Capítulo 1
Trago saliva e intento concentrarme. Soy Park Yuyeong y acabo de tener un accidente de auto, estoy en el hospital. La máquina pitea a mi lado indicando que mis signos vitales están normales. Abro ligeramente los ojos y lo primero que veo es a una enfermera que me recibe con una sonrisa.
—¡Qué alegría! —susurra para sí misma, se da media vuelta y sale apresuradamente de la habitación.
Me quedo mirando mi alrededor. La habitación del hospital es completamente blanca y frente a mí hay una televisión apagada. Intento girar la cabeza al sentir un ruido a mi lado y me quejo por un agudo dolor en mi cuello. Hasta este momento me percato de que llevo un cuello ortopédico.
—Eso debe doler —una voz masculina habla a mi lado.
Lo busco únicamente con la mirada y logro divisar un pie enyesado. Cierto, las habitaciones de los hospitales públicos son compartidas. Cierro los ojos, sintiéndome terriblemente cansada de repente.
—Soy Lee Hyejoon —insiste nuevamente el chico.
—Park Yuyeong —respondo y me impresiono de lo ronca que sale mi voz.
El doctor ingresa por la puerta y se dirige inmediatamente a revisarme. Pasa una linterna frente a mis ojos y hace un par de cosas más que no termino de comprender.
—El auto en el que ibas se volcó producto de la lluvia —me explica—. Por suerte no te ocurrió nada demasiado grave, sólo tienes una lesión en tu cuello producto del impacto.
Intento asentir con la cabeza, pero el dolor vuelve a mí, así que termino emitiendo un ruido con mi garganta para darle a entender al médico que he entendido todo. El hombre se da media vuelta y sale de la habitación.
—Park Yuyeong-ssi, ¿te duele mucho?
Frunzo el ceño. No estoy de humor para entablar una conversación en este momento. Giro levemente mi cuerpo para decirle a tipo a mi lado que deje de molestar, pero cuando veo su rostro me quedo en blanco. Creo que es el hombre más hermoso que he visto, a pesar de estar ligeramente golpeado se ve bastante guapo, y su cabello ondulado desordenado le da un aire despreocupado. Nuestros ojos se conectan y me quedo sin aliento.
—¡Corte! —grita el director Hwang.
Vuelvo a mi posición inicial en la camilla y espero a que alguien del equipo venga a ayudar a levantarme. Llega una pequeña chica que evita mi mirada a toda costa, y cuando mira casualmente a mi compañero se pone terriblemente nerviosa. Pobrecita.
—Seo Moon-ssi —vuelve a hablar, nombrándome—, creo que no estás transmitiendo correctamente el sentimiento. Cuando Park Yuyeong ve a Lee Hyejoon tiene que demostrar que es el hombre más hermoso que ha visto en su vida, que es una conexión a primera vista.
Llevo mis manos a mis caderas y formo una línea con mis labios. Estoy haciendo lo mejor que puedo, ¿qué más se supone que haga? De todas formas, asiento con la cabeza. Me siento más frustrada que nunca, hemos grabado esta misma escena diez veces y ninguna termina de convencer al director. Y eso que es sólo el inicio del drama.
Mi compañero está sentado en la camilla y está mirándome fijamente, aunque a la vez parece que no me observa. Es un poco extraño, ha actuado así desde la primera vez que nos vimos en la primera lectura del guion. Como siempre, trato de ignorarlo y vuelvo a recostarme en la camilla para volver a interpretar por décima primera vez la escena.
—No te deprimas, Seo Moon-ssi.
Giro mi cabeza y no puedo ocultar mi cara de asombro al ver que me acaba de dedicar unas palabras de aliento. Hoy mismo había comenzado el rodaje y no se había molestado siquiera en saludarme. Ni siquiera esperaba que supiera mi nombre.
—Gracias, Kim Taehyung-ssi. Digo, sunbae —me corrijo entre dientes.
