Capítulo 5
—Me pregunto —comienza a susurrar con su voz profunda, y estamos tan cerca que ahora su aliento me choca con el rostro— cómo se sentirá besarte. ¿Quieres practicar la escena del beso hoy?
Mi boca se curva lentamente en una sonrisa y no puedo evitar que una de mis cejas se levante. Muerdo mi labio inferior al notar que Kim Taehyung sigue mirando mis labios y mis ojos recorren cada centímetro de su rostro.
—Sunbae —comienzo a hablar y mi voz también sale en un susurro—, ¿ves esto? —levanto mi mano izquierda donde descansa el anillo de plata que me había dado Bae Seohyuk hace un par de días— Me voy a casar y no pienso engañar a mi prometido porque lo amo mucho. —cuando termino de hablar pongo mi otra mano sobre su pecho y lo empujo hacia atrás para que tome distancia.
Retrocede de mala gana y su rostro vuelve a ponerse serio. Se cruza de brazos al mismo tiempo que ladea su cabeza hacia la derecha. Se queda un momento en silencio y al rato una sonrisa ladina se vuelve a formar en sus labios.
—Caerás por mí, Seo Moon-ssi. —asegura.
También me cruzo de brazos y le miro directamente a los ojos, teniendo que levantar mi cabeza por la diferencia de estatura.
—¿Por qué tan seguro, sunbae?
—Porque últimamente me he dado cuenta de que me gusta tener lo que quiero y, en este momento, lo que quiero es a ti —su sonrisa desaparece lentamente.
Sus penetrantes ojos recorren mi cuerpo completo, de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, y quisiera empujarle nuevamente, sólo que esta vez con más fuerza, y gritarle que es un estúpido y que lo quiero lejos de mí. Pero me contengo y sólo le regalo una sonrisa irónica.
—Jamás me gustaría alguien como tú.
—Nunca digas nunca, niña.
—Realmente la fama te ha hecho mal a la cabeza.
De repente suelta una pequeña risa y se tapa la boca con la mano. Me quedo parada en mi lugar sin saber realmente qué está pasando.
—Creo que soy un buen actor. Me creíste, ¿cierto? —cierra sus ojos y me muestra una gran sonrisa.
Me quedo descolocada un momento y a los segundos llego a sentirme aliviada.
—¿Nada de lo que dijiste fue en serio?
Abre sus ojos y mira por un momento el techo, luego se remoja los labios.
—Te dejaré con la duda, sólo para molestarte.
Hago una mueca con los labios y resoplo. No es posible que pueda llegar a llevarme bien con él si siempre está molestándome. No suelo tener demasiada paciencia y tener a alguien desagradable a mi alrededor me saca de mis casillas. Quizás esa es la razón por la que no tengo demasiados amigos.
—¿Aceptarás mi regalo de disculpa?
Su voz interrumpe mis pensamientos. Cuando vuelvo a concentrarme en su rostro me doy cuenta de que ya está totalmente serio, otra vez. Frunzo los labios mientras me giro hacia mi bolso para buscar el celular que él mismo había metido ahí y cuando lo encuentro me dedico a mirarlo por un momento.
Esto debe costar una fortuna.
—Esto debe costar tres veces lo que cuesta el mío.
Abro el celular y lo dejo estirado para mirarlo bien. No se puede negar que es hermoso, pero no me permitiría aceptar algo tan caro de Kim Taehyung. Lo cierro y se lo tiendo de vuelta.
—Es hermoso, pero no puedo aceptarlo.
Frunce ligeramente el ceño, pero no lo recibe y me deja con la mano estirada. Se rasca la frente con uno de sus dedos, como si estuviera intentando no perder la paciencia conmigo. Y es aquí cuando lo entiendo, pues me parece divertido verlo molestarse de a poco.
—Entonces úsalo mientras mando a reparar el tuyo.
Niego con la cabeza.
—No puedo aceptarlo, sunbae. Ni siquiera nos conocemos, no puedes andar regalando estas cosas por la vida como si fueran... —mi voz se apaga al no encontrar una comparación correcta.
—Conozcámonos entonces, Seo Moon-ssi. —me interrumpe.
Suelto un suspiro, sintiendo la paciencia abandonar mi cuerpo. En este momento ambos estamos en la misma posición. Ambos estamos intentando soportar al otro.
Ya me doy por vencida.
—Bien, conozcámonos —respondo—. ¿Qué quieres saber sobre mí?
Kim Taehyung se da media vuelta y comienza a caminar sin decirme nada. Por un momento me quedo parada sin entender qué hace, hasta que me percato que camina hacia las camillas que están en medio del set. Camina detrás de él sin decir nada y me quedo de pie a un par de metros cuando veo que se sienta en una de ellas. Con una mano me señala la otra, que está frente a él. Y por un momento dudo, pero ¿qué podría hacerme sentarme frente a él? Sólo vamos a conversar.
Me siento donde me pide, sintiendo su intensa mirada en cada uno de mis movimientos y por un momento me siento pequeña al encontrarme frente a su fornido cuerpo.
—Quiero saber todo de ti, Seo Moon-ssi.
Me acomodo mejor en la camilla, apoyándome sobre las palmas de mis manos y cruzo una pierna sobre otra. Sus ojos atentos siguen todos los movimientos de mi cuerpo y por un momento los deja un momento de más sobre mis piernas, siendo que están tapadas con un pantalón deportivo.
—Pregúntame lo que quieras —ofrezco.
Su mirada vuelve a conectarse con la mía. Siento como si sus ojos oscuros me consumieran y no pudiese ver nada más que ellos. Antes de hablar se remoja los labios.
—¿Lo que yo quiera?
Me sorprendo de que su voz suene un poco más ronca de lo normal. Trago saliva y asiento con cuidado, arrepintiéndome inmediatamente de lo que acabo de decir. Quiero bajar la mirada, pero no me atrevo a demostrar que me está comenzando a poner nerviosa.
—¿Cuál es tu color favorito?
Suelto un poco el aire que había estado reteniendo sin darme cuenta. Esperaba cualquier tipo de pregunta extraña sobre mi vida personal, pero sólo ha sido algo simple. Me rasco la nuca, pensando en qué responderle, porque creo que jamás me he decidido por un color.
—Creo que mi favorito es el azul.
Asiente lentamente con la cabeza y se queda en silencio. Esperando a que yo ahora le pregunte algo. Me quedo en blanco. Por supuesto que para jugar al juego de las preguntas tengo que pensar en algunas para hacerle. Y en este momento no tengo nada en mente. Me remuevo un poco incómoda en mi asiento intentando de que algo venga rápidamente a mi cabeza.
—¿Qué es lo que más te gusta hacer?
—Disfruto mucho de mi trabajo —responde inmediatamente—, es una de las cosas que más me gusta hacer.
—¿Y aparte de eso?
—Molestarte —inclina levemente su cabeza y me regala una pequeña sonrisa.
Trago saliva. ¿Debería sentirme importante? Vuelvo a acomodarme sobre la camilla y espero la siguiente pregunta.
—¿Hace cuánto estás en una relación con tu prometido?
Sin darme cuenta comienzo a sonreír y Kim Taehyung hace una mueca.
—Llevamos tres años siendo novios y una semana de prometidos.
—¿No crees que tres años de relación es muy poco como para estar seguros de querer casarse?
La sonrisa en mi rostro desparece. ¿Quién se cree que es para opinar en las relaciones ajenas? Me siento recta sobre la camilla y le miro directamente a los ojos. De repente me acuerdo que hace un par de semanas vi en la televisión que hablaban sobre uno de los miembros de BTS que se casará en un par de meses.
—¿Qué dices de tu amigo el rapero? Se enamoró profundamente de su novia en un mes y luego le pidió matrimonio, él mismo lo confirmó hace poco.
Por primera vez en el día baja su mirada al piso y aparentemente no tiene ningún tipo de respuesta. Quiero sonreír por haberle dejado sin palabras, pero me aguanto y espero algún tipo de reacción. Sin embargo, se queda inmóvil durante varios segundos, mirando el suelo como si estuviera totalmente perdido en sus pensamientos.
Al cabo de un momento miro mi reloj de pulsera.
—Ya es hora de irnos.
Mi voz parece interrumpir sus pensamientos. Sólo asiente con la cabeza y se levanta de su lugar para ir a buscar sus cosas. Me quedo un par de segundos esperando alguna respuesta que nunca llegará y termino por levantarme también para ir a buscar mi bolso. Después de su última pregunta no puedo evitar sentirme irritada. Yo no me meto en su vida personal y jamás me atrevería a opinar sobre ella. Tomo todas mis cosas y me apresuro a caminar hasta la salida, despidiéndome con una pequeña reverencia de cabeza de mi compañero.
El viento nocturno me golpea el rostro. Hoy no hace tanto frío como otras veces. La primavera se aproxima y se nota en el clima. Me quedo un rato parada en la acera esperando a que pase un taxi para irme luego a casa.
Aparte de estar irritada, estoy cansada. Es agotador pasar tiempo con una persona como Kim Taehyung. Una persona extraña.
Me abrazo a mí misma, mirando atentamente la calle donde circula gran cantidad de autos, pero ningún taxi. Entonces decido que si no pasa ninguno en cinco minutos tendré que caminar hasta la parada de autobús. No pienso llegar tarde a casa otra vez.
La luz de un auto se enciende a mi lado, donde está la salida del estacionamiento del set, y me quedo helada sabiendo de quién se trata. Comienzo a escuchar los latidos de mi corazón justo en mis oídos y siento mis piernas temblar. Tengo que concentrarme en mantener mi cuerpo estable para no caer al suelo y en mantener mi respiración regular para no entrar totalmente en pánico. Cierro los ojos y me concentro en inhalar en tres tiempos y exhalar en tres, lo repito una y otra vez mientras la luz del auto no se mueve.
—Oye, ¿estás bien?
Abro los ojos porque es una voz conocida y giro lentamente la cabeza hacia donde me llaman, temiendo lo peor. Kim Taehyung está sentado en el asiento del conductor de su auto blanco y con la ventana abajo, mirando hacia mí. Tiene el ceño ligeramente fruncido mientras con una mano sujeta el volante.
Pestañeo un par de veces y suelto todo el aire que estaba conteniendo mi cuerpo, lo que incrementa el temblor en mis piernas y me hace caer al suelo. No me importa el gran dolor que se genera en mis rodillas al impactar el pavimento, sólo siento la respiración terriblemente agitada y una sensación horrible en mi pecho.
Siento como si fuera a morir en este instante.
Unos pies aparecen rápidamente frente a mí y miro hacia arriba. Kim Taehyung viene con los ojos muy abiertos y el cabello ligeramente desordenado, como si hubiese estado corriendo. Se había bajado del auto en algún momento y ni siquiera lo había escuchado ya que los fuertes latidos de mi corazón no me dejan escuchar nada más. Se arrodilla frente a mí, guardando un poco de distancia.
—¿Estás bien? —pregunta entre jadeos.
Bajo la vista al piso. Mis pulmones casi no reciben oxígeno y siento que cada segundo que pasa me ahogo más. Quiero mirarlo nuevamente para pedirle ayuda, pero siento que el mundo comienza a dar vueltas y no soy capaz de formular una palabra.
—Seo Moon-ssi, mírame —su voz de repente suena tranquila.
Pestañeo un par de veces para poder enfocar mi vista y levanto los ojos con cuidado hacia su rostro. Tiene todos los músculos de la cara relajados y me mira fijamente, pero de una manera diferente a las otras veces.
—¿Estás bien?
Me concentro totalmente para negar con la cabeza, sintiendo todavía que me falta el aire y que mi cabeza da vueltas. Siento como si me fuera a estallar el pecho.
—¿Puedo tomarte del brazo? Te llevaré dentro del edificio.
—Sí —contesto con un hilo de voz.
Se acerca lentamente hacia mí y con extremo cuidado me toma de los brazos para ayudarme a levantarme. Me avisa que comenzará a caminar junto a mí, y así lo hace. Me lleva hasta dentro del edificio, donde no queda nadie más que nosotros. Caminamos hasta un sofá de dos cuerpos y me pide que me siente. Se arrodilla frente a mí.
—Por favor, levanta tus brazos por sobre su cabeza y mantenlos ahí.
Me quedo sin entender qué es lo que quiere hacer, pero le hago caso. Levanto mis brazos y los dejo descansando sobre mi cabeza, justo como me pidió.
—Ahora vamos a respirar juntos, ¿sí? Voy a contar hasta tres e inhalaremos, después contaré tres más y exhalaremos.
Asiento con la cabeza para darle a entender que entendí. Kim Taehyung comienza a contar e inmediatamente comienzo a tomar aire. Después de un par de veces siento mi respiración un poco más calmada y mi ritmo cardiaco no está tan acelerado.
—Lo has hecho bien, Moon. —me felicita con el mismo tono de voz gentil que había estado usando todo este rato.
Bajo los brazos lentamente y me apoyo en el respaldo del sofá, todavía controlando mi respiración. Me quedo un momento con los ojos cerrados.
—Lo hiciste muy bien. ¿Necesitas algo?
Niego con la cabeza.
—Sólo quiero ir a casa.
Abro los ojos al no recibir respuesta y me lo encuentro mirándome fijamente. Su cabeza queda ligeramente más abajo que la mía, por lo que tiene que mirarme hacia arriba. Tiene una expresión extraña que jamás había visto en él. ¿Preocupación? Acerca su rostro levemente y estira sus manos hasta mi rostro, donde limpia con cuidado algo en mis mejillas.
—Estás llorando —explica al ver mi rostro sorprendido—. Vamos, te llevaré a casa.
Se levanta y me tiende la mano. No dudo en aceptar y no reclamo cuando no me suelta y me guía hasta su auto blanco. Me abre la puerta del copiloto y me ayuda a sentarme, ingresa medio cuerpo dentro y se encarga de abrocharme el cinturón de seguridad. Camina hasta su lado y se sienta también.
—¿En dónde vives? —pregunta mientras pone en marcha el auto.
Intento ordenar los pensamientos en mi cabeza y recordar la dirección de mi casa, pero me siento un caos. Niego con la cabeza para darle a entender que no recuerdo.
—Deberías llamar a tu novio.
Busco mi celular en mi bolso y saco mi celular, pero recuerdo que no se puede ver nada debido a la pantalla rota.
—No puedo.
Paramos en un semáforo en rojo y Taehyung saca algo de uno de sus bolsillos. Me tiende su celular.
—¿Recuerdas su número telefónico?
Me quedo un momento pensando, con su celular en la mano, lista para escribir en el teclado, pero me pasa lo mismo que con mi dirección. Suelto un suspiro, sintiéndome frustrada.
—Todavía estás un poco aturdida, no te preocupes.
Nos quedamos en silencio y Kim Taehyung conduce hasta un parque. Está oscuro y desolado debido a la hora. Es de noche y somos los únicos aquí. Decidimos que es mejor quedarnos dentro del auto porque ya está comenzando a ponerse fresco y ninguno trae ropa demasiado abrigada.
Me quedo observando los árboles por la ventana y Taehyung está en silencio mirando hacia adelante.
—¿Ya estás mejor? —pregunta de repente.
Giro mi cabeza para mirarlo. Estamos más cerca que de costumbre debido a que estamos dentro del auto, y puedo sentir el calor que emana su cuerpo. Intento alejarme un poco tirando lo que más puedo mi cuerpo hacia la puerta, pero no es suficiente.
—Estoy mejor, gracias.
—¿Alguna vez te había ocurrido algo así?
Niego con la cabeza, bajando la vista hacia mis manos entrelazadas en mi regazo. Realmente me siento agradecida, porque si no me hubiese ayudado no sé qué sería de mí en este momento. Me relamo los labios y fijo mis ojos en los suyos.
—¿Cómo supiste qué hacer? —me atrevo a preguntar.
Se encoge de hombros.
—Alguna vez mis hyungs tuvieron ataques de pánico y tuvimos que ayudarles.
Asiento con la cabeza lentamente.
Ahora me concentro nuevamente en recordar mi dirección o el número telefónico de Bae Seohyuk, pero nada llega a mi mente. Frunzo el ceño.
—No puedo recordar nada. —me paso las manos por el rostro.
—Tranquila, no te fuerces. Nos podemos quedar aquí el tiempo que sea necesario.
Me siento sorprendida ante su actitud, aunque no lo demuestro. Bajo la vista nuevamente y la fijo en cualquier cosa. Nunca se había comportado de esta manera conmigo, siempre había sido un idiota que sólo disfrutaba hacerme enojar. Pero en este momento es diferente. ¿Es porque acabo de tener un ataque de pánico o realmente esta es su personalidad?
Y es la primera vez que pienso que actúa su personalidad cuando está conmigo. Pero en realidad eso no tiene sentido. ¿Por qué haría eso? Quizás para llamar mi atención, pero descarto esa idea de mi cabeza. ¿Por qué querría hacer tal cosa?
—Tu novio debe estar preocupado por ti —murmura a mi lado.
Suelto un suspiro. Seohyuk últimamente había seguido llegando tarde y un poco pasado de tragos. Algo bastante poco común en él, ya que antes sí salía con sus compañeros, pero no tantos días seguidos, ni tampoco llegaba ebrio. Frunzo los labios y prendo la pantalla rota de mi celular. No me ha llamado ni escrito porque no ha sonado, así que seguramente ni siquiera ha llegado a casa.
Y eso de cierta forma me hace sentir un poco mal.
—Seguramente ni siquiera está en casa —la frase escapa de mis labios sin siquiera darme cuenta.
Eso parece captar la atención de Kim Taehyung, que gira completamente su cabeza hacia mí.
—¿Por qué crees eso?
Aplano mis labios al sentir que estoy hablando de más. No debería haber dicho eso. Me acomodo en el asiento, sin dejar de mirar mi celular roto.
—Ni siquiera ha llamado —explico.
—Quizás todavía está esperando a que llegues y está preocupado —Taehyung se encoge de hombros.
Hago una mueca. Quisiera realmente creer eso, pero su comportamiento de los últimos días no me lo permite. Y me pongo a pensar en cómo ha cambiado tanto en tan poco tiempo, y todo desde que llegó esa chica a trabajar con él. Su nueva secretaria. Aprieto la mandíbula al sentir que un nudo se forma en mi estómago. No me gusta sentir celos porque confío totalmente en Seohyuk, pero últimamente todo está demasiado extraño.
Mi estómago rugiendo por hambre interrumpe mis pensamientos.
—Si gustas podemos ir a comer ramen a mi casa —ofrece Taehyung con una pequeña sonrisa.
NOTA: Significado de "ir a comer ramen a mi casa": Conocido en otros lugares como "Netflix and chill", en otras palabras "vamos a hacer el delicioso"
Holis!
Espero que hayan disfrutado el capítulo, ya se vendrán cosas más interesantes uwu
Ando con un poco más de tiempo porque tengo que hacer cuarentena preventiva y un examen pcr jeje de hecho, en un par de horas iré a hacérmelo, deséenme suerte uwu
No olviden votar y comentar, porfis
Les quiere <3
-Nini
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro