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Capítulo 6

—Si gustas podemos ir a comer ramen a mi casa —ofrece Taehyung con una pequeña sonrisa.

Lo miro un momento con los ojos bien abiertos y él sólo suelta una pequeña risa.

—Es broma, pero podemos ir a comer ramen a una tienda.

La idea me parece de lo más tentadora y por un momento me imagino llevándome un bocado de fideos instantáneos con sabor a carne a la boca. Trago saliva cuando vuelve a rugirme el estómago.

—Por favor —pido.

Kim Taehyung asiente con la cabeza, mostrando estar de acuerdo, y no tarda en prender el motor del auto para ponernos en marcha. Conduce por un par de minutos y nos detenemos frente a una pequeña tienda que funciona las veinticuatro horas con un brillante cartel que llamaría la atención de cualquier transeúnte. Taehyung apaga el motor y nos quedamos en un silencio sepulcral que viene reinando desde que nos pusimos en marcha. Giro mi cabeza para mirarlo cuando siento su mirada pegada en mí. Y está mirándome fijamente, como siempre.

—Hay que ser estúpido para no darse cuenta de que eres una mujer increíble y que debes ser valorada —susurra—. Espero que tu prometido lo sepa porque me estoy aguantando las ganas de caer en la tentación.

Sin esperar ningún tipo de respuesta abre la puerta del auto y se baja después de ponerse el cubrebocas. Lo veo a través del vidrio del parabrisas caminando hacia la entrada de la tienda. Me quedo un momento quieta, intentando asimilar lo que me acaba de decir y de repente una duda asalta mi cabeza.

¿Bae Seohyuk sigue valorándome de la misma manera en la que lo hacía?

Sacudo levemente mi cabeza para alejar aquellos malos pensamientos de mi mente. Seohyuk y yo nos vamos a casar dentro de poco, no debería estar dudando de él.

Abro la puerta para también bajarme y en cuanto muevo mi pierna para sacarla del coche siento un intenso dolor en la rodilla. Ahora es cuando recuerdo que caí al suelo frente al edificio cuando creí que Kim Taehyung era el tipo del auto negro. Intento disimular la expresión de dolor en mi rostro y saco ambas piernas para pararme, pero unos pies aparecen frente a mí y cuando levanto la vista me encuentro con Taehyung que me mira desde arriba con su típica expresión seria.

—¿Necesitas ayuda? —me pregunta.

Aplano los labios y asiento con la cabeza. Extiendo mis brazos hacia él y no puedo evitar sentirme como una bebé pidiendo que la carguen. La idea me parece extraña. Taehyung me agarra desde las axilas y tira de mí hacia arriba, y de alguna manera termina cargándome como a una princesa. Camina conmigo en brazos hasta una pequeña mesa de plástico que hay afuera de la tienda y me deja sentada sobre una de las sillas de plástico que la acompaña.

—No tardo —avisa y se adentra en la tienda.

Lo veo alejarse. Me pregunto si lo que dijo en el auto fue en serio o sólo para molestarme, aunque parecía bastante serio cuando lo dijo, a diferencia de cuando me molesta. Quito la vista de su cuerpo cuando se gira y trae dos cuencos desechables de ramen instantáneo. Al cabo de unos segundos pone uno frente a mí y el otro lo pone al otro extremo de la mesa, justo frente a mí.

Es la primera vez que guarda una distancia decente a propósito.

Me quedo un momento viendo cómo devora los fideos, como si no hubiese comido nada en días y me llega un poco cómico y ¿adorable?

—Deberías comerlo ahora, se te enfriará —dice cuando nota que no estoy comiendo.

Inmediatamente agarro los palillos desechables y comienzo a tragar los fideos. Sintiéndome ligeramente avergonzada de que se haya dado cuenta de que lo estaba mirando todo este rato, pero sin demostrarlo. Ambos comemos en silencio, sin embargo, Taehyung termina cuando yo voy por la mitad del cuenco y se acomoda en la silla, tirándose hacia atrás. Siento sus ojos pegados en mí mientras me concentro en mirar mi ramen.

—¿Te duele mucho? —decide romper el silencio a los pocos minutos y apunta mis piernas.

Bajo la mirada hacia mis rodillas. Desde que me bajé del auto no he dejado de sentir un dolor palpitante que me imposibilita moverlas cómodamente. Niego con la cabeza cuando vuelvo a mirarlo.

—Sólo un poco —respondo.

Kim Taehyung frunce el ceño y no duda en levantarse de la silla para ponerse a mi lado. Mueve mi silla y la acomoda de forma en la que quedamos de frente, se arrodilla y me toma por una de mis pantorrillas para mover mi pierna. Mi expresión de asombro es reemplaza inmediatamente por una de dolor, pues cada movimiento me hace doler aún más. Taehyung levanta su vista y la fija en mi rostro. Sus ojos penetrantes que no puedo ver completamente por culpa del cabello que le cae hacia adelante me miran de manera penetrante y con un extraño brillo. Su mano sujetando mi pierna bajan lentamente hasta el borde inferior de mi pantalón, casi como si me estuvieran acariciando y siento un cosquilleo extraño en el estómago, y tiran de la prenda hacia arriba. Como los pantalones son sueltos no le cuesta subirlo hasta la altura de mi rodilla, donde se muestra una gran mancha roja en medio de mi piel pálida.

Taehyung baja un momento los ojos hasta mi pierna y luego vuelve a mirarme a la cara.

—Se pondrá morado. Fue una caída fuerte.

Con sus manos me toma de la pantorrilla nuevamente y alza ligeramente mi pierna para inspeccionar mi piel más de cerca. El dolor que sentí antes no volvió a aparecer porque estoy demasiado concentrada en cómo me quema la piel en la zona donde me sujetan sus manos.

—Cuando llegues a casa deberías ponerte hielo.

Asiento con la cabeza ante su sugerencia y es ahí cuando vuelve a apoyar mi pierna en el suelo, con delicadeza, y pone el pantalón en su lugar. La sensación de quemazón desaparece inmediatamente cuando deja de tocarme. Taehyung se levanta y me mira desde arriba.

—Si ya estás más tranquila puedo llevarte a casa.

Asiento con la cabeza y estiro los brazos para que me ayude a llegar hasta el auto. Suelta una pequeña risa y vuelve a cargarme. 

· · • • • ✤ • • • · ·

—Gracias por traerme —hago una pequeña reverencia con la cabeza.

Cuando estoy a punto de abrir la puerta del auto para bajarme siento su mano sujetándome de la manga de la chaqueta. Me giro inmediatamente para verle a la cara. Sus ojos brillan bajo la oscuridad de la noche.

—Recuerda cambiar tus cosas al celular que te di, y así luego me pasas el tuyo para llevarlo al servicio técnico.

Niego con la cabeza.

—No es necesario, sunbae, lo usaré mientras lo mando a reparar.

—Insisto.

Suspiro y termino asintiendo con la cabeza. Después de un momento abro la puerta del auto, pero no soy capaz de sacar mis piernas para bajarme. Giro lentamente mi cabeza para mirarle nuevamente con una mueca en el rostro.

—¿Necesitas ayuda?

Asiento.

—Lo siento —murmuro.

Se baja y trota hacia mi lado, donde nuevamente me toma y me carga como a una princesa. Nos adentramos en el edificio y esperamos a que llegue el elevador a la primera planta. Me mantengo mirando hacia cualquier lado que no sea su rostro porque su cercanía está comenzando a abrumarme. Cuando finalmente llega el ascensor nos subimos y soy yo la que tiene que marcar el piso. Nos bajamos y le indico por dónde caminar para llegar hasta la puerta de donde vivo.

Me baja con cuidado, asegurándose de que mis pies queden bien apoyados en el suelo, y deja sus manos sobre mi cintura por un segundo más que a mí me parece una eternidad. Retrocede un paso, poniendo distancia entre nosotros y sonríe levemente sin mostrar los dientes.

—Gracias —intento hacer una reverencia, pero Taehyung me agarra por lo hombros y me obliga a permanecer en mi lugar.

—Entra con cuidado —me apunta con el dedo antes de ponerse a caminar en dirección al ascensor.

Me quedo viendo cómo su cuerpo desaparece en los pasillos del edificio y cuando no puedo verlo más me giro hacia la puerta y digito la clave para entrar al apartamento. Apenas doy el primer paso para ingresar, teniendo cuidado de no caerme, siento un desagradable olor y arrugo la nariz.

Un olor dulce que me parece bastante familiar está impregnado en toda la casa.

Camino lentamente hasta llegar a la sala y ahí encuentro a la fuente del olor, recostada sobre el sofá que yo misma compré a los tres meses de habernos mudado aquí, a diez cuotas. Lo que significa que todavía me queda una cuota por pagar y quedará totalmente impregnado con el olor de esta chica.

Aprieto la mandíbula mientras la observo desde mi lugar. Tiene el cabello negro y largo, peinado con unas ondas que en este momento se ven desordenadas, pero que cuando estuvieron recién hechas se deben haber visto hermosas. Su rostro pequeño se ve relajado y su boca con labios gruesos está entreabierta debido a que está durmiendo. Trae la ropa de trabajo ligeramente desordenada, la blusa con un botón abierto y la falda tubo que le llega hasta arriba de las rodillas la lleva hasta medio muslo.

Quito mis ojos de su cuerpo, sintiéndome arder por dentro. Y justo aparece Seohyuk en la habitación, caminando desde la cocina con una taza en sus manos. Su cabello también está ligeramente alborotado y su ropa fuera de lugar.

¿Por esto es que ni siquiera me había llamado? Ya es más de medianoche y no había dado señales de vida. ¿Había estado con ella todo este tiempo y por eso se olvidó de mí? Pero la principal pregunta es ¿qué hace esta mujer durmiendo sobre mi sofá?

Me cruzo de brazos cuando me ve parada a unos metros del sofá, abriendo mucho los ojos. Su expresión acusatoria cambia drásticamente y me regala una sonrisa que en otro contexto hubiese encontrado encantadora.

—Llegaste, cariño —señala lo obvio.

Levanto mi ceja y llevo mi vista hacia la chica que duerme sobre el sofá y luego de vuelta a él. Pidiendo una explicación sin emitir ningún tipo de sonido. Sus ojos se posan sobre el cuerpo de la mujer no-tan desconocida y me mira con una sonrisa incómoda.

—Puedo explicarlo.

—Más vale que sea una buena explicación, Bae Seohyuk —me recargo sobre mi cadera derecha sin quitar mis ojos de su rostro—, porque ya es más de medianoche y hay una mujer que no conozco, pero supongo saber quién es, durmiendo sobre mi sofá con el cabello alborotado y la ropa a medio quitar.

Seohyuk suelta un suspiro al ver lo enojada que estoy y deja la taza sobre un mueble cercano. Miro la pieza de loza que acaba de apoyar sobre el mueble de madera que también compré yo hace un par de meses, fijándome que ni siquiera se dignó a poner un posavasos debajo y lo más probable es que el calor de la taza deje una marca redonda sobre la madera clara.

—No es lo que parece.

Me quedo en silencio, esperando a que me dé una explicación razonable. Aunque creo que nada en este momento podría calmar mi furia.

Encontrarte una mujer desconocida con la ropa corrida no es algo para tomarse a la ligera.

—Es una larga historia, pero básicamente Oh Yangmi se emborrachó más de la cuenta y nadie pudo pedirle un taxi para que volviera a casa...

—Ah... —alargo, haciendo como si entendiera totalmente la situación y Seohyuk parece relajarse— Así que por eso decidiste traerla a casa, sin consultarme, y la dejaste sobre mi sofá. ¿No pensaste que era mejor ponerla sobre nuestra cama?

Seohyuk cierra los ojos por un momento y suelta todo el aire que estaba conteniendo. De repente su expresión cambia y se ve más dura de lo normal. Sólo un par de veces le he visto así de molesto, y ninguna de las veces había sido contra mí. También se cruza de brazos.

—¿Te vas a poner a hacer una escena de celos ahora? —pregunta.

Mis ojos, al igual que mi boca, se abre más de la cuenta y se me es imposible ocultar mi sorpresa ante tal reacción.

—Es broma, ¿cierto? —pregunto y mi voz sale terriblemente aguda.

Cierro la boca al ver que no cambia su expresión y emprendo mi camino hacia la cocina, intentando cojear lo menos posible gracias al dolor en ambas de mis rodillas. Mi cuerpo arde aún más al ver que Seohyuk ni siquiera se preocupa por mi manera de caminar. Como puedo, camino hasta la cocina y saco dos bolsas con hielos. Antes de irme a la habitación me devuelvo a la sala, donde mi novio sigue parado sin hacer nada.

—En una hora la quiero fuera. Por ningún motivo dormirá aquí esta noche.

Me doy media vuelta y Seohyuk murmura algo que no alcanzo a escuchar, pero lo ignoro y me encierro en mi habitación. Rápidamente me cambio al pijama y me meto dentro de la cama, donde aprovecho de poner el hielo sobre mis rodillas adoloridas. Me quedo mirando el techo, intentando apaciguar la molesta picazón en mis ojos que anuncian la salida de unas lágrimas. Jamás me había molestado tanto con Seohyuk, y él jamás me había hablado de esa manera.

Supongo que en algún momento tenía que suceder, las relaciones amorosas no son perfectas.

Cierro los ojos con la intención de quedarme dormida y el recuerdo de una manos calientes recorriendo la piel de mis piernas me invade la mente. 

· · • • • ✤ • • • · ·

—Te ves desanimada, ¿quieres ir por un trago?

Mis ojos han permanecido fijos en la pared que está frente a mí, al otro lado de la habitación, quizás por varios segundo o minutos. Sigo tan molesta por lo que pasó con Bae Seohyuk como lo estaba anoche y eso se había notado en mi rendimiento el día de hoy. El director Hwang me regañó al menos tres veces por no estar totalmente concentrada.

Quizás no soy lo suficientemente profesional como para separar mi vida personal del trabajo.

Fijo mis ojos en los de Kim Taehyung. Hoy es viernes y un trago no suena tan mal.

—Está bien.

Se muestra un poco asombrado por mi rápida respuesta, pero inmediatamente va por sus cosas y me espera en la entrada del set. Busco mi bolso y camino hacia él, para seguirle el paso desde atrás. Bajamos en el elevador hasta el estacionamiento subterráneo y nos acercamos a su auto blanco.

Por un momento me fijo en mi alrededor y descubro que el auto negro no está por ningún lado.

Nos quedamos en silencio en todo momento. Subimos al carro y Kim Taehyung no duda en acelerar y salir rápidamente del edificio con dirección al barrio de Itaewon. Ninguno habla durante el viaje y cuando ha aparcado el auto, me bajo sin aviso y comienzo a caminar en dirección a cualquier bar.

Estoy furiosa y embriagarme me parece tentador. Incluso, si en este momento estuviera con Park Sunhee, ni siquiera me molestaría en volver a casa en la noche y le pediría quedarme en la suya.

Entro a un bar aleatorio, sabiendo que Kim Taehyung viene detrás de mí, y voy directo a una mesa desocupada. No dudo en sentarme y me quedo esperando a que se una. Termina sentándose frente a mí, respetando el espacio personal, lo cual agradezco porque hoy tengo ganas de golpear a alguien.

—¿Qué te apetece tomar? —pregunta Taehyung mirando el menú.

Me encojo de hombros.

—Cualquier cosa que tenga alcohol.

Sus ojos se despegan de la hoja durante un segundo para mirarme, pero no dice nada y sigue leyendo los nombres de los tragos. Finalmente elige algo que no tengo idea cómo se llama, pero tiene sabor dulce, y yo termino pidiendo tres latas de cerveza.

Cuando el mesero nos trae nuestros pedidos me veo obligada a esperar a que dé el primer sorbo, lo cual es después de unos segundos donde sólo se encargó de mirarme fijo. Abro inmediatamente la lata frente a mí y giro mi cuerpo hacia el lado para dar mi primer sorbo. Largo y profundo, seguido de otro y otro. Después de cuatro sorbos he acabado la lata.

—Ten cuidado —me pide cuando dejo la lata vacía sobre la mesa.

Suelto un suspiro.

—Sólo quiero beber y emborracharme. Por favor, cuida de mí, sunbae.

Lo veo tragar saliva y asentir suavemente. Abro la segunda lata y vuelvo a girar mi cuerpo para repetir las mismas acciones que con la lata anterior. Cuatro sorbos y ya he terminado la cerveza. La lata es depositada sobre la mesa, justo al lado de la otra.

Pestañeo un par de veces cuando comienzo a sentir mi cuerpo pesado y somnoliento. Sé que el alcohol está haciéndome efecto porque nunca he sido muy resistente y no he comido hace bastantes horas.

—¿Quieres hablar sobre lo que te pasa? —la voz de Kim Taehyung me hace mirarlo.

Se ve igual que todos los días, pero esta vez no puedo negar lo atractivo que es. Sobretodo después de que ayer me ayudó en todo lo que pudo.

Ya no es raro, es un caballero.

Me rasco la nuca y le dedico una sonrisa que estoy segura de que sale como una mueca.

—¿Cómo reaccionarías si tu novia ha metido a un tipo borracho a tu casa y le ha dejado durmiendo en el sofá? —suelto sin siquiera pensar ya que el alcohol está tomando posesión de mí.

Taehyung lleva su vista al techo, supongo que imaginándose la situación y el cómo actuaría ante ella.

—Supongo que estaría un poco molesto.

—Sabía que no estaba siendo exagerada —elevo mis manos al aire, como si Taehyung me hubiese dado una respuesta divina a todas mis interrogantes.

—¿Tu novio hizo eso?

—¿Sabes qué es lo peor? —apoyo mis codos sobre la mesa con la tercera lata de cerveza en mis manos, ignorando completamente su pregunta anterior— La estaba pasando tan bien contigo antes de eso y cuando entré a casa estaba ese olor —frunzo la nariz al igual que anoche de solo recordar cómo olía el apartamento— repugnante que antes Bae Seohyuk traía impregnado en la ropa.

Kim Taehyung le da un sorbo a su bebida mientras me mira fijamente. Sus ojos oscuros me escanean el rostro cautelosamente. De repente se inclina sobre la mesa y se acerca a mi rostro de una forma que, aún estando ebria, me parece bastante peligrosa.

—Tu novio no te merece, Seo Moon-ssi, deberías buscarte a alguien mejor —susurra y su aliento me choca el rostro.

Cierro un segundo los ojos, sintiendo su cercanía y su calor corporal invadirme.

—¿Alguien mejor? ¿Alguien como quién?

—Alguien como yo.


Holis!

He aquí un nuevo capítulo uwu

Pregunta: Qué opinan sobre la actitud de Seohyuk? Y sobre la de Tae? Yo creo que aprovecha cada oportunidad para insinuársele a Moon jeje

Bueno, espero que lo hayan disfrutado, siento que esto cada vez se pone mejor

No olvides votar y comentar, por fis uwu

Les quiere <3

-Nini

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