Capítulo 3
—Ten, te preparé el desayuno —entro a la habitación para llevarle a Seohyuk una bandeja.
No se ha sentido bien desde anoche y ha estado en cama, incluso tuvo que llamar a su trabajo para avisar que faltaría. Me siento a su lado mientras él abre ligeramente sus ojos hinchados por haber dormido tanto y se incorpora lentamente. Luce realmente cansado. Sonrío levemente al ver su cabello oscuro alborotado por haber tenido la cabeza apoyada sobre la almohada.
—¿Qué haces aquí? —pregunta con voz ronca antes de toser—. Deberías ya estar yendo al trabajo.
—Llamaré para avisar que no iré.
Quiere protestar, pero le obligo a guardar silencio y a comerse lo que le acabo de llevar. Mientras desayuna, me levanto y camino hasta la sala para llamar a mi jefe y avisarle que no iré hoy.
—No vuelvas hasta que tu novio tenga un examen negativo. Aprovecha tus días libres y ensaya todas tus líneas —es lo único que me responde.
Suelto un suspiro. Realmente eso es lo que hay que hacer por protocolo, pero que no vaya al trabajo no significa que no vaya a hacer nada durante el día. Supongo que de todos modos tendré que estudiar mis líneas, pero lo haré una vez sepa que Seohyuk está bien.
Vuelvo a la habitación y me lo encuentro recostado con los ojos entrecerrados. Realmente no luce bien. Me siento a su lado y tomo su mano que sorpresivamente está fría.
—¿Cómo te sientes, cariño? —pregunto.
—Tengo frío.
Acerco mi mano a su rostro y acaricio su mejilla. Está hirviendo. Paso la mano por su frente, y lo mismo. Seohyuk nunca se enferma, tiene bastante buena salud, y por lo general soy yo la que se enferma. Por lo que es él quien siempre cuida de mí.
—Tienes fiebre —me levanto de su lado—. Me vestiré para comprar medicinas, mientras deberías dormir.
Veo que cierra los ojos y vuelve a acurrucarse en el colchón.
Abro el armario y saco ropa deportiva, recojo mi cabello en una coleta alta y voy a lavarme el rostro al baño mientras intento recordar qué era lo que hacía Seohyuk cuando he tenido fiebre. Abro el mueble de debajo del lavamanos y saco una pequeña toalla blanca que humedezco con agua de la llave. Vuelvo a la habitación y la coloco sobre su frente no sin antes quitar el cabello de su frente.
Me quedo un segundo de pie mirándolo. Realmente soy un desastre.
Me pongo un par de zapatillas deportivas antes de salir por la puerta y bajar por el ascensor del edificio donde vivo. La mañana está bastante agradable ya que ya viene entrando la primavera y hoy el cielo está despejado, dejando ver un hermoso sol mañanero. Troto hasta la farmacia más cercana, que está a media manzana y agradezco que no haya nadie más adentro. Elijo rápidamente unas medicinas para bajar la fiebre y un termómetro porque no sé dónde está específicamente el que tenemos en casa y es más rápido comprar uno.
Troto de vuelta al edificio y cuando estoy a punto de llegar a la entrada veo algo que me llama la atención. Un auto negro pasando lentamente a mi lado. Y no es cualquier auto negro.
Es el auto negro.
Trago saliva mientras me quedo congelada por un momento, sólo mirando en dirección al vehículo y veo todo como si pasara en cámara lenta. No puedo ver hacia adentro por los vidrios polarizados, pero puedo distinguir una figura masculina que gira su cabeza para verme. No puedo mirarlo directamente, pero siento sus ojos traspasar mi cuerpo. Y hasta mi alma.
Siento mis piernas temblar y mi corazón palpitar en mis oídos cuando veo que se aleja y vuelve a conducir a la velocidad normal. El auto no tiene matrícula, por lo que no podría tomarle una foto y hacer una denuncia. Aprieto la bolsa de papel donde traigo las cosas contra mi pecho antes de intentar respirar profundo para calmarme.
No puedo creer que hace unos días tuve el coraje de acercarme al vehículo con la intención de abrir la puerta para ver quién estaba dentro. Realmente la persona que lo maneja es un loco. Un psicópata, sin duda, si ha averiguado dónde vivo y se ha atrevido a venir aquí. Un nudo se forma en mi estómago cuando pienso la cantidad de veces que podría haber pasado por aquí y yo no lo vi.
Y recuerdo lo que pensé anoche sobre la persona dentro del auto.
Es muy probable que sea alguien del equipo donde estoy trabajado, pero ¿sería posible que sea Kim Taehyung?
Sacudo la cabeza un par de veces para quitar aquella estupidez de mi mente.
Bae Seohyuk está ardiendo en fiebre.
Emprendo camino nuevamente hacia el apartamento y entro apresuradamente. Me encargo de lavarme muy bien las manos y entro a la habitación. Está tapado hasta arriba y lo poco que puedo ver de su rostro se ve mojado con sudor. Me acerco rápidamente y quito la toalla que yo misma le puse sobre la frente, que ahora está caliente. Su frente está sudada y caliente.
Paso mis manos por sus mejillas. Calientes. Luego bajo a su cuello. Caliente y mojado.
— Seohyuk-ah, ya estoy aquí.
Abre levemente los ojos y me sonríe. Se ve bastante débil y mi corazón se acelera de sólo verlo en esa condición.
—Traje medicinas —acaricio su rostro—, pero primero vamos a quitarte esa ropa.
Quito las tapas de la cama de su cuerpo y me fijo en que tiene el pijama mojado con sudor. Suelta una pequeña risa que me hace regresar los ojos a su rostro.
—Estoy enfermo, mujer, ¿no puedes esperar para tener mi cuerpo?
Me río con él, sintiéndome aliviada de que aún conserve su humor. Lo ayudo a sentarse y lo dejo ahí mientras busco ropa ligera que pueda usar. Su cuerpo tiembla cuando le quito la camiseta mojada y le seco el cuerpo con una toalla que corrí a buscar al baño. Frunzo ligeramente el ceño cuando paso la toalla por la nuca y me veo obligada a recoger su cabello con una liga para que no le estorbe.
—No te preocupes, cariño, estoy bien —murmura con voz ronca mirándome directamente a los ojos.
Lo tomo de las manos para que se levante un momento de la cama.
—¿Hay alguna otra cosa que te duela? —tomo su rostro entre mis manos y lo examino.
Tiene la piel un poco más pálida de lo normal y las ojeras marcadas. Lo suelto con cuidado cuando niega con la cabeza en respuesta a lo que acabo de preguntarle. Tose una vez más.
—¿Estás seguro? —asiente—. ¿No te duele el pecho? —niega—. ¿La garganta? —niega—. Sentiste el sabor del desayuno, ¿verdad? —asiente con una sonrisa—. ¿Te sientes cansado?
Se ríe despacio y me pone las manos sobre los hombros.
—Estoy bien, Moon. Estoy cansado, pero es porque tengo fiebre.
Asiento con la cabeza en respuesta y me apresuro en tener la cama para que pueda recostarse otra vez, pero encima, y le paso una manta para que se tape. Traigo la bolsa y le paso el termómetro para que se tome la temperatura corporal. Mientras vuelvo al baño con la pequeña toalla para volver a humedecerla. Entro a la habitación justo cuando el termómetro pitea, indicando que ya ha tomado la temperatura de Seohyuk, y hago una mueca cuando leo el resultado.
Treinta y nueve punto dos grados.
Eso es bastante, así que saco el jarabe que compré para bajarle la fiebre y se lo doy antes de volver a ponerle la toalla sobre la frente. Estoy a punto de darme media vuelta para dejarle descansar, pero me toma suavemente por la muñeca.
—¿Puedes quedarte conmigo? —pide.
Sus ojos vidriosos producto de la fiebre y sus mejilla sonrojadas me hacen encoger el corazón, así que asiento con la cabeza inmediatamente. Me arrastro en la cama y me recuesto a su lado, procurando mantener una distancia prudente para que su fiebre no siga subiendo gracias a mi calor corporal. Estiro mi brazo y apoyo mi mano sobre su mejilla para darle suaves caricias.
— Gracias por quedarte.
Me mira y sus ojos comienzan a cerrarse lentamente, pero se abren inmediatamente después de toser.
— Siempre estaré para ti, cariño.
· · • • • ✤ • • • · ·
—¿Cómo está tu novio? —me pregunta Jinseo cuando me acerco a saludarla.
Ese mismo día, cuando a Seohyuk le había bajado un poco la fiebre, le había llevado a hacerse el examen. Sólo por precaución porque aparte de fiebre no tenía ningún otro síntoma. Su malestar había sido producto de una gripe.
Le regalo una sonrisa mientras me quito la chaqueta que llevo. Esta vez estamos nuevamente en el set, que simula el interior de un hospital. Dejo mis cosas colgadas en el lugar que tengo asignada solamente para mí.
—Todavía tiene tos, pero el médico dijo que tardaría unos días en irse. Gracias por preguntar.
Hago una reverencia con la cabeza antes de tomar la bata de hospital y la ropa que debo usar debajo y dirigirme al baño para cambiarme.
En total habían sido tres días que estuve fuera, que había sido lo que tardaron en dar el resultado del examen de Seohyuk. Tres días en los que me paré frente al espejo del baño a ensayar cada línea de las que me tocaba decir. Tres días en los que no pude descansar correctamente por estar ocupada haciendo esa mierda y cuidando a mi prometido.
Saco mi celular para revisar si tengo algún mensaje y contestarlo antes de comenzar con el rodaje, y me pongo a caminar rápidamente mientras contesto uno de Park Sunhee, en el que me desea suerte en mi vuelta al trabajo. Mi cuerpo choca con algo duro y me caigo al suelo. Mi celular sale volando y se estrella contra el suelo, rompiendo su pantalla en el proceso.
—¿Estás bien?
Levanto la cabeza y me encuentro con una gran mano extendida hacia mí. Kim Taehyung me ofrece su mano para que me levante. Tomo mi celular, soltando una maldición por lo bajo al ver su estado, y me paro como puedo, ignorando su ayuda.
—Deberías tener más cuidado y mirar por donde caminas.
Mis ojos, que estaban mirando la pantalla trizada de mi celular, viajan hasta los suyos y lo miro de la misma manera en la que siempre me mira él, sin ser esta la excepción. Completamente seria.
—Lo siento, sunbae. —murmuro.
Emprendo camino dispuesta a irme y sintiendo sus penetrantes ojos sobre mí.
—¿Cómo está tu novio? —pregunta, haciéndome detener.
Me quedo parada, dándole la espalda. No sabía que el motivo de mi ausencia fuera de dominio público, aunque eso explica el porqué Jinseo lo sabía también y me preguntó cómo está. Aprieto mi mano libre en un puño. Por alguna razón me molesta que Kim Taehyung sepa qué le ocurrió a mi novio.
—No te contagiaste, ¿cierto? Porque en las escenas que debemos grabar hoy debemos estar bastante cerca y no quiero contagiarme también.
Entrecierro los ojos levemente y mis labios se fruncen levemente. Giro mi cuerpo de mala gana para mirarlo directo a los ojos. Por un momento siento como si su mirada me atravesara el alma y me estremezco, recordando la idéntica sensación que tuve hace unos días cuando vi aquel auto negro que parece seguirme a todas partes.
¿Es muy descabellado pensar que es él quien está dentro?
—No estoy contagiada —es lo único que respondo.
Me alejo rápidamente hasta donde está Jinseo, sintiendo la mirada fija de Kim Taehyung sobre mi espalda. La chica me pone el cuello ortopédico sin decir nada. Supongo que se dio cuenta de mi enojo y prefirió guardar silencio. Le agradezco su ayuda con un asentimiento de cabeza y me encamino hasta una silla disponible debido a que todavía faltan algunos minutos para comenzar la filmación.
Recuerdo el mensaje que me había mandado mi amiga y enciendo la pantalla de mi celular, pero el vidrio trizado no me deja leer con claridad. Hago una mueca y vuelvo a bloquear la pantalla. Me siento miserable, me tomó un año entero pagar ese celular con el sueldo de mesera que tenía antes de conseguir entrar en este drama. Claramente no es el mejor dispositivo, pero mi esfuerzo está puesto en él.
—Empezamos en cinco minutos, gente —anuncia en voz alta el director Hwang.
Me levanto pesadamente y me voy a mi lugar en la escena después de haber ido a guardar mi celular en mi bolso. Me recuesto sobre la camilla y cierro lo ojos un momento. Sólo en este momento me doy cuenta lo cansada que estoy.
Siento una presencia cercana y abro los ojos a pesar de saber de quien se trata, pero me mantengo mirando el techo del estudio, percatándome de que nunca me había fijado en lo alto que es.
—¿Por qué siento que estás molesta conmigo?
Giro mi cabeza lentamente hasta Kim Taehyung, que está sentado en la camilla de al lado, mirándome atentamente.
—¿Por qué crees eso, sunbae? —pregunto de vuelta.
No puedo terminar de acostumbrarme a que me mire siempre con ese semblante tan serio. Es como si no sintiera absolutamente nada y eso me provoca un pequeño escalofrío.
—Intuición —responde, recordándome una de las primeras veces que hablamos dentro del set de grabación.
Me dedico a mirarlo un momento. Si no tuviera ese comportamiento de imbécil que tiene siempre conmigo podría llegar a considerarlo atractivo, como la mayoría de las personas lo hacen. Incluso podría llegar a ponerme nerviosa teniendo que actuar a su lado. Pero sólo es un idiota extraño, un potencial psicópata que pareciera subirse a un auto negro y seguirme a todas partes.
—¿Te gusta lo que ves? —por un momento su boca se curva en una sonrisa de medio lado.
Quito mis ojos inmediatamente de su cuerpo y vuelvo a mirar el techo, ignorando su pregunta. Si tuviera otra actitud no hubiese podido evitar ponerme roja.
—Deberías dejar de lado tu malhumor —sugiere.
—Gracias por tus excelentes consejos, sunbae —sin darme cuenta hablo con sarcasmo.
Escucho que se ríe suavemente. ¿Qué es tan gracioso?
—Eres bastante irritante, niña.
—Y tú eres bastante extraño.
—No sabía que tenías novio —señala, cambiando totalmente el tema de conversación.
Mi cabeza se gira nuevamente para mirarlo. Casi siento que la cara se me pone roja de la irritación que estoy llegando a sentir.
—No sabía que debía hablar de mi vida privada con extraños.
—¿Por qué tan enojada, Seo Moon-ssi?
—Rompiste mi teléfono.
—No fue mi culpa, tú fuiste la que chocó conmigo.
Frunzo los labios. Quizás tiene razón, pero su cuerpo gigante y musculoso fue el que me hizo caer.
—Te compraré uno nuevo, si eso es lo que quieres.
Nuestras miradas se encuentran por un momento y ya no puedo ocultar mi rabia.
—No necesito tus limosnas.
—¡Un minuto para comenzar! —escucho al director Hwang.
Vuelvo a cerrar los ojos, dando por terminada nuestra pequeña discusión.
· · • • • ✤ • • • · ·
—Supongo que este es el adiós, Yuyeong-ssi. —Lee Hyejoon me observa desde su camilla.
Acabo de cambiarme de ropa y ya no tengo la horrible bata de hospital. Y me siento feliz de poder salir del hospital después de un par de días, pero no puedo evitar sentirme un poco apenada porque no volveré a ver a Lee Hyejoon.
—¿Cuándo saldrás tú? —pregunto.
Hyejoon baja la mirada hasta su regazo y hace una pequeña mueca. Su cabello rizado está más desordenado aún gracias a la almohada y le da un aire bastante adorable.
—No lo sé. Todavía necesito terapias... —su voz comienza a apagarse, así que se aclara la garganta—. No te lo había dicho, pero quizás no pueda volver a caminar bien.
Pestañeo un par de veces. Me sonríe levemente, pero sé que está sintiendo dolor. Dolor por no poder volver a ser el mismo de antes. Me acerco lentamente hasta su camilla y me siento en el borde.
—Fuiste el mejor compañero de habitación —sonrío y acomodo un mechón de cabello detrás de mi oreja—. Prometo volver para visitarte.
Su sonrisa crece aún más y se incorpora lentamente. Nuestros rostros quedan separados por un par de centímetros y esto no estaba en el guion. Sus dedos me sujetan el mentón y sus ojos profundos me miran directo a los ojos. Me remojo los labios al sentirme nerviosa por tenerlo tan cerca y sin quererlo mi mirada se va directo a sus labios.
¿Cómo es que alguien a quien detesto tanto puede causar este tipo de reacciones en mí?
—Voy a estar esperándote. —susurra y su aliento me acaricia el rostro.
—¡Corte! —grita el director Hwang después de unos segundos.
Me levanto inmediatamente de la camilla y me voy a buscar una botella con agua. Tuve la necesidad de salir inmediatamente de aquella situación.
—Quedó perfecto, a pesar de no haber seguido el guion —señala el director—. Ahora continuaremos en esta misma escena, en la misma posición, y entrará el novio de Park Yuyeong, que llevaba días buscándola.
Doy un trago largo a mi botella y me limpio los labios con el dorso de la mano. Tomo aire profundo y me dirijo nuevamente a la posición en la que estábamos. Me acomodo nuevamente en la camilla junto a Taehyung, que no se había levantado en ningún momento. Mi cuerpo se tensa cuando pone sus dedos nuevamente sobre mi mentón y tengo que tragar saliva y mentalizarme para no parecer tensa.
—¡Quince segundos! —grita Hwang.
—Me gusta ponerte nerviosa —susurra el chico que tengo delante de mí.
Y no sé cómo reaccionar ante eso.
—¡Acción! —es lo único que escucho.
Pero mis ojos están fijados en el rostro de Taehyung, intentando entender porqué dijo eso y porqué le gusta ponerme nerviosa. Busco una respuesta en su mirar, pero sólo me regala una pequeña sonrisa.
Por supuesto, él ahora es Lee Hyejoon. Y yo debería hacer lo mismo.
De repente la puerta se abre de golpe y mi rostro se gira rápidamente en esa dirección, cortando todo contacto físico con Hyejoon. Oh Hangil, un chico bastante alto, de cabello prácticamente negro y tez extremadamente clara, entra rápidamente a la habitación y me busca con la mirada. Mi boca se abre levemente al verlo, bastante sorprendida, mientras que él frunce ligeramente el ceño al encontrarme tan cerca de mi compañero de cuarto, pero inmediatamente relaja su expresión y suelta un suspiro.
—Yuyeong, ¡llevo días buscándote!
Me levanto de la camilla y me acerco rápidamente hacia él. No dudo en envolverlo en un fuerte abrazo.
—Oppa —susurro sobre su pecho—, no pensé que estuvieras buscándome.
Levanto mi rostro para mirarle, pero él se adelanta y me toma el rostro para inspeccionarme. No puedo evitar soltar una risita ante su inesperada acción.
—¿Bromeas? Estuve preocupado desde que te fuiste de mi casa cuando estaba lloviendo.
Le regalo una sonrisa cálida y vuelvo a abrazarlo.
—Ya es hora de irnos —murmura.
Asiento inmediatamente con la cabeza. Me giro levemente para mirar a Hye-joon y despedirme, pero me encuentro con un rostro totalmente serio y eso me sorprende un poco.
—Adiós, Hyejoon-ssi. —hago una seña con la mano—. Espero volver a verte.
—¡Corte!
Me alejo suavemente de Don Seung, el chico que interpreta a Hangil, y me pongo a una distancia decente.
—Salió genial —me susurra con una gran sonrisa.
—Sí, buen trabajo, compañero —respondo de la misma manera.
Don Seung no había estado viniendo antes al set de grabación, debido a que su personaje no aparecía todavía en pantalla y no tenía sentido que sólo viniese a perder tiempo. La verdad es que es un chico bastante agradable y no me incomoda filmar junto a él.
Si tan sólo él pudiese interpretar Lee Hyejoon.
Veo de reojo a Kim Taehyung, que está incorporándose en la camilla mientras me mira fijamente, igual que siempre.
—Kim Taehyung-ssi, Seo Moon-ssi, acérquense, por favor —pide el director.
Le hago una reverencia con la cabeza a Seung antes de irme y él me responde agitando su puño. Fighting. Camino hasta el director y espero a que Taehyung se nos una.
—Seo Moon-ssi, ¿qué puedo decir de ti? Eres genial y lo acabas de demostrar en la última escena —comienza el señor Hwang.
Sonrío levemente, pero una sensación extraña se apodera de mi cuerpo. No es normal que me adule.
—Con Don Seung-ssi tienes una química increíble, se nota que te agrada filmar con él, y pude notarlo en los pocos minutos de grabación —sus ojos me miran fijamente—. Pero tenemos un problema. No tienes esa misma conexión con tu otro coprotagonista —señala a Kim Taehyung a mi lado— y eso es grave. Leíste todo el libreto, sabes de Park Yuyeong se queda con Lee Hyejoon. Sabes que Oh Hangil le es infiel a Yuyeong repetidas veces hasta que ella se percata.
Asiento levemente con la cabeza, sin entender todavía a dónde quiere llegar con esta charla.
—Y no crean que no los escuché discutir a ambos antes de que empezara el rodaje —nos apunta a ambos con el dedo, en señal de acusación—. Para mejorar su química es necesario que mejoren su relación laboral. Es necesario que aprendan a conocer al otro y a tolerarlo.
Hago una mueca con los labios y bajo la vista hasta mis pies. Probablemente tiene razón, pero creo que en ningún universo existente Kim Taehyung y yo nos llevaríamos bien.
—Es por eso que decidí que después de cada rodaje deberán quedarse y pasar tiempo juntos. Es una orden.
Holis!
Un nuevo capítulo el día de hoy. La verdad es que he estado bastante ocupada con el tema de mi trabajo, ya que me queda bastante lejos de casa y me demoro mucho en llegar, y como estoy todo el día ocupada casi llego a solo dormir.
En fin, la vida de adulto.
Espero hayan disfrutado este capítulo y perdón si todavía no pasan muchas cosas interesantes, pero ya se viene lo bueno jeje
No olviden votar, porfis uwu
Les quiere <3
-Nini
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