50. La casa de Nereida
Al día siguiente se despertaron más temprano de lo común, esperaron ansiosas a que llegaran las calificaciones. Cuando por fin la señora Nerzo pasó a entregárselas, se juntaron para leerlas todas juntas. Nereida, aunque lo disimulaba, era la más nerviosa, casi no durmió en segundo año, si le iba igual de mal en estas notas terminaría muerta por estar repitiendo las materias de segundo, las de primero y también cursando las de tercero.
Comenzaron a abrir las cartas desesperadamente, Esmeralda estaba más que nerviosa, así que casi destrozó el sobre para leer su contenido.
Coralli
Lista de calificaciones
Nombre del estudiante: Esmeralda Daar
Edad: 20 años
Grado y Grupo: 2°Driada
Especialidad: Dama de compañía
Geografía II – A1
Historia II – A5
Estrategia Económica II – A2
Ecología – A2
Equitación I – A1
Cuidado personal II – A1
Etiqueta II – A2
Lengua II – A1
Redacción I – A2
Contabilidad II – A2
Ciencias Sociales II – A1
Asignatura(s) repetidas:
Historia I – A5
Asignatura(s) con tutoría:
Estrategia Económica I – A2
Sin asignaturas con asesorías
Atte. Derié Donur, directora del Coralli
La chica se quedó perpleja, dobló de nuevo la hoja y la colocó sobre la cama.
—¡No puede ser! Repetiré de nuevo Historia, la de primero y la de segundo —soltó Esmeralda recargándose en su puño.
—Ni me lo digas, este nuevo año escolar no voy a dormir ni un segundo, tengo que repetir tres asignaturas de segundo; tomar tres asesorías de segundo, dos de primero y siete tutorías en total —explicó Nereida dejándose caer en la cama.
—Nereida, si continúas así, no sé qué harás al final de tercero —dijo Shinzo preocupada.
—Es cierto... Si quieres, nosotras te ayudamos para que pases a cuarto grado —propuso Kimiosea y todas, asintieron.
—Gracias, chicas, me esforzaré mucho —les dijo la muchacha sonriente.
—También ayudaremos a Esmeralda con Historia —declaró Kimiosea.
—Gracias.
—¿A ti cómo te fue, Shinzo? —preguntó Nereida.
—Ésta vez sí obtuve A1, no demasiados, pero al menos los obtuve —sonrió la chica.
—La boleta de Kimiosea es la más bonita, ¿no lo creen? —expresó Nereida mirando la suya y todas asintieron.
Tercer grado era muy diferente, para pasar a cuarto era absolutamente obligatorio pasar todas las materias, sin tutorías ni asesorías, por ello era necesario obtener A2 o A1. A mediados de segundo las chicas admiraron cómo varias de sus compañeras desistían de estudiar en el Coralli, pero era en tercero cuando la escuela expulsaba a los alumnos que no cumplían con el requisito en cuestión; por ello los alumnos de cuarto grado eran de excelencia y en Imperia era muy reconocido ser graduado del Coralli, representaba que se tenía una buena posición social y que, además, se trataba de gente responsable, culta y hábil.
Todo el día la pasaron con sus caballos, recorrieron por última vez los alrededores de la escuela antes de regresar a los dormitorios para poder empacar. Se sentían sumamente aliviadas, otro año se había escabullido, se relajaron admirando tan hermosos paisajes, regresaron ya tarde y durmieron muy tranquilas.
Al siguiente día fueron a registrar su confirmación de estadía, estaban muy emocionadas por su viaje a la nueva casa de Nereida. Tomaron el carruaje a Noif, ahora sí había bastantes alumnas dentro de él. Esmeralda miró de reojo el de Lizonia, no había nadie así que el carruaje no partió, por un lado extrañaron la soledad de aquel transporte, pues era mucho más cómodo que ir con el largo carruaje hasta el tope.
Mientras avanzaba el transporte, las chicas miraban cómo la escuela se perdía de vista, el verano nuevamente había arribado, todo se sentía cálido. Recorrieron exactamente el mismo camino que en la primera excursión del Coralli. Al llegar a Noif, pasando por Figgó, recordaron el momento de aquella salida, tuvieron ganas de visitar de nuevo al Rey, pero sentían que era una idea tonta, poco a poco las alumnas fueron disminuyendo. El profesor Blodin le escribió a Nereida la dirección y ésta le dio al cochero la nota.
El carruaje se acercó a una casa que estaba totalmente alejada de todo, a lado de ella se encontraba un barranco. Era preciosa la vista desde aquel lugar. La casa era muy pequeña, tenía dos pisos; estaba hecha de piedra, llena de enredaderas y de musgo, sus ventanas eran pequeñas y un poco avejentabas. Las chicas agradecieron y bajaron del carruaje. Nereida tenía la llave de la casa, así que las muchachas aguardaron ansiosas a que su amiga abriera la puerta.
Todo estaba llena de cuadros y fotos, en la entrada había una pequeña sala alrededor de una chimenea, de un lado había una cocina muy hogareña. Al entrar a ésta se encontraba otra puerta que sacaba a un jardín muy cercano al barranco, razón por la cual tenía un muro de piedras. En el jardín se admiraba una entrada en el suelo que conducía a un sótano que tenía la casa, bastante amplia. Frente a la cocina había un comedor que tenía a su lado una ventana que daba la vista más preciosa, en medio de la casa resaltaban unas preciosas escaleras.
En el piso de arriba había tres habitaciones: un baño y una terraza con una mesa de madera y cuatro sillas. La habitación principal tenía una cama, una mesita de noche y otros artículos personales; el resto de los cuartos estaba lleno de cosas que le pertenecieron a la hermana del profesor, era una casa preciosa.
Las chicas dejaron sus cosas en la entrada y se sentaron en la sala, excepto por Nereida que se puso a recorrer todo minuciosamente.
—Es preciosa, Nereida —comentó Shinzo echándole un ojo a la casa.
—Gracias, Blodin me dio cincuenta mil niros para que decorara la casa como yo quisiera —respondió Nereida desde la cocina.
—¿Qué harás con todas estas cosas? —preguntó Esmeralda notando que la casa tenía bastantes objetos.
—El hombre me dijo que podía quitar lo que quisiera pero que no tirara nada —explicó la chica—. Creo que allá en el jardín hay una bodega o algo así, ahí guardaré todo mientras tanto.
—Te ayudaremos, Nereida, si quieres comenzamos a guardar cosas. A medio día vamos al pueblo a comprar ingredientes para comer aquí, ¿te parece? —propuso Esmeralda y todas asintieron.
—Es perfecto —respondió Nereida sentándose en la salita—. Manos a la obra.
Las chicas comenzaron por las cosas pequeñas, quitaron retratos, pinturas y adornos que yacían sobre la chimenea. Dentro de la bodega habían muchas cajas de madera vacías, las cuales quedaban perfectas para guardar ese tipo de objetos. Los estantes tenían álbumes de fotos y libros que también fueron almacenados.
Era una casa muy desordenada, los papeles con planes de estudio y futuras lecciones se hallaban en todos lados, les costó mucho guardar todas las cosas que yacían en la parte de abajo, lo único que quedó fueron los sillones y el comedor.
Llegó el medio día y las chicas ya estaban hambrientas, salieron de la casa y caminaron un buen tramo para llegar al pueblo. Era un lugar muy hermoso, no era nada ostentoso ni lujoso, como el de Cristaló, éste te daba una sensación de estar en tu hogar. La gente pasaba sonriente, las tiendas estaban impecables, exhibían artículos coloridos, comida deliciosa, objetos muy curiosos y ropa absolutamente bella.
Compraron lo necesario para hacer un guiso algo sencillo. Comerían una sopa fuerte, después un plato de pasta frita con fruta, jugo de uva y deliciosos «pariquesos» caseros de fresa, regresaron poco después a la casa y comenzaron a cocinar.
Nereida hizo la sopa, Kimiosea preparaba la pasta, Esmeralda picaba la fruta y Shinzo hacía los pariquesos; éstos eran pasteles de queso de perímetro circular, rellenos de frutilla, untados con mermelada de la frutilla en cuestión y con un poco de ésta encima.
Cuando terminaron se sentaron a comer todas juntas, la casa se veía mucho más recogida, cuando concluyeron empezaron a barrer el suelo de la casa con una vieja escoba que estaba en la bodega.
Siguieron con la parte de arriba. Era mucho más trabajo, había millones de cosas escombradas, todo estaba lleno de polvo y telarañas. Comenzaron desocupando el cuarto principal que tenía la cama, un reloj muy antiguo y una foto del profesor Blodin cuando era joven, junto a él, la misma cara que en la mayoría de los cuadros: una hermosa joven de ojos miel y cabello ondulado. Tenía una mirada tierna, el profesor la abrazaba mientras le daba un beso en la mejilla y ella sonreía, decidió no quitar la foto, sería un bonito recuerdo.
La habitación se quedó solamente con la cama, todos los demás muebles también fueron movidos por las muchachas, con trabajos, a la bodega del jardín. Terminaron muy cansadas, comenzó a caer la noche, comieron un poco de fruta antes de acomodarse para dormir.
Nereida durmió en la vieja cama de arriba; Kimiosea, Shinzo y Esmeralda durmieron en los sillones de abajo, no era muy cómodo, pero cayeron rendidas inmediatamente, una mudanza nunca es fácil.
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-Sweethazelnut.
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