Para una novata como yo, que está haciendo su debut como actriz, por supuesto que es frustrante. En cambio, él lo ha hecho perfecto todas las veces, lo único que hace es recibir halagos, mientras que yo soy reprendida. Cierro los ojos por un momento e intento calmarme lo más que puedo. ¿Cómo es que pude pasar las audiciones? Ahora no puedo hacer nada bien.
—Preparados... —el director Hwang habla después de un momento, indicando que la escena está a punto de comenzar nuevamente—. ¡Acción!
Abro los ojos inmediatamente. Soy Park Yuyeong y acabo de tener un accidente de auto, estoy en el hospital. La máquina pitea a mi lado indicando que mis signos vitales están normales.
Esta vez lo haré bien.
· · • • • ✤ • • • · ·
—Buen trabajo a todos —felicita el señor Hwang, levantándose de la silla en la que llevaba horas sentado—. Seo Moon-ssi, ¿podemos hablar un momento?
Asiento con la cabeza y espero a que las personas del equipo de vestuario terminen de quitarme el cuello ortopédico y la bata de hospital. Busco una liga en mi bolso y camino hasta el director mientras me recojo el cabello en una coleta alta. Veo de reojo a Kim Taehyung, que también está quitándose la vestimenta de hospital y me percato de que nuevamente me está mirando fijamente.
Qué tipo más extraño.
Sigo al señor Hwang hasta su pequeño despacho en el set de filmación y me quedo parada frente a su escritorio mientras él se sienta al otro lado.
—Seo Moon-ssi, eres genial, ¿lo sabes? —comienza a hablar y recarga sus codos sobre la mesa—. Pero —trago saliva porque sé que dirá algo malo— no siento que estés dando todo tu potencial. ¿Qué pasó con la chica desconocida que nos cautivó en las audiciones?
Bajo la mirada hasta el piso haciéndome la misma pregunta.
—Hoy, el primer día, sólo pudimos grabar una escena contigo, y no puedo permitir que eso ocurra —se cambia de posición y se recuesta totalmente sobre la silla negra donde está sentado—. Ya es el primer día y estamos retrasados respecto al tiempo que habíamos estimado, Seo Moon-ssi. Y yo jamás me retraso, así tendrás que concentrarte en tu trabajo. Es lo único que tienes que hacer.
Se queda callado y entiendo que la conversación ha terminado. Hago una reverencia y me alejo rápidamente de la oficina. ¿Qué es lo que hice mal? A mi parecer, he actuado de la misma forma que lo hice en las audiciones. Me apresuro en tomar mi bolso e ir directamente al baño. El corazón me salta como loco y no puedo reconocer si es por coraje o por desdicha. Me meto en un cubículo y me siento sobre la tapa del inodoro, hurgo entre mis cosas y saco el libreto. Leo la misma escena una y otra vez en voz baja.
¿Qué es lo que estoy haciendo mal?
Salgo del cubículo y me paro frente al espejo que reposa sobre los lavamanos. Me relamo los labios mientras leo nuevamente mis líneas subrayadas con marcador rosa.
—¿Y a ti qué te ocurrió? —digo, mirándome fijamente al espejo e intentando poner la expresión indicada en el papel.
Bajo la cabeza y respiro hondo antes de volverla a levantar.
—¿Y a ti qué te ocurrió? —repito, frunciendo ligeramente las cejas y recorriendo con mis ojos mi propio rostro en el espejo.
No, no está bien así. Abro la llave del lavamanos que tengo al frente y me mojo la nuca. Me apoyo sobre el mueble de loza y cuento hasta diez mentalmente. Levanto nuevamente la cabeza para mirarme. Primero intento ensayar la expresión de mi rostro. Frunzo ligeramente el ceño. No. Entreabro la boca e intento poner ojos de cachorrito.
Eso está un poco mejor.
—¿Y a ti qué te ocurrió? —acompaño nuevamente la frase con la expresión que acabo de ensayar.
Se ve terrible.
—¡Inservible de mierda! —un grito agudo sale de mi garganta y tiro el libreto con fuerza hacia el suelo.
—Señorita, el edificio está a punto de cerrar.
Me giro asustada y me encuentro con una señora de baja estatura en la puerta del baño, en sus manos sostiene un trapero y me sus ojos me muestran una mezcla entre fastidio y miedo. Me agacho para recoger el libreto del suelo y hago una reverencia mientras murmuro unas disculpas antes de salir.
Estoy tan frustrada que no tengo tiempo de sentir vergüenza.
Camino rápidamente hacia la salida y me quedo parada en la calle, esperando a que pase un taxi. A mi lado, por la salida del estacionamiento subterráneo del edificio, sale un auto negro con ventanas polarizadas y se detiene ahí un buen rato, a pesar de que ningún otro auto pasa por la calle y podría salir sin problemas. Intento llevarme el cabello detrás de la oreja, pero recuerdo que lo llevo recogido, así que termino rascándome la oreja para parecer natural.
El auto sigue ahí y no tengo otra opción que mirar mi celular, carente de notificaciones, para intentar ocultar mi incomodidad. Aprovecho para abrir un chat y teclear un mensaje. Pasan un par de segundos más y al fin diviso un taxi desocupado. No dudo en hacerlo parar y antes de subirme me giro levemente hacia el auto negro, que de un momento a otro se pone en marcha.
Después de un buen rato me bajo frente a otro edificio. Tomo el ascensor y marco el quinto piso, me recargo sobre la pared mientras espero que suba. Estoy exhausta y ni siquiera pude grabar bien una escena. Camino con pesar hasta la puerta y tecleo la clave en la cerradura. Me dejo caer en el suelo después de quitarme los zapatos.
No siendo capaz de avanzar más.
— ¿Cómo te fue, cariño? —apenas levanto la cabeza cuando escucho esa voz tan familiar.
Bae Seohyuk, un chico alto y de cabello castaño, se acerca animadamente hasta mí, trae un par de copas de vino tinto en sus manos. Se agacha hasta mi altura y me ofrece una que no dudo en aceptar. Doy un largo trago y siento el calor del alcohol quemarme levemente la garganta.
—¡Oh! Tranquila.
—Fue horrible —respondo cuando alejo la copa de mis labios.
—Estás recién comenzando, cariño. Debes trabajar duro y verás cómo las cosas mejoran.
Con un segundo sorbo termino de tomarme el contenido de la copa. ¿Cómo le explico a mi novio que estoy dando lo mejor de mí y más aún? De repente recuerdo a Kim Taehyung, siendo alabado por todos, incluso por el director, y aprieto los dientes.
Eso es porque es famoso, ¿cierto?
No soporto que las personas estén lamiéndole las suelas de los zapatos mientras yo sólo soy criticada. Suelto un gran suspiro y me levanto del suelo. No me gusta tener tantos pensamientos negativos en mi mente, así que será mejor que me vaya a dormir.
—Preparé la cena —avisa Seohyuk, siguiéndome hasta la habitación.
—Creo que hoy estoy muy cansada, cariño —respondo con una mueca en los labios.
Comienzo a ponerme el pijama.
—Espera, tengo una idea —exclama emocionado y desaparece por el pasillo.
Gateo por la cama y me meto dentro de las tapas, aliviada por sentir el cómodo colchón bajo mi cuerpo. Me acomodo de lado y no puedo evitar cerrar los ojos. Casi al instante aparece Seo-hyuk por la puerta e inmediatamente los abro. Trae un plato con comida entre sus manos, una cuchara y una servilleta. Me siento en la cama sin terminar de entender lo que quiere hacer.
Se sienta a mi lado y llena la cuchara con comida.
—Abre la boca, cariño —acerca la cuchara a mi boca— Di aaaaah.
Suelto una pequeña risa antes de obedecerle. La cuchara es introducida en mi boca con cuidado y comienzo a masticar. Así es como mi novio me alimenta estando en la cama.
—No podría dejar que no cenaras —me reprende mientras limpia mis labios con la servilleta.
Le regalo una sonrisa adormilada y estoy a punto de recostarme nuevamente cuando me detiene.
—Moon-ah, ni siquiera te has quitado el maquillaje.
Llevo una mano a mi cara y me doy cuenta de que tiene razón. Deja el plato sobre la mesa de noche, me saca de la cama y me carga como a una princesa hasta el baño, donde me deja suavemente sobre el suelo, justo frente al lavamanos. Me pone una liga para tirar todo mi cabello hacia atrás, abre el envase del desmaquillante y lo esparce con cuidado por mi rostro con un pétalo de algodón.
No puedo evitar reírme una vez más ante la ternura que me da.
—No te preocupes, cariño —hablo riendo todavía—. Lo haré yo misma.
Continúo el trabajo sonriente y veo que desaparece por la puerta. Termino la larga rutina de limpieza facial y con la piel brillante me dirijo nuevamente hasta la habitación, donde me encuentro a un Seohyuk vistiendo pijama y recostado sobre la cama. Estira los brazos para que me acerque y no dudo en hacerlo. Vuelvo a meterme bajo las tapas y me acurruco entre sus brazos, dándole la espalda.
Inmediatamente comienza a acariciarme el brazo con la yema de sus dedos. Su toque me provoca un poco de cosquilla y no puedo evitar soltar una pequeña risa. Me acerco más a su cuerpo para sentir su calor y mis ojos comienzan a cerrarse lentamente.
—Te amo —murmura Seohyuk en mi oído.
No puedo evitar sonreír.
—Yo también te amo.
· · • • • ✤ • • • · ·
Último día de grabación de la semana. Y no puedo mentir, me siento totalmente agotada. Me había encargado de llegar más temprano al set de grabación para ensayar, por lo menos, diez veces mis líneas antes de comenzar. Y después de terminar el rodaje del día, me quedaba otro rato más para seguir ensayando.
¿Había servido? Bastante. El director ya no me hacía repetir las escenas diez veces, pero tampoco sentía que estuviera cien por ciento satisfecho.
Algo es algo.
El equipo de vestuario está quitándome la bata de hospital y cuando ya estoy libre aprovecho de recoger mi cabello en una coleta alta. Hago una reverencia a mis compañeros y me aproximo hacia donde está mi bolso colgado. Hoy me iré temprano porque es viernes.
Una extraña sensación de ser observada me invade, pero esta vez decido ignorarla. Sé quién es. Sé que es Kim Taehyung que me observa fijamente desde lejos. Trago saliva nerviosa y cuando me giro para caminar hasta la salida del set no puedo evitar encontrarme con su mirada. Tiene el celular en la mano, pero no parece prestarle atención porque sus ojos están puestos justo sobre los míos. Como se da cuenta de que le veo, comienza a acercarse lentamente.
—Has estado practicando —su expresión totalmente neutra me hace dudar sobre si es un halago o una crítica.
—Sí —hago una reverencia con la cabeza y me dispongo a seguir mi camino— Hasta el lunes, sunbae.
Tengo que esconder mi molestia ante su comentario. ¿Qué se cree?
Sigo sintiendo su mirada mientras me alejo y contengo mis ganas de voltearme una última vez para mirarle mal. El frío de la noche primaveral me golpea el rostro y por un momento cierro los ojos. Son las once de la noche del viernes, y para muchas personas la noche recién comienza. También para mí. Me pongo a esperar un taxi y aprovecho de mandarle un mensaje a Park Sunhee, mi mejor amiga de la infancia.
El auto negro aparece de nuevo en la salida del estacionamiento del edificio, y nuevamente se queda ahí, esperando sin hacer nada. Guardo mi celular en el bolso y me quedo mirando. Esto se ha repetido cada noche cuando terminamos de grabar y realmente está comenzando a asustarme. Podría ser cualquier persona la que está detrás de ese vidrio polarizado, puesto que no está sólo el set de rodaje en el edificio, sino que hay más oficinas.
¿Por qué tengo que ponerme incómoda por culpa de un maldito acosador?
—¡Oye! —grito y comienzo a caminar hasta el auto negro—. ¿Qué crees que haces, acosador de mierda?
Estoy a un par de metros, totalmente dispuesta a abrir la puerta del piloto, cuando el motor del auto se enciende y emprende marcha, ignorando los autos que venían por la calle y casi provocando un accidente. Me quedo con los ojos bien abiertos sin creer realmente lo que acaba de pasar. Y tampoco lo que yo estaba a punto de hacer, podría haber sido cualquier persona enferma la que estaba dentro de ese auto.
—Oye, ¿estás bien? —me sobresalto a escuchar una voz detrás de mí.
Pongo una mano sobre mi pecho, justo sobre el corazón, al mismo tiempo que me giro.
—Lo siento, no quise asustarte.
Mis ojos se posan en una tímida chica, bastante más baja que yo. Es una de las chicas del equipo de vestuario. También trae el cabello recogido y sus anteojos parecen demasiado grandes para su rostro. Le regalo una pequeña sonrisa sólo de pensar en la ternura que me inspira.
—Ah, sí. Estoy bien, gracias —hago una reverencia con la cabeza—. Es sólo que hay un tipo que me está acosando todas las noches al salir.
Termino la frase con un gran suspiro. Normalmente no le contaría algo como esto a cualquier persona, pero esta chica me inspira confianza.
No puedo con su ternura.
—Eso es algo grave —su boca se abre levemente, mostrando un poco de sorpresa.
Asiento con la cabeza, mirando hacia el suelo. Un silencio se forma entre nosotras. Suspiro y miro hacia la calle, justo pasan dos taxis vacíos, pero considero que es descortés irme sin agradecer la preocupación de la chica. Creo que Park Sunhee tendrá que esperarme un momento.
—Eres Seo Moon-ssi, ¿cierto? —su voz capta mi atención y la miro inmediatamente.
—Sí. ¿Tú eres...? —pregunto.
No puedo evitar sentirme estúpida. Llevo cinco días trabajando con todo el equipo encargado del drama y no sé el nombre de nadie. Al contrario, todos saben mi nombre porque el director Hwang me pasa regañando.
—¡Oh! Soy Kang Jinseo. —se apresura en hacer una reverencia.
—No seas tan formal, por favor, seguramente tenemos la misma edad —hago un gesto con mis manos para que se detenga.
Veo pasar otro taxi desocupado.
—Tengo veintisiete.
¿Veintisiete? Creí que tendríamos la misma edad. Hago una pequeña mueca con el rostro, no pudiendo ocultar mi sorpresa.
—Yo tengo veinticuatro —respondo.
Veo pasar otro taxi más y decido que ya es momento de irme. Sunhee debe llevar rato esperándome y no me gusta ser impuntual.
Me rasco la frente antes de hablar.
—Bien, Kang Jinseo-ssi, creo que debería irme. Gracias por preocuparte —hago una reverencia—. Que llegues bien a casa.
La chica me responde con otra reverencia y yo aprovecho que viene pasando otro taxi para hacerlo parar y subirme. Me hace una pequeña seña con la mano mientras me voy en el auto.
Quizás los días ya no serán tan difíciles, ahora tengo con quien conversar.
Holis!
Aquí tienen una nueva probadita de lo que sería la "continuación directa" de Imposible y en verdad no me había dado cuenta del parecido de los nombres xd
Bueno, creo que quedó claro que este fanfic será con Tete (que quedó frienzoneado en la historia anterior)
Por ahora no actualizaré mucho por aquí porque priorizaré el final de Imposible y porque ya tengo muchas historias xd
Espero no haya sido tan aburrido el capítulo y les haya gustado, porque al igual que con Iridiscente (la historia con Hobi) tengo mucha fe en esta historia uwu
Les quiere <3
-Nini
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro