35.- Ser inolvidable
Logan
Cuando Harriet me llamó estaba abordando el jet privado que el señor Campbell consiguió luego de decirle que necesito estar con Harriet. Todo es una maldita locura, un escandalo que no tengo idea en que momento se creó.
Timmy está furioso, ha hecho todas las llamadas posibles intentando entender que mierda está ocurriendo, pero no ha obtenido ni una sola respuesta.
Por lo pronto, ha estado en contacto con la modelo que asegura que tuvimos una relación. No sé en realidad que tantas palabras -o amenazas- utilizó mi agente para hacerla hablar, pero lo hizo.
Un pago por una cuantiosa suma de miles de dólares que vienen de Music Resort, la disquera de Harriet, para salir a afirmar que tuvimos un romance. Y solamente puede haber una persona detrás de todo eso...Scott Benson.
Llego con el tiempo justo a Baltimore, el tiempo de vuelo fue de una hora con unos minutos más, así que con suerte puedo alcanzar a Harriet en la disquera.
No tengo guarda espaldas, no consideré que sea necesario, pero al llegar y ver a la masa de periodistas, sé que debí traer. No puedo hacer mucho para que pronto todos ellos reparen en mi presencia.
Apenas y puedo bajar sin ser rodeado, las preguntas se lanzan hacia mi sin ningún tipo de consideración.
—Logan, ¿darán por terminada la relación? —pregunta uno de los reporteros —¿Has hablado con Harriet?
—No hay ninguna razón para terminar mi relación con Harriet —respondo mientras intento avanzar —no hubo ningún engaño de mi parte, que eso quede claro.
Hago una mueca cuando me cierran el paso, me detengo y coloco la mano al frente cuando el flash de una de las cámaras me ciega. Me coloco las gafas intentando avanzar pero es casi imposible.
—¿Ahora que perteneces a las grandes ligas tus intereses han cambiado? —cuestiona otro.
—¿Crees que Harriet pueda perdonarte?
—¡A un lado! —el grito fuerte de Covey sobrepasa a las preguntas de los reporteros —¡Muévanse!
Me siento aliviado cuando se abren paso por los periodistas y me liberan el camino.
—Parece que necesitabas ayuda —dice Tyler con una sonrisa divertida en los labios —andando.
Las preguntas no dejan de ser lanzadas en mi dirección aún cuando avanzo hacia la entrada de la disquera.
—¿Cómo está ella? —inquiero hacia Covey cuando las puertas se cierran y las voces de los reporteros se ahogan detrás del cristal. Me quito las gafas y las cuelgo del cuello de la camisa.
—Está en reunión ahora con Marcus —informa —está bien, lo está manejando mejor que la última vez.
Eso me tranquiliza tan solo un poco. Mi celular suena anunciando un nuevo mensaje de Timmy, lo leo con rapidez y lo dejo sin responder. Mi representante llegaría pronto para poder hablar con Scott, según él, necesitábamos saber porque la modelo afirmaba que el pago vino de la disquera de Harriet.
—Tenemos que estar pendientes de la entrada —dice Tyler —Harriet no debe de tardar en bajar, no te recomiendo subir.
—Sí, no lo hagas —dice Covey —los ánimos pueden calentarse.
—Supongo entonces que con mayor razón debo subir —objeto.
—No, mejor quédate aquí —dice el rubio con una sonrisa antes de que ambos me den la espalda, y salgan del edificio.
No planeo quedarme solamente de pie a mitad del pasillo, así que camino hasta las escaleras, justo cuando Stacy me intercepta.
—Logan —parece un poco sorprendida de verme —¿no estabas en Boston?
Sonrío —Lo estaba.
—Harriet está arriba, si quieres...
Antes de que pueda terminar la frase, su mirada capta algo detrás de mí. Giro para mirar como Harriet sale de las escaleras laterales que conducen directo a la salida. Las alarmas se encienden y pronto me encuentro caminando hacia ella.
No parece entender que está caminando directo hacia la salida, hacia donde la multitud de reporteros esperan por algo.
—Harriet —llamó, pero parece no escucharme, apresuro mis pasos en el instante en el que ella parece entender que está por enfrentarse a la prensa.
Sus mejillas están húmedas, mi corazón se encoge porque si estuvo en una reunión con sus representantes y ahora se encuentra así, significa que algo salió mal.
Mis brazos la atrapan antes de que pueda ser vista por los cristales, la aparto de la entrada conduciéndonos hacia el pasillo lateral.
Cuando la sostengo frente a mí, noto la respiración irregular, la manera en la que sus músculos están tensos.
—Estrellita —eleva la mirada, la angustia en ellos me alarma—respira.
Sus ojos me enfocan y entonces el aura de fragilidad la envuelve. Hay un leve temblor en su cuerpo.
—Respira —repito y ella parece reaccionar. Un jadeo brota de su cuerpo y parpadea con rapidez —eso es. Eso es Hattie, respira.
Volteo hacia el pasillo, hay varias miradas curiosas de las personas de la disquera así que envuelvo el brazo en su cintura y nos conduzco hasta la puerta cercana. Gracias al cielo está vacía así que entramos y me aseguro de cerrar la puerta.
—Estás aquí —susurra calmando el temblor en su cuerpo.
Sonrío, elevo las manos hasta acunar su rostro y tratar de calmar la angustia que parece haber en sus preciosos ojos verdes.
—Estoy aquí —afirmo —Estrellita volví.
Se rompe, mi corazón sufre un vuelco furioso cuando se aferra a mi cuerpo como si necesitara de algo para no caer. La sostengo contra mi cuerpo, aguardando pacientemente hasta que consiga dejar ir todo lo que lleva dentro.
Pasan largos minutos antes de que ella se atreva a mirarme.
—Todo estará bien, Hattie —susurro con seguridad—todo estará bien.
No me da una respuesta, pero su cuerpo se relaja levemente contra el mío.
—Gracias por volver —susurro contra su cuello.
—Siempre que me necesites, ángel —susurro con dulzura —siempre que me necesites, volveré a ti.
Sus brazos me envuelven con un poco más de firmeza. Su respiración poco a poco comienza a tranquilizarse hasta el punto de volverse normal.
—¿Estás mejor? —inquiero cuando se aparta, pasando las manos por sus mejillas para deshacerse del rastro de lágrimas.
Sacude la cabeza en un asentimiento, cierra los ojos por unos segundos y luego me mira. La dulzura vuelve a su mirada, sus labios se curvan en una sonrisa mientras me mira.
—Estás más musculoso —dice y me rio ante su observación —te eché de menos, ¿cómo volviste tan rápido?
—Llamé a tu padre —confieso —le dije que con todo esto, deseaba estar a tu lado, así que me consiguió un jet privado para volar a Baltimore, me tomó poco más de una hora llegar.
Ladea la cabeza, la sonrisa se extiende un poco más al mismo tiempo que toma una corta inhalación.
—Desearía decir que no era necesario que vinieras, pero sí que te necesito —admite en un hilo de voz —Scott...
—Sí, fue quien filtró las notas falsas —termino la frase por ella —lo sé. Timmy estaba furioso con las notas, llamó y realmente no quiero saber como es que consiguió que la modelo hablara.
—Scott ha estado detrás de todo —susurra —lo que dicen de mi familia en la televisión, la forma en la que hablan de papá, todo es por su culpa.
Me acerco lo suficiente como para poder acariciar uno de sus brazos.
—Lamento que ahora seas tú quien recibe todo el odio de los fans —dice y parece realmente preocupada por eso.
Sonrío, acomodando un mechón de cabello detrás de su oreja.
—Fue inesperado tener miles de mensajes y comentarios acusándome de infiel —murmuro —pero puedo lidiar con eso.
Al inicio me asusté porque consideré que Harriet pudiera creer en todo lo que las notas decían. Que pudiera realmente pensar que yo tenía algo con esa mujer que nunca antes he visto en mi vida.
—No te preocupes por mí, ¿de acuerdo?
—Los directivos de los Boston Bruins...
—Ellos no harán nada en mi contra —hablo con una leve sonrisa, entendiendo su preocupación —es un escándalo menor, no es como si me hubiese acusado de adicciones o algo así.
El alivio se filtra en sus facciones y la miro un poco más a detalle. Sus ojos están enrojecidos, pero todo rastro de angustia parece haber sido eliminado de su mirada.
Tomo las gafas que cuelgan de mi camisa y se las entrego.
—¿Quieres que nos vayamos? —cuestiono —supongo que deben tener puertas traseras, podemos salir por ahí.
Antes de que pueda darme una respuesta, mi celular suena. La pantalla se ilumina con un mensaje de Timmy.
—Mi agente está aquí —informo —supongo que debo quedarme un poco de tiempo más.
Ella asiente. Se coloca las gafas y luego extiendo mi mano hacia ella. La atraigo hacia mí, mis labios se encuentran con su coronilla y dejo un suave beso sobre la zona.
—Lo arreglaremos —prometo —no te preocupes por nada.
Salimos de la habitación unos pocos segundos después, Alexander ya se encuentra en el pasillo, junto con Bill y mi agente está con ellos. El padre de Harriet se acerca con rapidez y la forma en la que la abraza, me hace deducir que algo realmente serio pasó en la reunión.
—No escuches nada de lo que dijo —dice Alexander —no eres nada de eso, ¿entiendes? Dime que lo entiendes, Hattie.
—Lo entiendo —susurra ella —estoy bien, papá.
Alex eleva la mirada y sonríe cuando me ve.
—Logan, que gusto verte después de algo de tiempo —dice —supongo que ahora tendrás que enfrentarte a Scott.
—No se preocupen por eso —volteo cuando escucho la voz de Daniel, mi abogado —lo tendremos controlado —asegura —debemos entrar.
Asiento, le lanzo una mirada a Harriet antes de acercarme a ella. La envuelvo en un corto abrazo, la calidez nos envuelve a ambos y me veo en la necesidad de apartarme.
—Lo resolveremos —prometo en un susurro.
Asiente, mirándome con toda confianza y seguridad. La miro una última vez sobre mi hombro antes de seguir a los hombres que se han adelantado a la oficina de Scott.
Tomo una inhalación, dispuesto a hacer todo cuanto esté a mi alcance para resolver este desastre que alguien más creó. Porque estoy harto de que creen infiernos a nuestro alrededor, estoy tan malditamente cansado de que Harriet o yo tengamos que pagar por los caprichos de alguien más.
Esto no va a repetirse, es una promesa. Y me aseguraré de cumplirla, sin importar el costo que acarree.
Estuvimos dos horas reunidos con Scott. Dos horas en donde definitivamente fuimos de todo, excepto amables.
El hombre no se esperaba que Daniel llegase con el testimonio de la modelo que afirmaba hacer recibido un pago de la disquera, yo, al contrario de Harriet, no tenía ningún contrato con Music Resort, así que una demanda por difamación era lo mínimo que podía hacer.
Me aseguré de dejarle en claro que no iba a quedarme de brazos cruzados, y que tampoco aceptaríamos unas simples disculpas públicas.
Llegaríamos hasta la mayor de las consecuencias, y no haría nada para impedir que mis abogados dieran con todo.
Sin embargo, Harriet fue un caso distinto. El equipo de publicidad consiguió dar con las fotografías individuales que se habían usado para el montaje, y esa misma noche fueron dadas a conocer.
El circo de Scott había durado menos de veinticuatro horas, pero para Harriet, tal vez eso duraría más, mucho más.
—Aún cuando consiga romper contratos con él, los discos que produje bajo el sello discográfico no podrán ser míos —susurra —no podré hacer nada más con ellos.
Se acurruca a mi lado, cubriéndose con las mantas y acomodando la cabeza contra mi pecho.
—Nunca pensé que tendría que pasar por algo así —admite —creí que mi padre había sido cuidadoso, tal vez ese fue mi error.
—No fue error tuyo, estrellita.
Ella no responde, me acomodo de tal manera que puedo verla. Hay algo nuevo en ella, una emoción que no puedo reconocer. Como si lo que Scott dijo en la reunión hubiese sido suficiente para sacar un lado de Harriet que nunca antes he visto.
—Él tiene razón, Logan —dice y suspira —no en el sentido de que seré una sombra...sino en que...mi padre me ha cuidado siempre. Se ha asegurado de abrirme el camino, ha cuidado mis espaldas, ha puesto todo su empeño en que conozca solo lo bueno del mundo.
Se aparta de mi cuerpo, la sabana se corre y ella la deja reposar en su cintura.
—Eso es lo que los padres hacen, Hattie. Cuidan de sus hijos.
Sacude la cabeza en forma de negativa. Toma un corto respiro y fija los ojos en mí.
—Cuando comencé a cantar dije que quería formarme mi propio legado —dice suavemente —me prometí que haría todo cuanto estuviese en mis manos para crearme una carrera inolvidable, admiro tanto a mi padre que siempre he deseado ser como él, tener el lugar que él tuvo.
La emoción brilla en sus ojos de una forma en la que no lo he visto antes, con una trasparencia genuina, la sinceridad en sus palabras.
—Pero no soy él —dice y su voz tiembla —nunca debí desear ser como él.
—Harriet...
—Quiero ser recordada como Harriet, quiero que el publico me ame y admire por quien soy —dice y sus ojos se cristalizan —quiero que mi nombre, esté relacionado solamente conmigo, con nadie más, quiero brillar tanto como me sea posible, deseo ser inolvidable, pero no con los métodos que todo el mundo practica. Quiero ser inolvidable por quien soy, por lo que hago, por lo que transmito.
Tomo su mano, mi pulgar acaricia el dorso de su mano mientras observo a la mujer de la que estoy enamorado estar en una lucha interna tan intensa, que parece que comienza a perderse.
—He hecho todo lo que se espera de mí —susurra —he sonreído cuando se me dijo, he cantado cuando lo pidieron, he sido la chica perfecta y todo eso no ha servido de nada, Logan. Porque había gente arruinando todo a mis espaldas, porque parece que no les importaba ver como me consumía y sufría por mi familia.
Su voz se rompe y retiene el sollozo.
—Y ahora hay un hombre amenazando con adueñarse de todo mi trabajo, amenazando con quitarme la oportunidad de manejar mis creaciones. Estoy harta de sentir que todo lo que hago no vale la pena, no es valorado como se debe.
Se limpia las lágrimas con el dorso de la mano y sacude la cabeza, como si quisiera despejar sus ideas.
—Siempre fui criticada por como vestía, por como actuaba, por la forma en la que elegía disfrutar mi tiempo —su voz adquiere firmeza —siempre se me cuestionó todo, y cuando creí que eso había acabado, cuando pensé que al fin comenzaba a notarme por ser yo...todo se arruina.
—Nada está arruinado, estrellita —tomo su mentón y la obligo a mirarme —no puedo comprender como te sientes en este instante, pero puedo jurar que no está arruinado. Tienes la oportunidad de ser tú ahora, la oportunidad de mostrarle a todos quien eres.
—No entiendo como...
—Ya no tendrás a Scott, ahora sabes que había alguien detrás diciendo las mentiras sobre ti —susurra —hay gente que te admira por quien eres, Grecia, por ejemplo.
Una sonrisa suave se extiende por sus labios.
—Te ha admirado incluso desde antes de que tú y yo nos conociéramos. Te ha admirado y se ha enojado por la forma en la que la prensa hablaba de ti. Pasaba horas recriminando que el mundo era injusto porque su "estrella favorita" no era nada de eso. ¿Sabes lo que ve en ti?
Los ojos de Harriet vuelven a ser vidriosos. Muerde su labio inferior y sacude la cabeza.
—Ve en ti el ejemplo de una mujer fuerte, ve en ti a una chica con sueños enormes e ilusiones del tamaño del cielo. Ve a alguien noble, amable, a alguien a quien admira por quien es.
Harriet sonríe, pero un sollozo brota de su cuerpo.
—Nada está arruinado para ti, estrellita. Este es una oportunidad para que comiences de nuevo, para que le demuestres al mundo...quien es Harriet Campbell.
Sus brazos se envuelven alrededor de mi cuerpo, apegándome a ella como si necesitara sentirme cerca.
—Te amo —susurra —te amo tanto, gracias por sostenerme siempre.
—Estoy para ti, ángel —le recuerdo con una sonrisa —lo estaré siempre.
Ella extiende la mano para acariciar mi mejilla, con una sonrisa curvando sus labios.
—Firmaría mil contratos más solo si es para estar contigo —su voz me envuelve —porque al final, esto vale la pena, chico bonito. Porque eres mi deseo, mi sueño... eres mi destino.
La brisa fresca nos golpea en este instante, y sé que no deseo otra vida, si Harriet no está en ella.
—Bueno, pues por suerte para ti, la próxima vez que firmes algo, no será un contrato —sentencio.
Su mirada adquiere un destello curioso.
—¿Y que será?
Me acerco a ella, inclino el cuerpo hacia adelante para conseguir atrapar sus labios entre los míos en un contacto que dura apenas segundos, pero que se sienten eternos.
Me aparto con una sonrisa, totalmente convencido de decir:
—Será nuestra acta de matrimonio, estrellita.
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Nos leemos mañana martes...¡estén pendientes!
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