Capítulo 14
El viaje de vuelta a la casa de Kim Tae-hyung se vuelve incómodo y eterno. Ninguno de los dos habla. No sé qué le ocurre y no sé qué es lo que he hecho mal.
¿Hice acaso algo que le molestó? ¿Por qué no me lo dice?
Mis ojos están fijos en el vidrio oscuro de la ventana del auto, pero no estoy mirando nada en específico, sino que mi mente divaga ahora entre lo ocurrido con Bae Seo-hyuk y lo reciente con Tae-hyung.
Al rato llegamos al estacionamiento del edificio donde está el apartamento y él no me espera, simplemente se baja del auto y camina en dirección al ascensor. Entonces suelto un suspiro antes de abrir mi puerta y comienzo a caminar con un poco de dificultad hacia donde me espera, sujetando la puerta metálica para que no se cierre. Subimos en silencio. Él está mirando la pantalla del celular, algo que debe parecerle mucho más interesante que mi presencia, y yo sólo tengo la vista fija en el suelo, mirándolo de reojo de vez en cuando.
Nos seguimos manteniendo en silencio durante la cena e intento comer lo más rápido que puedo para librarme de la incomodidad. Así que en menos de veinte minutos me encuentro encerrada en la habitación de huéspedes, con el pijama puesto y escondida completamente bajo las mantas de la cama.
Quizás debería buscar ya un lugar propio para quedarme, no puedo estar toda la vida alojada en casa de Tae-hyung.
Muevo ligeramente los dedos de mis pies dentro de la bota ortopédica y me alegro de ya no sentir ningún tipo de dolor. De todas maneras, me la quitarán el fin de semana.
Tomo mi celular y abro el chat de Park Sun-hee.
"Necesito ayuda para buscar un apartamento."
No pasan más de dos minutos cuando me responde.
"¿Bae Seo-hyuk y tú se mudarán?"
"No, terminamos hace un par de días.", respondo.
"¡¿QUÉ?!"
Suspiro y me salgo de su chat. Al parecer había olvidado contarle todo lo que había sucedido y nos espera una larga charla para ponerla al corriente de todo lo que está ocurriendo en mi vida.
Cierro los ojos, dispuesta a dormir y comenzar a buscar un nuevo hogar mañana, pero una nueva vibración en mi celular me hace revisarlo una vez más.
"¿Podemos hablar de lo que ocurrió? Aún te amo."
Trago saliva al ver aquel mensaje de mi exnovio, pero decido dejarlo allí, sin abrir, porque necesito tiempo para pensar. Todavía no he asumido que hemos cortado por mi culpa, pero ya está enviándome mensajes diciendo que quiere hablar y que me ama.
Me paso las manos por la cara en señal de desesperación.
Es mejor que duerma, así que cierro los ojos y me acurruco sobre el colchón, ignorando las vibraciones de los mensajes que sé que está enviándome Park Sun-hee.
Abro los ojos de nuevo, con la respiración y el corazón acelerados, murmurando el nombre de Bae Seo-hyuk.
Todo está completamente oscuro, así que no sé qué hora es ni cuántas horas he dormido. Pongo una de mis manos sobre mi pecho e intento regular mis respiración para calmarme, pero el rostro de mi exnovio aparece frente a mis ojos cada vez que los cierro.
Y es que desde que me dormí he estado soñando con los recuerdos de nuestra relación.
Mi mente no deja de torturarme.
Me vuelvo a acomodar para dormir, pero mi cabeza sigue repitiendo las imágenes de mis sueños una y otra vez, y un nudo se me forma en la garganta. Quisiera hacerme bolita y llorar, o gritar y golpearme a mí misma, sólo por haber sido tan estúpida y haber actuado de manera tan impulsiva.
Quizás todavía estaríamos juntos.
Pero Kim Tae-hyung no sería parte de mi vida.
Se forma una disputa en mi mente. Si nada hubiese ocurrido como fue, yo no estaría aquí, ni tampoco podría besar los tentadores labios de Tae-hyung cada vez que quiera, sólo porque se me dio la gana. Pero si nada de esto hubiese ocurrido, no me estaría torturando a mí misma, intentando averiguar qué le ocurre al chico que parece mostrar afecto hacia mí, pero que no tiene problema en ignorarme cuando se siente molesto por algo que no es capaz de decirme.
Aprieto los ojos con fuerza antes de suspirar y darme por vencida. Me levanto con cuidado de la cama y, después de abrir silenciosamente la puerta de mi habitación, camino a ciegas por el pasillo que conduce hasta la habitación principal. Abro sin tocar y trago saliva antes de hablar, temiendo ser rechazada.
— ¿Kim Tae-hyung? —pregunto en voz baja.
Escucho que gruñe despacio en respuesta.
— ¿Puedo dormir aquí?
Vuelve a gruñir, pero levanta las tapas de un lado de la cama para que entre y me acueste a su lado, así que lo hago rápidamente y me quedo a una distancia prudente porque no quiero molestarlo.
Abrazo la almohada y entierro mi cara en ella, sintiendo el olor de su perfume que realmente logra calmarme y despejar mi mente, así que no tardo en quedarme dormida nuevamente.
· · • • • ✤ • • • · ·
Cuando despierto a la siguiente mañana quiero acomodarme sobre el colchón, pero un peso sobre mí me lo impide. Abro los ojos con un poco de dificultad y me encuentro con Kim Tae-hyung prácticamente enrollado en mi cuerpo. Sus brazos me rodean por la cintura y sus piernas están enredadas con las mías.
Me quedo un momento observándolo.
Parece un niño cuando duerme y su rostro se ve completamente relajado.
Hago una mueca con los labios al recordar la tarde anterior, en la que se había comportado de manera extraña después de que me mostró aquel lugar que era especial para él, e inmediatamente tengo la necesidad de librarme de su agarre e irme de la habitación antes de que despierte para que no vuelva a molestarse.
¿Acaso hice algo mal ayer?
— ¿Que me mires tanto significa que te gusto? —su voz ronca me hace sobresaltar.
En algún momento había abierto los ojos, pero no me di cuenta porque estaba sumida en los recuerdos del día anterior. Me remojo los labios, nerviosa, e intento alejarme de su cuerpo, pero sólo logro que termine atrayéndome con más fuerza.
Como no respondo nada, cierra sus ojos hinchados por el sueño y hace un pequeño sonido con la garganta, fingiendo estar molesto.
Ha vuelto a ser el mismo Kim Tae-hyung.
— ¿No te gusto, Moon? Porque tú sí me gustas.
Siento un escalofrío al escuchar eso y me encojo en mi lugar. No pensé que tendría que decir esto en voz alta tan luego.
— Tú también me gustas. —murmuro en voz baja.
Suelta una pequeña risa y vuelve a abrir sus ojos para mirarme, es como si tuviese un brillo especial en ellos.
Me dedico a admirar su rostro somnoliento y su cabello ondulado que, a pesar de estar desordenado, luce perfecto en él. Mi vista baja hacia sus labios rosados que me regalan una pequeña sonrisa.
— Eso es genial. —susurra, pero al final de la oración jadea porque lo he agarrado de la nuca y he atrapado sus labios entre los míos.
Me corresponde el beso inmediatamente y ladea ligeramente su cabeza para hacerlo más profundo. Suelto un suspiro cuando se decide en meter su lengua dentro de mi boca y acaricia la mía con un poco de rudeza. Mis brazos se enredan en su cuello y lo acerco más a mí, logrando que también se acerque su cuerpo y quedamos pegados. Una corriente atraviesa mi cuerpo y va directo a mi entrepierna cuando siento una erección contra mi estómago.
Las manos de Tae-hyung comienzan a bajar lentamente desde mi cintura, pasa por mis caderas y terminan en mi trasero, donde se dedica a apretar con fuerza, provocándome más suspiros. Continúa bajando con una de sus manos por la parte trasera de mi muslo y cuando lo agarra para que lo levante y lo enganche en su cadera, pego un salto porque una sensación de dolor repentina se apodera de mi cuerpo.
— ¿Qué ocurre? —pregunta alarmado, con la respiración agitada y los labios hinchados.
Bajo la vista hacia debajo de las tapas de la cama, donde están nuestras piernas y me obligo a mí misma a ignorar la existencia de su erección tan cerca de mi cuerpo, y comienzo a bajar los pantalones de mi pijama, bajo su atenta mirada. Los dejo a la altura de mis rodillas y me destapo las piernas, dejando a la vista unas marcadas manchas moradas en mis muslos.
Frunzo el ceño. Ayer no las tenía.
Y entonces, con una contracción de los músculos del vientre, recuerdo que ayer visité a Kim Tae-hyung en la ducha y mientras me sostenía contra la pared enterró con fuerza sus dedos en mí.
En aquel momento me gustó sentir ese dolor, pero ahora se me hace incómodo.
— ¿Te duele mucho? —pregunta, todavía alarmado— Te hice daño.
Nuestras miradas se conectan por un momento y puedo ver lo preocupado que está. Pienso en regalarle una sonrisa tranquilizadora para que no se preocupe demasiado, pero sus ojos justo bajan hacia mi cuello y se abren con expresión de sorpresa. Estira su brazo hasta el lugar que está mirando y con las yemas de sus dedos me roza la piel. Vuelvo a saltar al sentir dolor.
— ¿Qué es esto? —murmura horrorizado— Te mordí el cuello, Moon. ¿Por qué no me dijiste que parezco animal desesperado?
Aplano los labios, reprimiendo una risa, pero termino riendo de todas maneras. Me mira confundido, así que llevo mi mano hasta su mejilla y le acaricio.
— Creo que —susurro, mirándolo directamente a los ojos, sintiendo de pronto que la timidez que siento cuando estoy con él ha abandonado mi cuerpo— esa es la manera en la que me gusta.
Nuestros papeles parecen intercambiarse, porque Tae-hyung corre la vista hacia otro lado, pareciendo avergonzado y se mantiene en silencio. Me quedo admirando su rostro. ¿Cómo es que puede pasar de ser el hombre más atrevido del mundo, dándome caricias que me roban suspiros, a ser un chico tímido, que se avergüenza por cosas que hizo el día anterior estando caliente?
Me acerco y, para su sorpresa, le dejo un beso en la mejilla. Antes de que pueda decir cualquier cosa, me levanto de la cama, no sin antes arreglar mi pantalón de pijama para dejarlo nuevamente en su lugar, y camino hasta la puerta de la habitación.
— Prepararé el desayuno.
· · • • • ✤ • • • · ·
Kim Tae-hyung se va a trabajar luego de desayunar y me quedo sola la mayoría del día, donde me dedico a intentar hacer algo que no sea dormir, así que termino jugando Pacman en la consola que está la sala. Me siento en el suelo, frente a la televisión y con la espalda apoyada en el sofá. Mis dedos mueven con dificultad los botones del control, pero considero que, a pesar de eso, podría jugar de manera decente si mis ojos no se fueran solos hasta el celular que está frente a mí, sobre la mesa de café.
Todavía no había respondido al mensaje de Bae Seo-hyuk, ni él tampoco había enviado uno nuevo. Sólo está ahí, sin abrir desde anoche.
Suelto un suspiro y dejo el control de lado para tomar el teléfono, pero justo cuando está en mis manos comienza a vibrar y me sobresalto, tanto que se cae al suelo. Cuando lo recojo, logro distinguir el nombre de Tae-hyung en la pantalla.
— ¿Hola? —digo al contestar la llamada.
— ¿Qué tal el día, linda?
Una sonrisa se forma en mis labios antes de que me dé cuenta y me remojo los labios, preparándome para responder algo que no se vaya a esperar.
— Creo que he estado pensando un poco en ti.
Tae-hyung suelta una risa nerviosa y parece acercarse el micrófono del celular a la boca.
— La verdad, yo también he estado pensando en ti. —susurra.
Abro la boca para responder, pero una tercera voz al otro lado de la línea me interrumpe.
— ¿Con quién hablas, Tae-hyungie? Espero que sea con esa chica preciosa que estaba en el set el otro día.
Frunzo el ceño, intentando recordar dónde he escuchado aquella voz y de pronto unos ojos coquetos y unos labios carnosos llegan a mi mente.
— ¿Qué quieres? —pregunta Tae-hyung hacia el tercero, sonando ligeramente irritado.
— Podrías darle mi número, me interesa. —Park Ji-min ríe— A no ser que a ti te interese también...
— Te llamo luego. —murmura Tae-hyung hacia mí.
Mientras habla y antes de que cuelgue todavía escucho a Ji-min parlotear, por lo que puedo escuchar perfectamente lo que está diciendo.
— Aunque no tengo problema en compartir contigo y te lo he demostrado, somos almas gemelas. ¿Recuerdas esa chica que una vez...? —y la frase queda al aire porque la llamada se corta.
Miro la pantalla de mi celular por un momento, sin entender realmente lo que estaba a punto de decir el otro chica, pero finalmente lo vuelvo a dejar sobre la mesa y decido concentrarme nuevamente en el juego. Fijo mis ojos en la televisión y comienzo a mover a Pacman a través del mapa que, a mi parecer, es bastante complicado.
Mi celular comienza a vibrar una vez más, indicando una llamada, y lo contesto sin mirar quién es. Quizás Tae-hyung ya está solo y puede hablar conmigo otra vez.
— ¿Ya estás solo otra vez? —pregunto con una sonrisa apenas descuelgo la llamada.
— ¿Moon? —una voz diferente a la que esperé suena al otro lado de la llamada.
Suelto inmediatamente el control, sin importar si pierdo la partida, y me alejo el celular de la ojera, sólo para ver el nombre de Bae-suk en la pantalla. Cierro los ojos con fuerza y me llevo una mano a la frente mientras vuelvo a acercar el celular a mi oreja.
— Lo siento, creí que era otra persona. —murmuro entre dientes.
— ¿Quién creíste que era? —pregunta molesto— ¿Ese chico con el que me engañaste?
Trago saliva cuando siento que mi corazón comienza a acelerarse y niego con la cabeza, como si pudiera verme, pero en realidad me alegro de que no lo haga porque estaría mintiéndole. Porque quisiera decirle que no es cierto, que no estoy con él y que sólo estuve con él una sola vez, y le mentiría sólo con tal de escucharle decir que me perdona.
Pero no puedo hacer eso.
Suspiro.
— ¿Qué quieres? —pregunto.
— Anoche te envié un mensaje.
Frunzo los labios.
— ¿De verdad? No lo he visto. He estado ocupada, en realidad.
— Necesito hablar contigo sobre lo que pasó. Yo... —su voz se apaga, pero se aclara la garganta y sigue hablando— Todavía siento cosas por ti, Moon. —vuelve a hacer una pausa— Te amo.
Cierro los ojos con fuerza a la vez que aguanto la respiración. Siento que mi corazón duele, cada latido que pega contra mi pecho arde. Sé que si digo algo terminaré llorando, por lo que prefiero mantenerme en silencio.
Y él tampoco dice nada, porque espera que le responda algo.
— ¿Moon? —me llama, al cabo de unos segundos.
— Lo siento, tengo que pensarlo. —respondo atropelladamente y cuelgo antes de que pueda responder cualquier cosa que me haga cambiar de opinión.
Me echo hacia atrás y suelto todo el aire que tengo contenido en los pulmones.
¿Siempre todo es tan complicado?
Niego bruscamente con la cabeza, como si eso me ayudara a despejarme de mis propios pensamientos, y decido que es momento de hacer otra cosa que me mantenga ocupada. Apago el televisor y camino hasta la cocina.
Es hora de hacer la cena.
Pongo música en un parlante antes de abrir la puerta del refrigerador y mirar la cantidad exorbitante de cosas que hay dentro. No sé qué podría preparar porque se me ocurren mil y una cosas a la vez, y termino sin decidirme por nada. Saco un par de vegetales, dispuesta a improvisar, me pongo un delantal de cocina, y comienzo a cortarlos en una tabla.
Cuando ya he puesto los vegetales en una sartén junto con carne, la puerta de entrada se abre y frunzo el ceño, mirando la hora en el reloj que hay colgado en la pared. Es temprano todavía y es extraño que Tae-hyung llegue antes de la hora que me ha dicho. De pronto, una silueta delgada y alta aparece por el umbral de la puerta de la cocina.
Y, efectivamente, Kim Tae-hyung ha llegado antes.
— Hola, linda. —dice mientras se acerca a besar mi sien— Eso huele bien. —asoma su cabeza por encima de mí para ver lo que estoy cocinando.
Me quedo un momento descolocada, sin saber qué es lo que ha ocurrido ni por qué ha llegado antes a su casa, pero finalmente le regalo una sonrisa.
— Llegaste antes. —murmuro mientras vuelvo a revolver la comida.
Se acomoda detrás de mí, tomándome por la cintura, y apoya su boca en la parte trasera de mi cabeza. Por nuestra diferencia de tamaño puede ver perfectamente todo lo que estoy haciendo.
— Dijiste que habías estado pensando en mí. —explica, como si no fuese la gran cosa.
Suelto una risa nerviosa, pues nunca imaginé que saldría antes del trabajo para venir a estar conmigo sólo por algo que le dije durante una llamada telefónica.
— Y, de hecho, mientras pensaba en ti durante el día estuve escuchando una canción, que también me recuerda a ti. —enreda sus brazos en mi cintura, abrazándome, antes de alejarse de mí y caminar hasta el parlante.
Busca en su celular y espera a que termine la canción que está sonando para poner la suya. Una suave melodía comienza a sonar y mis mejillas se ponen rosadas al reconocerla, así que bajo el rostro para que no pueda verme, a pesar de estar dándole la espalda.
https://youtu.be/9XUw4wvmRps
La voz suave de un hombre comienza a cantar y Tae-hyung le acompaña, tarareando porque, al parecer, no se sabe la letra que está en inglés.
Finalmente, la curiosidad me gana y giro ligeramente la cabeza para verle. Mueve su cuerpo suavemente de un lado a otro a través del espacio de la cocina, moviéndose al compás de la música. Al verme observándolo me sonríe y justo comienza el coro.
— Just the two of us, we can make it if we try... —canta al tiempo con la canción y estira una mano hacia mí para que la tome.
Me preocupo de apagar el fuego donde está la comida antes para no provocar un accidente, y acepto su mano, todavía con un poco de vergüenza. Me atrae hacia él, sosteniendo mi mano derecha y poniendo su mano libre en mi cintura.
— No sé bailar. —murmuro torpemente.
— Déjate llevar. —me susurra.
Relajo mi cuerpo y me dejo guiar por sus movimientos agraciados que van justamente al ritmo de la música. Levanto los ojos tímidamente y me doy cuenta de que me está mirando con una sonrisa mientras sigue cantando.
Me quedo hipnotizada mirando sus sonrientes ojos oscuros mientras nuestros cuerpos recorren la extensión de la cocina. Suelta de pronto mi cintura y me hace girar en mi lugar, para luego volver a sostenerme y apegarme un poco más a su cuerpo, soltando una risa por mi cara de sorpresa.
— Just the two of us —canta un poco más fuerte, echando su cabeza ligeramente hacia atrás al llegar a una nota ligeramente más alta— building castles in the sky. Just the two of us, you and I.
Nuevamente siento mis mejillas ponerse rojas y escondo mi rostro en su cuello para que no me vea. El olor de su perfume me hace querer sonreír y cierro los ojos, disfrutando de cómo se siente tener una de sus manos acercándome a su cuerpo con delicadeza mientras balancea mi cuerpo suavemente de un lado a otro.
Holis!
Este era un capítulo medio romántico jiji
Nadie puede quitarme la imagen mental de Tae bailando Just the two of us de la misma manera en la que estaba bailando en ese bar en Las Vegas *muere*
Espero que hayan disfrutado el capítulo, ya se viene lo bueno uwu
(Tengo tremendo bloqueo creativo con esta historia, y sufro porque me encanta escribirla, lo siento)
Por favor, no olvides votar!
-Nini
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