38
No había una cosa que odiara más en la vida que el sentimiento de impotencia. Ese estado que toma el cuerpo es peor que una agonía de un dolor inhumano. Esa agonía te tiraba al suelo, te estrangulaba e aniquilaba tu alma tortuosamente cuando ni siquiera tenías una mísera idea de qué hacer. Cómo actuar. Ni qué pensar.
Esa puerta no se volvería a abrir nuevamente, lo sabía. Pero aún mantenía las esperanzas en que Khaleesi si la abriera. Y, sorprenderme, lo hizo.
- Yeonjun... – Sollozó rápidamente al sus inundados ojos chocar con mi mirada.
- Khaleesi...
Aproveché que estaba nuevamente frente de mí para llegar hasta ella y poderla envolver en mis brazos.
Había extrañado muchísimo esta sensación de tenerla ahí, con su champú ejerciendo poder en mi olfato y su esencia junto a la mía.
- Te extrañé, Bizcochito... – Susurré confidencialmente para ella.
- Y yo te tengo miedo.
- Yo también te tengo miedo Khaly.
Ante mis palabras ella se separó un poco del abrazo y clavó una mirada inquisidora sobre mí. Sus ojitos hinchado y cristalizados me recordaban a un diamante. Uno muy hermoso. El más hermoso. El que hacía que mi corazón se oprimiera ferozmente....
El diamante que podía encontrar únicamente en sus ojos marrones cuando lloraban.
- Te cuento dentro.
- Está bien – Contestó junto a un tierno pucherito – Pero me tienes que cargar hasta mi habitación.
Se me escapó una risilla nasal cuando saltó y enredó sus piernas en mis caderas ¿Acaso quería que la llevará así hasta su habitación? Si esa era su idea, tiene que estar segura que tendrá que recompensarme con algo. Esto era demasiado para mí que había pasado dos meses sin sexo.
Mis manos se posaron en sus glúteos, apretándolos, haciéndola gemir contra mi cuello y tensar.
- Okey, dulcecito. Que conste que tú fuiste quien lo pidió – Sisee cerca de su oído.
- Cerdo – Gruñó con timidez, ganándose otra risilla mía ¿Acaso podría ser más tierna?
Así comenzamos un recorrido por su casa y una dificultosa subida por las escaleras por mi parte. Quizás si hubiera sido de otra forma hubiese sido más sencilla para mí. Me refiero a una forma más caliente, tal vez.
La liberé en cama. Ella se sentó cruzando sus piernas mientras observaba como me descalzaba de las zapatillas y me acostaba a su lado, reposando la cabeza en su regazo.
- ¿Me vas a contar ahora?
- Soy un hombre de palabra, Khaleesi. Por supuesto que lo haré.
- No tuviste tantas palabras al acostarte con esa rubia de silicona – Gruñó examinando cualquier lado espetó yo.
- ¿Hablas de Eunsang, no? – Ni esperé que contestará. Estaba claro que se trataba de mi madrastra – Las cosas no ocurrieron como tú crees, Bizcochito. Nunca te haría eso a ti. Eres... Eres muy especial para mí.
La chica apretó la mandíbula junto a sus puños. Se había enfadado, eso estaba tan claro como el agua.
Sin embargo, nunca me esperé que soltara lo que soltó....
- ¿Tan especial como lo fue Ellie?
- ¿Qué sabes sobre ella? – Me alarme. Esta conversación pasó de mi lindo presente con Khaleesi a uno escuro donde mi yo del pasado fue realmente tonto.
- ¿No sabes que es la enamorada de Jeongin? Creí que lo supiste el mismo día en que él te pidió una invitación para tu fiesta de cumpleaños porque ella asistiría.
- No me respondiste – Aseveré.
Khaleesi me miró con agua en los ojos antes de explicarme todo. Esas lágrimas parecían de impotencia y rabia.
- Se lo contó a Jeongin, y este me contó como la hiciste sentir una chica especial, como te la tirarse y como la engañaste por otras rubias ¿Te van las rubias o qué? ¿Qué fetiche tan extraño es ese?
- ¿Eso te contó? – Mofé con diversión. Era gracioso como las mujeres se hacían pasar por víctimas delante a los hombres.
- Sí – Reafirmó con crudeza.
- Khaleesi yo nunca enamoré a Ellie. Perdóname si te molesta esto que voy a decir, ya que es la novia de tu mejor amigo, pero... Ellie era una zorra. Sobrina de mi madrastra, de hecho. Si no fuera así no hubiese asistido a mi fiesta.
- ¿Qué?
Casi se me hizo divertido la perplejidad que había detonado en su rostro. Y digo "casi" porque la situación era bastante sería.
- Ellie ha cambiado mucho desde que tuvimos una "relación". Y lo siento, Khaleesi, pero mis relaciones antes eran basadas en diversiones sexuales. Me las follaba, sí, pero ellas sabian que era para eso nuestras "relaciones". Nunca les mentí. Y Ellie nunca fue la excepción.
- Entonces... – Suavizó la expresión.
- Cambie por ti.
Ella negó con la cabeza a mis palabras.
- ¿Cómo sé si es cierto?
- ¿Estoy aquí, no? ¿Quieres otra prueba? – Suspiré con diversión al ver como asentía a mi pregunta retórica – Además de todas las fotos diarias que te mandaba con Laika, también te enamoré ¿no? Te besé, te desvestí, te confesé mi amor, te he visto llorar, te he abrigado, te he extrañado muchísimo... No tengo otra Bizcochito, Khaleesi ¿Por qué no dejas de verme como alguien que está enfrente de ti, y no como yo soy? Por Dios, todo esto ha pasado por un mal entendido. Y solamente quiero otra oportunidad para demostrarte como me has transformado.
Me levanté de su regazo para quedar frente con frente a ella. Quería admirar ese matiz rojo tan distintivo en ella.
Lo hermoso que se veían sus pómulos enrojecidos y el brillo tímido de sus orbes.
Mi dedo gordo hizo un recorrido por su labio inferior, incitándola al beso que ansiaba que me correspondiera.
- ¿Por qué te gusto? Ni siquiera soy rubia.
Esa pregunta me hizo sonreír. Había algo que Khaleesi me enseñó en está vida. Y es que cuando se trata de estar enamorado, no sabes bien qué fue la razón. Porque si te gusta alguien por su físico... no es amor, es deseo. Si te gusta por su inteligencia... no es amor, es admiración. Si te gusta por su riqueza... no es amor, es interés. Pero si no sabes por qué te gusta... entonces, eso sí es amor.
- Porque contigo encontré hasta lo que no buscaba.
- Sigo sin ser una rubia de silicona – Riñó con brazos cruzados.
- Creo que alguien está celosa.
- ¡No estoy celosa! – Chilló colorada.
- ¿Segura? – Insinúe.
- ¡Claro que no!
- ¡Eso es genial! – Ironicé.
- ¿Eh?
- Porque ahora mismo tengo que volver a mi casa y esa zorra vive ahí también. No quiero que te pongas celosa por algo como eso – Llevé mi mano al corazón con gran dramatismo – ¡Ay, es hora de volver a ese infierno! – Me levanté de la cama – ¡Adios amore mío! ¡Nos vemos mañana! – Encaminé hasta la salida. Y por supuesto que estaba actuando. Solo quería demostrarle que estaba realmente celosa.
Cuando fui a poner un pie fuera de la habitación. La chica grito un potente "No" y me abrazó por detrás.
- Quédate un rato más, por favor...
- ¿Un rato? ¿Cuánto es eso? – Inquirí sonriendo levemente, aprovechando que no podía verme.
- Toda la noche..
Su respuesta tímida me hizo darme la vuelta e enfrentarla con una sonrisa ladeada.
- ¿Quieres que duerma toda la noche contigo? ¿En la misma cama? ¿Abrazaditos?
- Sí – Contestó junto a un jugueteó de dedos.
- ¡Entonces qué estamos esperando!
La cargué como a una princesa para volverla a dejar reposando en su cama. Me acosté a su lado, solo que deshaciéndome de mi camiseta y cinturón, quedando con mi pecho expuesto.
Khaleesi se vio totalmente tímida cuando la apreté contra mí. Pero luego de quedarse dormida, - realmente rápido por cierto - hasta pasó una pierna por encima de mi abdomen.
- Te voy a proteger, Bizcochito.
Así que, solamente me dejé caer en los brazos del Morfeo cuando descubrí esa linda sensación que se forma en mi pecho con su presencia.
Estoy indiscutiblemente enamorado de Khaleesi.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro