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3:45am
― ¿Por qué eres tan lento? ¡Ya deberías haber tenido a esa maldita luz en tus manos! ―exclamó con enfado la sombra plateada.― A este punto no terminaremos nunca
― ¿Podrías calmarte? ―inquirió el contrario de vuelta.― Tengo todo bajo control, sé donde trabaja y hoy me reuniré para una falsa entrevista. Deberías preocuparte más por ti, tu culo se pudrirá en el maldito infierno a ese paso
La sombra plateada pateó uno de los cajones más cercanos asustando por completo al castaño frente a él quien mantenía sus brazos cruzados fingiendo total autoridad.
― ¿Quieres que te recuerde quien soy y de dónde demonios provienes? ―inquirió entre dientes con sus manos cerradas en puños.― No te interesa lo que haga o deje de hacer. Tú solo cumple con tu trabajo, Jung, ¿lo has entendido?
El contrario asintió intentando parar el temblor en su cuerpo, el aura tan moribunda del contrario no hacía más que recordarle la pudrición en la que se había condenado.
― S-Sí
― Quiero la luz de Min Yoongi ―vociferó.― Si no la traes tú, iré yo por ella. Pero sabes bien las consecuencias que trae todo esto.
― Lo sé, lo siento señor ―admitió completamente sumiso y cabizbajo, se sentía tan impotente.
― Ahora largo, Jung
Sin necesidad de que se lo repitiesen, el castaño tomó sus cosas y salió despavorido del lugar.
Se sentía asqueado.
Se sentía sucio.
El no vendió su alma por esto.
Jung Hoseok, ¿Qué has hecho?
■□■□■□■
11:50pm
― ¿Jimin?
― Puedes pasar, Tae ―cedió el rubio con un suspiro bajo.
Taehyung tenía diez minutos llamando a la puerta de su habitación sin respuesta alguna hasta entonces. Jimin, –por lógica– sabía bien de qué iba todo más no pensó que el pelirrojo ataría cabos tan rápido y tampoco creía que debía hacerle frente a sus problemas amorosos de pronto.
Jimin siempre fue un fiel creyente cuando de amor se hablase, por mucho que le contradijesen él siempre estaría a favor del amor entre Dioses; es decir, si los mortales podían tener tal privilegio siendo seres impuros, ¿por qué se decía que entre Dioses era una atrocidad? Hasta que no tuviese respuestas a sus dudas, no descansaría.
Si el amor entre dos luces estaba escrito en el libro destinario, eso quería decir que, aunque esa luz dorada no fuese la suya, él también tenía la oportunidad de ser feliz por medio de otro sentimiento.
Jimin debía admitir que odiaba estar solo, odiaba tener ese amor unilateral por el que pasaba, odiaba ver como cada noche la lluvia caía fuerte por su ventana solo por el hecho de que él mismo lloraba. Jimin necesitaba paz, y no la paz que podía brindarle Yoongi, sino más bien su propia paz, una menos dependiente y más duradera, esa que tendría si no fuese tan cobarde.
Pero tal vez, esa noche podría ser libre de su propia cárcel.
Solo tal vez...
― Jimin... ―musitó bajo el pelirrojo nuevamente con un puchero adornando sus labios.― Tengo muchas dudas. Por mucho que intento dejarlas pasar, no puedo, ellas siguen allí y se multiplican mientras más tiempo pasa ―confesó sintiendo como sus ojos comenzaban a llenarse de pequeñas lágrimas.― Creo que a veces no hay solución a todo esto, ¿por qué siempre me siento así, hyung? ¿Por qué no puedo ser tan fuerte y seguro como ustedes? ¿Qué hay de malo en mí? Quiero poder ser tan paciente como Yoongi hyung, quiero poder tener todo bajo control como Jin hyung y el resto de cosas las quiero de usted porque...
― Tae, tus lágrimas son- ―la voz de la luz amarilla fue callada por la contraria, Jimin había notado algo peculiar. Taehyung lloraba pero no eran lágrimas comunes sino más bien... ¿Rojizas?
― Lo admiro demasiado hyung y yo... ―Taehyung detuvo sus palabras al sentir una fuerte punzada en la parte posterior de su cabeza, todo se comenzaba a ver desteñido, como si el color de las cosas fuese perdiendo vida.―... quisiera que usted supiese-
― ¡Taehyung! ―gritó Jimin corriendo en su dirección importándole poco lo que éste tuviese para decir de él mismo.
Jimin siempre había tomado las palabras y halagos de su dongsaeng muy en serio, amaba escuchar lo que el pelirrojo tenía para decir de él sin importar que ocurriese a su alrededor, amaba ver la sonrisa de su menor cuando enumeraba sus cualidades.
Pero, aquello no era relevante en ese momento.
No cuando las manos de Taehyung comenzaban a palidecerse y el resto de su cuerpo empezaba a temblar ligeramente aún parado en al alumbrar de la puerta, lágrimas de color carmesí bañaban su rostro acompañadas del delatador color obscuro bajo sus ojos.
― Tae... cariño, ¿puedes oírme? ―inquirió el rubio en tono suave pero desesperado, tenía a Taehyung entre sus brazos pero el terrible estado de éste contrarrestaba cualquier otro pensamiento que no fuese de bienestar puro para el pelirrojo.
Jimin al no ver respuesta alguna de su parte, le tomó fuerte de los brazos obligándole a recostarse en la mullida cama de frazadas blancas, tenía una idea del porqué de todo pero no quería hacer falsas confirmaciones antes del tiempo.
― Tae, necesito que respires con regularidad, ¿me entiendes? ―el pelirrojo asintió dejándose hacer por las hábiles manos de su hyung las cuales examinaban su cuerpo tembloroso minuciosamente en busca de otros síntomas que confirmasen su teoría.
La luz amarillenta del rubio amenazaba con salir para solucionar todo como usualmente lo hacía, su luz no toleraba ver el mal estado que desprendía Taehyung, mucho menos aceptaba ver que la luz rojiza perdiese su color de a poco. Pero por mucho que Jimin quisiese hacer algo de forma directa por el menor, no podía permitirse poner su alma en riesgo cuando la de su dongsaeng ya lo estaba.
Jimin gruñó, estaba intentando mantener la calma, si se desesperaba sería peor para ambos y de ninguna forma pondría la vida de Kim aún más en riesgo.
Taehyung no dejaba de ver el rostro de su hyung en busca de una respuesta a todo lo que ocurría tan repentinamente con su cuerpo; sin embargo, solo conseguía que con sus ojos rojos y vidriosos Jimin se culpase una vez tras otra de todo lo que sucedía.
― J-Jimin... Hyung...
― No puedes hablar ahora, cariño ―musitó el rubio dejando un pequeño beso en la frente contraria mientras limpiaba las lágrimas carmesí que desprendían los ojos del menor, dándose cuenta de la única cosa que confirmaría sus dudas.
Debajo del pómulo de Taehyung había una marca negra muy pequeña pero captable para sus ojos, podía ser confundida con un simple lunar pero Jimin sabía que era algo más. Podía realmente parecer un simple lunar o basurilla para el ojo humano, pero el rubio pudo diferenciar un número romano y no le gustaba nada por donde iba todo eso.
Cada Dios es instruido de forma perfecta por sus maestros, estos son acoplados el uno y el otro de forma en que solo ellos podrían comprender. Parte de estas instrucciones dadas por los mayores, está el aprender de conjuros, bujerías y diversas asechanzas banales, sin embargo, quedaba de parte del estudiante el querer indagar y leer un poco más sobre todo lo relacionado.
Jimin siempre fue un alma muy curiosa, siempre quiso indagar de más cuando de Dioses se trataba, cuando emergió era una completa esponja absorbiendo todo tipo de conocimientos a su paso, es por ello que Jimin había estudiado muy bien los encantamientos dedicados a los Dioses por mucho que le dijeron que no era necesario.
Y era por eso mismo que ahora Jimin sabía que Taehyung padecía uno de los peores encantamientos de las sombras.
Básicamente consistía en quitar para obtener el doble a cambio, que es lo que está obteniendo la sombra dueña del encantamiento, todo ocurría por sesiones, Taehyung podría volverse a recomponer al ser un Dios distinto, pero eso no quitaba el hecho de que el encantamiento seguía allí y no se iría hasta cumplir con su labor.
El alma de Taehyung se consumiría hasta dejar su ser sin color o luz alguna.
― Hy-Hyung, no me deje solo ―pidió entre hipidos el pelirrojo teniendo por respuesta los fuertes brazos de su hyung apresándole.― T-Tengo miedo, hyung... Mucho m-miedo
Jimin suspiró y dio todo de sí para dedicarle una sincera sonrisa a su menor seguida de dos besos que fueron dejados en sus pálidas mejillas manchadas.
― No tienes por qué temer, TaeTae ―mintió.― Las cosas estarán bien, esto es temporal
― ¿P-Por qué pasa esto? ¿Qué hice m-mal, hyung?
― No has hecho nada malo, cielo ―susurró besando la coronilla del pelirrojo.― Debes descansar y así todo pasará, ¿comprendes?
Taehyung asintió no muy seguro de las palabras de su hyung, sin embargo, confió una vez más en él y por lo mismo cerró sus ojos permitiéndose descansar al fin aquella madrugada.
Jimin por otra parte solo esperó y se aseguró de que el menor realmente estuviese dormido para así poder buscar ayuda, porque realmente la necesitaría para lo próximo que se vendría.
Sabía que las cosas esa noche no saldrían bien, pero fue todo por los motivos menos sospechados; tanto él como Yoongi eran conscientes del encantamiento que había sido llevado a cabo con el pelirrojo y sabían bien que éste actuaba con rapidez ya que Taehyung estaba en un cuerpo humano, pero su negligencia e ignorancia nunca le permitió ver que el problema del pelirrojo iba mucho más allá de un simple encantamiento de las sombras.
Era el inicio de una batalla campal.
Les juro por la vida de Taehyung (el del fic) que extrañaba escribir esto, pero YA VOLVÍ, después de siglos pero lo hice. Mi computador estaba estropeado y hace un día pudieron arreglarlo y hoy les traigo este cap.
Yo estoy llorando en mil colores porque apenas entré vi ese 6k (CASI 7) de vistas y ESTOY AGRADECIDA CON TODOS USTEDES.
Ahora, con respecto al fic, amo mucho este capítulo, es corto y con mucho drama. Les traje a Hoseok otra vez ¿¡no es fantástico!? Leí que alguien dijo que pedía la aparición de Hobi para aclarar dudas, ahora díganme, ¿les aclaró las dudas?
Por otro lado, perdón si no tiene buena redacción o no se entendió bien pero falta la segunda parte del cap, necesito escribir más para volver a redactar tan bien como antes, pasa que tengo más de UN MES sin escribir y bueno necesito adaptarme nuevamente.
Tengo una duda, ¿qué quieren para el siguiente cap? Les haré un regalo porque lo merecen, son los mejores lectores de la historia.
¡Gracias por leer!
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