Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

40

Alan Walker, Sabrina Carpenter & Farruko - On My Way

Paseo la mirada por el lugar y veo una mano levantada saludando en mi dirección, una pequeña sonrisa se desliza por mis labios al verlo sonriendo y mirándome con alegría. Apresuró el paso hasta llegar hacia él, sintiendo como sus brazos rodean mi cuerpo y me abrazan con fuerza contra su cuerpo.

—Vas a partir todos y cada uno de mis huesos.

Siento su risa vibrar en su pecho, los ojos de Sam se posan sobre los míos cuando me aleja de su cuerpo. Tiene la barba afectada y huele a crema de afeitar, el cansancio no es tan profundo en sus ojos, poco a poco se ha ido en los últimos días, supongo que los tés del abuelo si le ayudan a dormir.

—¿Ya dejaste a Henry? —inquiere mientras tira de mi brazo y comenzamos a caminar.

—Sí, estaba contento de ir al campamento.

—Imagino que sí —chasquea la lengua—. ¿Y si cambiamos el color de cabello?

Frunzo el ceño y niego con la cabeza.

—Mi color me gusta.

Me mira de reojo por unos segundos antes de desviar la mirada.

—¿Entonces solo te vas a cortar el cabello? —inquiere y asiento con la cabeza—. Entonces deberías pintarlo de un color oscuro, quizás castaño, sería un gran cambio y ¿Ya pensaste lo de mudarnos?

Dejo salir un suspiro y niego con la cabeza, frenando el caminar y volteando a verlo con una ceja arqueada, acción que él repite.

—¿Por qué quieres que nos mudemos?

—Porque la casa ya no me gusta.

Frunzo el ceño.

—¿Solo por ello?

—Henry también luce incómodo desde lo ocurrido con Ali, ni siquiera entra al baño del pasillo, sino al de el cuarto del abuelo.

Es cierto, el enano no entra a ese baño por nada del mundo. Lamo mi labio inferior y no respondo nada, ambos entramos en la peluquería y nos sentamos a esperar, llegamos antes de la hora estimada.

—Encontré una casa bonita —dice en un susurro.

—Sam, tengo que hablarlo con el abuelo.

Sus ojos se posan en los míos y sonríe de lado.

—Ya lo hice yo, y está de acuerdo en mudarnos. Piénsalo, Ali tendrá un nuevo hogar cuando salga del psiquiátrico, la casa es amplia y tiene un patio enorme y piscina, los niños la amarán.

Muertos mi labio inferior y froto la parte trasera de mi nuca, haciendo leves presiones.

—¿Dónde queda? —pregunto curiosa.

Sus ojos brillan.

—A las afueras de la ciudad, es un vecindario muy bueno y lindo, es tranquilo y al parecer hay personas muy agradables y sobre todo, tiene una muy buena seguridad.

Dejo salir un pequeño suspiro mientras mis ojos se desvían hacia la mujer de ojos cafés que está entrando al lugar, recorre el lugar con la mirada y cuando da con nosotros sonríe amplio para acercarse a nosotros.

—Creí que no iba a llegar nunca —dice soltando un suspiro.

—¿Te fue bien en el tribunal? —inquiere Sam cuando ella se deja a caer a su lado.

Clary asiente sonriente.

—Logre ganar el caso, ese bastardo estará muchos años en prisión y no saldrá de esa pocilga pronto.

Sam sonríe y asiente, en un movimiento rápido pasa su mano por encima del cabello de Clary y está se queda estática, mientras que él luce normal.

—Sabía que lo ganarias, eres una fiera en tribunales.

Sonrío burlona al ver la incomodidad de Clary, pero Sam parece no notar nada y solo deja caer su mano de la cabeza de Clary cuando los ojos de ella dan con los míos.

—¿Si vas a pintar tu cabello?

Bufo y niego con la cabeza para luego levantarme cuando me llama la estilista. Me coloco frente a ambos y cruzó de brazos.

—¿Van a decirme por qué la insistencia en que me cambie el color de cabello y de casa? —inquiero y ambos intercambian una mirada.

—No es por nada en especial —musita Sam relajado.

Arqueo una ceja en dirección a Clary y ella se encoge de hombros.

—Me gustaría verte rubia, y la casa que encontró Sam es hermosa. Ya fuimos a verla.

Gruño entre dientes porque parece que se colocaron de acuerdo para ocultar algo, ellos sonríen y lanzadoles una mirada asesina me doy la vuelta y camino hacia el estilista, dejándome caer en la silla de cuero negro y viendo a través del espejo a Sam y Clary empezar a hablar.

Esos dos ocultan algo, estoy segura.

Mis ojos se desvían de vez en cuando hacia la pareja detrás de mí mientras el estilista hace trabajo. Ambos ven algo en la tablet de Clary y Sam termina luciendo enojado, pero cuando sus ojos dan con los míos se esfuerza en sonreírme, sonrisa que le devuelvo.

En los últimos días he querido preguntar qué es lo que ocurre, pero sé que no obtendré una respuesta. No he hablado con Ax desde aquella noche, pero sé que ellos hablan con él, sé que le dicen cómo están las cosas.

Sé que pregunta por mí, sé que le importo.

—Es un gran cambio —dice Clary, parada a mi lado.

Miro mi reflejo en el espejo, mi cabello ahora cae unos dedos más abajo de mis hombros, ya no es largo.

—Pero debería pintarlo de rubio —dice Sam en dirección de la estilista—. ¿Cierto?

La mujer sonríe, mostrando sus dientes blancos pero algo chuecos en los delanteros y asiente con la cabeza, para luego mover mi cabello y sonriente decir:

—Tu color de piel es hermoso, igual que tus ojos. Así que el rubio haría que parecieras una muñeca Barbie.

Bufo y niego con la cabeza.

—No quiero parecer una muñeca Barbie.

—Hailee —menciona Sam y con aburrimiento volteo a verlo. Está mirándome con detenimiento—. Deberías pintarlo.

Gruño entre dientes y niego con la cabeza.

—Iré a pagar y los esperaré en el auto mientras se compran un helado y dejan de joderme.

Escucho a Clary llamarme por mi nombre pero la ignoro mientras me acerco a la caja para pagar. No voy a pintar mi cabello, hice un gran corte porque quería y porque Sam fue el de la idea, pero hasta ahí. No me persiguen mientras salgo del local, cuando me atrevo a mirar en su dirección, veo a Clary sosteniendo el rostro de Sam, como si intentará tranquilizarlo, pronto los pierdo de vista cuando las escaleras eléctricas bajan por completo.

Sin prestar atención a mi entorno reviso mi correo y voy respondiendo las cosas que tengo pendientes mientras me dirijo hacia el ascensor y luego ir hacia el estacionamiento. Me disculpo con alguien sin alzar la mirada y un olor que se filtra por mis fosas nasales hace que una arcada suba por mi garganta y mi cuerpo se estremezca como si tuviera mucho frío.

Trago saliva con fuerza, sintiendo la bilis bajando por lo garganta, el líquido deja un sabor amargo en la boca de mi estómago y el olor en el aire, es de una colonia que revuelve mi estómago con violencia.

Guardo el teléfono en el bolsillo y saco las llaves del auto para desactivar la alarma y así saber dónde está el auto porque no recuerdo dónde está, antes de poder lograr presionar el botón, la misma sensación de frío me llena por completo, escucho pasos detrás de mí y el olor de la colonia está cada vez más cerca.

Empiezo a caminar más rápido, intentando alejarme, siento los pasos detrás de mí y mis ojos se llenan de lágrimas. La bilis sube por mi garganta con violencia y pronto, el sonido de la suela de los zapatos impactando contra el suelo y la melodía de una canción siendo cantada por un silbido me obliga a correr.

Estoy temblando como si estuviera en el polo norte y el llanto sale de mis labios con violencia. Escucho las pisadas, escucho el silbido y mi estómago se contrae con fuerza. Tengo la necesidad de correr sin ver hacia atrás, necesito huir. Todo va perdiendo sentido al cabo de unos segundos y no soy consciente de nada, solo de mi respiración errática.

No sé dónde estoy, pero mi espalda duele y todo está borroso en mis pensamientos. Parpadeo con fuerza varias veces y, cuando me doy cuenta, mis ojos arden y estoy abrazando mis piernas. Alzo la mirada y veo un auto enfrente de mi, gimoteo e intento controlar mi respiración, la cual es agitada.

—¡Hailee! —escucho que gritan, es Sam.

Quiero gritar para decirle que estoy aquí, para que venga hacia mi, pero no soy capaz de hablar, no soy capaz de moverme aún cuando Clary me encuentra en el medio de dos autos acurrucada y luciendo asustada. Ambos lucen aterrados cuando me ven, Sam limpia las lágrimas que mojan mis mejillas y me estrecha entre sus brazos con fuerza, cierro los ojos y escondo mi rostro en la curvatura de su cuello, aspirando su aroma y siento como los latidos de mi corazón comienzan a ir a un ritmo normal.

¿Cómo llegué aquí?

¿Y por qué estoy llorando?

Todo es negro en mi memoria y lo último que recuerdo es ir caminando por el estacionamiento, luego no hay nada más en mis memorias.

Nada.




—¿Hablas con Henry todos los días? —inquiere el hombre enfrente de mí.

Sus ojos son claros, de un verde esmeralda, me miran fijamente sin parpadear, como si quisiera ver cada una de mis reacciones y ver si miento. Porque es bueno en darse cuenta cuando miento.

—Lo hago, cuando lo deje en el autobús para ir hacia el campamento hablé con él, le dije que si se sentía mal o quería regresar rápido a casa, lo dijera e iría a buscarlo.

El hombre asiente con la cabeza sin hacer mucho esfuerzo. Anota algo en su libreta y juego con mis dedos nerviosa, inquieta. Veo las agujas del reloj en la pared, pronto será las siete, mis ojos arden del cansancio, dormir se ha convertido en un desafío últimamente.

Estoy inquieta, siento desesperación y no entiendo porque me siento así, estoy confundida y las ganas de echarme a llorar cuando entro en la oficina me inundan, recorre mi sistema con lentitud y se adueña de cada parte, desde la más pequeña hasta la más grande. Me siento asfixiada, como si estuvieran colocando una mano alrededor de mi cuello y apretarán con fuerza.

—¿Cómo te sientes, Hailee? —curiosea dejando la libreta en un lado.

Lamo mi labio inferior y dejo salir un suspiro, mientras mis ojos se clavan entre mis manos entrelazadas.

—Me siento cansada emocionalmente, como si hubieran chupado toda mi energía.

El hombre asiente.

—¿Quiere hablar sobre lo que ocurrió en el estacionamiento?

—No tengo que decir nada —musito y evito agregar que no recuerdo haber hecho lo que Sam dijo.

Eric, el psicólogo, se queda en silencio mientras asiente con cuidado, sus ojos escudriñan mi rostro con delicadeza. Antes de quedarse sobre los míos. Es un hombre ya mayor, luce sabio, luce como si supiera algo que yo no.

—Un hombre te vio corriendo por el estacionamiento —relata con calma—. Dijo que lucias aterrada y Sam y Clary te escucharon gritar con horror.

Trago saliva con fuerza cuando sus ojos me piden una respuesta. Pero no la tengo, no tengo una respuesta a lo que dice, simplemente no recuerdo. Bajo la mirada hacia mis manos y juego con mis dedos, escucho cuando se levanta de la silla y pronto su peso hunde el lado junto a mí.

—No lo recuerdas —dice, confirmándolo—. ¿Antes olvidabas cosas?

Cierro los ojos con fuerza mientras asiento con la cabeza.

—¿Cuando?

—Mucho antes de que mis padres murieran —musito, clavando la mirada en mis manos—. Mi padre, Sam, hasta Ax, decían que había hecho cosas que no recordaba. Cómo llorar, como correr, como esconderme. A veces, cuando estaba en la calle, podía estar sentada en el parque y empezar a llorar de la nada sin darme cuenta, como si estuviera...

—En piloto automático —termina por mí y asiento. Escucho como se acomoda y clavo mis ojos en los de él, buscando una respuesta a lo que me ocurre—. Bloqueas tus recuerdos, Hailee.

Frunzo el ceño.

—¿Por qué haría eso?

—La mente es fantástica, cuando algo nos hiere demasiado, ella bloquea el recuerdo, lo guarda en un cajón para que no salga e hiera.

—No hay nada que me hiera de esa forma, recuerdo el día del accidente de mis padres.

Él me mira con comprensión y niega con la cabeza.

—Debe de ser algo más, algo mucho más grande. Y con hipnosis podemos averiguarlo.

—La última vez que hice eso me dió una crisis de nervios —digo en un susurro, recordando la vez que el abuelo me llevo a un psicólogo en busca de ayuda debido a mi pérdida de recuerdos después de la muerte de mis padres.

—Iremos poco a poco, Hailee. Hay cosas que te están lastimando pero cada vez que recuerdas, tu mente bloquea rápidamente ese recuerdo o lo que haces, no recuerdas haber corrido, gritado o escondido —señala—. No lo haces porque tú mente bloqueó el recuerdo, por medio de la hipnosis puedes llegar a ese recuerdo y saber qué fue lo que ocurrió, saber que te produce tanto dolor, saber que es a lo que le temes.

Me muevo incómoda en el lugar y niego con la cabeza.

—¿Y sí mi mente lo bloquea por una razón?

—¿Por cuál razón? —inquiere.

—Quizás no sería capaz de soportar la verdad.

Sus ojos se quedan fijos en mi rostro sin decir nada, se levanta del mueble y camina hacia la silla detrás de su escritorio, para luego clavar su mirada en mí.

—Podemos soportarlo, puedes hacerlo. Y no será fácil recordar lo que tanto daño te hace, lo que tu mente bloquea con tanta fuerza, pero es necesario saberlo, así estarás bien contigo misma Hailee, podrás ser libre del dolor del pasado.

No respondo nada, me quedo en silencio mientras que la hora acaba, lamo mi labio inferior cuando salgo de la oficina y escucho a la secretaria cuando me dice la fecha de la próxima cita. Mi cabeza duele y mis ojos arden cada vez más a medida que conduzco hacia casa, cuando llego veo una rosa roja en un cristal, como si fuera la rosa de la bella y la bestia, debe de ser de plástico.

Leo una nota en la nevera que dice que el abuelo fue a comprar algunas cosas para la cena y luego veo la tarjeta, cuando la abro, mis labios tiemblan al leer el contenido.

Te amo, H.

No hay nada más. Sonrío, debe de ser de Axellen. Tomo la cajita de cristal con la rosa y subo hacia la habitación, dejándola sobre la mesa de noche. Me quitó los zapatos y siento en la cama, mientras me debato entre agradecerle a Ax por la flor o no, termino decidiendo no hacer nada y camino a darle de comer a las hormigas de Henry, fue una de las cosas que me dijo hoy antes de irse..

No olvidar cuidar la granja de hormigas.

Escucho ruido en la planta inferior, como la puerta principal se cierra. Bajo en busca del abuelo pero no encuentro a nadie, creo haber escuchado el sonido y resoplo, camino hacia la nevera y saco un vaso de jugo de naranja, antes de tomarlo escucho el teléfono de la sala y voy a tomarlo.

—¿Sí? —contesto pero no hay respuesta, no se escucha nada del otro lado, insisto por unos momentos y noto que dice número privado—. ¿Hola? —digo y al no obtener respuesta cuelgo.

Me giro hacia la cocina y tomo el vaso de jugo y lo bebo por completo, luego de lavar el vaso un escalofrío recorre mi espalda y tengo que forzar la vista para ver las cosas bien.

Mi cuerpo se siente cansado y mis ojos se van cerrando cada vez más, con los pies siendo arrastrados camino hacia el mueble y me dejo caer, todo da vueltas y termino cayendo sobre mi costado izquierdo y mis ojos se cierran en contra de mi voluntad.

Antes de perder por completo la conciencia, logro abrir los ojos un poco y veo un par de piernas enfrente de mi y siento el tacto de alguien al tocar mi piel, una lágrima cae por mi mejilla a la vez de que intento no perder la conciencia, pero es en vano, escucho que dicen algo y otro sonido de fondo, luego todo es negro.

N/A

Solo diré:

Ustedes no están preparadas para lo que se viene y yo tampoco (porque no lo he escritó) xD

Pregunta:

¿Vieron  las fotos de como me imagino a Anne, Owen, Derek, Layla, Hailee y Ax?

Las subí a mis historias en instagram 7u7

En fin.

FELIZ FIN DE SEMANA <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro