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Yoongi se encontraba en un banquillo del parque viendo como el Dios pelirrojo corría con tanta energía que a él mismo le faltaba, el menor iba tocando y descubriendo toda clase de cosas, se le veía realmente feliz y sospechaba que esta vez no era sólo obra de Jimin, Taehyung iba ayudando con adultos y jugaba con niños, les hacía feliz. Por otro lado, el pelimenta se limitaba a permanecer sentado, deleitando el hermoso paisaje y generando paz a aquellas personas que pasaban estresadas del trabajo, instituto o algún otro lugar, Yoongi no soportaba ver el ceño fruncido o sentir el aura enfadada de las personas, era irritante ver como los humanos se frustraban por tan poco. 

Para Yoongi, la mayoría de problemas personales que se generaban las personas eran tontos, tontos porque tenían solución pero debido a la frustración del momento no podían verlo, el de tez pálida agradecía su existencia por eso mismo, podía hacerle o ayudar a algunas personas a ver y darse cuenta que aunque la vida sea dificil de tratar, tenía su solución.

La luz menta siempre debatía toda esa clase de cosas, la gente simplemente perdía mucho tiempo enfrascados en priorizar las tristezas banales, perdiendo gran parte de su vida en ello. Un ejemplo claro a lo que se refería Min Yoongi, era cada tarde en las que él miraba a los adolescentes llegar de su facultad a casa, enojados porque sacaron una mala calificación o porque una persona sin importancia aparente en su vida les dirigió algún mal comentario que no les sentó bien; Yoongi pensaba que en su lugar, en vez de quedarse por tanto tiempo en cama llorando, él buscaría un bien libro, estudiaría y reforzaría para mejorar sus notas calificativas, podría también autoevaluarse y buscar ayuda o practicar para mejorar su confianza en sí mismo, eso haría Min Yoongi.

Claro, teniendo en cuenta que él es un Dios y jamás vivió las andanzas terrenales como los humanos normales, a pesar de eso, Yoongi tenía razón, el ser humano pierde mucho tiempo hundido en la tristeza. La luz menta no podía encontrarle lógica a todo aquello, el ser humano para él, se resumía en ''Un ser hermoso lleno de complejos tontos'', así lo definía. Pero, tarde o temprano él vería el trasfondo de las tristezas humanas, él también aprendería y encontraría esa lógica que tanto buscaba, después de todo...


''...Incluso los dioses tienen un destino...''


― No, no tengo pensado asistir ― hablaba un chico castaño por teléfono, al borde del colapso, quien capturó la atención del de cabellos mentas. ― ¿¡Cómo pretendes que regrese si él está allí!?... ¡No!... Madre, si pretendes llamar otra vez por estas cosas ni te molestes en hacerlo ― dictaminaba generando mucha curiosidad en el de tez pálida. ― Como sea... Sí, le mandas saludos a la abuela... ¡No! Olvídalo, puedes matarlo si deseas, no me interesa

Dicho eso, el castaño cortó su llamada bufando y sentándose en la misma banca sin darse cuenta.

― No entiendo cómo pretende que regrese ― susurraba para sí mismo el castaño aún sin ver a quien tenía al lado. ― Y no comprendo cómo demonios comienzo a sentirme tranquilo si hay tanto estrés ― seguía susurrando para sí mientras buscaba algo en su mochila, sacando una sonrisa en el contrario. ― Terminaré igual de loco que Jung-

― Hey ― le llamó el de cabellos menta, asustándole por completo. ― ¿Buscabas esto? ― inquirió mientras le tendía un folleto.

― Ah... Sí, gracias ― agradeció el castaño mientras tomaba el folleto, ¿le habrá oído? Se preguntaba a sí mismo, sin saber que el chico enfrente suyo podía leer su mente. ― Y-Yo, lo siento, no suelo ser tan despistado, p-pero-

― No hay problema ― irrumpió Yoongi, ahorrándole una explicación al contrario que no quería dar, con completa tranquilidad, tranquilidad que transmitía para el contrario. ― ¿Día difícil? ― no quería meterse en su vida pero tampoco quería que ese chico siguiera sintiéndose así al llegar a su casa.

― Sí... Supongo que sí ― el castaño era desconfiado, en cualquier otro momento hubiese insultado a quien sea que le preguntase, sin embargo, no podía hacerlo por alguna extraña razón Pero, no es nada ― completó rápidamente con una sonrisa, que terminó más por ser una mueca.

Era más que claro que Yoongi sabía de los pensamientos del contrario, la mayoría de los humanos eran por naturaleza desconfiados. Podía ser que Yoongi no entendiese por completo el comportamiento humano, pero ésto sí que lo comprendía en algunos casos, como este.

― Puedes contarme si quieres, no me molestará en absoluto ― insistió el de cabellos mentas.

El castaño respiró hondo, no entendía por qué pero el chico le traía paz y una confianza indescriptible.

― Tuve un problema con mi madre ― comenzó a contar. ― No acepto a su pareja actual, digamos que es muy... ¿Manipuladora?... Sí ― se contestó a sí mismo. ― Él sólo busca aprovecharse de nosotros, de mi madre para ser más claros ― hizo una breve pausa tomando un poco de aire para posar su vista a sus manos las cuales estaban juntas en su regazo. ― Él ha insistido en que todos debemos estar juntos como familia y tratarnos como tal. Yo lo intenté, en serio lo hice, p-pero...― el chico no pudo contar nada más puesto que su voz se había quebrado.

Yoongi se preguntaba: ¿qué había sido tan malo como para que ese chico estuviese así? 

En momentos como ese, necesitaba la ayuda de Jimin, el rubio podía conocer tanto el pasado como futuro de las personas, por eso se le hacía fácil alegrarlas; Yoongi solo podía calmarles y darles paz, por lo que sin esperar algún tipo de ayuda divina, pasó su mano por la espalda del castaño, se veía realmente roto.

― E-El abusó de esa confianza...― confesó el castaño en un sollozo sin poder evitar recordar lo ocurrido.

― Lo siento ― susurró el de tez pálida al ver sus pensamientos, mientras lo atraía a sus brazos para encerrarlo en ellos.

― N-No es t-tu culpa ― murmuraba el chico mientras se dejaba ir por aquella paz que desprendía el de cabellos mentas.

Realmente, Yoongi sí sentía algo de culpa, pues era parte de su trabajo proteger a la humanidad de los bastardos que habitan en ella, porque esas personas abusadoras no era más que demonios en busca de cuerpos frágiles y era su trabajo como Dios impedir que los males ocurriesen en la tierra, aunque fuese completamente imposible para cuatro Dioses acabar con ellos por completo.

 ― Por alguna extraña razón, me siento más tranquilo ahora ― confesó el castaño sin saber el por qué lo había dicho realmente.

― Es completamente normal ― comentaba el de tez pálida mientras pasaba sus manos por el cabello del contrario. ― Probablemente no lo habías hablado antes y ahora se te hace más ligera la carga que llevas en ti ―hablaba sin parar las caricias en su cabello.― A veces, simplemente debemos compartir la carga que llevamos encima, de lo contrario nos desplomaremos con tantos problemas en mente.

El de cabellos castaños se dejó hacer, nunca había tomado esas confianzas tan precipitadas con alguien antes, ni siquiera le había comentado sus problemas a su mejor amigo; aun así, con este desconocido pudo hacerlo. Además de eso, pudo sentirse en completa paz y tranquilidad de la cual no quería salir jamás, pero, debía regresar a su departamento, debía terminar las cosas que tenía por hacer y eso era lo menos que quería.

Yoongi lo sabía, por lo que palmeó su espalda un par de veces y mencionó: ― Puedes estar tranquilo, tal vez nos podamos volver a encontrar en otro momento, mientras tanto, ten en cuenta que las cosas pueden mejorar si tú permites que así sea.

― ¿Lo crees así? ― inquirió el castaño mientras se alejaba de sus brazos y tomaba su bolso de vuelta.

― Estoy muy seguro de que es así. ―confirmó Yoongi mientras le regalaba una linda sonrisa, contagiándole la misma alegría.


Hasta que al fin apareces, Jimin ―habló la luz color menta en su mente.

Llegué en el momento exacto, hyung le contestó aquella voz chillona para luego irse, tal y como había llegado.


― Muchas gracias ― habló el castaño. ― Gracias por escucharme y aconsejarme

― No es problema ― le calmó nuevamente. ― Por cierto, soy Min Yoongi

Se presentó el de tez pálida extendiendo su mano, el contrario la tomó gustoso con una sonrisa radiante para responderle de vuelta.

― Yo soy Hoseok, Jung Hoseok



Buenas, buenas... Luego de 2 siglos regresé, pido perdón por tardar tanto en actualizar, en serio LO SIENTO, he estado ocupada y realmente me olvidé de esto, le agradezco mucho a esas personas que me han recordado diariamente actualizar y que de verdad tienen interés en esta historia, los quiero un montón.


Ahora, con respecto a la historia, quería hacer el cap o más bien editarlo de modo que se entendiera más lo que piensa Yoongi de los humanos, es algo fundamental para cuando la historia vaya tomando el hilo que es. 

Por otro lado, ¡Hobi apareció al fin! no del mejor modo, es cierto, pero aquí se los traje.

Digamos que este terminó siendo un cap sope, espero que les guste, como les dije, acá si eres multishipper te alegrarás mucho.




¡Gracias por leer!

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