13
A la mañana siguiente, luego de despertar los tres en el suelo de la habitación de Jungwon le tuvimos que hacer la limpieza del milenio a ese cuarto. La dejamos implacable como nunca jamás se me ocurrió verla. Todo en orden y en su lugar… hasta el dueño de la habitación la miraba como el primer astronauta que fue a la luna y la vio por primera vez.
En fin, el fin de semana la pasé con mis grandes amigos en su casa sin sus padres. Así que cuando llegué el lunes a la preparatoria sentía unas descomunales ganas de incinerarla y volver a las vacaciones. No me culpen, no quería volver a entrar una aburrida clase de Haeran y mucho menos me encontraba con deseo de ver a mi “querido vecino” ¡Ni siquiera Jeongin asistiría hoy a clases porque iría a recoger a sus padres al aeropuerto!
Al menos iba a seguir el concejo de Jungwon y lo iba a ignorar y ver qué pasaba – O se le pasará a él –. Aunque desgraciadamente algo me decía que eso no iba a ocurrir. Y que desdichada era yo para que así fuera.
Nomás di un paso dentro del aula lo capte en su lugar conversando con la chica que bien puede ser su pareja. Agaché la cabeza mientras pasaba cerca de ellos para ir a mi lugar. Odie la sensación que se formó en mi pecho cuando la miré solamente a ella. Tan linda y extrovertida. Jamás podría yo estar a su altura y sin embargo su pareja me estaba usando como le daba la gana.
Me estaba utilizando…
Estaba tan claro y yo justo ahora me di cuenta de ello. Estaba engañando a la pelinegra conmigo ¿Cuándo fue que terminé siendo así de sin vergüenza y baja para que un chico me rebajara a ese nivel? Siempre he sido alguien que detesta las mentiras y los engaños. Era compulsivamente bondadosa ¿Cómo mierda terminé ayudando a un sinvergüenza a dañar a su novia?
Sentada en mi lugar mientras Haeran impartía su clase yo recapacitaba sobre todo. En algo sí estuve segura después de las horas de clase. Si antes no era suficiente rápida para detener a Yeonjun, ahora iba a ser tan rápida como un rayo. El juego había llegado a su final. No me lo merecía. Ella no lo merecía.
- ¿Quién eres y que le has hecho a mi pequeña saltamontes?
Alcé la mirada para visualizar a mi lindo hermano conducir a su lado.
- ¿Qué? – Inquirí descolocada.
- Estas muy callada.
- Solo desperté así – Le reste importancia mientras alzaba los hombros.
- Te conozco como la palma de mi mano, Khaleesi – Aseveró mientras detenía el auto.
- Valla, no me conoces para nada.
- ¡No es cierto! ¡Si lo hago!
- Oppa ¿Conoces realmente la palma de tu mano? – Reí al ver su expresión al captar lo que me refería.
- Bueno, tienes razón. Te conozco bien porque soy el mejor hermano mayor del mundo – Infló su pecho del orgullo que tenía al decirlo – Por eso sé que algo te incomoda y te tiene tan pensativa.
- ¿Se nota tanto?
- Te conozco mejor que si te hubiera parido, Jeon Khaleesi – Suspiró mientras renegaba y comenzaba a bajar de auto.
Lo imité y me encontré en un lugar completamente diferente del garaje de la abuela. Estábamos frente a una linda heladería. La heladería que conocíamos los dos súper bien.
- ¿Qué hacemos aquí? – Inquirí cohibida.
- ¿Recuerdas los deliciosos helados de chocolate que hacen aquí? Tus favoritos.
- Jungkook… - Solté con temor.
El castaño ignoro el miedo evidente en mi voz. Se acercó sonriendo con dulzura y agarró mi mano para guiarme dentro.
Al pasar por la puerta los recuerdos pasados de mi familia invadieron mi mente. Mis padres y nosotros degustando de los helados en la misma mesa de siempre antes de que mi familia se rompiera.
Para que la opresión en mi pecho aumentara, el lugar continuaba exactamente igual, las mismas decoraciones y mesas. El ambiente era completamente nostálgico como embriagador. Kook nos sentó en la misma mesa. Eché un vistazo a ambos lados en la mesa. Aún podía sentir la felicidad añejada.
Las risas de mis padres retumbaron en mi cabeza y ladeé la cabeza para mirar justo a mi lado, el lugar de mamá estaba… vacío. La mano me tembló cuando la estiré y palpe el vacío a mi lado. Estaba frío. Justo como el recuerdo de ella.
- ¿Estas bien?
Asentí. Ya no podía ni hablar. Había un terrible nudo obstruyendo mi voz.
- Khaleesi…
Apreté los labios con fuerza. La mano se me hizo un puño y ya la vista ya estaba empañada.
- N-no estoy lista aún… - Fueron mis temblorosas palabras antes de levantarme y salir corriendo del lugar envuelta en llanto.
La repentina lluvia me recibió al dar un paso fuera. Mi anatomía quedó completamente empapada. Las lágrimas se unieron al diluvio que remetía contra mí de forma violenta. Las gotas de lluvia picaban mi ser dolorosamente y sin piedad. El cabello se adhirió a mi cuerpo y la ropa se convirtió bastante pesada e incómoda para cuando salí corriendo hasta uno de los bancos del lugar.
Cubrí rostro con ambas manos para comenzar a llorar en la soledad de todo lo que me rodeaba. El corazón lo tenía oprimido como una naranja cuando le quitas el jugo. Los sollozos que emitía eran tan densos como el vaho que salía de mi boca ¿Cómo fue posible que se rompiera tanto una familia como la mía? Papá hace años que nos abandonó a mi hermano y a mí a la suerte para ir al extranjero. Espero de corazón que le esté hiendo tan bien con el alcohol como a mí madre en la tumba. De todas formas cuando estuvo con nosotros no podía verme a la cara. Él tal vez me culpaba de la muerte de mamá ¿Era mi culpa? Yo también sentía que era mi culpa ¿Por qué Jungkook sigue a mi lado si le arrebate la vida a mamá por mi imprudencia?
Deseé morir de hipotermia en esos instantes ¿Mi muerte estaba cerca? Ni siquiera distinguía si los temblores que azotaban mi cuerpo eran por el llanto o el frio.
La lluvia cesó repentinamente. Alcé la cabeza para encontrarme un paraguas sobre mi cabeza y la mano de alguien sujetándolo. Seguí la silueta del brazo para encontrarme con el rostro del chico que me ha perturbado los pensamientos todo el día.
- Supe desde que te vi a lo lejos que eras mi bizcochito – Me obsequió una sonrisa.
Sin embargo, la nueva sonrisa que trae su rostro era muy diferente a la ladeada que corrientemente porta.
- Que curioso ¿No? La misma situación de hace una semana ¿Mañana me recordaras o tendré que escribirte mi nombre en tu palma para que lo recuerdes como en la peli Kimi no na wa?
Agaché la cabeza.
- Clase tartufada la que acabo de soltar – Rio sin gracia – Ignorame. Soy un tonto sin gracia.
Se sentó a mi lado, muy cerca de mí. Pero no me moví para alejarme, podía sentir el calor corporal que desprende su cuerpo abrazante y cálido.
- ¿Quieres que te abrace como lo hice yo? – Inquirió mientras quitaba cuidadosamente los caballos de mi rostro.
No dije nada. No me moví. No le di ni siquiera un indició para que lo hiciera y de igual forma el chico me rodeó con sus brazos.
Quedé atrapada en su cuerpo.
Caí embriagada con exquisitez del calor estimulador que ancie en secreto. Mi cabeza se resguardo en su cuello y pude olfatear la exquisitez que desprendía su olor corporal junto a un ligero aroma a jabón.
La mano que tenía suelta hizo un recorrido por mi cabello y espalda, delicadamente. Era la primera vez que esté chico me trataba como si fuera un fino cristal a punto de quebrarse.
¿Tal vez lo había juzgado mal?
No era de esas personas que juzgaban a un libro por su portada, pero Yeonjun tampoco es que me diera buenos motivos para no juzgarlo.
- ¿Quieres desahogarte?
Sin previo aviso se me escapó un hipido, para luego romper en llanto...
Abracé al chico ferozmente. Ya no me importaba lo que había pensado de Yeonjun está mañana. Ya ni estaba pensando. Solo tenia ganas de llorar hasta agotar el agua de mis ojos.
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