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Capítulo 8

Por un momento sólo escucho los acelerados latidos de mi corazón, pero siento unas manos tomarme por las mejillas y tirarme hacia atrás.

Abro los ojos un poco sorprendida de que Kim Tae-hyung me haya alejado. Sus ojos están bien abiertos, mirándome con una gran interrogante. Me tapo la boca con las manos y bajo la vista al suelo, sintiendo que mis mejillas comienzan a ponerse rojas.

No soy una persona que se sonroje mucho, pero este momento es embarazoso.

— ¿Qué fue eso? —susurra.

Se ve bastante impactado y lo único que puedo sentir es vergüenza. Mis manos, que tapaban mi boca, ahora pasan a tapar mi rostro completo.

Tae-hyung se aclara la garganta.

— ¿Y tu novio?

Me encojo de hombros.

— Lo siento, creo que confundí las cosas.

Y claramente debo estar confundida para llegar y besarme con un hombre que conozco hace poco tiempo, dejando que mi ya rota relación se rompa aún más. Ni siquiera podría decir que fui fiel en todo momento.

Y me confundí al pensar en que, por ser amable conmigo estos últimos días, Kim Tae-hyung quería algo más allá. Sólo se puede concluir que las veces que me coqueteó antes fue sólo para molestarme.

Qué patética.

Unas manos agarran suavemente mis muñecas y me las apartan de la cara. Tae-hyung me mira a los ojos con una intensidad que jamás había visto en él.

— Puedes confundirte todo lo que quieras conmigo.

No tengo tiempo ni para procesar lo que acaba de decir cuando sus labios vuelven a atrapar los míos. Me quedo un momento con los ojos abiertos, estática, sin saber qué acaba de ocurrir, hasta que por fin me relajo y suelto mis manos de su agarre para pasarlas por su nuca. Me toma por la cintura y me acerca más a él mientras pasa su lengua por mi labio inferior, como si estuviera pidiéndome permiso, así que no dudo en abrir mi boca y aceptarlo gustosa.

Tengo que pararme sobre las puntas de mis pies y Tae-hyung tiene que encorvar levemente su espalda para que nuestros labios puedan tocarse debido a nuestra diferencia de tamaño. Siento sus manos bajar desde mi cintura, pasar por mis caderas y terminar en mis muslos, donde me levanta. Mis piernas se enrollan automáticamente en sus caderas porque pierdo el equilibrio y me da miedo caer. Mientras su boca me sigue devorando comienza a caminar hasta llegar a una de las camillas, donde deja mi cuerpo y quedo sentada en el borde.

Siento mi corazón latir a mil al sentirle. Sus manos me acarician los muslos descubiertos ya que todavía llevo la falda del vestuario del drama y suelto un jadeo cuando los aprieta levemente. Jadea en respuesta y acerca su cuerpo aún más a mí. Su pecho desprende un calor abrasador que me envuelve y no me deja pensar con claridad. Tiro de su cabello y atrapa mi labio inferior con sus dientes para después chuparlo con fuerza.

Una de sus manos sube hasta mi cintura, donde juega con el borde de mi blusa, colando a medias sus dedos por debajo de la tela y desesperándome a propósito. Un gemido se me escapa cuando sus caderas se mueven hacia adelante y una creciente erección me roza por sobre la ropa interior. Tae-hyung deja mi boca y baja sus labios por mi mandíbula para llegar a mi cuello. Cierro los ojos, disfrutando de las corrientes eléctricas que recorren mi cuerpo, cuando de repente el rostro sonriente de Bae Seo-hyuk aparece en mi mente.

Y le recuerdo en nuestra primera cita, donde estaba notablemente nervioso a pesar de que ya nos conocíamos desde pequeños. Y también cuando decidimos dar un paso más allá y vivir juntos. Cuando elegimos juntos los muebles que tendría nuestra casa, pensando siempre en que ese apartamento sería un lugar provisorio y que luego de un par de años de juntar dinero podríamos comprar una casa. Y todas las veces que me sonrió sólo porque sí.

Pongo las manos en los hombros de Kim Tae-hyung y alejo su rostro suavemente de mi cuello. Tiene la respiración acelerada, los labios hinchados y su cabello está desordenado. Y no puedo evitar pensar en todas las noches que Seo-hyuk llegó tarde y con el cabello alborotado. Trago saliva al ver que me mira confundido.

— ¿Qué ocurre?

Niego con la cabeza. Esto no es correcto.

— No deberíamos hacer esto.

Pongo mis manos en su pecho para apartarlo de mí, pero aprieta suavemente su agarre en mi cintura y no se mueve.

— Moon... —comienza.

— Por favor, déjame ir. —le interrumpo.

— Sólo escúchame un momento. —me pide y más bien suena como una súplica, dejo de forcejear y le miro a los ojos— Si me dices que no te pasa nada conmigo, te dejaré en paz. No volveré a insinuarme ni a hablar contigo de nada más que no sea trabajo, lo prometo. Sólo dime que estás segura de que amas a tu novio y que no estás confundida en este momento.

Y lo que acaba de decir me parece muy parecido a lo que dijo durante su improvisación en el drama que estamos grabando. Le miro a los ojos, buscando una respuesta sin haber formulado una pregunta. Y es que no sé si lo que está diciéndome es auténtico o sólo está fingiendo, aunque su ceño ligeramente fruncido demostrando preocupación me hace pensar que todo esto es real.

Sunbae, yo... —comienzo, pero en realidad no sé qué responder.

¿Estoy confundida? Totalmente. Pero también creo saber que amo profundamente a Seo-hyuk, como desde el primer día. Por otro lado, he besado a Kim Tae-hyung. Porque lo he besado yo. Y eso no debería haber sucedido si amara tanto a mi novio como digo hacerlo.

Y es por eso que Tae-hyung está pidiéndome una respuesta. Porque tampoco merece que juegue con sus sentimientos como se me dé la gana. Trago saliva antes de hablar y le miro directamente a los ojos. Unos ojos oscuros que por un momento me dejan atrapada, sin poder reaccionar ante ningún estímulo.

— Estoy confundida. —afirmo— Pero necesito aclarar mis pensamientos para saber qué voy a hacer ahora.

No me responde nada. Sólo sube una de sus manos y me acaricia la mejilla con extremo cuidado, como si mi piel fuera de porcelana. No puedo evitar cerrar los ojos e inclinar levemente la cabeza hacia su tacto, lo que parece divertirle porque suelta una pequeña risa. Su pulgar me acaricia el labio inferior, que todavía debe estar rojo e hinchado, mientras sus ojos me miran fijamente la boca que tengo entreabierta.

— ¿Puedo besarte una última vez? —pregunta en un susurro.

Estoy a punto de negarme, pero me doy cuenta de que en realidad sí quiero volver a sentir sus labios sobre los míos. Porque, sin haberme dado cuenta, llevaba un par de días pensando en cómo sería besarle. Y resultó ser que sus labios son igual de suaves a como imaginé.

Y no puedo negar que me gustó sentirle tan cerca de mí.

Mis ojos bajan hacia sus labios y asiento con la cabeza. Tae-hyung se acerca lentamente, manteniendo una mano en mi cintura y la otra en mi mejilla, y choca suavemente sus labios con los míos. No es más que un pequeño roce. Un roce que me hace sentir un cosquilleo en el estómago.

— Estaré esperándote, Moon. —afirma una vez que se aleja de mi rostro.

Abro los ojos y le miro. Por un momento me hace sentir como si fuera lo más hermoso que existe, lo único que pueden ver sus ojos, y siento que es inútil que siga en una relación con Bae Seo-hyuk, sobretodo después de habernos engañado mutuamente y de darme cuenta de que Kim Tae-hyung provoca sensaciones desconocidas en mí.

— Dame un momento tu teléfono. —susurro.

Inmediatamente lleva una mano al bolsillo de su pantalón y me tiende un celular costoso. Lo recibo con cuidado para que no se me caiga y tecleo mi número telefónico en él antes de regresárselo. Trago saliva mientras ve la pantalla del celular y luego posa sus ojos sobre los míos con una pequeña sonrisa triunfante. Como si hubiese hecho el logro más grande de su vida.

Me levanto rápidamente de la camilla y acomodo la falda que tengo levantada casi hasta el trasero. Luego de ir a buscar mi bolso bajo su intensa mirada le hago una pequeña reverencia.

— Será mejor que hoy no estemos juntos. Nos vemos mañana.

No dejo que me responda nada y me alejo rápidamente haciendo resonar los zapatos de tacón que utiliza el personaje de Park Yu-yeong contra el cerámico del suelo.

Realmente no sé dónde iré. No he vuelto a casa desde el viernes y en la casa de Park Sun-hee, que es donde me he estado quedando, sólo está su madre enferma, y no quiero molestarla llegando más temprano de lo que dije. Salgo por la puerta del edificio y me quedo un momento de pie, pensando en dónde ir.

Es demasiado temprano para ir a almorzar a algún restaurante, pero demasiado tarde para ir a una cafetería a desayunar. Abro mi celular, el mismo que me había pasado Tae-hyung para que utilizara de manera provisoria, y me pongo a buscar algún lugar atractivo donde pasar el rato.

"Hola! :)", un mensaje de un número desconocido aparece en mi barra de notificaciones.

Abro el perfil del número y no me sorprendo de que sea Kim Tae-hyung, aunque pensé que esperaría un par de horas para escribirme. Estoy a punto de teclear una respuesta cuando escucho un motor a mi espalda y me giro con una pequeña sonrisa pensando que es el mismo chico que me acaba de enviar un mensaje. Pero sólo veo un vehículo negro con los vidrios oscurecidos.

Sin pensarlo dos veces comienzo a caminar en dirección contraria, ignorando el hecho de que mi corazón comienza a acelerarse y las piernas me tiemblan. Giro mi cabeza y veo de reojo que el auto gira en mi dirección y comienza a seguirme de cerca, por lo que acelero aún más mi paso. Pero no parece ser suficiente, porque siento que cada vez se acerca más y más a mí. Así que comienzo a trotar sobre aquellos tacones, aferrando mi bolso a mi cuerpo en un intento de calmarme un poco a mí misma. El ruido del motor suena cada vez más fuerte y no dudo en comenzar a correr.

Sé que es lo más estúpido que puedo hacer usando el tipo de zapatos que llevo, sobretodo cuando al no dar más de diez pasos mi tobillo se dobla e inmediatamente caigo al suelo, sintiendo un dolor agudo. Quedo de rodillas con las manos apoyadas sobre el suelo, lo que me salva de golpearme el rostro.

Y sé que la he cagado.

El dolor persistente en mi tobillo no me da un buen pronóstico, lo que me hace pensar que debo tener un esguince.

Unas llantas plateadas se detienen a mi lado y temo levantar la mirada, por lo que me mantengo mirando mis manos raspadas contra el suelo. Quizás no pasaron más de tres segundos, pero para mí fue al menos un par de horas en que el auto negro estuvo justo a mi lado. Hasta que finalmente se marchó, dejando mi cuerpo tembloroso, en parte por el dolor que estoy sintiendo, pero también por el miedo de ser perseguida.

Levanto la vista y miro cómo se aleja de mí. ¿Será posible que aquel mensaje de Kim Tae-hyung que recibí tenga relación con el auto? ¿Habrá estado saludándome porque estaba a punto de verme a través de las ventanas oscurecidas?

· · • • • ✤ • • • · ·

— ¡Unni!

Levanto la vista el reconocer la voz de mi amiga. Estoy sentada sobre una camilla de la urgencia del hospital donde trabaja y con el pie en alto. Park Sun-hee se acerca a mí y se sienta a mi lado en un pequeño sillón destinado a los acompañantes de los pacientes.

— Vine en cuanto supe que estabas aquí. ¿Qué te pasó? —pregunta preocupada, mirando mi tobillo hinchado y levemente morado.

Me encojo de hombros, restándole importancia a la situación, y le sonrío.

— Quise dármelas de Forrest Gump.

Frunce ligeramente el ceño y me mira confundida. Sun-hee no es mucho de ver películas occidentales, por más icónicas que sean y me olvidé de que no entendería la referencia.

— Estuve corriendo con tacones. —explico.

Su boca se abre ligeramente y su ceño termina por estar totalmente fruncido.

Unni, no debes hacer eso. Podría haberte ocurrido algo peor.

Asiento con la cabeza porque no tengo nada más para justificar y me recuesto sobre el respaldo de la camilla, quedando media sentada. No puedo decirle que un tipo, que probablemente es Kim Tae-hyung, me anda acosando cada vez que salgo del set. Y que ha sido capaz hasta de llegar a mi casa. Porque Park Sun-hee se horrorizaría y me obligaría a ir con la policía.

Yo hubiese hecho eso hace mucho tiempo si el auto tuviera matrícula, pero en realidad no puedo hacer mucho.

— Estoy esperando a que me pongan una bota ortopédica. —comento— ¿No crees que es irónico que esté interpretando a un personaje que estuvo en un hospital por un accidente y ahora me toque a mí?

Mi amiga suelta una pequeña risa, pero no responde nada. En cambio, se acomoda el cabello rubio y hace una pequeña mueca con los labios antes de hablar.

Unni, quería preguntarte algo.

— Dime.

— Tu presencia en casa no me molesta, pero ¿cuándo volverás con Bae Seo-hyuk? Debe estar esperándote.

Quito mis ojos de su rostro y los fijo en mi pie desnudo que descansa sobre la camilla.

— Sun-hee, nosotras somos amigas desde que somos pequeñas. ¿Puedo contarte un secreto?

Mi amiga asiente rápidamente con la cabeza.

— Bae Seo-hyuk está engañándome —me remojo los labios y siento que me comienzan a picar los ojos por las lágrimas que quieren salir— desde hace un par de días lo he notado y estoy segura de que lo hace.

Unni, eso es horrible. —niega con la cabeza.

Y parece entender todo. Cuando llegué aquella noche a su casa me había aceptado sin preguntar nada. Y yo tampoco quise contarle porque no me sentía preparada para hacerlo. Todavía no quería aceptar que mi prometido me está engañando con otra mujer, pero por cada día que pasa me siento más segura.

— Me siento terrible, Sun-hee. Nunca creí que algo así me sucedería —mi voz se quiebra y una lágrima cae por mi mejilla— porque siempre me demostró su amor y me hizo sentir que era la única en su vida. Pero ahora me pregunto cuántas veces lo ha hecho antes. Cuántas veces me ha engañado sin que me dé cuenta.

Sun-hee estira su mano y la pone sobre mi hombro, lo que me parece bastante reconfortante. Me limpio las lágrimas con el dorso de la mano y me sorbo los mocos.

— Y eso no es todo. —agrego después de un par de segundos en el que ambas hemos estado en silencio— Al entrar en colapso he besado a alguien... Y lo he disfrutado.

Y también es probable que esa persona sea un psicópata, pero a mi cuerpo parece no importarle porque cada vez que recuerdo cómo me tocaba se me eriza la piel.

Sun-hee abre mucho los ojos y se tapa la boca con la mano que tiene libre.

— Y ahora pretendo terminar mi relación con Seo-hyuk, pero no quiero verlo porque cada vez que pienso en que me engaña siento que mi cuerpo arde de la rabia.

Unni, creo que lo más sano que puedes hacer es terminar tu relación y tomarte un tiempo para ti misma. No deberías tener una relación inmediatamente porque Bae Seo-hyuk ha sido una persona muy importante para ti y no lo olvidarás fácilmente. —hace una pausa y suelta un suspiro antes de hablar— Debes tener eso en cuenta antes de dañar a alguien por despecho.

Me quedo en silencio, reflexionando lo que me acaba de decir. Ciertamente besé a Kim Tae-hyung por despecho, porque antes me había coqueteado y me aproveché de ello, pero en cuanto mis labios tocaron los suyos sentí como si un imán me acercara a él y no fui capaz de detenerme hasta que pensé en Seo-hyuk. Y no dejo de pensar en que si no estuviera en una relación no nos hubiésemos detenido. Mi cuerpo se estremece cuando recuerdo sus manos sobre mi cuerpo y los besos húmedos que dejó sobre el cuello. Eso es algo que jamás me había ocurrido, ni siquiera con mi prometido.

¿Debería tomarlo como una señal e ignorar el consejo de mi amiga?

Apenas han pasado un par de horas y no he podido dejar de pensar en qué debería hacer.

— Volveré a casa con Bae Seo-hyuk y arreglaré las cosas.

· · • • • ✤ • • • · ·

Saco mi ropa recién lavada de la secadora y la apilo de manera ordenada para llevarla a mi habitación. Por suerte puedo caminar, aunque no debo, pero estando sola en casa no tengo más remedio.

Tengo que valerme por mí misma.

Pongo la ropa ordenada sobre la cama, junto con la ropa que había estado guardada en mi armario y la comienzo a guardar dentro de mi maleta. Sé que mi relación con Bae Seo-hyuk no da más y que la que debe marcharse soy yo y los muebles que compré, pues él paga casi el total del alquiler.

Nunca creí que tendría que empacar mis cosas para irme sola. Siempre tuve a Seo-hyuk considerado en mi futuro. Todo lo que siempre quise hacer, lo quise con él. Y en todos los proyectos que tengo planeados, siempre lo imaginé a mi lado. Tengo que obligarme a tragar aquel nudo en la garganta que se forma cada vez que pienso en marcharme.

Porque una vez que lo haga no volveremos a estar juntos.

Cuando termino de guardar mis cosas me siento sobre la cama y estiro mi pierna herida sobre ella, intentando seguir las instrucciones que me había dado el traumatólogo y mantener mi pie en alto la mayor cantidad de tiempo posible, y me dedico a buscar en internet algún alquiler que no sea muy caro. Algo que pueda pagar con mis ahorros.

Al menos tengo muebles, eso es algo.

Mi corazón se acelera y un nudo se forma en mi estómago cuando escucho la puerta de entrada abrirse. Seo-hyuk ha llegado a casa y yo no le avisé que estaría aquí. Escucho sus pasos acelerados por el pasillo y finalmente le veo aparecer por el umbral de la puerta. Tiene la respiración acelerada y los ojos muy abiertos. Después de mirarme fijamente por un par de segundos se acerca rápidamente y se sienta en la cama justo a mi lado, y me envuelve en sus brazos en un cálido abrazo.

Toda sensación desagradable abandona mi cuerpo cuando siento su tacto sobre mí y no quiero que me suelte nunca más.

— Moon, estaba muy preocupado por ti. —habla aun abrazándome.

Me suelta con cuidado y me toma por las mejillas, de la misma manera en que hizo la última vez que nos vimos, y comienza a repartir pequeños besos por todo mi rostro. Una pequeña sonrisa se forma en mis labios cuando me besa la punta de la nariz. Se aleja un poco de mí y pone toda su atención en la bota ortopédica que llevo.

— ¿Qué te ocurrió? —pregunta.

Me rasco la nuca, bajando la vista hacia mi regazo.

— Sólo me torcí el tobillo.

Me toma de las manos y entrelaza nuestros dedos. Siento un cosquilleo en el estómago cuando le miro a los ojos.

— ¿Necesitas algo? ¿Te duele? Te traeré medicina. —se levanta rápidamente de la cama— Es bueno tenerte de vuelta, cariño.

Veo que se aleja y una sensación de urgencia se apodera de mí. Debo decirle y ahora.

— Seo-hyuk. —le llamo.

Se detiene a medio camino y se gira un poco sorprendido, pues no suelo llamarlo por su nombre. Se queda en silencio, esperando a que hable.

— Yo... —comienzo a hablar, pero mi voz se apaga. Me aclaro la garganta inmediatamente— Sólo me alegra haber vuelto. Siento la pataleta del otro día.

Me sonríe y asiente con la cabeza, aceptando mis disculpas, y vuelve a voltearse para ir hacia la cocina.

Me quedo sola en la habitación, preguntándome por qué no tuve el coraje de decirle que, al igual que él a mí, le he engañado. Que he besado a alguien y me ha gustado. Con el sólo hecho de mirar sus ojos brillantes me acobardé y no me atreví a hacer tan fuerte declaración. Además, su actitud me hace sentir que todo está bien.

Pero no lo está.

Él me engañó. Yo lo engañé. No podemos seguir viviendo una mentira.

Escucho sus pasos acercarse nuevamente y siento los nervios apoderarse de mí una vez más. No creo estar lista para decirle.

Aparece con el rostro serio y con mi teléfono nuevo en su mano derecha.

— Moon, ¿de dónde sacaste este teléfono? —lo levanta y me lo enseña— ¿Y por qué un número desconocido te ha mandado un mensaje diciendo que no puede dejar de pensar en ti?


Taraaaan! Un nuevo capítulo

Espero que lo hayan disfrutado porque siento que estoy escribiendo puro drama. Hay mucha tensión jeje

Como se habrán dado cuenta tenemos un nuevo banner. Agradecimientos totales a @Ggukanny que me ha mandado este y dos más que serán los que estaré utilizando hasta que termine esta historia porque LOS AMO. Están hermosos, gracias amix <3

A las que están esperando la acción (acción de la buena, acción cochina) ya vendrá pronto, cada vez queda menos y hoy tuvieron una probadita 

Les quiere mucho <3

-Nini

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