Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

|6|





Taehyung había abierto sus ojos, encontrándose en aquel lugar en donde nunca creyó poder estar antes, esa misma habitación de paredes blancas con decoraciones en tonos grises, negros y azules, digna de cualquier chico promedio. Esa misma habitación la cual había observado durante mucho tiempo desde las alturas.

Él estaba allí, es cierto pero, ¿Dónde se encontraba el dueño de aquella no tan peculiar habitación?

― Uhg. ― escuchó Taehyung. ― ¡Ahg! ― volvió a escuchar otro quejido.

¿Pero qué demonios? ―pensó.

― ¿Y-Yoongi, hyung?

El mayor lo observó y un poco avergonzado bajó la mirada, no estaba acostumbrado para nada al cuerpo humano debido a que era su primera transformación, por lo tanto le resultaba semi-dificultoso mover ciertas partes de su cuerpo a pesar de saber a la perfección cómo se usaban.

― ¡No te quedes allí! ―pidió en una queja. ― ¡Ven a ayudarme, mocoso insolente!

Taehyung puso sus ojos en blancos y fue a socorrer a su hyung.

― ¿Cómo es que lo manejas todo tan bien? ― inquirió el mayor al ser levantado por Taehyung.

― Supongo que no lo sé, hyung, sólo me dejo ser. ― intentaba explicarse Taehyung. ― Es como si siempre hubiese tenido un cuerpo humano.

― Seguramente es porque pasas viendo mucho tiempo este lugar, niño. ― añadió Yoongi no muy seguro de sus palabras.

― Sí, hyung, probablemente sea eso. ― confirmó Taehyung sin prestar mucha atención.

Y es que si hubiese visto la cara de enigma que poseía el mayor, estaría completamente intranquilo.

Yoongi había pasado muchos más años de vida que el chico en frente de él. Yoongi a sus 26000 años, que son tan solo 26 años humanos, había podido apreciar en demasía a los humanos, también les había estudiado a todos y cada uno de ellos. Pero, él no se sentía cómodo en ese cuerpo como el menor que se encontraba completamente familiarizado con todo, algo más había con Taehyung además de haber estudiado el comportamiento humano.

Pero no eran momentos para pensar en ello, luego lo hablaría con la luz magenta y la luz amarilla, seguramente encontrarían una solución lógica con respecto a eso.

― ¡Hyung! ¡Yoongi Hyung! ― le llamó el menor quien se encontraba enfrente de un espejo completamente eufórico. ― ¡Hyung, míreme! ―le pidió. ― ¡Soy totalmente hermoso!

Yoongi chifló con los labios, obvio debía ser apuesto. Después de todo, no deja de ser un Dios.

― A ver niño, dame espacio. ― ordenó haciéndose ver en el gran espejo de pared que había en aquella habitación. ― ¡Por los Dioses del Olimpo! ¿Por qué tengo que ser más bajo que tú? ― inquirió con absoluta indignación.

― Porque las personas al llegar a viejas se achican, hyung. ― bromeó el más alto haciendo que el contrario le propinara un buen golpe en su hombro.

― Aun así, mocoso, no dejo de verme apuesto.

Y Yoongi tenía razón, con la estatura de un metro con setenta y cuatro centímetros, piel blanquecina tanto como la leche, cabellos color menta, perfecta dentadura y cuerpo de infarto con ropa de obscuras tonalidades que resaltaban su pálida piel podía conquistar a quien quisiese sin necesidad de pronunciar palabra alguna.

Porque sí, a los Dioses se les daba un estilo al bajar a la Tierra, no era como mencionaban o sacaban en las películas que llegaban desnudos a ésta, para nada.

Ahora, Taehyung no dejaba de admirarse en aquel amplio espejo, él siempre vio a personas desde la Tierra completamente apuestas, personas que eran rodeadas por millones de cámaras completamente hermosas, y él se consideraba absolutamente digno como para estar en aquellas pasarelas. Con su metro setenta y ocho, cabellos rojos, piel acanelada, sonrisa rectangular y aquellos orbes color miel dejarían babeando a más de una persona.

A pesar de haber tantas personas en el mundo, Taehyung nada más se preocupaba por una sola, la misma persona –o para ser más específicos– el mismo chico que admiraba desde lo alto.


¿Le atraeré mucho a Jeon Jungkook?


― ¡Taehyung! ―volvieron a llamar su nombre por quinta vez haciéndole salir de su pequeño trance.

― ¿Q-Qué pasa, hyung?

― Si te ves muy lindo y muy apuesto. ― confirmó el de pálida piel haciéndole sonrojar. ― Pero, ¡debemos salir de aquí!

― Oh, cierto.

Taehyung evaluó las posibilidades, conocía la habitación a la perfección. Había un pequeño balcón que era de donde salía a veces por las noches esa pequeña melena azabache sin ser descubierto, ellos tal vez podrían salir por allí también.

― Yoongi, hyung, por aquí hay un balcón. ― anunciaba el pelirrojo mientras abría las puertas de éste dando una linda vista. ― Debemos saltar de aquí hasta aquel árbol. ― seguía contando mientras señalaba aquel árbol frondoso que se encontraba a un metro de distancia. ― Y luego bajar. ―completó haciéndolo sonar fácil.

Yoongi lo miraba como si fuese un bicho raro, apenas y sabía usar su cuerpo para caminar y ¿ya iba hacer todo aquello? ¡No, definitivamente no! A Taehyung se le había zafado un tornillo.

― ¿Hyung?

― ¡No! Ni en esta vida, ni en ninguna otra Kim Taehyung.

― Si no vamos por aquí, tendremos que salir por la puerta y correremos el riesgo de que alguien pueda vernos.


Yoongi, hyung, no sea terco y escuche a Taehyung, si no van ahora, alguien entrará y los descubrirá. Las cosas no acabarán bien de ser así. ― hablaba una voz en la cabeza del de tez pálida.


Yoongi conocía esa voz, ¡por lo cielos que sí!


Yo confío en usted, hyung, sé que podrá saltar el balcón. ― completó aquella voz chillona antes de irse.


―Lo haré. ― anunció haciendo que el pelirrojo hiciera salir aquella hermosa sonrisa rectangular que se le había otorgado.

Yoongi se subió en la punta del balcón, fijándose que nadie estuviese cerca como para que le pudiera ver. Tomó aire y se dio ánimos, lo haría, sí lo haría. Contaría hasta tres, no era difícil.


U-uno...

D-Dos...

¡Tres!


Yoongi saltó con toda la fuerza que sus piernas pudieron darle y se trepó al árbol cual gatito asustado, miró al menor quien le apoyaba con los pulgares hacia arriba para darle ánimos, el de tez pálida bufó bajando del árbol con cuidado.

Al llegar al suelo el menor ya estaba allí y lo miró estupefacto, ¿Cómo ángeles llegó allí si ni había usado el árbol? Yoongi estaba seguro que si saltaba directamente del balcón, moriría o terminaría gravemente herido.

Taehyung al percatarse de la mirada de su hyung se echó a reír lo más que pudo, es que él podría comparar su cara con la de un pequeño gatito y eso le hacía mucha gracia.

― Hyung, n-no me lo va a creer. ― hablaba el pelirrojo entre risas mientras que el más bajo fruncía su ceño. ― Ha-Había una cuerda allí. ― completó señalando la soga que salía por el balcón para comenzar a reír nuevamente.

A Yoongi no le hacía gracia en lo más mínimo, sus dos dongsaengs lo habían engañado. Pero, debía admitir que Taehyung se veía realmente dulce mientras reía. 

Seguramente era aquella luz amarilla dándole alegría para que no terminase por perder la cabeza el primer día. Después de todo, aún les queda un muy largo camino por recorrer...



NOTA: Debo admitir que este es de mis capítulos favoritos hasta ahora más que todo por la actitud de Taehyung (porque se me es imposible no escribir algo fluff) y el semi Taegi que hay.

Sin embargo, si tienen alguna recomendación o consejo pueden hacérmelo saber en cualquier momento. Sus mensajes, comentarios, etc, realmente me ayudan mucho a saber si quieren que continúe esta historia o la deje por completo.


¡Gracias por leer!


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro