Capítulo 15
Termino de ponerme la ropa interior frente a los atentos ojos de Kim Tae-hyung, que me mira desde la cama. Está recostado de lado, con el codo apoyado sobre el colchón y su mano se pierde entre su cabello ondulado alborotado porque está sujetando su cabeza, está desnudo, pero la sábana blanca le tapa hasta un poco más abajo de la cadera y sé que si fijo mi vista en él podré ver fácilmente los huesos de su pelvis porque están a la vista. Prefiero concentrarme en lo que estoy haciendo porque sé que si me quedo observándolo caeré en la tentación de su cuerpo.
— Te ves preciosa con ese conjunto —murmura, poniéndose de rodillas sobre la cama para acercarse a mí y la sábana se resbala por su cuerpo. Tengo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no mirar hacia abajo—, pero me gustaría más quitártelo.
Se sienta en el borde de la cama y se palmea los muslos para que me siente sobre él. Trago saliva, pensando en si realmente debería hacerlo, pues una vez que esté sobre él no podré detenerme porque al parecer cuando el nombre de Kim Tae-hyung y los asuntos sexuales están juntos suelo perder la cabeza.
— Ven, no te voy a morder, a no ser que quieras. —murmura con una sonrisa de medio lado.
Me siento a horcajadas sobre sus muslos e inmediatamente pone sus manos sobre mis caderas, jugueteando con el borde de mi ropa interior. Suelta un suspiro que me choca con la piel del cuello y que provoca que se me erice la piel. Siento la necesidad de echar la cabeza hacia atrás para darle total acceso, pero me aguanto y me quedo quieta.
— Creo que el azul marino es tu color. —dice con voz ronca mientras levanta sus ojos que recién estaban sobre mi sujetador.
Me remojo los labios mientras miro su rostro tan cerca del mío y estoy lista para acercarme a sus labios, pero al parecer tiene otro plan, porque, sin dejar de mirarme, mete su cara en mi cuello y comienza a darme besos húmedos. Siento un calor en la entrepierna y un cosquilleo en el vientre.
— Tae-hyung... —susurro— Debo irme luego.
— Vamos, una vez más —me pide, hablando contra mi piel—, sé que también quieres.
Como no respondo nada, baja sus manos hacia mi trasero y comienza a apretarlo por debajo de la ropa interior. Suelto un jadeo y mis caderas se mueven de manera involuntaria, encontrándome con su erección que comienza a crecer justo debajo de mí.
— Tae-hyung, le dije a mi amiga que llegaría a las once. —susurro, aunque no quiero que se detenga.
Aleja su rostro de mí y me mira con ojos intensos y los labios hinchados por haber estado repartiendo besos en mi piel.
— ¿Qué te parece si lo hacemos rápido y luego te voy a dejar en el auto? —susurra.
Siento que los músculos del vientre se me contraen.
— Ya sería la tercera vez que lo hacemos esta mañana. —apunto.
Aunque en realidad a mí tampoco me importa y quizás sólo estoy buscando excusas tontas para evitar tener sexo una vez más, aunque lo desee con todo mi ser, pero el hecho de Park Sun-hee se quede esperándome me genera culpa.
Tae-hyung suelta una carcajada.
— ¿Hay un límite por día?
Aprovecho la instancia para cambiar el tema, pues, aunque tenga muchas ganas de continuar, tengo que salir en poco rato.
— ¿No te quedas seco por casualidad? —levanto una ceja.
— Nada que un litro de agua no pueda arreglar.
Suelto una risa y me pongo de pie, evitando su mirada intensa que me hace derretir. Tomo entre mis manos el conjunto de ropa que había elegido antes de ducharme y comienzo poniéndome los pantalones. Todavía siento los ojos de Tae-hyung sobre mí, pero lo ignoro. Cuando termino me dirijo hacia el tocador que tiene dentro de la habitación y maquillo mi rostro. Veo a través del espejo que se levanta desnudo de la cama y entra al baño, y al poco tiempo escucho el agua de la ducha sonar.
Termino por recoger mi cabello húmedo en una coleta para así poder lucir los pendientes y el collar a juego que me acabo de poner. Cuando Tae-hyung sale de la ducha estoy poniéndome perfume, quedando totalmente lista.
— ¿Siempre te arreglas tanto para salir con tus amigas? —pregunta a mi espalda.
Me giro y me encuentro con su rostro serio adornado por la mata ondulada de cabello castaño húmedo. Se acababa de poner la ropa interior y está parado de una manera que me hace creer que está tenso.
Aplano los labios ante su pregunta.
— ¿No te gusta? —respondo.
Suelta un suspiro y termina por negar con la cabeza. Y no sé si hace eso porque está diciendo que no le gusta o porque ha decidido que le da igual el tema. Se gira hacia el armario y comienza a buscar ropa para vestirse.
Me quedo unos segundos en mi lugar, con las manos entrelazadas delante el cuerpo.
— ¿Podrías llevarme? —pregunto, luego de haber estado, por alguna razón, juntando valor.
Gira su cabeza y me mira por sobre su hombro.
— Tengo cosas que hacer ahora, lo siento.
— Ah. —es lo único que respondo.
Miro cómo se queda observando toda la ropa que tiene, aparentemente sin poder elegir algo en específico, y no entiendo por qué hace un instante me había ofrecido llevarme si es que tenía cosas que hacer. Kim Tae-hyung estira la mano para tomar unas prendas y luego se sienta sobre el colchón de la cama, quedándose inmóvil.
Entonces entiendo que está esperando a que me marche.
Trago saliva y camino hasta la puerta de la habitación, sintiendo que el latido de mi propio corazón comienza a dolerme.
¿Por qué está actuando de aquella manera?
— Nos vemos luego, supongo. —digo con duda.
— Recuerda que debes comprar el vestido para la boda. —responde antes de que mi cuerpo esté totalmente afuera de la habitación. Me quedo parada, dándole la espalda para que no vea cómo se me han comenzado a llenar de lágrimas los ojos— Te di mi tarjeta de crédito, puedes comprar lo que quieras, no te preocupes por el dinero.
Sólo asiento con la cabeza, aunque sé que no la ocuparé porque me da vergüenza vivir totalmente a costa suya. Continúo mi camino hasta la salida y salgo a la calle para tomar un taxi en dirección al hospital.
Hoy finalmente me quitarán la bota ortopédica.
· · • • • ✤ • • • · ·
— Entonces —comienza Park Sun-hee una vez que estamos sentadas en una cafetería del sector de Gangnam—, por favor, explícame qué fue lo que ocurrió con Bae Seo-hyuk.
Había ido al hospital donde trabaja Sun-hee para que me quitaran la bota y esperé hasta que su turno terminara para que viniésemos a pasear juntas, sobretodo porque hoy debo comprar un vestido y necesito una segunda opinión.
Me remojo los labios y por alguna razón siento vergüenza de levantar la mirada y verla a la cara. Entrelazo mis manos sobre la mesa y comienzo a jugar con mis pulgares.
—¿Te dijo algo? —es lo único que soy capaz de responder.
Se queda en silencio un momento, así que finalmente la miro, y me observa con una mueca decepcionada en el rostro.
— Me habló para que le ayudara, me contó alguno que otro detalle, pero quiero saber tu parte de la historia porque, unni, te juro que, si hiciste lo que me dijo, voy a pensar que eres una...
— Lo engañé, tuve sexo con otra persona. —afirmo, interrumpiéndola— Pero eso no es todo, él no te dijo todo.
Su boca se abre ligeramente, pero no dice nada. Entonces maldigo a mi exnovio por sólo contar su parte de la historia para quedar bien con nuestra amiga, aunque, de ser cierto lo que él le contó, donde solamente yo le engañé, ella jamás permitiría que nuestra relación continuase. Park Sun-hee es una mujer bastante sensata en los temas amorosos, a pesar de siempre estar fantaseando con un príncipe azul.
