Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Epílogo

Harriet

El estadio de TD Garden, casa de los Boston Bruins, está a reventar. Los gritos no dejan de escucharse, las exclamaciones, uno que otro insulto y la porra de las gradas para los equipos.

Los jugadores se mueven con agilidad, produciendo choques y caídas, cada uno luchando por conseguir el título de campeón de la liga, dejando todo su aliento para conseguir coronarse como el rey de la NHL.

—¡Eso es! —Papá se levanta mientras eleva las manos cuando Logan consigue una anotación.

Yo también me levanto, lanzando un grito que se pierde entre la multitud. Logan voltea y como se le ha hecho costumbre, lanza un beso en mi dirección cuando nota mi entera atención en él.

Rony se coloca frente a él, ambos se miran y luego vuelven a sus posiciones. El amigo de Logan había sido fichado el año pasado por los BB, y ahora él y Tracy vivían también en Boston, en un apartamento cercano a nuestra casa, lo que nos facilitaba el contacto. Tracy pasaba horas en casa cuando Logan y Rony viajaban por los partidos, eso hizo que nuestra amistad fuese mucho más íntima, junto con Jess, que ahora se encontraba viviendo en Miami luego de que Pol fuese fichado por los Florida Panthers.

—¡Así se hace mi amor! —exclamo cuando el festejo por la anotación acaba y el partido se retoma.

—Vaya, que entusiasmo, chicas —dice mamá con diversión cuando Tracy y yo gritamos al ver a nuestros chicos hacer un pase excepcional.

Hoy casi toda mi familia había venido a ver la final, incluso la madre de Logan consiguió un vuelo de última hora para poder estar presente.

Los Boston Bruins llevan tres años consecutivos siendo campeones, tres de los cuales Logan ha marcado la diferencia en cada uno de los juegos.

Hace cuatro años que estamos viviendo en Boston, cuatro años que parece que ha sido ayer cuando tomé la decisión de firmar con una nueva disquera y mudarme al lado del hombre de mi vida.

Logan ahora ha pasado a ser jugador central, su participación en los partidos es casi completa, sin embargo, esa posición también le ha costado algunas lesiones a lo largo de estos tres años. Ha sufrido un par de golpes serios, y un brazo fracturado que lo tuvo fuera de juego por un par de meses.

Por mi parte, firmar contrato con Independent Music Star fue una de las mejores decisiones que he podido tomar en mi vida. La relación con la discográfica es excepcional, pude regrabar mis primeros discos, ahora bajo el sello de IMS, y tuvieron tanto éxito como la primera vez.

Nuestra vida es...maravillosa. Tan mágica como esperé, tan magnifica y, sobre todo, tan feliz.

El tiempo acaba y se marca un receso, los jugadores abandonan la cancha y solo en ese punto la tensión del público parece calmarse.

—Pol dice que espera que los BB ganen para que puedan enfrentarse a ellos la siguiente temporada —informa Tracy mirando su celular, y luego le da un sorbo a la soda por medio de la pajilla de metal que siempre carga con ella.

"Hay que cuidar el ambiente", decía siempre. Sin embargo, seguía consumiendo soda en vasos desechables que luego tiraba a la basura.

—Me siento más ansiosa cuando se enfrentan, los amigos jugando en equipos distintos —admito —pero supongo que ellos lo disfrutan.

—Como no tienes idea —dice mientras compartimos una sonrisa.

El partido vuelve a retomarse cuando el tiempo de descanso acaba. Logan vuelve a entrar a la cancha así que mi atención es acapara completamente por él. La tensión vuelve junto con los gritos de los aficionados.

No puedo evitar emocionarme cada que Logan se acerca demasiado al área de anotación, gritando tan fuerte que a veces quedo sin voz.

—¡Vamos, chico bonito! —exclamo cuando avanza con su habitual rapidez y agilidad.

—¡Eso es, Logan! —grita Tracy a mi costado.

Justo antes de hacer el pase, el defensa del equipo le bloquea el camino y Logan choca contra él. Hay un jadeo colectivo cuando ambos jugadores caen, mi corazón aumenta su ritmo cuando Logan permanece más tiempo del normal sobre el hielo.

—No, no—mi voz brota en un susurro. Rony va hasta él, se inclina al lado de su amigo y parece discutir con alguien.

Los jugadores se arremolinan alrededor, y la ansiedad en mi cuerpo se dispara. Logan ha sufrido un par de golpes serios en la cabeza desde que juega para los BB, tenía una advertencia del médico en el cual informaba que, de sufrir una tercera, no podría continuar jugando hockey de manera profesional.

Así que verlo sobre el hielo, rodeado de sus compañeros, me aterra. No lo pienso mucho, en cuestión de segundos bajo las gradas hasta la cancha. El entrenador de Logan me ubica y me lanza una mirada preocupada.

—Fue un golpe serio —dice —parece que fue la cabeza.

Giro. Rony viene patinando hacia mí, me lanza una mirada alarmada y luego ve a su entrenador.

—Es serio —mi corazón da un vuelco tan furioso que me arrebata el aire —entrenador, creo que debe llamar a los paramédicos.

—Maldición —mi ansiedad no disminuye cuando el entrenador hace el ademán de alejarse, pero Rony lo detiene —¿Qué ocurre?

—El golpe lo aturdió un poco, sería bueno que Harriet entrara, para mantener la mente despierta —mis ojos se cristalizan porque esto suena exactamente igual a la última lesión de Logan.

—No puedo dejar que entre —sentencia —no puedo permitirlo, Rony. Es un juego...es la final...

—Entrenador, Logan parece necesitarla —insiste.

—Bien, sabes patinar, ¿cierto? —inquiere el hombre hacia mí. Asiento con rapidez. —¡Traigan un par de patines!

—¡Paramédico! —exclama alguien desde la cancha y la ansiedad parece estallar mucho más en mi pecho.

Una chica del staff se acerca con un par de patines que gracias al cielo son mi talla, y me toma más tiempo del deseado poder cambiarme los zapatos por los patines. Rony me tiende la mano cuando doy el paso para la cancha, no lo pienso demasiado, ni siquiera presto atención a las miradas que los otros jugadores me lanzan al ver a una aficionada entrar al hielo.

—Logan —mi voz brota en un susurro preocupado. Me arrodillo a su lado, sintiendo de inmediato lo frío del hielo traspasar la tela de mis pantalones.

—Hattie —dice con una mueca en los labios —probablemente vas a querer asesinarme por esto.

—Claro que no, fue un accidente —pronuncio —¿te sientes bien? ¿Estás mareado? ¿Te duele la cabeza?

Asiente, cierra los ojos y el temor explota en mi pecho ante la preocupación de que esta vez la lesión haya sido definitiva para obligarlo a dejar de jugar. Dios, ¿qué pasaría si tiene que abandonar el hockey?

Ignoro el sentimiento en mi garganta y solo lo miro, su respiración es tranquila, intento recordar el par de veces que se ha lesionado, intentando saber si está ocurriendo algo similar.

—No necesito la camilla —dice —¿Puedes ayudarme a ponerme de pie?

Asiento, me incorporo y me estabilizo sobre los patines antes de tender una mano hacia él. Una música extraña comienza a sonar, una que no he escuchado antes. Volteo brevemente, siendo consciente de que ahora tenemos la atención de todo el público.

Logan toma mi mano, pero no se incorpora.

¿Has escuchado la leyenda del hilo rojo?

¿Has escuchado hablar sobre las almas gemelas?

Leyendas de amor conocidas,

Historias que cuentan relatos mágicos de amor.

Volteo al reconocer la voz, la imperdible y melodiosa voz de mi padre. El corazón me da un vuelco furioso cuando lo miro incorporarse de su asiento, con una sonrisa genuina en el rostro, y sosteniendo un micrófono.

—¿Qué...?

No tengo tiempo de terminar, porque la voz de mi tío Jake se apodera del altavoz.


Historias mágicas, desconocidas.

Historias ajenas, pero llenas de sentimiento.

¿Alguna vez pensaste que nos pasaría?

¿Alguna vez creíste que sería nuestro turno?


Mi visión se nubla, un sentimiento estalla en mi pecho mientras vuelvo la mirada hacia Logan, quien ya se ha incorporado a mi lado. Extrañamente el estadio permanece en silencio, todos los jugadores fuera del área, mirándonos con una sonrisa.

Me toma unos minutos ubicar a mi tío Steph, y también al tío Ethan.

—Algunos creen en el destino,

Otros lo llaman casualidad.

Unos creen en cuentos de hadas,

Y muchos otros lo llaman..." una fantasía más"


Pero cariño, desde que te conocí,

creo que estoy en una fantasía.

Creo que he entrado a la historia de amor,

más mágica y excepcional del universo.


Estoy enamorado, ¿te lo he dicho ya?

Enamorado como solo los protagonistas de un cuento,

pueden entender.

Enamorado como las almas gemelas dicen estarlo,

Enamorado de la única manera que sé.


No quiero nada más, estoy aquí, pensando en ti

No deseo nada más, estoy aquí, dispuesto a todo,

Dispuesto a mirarte a los ojos, y decir:

Quiero pasar el resto de mis días junto a ti.


Solo en ese punto un estallido de aplausos llena el estadio. Ahogo un sollozo, combinado con una risa nerviosa mientras observo a los cuatro hombres estar justo en medio de las gradas.

Nuestro amor es imperfecto,

No quiero perfección, quiero realidad.

No quiero un amor sin errores, quiero un amor genuino.

No deseo un amor de cuento de hadas,

Quiero una vida en el mundo real a tu lado.


—Así que dime, cariño,

¿Deseas lo mismo que yo?

¿Tienes el mismo anhelo como para decir...?

"Yo también deseo pasar el resto de mis días junto a ti"


El publico grita, los aplausos llenan el estadio mientras papá y mis tíos señalan algo a mis espaldas. ¿En qué momento ha ocurrido todo? Ahí, detrás de mí, cada uno de los jugadores sostiene una letra, en un orden especifico hasta formar la pregunta que me arrebata el aliento.

¿Quieres ser mi esposa?

—Hattie...—volteo, con las lágrimas nublándome la visión. Logan sonríe, me acerco hasta golpear su pecho levemente porque no tiene nada, porque no ha tenido ninguna lesión.

Él retrocede un poco, enseñándome lo que tiene en una de sus manos. Una caja de terciopelo rojo. Me mira por un corto tiempo antes apoyar una rodilla sobre el hielo, abrir la pequeña caja, revelando el interior.

—Estrellita... ¿Me harías el honor de casarte conmigo?

Cada una de las más increíbles sensaciones explotan en mi pecho, se mueven en mi interior como corrientes eléctricas que llegan hasta el último rincón. Una preciosa joya reluce entre sus dedos, mi cuerpo reacciona, asiento con frenesí incapaz de decir algo más.

—Sí —mi voz brota unos segundos después —sí, ¡claro que sí!

Un estallido de aplausos y vítores nos envuelve, Logan se acerca hasta mí y sus manos se envuelven en mi cintura, luego se inclina hacia mí y presiona sus labios contra los míos.

Y ahí, entre gritos y aplausos, una nueva melodía comienza ser escrita para nosotros. Una igual de mágica, igual de encantadora.

El primer acorde de una nueva sinfonía nunca antes escuchada, pero de la cual, sin duda, en un futuro todos recordarán.

No he podido dejar de mirar el reluciente anillo en mi mano. He visto cada detalle, cada cristal, cada grabado. Y fue así como descubrí la casi diminuta inscripción "Para mi estrellita".

No sé en que momento Logan fue capaz de organizar su propuesta, o como consiguió que, en plena final, nos dieran un gran momento. Y para coronar el logro, los Boston Bruins ganaron el campeonato por cuarto año consecutivo.

—Vamos a casarnos —susurro cuando Logan se escabulle a mi lado en nuestra cama.

—Vamos a casarnos —repite con una sonrisa en sus labios. Me hace un gesto así que me acerco, acurrucándome contra su pecho —es tan increíble, Hattie.

—Fingiste una lesión —reprocho mirándolo. Él ríe levemente —no fue gracioso.

—Fue original, tienes que admitirlo —objeta.

—Fue original, pero debe ser ilegal asustar a tu novia de esa manera.

—A mi novia, ahora prometida —corrige antes de dejar un beso en mi coronilla —lo cierto es que era eso, o hacer la propuesta en uno de tus conciertos. Pero teniendo en cuenta que no tendrás conciertos pronto...

Me rio cuando entiendo el punto, dejo de mirarlo para acurrucarme más a su lado. El cuerpo de Logan se siente como un sitio seguro, la calidez me envuelve y me siento tan tranquila, como si pudiese quedarme dormida siempre en sus brazos, como si toda carga desapareciera.

Ambos permanecemos en silencio por varios minutos, con el sonido de la brisa golpeando la ventana, con nuestras respiraciones haciéndose cada vez más tranquilas.

—Quiero que nuestra boda sea una noche en la que haya perseidas —susurro.

—¿Perseidas?

—Una lluvia de meteoros, y de estrellas —susurro —creo que tendría mucho sentido, ¿no lo crees?

—Creo que sí —su brazo me afianza contra él —¿Lo imaginas? Viendo una lluvia de meteoros el día de nuestra boda. Una buena historia para contarle a nuestros hijos.

Sonrío—. ¿Logan?

—¿Sí?

—¿Le pediste a mi padre y a mis tíos que compusieran una canción para tu propuesta? —la curiosidad me había llenado, pero no había tenido la valentía suficiente como para preguntárselo a mi padre.

—Algo así —dice acariciando mi espalda —nos sentamos por varias horas, yo tratando de explicarles todo lo que sentía por ti, ellos tratando de entender. Dije algunas partes, pero ellos hicieron la magia.

—Es una canción hermosa.

—Digna de ti —susurra —quería que fuese especial, que fuese...nuestra.

Muevo para conseguir mirarlo, él baja la vista, el azul de su mirada encontrándose con el abismo verde de la mía.

Dos colores conectando, dos mundos fusionándose.

—Te amo mucho —susurro sonriendo con suavidad —nuestros hijos tendrán una buena historia que contar de como se conocieron sus padres, ¿no lo crees?

Su mirada se ilumina.

—Estaré encantado de contarles como un grupo de personas consideró que era buena idea juntar a una super estrella, y a un deportista, para hacerlos fingir amor.

—Creo que podemos omitir esa parte —arrugo la nariz —no queremos causarles conflicto.

El sonido de su risa me envuelve.

—¿Cómo contaremos la historia entonces? —inquiere.

Tomo una corta inhalación —Ya pensaremos, en eso, tenemos mucho tiempo, chico bonito.

—Tienes razón. Toda una vida por delante, me parece.

—Toda una vida por delante —repito con suavidad, acomodándome contra su pecho y cerrando los ojos.

Y ahí sé que no puede haber otro lugar mejor para mí, que los brazos de Logan. Donde esté él, está mi felicidad. Porque a pesar de que lo nuestro debía durar un solo año, a pesar de que debía ser amor fingido...no pudimos evitar convertirlo en real.

Una realidad que no deseo dejar de vivir.

La música siempre formará parte de mí, Estaré rodeada de notas, acordes y melodías, pero ninguna como la que vivo día con día, a lado del hombre que amo. Una en la que no importa que tan imperfecta sea. Ni los choques o errores que pueda tener, porque al final, es nuestra.

Y nunca, por más complicado que sea, dejará de pertenecernos. Es una seguridad que iría conmigo, hasta mi último aliento. 

_____________________________________________________________________

AHHHH no puedo creer que se acabaaaaaaaa T-T Voy a extrañarlos tanto. 

¡Nos falta el extra! Nos leemos a las 3pm hr méxico 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro