2. Las lágrimas de un joven.
-Trate de salvarte, pero solo te hundiste en la oscuridad, la misma que te convirtió en lo que eres ahora, un bastardo-
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Un nuevo día.
Otro asqueroso nuevo día.
Cuanto odiaba estar vivo aún.
Teniendo una gran fortuna, siendo un ser de gran poder mundial, eso no llenaba ni un poco su muy herido corazón. Cierto, desde que llegó a ese lugar todo fue difícil para él, haciendo que cambiará completamente, más cuando ganó todo, pero perdió lo que para él era su todo; su hermano menor cayó gravemente enfermo, nadie pudo evitar que se alejara para siempre de su vida, todos lamentaban su pérdida, pero nadie sabía expresar con palabras un verdadero consuelo a ese pobre joven, sintió que todo en su interior quedó en ruinas, lamentaba cada día su pérdida, lágrimas eran lo único que había en sus azulados ojos, las lágrimas eran su único y real consuelo, se aferraba a los recuerdos.
Cada día solía vagar por los alrededores de su hogar, cada día alejándose más y más de esta, a tal punto que a veces llegaba a perder el rumbo de su andar, pero siempre encontraba un camino de regreso. Un día entre su solitario andar llegó a un lugar, era un hermoso jardín lleno de flores, un lugar que brillaba con luz propia, uno que irradiaba una triste pero atrayente belleza, ese día, decidió acercarse con extrema lentitud, con miedo de que ese bello lugar desapareciera ante su cercanía.
Al estar lo suficientemente cerca le vio, a ese hermoso joven de mirada triste, con solo verle sabía que era alguien interesante, alguien dulce, alguien roto, como él, creía que la vida le sonreía un poco, que le entregaba a sus ojos cansados de derramar lágrimas, un deleite visual, esa hermosa figura frente a él le había devuelto el deseo de vivir.
Todo iba aparentemente bien, le observaba desde la lejanía, le encantaba verle, estudiaba todo de él, su pálida piel blanca como la nieve de invierno, sus ojos carmesí como la sangre, su cabello colorido como un campo de flores que se movía con gracia con la suave brisa primaveral, sentía que sí se acercaba se rompería, pero le fue imposible cuando sus sueños comenzaron a ser distintos, antes de conocerle, soñaba con el día que perdió a su pequeño y adorado hermano, pero luego de conocerle, sus sueños se volvieron confusos en un inicio, luego transmitían una paz que le agradaba, luego apareció él, su rostro se veía borroso en sus sueños, pero su voz le llamaba día a día, pidiéndole una salida de su prisión, eso le orilló a obsesionarse con él, pasó de verlo como solo una imagen lejana digna de adoración, a verlo como algo que anhelaba poseer para sí mismo.
Cada día ese deseo crecía, dejo de ir a verlo, pero no dejo de pensar en él, en los meses posteriores se volvió alguien distinto, se volvió un reflejo de su padre, trataba a todos como lo que él consideraba, basura, su juicio se vio nublado ante la imagen de la perfección que era el joven, se repetía a sí mismo "Nadie es como él, él es un ser perfecto". Esto conllevó a muchos actos desagradables de su parte, pero nada llegó a ser completamente como lo que hacía su padre, muchos sirvientes sufrieron bajo su cargo, en cambio él no iba a lo físico, lo que él les hacía era algo psicológico, les llenaba la cabeza de pensamientos incorrectos, para él aceptables y realistas, que hacían que quienes le oyeran le fueran fieles hasta la muerte.
Entre los sirvientes más antiguos, se decía que al fin se mostraba lo que años de maltrato daría por fruto, la "perfecta" imagen de líder que Gozaburo Kaiba soñó, crió a su hijo mayor para ser un bastardo, y así fue, entre los nublados y confusos pensamientos del hijo mayor de Gozaburo, Seto Kaiba, había un recuerdo, el día que este murió.
Sucedió un día normal, padre e hijo estaban charlando sobre algunos asuntos importantes respecto a la fortuna de la que era dueño el adulto, Seto se encontraba cansado, habían charlado toda la noche y madrugada, el joven se sentía bastante agotado, puesto que tenía otras actividades aparte que le dejaban muy cansado, pero su padre insistía en hablar sobre eso, ante la pérdida de la atención de su hijo le golpeaba con la funda de su espada, cosa que comenzaba a molestar al menor, con cada golpe su ira aumentaba de a poco, sentía como su sangre comenzaba a hervir dentro de sus venas de la, hasta ahora contenida, ira. Dos golpes que dejaron su mejilla morada bastaron para hacerle perder el control, desenfundo su espada y en un rápido movimiento cortó con una increíble facilidad la garganta de su padre, todos los papeles y cosas cercanas se llenaron de sangre, pero poco le importó, no sentía remordimiento, mucho menos culpa, sentía una sensación de libertad junto con adrenalina correr por su cuerpo, sonrió al ver el desastre que había provocado. Salió del cuarto con tranquilidad, fue a cambiarse y luego, escuchó el escándalo de la muerte del adulto, nadie sabía que había pasado, tampoco habían pruebas que le delataran que había estado ahí, todos estaban alarmados menos él, en lo profundo de su ser agradecía que su hermano no estuviera ese día, no quería que se alterará por el ruido de sus sirvientes.
Días después se hizo conocida la noticia, y fue un completo escándalo, muchas de las amistades de su padre se hicieron presente a su entierro, lamentando lo ocurrido, pero eso provocó que Seto se hiciera con aliados internacionales de paso.
Todos admiraban al joven castaño de ojos azules, que tomó a tan corta edad el mando de la familia Real de los Kaiba, era algo admirable, pero según se rumoreaba era un joven increíblemente inteligente y capaz de hacerlo, por lo que eso quedó así, ante el público no se supo nunca quién asesino a Gozaburo, pero entre los sirvientes era bien sabido que fue el joven.
Con los meses ocurrió la mayor tragedia que el joven tendría que pasar, la muerte de su amado hermano, ya sea por castigo por matar a su padre, o por capricho del destino, pero le fue arrebatado de su lado trágica y dolorosamente su pequeño hermano Mokuba Kaiba, le lloró sin descanso recordando sus últimas palabras "Hermano, te agradezco mucho por haber estado conmigo en todo momento, sin importarte lo más mínimo si estabas cansado o te sentías enfermo, gracias por ser mi compañero de muchas aventuras, el que provocaba mis risas, el que calmaba mis llantos, gracias por ser el mejor hermano mayor y único amigo que he tenido Seto, gracias por todo, pero tengo que dejarte, y me disculpo por ello, pero las fuerzas me faltan, y siento como mis ojos se cierran cada día más, Seto... Te amo hermano ".
Fue un duro golpe, pero ese golpe le destruyó por dentro y acabo con su poca cordura.
Lo que en el presente, le afectará grandemente.
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18/12/2020.
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