Harriet

Todo fue un caos. Un completo y desastroso caos.

Logan acaricia mi espalda con su mano, un gesto suave que me reconforta. Hemos estado en silencio por varios minutos, no deseo hablar y él no me obliga a hacerlo.

—No se acaba el mundo, Hattie —dice después de un rato —aunque lo parezca.

Mi cuerpo se siente sin energías, como si de pronto hubiese perdido todo ánimo de hacer cualquier cosa. Tomo un suspiro que me brinda tan solo un poco de tranquilidad y me apoyo más contra el cuerpo de Logan.

He roto contrato con la disquera y eso significó un duro golpe que apenas y comienzo a asimilar. No he vuelto a hablar con Scott, no quiero volver a hacerlo en mi vida y librarme de él debe de sentirse como un alivio, pero no lo es.

Al romper el contrato, los derechos de explotación de los discos que produje bajo su sello quedaron en su poder. Mi padre y Marcus intentaron que pudiese recuperar los derechos, sin embargo, no hubo nada que pudiésemos hacer.

Papá había dicho que era su culpa, que debió de ser más cuidadoso con las cláusulas, pero ¿Cómo imaginar que el dueño de la discográfica sería un completo idiota?

—Todos los discos que he creado desde que inicié mi carrera, les pertenecen —susurro con un sonido débil —no puedo cantarlos, ni usarlos. Es lo que he hecho toda mi vida, Logan. Y sé que puedo hacer más, pero se siente como si hubiese perdido una parte de mi vida que no volveré a recuperar.

Él permanece en silencio.

—Y sé que puedo crear más, que al final de cuentas, esas letras nacieron de mí, así que solo tengo que seguir creando, pero...—sacudo la cabeza —fueron mis inicios, fue todo el camino que recorrí hasta llegar a quien soy ahora.

Vuelvo a suspirar, cierro los ojos levemente y los abro cuando siento el toque cálido de Logan contra mi espalda otra vez.

—No es el final, Hattie. Tal vez esta es tu oportunidad para demostrar de que estás hecha —dice suavemente —para mostrarle a todos que puedes volver a resurgir, aún cuando alguien te ha arrebatado todo. Eres increíble, talentosa, eres magnifica y esto no va a poder acabar contigo.

Sonrío, ladeando la cabeza mientras me siento reconfortada con sus palabras, con su presencia.

—Lo único que le agradezco, es haberte puesto en mi camino —admito.

—Me empujaron a tu camino, en realidad —bromea y me rio. —pero agradezco ese empujón, porque no he sido tan feliz como lo soy desde que estoy contigo.

—Eres un romántico —Logan sonríe con orgullo.

—Es una de mis tantas habilidades, super estrella —dice con suficiencia —¿apenas comienzas a darte cuenta?

—Sé que eres muy hábil, en muchas otras cosas también —respondo con tono juguetón.

La sonrisa de Logan se ensancha mientras se inclina hacia mí, y se apodera de mis labios. Lo hace de una forma tan abrupta, con un contacto feroz. Nos deslizamos por el colchón hasta que el cuerpo de Logan cubre el mío, parece que sus entrenamientos en Boston comienzan a definir muchísimo más su cuerpo, porque los músculos de su torso se sienten muchísimo más tonificados bajo mis palmas.

—Quiero decir que solo me contengo de demostrar mis habilidades porque tus padres están abajo —sentencia.

Una risa brota de mi cuerpo, como si hubiese sido invocado, dos toques en la puerta nos sobresaltan y cuando la puerta se abre y mi padre aparece, Logan se aparta con rapidez de mi cuerpo, estamos casi al borde del colchón así que cuando Logan se aparta, no hay colchón que lo reciba y el golpe seco que se escucha cuando cae, nos lo confirma.

—Mierda —se queja

—Espero que no planeen convertirme en abuelo pronto —dice papá con diversión —y Logan, no queremos que te lesiones así que deja de lanzarte de la cama, por favor.

Me siento avergonzada así que lo único que hago es reír. Logan se incorpora y sonríe con nerviosismo hacia papá.

—Marcus está aquí —informa —parece que hay unos cuantos temas que debemos tratar.

—Bajo en un segundo —él parece satisfecho con mi respuesta así que solo nos lanza una última mirada divertida antes de marcharse de la habitación.

Un nuevo quejido brota de Logan cuando mi padre se marcha, lo miro y rio levemente al notar como masajea su espalda baja.

—Fue más doloroso de lo que esperé —masculla —la próxima vez le colocamos seguro a la puerta, por favor. Así me da tiempo de apartarme con tranquilidad.

Una carcajada brota de mis labios entonces, Logan entorna los ojos hacia mí y me disculpo, sin embargo, la risa no se detiene de inmediato.

Me incorporo de la cama, alisándome la tela del pantalón y tomo un suspiro.

—Sea lo que sea, estarás bien —afirma acercándose y colocando las manos a los costados de mi cuerpo, sobre la piel desnuda de mis brazos.

Le agradezco con una sonrisa antes de bajar, Logan me sigue y se queda con Axel, quien parece haber recuperado su simpatía hacia mi novio, y se entretienen con los videojuegos.

Marcus, papá y Bill se encuentran en el estudio cuando ingreso. Los tres me miran con amabilidad y a pesar de que sé que solo intentan hacer esto menos complicado, no se siente de esa forma.

—Siéntate, Hattie —pide papá.

Lo hago, papá permanece de pie a mi costado mientras Marcus y Bill se colocan en el sillón que está justo frente a mí.

—El contrato con Music Resort oficialmente ha acabado, pudimos evitar pagarle la cantidad estipulada porque fueron ellos quienes incumplieron la parte del contrato, así que la resolución fue sencilla. Sin embargo, como sabes, tus primeros álbumes están bajo su sello, por lo cual...no puedes hacer uso de ellos, ni explotarlos.

El sabor amargo se instala en mi boca, mi estómago se contrae con fuerza y tengo que obligarme a mantenerme bajo control.

—Bueno, eso es algo que sabíamos que pasaría —susurro —supongo que no hay nada que hacer, ¿no es cierto?

Ellos comparten una mirada, permanecen algunos segundos en silencio antes de volver la atención hacia mí, y continuar hablando.

—Scott ha ofrecido una posibilidad para liberar tus álbumes y todos los sencillos —comienza a hablar Bill —puedes recuperar los derechos y él está dispuesto a negociarlos...

—¿Pero...? —Bill suspira.

—Con la condición de que Logan retire los cargos por difamación.

No sé como reaccionar ante eso. Observo a mi padre y él también tiene un gesto pensativo, como si estuviese considerando las palabras de Bill.

—Sabe que perderá —continúa nuestro abogado —tiene todas las de perder contra los abogados de Logan, hay pruebas y si Logan continúa, va a hundirlo. No solo a él, a toda la compañía porque una fama como esa, ningún artista querrá ser respaldado por una disquera acusada de difamación.

Me incorporo, la molestia estalla en mi pecho mientras me muevo por el estudio.

—¿Qué tiene Logan que ver en eso? —cuestiono.

—Creo que piensa que Logan hará cualquier cosa si tú se lo pides.

—No voy a pedirle a mi novio que retire los cargos contra un hombre que pudo haberle arruinado la carrera con sus mentiras —espeto —Scott merece pagar, yo no pude hacer demasiado, pero Logan quiere hacerlo, Logan quiere consecuencias y no seré yo quien le pida que no las obtenga.

—Harriet, escucha —Bill también se incorpora —si quieres recuperar tus discos, si quieres recuperar los derechos...considéralo.

—Aún cuando yo se lo pidiera, Bill, Logan tiene a sus propios representantes. Representantes que al igual que ustedes quieren lo mejor para él, y dudo que crean que retirar los cargos es algo beneficioso.

Bill y Marcus suspiran, el primero se gira hacia mi padre, como esperando una intervención que pueda ayudarlos.

—Creo que es una buena estrategia, usar a Harriet contra Logan para librarse de una demanda que perderá...el cabrón es inteligente —papá sacude la cabeza —pero Harriet tiene razón, esas decisiones no son exclusivas de Logan, aún cuando el quisiera, tiene un equipo que probablemente no lo considere una buena opción.

—No perdemos absolutamente nada intentándolo...

—Claro que perdemos —lo interrumpo —no quiero que Logan piense que lo estoy usando para mi beneficio, es jodido que Scott tenga los derechos de explotación de mis creaciones, pero no involucraré a mi novio en asuntos que no le corresponden.

La puerta del estudio se abre, Logan me observa por unos cortos segundos antes de mirar a los hombres reunidos delante de mí.

—Logan —dice papá —supongo que no hablamos particularmente bajo.

—No te incumbe —señalo girando hacia él —¿puedes dejarnos solos?

—No, estrellita, yo creo que esto me incumbe, y mucho —se voltea por unos cortos segundos para cerrar la puerta detrás de él y luego se acerca —¿qué ocurre?

—No creo que debamos de hablar esto sin tu abogado presente —dice Bill —sé que ustedes tienen una relación, pero en términos profesionales...

—Oh, por favor —debato —¿términos profesionales? ¡Involucrar a Logan en esto no es profesional! ¡Él no tiene ninguna relación!

—¿Necesito tener a Daniel conmigo para que podamos hablar de esto? —inquiere Logan tomando su celular —bien, lo llamaré entonces.

—Logan...—dejo de hablar cuando entiendo la mirada que me dedica.

—Sé tomar mis decisiones, Hattie —asegura.

Sale del estudio con el celular contra la oreja, nos quedamos en silencio en el estudio hasta que él vuelve unos minutos después y mira a Bill.

—Daniel y Timmy estarán aquí pronto —asegura.

Me mira, yo resoplo dándome por vencida sin molestarme en dar una contestación, después de todo, ¿qué se podía hacer?

Logan me lanza una mirada que se parece mucho a la de un cachorrito.

—No me mires así —exijo mientras le doy un pinchazo al trozo de fruta con el tenedor.

—Bueno, entonces deja de estar enojada conmigo —condiciona.

—No puedo dejar de estar enojada contigo, cuando le diste a ese hombre lo que quería —reclamo.

—Y gracias a eso podrás recuperar los derechos de todos tus discos —me señala con el tenedor —a mi parecer fue una muy buena causa, puedo tolerar que el idiota siga por ahí si tú recuperas años de trabajo.

—Logan...

—Harriet...—responde en el mismo tono y no puedo hacer mucho por retener la sonrisa.

—Esto es serio, pudo arruinarte —le recuerdo dejando a un lado los cubiertos —pudo hacer que los Boston Bruins te despidieran o no lo sé, cualquier cosa para perjudicarte.

Logan resopla, deja también a un costado los cubiertos y apoya los codos sobre la superficie de la mesa, entrelazando los dedos frente a él.

—Escucha, Harriet —su tono se vuelve firme —sí, probablemente pudo haber más consecuencias de las que hubo, y probablemente pude haberme visto muy afectado, pero no pasó. Y tomé mi decisión siendo consciente de lo que en verdad ocurrió, no de escenarios hipotéticos. Este escenario, el real...era que existía una oportunidad para que recuperaras tu trabajo, para que tuvieras los derechos de tus creaciones así que, si crees, por un instante, que voy a preferir seguir con una maldita demanda contra un hijo de perra, en vez de ayudar a la mujer que amo, estás muy equivocada, estrellita.

Las comisuras de mis labios tiemblan, inclinándose en una sonrisa que se extiende por mi rostro. ¿Cómo es que este hombre puede ser tan encantador?

—A veces siento que eres demasiado bueno para ser real —Logan ríe, echa el cuerpo hacia atrás apoyándose en el respaldo de su silla —gracias.

Sacude la cabeza en una negativa.

—No quiero agradecimientos —sentencia —además, no creas que planeo quedarme con los brazos cruzados.

Lo miro con intriga, recupero mi tenedor y vuelvo a darle un pinchazo a la fruta antes de llevármelo a la boca.

—¿Qué quieres decir?

—Bueno, su condición fue que no presentara la demanda —dice encogiéndose de hombros —nunca que no fuese con la prensa.

Un nuevo pedazo de fruta queda a medio camino cuando él dice aquello. Lo miro con algo parecido a incredulidad.

—Y yo a comparación de él, no di notas falsas.

—¿Quieres decir qué...?

—Tan pronto como recuperes los derechos de todas tus canciones, Timmy le entregará a la prensa todas las pruebas que dejan a Scott Benson como el responsable de todos tus escándalos, y sobre todo del último que ocurrió.

Suelto una risa mientras dejo el tenedor junto con la fruta a un lado y me concentro en Logan.

—Supongo que debería de sentirme mal por lo que eso ocasionará.

—Supongo que si —concuerda, pero la sonrisa que tiene en los labios, me deja saber que piensa exactamente lo mismo que yo —pero se lo merece el cabrón.

—Sí —concuerdo —se lo merece.

Nos miramos sintiendo exactamente lo mismo, la prensa no perdonaría algo así. Porque si hay algo que el publico odia, es sentirse engañados.

Y Scott Benson lo hizo por mucho tiempo. Tal vez este es su karma, y sería una mentirosa si dijera que cuando comenzara a pagar, no voy a disfrutarlo.

Dos semanas después, estoy acompañando a Logan para abordar su vuelo a Boston.

Intentó quedarse más tiempo, pero los entrenamientos de los BB lo requerían de vuelta, y aunque quise acompañarlo para pasar unas semanas en Boston, los asuntos aquí en Baltimore aún no estaban del todo resueltos.

—Voy a echarte de menos —susurro cuando nos abrazamos ante la puerta de embarque.

—Yo también voy a extrañarte muchísimo, estrellita —susurra afianzando el agarre contra mi cuerpo —si necesitas algo, cualquier cosa, llámame ¿de acuerdo?

Asiento. Me aparto de él y tomo una inhalación confiando en que eso me ayude a mantener mis emociones a raya.

—Lo haré —prometo —te amo.

—Te amo más —dice inclinándose para atrapar mis labios entre los suyos, el contacto está lleno de calidez, pero también de un sentimiento agridulce. Porque sigue frente a mí, pero siento que ya lo echo de menos.

La voz por los altavoces se escucha llamando a abordar, y esa es la señal para indicarnos que tiene que irse ya.

—Hasta pronto, chico bonito —susurro cuando él retrocede.

—Hasta pronto, estrellita —contengo mis ganas de echarme a llorar cuando eleva la mano en un gesto de adiós y me da la espalda.

Aguardo ahí hasta que él cruza las puertas, y gira para mirarme una última vez. Distingo una sonrisa en sus labios así que devuelvo el gesto, y luego lo pierdo de vista.

—Llorar en público no es buena idea.

—Oh cállate, Covey —mascullo tallándome los ojos. Mi guardia ríe mientras se coloca a mi lado y cruza los brazos por detrás de su espalda.

—¿Nos quedaremos aquí todo el día? ¿O solo hasta que el avión despegue? —entorno la mirada hacia él, Covey sonríe con inocencia lo que me hace rodar los ojos, pero una sonrisa comienza a extenderse por mis labios.

No planeo quedarme mucho tiempo, claramente, así que unos instantes después nos damos la vuelta y vamos hacia el auto.

—Tu padre me ha pedido que te lleve a su casa —informa —parece que tu tío Ethan tiene algo por decirte, creo que es importante.

—Definitivamente es importante —concuerdo porque el tío Ethan no suele venir con frecuencia a Baltimore.

Covey conduce de vuelta a casa de mis padres, le envío un mensaje a papá diciéndole que vamos en camino y recibo uno de mi madre, diciendo que me espera que me quede en casa hasta para la cena.

No nos toma demasiado tiempo llega a casa, bajo del auto y Covey deja el auto a un costado de la casa, luego también baja.

—Tío Eth —saludo cuando ingreso a la casa.

—Ahí está mi sobrina favorita —dice con una sonrisa entusiasta en el rostro —estás preciosa, Harriet.

—Te echamos de menos por aquí, ¿a qué debemos tu inesperada visita?

—Bueno, con todo lo que ha pasado quería venir y saber como estás —confiesa —tu padre me contó los detalles.

—Estoy bien ahora, todo comienza a solucionarse —afirmo.

Él parece satisfecho, papá ingresa a la sala y en cuanto nos ve reunidos dice que pasemos a su estudio, lo que evidentemente deja en claro el asunto que quieren tratar, es importante. Tal vez más de lo que creo.

—Sé que el asunto de tu disquera aún es reciente —dice cuando nos sentamos de frente —y que probablemente lo que menos quieres ahora es pensar en nuevos contratos, pero...

Él mira a mi padre, papá asiente levemente y lanza una sonrisa tranquilizadora hacia mí.

—He recibido la llamada de un buen amigo —continúa —es dueño de una discográfica no tan grande, y tampoco tan conocida. Ha trabajado con algunos artistas, y va en crecimiento.

—Supongo que tratas de decirme que has encontrado una compañía discográfica para mí, ¿no es cierto? —inquiero.

—Lo hizo —papá interviene. —Tu tío me llamó hace una semana para informármelo, así que moví un par de contactos para investigar, y lo consulté con Colton, parece ser una buena opción.

—¿Marcus sabe de esto? —ambos asienten —¿Qué opina él?

—Estaba en sus propias búsquedas para encontrar una nueva compañía, pero con esto...—se detiene por un par de segundos —dice que eres tú quien tomará la última decisión ahora.

Lo miro casi incrédula. Cuando comencé, papá se encargó de elegir a la disquera y a mi representante, confío en el ciegamente así que lo acepté.

—Creo que es tiempo de que comiences a tomar tus decisiones importantes —dice papá —aunque ya has empezado, me parece.

Parpadeo, saliendo del pequeño trance en el que recibir la información me ha dejado.

—Supongo que tendríamos que hablar con la disquera —establezco —y ver si va conmigo, es decir, si podemos trabajar juntos.

Ambos asienten, papá golpea el costado del tío Ethan y él parece reaccionar.

—Oh, sí —dice —y está en Boston.

Una sonrisa complica es lanzada en mi dirección.

—Supongo que ahí hay un chico de rostro bonito entrenando hockey sobre hielo ¿no te parece, Alex?

Papa se ríe, el tío Eth lo hace también.

—¿Hay una disquera en Boston interesada en trabajar conmigo? —inquiero con incredulidad.

—Así es, Hattie. Esto es solo si tú lo deseas, entendería que quisieras tomarte un tiempo para descansar, ha sido un proceso agotador, cariño.

—¿Ellos esperarían? —cuestiono. El tío Ethan asiente.

—Esperarán el tiempo que sea necesario —asegura —piénsalo, ¿de acuerdo?

Asiento. Se incorpora y yo lo hago también, me da un corto abrazo y se despide diciendo que lo llame pronto.

Cuando sale y me quedo sola con papá, él se acerca.

—No te sientas presionada, cariño. Sabes que cualquier decisión que tomes, estaremos para ti.

—Lo sé, papá —le sonrío y eso parece ser suficiente para él. Cuando mamá lo habla, sale del estudio diciendo que espera que me quede a cenar y me quedo sola.

El silencio del estudio me envuelve, me dejo caer sobre el sillón y tomo una profunda inhalación, sintiendo el aire llenarme los pulmones.

Volteo hacia la fotografía familiar que cuelga de una de las paredes, luego deslizo la mirada hacia la foto de mi padre, frente a miles de personas, y luego la mía al otro costado.

Un sentimiento me llena el pecho mientras miro las imágenes, un sentimiento de que tal vez en ese punto, mi carrera está comenzando de verdad.

Una vez mi padre dijo, que necesitamos ser lo suficientemente valientes como para hacer un cambio, que necesitamos de fortaleza para atrevernos a salir de la zona de confort.

Para perseguir los sueños se necesita coraje, determinación, compromiso. Hasta este punto, creí que mis sueños se habían materializado ya.

Pero tal vez, solo tal vez, he estado equivocada. Porque lo verdaderamente emocionante está a punto de comenzar. 

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