— ¿Entonces? —pregunta para que continúe.
Suelto un suspiro. De cierta forma, todavía me duele todo lo que ocurrió entre nosotros, a pesar de estar con Kim Tae-hyung, en una relación un tanto extraña.
— Todo comenzó cuando llegó una secretaria nueva a su trabajo —murmuro, bajando la vista hacia mis manos—, luego comenzó a llegar borracho a casa y con olor a perfume de mujer. Y luego llevó a esa mujer a casa, pretendiendo que se quedase a dormir en el sofá. Y luego —hago una pequeña pausa— comencé a pasar más tiempo en el trabajo y un chico se portó muy bien conmigo, y sólo... —dejo la frase a medio terminar y niego con la cabeza— ¿Recuerdas que te conté que besé a alguien? —responde de manera afirmativa— Bueno, después con él ocurrieron más cosas. Y, finalmente, Seo-hyuk llegó a casa una noche e intenté que ocurriera algo entre nosotros, pero simplemente me apartó.
— ¿Algo como sexo? —pregunta en un susurro.
Asiento con la cabeza, todavía sin mirarla a los ojos.
Hace un ruido con la garganta, como si eso le ayudase a analizar mejor la situación, y se queda en silencio por un par de segundos. De pronto, estira su mano hacia las mías y me toma con cariño. Levanto la vista inmediatamente y me encuentro con unos ojos cálidos.
— Unni, ya habíamos hablado sobre esto una vez. —asiento con la cabeza en manera de respuesta, recordando la vez que le conté que había besado a Kim Tae-hyung— No te voy a reprochar por las cosas que hiciste mal últimamente con Bae Seo-hyuk, ni tampoco te diré lo que él me contó sobre el término de la relación porque creo que es algo que deben resolver entre ustedes, así que sólo te preguntaré si es que quieres realmente volver a la relación que tenían.
— No. —respondo inmediatamente.
Sun-hee parece sorprendida ante la rapidez con la que he respondido su pregunta, pero termina asintiendo con la cabeza.
— Estás con alguien más. —apunta.
Aplano los labios antes de responder.
— Sí, pero es un poco complicado.
— Unni, comenzaron su relación en un mal momento y si te soy sincera no creo que algo bueno pueda salir de ahí. A no ser que él confíe en ti.
La idea de la confianza queda dándome vueltas en la cabeza y recuerdo la situación de la mañana, donde, al parecer, Kim Tae-hyung se molestó porque me arreglé para estar con Park Sun-hee y no puedo evitar llegar a la terrible conclusión de que él no confía en mí en lo absoluto. Eso explicaría también por qué le molesta que Park Ji-min, su propio amigo, hable conmigo.
Probablemente teme que le engañe de la misma manera que hice con Seo-hyuk.
De pronto, el celular de Sun-hee comienza a sonar, haciéndome sobresaltar.
— ¿Hola? —responde inmediatamente— Sí. No, no estoy en casa. —hace una pausa, escuchando a la persona que le habla al otro lado de la línea— Bien, iré. Adiós.
Suelta un suspiro después de colgar y guarda el teléfono en su bolso.
— Lo siento, unni, debo irme, mi madre necesita ayuda con unas compras. —comienza a levantarse— Nos vemos otro día, ¿sí? Estaré escribiéndote.
Hace una seña con la mano mientras comienza a alejarse, dejándome sola en la cafetería.
Inevitablemente dejo de sentirme bien al encontrarme en la soledad junto a mis pensamientos, pues el recuerdo de Kim Tae-hyung siendo distante me hace doler el corazón nuevamente. Me recargo sobre el respaldo de la silla en donde estoy sentada y suelto un suspiro.
¿Qué debería hacer ahora?
Supongo que, aparte de todo lo que está ocurriendo entre nosotros, también tenemos un problema de comunicación, pues no me dice por qué se molesta conmigo y yo tampoco soy capaz de preguntarle qué le ocurre.
¿Y por qué?
Quizás porque su actitud hacia mí siempre me ha parecido extraña y ahora que ha cambiado tengo miedo de perderlo, pues no puedo negar que, después de todo, es lo único que tengo en este momento, la única persona que me mantiene distraída de lo que está ocurriendo en mi cabeza.
Sacudo mi cabeza un par de veces y me levanto del asiento. Ahora tengo que concentrarme en encontrar un vestido que dé la talla para ser la acompañante de Kim Tae-hyung en una boda de uno de los hombres más famosos del planeta y que además no sea lo suficientemente caro porque no pienso ocupar la tarjeta de Tae-hyung.
Comienzo a caminar entre las tiendas de ropa de lujo, únicamente mirando las vitrinas porque no me atrevo a entrar a ninguna porque nada logra convencerme. De pronto siento a alguien siguiendo mis pasos de cerca y me giro rápidamente para mirarle, con miedo de encontrarme a Bae Seo-hyuk de casualidad y verme obligada a conversar con él.
— ¡Hola! —saluda con una linda sonrisa el chico frente a mí y sus ojos se transforman en un par de líneas.
Pestañeo un par de veces al no creer quién está saludándome. Hago inmediatamente una reverencia.
— Hola.
— ¿Estás sola aquí? —pregunta, todavía con una sonrisa— ¿Ya comiste?
Casi me atoro con mi propia saliva al escuchar aquella pregunta. ¿Cómo es que Park Ji-min me pregunta si ya comí? Me quedo un momento en silencio, todavía procesando la situación hasta que niego con la cabeza.
— No. O sea, sí. O sea —tomo aire profundo al darme cuenta de que no estoy diciendo nada concreto y escucho que Ji-min suelta una pequeña carcajada—, acabo de salir de una cafetería, pero no tengo hambre.
Bajo los ojos hacia el suelo, sintiéndome de pronto terriblemente nerviosa.
— ¿Y qué haces por aquí? ¿No andas con Tae-hyungie? —levanto la vista ante su pregunta y le veo observando con atención a nuestro alrededor, quizás en busca de Kim Tae-hyung.
— No —murmuro en respuesta—, dijo que estaría ocupado y no pudo acompañarme.
— ¿Ocupado? —pregunta, abriendo ligeramente los ojos.
Aplano los labios. Así que, en realidad, no tenía nada que hacer y simplemente no quería venir conmigo porque, por alguna razón, se molestó porque me arreglé demasiado para salir. Corro la vista hacia el lado y me rasco la nuca.
— ¡Ah! Sí. —exclama de pronto Park Ji-min— Ahora lo recuerdo, está ocupadísimo.
— No es necesario que hagas eso. —hablo por lo bajo— Tendrá sus razones para no querer venir conmigo.
Nos quedamos un momento en silencio y me doy cuenta de cómo la gente que camina a nuestro alrededor comienza a fijarse en la presencia de Ji-min, así que hago una reverencia para despedirme, porque lo último que quiero es que salgan fotos donde estemos juntos y Tae-hyung llegue a malpensar todo de alguna manera.
— Creo que debería irme. Adiós. —comienzo a caminar, pero inmediatamente vuelvo a escuchar sus pasos detrás de los míos.
— ¿Qué haces aquí? No me dijiste.
No tengo que aligerar el ritmo de mi caminata porque no demora en ponerse a mi lado.
— Debo comprar un vestido para una boda.
— ¡Oh! ¿Irás a una boda? Yo igual iré a una en un par de semanas. —vuelve a sonreírme.
Y su sonrisa me da la sensación de que está coqueteándome, así que quito mis ojos y los fijo al frente.
— Creo que iremos a la misma.
— Ah... —se queda en silencio por un momento, como si estuviera ensimismado— ¿Tae-hyung te invitó?
Asiento con la cabeza.
No dice nada, lo que me llama la atención, pero tampoco opino al respecto.
De repente deja de caminar y me toma suavemente por la muñeca para que me quede parada a su lado. Su otra mano apunta una vitrina con un vestido azul marino que llega hasta la altura de los tobillos, abierto para que una de las piernas quede a la vista. Es algo simple, pero elegante.
— Creo que ese te quedaría muy bien. —gira su rostro hacia mí y siento que me observa de manera sugerente— Algo me dice que el azul marino es tu color.
· · • • • ✤ • • • · ·
— ¡Está bien, gente! ¡Hemos terminado por hoy! —avisa el director Hwang, dando por finalizado el rodaje.
Suelto un suspiro y estiro mi cuerpo, buscando una manera de eliminar la tensión que se ha formado en mis hombros. Es mi primer día en el set después de la lesión en mi tobillo, por lo que la falta de práctica ha provocado que todo se me resulte un poco más agotador.
— ¡Buen trabajo! —me anima Seung, haciendo una reverencia.
Respondo con una reverencia de vuelta y una sonrisa. Estoy dispuesta a comenzar a caminar hacia mis cosas para luego ir a cambiarme y ponerme nuevamente mi propia ropa, pero Don Seung me agarra suavemente de la muñeca, haciéndome voltear nuevamente hacia él.
— Seo Moon-ssi, me preguntaba... —deja la frase a medio terminar y se remoja los labios.
Se ve notoriamente nervioso, pues comienza a evitar mi miraba observando el piso. Se rasca la nuca y finalmente parece decidirse por hablar.
— Me preguntaba si es que tienes algo que hacer ahora, después de salir.
Mi boca se abre ligeramente ante su pregunta, pues se me hace totalmente inesperada, y siento que me quedo sin palabras. Me acomodo el cabello detrás de la oreja y miro discretamente a mi alrededor.
Y ahí le veo. Kim Tae-hyung ya se ha puesto su ropa y está de pie, mirándonos fijamente a lo lejos. Nuestros ojos se conectan por menos de un segundo, pero a mí se me hace una eternidad, y entonces puedo ver cómo levanta ligeramente una de sus cejas antes de hacer un gesto con la cabeza, casi como si estuviera diciéndome "ya vámonos", mientras su rostro mantiene esa expresión impasible tan típica de él.
Todo había vuelto a la normalidad entre nosotros luego de lo ocurrido el fin de semana. Nunca supe dónde fue Tae-hyung para evitar acompañarme y tampoco pregunté, porque quizás no quiero saberlo ni sentirme peor al confirmar que simplemente me estaba evitando.
Vuelvo a poner mis ojos sobre Seung y hago una pequeña mueca con los labios.
— Lo siento, debo irme temprano a casa. —respondo y hago nuevamente una reverencia.
Me escapo antes de que pueda responderme algo y me meto dentro del baño para cambiarme la ropa. Cuando estoy terminando de ponerme mis pantalones deportivos escucho que mi celular suena, anunciando una notificación.
"¿De qué hablaban?"
Trago saliva al leer el mensaje que me ha enviado Kim Tae-hyung. Entonces su expresión tan seria era porque estaba hablando con Seung. Me quedo entonces mirando la pantalla por un momento, sin saber si responderle con la verdad, pues quiero evitarme todos los problemas posibles con él.
"Nada importante, no te preocupes"
"Te has demorado mucho es responder eso. ¿Estás mintiéndome?"
Cierro los ojos por un momento y suelto un suspiro. Dejo el celular de lado porque decidí que no le contestaría nada más y termino de cambiarme. Salgo rápidamente del baño y recojo mi cabello en una coleta mientras camino hacia la salida. Sorpresivamente, todos se han marchado y sólo quedo yo dentro del set, así que me apresuro en salir hacia la calle.
¿Tae-hyung me esperará o se irá simplemente a casa? Su rostro demostraba lo enojado que se encontraba.
Me quedo parada afuera del edificio sin saber qué hacer realmente. Me giro, intentando encontrar el auto de Kim Tae-hyung por algún lado, aunque ni siquiera sé si es que está por aquí.
Nada.
De pronto, veo las luces de un auto proyectadas en el pavimento, indicando que un auto está a punto de salir del estacionamiento subterráneo del edificio, así que me acerco, con la esperanza de que sea él, pero lo único que encuentro es un auto negro de vidrios polarizados que se detiene antes de llegar a la calle. Me quedo inmóvil, recordando de golpe todo el asunto con este auto, pues mi vida había estado tan desordenada que había olvidado este pequeño detalle.
No me atrevo a moverme. No quiero acercarme, como una de las primeras veces, ni tampoco quiero salir corriendo, como la última vez. Sólo me quedo ahí, sintiendo mi corazón palpitar fuertemente contra mi pecho.
Entonces recuerdo también que en algún momento llegué a creer que el psicópata que manejaba aquel auto era Kim Tae-hyung, pero eso es imposible.
Creo.
¿Dónde estará él en este momento?
Siento un tacto delicado que tira de mi mano, haciéndome volver a la realidad. Kang Jin-seo tira de mí hacia la calle principal más cercana, obligándome a alejarme de aquel auto. Cuando se detiene se gira y me mira con preocupación.
— Seo Moon-ssi, no puedes simplemente quedarte así, sin hacer nada, algo podría sucederte. —me agarra por los hombros suavemente.
Pestañeo un par de veces, sin saber qué responder. Al cabo de unos segundos, ella suelta un suspiro y se pasa la mano por el cabello.
— Creo que tuviste suerte de que apareciera yo. —murmura— Si esto se repite una vez más tendremos que denunciar, esto no puede seguir ocurriendo, ¿sí?
Asiento con la cabeza en manera de respuesta.
— Ahora vete a casa, debes descansar. —me ordena, y es primera vez que la veo actuar de tal manera.
Ahora nuestra diferencia de edad es notoria.
Hace parar un taxi y me hace subir, así que rápidamente llego a casa de Tae-hyung, encontrándome simplemente con la oscuridad que anuncia que no hay nadie dentro. Tomo mi celular para llamarlo después de haberme cambiado y haberme puesto pijama, pero no recibo respuesta, simplemente la llama suena hasta que se desconecta sola.
Me siento en el sofá para mirar la televisión y me abrazo las piernas.
¿Dónde estará?
Comienzo a sentir que los ojos me pesan y, aunque no quiero dormirme porque estoy preocupada, se me hace imposible no cerrarlos, así que en cierto momento me duermo, pero despierto de un salto cuando escucho la puerta abrirse.
— ¿Dónde mierda estabas? —pregunta Kim Tae-hyung apenas me ve.
Me pongo de pie y le miro hacia arriba. Luce furioso. Sus mejillas se ven ligeramente sonrojadas y su cabello está desordenado, como si hubiese estado corriendo o moviéndose mucho.
— ¿Dónde estabas tú? —respondo de vuelta.
— No, Moon, respóndeme. —me apunta con el índice— ¿Estuviste con él? ¿Fue divertido?
— ¿Con quién?
Se pasa las manos por el cabello y niega con la cabeza, como si no pudiera creerse que le acabo de hacer esa pregunta.
— Con el idiota de Don Seung, ¿quizás? —responde con los ojos entrecerrados.
— ¿Qué? —respondo, casi sin entender por qué cree que me he ido con él— Me vine en taxi a casa porque te fuiste sin mí.
— Moon, no mientas. Estuve media hora esperando a que salieras del set, desapareciste.
Frunzo ligeramente el ceño. No lo vi y el tampoco me vio. No le pregunté si me esperaría y el tampoco me avisó. Tengo ganas de soltar una carcajada al darme cuenta de que todo es un malentendido.
— Tae-hyung, creo que hubo un malentendido... —comienzo y me acerco a tomar su mano.
Pero se aparta de mí y me mira con una sonrisa irónica.
— Por favor, Moon. —niega con la cabeza— Te vi hablando con él cuando terminó el rodaje. Te trajo a casa, ¿cierto? Por eso desapareciste, porque te viniste con él.
— No. —respondo inmediatamente, e intento acercarme nuevamente, pero otra vez se aleja.
— ¡Ya deja de mentirme! —grita, haciéndome sobresaltar— ¿Por qué, Moon? ¿Por qué te gusta hacer esto? Te gusta estar con dos al mismo tiempo, ¿no? Lo hiciste con tu ex prometido y conmigo antes, y ahora lo estás haciendo de nuevo.
Cada palabra que dice me duele como si me estuvieran apuñalando el corazón. Siento un nudo en la garganta y el incómodo picor en mis lagrimales que indican que estoy a punto de romper en llanto, así que bajo la cabeza para que no pueda verme.
No entiendo por qué se está comportando de esta manera, su manera de actuar se me hace irracional. ¿Por qué cree que estoy engañándolo? De pronto la conversación que tuve con Park Sun-hee el otro día sobre la confianza llega a mi cabeza.
Sabía que no confiaba en mí, pero nunca creí que llegase a tal extremo de no confiar absolutamente nada.
Lo único que hago es negar con la cabeza y comenzar a caminar hacia la habitación donde están mis cosas. Ni siquiera me doy el tiempo de cerrar la puerta detrás de mí y comienzo a rellenar mis maletas.
No estoy dispuesta a seguir con esta relación si él me trata de esta manera.
— ¿Qué haces? —pregunta cuando aparece por la puerta.
No lo miro, pero está de pie bajo el umbral, como si estuviera guardando distancia a propósito.
— Me voy. —me limito a decir.
Se forma un momento de silencio en el que sólo sigo y sigo metiendo cosas en las maletas, sin importar si mi ropa queda desordenada. De pronto, Tae-hyung se acerca lentamente y se para a mi lado.
— No te vayas, Moon.
Su tono de voz rogante me hace detenerme y mirarle a la cara. En realidad, su rostro no demuestra mucho, pero sus ojos están brillosos y enrojecidos, como si estuviera a punto de llorar.
— No te vayas. —insiste— Por favor, perdóname, no quise decir eso.
Trago saliva al escucharle de ese modo. Creo que nunca le había escuchado tan desesperado por algo. Sus brazos se estiran hacia mí y me envuelve con ellos en un fuerte abrazo. Siento su nariz apoyada sobre mi cabeza y de pronto su pecho comienza a subir y bajar al ritmo de sus sollozos.
— No me dejes, Moon. Quiero que te quedes conmigo. Si estás tú, me siento bien y olvido todas las cosas malas... Es como si me ayudaras a ser mejor persona. —suelta un suspiro tembloroso— Lo siento, soy un idiota por haberte tratado de esa manera. No quiero perderte, lo siento.
Me quedo un momento en silencio y sin corresponder a su abrazo, pero sintiendo que mi corazón vuelve a doler con cada palabra que dice.
Quizás todos podemos equivocarnos y decir cosas que no pensamos realmente sólo porque estamos enfadados. Además, Tae-hyung en un momento mencionó que no le había ido muy bien con el amor últimamente. Sé que con paciencia y cariño puedo hacerle confiar en mí. Sé que puedo darle la seguridad y estabilidad que necesita y que antes alguien, por algún motivo, no se lo supo dar.
Después de todo, él ha hecho mucho por mí. Me ha permitido vivir en su casa sin pedirme absolutamente nada a cambio y me mantiene, a pesar de que le pido que me deje pagar algunas cosas.
¿Qué ocurre entonces con el auto negro? Probablemente sea algún loco de por ahí que le gusta observar a las personas, porque, ahora que lo pienso, realmente se me hace imposible que sea Kim Tae-hyung, y no sé cómo en algún momento siquiera pude llegar a pensarlo. ¿Y si, por algún motivo, resulta ser él?
Creo que no habría nada que le no le perdonara a Kim Tae-hyung.
Suelto un suspiro y termino por abrazarlo también, sintiendo cómo mi cuerpo comienza a relajarse bajo su tacto.
— Está bien, no me iré a ninguna parte.
Holis, siento lo mierda del capítulo, pero el siguiente ya se viene fuerte, lo prometo <3
Por favor, no olvides votar!
Les quiere <3
-Nini
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro