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[NOTA: Tomen en cuenta las horas, tal vez puedan saber o adivinar qué ocurre exactamente]


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7:49am

Taehyung al fin había conseguido su lugar en aquella universidad, su carrera asignada fue fotografía. Amaba capturar los momentos en una imagen porque cada recuerdo de ese día se visualizaba en tu mente, entonces era una linda carrera, completamente digna para un observador.

El pelirrojo no tuvo grandes problemas de adaptación, curiosamente en aquel lugar todos eran amigables y buenos compañeros, no era tan exageradamente malo como lo plantaban algunos chicos que veía desde las nubes.

Le había tocado presentarse hace poco a todos sus compañeros, diciendo que era un estudiante transferido de Japón y se sorprendió en grande al ver que sus nuevos acompañantes del día a día no rieron de él por su distintivo cabello o forma de vestir, era todo muy cálido, absolutamente agradable.

― Hoy retomaremos un tema base como lo es la composición ―había hablado el maestro asignado sacándole de sus pensamientos vagos.― Creo que necesitamos reforzar lo que es el equilibrio simétrico y asimétrico para el examen del jueves, ¿están de acuerdo?

Cada estudiante asintió y confirmó con un ''sí'' permitiendo que el profesor continuase con su clase planificada.

Taehyung tomó cada apunte que pudo, desde las nubes siempre anheló poder convivir así junto a los humanos y el tener la oportunidad de hacerlo era simplemente un gran logro, debía estudiar sobre temas que por obviedad los sabía a la perfección, pero aún así se sintió maravillado con eso, sentía que allí estaba su hogar y por alguna razón eso resultó absolutamente extraño.

¿Cómo podía un ser puro sentirse seguro en un lugar tan percudido y pecador como aquel? No tenía sentido, pero tampoco le buscaría la vuelta en aquel momento, él estaba feliz, absoluta y completamente feliz.

Claro, pero la paz no podría durar tanto en aquel sitio, ¿cierto?

Mientras Taehyung escribía todo lo dictado y explicado por el profesor, la fuerza que generó en el lápiz fue mayor logrando que por consecuencia, volase la punta de este. El pelirrojo siguió la punta del lápiz con la mirada y pudo ver que terminó en un asiento vacío.

Lo diferente no fue el asiento vacío, sino más bien aquel sentimiento tan abrumador que sintió al verlo.

Frunció su ceño al sentir un aura devastadora, impura, tan corrupta que su interior ardía con cada paso que daba aquel espectro, no sabía de donde venía ni tenía idea de qué era con exactitud. Sólo tenía una cosa clara, y era que ese bastardo sería su contrincante, no solo de la universidad sino de todo en general, en un conflicto futuro tal vez.

Fue entonces cuando la puerta del aula fue abierta de par en par dando a ver un agitado chico de piel clara, cabellos azabaches que pegaban contra su frente, estaba completamente agitado soltando todo tipo de excusas y mentiras las cuales fueron creíbles para el profesor, pero no para él.

Taehyung pudo identificar al chico, fue el mismo que le acorraló en el pasillo el día anterior. Las ganas de querer partir su rostro habían vuelto, pero ¿qué podría hacer él en un salón de clases? Podría matarlo, es un hecho, pero no debía.

― Jungkook, pídele a Wooyoung que te de el adelanto de la clase ―ordenó el señor Song al azabache quien asintió para hacer lo pedido.

El pelirrojo luego de pedir un sacapuntas prestado decidió ignorar la presencia del chico sobre sí, era frustrante tener que lidiar con seres así, es decir, ¿por qué debían ser tan malos? ¿qué ganaban con generar malestar e incomodidades al resto? Era injusto tener que ver desde las nubes el como niños debían correr o esconderse de otros porque éstos sólo encontraban placer al verles sufrir, era estúpido y por supuesto que cada uno al crecer pagaría por ello.

Taehyung había vuelto a escribir pero aquella mala aura le alteraba todo su ser, se sentía observado pero no como realmente debería ser un observador, esta vez era más como una asechanza, como los cazadores con sus presas, así era.

El pelirrojo volteó su mirada con disimulo y pudo darse cuenta que aquel chico le veía con todo el descaro del mundo.

¡Era un sin verguenza! 

Todos en aquel lugar lo habían hecho sentir como uno más, como uno de ellos, pero aquel chico que tenía por nombre Jungkook le veía como si supiera todos y cada uno de sus secretos, no se sentía cómodo, su paz se había esfumado. 

Para suerte de Taehyung, el timbre sonó dos minutos exactos después indicando que era hora del almuerzo, por lo mismo, tomó todos sus cuadernos y lapices para guardarlos rápidamente en su morral y marcharse del lugar como alma que lleva el diablo.

Aún sentía un par de ojos escudriñar su espalda, pero tal vez al llegar al comedor aquello se iría.

Aunque todos en su aula de clase parecían ser muy unidos, a la hora del almuerzo podía notarse la división de personas, no era como en los países americanos que cada estudiante era identificado por su tipo de ropa, para nada.

En ese lugar se dividían por jerarquías: las familias ricas, las de estándar normal y las pobres. Aunque realmente en aquella institución cada estudiante se bajaba de un ferrarilamborghini como mínimo al llegar, siempre habían algunos que estaban allí por becas que daba la universidad cada cierto tiempo.

Taehyung ahora era consciente del dinero que poseía, podía decir que era incluso más rico que el presidente de aquel país, pero, ¿de qué servía? Lo material fue algo que nunca le interesó, si alguien quería acercarse a él por medio de eso, le patearía y por supuesto que no quería una reprendida en su primer día de universidad.

El pelirrojo pudo ver el alma de cada chico y chica en el lugar, el noventa porciento de ellas estaba corrompida por la avaricia, codicia y demás deseos banales.

Era simplemente repugnante.

Por lo mismo, decidió sentarse solo intentando pasar desapercibido, claro que con aquel llamativo color en su cabello le era casi imposible lograrlo. 

Aún así, pudo llegar con normalidad a una mesa aparte, comiendo únicamente lo que Jimin había preparado para él aquella mañana antes de dejarle en la puerta de universidad.

Jimin para él era un hyung muy protector, tierno y cuidadoso. Él se gozaba cuidar a los suyos, esa era la razón principal por la que Taehyung le amaba, su hyung era un ser puro y completamente ejemplar, todo lo contrario a sí mismo.

Taehyung era consciente de se una falla en el Santuario, sabía bien que no era un ser puro en su totalidad, aún así. Aún sabiendo que todo aquello no fue su culpa realmente, él seguía marcando aquella falta como suya. Como todos los Dioses, él sentía esa necesidad de encontrar a su maestro, no sabía aún con exactitud el porqué se encontraban allí pero se hacía una idea, tenía algo que ver y por algún motivo sentía que tenía algo que ver con aquel chico que veía de las alturas.

El pelirrojo realmente jamás había visto el rostro del azabache, sólo podía ver su alma y tal vez ciertos rasgos individuales pero era como ver un lienzo en blanco. No había un estado físico, todo lo que Taehyung había conseguido ver, no era más que el alma del joven y aquello causaba aún más intriga en su ser.

― Muy solo, ¿no? ―habló un chico que había tomado el atrevimiento de sentarse a su lado y quitar la comida preparada por su preciado hyung.― Siempre es así el primer día, bonito. Agradece el tener mi presencia contigo

Taehyung maldijo por lo bajo, no había sentido el aura tan asquerosa del azabache por estar enfrascado en sus pensamientos. Deseaba poder desaparecer de la nada.

― Agradeceré de tu existencia cuando se extinga ―escupió con molestia tomando su comida de vuelta.

― ¿Eso que quiere decir?

― Que te vayas al diablo, eso quiere decir 

El azabache sonrió cínicamente, le fascinaba sentir ese repudio que desprendía por los poros del chico junto a él. Le fascinaba ver la desgracia emerger del alma de un Dios.

― Ya estoy allí, cariño ―respondió orgulloso.― Y pronto vendrás conmigo, Taehyungie

El nombrado no cambió su expresión en lo más mínimo, ya había entendido todo y había sido un jodido idiota por no haberlo notado antes.

― Jungkook es tu nombre, ¿no? ―inquirió el pelirrojo ahora viendo como el contrario asentía.― Bien, Jungkook vete de mi maldita vista. Ahora

― ¿O qué? ―retó con sonrisa ladeada.

― No querrás saberlo

― Oh, créeme que si quiero ―admitió con burla buscando el punto cumbre de aquel volcán rojo.― Es lo que más anhelo, cariño

Y eso fue suficiente para que Taehyung estrellara su puño en la boca contraria.





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8:21am

― No sabía que regresarías tan pronto ―admitió el rubio soltando una risita.― ¿Qué te trae por aquí?

― Jimin hyung, ¿puedo hacerle una pregunta antes de iniciar? ―inquirió el joven.

Jimin sonrió aún más para el contrario, intentando enviar algún sentimiento de alegría que disipara los nervios y preocupaciones que sentía el azabache frente a él. 

Era cierto, no podía verlo debido al incidente de esa misma mañana, sin embargo, como le había dicho a su hyung, el no poder ver no le impedía ejercer su trabajo. Jimin más bien pudo encontrar confort en aquella situación, podía controlar sus visiones estando ciego y su cabeza no amenazaba con explotar en algún momento como horas atrás.

Podría ser una señal del destino posiblemente, podría servirle para tener una mayor estadía en aquel sitio.

― Por supuesto, Jungkookie ―accedió el rubio.― Aunque ya me hago una idea

Jungkook carraspeó en su lugar intentando que lo que dijese no sonase tan descortés o muy confianzudo, sólo había visto al doctor Park una vez en su vida demás de ésta y aunque él fuese alguien muy bondadoso para con todos, no sabía cómo era el chico rubio que se encontraba sentado frente a él sobre el blanco sofá.

― Hyung, ¿por qué una venda cubre sus ojos?

El rubio juntó ambas de sus manos, no planeaba decirle el porqué absoluto. Si el azabace era astuto entendería sus palabras.

― Porque, aveces cuando uno de nuestros sentidos no es usado, otro se agudiza y puede que así te sientas más tranquilo ―admitió recostándose sobre el espaldar del sofá.― Puede que justo ahora no pueda verte, pero aún puedo oírte ¿No es suficiente eso? Incluso puedo hacerlo mejor que antes

Jungkook sonrió y rió un poco, en definitiva Park Jimin era alguien digno de admirar, aquellas palabras podría usarlas en algún otro contexto de su vida y probablemente le serviría de ayuda. Sin embargo, esperaba que su psicólogo no estuviese hablando de forma tan literal. 

Sería una lástima que nadie más en el mundo pudiese apreciar la belleza que poseían los orbes del rubio.

― ¿No es eso algo que sus pacientes no deberían oír por boca de su psicólogo? ―inquirió el azabache en broma.― Si fuese un degenerado probablemente al salir de aquí buscaría la forma para perder alguno de mis sentidos

El menor rió seguido del rubio. Jimin estaba logrando lo que quería, Jungkook poco a poco fue relajando su cuerpo y era el momento justo para hablar, después de todo ambos eran mayores, podían hablar del tema que quisiesen para afrontar la situación, cualquier psicólogo común sólo preguntaría el problema de inmediato. 

Pero Jimin no era un psicólogo y mucho menos alguien común, su trabajo era exacto, medido y perfectamente ejecutado.

— Tienes toda la razón, Jungkook-ah ―admitió retomando su postura inicial.―  Sin embargo, ambos sabemos que no eres un paciente común, ¿o sí?

Jungkook pareció dudarlo, pero al pensar en su situación no pudo estar más acorde con su psicólogo. Hacía un trabajo excelso, ¿cómo era capaz de saberlo aún si jamás mencionó algo sobre ello?

― C-Creo que está en lo cierto, hyung ―confirmó viendo como la sonrisa en el contrario se ensanchaba.

― Sé que amoldarás cada una de mis palabras para resolver tus problemas como mejor creas que debas hacerlo ―confesó levantándose del sofá con cuidado.― Son problemas que no me confiarás por el miedo al rechazo ¿no? Sientes miedo por el reciente caso con tu amigo. Tal vez piensas que si él no creyó en tus palabras nadie más lo hará, ¿no es así, Jungkook-ah?

El mencionado quedó estático en su lugar viendo como el rubio tomaba con algo de dificultad el vaso situado en la mesita de en medio, bebiendo un poco para regresarlo a su puesto.

¿Alguna vez había hablado de sus problemas con alguien que no fuese su amigo? O probablemente, conociendo a Hoseok éste le había contado todo al psicólogo. Sí, tal vez el doctor Park le había llamado para decirle que no encontró algo extraño en él y su amigo le había contado cada uno de sus cuentos.

― Jimin-ssi, ¿u-usted habló c-con Hoseok hyung? 

― No ―respondió rápidamente.― ¿Debería hablar de algo con él? ―inquirió ladeando su cabeza mínimamente con desconcierto, sabía que algo rondaba en la mente del azabache, pero no podía ver qué era con exactitud.― Todo lo que he dicho es de manera general Jungkook, puede que te hayas sentido identificado de alguna u otra forma con tu problema y es algo absolutamente normal

― De acuerdo ―susurró el azabache.― T-Tal vez, para la próxima cita pueda contarle, me esforzaré más, lo prometo

― No te pongas límites, Jungkook-ah. Esto no es una carrera del tiempo, estamos hablando de tu vida, cuando te sientas cómodo podemos hablarlo ―ofreció el rubio tomando asiento nuevamente.― Mientras tanto, quiero que pienses en ti. Necesito que te encuentres a tí mismo, que busques tu voz interior y me digas qué piensas de todo esto. Al final del día, lo que tú creas correcto es lo que contará

Jungkook frunció su ceño, ¿por qué daba justo en el clavo? Le asustaba de gran manera pero no era algo que no pudiese controlar, sin embargo, los nervios no le dejaban en paz.

¿Debía encontrarse a sí mismo? ¿Escuchar su voz interior? Pero, ¿cómo lo haría? Si al cerrar sus ojos su mente automáticamente recordaba la voz grave y dulce de aquella luz que solía visitarle.

Aún así, Jungkook sentía que debía hacer un esfuerzo si realmente quería aceptar la ayuda que le era ofrecida.

― L-Lo intentaré

― Muy bien ―finalizó el rubio con espléndida sonrisa.― Eso quedará para la siguiente consulta, regresa cuando estés seguro de lo que crees sentir o pensar, ¿te parece?

Jungkook asintió aunque este no pudiese verle y luego afirmó su respuesta con un bajo ''sí'', tenía trabajo que hacer. Encontrarse a sí mismo requería de tiempo y aunque aquel día él no necesitara ir a la universidad,el día siguiente sí debía.

En aquel instituto podías darte un día de la semana libre, tomando en cuenta las evaluaciones que tendrían cada día, era una de las ventajas de haber ganado una beca en aquella prestigiosa universidad de ensueño.

El azabache dirigió sus pasos a la puerta, no quería salir de allí por la inmensa alegría que sentía en su pecho, tal vez si seguía así las cosas no le costaran tanto como realmente debería. Más sin embargo, la voz de su psicólogo le hizo parar y palidecer de inmediato.

― Jungkook ―llamó en tono suave.― Recuerda que el verdadero enemigo está allí fuera, depende de ti permitir que te haga daño, eres el único que tiene el poder para permitir que las cosas o personas entren a tu vida ―confesó en voz baja, suficientemente audible para los oídos contrarios.― Entre las muchas dificultades que tengas, no olvides mantener la calma contigo, será tu fiel aliada a la hora de saber las respuestas a cualquier interrogante que tengas

Dicho esto, Jimin escuchó un murmuro de agradecimiento y la puerta ser cerrada después. Conociendo al joven, sabía que meditaría sus palabras, por ende, sabría la verdad.

Jimin había tenido una nueva visión cuando Jungkook se levantó del asiento y sentía la necesidad de hacérsela saber de alguna forma. 

Ahora no sólo veía veía a Taehyung en aquella nueva era que se escribía, sino que junto a él se encontraba el azabache, estaban conectados, sus luces estaban conectadas ¿eso qué significaba? Aunque buscó indicios de la luz que poseía Jungkook, no pudo encontrar nada de ella, su luz estaba unida con la del pelirrojo y el color tan extraño no le permitía distinguirlo.

Sin embargo, aquello no tenía sentido, las siguientes imágenes en su visión mostraban que aunque ambos estuviesen juntos y conectados por lo que sería un pacto de almas, una de ellas se consumía de a poco. 

Jimin pudo ver como Taehyung estaba en el suelo mientras que Jungkook le veía desde arriba sosteniendo una espada que iba atravesada por el medio de las costillas del pelirrojo, sus ojos brillaban, parecía disfrutar de todo aquello. Su aura desprendía un aire completamente distinto al de Jungkook verdaderamente, era espeso y resultaba asfixiante.

Ese no era Jungkook.

No podía serlo y debía hacer algo para evitarlo, es decir, ¿cómo un alma tan buena y pura se podía convertir en la peor desgracia jamás vista? Quería creer que Jungkook no se encontraba en malas manos o malos alrededores, porque de ser así, perderían a una valiosa alma que les serviría en el Santuario.

Pero por mucho que quisiese actuar para solucionar todo como siempre había hecho con sus hyungs. Por mucho que su alma y cuerpo amasen a Taehyung, a tal punto de querer cuidarlo de cualquier mal aparente... En ese momento no podía hacer mucho más que esperar. 

No era su guerra y meterse implicaba cambios nefastos en el destino de cada ser viviente.

Jimin debía prepararse para algo aún peor.


¡HOLA! LOS AMO SOMOS CASI 3K DE VISTAS ME MUERO, por eso les traigo este cap con justamente 3k de palabras.

Perdón por no actualizar, les juro que lo intenté pero no podía, además estoy intentando sacar mi historia principal para dedicarme a esta del todo, en ''¿Soy un extraño para ti?'' probablemente me queden ocho capítulos y la culminaré, luego si actualizaré aquí como mínimo dos o tres capítulos por semana.

Perdón si tiene errores, no he releído el capítulo, recién lo termino, si ven errores me avisan POR FAVOR. Lo subo así porque no quiero que pasen más tiempo sin actualización.



Espero se den cuenta de qué demonios ocurre con Jungkook porque más claro que esto, ni el agua.

A partir de aquí es donde se viene lo bueno, ¿ok? ok, atentis.



No se olviden de sonreír mucho y ser felices, nada vale más que tú felicidad.



Quería aprovechar también para desearle un muy feliz cumpleaños a @Metzli_Daisuke, es de las más fieles lectoras de ésta historia. Feliz cumpleaños cielito, espero sigas cumpliendo muchos más.♡♡♡



¡Gracias por leer!


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