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Khalid - Don't Pretend

Mis ojos se deslizan por el enorme jardín, hay muchos niños en el lugar, todos vestidos de blancos y con una pulsera de un color en específico:

Azul para los niños con esquizofrenia.

Verde para los de desórdenes alimenticios.

Rojo para personas con traumas.

Violeta para niños con depresión.

Son como un arcoiris de colores. Cierro los ojos cuando una leve brisa revolotea mi cabello hacia los lados y cuando giro hacia mi derecha, veo a Ali observando a cada niño y ninguna emoción cruza por la facciones de su rostro. Desde que salió del hospital sigue igual, callada, silenciosa, sin querer salir de su habitación y, aunque no quiero hacer esto, aunque tengo pánico de que esto solo empeore las cosas, sé que lo necesita.

Esta es mi última carta.

—Cada día los niños hacen distintas actividades, ya sea arte o música, algunos bailan, otros estudian las materias que más le cuestan.

Asiento con la cabeza y la mujer sigue explicando lo que hacen, lo que Ali hará a partir de hoy. El lugar es inmenso, en cada planta hay distintos niños con diferentes problemas, pero cuando los ves jugando, cuando escuchas sus carcajadas. Te cuestionas si en realidad la linda niña de ojos verdes tiene un desorden alimenticio, si el lindo niño de ojos negros es bipolar, no crees que ellos realmente pasen por situaciones así, pero lo hacen.

—Tomamos medidas drásticas para prevenir que algún niño se hiera así mismo —dice con suavidad la mujer de ojos cafés—. Según el tiempo requerido, los niños van a sus sesiones con la psicóloga, también tienen su horario de desayuno, almuerzo, merienda y cena, y algunos de ellos toman medicamentos.

—¿Ella los tomará? —pregunto en voz baja para que Ali, quién ve por la ventana hacia el aula de arte no me escuche.

La mujer clava sus ojos en los míos y niega con suavidad.

—Primero hay que hacer un estudio, ver sus reacciones, saber en qué grado está su depresión, luego, se hará un plan para ella.

Asiento. No digo mucho mientras recorremos todas las instalaciones, lo que sí noto es que hay varias personas custodiando los pasillos cada diez minutos, revisando las habitaciones, hablando con los niños.

—Está será su habitación —indica la mujer.

Hay dos camas en el lugar, junto a un armario, hay una ventana entre ambas camas, la cual tiene pequeños barrotes para impedir la salida, creería que es como una prisión, pero el lado izquierdo de la habitación tiene poster de arte, las sábanas son de color violeta y hay un peluche sobre la cama, acomodado perfectamente.

Ali se adentra al lugar y se sienta en la cama vacía, sus ojos recorren el lugar, no dice nada, ni siquiera cuando sus ojos dan con la maleta que contiene sus pertenencias, luego sus ojos se quedan fijos en la ventana.

Cualquiera diría que no respira, que no parpadea, parece una estatua. Quieta, inmóvil. Su piel está pálida por la falta de sol, sus ojos lucen vacíos y hay grandes ojeras debajo de sus ojos, no duerme bien, no come bien, me aterra verla así, en ese estado.

—¿Quién es su compañera de cuarto? —inquiero en voz baja.

La mujer, llamada Lily, me escudriña el rostro primero, quizás he palidecido, luego ve hacia el lado decorado de la habitación y habla con suavidad.

—Sallie Sullivan, tiene doce años, es una niña muy tierna.

—¿Tiene depresión? —cuestiono.

Lily niega con la cabeza.

—No, tiene un trauma —hace un breve pausa, como si quisiera callar y no seguir, pero me invita a salir de la habitación y habla con más libertad—. Fue abusada sexualmente por un vecino, amigo de su familia, desde entonces, tiene miedo de salir en las noches, tiene miedo de la oscuridad.

Me quedo muda, doce años, es una pequeña criatura que tuvo que recibir una gran bola de mierda. La crueldad en el mundo es cada vez más grande.

—Ella podría ayudar a su hermana, ambas podrían hacerlo —añade cuando no digo nada.

Frunzo el ceño.

—¿Cómo?

—Sallie quiere vivir, es una niña llena de vida y sueños, pero su trauma la ata, la hiere, es una pequeña muy positiva a pesar de lo que pasó, y creo que eso podrá ayudar a su hermana a ver qué a pesar de lo malo siempre se puede salir adelante si luchas.

—Sigo sin entender cómo Ali podría ayudar a Sallie.

Me sonríe con calidez, como le sonríe a Ali cada vez que la ve.

—Solo espere y verá quizás cree que no tienen nada en común, pero cuando menos lo vez una linda amistad crece y ambos se ayudan mutuamente. Normalmente, cuando estamos cayendo, nos aferramos a nuestros seres queridos, y a veces a desconocidos, no sólo para evitar caer, sino para sostenernos de alguien mientras encontramos la fuerza para salir adelante.

No digo nada y asiento, una enfermera se acerca a ella para hablar de un interno, dejo que ambas tengan un poco de privacidad y vuelvo a entrar en la habitación. Ali sigue allí, no se ha movido de su lugar.

Me acerco con cautela a su lado y coloco mi mano sobre la suya, tiene un suéter que cubre las vendas que aún rodean sus heridas, con mi mano libre coloco su cabello detrás de su oreja, dejando un beso en su sien, no voltea a verme.

Sigue ida.

La mujer me dice que es hora de partir, todo está listo, todo está hecho, el abuelo no vino y Henry tampoco, el primero no dejaba de llorar y el segundo no quería venir, dijo que sentía que estaba abandonandola.

También siento lo mismo.

—Vendré a visitarte —musito—. Henry, el abuelo y los demás dijeron que también vendrían a hacerlo.

No responde, no me ve. Por favor, mírame. Pido mentalmente, espero unos segundos, luego unos minutos y no lo hace.

—También llamaré para que charlemos ¿Bien?

El silencio sigue siendo la respuesta y mi corazón da un vuelco, se retuerce con violencia dentro de mi pecho. Me levanto de la cama y saco de la maleta las fotografías que había colgadas en su habitación, en un rápido movimiento las pego en la pared. Contemplo las fotos y dejo salir un pequeño suspiro.

Me acerco a ella y coloco de cuclillas, dejando que mis manos —ya sin vendas— tomen su rostro con suavidad y lo gire en mi dirección, sus ojos caen sobre los míos, tengo que tragar con fuerza el nudo que hay en mi garganta para hablar, para expresarme.

—Cada vez que veas las fotos, recuerda que te amamos, que te extrañamos y esperamos que mejores y vuelvas a casa pronto —lamo mi labio inferior—. Estarás bien y ese lindo brillo volverá a encenderse en ti, y serás una estrella brillante que ha renacido.

No responde, dejo un beso en su frente y con el corazón en la boca me levanto y dirijo hacia la puerta, antes de salir dos brazos delgados rodean mi torso y una cabeza se apoya en mi espalda.

Muerdo mi labio inferior cuando un sollozo quiere salir de mi garganta, me giro en el lugar y su cabeza se entierra en mi pecho, me abraza con fuerza, con mucha fuerza.

Siento su miedo, siento su dolor. Acaricio su cabello por unos minutos hasta que ella me suelta y da un paso hacia atrás, dejando que sus ojos estén en los míos.

—Te amo, Desty —susurra con la voz ronca, con el alma rota.

Coloco mi mano sobre su mejilla izquierda y acaricio su piel con mi pulgar, ella inclina su rostro hacia la palma de mi mano y sonrío temblorosa, sintiendo las lágrimas quemando mis ojos.

—También te amo, cariño.




—¿La tratarán bien? ¿Le darán buena comida? ¿Viste su habitación? Estoy pensando en llevarle algunas galletas mañana, quizás...

—Hay que darle espacio —dice Sam, interrumpiendo al abuelo—. Dejar que se adapte al lugar, lo más probable es que llegues llorando y salgas llorando del lugar.

El abuelo frunce el ceño.

—No soy tan llorón.

—Lloraste todo el día, abuelo —dice Henry con el ceño fruncido y los ojos aún rojos.

—¿Y si fundamos un club? —añade Sam.

Frunzo el ceño, el abuelo también está mirando a Sam desconcertado como lo hago yo.

—¿Un club? —cuestiono y el asiente—. ¿Sobre qué?

—El club de los llorones —dice Clary, entrando a la habitación con su cabello mojado y alborotado—. Todos tenemos los ojos rojos e hinchados.

Río entre dientes por qué es verdad, todos estamos con los ojos rojos y las narices congestionadas. La pelirroja se deja caer al lado de Henry y éste apoya su cabecita en el brazo de ella.

Clary nos estuvo ayudando a cuidar al enano. Ella misma se ha ofrecido luego de que le dijera que no a Sandy, la madre de Sam, sé que quiere ayudar, pero el abuelo se siente incómodo con ella presente y su mal genio sale al aire.

No la perdona por haber ayudado a mi madre ha mentirle a mi padre, no cuando mi padre decía con orgullo que Sandy era de la familia.

La familia no se traiciona y siempre es primero, es el lema del abuelo.

—¿Hailee? —llama Henry.

Parpadeo varias veces para posar mi mirada en él mientras los demás hablan, una sonrisa burlona se desliza por mis labios cuando veo al abuelo pegarle con un periódico a Sam y como Clary se echa a reír.

Ahora no lloran, ahora se ríen.

—¿Quieres que me acueste a tu lado? —cuestiono y él asiente.

Le sonrío con cariño y extiendo mi mano hacia él, ambos subimos hacia la habitación luego de despedirnos de todos. Entro en la habitación del enano y lo meto en la cama, después arropó y me acuesto a su lado, dejando que se acurruque en mi costado.

—¿En ese lugar la ayudarán? —inquiere luego de varios minutos de silencio.

—Lo harán. —Hago una pequeña pausa—. Enano ¿Quieres que te cambie de colegio?

No responde de inmediato, se acurruca en mi costado y deja salir un pequeño suspiro.

—Sí.

—Entonces lo haremos.

—¿Hailee?

—¿Sí?

—¿Iré al psicólogo?

Cierro mis ojos con fuerza y lo estrecho más hacia mi costado, dejando un pequeño beso en su cabeza. Últimamente tiene pesadillas, en los últimos días se ve tan apagado.

—¿No quieres ir?

—No estoy loco.

Dejo salir una pequeña risa y niego con la cabeza.

—Todos lo estamos, Henry. Todas las personas estamos un poco locos y eso no está mal, pero es bueno hablar con alguien de nuestras locuras.

—Un loco hablando con otro loco. ¿Así será?

—Algo así.

No decimos nada por unos largos segundos. Sam fue el de la idea, ir hacia un psicólogo, hablar, dejar salir todo frente a un extraño, una vez a la semana.

—¿Irás con el loco también? —pregunta en voz baja.

—Lo haré. ¿Quieres ir también?

—Sí vas, también iré.

Sonrío en medio de la oscuridad de la noche y espero a que se duerma, cuando siento que su respiración es calmada, cuando confirmo que está completamente dormido salgo de la habitación.

Bajo hacia la planta inferior, Sam está sentado en el sofá mirando una película, supongo que el abuelo ya se fue a dormir. Me dejó caer junto a él y busco con la mirada a Clary.

—Se fue a casa, su padre vino a buscarla —me informa Sam.

Volteo hacia él.

—Creí que iba a quedarse.

—Todos los días está con nosotros, hay que dejar que vaya con su familia.

—Lo sé, es raro no tenerla cerca.

Sam voltea a verme, hay cansancio en su rostro y sin importar eso, una larga sonrisa se desliza por sus labios.

—No me digas que te estás enamorando de Clary.

Me echó a reír y niego con la cabeza.

—¿No serás tú el que se está enamorando de ella?

—No lo hago, quizás tú sí.

—¡Eres tú el que pasa más tiempo cerca de ella! —exclamo divertida.

Coloca cara pensativa y asiente con la cabeza

—Es cierto, debería ser el que se enamore —dice con diversión—. Pero parece que eres tú la que lo hizo.

Suelto una larga carcajada y niego con la cabeza, dejando caer un golpe sin mucha fuerza en su hombro.

—Idiota y apestoso tenías que ser.

Ríe entre dientes y pasa su brazo por encima de mi hombro, atrayendo mi cuerpo hacia su costado, lugar donde me acurruco, dejando salir un pequeño suspiro mientras vemos juntos un dorama coreano.

Todo es culpa de Clary, ella nos está enseñando a verlos y son buenos, al igual que desesperante cuando no se besan o hay tantos malentendidos.

—¿Dejarás ir a Henry al campamento? —inquiere cuando empieza el corto comercial.

—Sí, está entusiasmado por ir y ya averigue todo, es bonito.

—¿Cuántos días son?

—Tres, se va el viernes en la mañana.

—¿Recuerdas el campamento al cual fuimos por última vez?

Sonrío y asiento con la cabeza.

—Fue muy bueno y divertido.

—Igual lo fue ver cuándo comiste barro —dice divertido.

Lo miro con los ojos entrecerrados.

—Fue tu culpa por no haberme ayudado a sostener.

—¿Upsi?

Me río entre dientes.

—Fuiste un imbécil.

—Lo fuí.

Ambos búscanos y miramos algunos capítulos luego de que el dorama termine en la televisión. Sam termina yéndose a dormir cuando se siente lo suficientemente cansado, debido a que no tengo sueño me quedo en la sala mirando otros capítulos.

Doy un respingo cuando siento la vibración de algo en el mueble, me muevo por el lugar buscando el origen y encuentro el teléfono de Sam metido en el sofá, lo saco y mi corazón da un vuelco al leer el nombre del remitente.

La llamada se cae y la pantalla de apaga, pasando unos segundos se vuelve a encender, mostrando la entrada de la llamada. Deslizo mi dedo por la pantalla para contestar y llevo el teléfono hacia mi oreja.

—Lo hice —es lo primero que dice y su voz ronca se desliza por mi cuerpo, logrando que los vellos de mis brazos se coloquen de puntas—. Encontré a Lissa y ella me reconoció, quedamos en vernos mañana para hablar y...—Hay un silencio de pronto, pero sé que sigue ahí, escucho su respiración—. ¿Sam?

—Está dormido —susurro con la voz ronca.

No hay respuesta del otro lado, me dejó caer sobre mi espalda en el sofá y volteo hacia el televisor. Todavía están discutiendo los protagonistas.

—Lamento lo de Ali —musita luego de unos largos segundos.

—No hiciste nada.

—¿Me odias, Hailee? —inquiere con la voz ronca.

Dejo salir un suspiro tembloroso y cierro mis ojos con fuerza, escucho su respiración, quizás está quieto, sentando en un lugar o quizás caminando, me lo imagino de todas las formas posibles.

—No lo hago.

—No quiero lastimarte, no lo he querido hacer en ningún momento.

—Pero, aunque no quieres, lo hiciste —digo en un débil murmuro.

—Lo siento —confiesa con la voz ronca, como si estuviera ahogando un sollozo.

—Yo también.

—Sigo amándote —dice con un tono de desesperación—. Sigo recordándote, cada día, cada momento y todo esto es por ti, te juro que es por ti y para que estés bien.

—¿Sabes algo que yo no? —inquiero, sabiendo ya la respuesta—. ¿Descubriste algo que va a herirme, Ax?

No hay respuesta, escucho el sollozo que intenta ahogar y cierro los ojos con fuerza, sintiendo las lágrimas quemar detrás de mis ojos, como mi respiración es algo errática.

—¿Ax? —cuestiono en un pequeño susurro.

—Estoy aquí.

—Solo has lo que tengas que hacer y vuelve pronto.

—¿Aunque eso te hiera?

Muerdo mi labio inferior con fuerza y limpio la lágrima que se desliza por mi mejilla, seguida de otras.

—Con el intento de suicidio de Ali aprendí algo, no puedes dejar el pasado, no cuando deja secuelas, no cuando no lo enfrentas —hago una pausa y niego con la cabeza—. No puedo seguir huyendo, no cuando eso puede afectar en un futuro a mis hermanos, a mi familia.

—Te amo —dice como respuesta.

—Te amo —susurro en voz baja.

Lo escucho reír un poco y sonrío, mirando el techo de la sala. Nos quedamos en silencio, mientras que observo el final del dorama coreano, mis ojos van cerrándose poco a poco, pero escucho la voz de Ax, está cantando, es bajo y suave, es abrazador y restaurador. Y mientras lo escucho cantar como una canción de cuna, me dejo ir.

Ella es una estrella y yo soy un pobre mortal que anhela tenerla.

Sueño con sus besos y sus abrazos

Sueño con poder sostenerla.

Ella es mi musa, es mi diosa.

Ella es arte, es poesía.

Ella es creatividad, es inspiración.

Ella es fuerte, es valiente, es alguien digno de admirar.

Soy un idiota enamorado, soy un imbécil hechizado. Mi alma está unida a la suya, mi corazón late por ella.

Sus ojos son mi cielo y sus labios son mi deseo.

Ella es mi musa, es mi diosa.

Ella es arte, es poesía.

Ella es creatividad, es inspiración.

Ella es fuerte, es valiente, es alguien digno de admirar.

—Feliz noche, amor —escucho en la lejanía y luego, todo es silencio.

N/A

Hola personitas hermosas de internet, debo ser honesta, no revisé el capítulo y tampoco tenía ganas de encender la computadora para publicar, mi estado de animo no es el mejor y espero que mañana ya me sienta mejor, pero no quería dejarlas sin capítulo.

Así que.

¿Quién creen que es Lissa?

¿Axellen regresará pronto?

¿Qué investiga?

Me dolió dejar a Ali en el psiquiátrico, no crean :,v

Quizás en el transcurso de la semana suba adelanto a Instagram 7u7

El siguiente cap es interesanteeeeeeeeeeeee y tenso, así que no vemos la próxima semana <3

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