27
El odioso sonido de mi celular me hizo abrir los ojos. Al santiamén tuve que achinarlos hasta acomodarme al cambio de luz. Intenté tallarlos pero mi remeneó logró que Yeonjun gruñera y despertará.
- Buenos días, Bizcochito – Saludó con la voz ronca desde su lugar, o sea, mi cuello – ¿Cómo se amanece?
Quedé cohibida del tiró gracias a las imágenes de todo lo que había pasado ayer. Aún estábamos desnudos, y durmiendo sobre una mesa. Bueno, eso no ayudaba a parar mis nervios.
- ¿Ese celular es tuyo? – Inquirió enterrando más su cabeza contra mi cuello.
- Sí... – Contesté mirando hacia la ventana.
El lindo sol me daba la bienvenida con sus rayos mañaneros y el cielo estaba bien despejado. Eso me alarmó. No tenía idea de qué hora fuera, y algo me decía que esas llamadas insistentes eran de una sola persona. Jeongin.
- ¿Me llevas a casa? – Inquirí con timidez.
- Puedo, pero, ¿No has notado que tengo muchas alternativas? Me entran ganas de secuéstrate. Vale, no... – Su mano hizo un recorrido por mi espalda – Podemos pasar un ratito más juntos ¿No quieres mis cariñitos igual que anoche?
- Quiero irme a casa.
El pelinegro gruñó con molestia, se separó de mí y se puso de pie. Inmediatamente mis ojos se posaron en su espalda. Unas marcas rojizas y finas me recordaron a mis uñas. Ayer me porté como una gata... ¡Qué vergüenza!
- Okey, Khaleesi. Tú ganas – Comenzó a vestirse.
- ¿No hay baños aquí? – Inquirí imitando su acción, solo que yo utilicé la ropa para cubrir mi desnudes y no para vestirme.
- ¿Sí te dijera que sí, te bañarías conmigo?
- ¡No! – Chillé colorada.
- Pues no hay baños... – Se volteó hacía mí, mostrándome la lengua como un niño – Te vistes sola o necesitas mi ayuda?
Miré la ropa en mis manos. Había encontrado las bragas y el vestido, pero ni rastro del sostén.
Me vestí rápidamente con las bragas y tapé con mis manos mis pechos.
- No encuentro mi sostén – Respondí mirándolo tímidamente.
- ¿Y encontraste tus bragas? – Preguntó, optando esa sonrisa ladeada de esas cuando tramaba algo.
- Sí.
- ¿Dónde estaban por qué no las vi?
- Debajo de mi vestido – Paré en seco mi explicación – ¿¡Las estabas buscando!?
- Sí. Pero lastimosamente solo tope esto – Alzó la mano, mostrándome la pieza de ropa pérdida.
- ¿Puedes lanzarme mi sostén?
- Te lo doy con un trato – Lo miré con disentimiento mientras se acercaba peligrosamente a mí – Me das tus bragas y yo te entrego tu sostén.
- ¡¿Qué?! – Chillé – ¡Deja el juego y devuélvemelo!
- Sin bragas no hay trato – Canturreo pasándose detrás de mí – Tienes un trasero tan provocador – Y fass, me dio una nalgada.
- ¡Devuélveme mi sostén! – Grité, volteándome e intentando arrebatárselo de las manos – ¡No levantes las manos! – Me quejé mientras daba saltitos inútiles.
- Dame tus bragas – Por alguna razón al chico le salió la voz ronca
- ¡Claro que no! ¡¿Te las vas a poner o qué?!
- En realidad las quiero de recuerdo debajo de mi almohada ¿Se te olvida que las mojaste por mí?
- ¡No seas puerco!
- ¡Eh, que yo soy un cerdo decente, no un puerco! – Reprochó con gran indignación.
- ¡Yeonjun! – Di un salto que casi las alcanza.
- ¡El trato! – Nomas decir eso, apretó uno de mis pechos, ganándose un jadeo mío y un distanciamiento social de dos metros.
- ¡No hagas eso! – Chillé.
- ¿Me regañas ahora? Ayer no me reprendiste cuando te los-
- ¡¿Sabes qué?! ¡Te puedes quedar con mi sostén! – Interrumpí con hastío y vistiéndome rápidamente con el vestido.
- Gracias – Repuso sonriendo maléficamente.
♡♡♡
- Aquí te la devuelvo, sana y salva – Yeonjun me dio dos palmaditas en la cabeza como si fuera un cachorro – Tiene alguna que otra mordidita, pero nada que ella no quisiera.
Jeongin le mandó dagas con la mirada, sostuvo mi mano y me empujó hacía dentro de su casa.
- Bien. Ya te puedes largar – Y sin más, le serró la puerta de en la cara al pelinegro.
El peliazul me miró de pies a cabeza analíticamente. Sentí ganas de salir corriendo en ese instante, ese chico me conocía tan bien que cuando sus ojos se entrecerraron, supe que lo dedujo todo.
Mi mejor amigo me remolcó hacía su habitación y cerró la puerta tras sí.
- ¡¿Cómo demonios se te ocurre, Khaly?!
- ¿Jungwon está?
- ¡No me cambies de conversación, señorita! – Exasperó – ¿Se te fue la olla? Ese chico es un mujeriego sin razón. Ahora que le diste lo que quería se irá a la mierd-
- ¡Yeonjun no es así!
La dura expresión de Jeongin se suavizó. Caminó hacia mí y acarició mis mejillas con gentileza.
- Esto es mi culpa. Lo siento... – Renegó con los ojitos cristalizados – Si yo no lo hubiera ayudado, tú aún-
- Me folló porque yo se lo dije – Fui directa.
- ¿Pretendes qué yo me crea eso? – Ironizó – No tienes que mentirme para hacerme sentir mejor. Te conozco tan bien que sé que eres totalmente incapaz de decirle eso.
Mi rostro quedó incrédulo. Yo tampoco conocía ese lado mío hasta ayer ¿Acaso Yeonjun había creado otra Khaleesi? Creo que sí ¡No hay respuesta más lógica!
- No debí ayudarlo...
- ¿Por qué lo ayudaste, entonces?
- A Yeonjun le van a celebrar una fiesta de cumpleaños. Y… Ellie irá – El rostro contraído de Jeongin denotaba vergüenza – Le dije a Yeonjun que me invitara, pero él muy sin vergüenza me dijo que solo lo haría si lo ayudaba a sacarte de esa casa – Pauso un momento – Joder, perdóname, Khaly. Yo nunca creí que algo así iba a pasar.
- Oye tranquilo – Sonreí tímidamente – Tú no tienes la culpa de nada y además, no me has fallado como sé que estas pensando.
Con una simple mirada, Jeongin y yo descubríamos todos los secretos del otro. Era increíble y eso era lo que significaba amistad para ambos – El apoyo incondicional –.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro