Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

25.- Un amor que arde como el infierno


Harriet

Algo va mal.

Son las diez y Logan no ha aparecido. Las velas se han consumido, la cena se enfrió y el vino perdió la temperatura fría que poseía.

—No tengo noticias de que haya ocurrido algo —Covey ingresa y me mira por un par de segundos —su agente no responde, y...

—Gracias, Covey —interrumpo sintiéndome cada vez más derrotada.

Rony llegó con el arreglo que Logan envió, un precioso ramo de, según la tarjeta, trescientos sesenta y cinco tulipanes. Sin embargo, algo en la mirada de Rony me inquietó.

Cuando le pregunté por su amigo solo dijo: —Deberá llegar pronto, no te preocupes.

Así que esperé. Cuando pasó una hora lo llamé, le envíe textos, pero no respondió ni un solo mensaje, ni tomó mis llamadas.

El pensamiento de que tal vez algo pudo ocurrirle se instaló en mi mente entonces así que le pedí a Covey que averiguara si algo había ocurrido. Pero tampoco halló nada.

—Creo que no va a venir—susurro mirando el arreglo que está a un costado. Me incorporo de la mesa, mirando los platos vacíos y una opresión en el pecho amenaza con quitarme el aliento —hay comida suficiente por si quieren cenar.

—Harriet...

—Puedes decirles a los otros guardias que tomen un poco —mi voz tiembla —Kath hizo un trabajo excelente con la pasta. Oh, y puedes llevarte el vino si deseas, no voy a beberlo.

—Harriet, debe haber una explicación —Covey se acerca. Sus manos se colocan a los costados de mis hombros. Tengo que elevar la mirada para conseguir mirarlo porque es demasiado alto —le diré a los guardias que vayan a su departamento, que averigüen si algo ocurrió...

—No —sonrío con tristeza —han pasado dos horas, si algo hubiese ocurrido Marcus ya lo sabría.

Parpadeo cuando las lágrimas se agolpan en mis ojos. Un sentimiento de tristeza me envuelve porque me esforcé tanto, y él no llegó. Porque me puse el vestido que mamá siempre dice que me hace lucir preciosa, me arreglé el cabello de una forma en la que no lo he hecho nunca. Me coloqué el labial que me hace sentir tan sexi y me aseguré de tener la pulsera que Logan me obsequió.

Me siento tan triste de haberme esforzado tanto para esta noche, y haber tenido que esperar dos horas sentada en soledad.

Miro la mesa, las velas consumidas y los cubiertos perfectamente escorados.

El nudo en mi garganta aprieta tan fuerte que por breves instantes no puedo respirar. Cierro los ojos intentando calmarme, intentando mantener las emociones a raya porque de lo contrario, va a ser peor.

Pero hoy acaba el contrato, porque a pesar de las promesas que Logan hizo, no la olvido a ella.

Es curioso como la mente puede jugar en nuestra contra en momentos como estos. Como todos los miedos que alguna vez sentiste, ahora se convierten en sospechas más fuertes.

—¿Crees que haya ido con ella? —inquiero en un hilo de voz —¿Crees que...que Logan esté con Liana?

—Imposible, Harriet —asegura con una sonrisa —Logan no te haría eso, es...

—Covey —un guardia ingresa a la casa —señorita Campbell.

Me aparto del cuerpo de Covey, me limpio las lágrimas y miro a Tyler.

—¿Qué pasa, Tyler? —inquiere el hombre a mi lado.

—Hay un auto que ha estado estacionado las ultimas dos horas —informa —al inicio creímos que se trataba de un visitante a los vecinos, pero no se ha movido y los vecinos se han marchado hace una hora.

—¿Qué quieres decir?

—Que tal vez alguien está vigilando —aclara —que alguien la está vigilando.

Liana.

—Acérquense al auto, pregunten nombre y anoten matrícula —habla Covey con rapidez —y llamen al guardia de seguridad de la entrada para averiguar quién es, si es necesario pidan video. ¿Por qué esperaste dos horas para decir esto?

Tyler habla por el intercomunicador y escucho la movilización del par de guardias afuera de la casa.

No han pasado ni dos minutos cuando el sonido de las llantas derrapando contra el asfalto nos alarman.

—¡Se están marchando! —grita uno de los guardias.

—¡Síganlos! ¿Qué esperan? —exclama Covey.

Tiene la intención de seguir a Tyler quien sale con rapidez de la casa, pero antes de que lo consiga, lo detengo.

—Llévame a casa de Logan —pido.

—Harriet...

—Llévame —ordeno ahora con firmeza.

—Toma tu abrigo, hace frío —enciende el intercomunicador y da un par de instrucciones —tal vez esta es la explicación que necesitabas.

Quiero creerlo, quiero creer que Liana está detrás de esto. Que el hecho de que Logan no llegase esta noche no fue una decisión voluntaria.

Quiero creer que Logan va a mantener su promesa hasta el final, y que lo que ocurrió, no es más que un malentendido. Una intervención desesperada de una mujer herida.

No le envío ningún mensaje, solamente subo al auto con Covey y le pido que acelere. Mientras avanzamos por las oscuras calles de Baltimore, solo tengo un pensamiento en mente.

Que, si esto no es lo que creo, que si Liana en realidad no tuvo nada que ver y Logan decidió cumplir las promesas anteriores a mí, va ser un golpe del cual no podré recuperarme.

Un golpe que va a acabar conmigo, y del cual la única culpable voy a ser yo.

Llegamos al departamento de Logan cerca de quince minutos después. Covey me espera en el auto y solo me permitió bajar cuando se aseguró que no parecía que nadie estuviese siguiéndonos.

Mientras aguardo frente a la puerta, sin atreverme a tocar, experimento un grado de ansiedad que no he sentido jamás. Mis manos tienen un ligero temblor, mi respiración se entrecorta por breves instantes y tengo que repetirme que voy a estar bien, que tengo que hacer esto.

Toco un par de veces, el silencio en el interior me hace temer que Logan no esté en casa. Sin embargo, cuando un par de instantes después la puerta se abre, él aparece frente a mí.

—Hattie...—su voz brota en un sonido torturado. Tiene el contorno de los ojos enrojecidos, aún lleva puesto un elegante traje que ahora tiene el moño desecho, pero pareciera que tuvo la intención de ir a un sitio.

Que tuvo la intención de ir a la cena.

—Creí que cenaríamos a las ocho —hablo tan estable como puedo —así que espero que tengas una respuesta para cuando te pregunte, ¿por qué no llegaste?

—No debes estar aquí —es todo lo que dice mientras intenta cerrar la puerta, pero soy más rápida.

Coloco el pie en la abertura, Logan se detiene antes de poder hacerme daño y afloja la fuerza que emplea contra la madera. Empujo y él no hace nada para detenerme.

—¿Eso es todo lo que vas a decirme? —inquiero con molestia —¿Qué no debo de estar aquí?

—Harriet...—Logan cierra los ojos y suspira.

Volteo, las botellas de cerveza captan mi atención.

—¿Has estado bebiendo?

—Debes irte.

—¡Necesito saber que ocurre! —exploto sintiéndome desesperada —¡Me dejaste plantada! ¡En nuestro aniversario!

—Voy a volver con Liana —mis pies se mueven dando pasos hacia atrás. El aire me abandona mientras miro al hombre frente a mí, mientras siento como mi corazón se cae a pedazos —hoy acaba el contrato, Harriet. En dos horas no seguiremos teniendo la obligación de vender una imagen.

Parece desconocido, otra persona. No se parece a mi Logan.

—No es cierto —susurro —no puedes hacerme esto.

—Ella esperó por mí, Harriet —susurra con dolor —no puedo hacerle eso.

—¿Y si puedes hacérmelo a mí? —inquiero con dolor —Dijiste que cuando acabara nada cambiaría. ¡Me lo prometiste!

—Harriet...

—¿Después de todo lo que me hizo? —mi voz se rompe y maldigo por lucir tan frágil —¿Después de que casi fui violada por su culpa, decides volver con ella? —un sollozo brota de mis labios —¿por qué me haces esto, Logan?

—Harriet...—el dolor explota en su mirada y me niego a creer que en verdad quiera volver con ella.

—Esta mañana me prometiste que nada cambiaría. Le dijiste a nuestros representantes que no planeabas dar por terminado nada. Que seguiríamos juntos. ¡Joder, Logan! —sollozo con más fuerza —No puedes dejarme de este modo, por favor.

—Lo he decidido —sentencia y su mirada brilla por lo que creo son lágrimas —no puedo seguir contigo.

La forma en la que me mira, la manera en la que su cuerpo está tan rígido me hace saber que él no desea esto. Que me está mintiendo. Recuerdo el auto, recuerdo el motivo que me trajo hasta aquí.

—¿Qué fue lo que te dijo? ¿Con qué te amenazó? —Logan se aparta, me da la espalda y es el movimiento que necesito para saber que tengo razón.

—Con nada —responde con brusquedad —ya tomé mi decisión. Porque se lo prometí y me doy cuenta ahora que tiene razón al sentirse herida, no merece esto. No merece haberme esperado y que yo decida estar contigo. No merece...—su voz tiembla, sus manos se cierran en puños y baja la vista.

—¿Y yo si merezco que me hagas esto? ¿Yo si merezco que me abandones luego de todas tus promesas?

—No hagas esto más difícil, Harriet —suplica.

—Dime que no me amas, dime que lo que pasó entre nosotros solo fue farsa. Mírame a los ojos y dime que nada de lo que dijiste es cierto y lo aceptaré.

Mi corazón golpea con fuerza, le toma dos segundos volver a mirarme y lo hace de una forma tan distinta. No luce como él.

—No te amo —algo me atraviesa el pecho de forma tan abrupta que jadeo —teníamos que hacerle creer al público que estábamos enamorados, teníamos que vender una imagen, así que hice lo que debería. Y funcionó, ahora el publico te ama y yo puedo ser fichado por los Boston Bruins, no hay motivo para continuar.

¿Has sentido alguna vez como si algo se rompiera dentro de ti? ¿Cómo se fragmenta en pequeños trozos hasta casi desaparecer?

¿Has sentido que duele tanto que no puedes respirar?

—No te creo —mi voz brota sin fuerzas, con un terror que nunca creí sentir.

—Debes creerlo, estrellita —es la forma en la que me llama, como pronuncia la última palabra, de una manera tan dulce y dolorosa, que sé que miente.

—Sé que no eres tú. Sé que me amas, sé que me quieres tanto, Logan —me acerco hasta él, su cuerpo se pone rígido ante mi cercanía —así que cariño, solo dime que es lo que está pasando.

—Harriet...

—Porque me estás rompiendo el corazón —sollozo —porque me está doliendo como los mil infiernos, chico bonito.

—Es por tu bien —dice acunando mi rostro entre sus manos —es por tu bien, estrellita.

—¿Cómo puede ser por mi bien algo que me duele tanto? —reprocho —¿Qué derecho crees que tienes para decidir sobre mí?

—No lo entiendes ahora, pero lo harás.

—Si salgo por esa puerta, Logan, no volverás a verme —advierto —si la dejas ganar esto, si le das el poder sobre nosotros, no voy a volver.

Cierra los ojos con dolor, pero permanece en silencio.

—Tal vez mi padre siempre tuvo razón —susurro sintiendo el pecho arder —tal vez hiciste todo esto porque yo significaba un beneficio para ti. Porque solo te interesa el dinero y la popularidad, cosa que conmigo conseguiste a manos llenas, ¿no es así?

—No, no es así.

—Ahora te has librado de mí —retengo el sollozo y tolero el dolor que me produce el decir aquello —ahora puedes ir con ella y vivir feliz. Mis representantes te pagarán pronto la cantidad que se establecía.

—Nunca fue el dinero, Hattie...

—Adiós, Logan —me obligo a comportarme tan fría como me es posible.

Porque no soy lo suficientemente importante para él como para que luche, parece ser que no valgo tanto como para decirme que es lo que está ocurriendo. No tengo la suficiente importancia para tener su sinceridad.

Porque ha preferido mentirme, decir que no me ama, decir que va a volver con ella, antes de ser sincero, antes de decirme que es lo que lo obliga a actuar así.

—A partir de ahora has quedado libre de todo compromiso conmigo. Espero no volver a verte en mi vida.

Cuando le doy la espalda, dispuesta a marcharme, él habla.

—Dijo que irá con la prensa —me detengo. Aún continúo dándole la espalda, pero mis intenciones de marcharme se esfuman —dijo que, si asistía a la cena, si vuelvo contigo, va a revelar todo. Tiene el contrato, tiene copias y va a distribuirlas a los medios.

Giro sobre mis talones, Logan mantiene los ojos cerrados pero su rostro releva la lucha interna que hay en él.

—Hablé con tus representantes, llamé a nuestros abogados para intentar tener una solución, pero no la hay. Tú saldrás perjudicada en cualquier decisión.

—Pudiste llamarme —susurro —pudiste...pudiste responder mis mensajes. Y no dejarme esperando dos malditas horas, Logan.

—¿No lo entiendes? Hattie, no voy a hacer nada que pueda perjudicarte. Hiciste un sacrificio para proteger a tu familia, dijiste que aceptaste esto porque no querías que ellos pasaran toda la mierda que tú tienes que tolerar. ¿Qué crees que va a pasar si ella hace lo que advirtió?

—Podemos encontrar una solución, juntos —sentencio —no me importa...

—Si te importa, claro que te importa —afirma —he visto lo que te hacen, te he visto rota, molesta, he visto el daño que te han hecho y no planeo hacer que lo vivas otra vez.

—Logan...

—Te amo, Harriet —susurra —te amo tanto, pero no voy a seguir contigo si eso va a condenarte.

—¿Así que es todo? —inquiero con voz rota —¿simplemente vas a hacer lo que ella quiere?

—Debes irte, estrellita —suplica —sé que estarás bien, tienes el mundo a tus pies, tienes todo lo que siempre deseaste y...sé que encontrarás a alguien que va a darte lo que mereces. Sé que inevitablemente alguien va a llegar a tu vida y te dará todo lo que necesitas, te dará la vida y el futuro que siempre has deseado.

Quiero llorar, gritar, suplicarle que no haga esto. Quiero decirle que no me importa lo que ella haga. Que puedo tolerar el hecho de que el contrato salga a la luz, que puedo hacerle frente a todo de nuevo porque ahora voy a tenerlo a él a mi lado, pero... ¿qué caso tiene?

¿Por qué hacerlo cuando él no desea siquiera intentarlo?

—Eres mi estrella favorita —susurra y el dolor en sus ojos me quema un poco más —siempre serás la única super estrella con la que me permita perder la cabeza. Fue el mejor año de mi vida gracias a ti.

Intenta acercarse, pero me aparto. Bajo la vista por las lágrimas que no me permiten ver nada más.

—No permitas que te aten a otro chico, ¿sí? Eres maravillosa, Hattie. No me necesitas ni a mi ni a cualquier hombre, eres tan mágica que conseguirás todo por tu cuenta, ahora todos te ven como eres realmente. Todos te ven. Eres magnifica y tan valiente —su voz se rompe, pero no deja de mirarme —y te amo tanto, tanto que duele, pero va a dolerme más ver como te apagas por mi culpa.

—Si me amas tanto, ¿por qué me dejas? —sollozo —¿Por qué no quieres si quiera intentarlo?

—Porque no quiero verte pasar por lo mismo, quiero que lo que hiciste valga la pena. Lo conseguiste, el contrato funcionó y ahora tienes la posibilidad de ser tu misma ante todos. Mereces ser feliz, Hattie, conseguir tus sueños. Si me quedo a tu lado y ella cumple sus amenazas, no me perdonaría nunca el haber creado un infierno a tu alrededor.

Sus manos acunan mi rostro, cierro los ojos ante el toque cálido que me brindan sus palmas.

—Todos coincidieron en que tú saldrías perjudicada —susurra con la voz torturada —así que es porque te amo, porque no soportaría que pasaras lo mismo otra vez, que debo dejarte ir, estrellita.

Me rompo en sus brazos, Logan me sostiene contra él y siento su cuerpo temblar.

—Logan, por favor...—suplico en medio de mi llanto.

—No voy a volver con ella —dice aun abrazándome —no estaré con nadie más, Hattie.

Se aparta y lo extraño de manera inmediata.

—Debes irte —pide tallándose los ojos para eliminar las lágrimas. —y no vuelvas por aquí, ¿sí? Manejaremos la noticia como se nos pidió, una ruptura amistosa y...

—¡Te odio tanto! —grito sintiéndome de pronto tan molesta. Logan arruga el rostro con dolor —Maldigo el día en el que acepté ese maldito contrato contigo. Maldigo el día en el que me enamoré de ti.

—Hattie...

Me siento herida, molesta, tan triste y traicionada. El dolor en mi pecho aumenta con fuerza, el sentimiento de sentirme abandonada.

—No quiero volver a verte en mi vida.

No me permito escuchar la contestación, giro y camino hasta la puerta. La abro con brusquedad y salgo tan rápido como es posible.

Covey se aparta del auto cuando me ve salir, estoy llorando y temblando tanto que él casi corre hacia mí.

—Harriet...—sus brazos me reciben, su cuerpo me envuelve mientras me conduce hasta el auto —Dios, Harriet, ¿qué...?

—Llévame a casa —suplico —por favor.

Asiente con prisa, me ayuda a entrar a la camioneta y me hundo en el asiento trasero. El dolor aumenta conforme nos alejamos, se clava más profundo en mi pecho mientras las lágrimas siguen deslizándose por mi rostro.

No miro el camino, mantengo los ojos cerrados sintiéndome cada vez más frágil. Sintiendo que puedo desvanecerme en cualquier momento. Siento que me han roto en pequeños trozos imposibles de juntar, tan pequeños que se pierden en la oscuridad.

El auto se detiene, solo entonces abro los ojos y miro que no me ha traído a mi hogar.

—Te pedí que me llevaras a casa, ¿no entendiste? —inquiero con brusquedad.

—Esta es tu casa, Harriet —dice Covey.

La puerta de la entrada se abre, mi padre luce desconcertado al verme, pero se acerca.

—Hola, Hattie —saluda con una sonrisa — Es tarde, ¿por qué...?

Deja de hablar cuando nota el estado en el que me encuentro. La preocupación inunda su rostro y yo me siento más frágil.

—Oh, mi pequeña —corro hacia él, los brazos de mi padre me reciben y me rodean.

Lloro con fuerza, papá me sostiene mientras escucho la voz de mi madre también.

—Gracias por traerla, Covey —agradece papá —nosotros nos encargamos.

Entramos a la casa, papá no deja de abrazarme, no deja de repetirme que está bien, que todo va a estar bien.

—Me duele tanto, papá —sollozo.

Él me apega a su cuerpo, una de sus manos acaricia mi cabello y siento sus labios colocarse en mi frente.

—Deja que duela, mi niña, deja que duela.

Y lo hago, dejo que el dolor me consuma, dejo que llene cada parte de mi cuerpo.

Dejo que duela como nunca antes, sin importar si al final, eso acaba conmigo de forma permanente. 

_____________________________________________________________________________

No se olviden de votar y comentar, significa mucho para mí. <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro