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Una sombra plateada se movía de un lado a otro sin parar, con angustia y desesperación mientras esperaba a que cayera su llamada en aquel lugar llamado Tierra.
Es que, no podía ser cierto, a esa luz defectuosa jamás le quitarían lo que era suyo.
Pero, ¿Contaba cómo tuyo realmente algo que nunca lo fue? Y de ser negativa la respuesta poco le importaba a esa sombra desesperada que no quería más que un alma frágil con un cuerpo formado para cumplir con su plan, lo conseguiría, eso era seguro, por algo fue una vez el Dios de la sabiduría y la agilidad.
No lo pasarían por tonto esta vez, claro que no, él destruiría a esos 4 Dioses y los sacaría de su puto santuario, así era como él le llamaba al santuario sagrado. Nadie nunca dudó de sus habilidades, aun así, ¿Será lo suficientemente hábil para destruir a 4 Dioses por su cuenta?
―Necesito hablar contigo, tengo un plan en mente y sé que no te negarás esta vez.
Dicho esto, la sombra cortó su breve mensaje con más serenidad. Tal vez él solo no pudiese pero con los contactos ideales haría mucho más que volver a esas 5 luces idiotas en macropartículas desintegrables.
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― Kim, ¡ya vamos! ― volvió a insistir la luz amarilla. ― No puedes quedarte todo el siglo allí al final de las nubes.
La luz roja lo miró por una facción de segundos y regresó a su trabajo principal, vigilar a la mancha negra.
Sí puedo. ― pensó la luz roja.
― Sé lo que piensas Taehyung. ―anunció. ― Y no, definitivamente no puedes. Además no sé porque haces tanto escándalo si al final terminarás yendo con nosotros.
― Quien hace escándalos eres tú, Jiminie hyung.
Por fin habló el menor para luego dirigirse a la salida dejando a un Jimin muy indignado y con su luz aún más amarilla de lo que era.
Taehyung había ido a reunirse con sus luces mayores, entre ellas estaba Jimin. Las luces, una vez al siglo hacían una breve reunión para saber que todos estaban en secuencias de paz y así proceder con sus cuidados en el mundo y demás planetas.
― Taehyung, sabemos que ésta es tu primera reunión sagrada, así que no hace falta que digas algo si no quieres. ― habló una luz magenta. ― De igual forma sabemos que a la primera estas cosas no son tan fáciles como parecen, convertirse en Dios por completo es algo duro y aún más si tu maestro no se presentó antes.
La luz roja asintió, guardaba cierto deje de rencor por su maestro, sin embargo este era más pequeño que una cuarta parte de una hormiga. Aun así no podía dejar de pensar en ello, ¿cómo sería todo si su maestro se fuese presentado? ¿Sería tan alegre como Jimin? ¿O tan pacífico como la luz menta? No podía saberlo, pero aunque siguiese lamentándose con el '' ¿Cómo sería?'', eso no cambiaría absolutamente nada. Su destino ya fue plasmado de esa forma y así quedaría.
Nadie más que el Dios de la sabiduría y agilidad podría cambiar aquello.
Jimin le había contado sobre los maestros hace un tiempo. Los maestros eran Dioses llegados antes del Dios actual, los cuales eran los fundamentales al momento de corregir y hacer pasar su alma de ''semi-Dios'' a una de Dios completo.
El primero en llegar en aquél santuario divino, fue el Dios de la Sabiduría y la Agilidad, quien era el ser más puro en todas las galaxias, no había ser más preciado que éste, sus pasos limpiaban toda alma existente a parte de sus muchos otros dones que jamás quiso revelar.
Ésta luz plateada fue maestro del segundo Dios, quien es el Dios del Amor y de la Sanidad, cuya luz es un color magenta muy claro. Su voz es tan dulce e inigualable capaz de calmar los llantos de los niños, también de curar la peor enfermedad que pudiese encontrarse en el mundo.
La luz magenta fue a su vez maestro del siguiente, Dios de la Paz y la Serenidad, su luz es color menta y su toque puede calmar las tempestades de mares y océanos. Con tan solo respirar puede traer calma al mundo en el que habitan las personas en la tierra.
La llegada de esta calmada luz trajo conflictos consigo, pues la primera luz padre de las dos luces restantes se levantó en contra de la paz, la luz plateada creía y se dejó llevar por el pensamiento de que si hay paz todos serán mediocres al no poder soportar dolores. De esta manera fue desterrada del Santuario Divino.
Luego de que esto sucediese, las dos luces pensaban que no llegaría alguna otra por el tiempo transcurrido, pero fue un grave error creer eso.
A la luz color menta le tocó ser maestro de una muy enérgica luz amarilla, la cual irradiaba felicidad por todas partes. Ésta luz chillona resultó ser el Dios de la Intuición y Felicidad, trayendo consigo sonrisas al santuario.
Luego de esto había aparecido un brote de luz, aún no se sabía de qué color era exactamente pero éste no era como el resto y los Dioses no sabían cómo tratarlo, la luz magenta siempre le cantaba por si era alguna enfermedad, la luz menta la tocaba para darle paz y la luz amarilla sólo le hablaba a diario para que no estuviese triste jamás, y aunque ésta última luz tenía un mal presentimiento, nunca supo con exactitud el porqué, siempre había sabido la historia de todos, aunque de ésta en específico... No podía conocer nada más, sólo había una fecha en su mente 1 de Septiembre.
Al llegar el 1 de Septiembre, la luz no identificada murió, algo que nunca había sucedido antes.
Tres meses después se generó otra como normalmente lo hacían las luces pero ésta no era de un color cálido como las demás, ésta era de un rojo fuerte, un rojo muy atrayente, aún no se sabe el don exacto de la luz ya que no tuvo maestro y sin maestro es completamente imposible descubrir su don y por ello la luz muy al fondo siempre se lamenta...
Ésta luz, es Kim Taehyung
Nota:Tal vez este cap les parezca, ¿Aburrido? De ser así, lo siento.
Pero, es algo fundamental si realmente quieren entender de qué va todo y cómo se maneja la trama.
¡Gracias por leer!
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