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BLACKPINK - Don't Know What To Do
—¡Suéltame, Axellen! —vocifera enojada, pero estoy más enojado, estoy furioso.
Tiro de ella hasta dónde está mi auto y la suelto cuando abro la puerta de copiloto para que entre. Sus ojos destellan ira, su rostro está rojo y luce como un animal salvaje, como alguien que quiere destrozar.
—¿Crees que esta es la manera de tratar a tu madre? —Espeta entre dientes, dando un paso en mi dirección—. Tomarla a la fuerza y sacarla a rastras de una casa —me enseña su muñeca donde una marca roja está apareciendo por mi agarre, la vergüenza me golpea de frente por haberla tomado con tanta fuerza—. ¿Quién eres?
Subo mi mirada hacia sus ojos y niego con la cabeza, dejo salir una carcajada y terminó cerrando la puerta de copiloto con fuerza, haciendo que ella de un salto en su lugar.
—¿Quién eres tú? —inquiero en un mascullo. Su ceño se frunce y doy un paso en su dirección—. ¿Quién eres como para venir y decir toda esa mierda? ¿Quién eres para soltar esas cosas en el cumpleaños de un niño?
Se acomoda el saco blanco que tiene y cruza de brazos, para después desviar la mirada hacia otro lado que no sea mi rostro.
—Debían saberlo.
—¡No! —bramo y ella voltea a verme con ira—. No debían saberlo de tu boca, lo hiciste solo para herir, no porque quisieras que ellos supieran la verdad, cada vez me doy cuenta que eres una serpiente venenosa.
Mi rostro gira con fuerza cuando su mano impacta contra mi mejilla, siento el sabor de la sangre deslizarse por mis labios y volteo a verla. Hay demasiada ira en sus ojos, pero también hay dolor y tristeza, y duele tratarla de esa forma, pero no miento al decir que se ha vuelto en alguien que realmente no reconozco.
—¡Soy tu madre y no voy a permitir que me trates de esa manera!
—¡Y yo no voy a permitir que hieras a personas inocentes solo porque se te da la gana! —exclamo y ella da un paso hacia atrás—. ¡Es su cumpleaños, maldición! ¡Y le jodiste su día con tu mierda!
—¡Dije la verdad!
—¡Lo dijiste solo para herirlos! ¡Para dañarlos!
Mi pecho sube y baja por la ira que está recorriendo mi sistema, por las ganas de mandarlo todo a la mierda. La respete, lo hice desde que desperté en el hospital, confíe en cada palabra que ella dijo, fui el hijo que quería que fuera, pero ahora, la veo con otros ojos. Ahora solo veo a una mujer que es capaz de hacer cualquier cosa para obtener lo que quiere y nada la detendrá.
Sus ojos buscan los míos, se acerca con cuidado y coloca sus manos sobre mis hombros, mirándome con suplica.
—Esa mujer era una arpía, no era una buena persona.
Tomo sus manos y las aparto de mí.
—Al parecer ambas tienen eso en común —sus ojos me miran con dolor, como si acabara de darle una cachetada—. Decirle a un niño esas cosas, hacerlo para lastimarlo, no te hace una buena persona, Melania. No te hace mejor que Halsey Belova.
Niega con la cabeza, la veo pasar las manos por su cabello, como si estuviera intentando tranquilizarse, como si estuviera dándose cuenta que solo está cometiendo errores, como si notara que solo está haciendo que me quiera alejar de ella.
—Tú mismo sabías que ella no era una buena mujer —confiesa.
Frunzo el ceño.
—¿De qué hablas?
Suspira pesadamente.
—Se lo dijiste a tu padre, le dijiste que esa mujer no era buena, que estaba intentando separarte de Hailee sin que ella supiera.
Doy un paso hacia atrás, sintiéndome cada vez más confundido. Hailee dijo que su familia nos aceptaba.
—¿Estás mintiendo?
—No. —Niega con la cabeza y se acerca a mí—. No sé porqué le dijiste eso a tu padre, pero tú mismo te estabas dando cuenta que esa mujer era mala, antes de que tuvieras el accidente lo sabías. —Toma mi rostro entre sus manos—. Lo sabías.
—Sí estás mintiendo...
—Pregúntale a tu padre —pide en voz baja y dejando libre mi rostro—. Llámalo y pregúntale, sabes que te dirá la verdad.
Sonrío tenso y niego la cabeza.
—¿Cómo me dijo la verdad estos años?
Agacha su cabeza.
—¿No vas a perdonarnos por intentar protegerte?
Me rio entre dientes y la miro como si estuviera diciendo un mal chiste, paso las manos por mi rostro y lo restriego con fuerza, intentando que la frustración que siento por dentro no explote como si fuera una granada.
—¿Esa es tu patética excusa? —mascullo y ella alza la mirada hacia mi—. ¿No puedes aceptar que fuiste egoísta? ¿No puedes aceptar que te equivocaste?
—Axellen...
—Sí lo hicieras quizás dejaría todo atrás, si lo aceptaras, podría olvidar que me mentiste durante años y me viste la cara de imbécil. —Doy un paso hacia ella y veo sus ojos llenándose de lágrimas—. Pero no lo haces porque tu orgullo es primero, porque prefieres hacer que tu hijo se aleje antes de aceptar que te equivocaste.
No responde y no espero más de ella. No dará un paso hacia atrás, no aceptará nada, su orgullo es más fuerte, su orgullo va a hacer que la pierda. Suspiro pesadamente y abro la puerta de copilotó.
—Sube, te llevaré al aeropuerto.
Sin mirarme a los ojos lo hace, sube al auto y cierro la puerta. Veo hacia la casa de Hailee y los invitados están saliendo, supongo que cancelaron todo. Veo en la distancia a Clary y cuando sus ojos se chocan con los míos, se apresura a venir hacia mí, su mirada se desliza hasta el auto y suspira pesadamente.
—¿Henry...?
—Hailee y Ali están con él, lo están calmando —musita y aparta la mirada del auto para posarla en mí. Me mira con pesar y se acerca para abrazarme, le devuelvo el abrazo y susurra—. Estaré con ellos mientras llegas.
Me aparto de ella y asiento con la cabeza.
Rodeo el auto y me monto, dejando rápidamente la casa de Hailee atrás. Mi madre no dice nada en todo el camino, no pronuncia ninguna palabra en ningún momento. La acompaño mientras hace todo el procedimiento para poder viajar, la acompaño hasta la sala de espera y antes de que entre, se gira hacia mí.
—No puedo arrepentirme por intentar mantenerte conmigo.
No respondo porque sé que puedo terminar discutiendo con ella, y no quiero discutir, no más por el día de hoy. Me acerco a ella y la abrazo, mientras acarició su espalda con cuidado, aspiro su aroma e intento que el calor que emana su cuerpo me cubra, tal y como lo hacia las noches en las cuales no podía dormir.
Me separo de ella y acuno su rostro, dejando un beso en su frente.
—Cuídate, madre —musito.
Me doy la vuelta y me alejo de allí lo más rápido que puedo, entro en el auto y un sollozo sale de mis labios, aprieto las manos con fuerza sobre el volante y mi cuerpo se mueve con violencia por los espasmos.
A veces, tenemos una imagen de alguien en nuestras cabezas, esa imagen puede ser buena, y de pronto, la imagen se distorsiona, se vuelve algo que solo hiere. Cuando estaba enojado con ella, cuando me sentía impotente, siempre callaba para no hacer que una discusión se levantará entre ambos, pero ahora, no soy capaz, no soy capaz de quedarme callado y ver cómo hiere a las personas que me importan.
Hay una brecha, hay un enorme hueco entre mi madre y yo, aquello que nos unía se ha roto. Se ha desmoronado como si fuera nieve en una colina, y nunca estás preparado para sentir que hay un abismo entre tú y la persona que amas.
Manejo hasta la casa de Hailee y me estaciono, bajo del auto y entro en la casa, miro a Lukyan arreglando las cosas y solo hace una señal con la cabeza hacia las escaleras, asiento y subo las escaleras, reviso la habitación de Hailee y no hay nadie, busco en las otras y los veo.
Los tres hermanos Belova están acostados en la cama de Henry, Hailee está en el medio de ambos niños, me adentro en la habitación con cuidado, viendo como los tres duermen con tranquilidad, no hay monstruos asechándolos, no hay verdades dolorosas azotándolos.
Son una familia que se sostiene aun cuando todo se derrumba a sus costados.
—Pareces un pervertido viéndonos —escucho decir a Hailee y sonrío un poco.
La veo levantarse de la cama con cuidado y toma mi mano para salir de la habitación, sus ojos suben hacia los míos y veo lo hinchado que están, veo la tristeza bailando en su mirada. La imagen de su madre también se ha distorsionado.
—Estuviste llorando —musita y acuna mi rostro entre sus manos, haciendo pequeños movimientos circulares en mi piel con sus dedos pulgares—. Tus ojos lucen como plata.
—Estoy bien, ¿Henry lo está?
Suspira con pesadez.
—Lo estará, pero necesitará tiempo.
Apoya su cabeza en mi pecho y rodea con sus brazos mi torso, la rodeo también y dejo un beso en su cabello. Acaricio su espalda y su rostro se gira, escondiéndose en la curvatura de mi cuello. Siento las lágrimas calientes caer y deslizarse por mi piel.
Cierro los ojos con fuerza.
—Lo lamento, lamento que mi madre te siga lastimando.
—No es tu culpa.
—De alguna manera lo es.
Niega con la cabeza y se aparta un poco, alza su cabeza y sus ojos se clavan en los míos, mis manos acunan sus mejillas y mis pulgares acarician su piel. Seco las lágrimas que salen de sus ojos y apoyo mi frente en la suya.
—No es tu culpa, Ax. Nunca lo será, no eres tú él que está lastimándome.
Sus manos suben hasta mis mejillas y dan un apretón, seguidamente se coloca de puntillas y sus labios se encuentran con los míos, es solo un toque que poco a poco comienza a incrementar.
Sus labios se mueven sobre los míos con calma, sin apuros, y el beso es doloroso, porque algo en mí me dice que lo haré, que la terminaré lastimando y solo espero que me perdone cuando lo haga. Deslizo mi mano hasta su nuca y mi otra mano la deslizo hasta su espalda baja, pegándola más hacia mí.
Sus manos se enredan entre las hebras de mi cabello y tiran un poco de el, el beso va subiendo de intensidad y tengo la necesidad de apartarme, de alejarme. Ella me mira confundida y quiero decirle que también estoy confundido, que me siento en una balanza, que siento como si estuviera dando pasos hacia un precipicio.
—¿Qué ocurre? —inquiere, ladeando la cabeza hacia un lado.
Dirijo mi mano hasta su dirección y acuno su mejilla, la acerco a mí y la envuelvo en un abrazo. Cierro los ojos con fuerza y dejo un beso en su coronilla.
—Si algún día te lastimo, quiero que sepas que no es porque quiero hacerlo.
Apoya su mentón en mi hombro y sus brazos me rodean con fuerza el torso.
—¿Por qué dices eso?
Porque voy a hacer algo que va a herirte.
La separo de mí y acaricio sus mejillas, dejo un corto beso en sus labios y susurro:
—Te amo.
Me aparto de ella, veo la confusión en sus ojos, le sonrío con las comisuras temblando y con las lágrimas quemando en la parte trasera de mis ojos. Grabo en mi memoria su rostro confundido y antes de que pueda preguntar algo me doy la vuelta y camino hacia las escaleras. La escucho llamándome, pero me apresuro en irme de allí, me monto en el auto y la veo salir de casa y gritar mi nombre, mientras que pongo distancia entre ambos y, pronto su figura se convierte en una mancha negra, hasta desaparecer.
Tomo mi teléfono mientras manejo y marco el número que sé de memoria.
—¿Hijo?
—Necesito hablar contigo.
—¿Sobre qué? —inquiere y noto la curiosidad en sus palabras.
Cierro los ojos con fuerza, mantengo el silencio por unos segundos, detengo el auto cuando un semáforo se coloca en rojo. Cambio el teléfono de oreja y sé que quizás termine lamentando lo que haré, sé que quizás me arrepienta por buscar respuestas, pero estoy harto de vivir en la oscuridad.
Lamento si esto te termina lastimando, Hailee.
—Sobre Halsey Belova.
Rota.
Mi familia lo está. Cuando intento reparar algo, cuando intento que el barco no se hunda por el agujero que hay en un lado, parece como si hubiera otro en la esquina opuesta y no sé hacia cual correr primero, no sé hacia cual debo dirigirme. Dejo salir un suspiro y los miro.
Ambos tienen ojeras debajo de sus ojos, ambos lucen rotos.
Unos niños destruyeron a mi hermana, una bruja destruyó a mi hermano y ellos son la alegría siempre de la casa, pero esa alegría en sus ojos se ha esfumado. Ali esta silenciosa, callada, igual que lo está Henry.
—¿Podemos ir al parque marino? —inquiero, mirando hacia Henry, a él le gusta mucho ese lugar.
—No quiero —dice Ali.
—Hoy quizás llueva —dice Henry.
Intercambio una mirada con el abuelo, en busca de ayuda.
—¿Y si hacemos un picnic en el patio? —intenta el abuelo—. Mocosa del medio, me puedes ayudar a hacer la comida, te enseñaré unas recetas que...
—No tengo ganas —musita por lo bajo, sin dejar que el abuelo siga hablando.
Henry levanta su mirada hacia mí, mi corazón da un vuelco al verlo tan desanimado, tan apagado, tan hecho añicos. Solo han pasado unos días y no parece mejorar, y Ali se está volviendo a encerrar en sí misma.
Ya no sé qué debo hacer.
—¿Puedo irme a mi habitación? —inquiere Henry—. Ya terminé.
Veo su plato, no ha comido mucho, pero asiento con la cabeza, y cuando él se va, Ali dice lo mismo y también se va. Suspiro pesadamente y suelto el tenedor con la pasta, me cruzo de brazos y apoyo mi espalda al respaldar de la silla.
—Quizás debimos intentar con ir a jugar videojuegos.
Sonrío con pereza y volteo a verlo.
—No creo que eso funcionara.
Sus ojos azules se clavan en los míos, desliza su mano por la mesa y extiende su palma en mi dirección, llevo mi mano derecha hacia la de él y nuestros dedos se entrelazan, soy consciente de los callos en sus manos, de cómo hay marcas en su piel por el paso de los años.
—Ya encontraremos algo que haga que todo funcione.
Asiento con la cabeza y él me regala una sonrisa, mientras deja un apretón en mi mano para luego levantar los platos de la mesa. Lo ayudo con desgano y sin ganas de hacer algo, mientras él va lavando los platos, yo los seco y los acomodo en su lugar.
—¿Por qué Axellen no ha venido? —inquiere en voz baja.
—Está cubriendo una noticia y tuvo que viajar a Canadá.
El abuelo asiente y no dice nada más.
Quisiera que él estuviera conmigo, que estuviera aquí, siento que se está alejando y esa sensación no me gusta, me aterra, me hace volver al pasado, cuando él estaba dejando de contestar mis mensajes y llamadas, cuando estaba alejándose sin decir nada.
Y, ahora, aunque hemos hablado, se siente extraño, es raro. Algo ocurre, algo ha hecho que sienta que una pared está en medio de ambos.
Melania Kidman jodió todo en todos los sentidos.
—¡Hey! —exclama el abuelo y volteo a verlo.
Sonríe y niega con la cabeza.
—No sé si quieres sacarle brillo a ese plato, pero están tocando la puerta, cielo.
Parpadeo varias veces y escucho la puerta, dejo el trapo y el plato sobre la encimera de granito y camino hasta la puerta. La abro y una punzada de dolor atraviesa mi pecho. Ella sonríe de lado, su sonrisa es temblorosa.
—¿Podemos hablar, cielo?
Sé que Sam le dijo a su madre que viniera, lo sé, porque estos días ha estado queriendo que hable con ella, pero mirarla duele, me hace recordar lo que dijo Melania y he estado intentando mantener esos recuerdos lejos, lo más lejos posible.
Me hago hacia un lado para que ella entre, agradece y la sigo por detrás cuando entra en la cocina.
—Sandy —dice el abuelo y en sus palabras hay resentimiento—. ¿Qué se te ofrece?
—Abuelo.
Él voltea a verme y niego con la cabeza, veo como tensa su mandíbula y masculla que tiene que comprar algo y sin que pueda detenerlo sale de la casa dando un portazo. Cierro los ojos con fuerza y dejo salir un suspiro.
—¿Quieres algo de tomar? —inquiero.
—¿Café?
Volteo a verla.
—¿Con leche y dos cucharadas de azúcar?
Asiente. Le pido que tome asiento y me coloco a hacer el café para ella, mientras que me hago un té de frutos rojos, después me dejo caer a su lado en la encimera de granito, ambas bebemos de nuestras respectivas tazas en completo silencio.
—Lo siento.
—¿Por qué? —pregunto y sé que es estúpido preguntarlo.
Escucho el suspiro que sale de sus labios y pronto su mano está tomando la mía, volteo a verla y el corazón me da un vuelco al ver las lágrimas siendo retenidas en sus ojos.
—Lo que dijo Melania...
—No voy a hablar sobre ello, Sandy.
Me coloco de pie y dejo la taza de té en el fregadero, sintiendo el nudo en mi estómago y cómo las ganas de correr se deslizan por mi sistema.
—Es cierto lo que dijo, Hailee.
—No me importa saberlo —mascullo.
—Hailee, necesitas saber que...
—No —digo firme y niego con la cabeza—. No necesito saber nada que tenga que ver con el pasado o con lo que hizo mi madre.
No quiero saber porque eso solo me va a lastimar, solo va a herirme. Sam propuso que le hiciéramos una prueba de ADN a Henry y así nos salíamos de dudas si lo que había dicho Melania era cierto, pero no quiero esa prueba, no me importa esa mierda.
Solo quiero que mis hermanos estén bien y no voy a hacer nada para herirlos, y buscar en el pasado solo hiere, solo destruye.
—Entiendo —dice Sandy y se levanta de la silla—. ¿Puedo preguntarte algo?
—Sí.
—¿Me perdonaras por haber ocultado los secretos de tu madre?
Alzo la mirada hacia ella.
—¿Hay acaso más secretos?
Me mira como si estuviera a punto de echarse a llorar y eso me dice que sí, que hay más secretos y siento que uno debe ser peor que el otro. La veo rodear la encimera de granito y acunar mi rostro, veo como las lágrimas se deslizan por sus mejillas, y me duele el pecho, ella me cuidó cuando mis padres murieron, su familia se convirtió en la mía.
Pero algo en su mirada me desarma, me hace querer huir lejos.
—Hay muchas cosas que me gustaría arreglar si pudiera ir al pasado, y entre ellas está...—se calla y niega con la cabeza—. Lo siento, pequeña. Lo lamento, pero nunca nada permanece oculto por mucho tiempo.
No dice nada más, se acerca y deja un beso en mi frente, da un apretón en mis hombros y luego se va, se va dejándome hecha una maraña incontrolable de sentimientos, se va dejándome hecha pedazos. Tapo mi boca cuando siento como el dolor se extiende por mi cuerpo, cómo se adueña de cada músculo, como cala entre mis huesos.
—¿Hailee?
Me giro para darle la espalda a Henry.
—¿Sí?
—¿Quieres ver una película conmigo? Ali está dormida.
Seco las lágrimas que se deslizaron por mi rostro y asiento, aun dándole la espalda, aspiro con fuerza.
—Haré las palomitas —anuncio.
Tengo una respuesta afirmativa de su parte y lo escucho subiendo las escaleras. Veo hacia atrás y no hay nadie, dejo salir un suspiro y apoyo mis brazos sobre la encimera de granito. El pasado solo hiere, solo destruye. Y, por ello no hay que removerlo, no hay que intentar traerlo hacia el presente.
Los secretos de mi madre se quedarán atrás, y no pienso intentar descubrir cuántas cosas ocultaba.
Buenas noches personitas de internet, hicimos un trato, y acabo de cumplir mi parte, espero que ustedes cumplan la suya y mañana tendrán el otro cap :3
¿Tienen teorías? Si la respuesta es sí, depositen sus teorías aquí que con gusto las leeré c:
No lectores fantasmas. DEJEN AMOOOOOOOR DEL BUENOOOOOOO.
Nos vemos mañana c;
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