amplio que el de Beroa, y sonrió al admirar el bello paisaje que se alcanzaba a ver desde su ventana: un verde grisáceo muy propio de la temporada. La muchacha se vistió y se hizo su larga trenza rubia, la decoró con unas cuantas florecillas que había en un florero junto a la cama, y caminó hasta el comedor.

El frío de la mañana hacía que la casa pareciera más sola de lo que de por sí ya estaba, Dreikov aún no despertaba por completo, pero se escuchaban sus sonidos al dormitar. Kimiosea se abrazó a sí misma para protegerse del frío. Estaba hundida en sus pensamientos cuando la puerta fue abierta, la muchacha se sobresaltó y abrió sus ojos miel para admirar a una pareja con una pequeña niña. Todos tenían la apariencia de venir muy cansados, estaban cubiertos con túnicas gruesas y sólo le dirigieron una mirada rápida a Kimiosea para después subir por las escaleras del lado derecho jalando unas pesadas maletas.

La chica se extrañó por la rapidez con la que caminaron a su parte de la morada, pensó que al ser compañeros de casa al menos se molestarían en saludar. Justo se acababa de escuchar cómo el último miembro de la familia estaba terminando de subir las escaleras, cuando la puerta de la habitación de Dreikov crujió y el chico salió tallándose los ojos para después irse a sentar junto a Kimiosea.

—Buenos días —saludó cariñosa la muchacha.

—Hola —contestó el muchacho que parecía adormilado—. ¿Qué vamos a desayunar?

—Pues... se me antojan unos pariquesos o algo de pan, tú sabes, algo tostado y, si se puede, con un poco de fruta. No sé cuáles son las que se dan en esta región —dijo Kimiosea imaginando los deliciosos pariquesos que desayunaba todas las mañanas.

—Me parece una buena idea —secundó Dreikov sonriendo al tiempo que se levantaba—, iré a escribir un poco mientras todo está listo —expresó el joven al tiempo que se levantaba y comenzaba a caminar de regreso a su cuarto.

—Pero... —comentó Kimiosea sorprendida—. ¿Quieres que los prepare yo?

—Mi hermosa doncella, sería un favor estupendo... gracias —contestó Dreikov con tranquilidad cerrando la puerta de su alcoba.

Kimiosea se quedó mirando el pequeñito pasillo que conducía al cuarto de Dreikov como esperando que éste regresara y cambiara las palabras dichas, pero como transcurrieron los segundos y nada parecía suceder, no tuvo más remedio que levantarse, ir a la cocina y comenzar a preparar el desayuno con los pocos ingredientes que encontró. Cuando terminó, fue a avisarle a Dreikov que todo estaba listo. La conversación no resultó tan amena como lo solían ser sus conversaciones en el café de Beroa. Dreikov parecía muy pensativo. Miraba al horizonte con profundidad, cuando de pronto y sin aviso, se levantó de la mesa y volvió a encerrarse en su cuarto. Kimiosea se quedó sorprendida, era cierto que su platillo no era del todo delicioso, pero no pudo haber sido aquella la razón por la cual Dreikov se retiró tan rápidamente de la mesa sin terminar de comer. La muchacha trató de esperar al joven lo más que pudo, pero el estómago le rugía y simplemente terminó acabándose su desayuno. Pasaban minutos y minutos y el chico no salía de aquel cuarto. Kimiosea seguía sentada en el comedor, hasta que de pronto, alcanzó a notar cómo la perilla de la puerta de la habitación se movía y el apuesto joven caminaba de vuelta a la sala.

—¿Qué haces aquí todavía? —preguntó Dreikov extrañado.

—Yo... te estaba esperando para que terminaras de desayunar —contestó sonriente la chica.

—Pero si ya casi es hora de comer, no puedo terminar mi desayuno ahora —explicó con tranquilidad el escritor—. Tendrá que esperar para mañana.

—Ya veo... ¡No te preocupes! Iré al centro del pueblo y te compraré algo delicioso de comer —dijo entusiasmada la rubia mientras se levantaba.

—Claro, cariño, muchísimas gracias —expresó Dreikov caminando hacia la cocina. — Ya he reactivado nuestro registro en el sistema de agua de Gueza, pero asegúrate de que todo haya quedado bien porque no han pasado a repartir el agua. Me fui mucho tiempo y, ya sabes cómo es todo lo controlado por la realeza.

—Sí, por supuesto —contestó Kimiosea con un enérgico movimiento de cabeza, se levantó contenta y caminó hacia la puerta cuando recordó algo importante—. Emmm.... ¿Dreikov?

—Sí, dime —respondió con aquel tono elegante que Kimiosea adoraba.

—Yo... lo lamento, pero casi no traje niros conmigo —explicó la chica y él simplemente sonrió.

—No te preocupes Kimiosea, ahí, debajo de aquella repisa, guardo mis niros. Todo lo mío es tuyo ahora, toma lo necesario —dijo Dreikov y Kimiosea sonrió mientras llenaba una pequeña bolsita de tela con algunos niros—. Me avisas cuando esté listo, preciosa, por favor.

La chica asintió antes de salir de la casa y comenzó a caminar por las veredas de Gueza llena de alegría. Vínia no tenía muchos comercios, así que el centro de éste apenas albergaba unos cuantos negocios que no estaban para nada concurridos.

Kimiosea acudió primero a comprobar si la reactivación de los servicios habían quedado correctos, los encargados le dijeron que la aprobación se había atrasado un poco, pero que l en un par de horas, se le haría entrega de los barriles de agua correspondientes. Posteriormente, la rubia se dirigió al mercado y compró frutas frescas, papas y verduras, además de una pequeña jarrita de agua, para hacer una sopa que tuviera como postre una buena copa de frutas y jugo.

Llegó contenta a la casa con tantas cosas en las manos que le costó mucho abrir la puerta. En cuento logró entrar, no tardó ni un segundo para empezar a lavar y a cortar las verduras. Hacía mucho tiempo que no veía tantos ingredientes juntos y eso le causaba una alegría incontenible.

Afortunada o desafortunadamente, la cocina estaba muy bien equipada y Kimiosea no tardó en encontrar una olla digna de su sopa y recipientes merecedores de ella y Dreikov.

El agua de la sopa estaba hirviendo y la rubia terminaba de picar las papas restantes, cuando alguien llamó a la puerta. La rubia se limpió las manos y corrió hacia la puerta, eran los repartidores que le entregaron sus barriles de agua potable y de agua no potable. Éstos resultaban menos fáciles de manejar que los de Noif, no tenían llave al costado, sólo una palanca para abrirlos y sacar el agua con un recipiente hondo. Kimiosea se disponía a seguir con la preparación de la comida cuando la voz de Dreikov se escuchó.

—¡Kimiosea! —la llamó desde su cuarto—. ¿Podrías traerme un vaso con agua, cariño?

La chica estaba muy atareada, pero no podía negarse, al menos eso sentía ella, así que tomó un vaso a toda velocidad y lo llenó con agua. Llamó a la puerta de la habitación del muchacho y él abrió únicamente el espacio necesario para recibir el vaso. Ella suspiró y regresó a su ardua tarea.

Tomó dos platos hondos cuando vio finalizada aquella sopa. La sirvió con delicadeza y colocó los platos sobre la mesa, junto con los vasitos con fruta y una jarra llena de jugo de fresa para acompañar.

Kimiosea avisó a Dreikov que todo estaba listo, el muchacho salió poco después de su cuarto sobándose el estómago y se sentó antes que Kimiosea a saborear aquella humeante sopa.

—Dreikov... —dijo ella antes dar su primera cucharada—. ¿Qué es lo que haces ahí adentro?

—Escribo, Kimiosea, escribo —respondió con calma el joven—. La inspiración llega de vez en cuando y es para aprovecharla, ¿o qué no te dije que era un ambiente de artistas?

La rubia asintió y siguió comiendo. Realmente aquello fue lo único que se dijo durante esa comida. En cuanto terminó, Dreikov regresó a su cuarto y Kimiosea se quedó un momento en la mesa reflexionando, o al menos eso quería hacer, cuando se vio interrumpida por las moscas que comenzaban a juntarse sobre los platos sucios del desayuno. La chica se levantó y lavó todos los trastes de una vez, al acabar, tomó una escoba y barrió el polvoso piso, y así se fue pasando de una tarea a otra hasta que se encontraba con el cabello desarreglado mientras limpiaba la mesa.

La puerta principal se abrió de repente y la mujer de la otra familia la miró de aquella manera extraña mientras guardaba sus llaves en el bolsillo del vestido, después subió por las escaleras sin decir una palabra. Kimiosea se preguntaba qué sucedía con aquella familia cuando alguien llamó a la puerta, era la correspondencia.

Kimiosea salió a recibir al cartero, éste le entregó dos cartas y un sobre. Las cartas iban dirigidas a "Dreikov Amara" y el sobre era para "El cazador de ideas". Se estremeció al recordar que aquel era el escritor preferido de su mejor amiga, Esmeralda. Se quedó un momento pensando y después fue a la habitación de Dreikov para entregarle las cartas.

—¿Sí? —preguntó él sin quitar la vista a una hoja de papel en blanco que llenaba enérgicamente. Era la primera vez que ella veía su cuarto, aunque fuera desde la puerta. Se admiraba todo, absolutamente todo, lleno de hojas y plumas.

—El correo llegó, hay cartas para ti —dijo Kimiosea y el joven se levantó de golpe—. Aunque... creo que una no es tuya.

—¿Por qué lo dices? —inquirió Dreikov con un tono de extrañeza.

—Es para... "El cazador de ideas" —expresó Kimiosea y él sólo soltó una risa.

—Kimiosea, ese es mi seudónimo —afirmó el joven arrebatándole el sobre al tiempo que cerraba la puerta de su habitación. Kimiosea se quedó con los ojos muy abiertos. Era él, él era "El cazador de ideas".

-------------------------------------------------------------------------------------------------------

¡Hola, chicos! Una enorme disculpa por no haber actualizado el viernes, pero tuve problemas personales mayores que me impidieron actualizar esta obra y "Libélula". De cualquier forma, ahora todo está bien y las actualizaciones seguirán como si nada.

Les recuerdo que esta obra se actualiza cada viernes, aunque estoy pensando en aumentar el número de actualizaciones ahora que vamos adentrarnos en más aventuras. Si quieren leer los capítulos de Imperia antes de que se haga la actualización aquí, pueden acceder al link del Patreon que se encuentra en mi perfil y unirse como patrocinadores para tener este y otros beneficios. Realmente me ayudarían muchísimo a seguir creando :3.

¡Nos vemos el próximo viernes! Un beso :D

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro