El Señor Lee estaba contento por saber que su esposa estaba embarazada.

Desde hace 4 años que estaban intentando ser padres y por fin habia llegado esta maravillosa noticia que fue un gran revuelo en la zona de Busan.

Todo pareció un hermoso milagro para ambos, quienes tenian la ilusión de que seria un niño fuerte, sano, lindo y que en el futuro tendria a su familia junto a una persona que amara.

Sin embargo, al pasar el tiempo, notaron que el olor de su hijo era ácido, a tal punto de que no era soportable.

Fue entonces que decidieron llevarlo al médico teniendo sólo 14 años.

Tras varias horas de exámenes y preocupaciones, el doctor los citó a su oficina para darles el diagnóstico.

-Debo decir que este es el primer caso que veo a tan corta edad, pero es mi deber decirles lo que ocurre -pausó- su hijo padece de Infertilidad.

Los Lee no lo podrian creer. Estaban aterrorizados al escuchar aquello, más aún porque su hijo estaba en etapa de crecimiento.

-¿Está seguro, doctor? quiero decir, tal vez se necesita análisis más rigurosos.

-Desearia que el resultado fuera otro, pero todo lo que digo es verídico. Lo lamento.

-¿Pero él no puede acceder a un tratamiento? -preguntó la mujer-.

-Puede ser, pero todo depende de si su organismo lo resista.

Con los puños apretados y observando el rostro de miedo de su esposa, el señor Lee decide tomar una decisión.

-En ese caso, utilice los métodos más factibles para mi hijo.

-Haré todo lo posible, Señor Lee.

Desde ese momento, la vida de Lee Minho cambió rotundamente.

...

A pesar de que se sometió a varios tratamientos -algunos de ellos dolorosos- ninguno obtuvo éxito y generó impotencia en sus padres, quienes hacian lo posible para "arreglarlo" antes de que conociera a un alfa.

Luego de la visita rutinaria al médico, los Lee decidieron cenar como familia.

Sin embargo, minho interrumpió el momento para decir su opinión.

-Mamá, Papá, estoy cansado de esto ¿no podemos dejar de intentar y aceptar la realidad...?

Los ojos penetrantes de su progenitor hicieron que se arrepintiera de decir aquellas estúpidas palabras frente a la mesa.

-¡¿Pero que barbaridades dices?! eres un malagradecido ¿sabes cuánto tuve que invertir para tener algún resultado? ¿crees que gasto una fortuna para nada?

Su madre, quien observaba con incomodidad, se levantó de su asiento para acercarse a él y tomarlo de los hombros.

-Hijo, estamos haciendo todo para mejorar tu futuro ¿o acaso prefieres que nuestro legado no continúe?

Minho agachó su cabeza y tomó aire para poder aguantar las ganas de gritarles que eran unos egoistas por pensar en el legado familiar en vez de apoyarlo y verlo como un hijo, no como un objeto.

-Lo siento, iré a mi cuarto.

Tras esto, se safó del agarre de su madre y corrió hacia el segundo piso, dejando atrás a sus padres muy molestos.

Se encerró en su habitación mientras flexionaba sus piernas para sentarse en el suelo.

Lágrimas comenzaron a caer de entre sus mejillas tan frías como la nieve, al igual que sus manos, las cuales usó para ocultar la tristeza en su rostro.

Se sentia inútil.

Queria ser escuchado alguna vez y terminar con esa maldita tortura de "recuperar" su fertilidad y no ser la burla de los demás por no poder darle un hijo a su futuro Alfa o enorgullecer el apellido de la familia Lee teniendo un futuro heredero.

Necesitaba que un ángel lo salvara de la oscuridad impregnada en su alma antes de se corrompiera por completo.

...

5 años después, se convirtió en un joven con excelentes calificaciones y amado por muchas personas, pero no era muy sociable debido a que sus padres le prohibieron tener alguna cercanía mucho más de una amistad con alguien hasta que se emparejara con alguien a su altura.

Lo único bueno es que tenia su grupo de amistades.

Felix, Jeongin y Seungmin, los cuales conoció en la secundaria.

Ahora que entraron a la universidad, estaban separados por sus carreras, pero siempre se reunian en sus tiempos libres.

Además, eran también sus cómplices de los rumores que se dispersian cada semana e intentaban decifrar cuáles eran ciertos y otros no.

Era él mismo cuando estaba cerca de ellos, podia sonreir a pesar de llevar una vida inestale con su familia.

Aquellos chicos se convirtieron en su motivación para seguir adelante porque también fueron sus salvadores de atentar contra su vida a los 17 años en los baños de la escuela.

Consiguió sobrellevar el terrible suceso e ir mejorando su depresión con ayuda de terapias, medicamentos y apoyo emocional, pero siempre acompañado de sus amigos, quienes se preocupaban más de sus sentimientos y salud mental que sus propios padres.

...

-Hey, minho, te dire una noticia que aún no se los he dicho a los chicos.

-Oh, bien, cuentame.

El menor sonreia mientras jugaba con sus dedos. Esto era signo de que era una buena noticia.

-¡Tengo novio!

Minho se sorprendió ya que tenia entendido que su familia le estaba buscando un futuro pretendiente, sin embargo, se alegró de que encontrara el amor a diferencia de él.

-Vaya, muchas felicidades, aunque supongo que no lo saben los tíos ¿verdad?

Su sonrisa se desvaneció.

-Si lo supieran, seria todo un caos porque además mi novio no es de la clase social alta y tú sabes que son clasistas en mi hogar.

-Comprendo, por eso quieres guardarlo como un secreto.

-Asintió- Changbin es muy lindo conmigo, me ha tratado tan bien que es como el hombre de mis sueños y a pesar de que va a esta universidad por recibir una beca, siempre hace lo posible por hacerme algún regalo.

-De verdad que encontraste al tipo indicado, lástima que a tu familia sólo le importe la posición social y no los sentimientos...

-Si... -apenado- bueno, dejemos de lado a mi familia y de paso te invito a conocerlo ¿vienes?

-Claro, por mi está bien.

Ambos se levantaron de sus asientos y caminaron por los pasillos hasta la sala de música.

Alli, se encontraba un chico tocando una pieza de violín tan perfecta que sentias como tus oídos eran bendecidos.

Tras terminar, los recién llegados aplaudieron por su gran talento.

-¡Mi amor, lo hiciste genial!

Changbin al notar su presencia, dejó su instrumento en la silla y se acercó a su querido novio para darle un pequeño beso en sus labios para después abrazarlo.

Luego de unos minutos, captó la presencia de alguien más y su rostro se tornaba a uno de curiosidad.

-Oh, cierto, te presento a uno de mis más queridos amigos, Lee Minho.

-Un gusto, soy Seo Changbin -dijo, mientras estiraba su mano-.

-El gusto es mío. -contestó mientras estrechaba la mano del otro-.

Para minho, era un hombre que a primera vista podria dar miedo, pero en el fondo era un tipo agradable, tal vez eso es lo que enamoró a su amigo.

Anhelaba tener también el afecto de alguien.

Pero se debia de conformar, después de todo, no seria un omega apto para cualquiera.

Ni para nadie.

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