Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

58. El cuaderno no era serio


Comenzaron a pasar las semanas, Esmeralda y Kuri lograron que Wolt hablara al menos un poco, y lo convencieron de que lo correcto era que fuese a invitar a Cindél antes de que abriera el restaurante, ya que la muchacha tendría que trabajar y eso dificultaría realmente que los chicos pudieran hablar. Esmeralda sería la que le diera pie a Wolt para que pudiera invitar a la chica, así que caminó hacia las mesas y se aceró a ella.

—¡Hola, Cindél! —exclamó Esmeralda entusiasmada porque era al fin el día.

—¿Cómo te va, Esmeralda?

—¿Recuerdas a Wolt? —dijo la chica sonriente.

—Sí, por supuesto, él trabaja aquí. Escucha Esmeralda... Sé lo que pretendes —insinuó Cindél.

—¿Lo sabes?

—Sí, es más que obvio —afirmó Cindél.

—¿Y qué te parece la idea?

—Perfecta —contestó la chica.

—¿En serio?

—Sí, es maravilloso que te guste Wolt —finalizó la muchacha y Esmeralda se quedó sorprendida.

—¿Qué?

—Lo sé, Esmeralda, siempre me hablas de él, dices que es muy apuesto. ¿Es más que obvio, no? —explicó Cindél.

—¡No! —expresó la muchacha echando su cabeza para atrás—. No es eso, Cindél... Espera aquí —indicó la chica y después regresó jalando a Wolt— ¡Díselo!

—¿Decirme qué, Wolt? —preguntó la chica y el muchacho se tornó rojo de la vergüenza, Esmeralda le hizo una seña para que empezara a hablar.

—Y-y-y-o —tartamudeó el muchacho—. Salir, tarde, después, tú.

—¿Qué fue lo que dijo? —interrogó confundida Cindél.

—Salir, después, comer, tú —repitió el muchacho nervioso.

—No te entiendo —expresó la chica.

—Lo que quiere decir es que... ¿Quieres salir con él más tarde a comer?... O al menos eso creo que dijo —rescató Esmeralda a su amigo, dejando a la muchacha sorprendida.

—Pues... Me encantaría, sería algo fabuloso —contestó la chica sonriendo y Wolt se quedó con una expresión algo curiosa.

—Perfecto, pero no puede ser hoy, Wolt. ¿Por qué no van a mediados de la semana a algún restaurante? —propuso Esmeralda.

—No me dejan salir del Coralli entre semana —dijo Cindél.

—Es cierto, ¿entonces cómo vienes a trabajar? —preguntó la muchacha.

—Tengo un permiso especial, verán, mi madre está enferma y mi hermanito muy chico. Yo sostengo mi casa con mi empleo —explicó la chica.

—Entonces... En la noche, tendrán una velada romántica, hay un lugar al final de la calle que sirve cenas muy ricas y no cierran tan temprano, podrían...

—¡Esmeralda! —gritaron al unísono Amalia y Dimesco.

—No puede ser, lo siento —se disculpó la muchacha mientras se giraba para verlos.

—Te dije que no distrajeras a mis Uvruam —la regañó Dimesco—. ¡Wolt, regresa a la cocina!

—Y yo te dije que no se te pagaba para venir a platicar, muchacha —dijo Amalia con los brazos cruzado—. Las siguientes dos semanas trabajarás con la mitad del sueldo, ¿entendido?

—De acuerdo —expresó la muchacha y continuó preparando mesas.

—Y para la próxima, perderás el empleo, así que es mejor que te apliques —concluyó Amalia y se fue.

Para Esmeralda era bastante difícil no distraerse charlando durante la jornada laboral, siempre tuvo trabajos más relajados en donde dependiendo de la producción que hicieras, era la ganancia que obtenías, por ello de las mismas trabajadoras dependía cuántos niros podían ganar cada día.

La muchacha no le había dicho a nadie sobre la carta de Dulce, pero decidió enseñársela a Nereida, después de todo, el cuaderno lo habían encontrado en su casa y era prácticamente suyo. La muchacha se quedó sorprendida cuando su amiga le contó que había encontrado una carta, la quiso leer de inmediato, pero antes, Esmeralda le dijo que ella opinaba que no era buena idea dársela a Blodin. Después de esto, la chica le enseñó en qué parte del cuaderno se encontraba. Nereida la abrió emocionada y comenzó a leer, cuando terminó se quedó con la misma sensación de miedo y frío con la que se quedó su amiga después de leerlo por primera vez.

—¿Tú qué crees que signifique? —preguntó Esmeralda sentándose a lado de su amiga.

—No lo sé, supongo que nada bueno —respondió Nereida asustada.

—¿Deberíamos dársela a Blodin?

—No, no creo, armaría un escándalo y le quitarían la carta e incluso el cuaderno —expuso la muchacha la misma idea que su amiga.

—Entonces...

—No diremos nada, ni haremos nada, no creo que sea verdad... Creo que la mujer empezó a enloquecer en ese castillo, ¿tú no? —preguntó Nereida y Esmeralda se quedó pensando un momento.

—Tienes mucha razón, no había pensado en eso, pero es cierto. Además, ¿qué cosa podría pasar? —concluyó Esmeralda y se levantaron para continuar con aquel día.

Concluyeron entonces que la hermana del profesor comenzó a perder la cordura al ingresar al castillo. Poco a poco esos muros de piedra fueron volviéndola loca, haciendo que alucinara muchas cosas extrañas, tal vez, por esa razón, sí le había robado al barón y había sido ejecutada por la misma razón.

Ahora todo encajaba y el cuaderno de Dulce seguía resultando interesante, pero mantenían en su mente el hecho de que todo era un invento fantasioso. No le dieron más importancia. Esmeralda continuaba leyendo el cuaderno de vez en cuando, sólo a manera de entretenimiento, pero ya no con tanta ansiedad como antes, ahora era algo más ligero.

Esmeralda estaba ansiosa por saber qué era lo que había sucedido con Wolt y Cindél, por desgracia la cita de ambos había sido planeada para el segundo día del fin de semana, por lo cual, la chica había tenido que regresar a la escuela. Cuando llegó el nuevo fin de semana, salió disparada como rayo hacia la cafetería, había muy pocas personas. Solía llegar un poco más tarde, pero esa vez no podía esperar, saludó a Amalia y con mucha cautela se escabulló a la cocina, miró alrededor y notó que Dimesco estaba ocupado en otras cuestiones, así que se sintió aliviada y saludó a sus amigos en la cocina.

—Sólo te estás buscando problemas —comentó Kuri notando que la chica ya estaba junto a ellos.

—Hola a ti también —recordó la muchacha y su amigo sonrió.

—Vengo a saber cómo le fue a nuestro amigo, Wolt, con su cita —preguntó entusiasmada la chica revisando que nadie la notara.

—Pues... Digamos que Cindél canceló, su hermanito se enfermó, de hecho no vendrá a trabajar hoy, tiene un permiso especial para faltar dos meses al trabajo y a la escuela —explicó Kuri, se notaba a Wolt más que triste—. Pero nos dijo que después de ese tiempo, tendrá una hermosa cita con Wolt.

—¡Qué pena! No te preocupes, amigo, dentro de dos meses, la verás y de seguro te extrañará mucho —animó la chica y notó que Dimesco ya se había desocupado—. Tengo que irme chicos.

La muchacha continuó trabajando, eran jornadas muy difíciles. La cafetería no encontraba a nadie que suplantara a Cindél, entonces Esmeralda tenía que atender el doble de mesas, la peor pesadilla del mundo. Creía que el día jamás acabaría, afortunadamente lo hizo, pero regresó exhausta a los dormitorios, en donde la esperaba la emoción de la correspondencia que había arribado, al fin. Nereida seguía despierta y le entregó su carta, se sentó emocionada y comenzó a leerla.

Querida Esmeralda:

Mi pequeña, no te preocupes, sé que tú sabrás llevar esta situación, eres muy lista. El trabajo siempre lo tendrás y es algo muy bueno, trata de disfrutarlo, me mencionaste que tienes amigos en tu trabajo. Vuelve la rutina algo divertido, mi dulce hija.

Acerca de la chica que las molesta, no te preocupes, mi vida, siempre hay gente así, pero lo más importante es no dejar que nos afecte lo que nos hagan y recurrir a la venganza no es una buena opción. El destino se encarga de darles su merecido después.

Me alegra que te vaya tan bien en la escuela, eres un orgullo para mí, mis compañeras del taller de ropa me pidieron que te mandara saludar. Te extrañan mucho, les conté de lo alta y crecida que estás y no pueden creerlo

No sabes lo orgullosa que estoy de ti, mi pequeña.

Te ama, mamá.

La chica terminó con los ojos llorosos, su amiga le sonrió y ella solamente soltó una risa, para Nereida era difícil ver a su amiga recibir cartas de su madre cada tanto; la hacía recordar los hermosos momentos que vivió con la suya en la preciosa casa que tenían antes, aunque nada que se comparara con la del profesor Blodin. Deseaba esa casa más que a nada en el mundo, pero no quería volver a pensar en eso, sólo la hacía sentirse más y más triste.

¡Recuerda acompañar tu lectura con la playlist oficial y seguir las últimas noticias en las redes sociales! ¡Gracias por todos sus comentarios!

-Sweethazelnut.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro