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18

Bishop Briggs- The fire

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¡SI NO LE DAN MUCHO AMOR A ESTE CAPÍTULO, RENUNCIO!

xD

ok,no

OK, SI

Solo voy a mencionar una palabra compuesta por tres letras:

¡Wow!

Estoy viendo, a pesar de las luces de colores que adornan la discoteca, como Patrick esa metiendo su lengua dentro de la boca de otra persona que no es Clary, mientras que la mencionada está sentada a mi lado, mirándolo como devora a la chica de falda corta.

—Clary...

—Los veo.

—Lo siento.

—¿Por qué? —inquiere y me observa ceñuda—. No somos nada, solo unos buenos polvos es lo que hay entre nosotros.

Arqueo una ceja y dejo a un lado la bebida de alcohol.

—¿No te gusta? —inquiero y niega con la cabeza—. ¿No te enoja?

—No —dice y le da un trago a un vaso de vodka—. No es como si me fuera a casar con él o como si soñara que íbamos a tener mil hijos y seríamos la pareja perfecta. —Hace una mueca—. Ya no voy a hacer eso. La última vez que soñé tan alto me di un golpe duro en el culo al caerme.

—¿Entonces te da igual que esté ahogando a la chica con su lengua?

Asiente y da un sorbo a su vaso.

—Owen ni siquiera le dió la charla, lo que quiere decir que él no cree que él sea suficiente para mí.

—Es protector contigo.

—Lo es, siempre lo ha sido y es agradable y a la vez irritante. —Revolotea los ojos y aparta un mechón de cabello que cae sobre su rostro—. Así que me da igual lo que haga Patrick, es un buen amigo y es bueno en la cama, pero hasta ahí.

Apoyo mi codo sobre la mesa y dejo caer mi rostro en la palma de mi mano, chasqueo la lengua y trago saliva antes de hablar.

—¿Dejarías que te besara después de haberla besado a ella? Porque eso sería tener las bacterias de ella y las de él, las cuales serías más de cien millones de bacterias.

Ella hace una mueca y se mueve como si un escalofrío hubiera pasado por su columna, sonríe y niega con la cabeza.

—Ni loca dejo que sus labios toquen los míos después de ver como se la traga a ella. Como diría tu hermanito, me trasmitiría sus gérmenes, iugh.

Suelto una carcajada y niego con la cabeza. Henry es así cuando ve a dos personas intercambiando saliva, siempre saca la lengua y el abuelo le dice que cuando sea grande le va a gustar ser una aspiradora. Tomo de mi bebida y veo alrededor, el lugar está lleno y no queda muy lejos del hotel, ya tengo la exclusiva de Owen Jones y también tengo material con el cual trabajar.

Clary quiso venir aquí, dijo que quería despejarse y la acompañe a venir, Axellen está hablando con alguien en la distancia, están sentados en una mesa a oscuras desde hace rato y aunque no quiera admitirlo, tengo celos.

Celos porque están cerca, celos porque sé, que si ella quiere, puede inclinarse y besarlo. Estúpidos sentimientos, estúpido alcohol que no me ayuda en nada y estúpido dolor en mi estómago. Hago una mueca de fastidio cuando la veo echándose su cabello para atrás y riendo de algo, mientras que él le sonríe.

No debería sentir celos, pero los siento.

Ojalá fuera tan inmune como parece serlo Clary al ver a Patrick bailando y succionando la boca de la chica.

—¿Sabes qué? —dice Clary a mi lado, su voz ya está un poco rasposa y las palabras no son muy claras—. Voy a bailar con un sexy australiano y me voy a divertir esta noche, a la mierda los demás.

Le sonrío y alzo mis pulgares hacia ella en aprobación, sonríe y camina hacia la pista de baile y comienza a bailar sola, no pasa mucho tiempo hasta que alguien ya se ha pegado a su espalda. Como si el lugar donde se encuentra Axellen fuera un imán, mis ojos caen allí, ella está muy cerca, demasiado cerca, le está susurrando algo en el oído, él sonríe.

¿Por qué sonríe?

¿Por qué me importa?

¿Por qué duele?

Me tomo de golpe el resto de alcohol que había en mi vaso y me levanto en dirección a los sanitarios, mis pies duelen, estuve bailando con un hombre antes de que Axellen llegara, me sostengo de la mesa cuando todo da vueltas, no en buena idea tomar sentada.

—¿Quieres bailar? —inquiere un hombre en medio de mi camino hacia los sanitarios. Es alto, bastante en realidad, tiene una sonrisa seductora en sus labios y no dudo que muchas mujeres han caído en esa sonrisa, sus ojos terminan bajando hasta el escote de mi vestido, arqueo una ceja.

—Ahí no están mis ojos —digo de golpe.

Sonríe de lado y eleva la mirada hacia mí, se cruza de brazos y me guiña un ojo.

—Lo sé, pero también es una buena vista.

Sonrío tensa y niego con la cabeza, me acerco y le doy una palmada en el hombro.

—Mi puño en tu rostro también sería una buena vista.

Le sonrío al verlo desconcertado y paso por su lado, caminando rápido hacia los baños de mujeres, hago una mueca y mascullo una maldición cuando una punzada atraviesa mi vientre, me doblo hacia adelante y entro en el baño, cuando reviso mi ropa interior una mancha me da la bienvenida.

—Lo que me faltaba —mascullo entre dientes.

Restriego mi rostro mientras estoy sentada en el retrete, no sé cómo voy a salir de aquí, necesito una toalla sanitaria, un tapón o algo. Hoy no es mi día, no lo es para nada. Escucho la puerta del baño ser abierta y me preparo para pedir ayuda, pero son risas y jadeos y me quedo petrificada.

Mierda al cubo.

Tengo la regla, tengo alcohol en mis venas, mi vientre duele y hay una pareja utilizando el baño como un hotel.

¿Algo más mundo?

Miro mis pies e intento quedarme lo más callada que puedo, escucho la puerta del cubículo a mi izquierda ser abierta, luego se cierra de un fuerte portazo y hay risas ahogadas, están diciendo algo, pero no entiendo y no creo que quiera entenderlo.

No voy a escuchar a dos personas teniendo relaciones.

—¡Disculpen! —chillo y las risas se detienen de golpe—. Alguien quiere utilizar el baño sin tener que escuchar como al lado se aparean, así que podrían buscar otro lugar o van a oler el fétido olor de mi excremento.

—¡Qué asco! —brama la mujer en un chillido—. ¿Por qué eres tan asquerosa?

Arrugo la nariz.

—¿Qué crees que se hace en un baño? Soltar flores. ¡Vayan a un hotel, hay uno que queda a unos metros de distancia!

Muerdo mi labio inferior con fuerza, escucho la carcajada del hombre y, ¡oh mierda! Creo que esa es la risa de Patrick, escucho como la puerta se abre y escucho las maldiciones de la mujer.

Voy a odiarme por esto.

—¿Patrick?

Silencio, creo que ambos ya se fueron o solo se quedaron inmóviles, no lo sé. Miro mis pies y los muevo un poco, ya me está empezando a doler el trasero de estar sentada en el trono blanco.

—¿Hailee?

—¡La misma!

—¿Qué...?

—Cállate y escucha, necesito que busques a Clary y le digas que venga.

—¿Para qué quieres a Clary?

Gruño y mascullo una maldición.

—¡Solo búscala y dile que venga!

—Bien, bien, ya voy.

Escucho a la mujer preguntar si me conoce y a él contestar una afirmación, ambos salen del baño y el silencio vuelve a cubrir la estancia, espero unos minutos hasta que las puertas se vuelven a abrir.

—¿Hailee?

—¡Clary! Necesito que me traigas una toalla sanitaria.

La escucho salir de nuevo del baño y luego volver con lo que pedí, me pasa la toalla por debajo de la puerta y la tomo, cuando ya he colocado todo en su lugar salgo del cubículo para lavarme las manos, Clary está apoyada a la pared y tiene una sonrisa en sus labios.

—¿Le dijiste a Patrick que iba a oler tu excremento?

Rio entre dientes y niego con la cabeza, muerdo mi labio inferior y seco mis manos.

—Tenía que hacer que se fueran, no iba a escuchar como tenía sexo.

Una carcajada sale de sus labios y mi cuerpo se dobla hacia adelante cuando una punzada de dolor atraviesa mi vientre. ¿Por qué carajos no viene sin dolor? Tenso mi mandíbula y aprieto con fuerza el lavamanos entre mis manos.

—Vamos, te acompañare al hotel.

—Estaré bien, quédate y disfruta.

La veo fruncir el ceño.

—¿Te iras sola?

—No queda muy lejos —me encojo de hombros.

Niega con la cabeza.

—Si no quieres que te acompañe, entonces le diré a Axellen que lo haga.

Sonrío tensa y niego con la cabeza, lamo mi labio inferior y dejo salir un suspiro.

—Él está muy ocupado, estaré bien. —Mi voz sale pequeña e indefensa, una punzada de dolor atraviesa mi pecho y las palabras saben amargas.

Está ocupado con otra, está coqueteando, su atención está fija en otra persona y duele, me rompe en fragmentos y los convierte en cenizas. Porque me gustaría tener su atención, me gustaría que me mirara y sonriera como lo hace con esa mujer.

—¿Te gusta, Axellen? —inquiere aturdida, parpadea varias veces y me observa sorprendida.

No respondo, no lo hago y esa es su respuesta. Está mirándome atónita y muerdo mi labio inferior, retuerzo mis dedos mientras ella parece querer decir algo, pero no dice en realidad nada. Apoyo mi espalda baja al lavamanos y solo se escucha el leve sonido de la música de afuera, algunas carcajadas y personas entrando y saliendo del baño de hombres.

—¿Desde cuándo? —curiosea.

—Desde siempre —musito en un susurro y decirlo en voz alta es tan extraño—. Antes de que Axellen perdiera la memoria no solo éramos mejores amigos, también éramos pareja y después él me olvido.

—¿Por qué no se lo dices?

La miro y mi estómago se contrae con fuerza, las lágrimas inundan mis ojos y mi pecho duele, duele como si estuvieran golpeándolo con un martillo, como si alguien estuviera retorciendo entre sus manos mi corazón.

—Porque me miraría como lo estás haciendo tú —musito en un hilo de voz—. Me miraría con la misma lastima, el mismo horror y la tristeza que hay dentro de tus ojos, Clary. Y no quiero, ni necesito eso justo ahora.

La pena cubre su mirada, me observa avergonzada, agacha la cabeza y puedo ver el rubor extendiéndose por sus mejillas y como intenta ocultarlos con su cabello. Levanta la mirada hacia mí, ahí sigue la lastima, no quiero su lastima.

—Hailee, lo lame...

—Está bien, no le digas nada de esto. Por favor.

—Pero si se lo dijeras, quizás él te...

—¿Me recordara? —digo con incredulidad y sonrío con tristeza—. Eso no va a ocurrir, no va a recordarme, así que es mejor dejar las cosas como están, soy su amiga y él es mi amigo, punto y final.

—Pero...

—Debo irme, tengo que llamar a Sam para ver cómo están los mocosos, en especial a la mocosa del medio, te veo después.

No espero respuesta y salgo del lugar, camino entre las personas y tomo mi bolso del lugar donde estábamos sentadas, mis ojos se dirigen hacia donde estaba Axellen y ya no está, tampoco lo está la mujer, cierro los ojos con fuerza por unos breves segundos y salgo del lugar, siendo consciente de cómo algo dentro de mí se va rompiendo.

He querido creer que mis sentimientos solo son porque estoy confundida, que solo es porque lo vi después de varios años, pero no es así, porque estos sentimientos nunca se han ido, han prevalecido a través del tiempo y parece que se han fortalecido.

Axellen Kidman se ha metido en lo más profundo de mi alma, y aunque ahora no es como antes, sigo sintiendo cosas por él, porque me enamoré de quien era antes y lo estoy haciendo de quien es ahora.




—Creo que están pidiéndole matrimonio a alguien —musito mientras estoy apoyada a la baranda del balcón con una copa de vino entre mis dedos.

¿Lo crees?

—Lo creo, estoy un ochenta por ciento segura. Hay varios tintineos en la distancia y puedo jurar que son velas, además de que se ve una pareja en la distancia. Que romántico que te pidan matrimonio enfrente del mar y con velas. —Tomo un sorbo de la copa de vino—. ¿No lo crees, Sam?

Escucho su carcajada y como cierra una puerta, lamo mis labios y me acurruco en la esquina del balcón cuando una leve brisa sopla y mueve las hebras de mi cabello en distintas direcciones. La noche está fría pero no importa, me gusta sentir el aire frío chocar contra mi cuerpo y que haya alcohol en mis venas hace que sea más resistible a ella.

Creo que estas ebrias.

—¿Tú crees o lo confirmas?

Lo confirmo cabeza de zanahoria. ¿Dónde está Axellen?

Gruño y me tomo de golpe el vino que queda en mi copa, estúpido Kidman. ¿Por qué lo nombran siempre? Entro en la habitación en busca de más vino y me sirvo en la copa, intentando sostener el teléfono entre mi hombro y oreja.

—Ocupado con alguien más.

¿Con un ligue?

—Exacto.

¿Estas bebiendo por eso, Hailee?

Arrugo la nariz y niego con la cabeza, dejo salir un suspiro y tomo entre mi mano el teléfono, mientras le doy un sorbo al vino tinto. Chasqueo la lengua y asiento con la cabeza.

—No y si, duele, pero a la mierda, también tengo dolor de vientre y mis hijos se están muriendo, yo me estoy muriendo desangrada y no es agradable.

Deberías dormir.

—Debería haber sido hombre.

Se echa a reír, me lo imagino moviéndose por la casa, revisando las habitaciones de los mocosos porque escucho las puertas ser abiertas y cerradas.

Mocoso menor está en coma y mocosa del medio se quedó al fin dormida.

—¿Cuándo la fuiste a buscar a la academia de ballet te dijo algo?

No, sigue en silencio como siempre.

Resoplo y salgo de nuevo al balcón, mirando el cielo nocturno, hay muchas estrellas, muchas constelaciones. Ha Annabet le gustaban las estrellas, no la vi por ningún lado, en realidad me escondí y tuve miedo de volver a verla, quizás ni siquiera se acuerda de mí, también vi al padre de Layla, ella quizás esté en este mismo lugar.

—Quizás deba buscar a otra psicóloga, y no digo que la madre de tu novia sea mala —me apresuro a aclarar—, es solo que parece que va muy lento con esto.

Dale tiempo.

—No soy muy paciente cuando veo como mi familia sufre. —Tomo del vino—. Ya no sé qué hacer con ella, Sam, el mocoso menor quiere ir a un campamento de verano y quiere que Alice vaya con él, pero ella no quiere salir de la casa.

¿Ya le dijiste sobre el campamento?

—Va a mandarme a la mierda con su silencio.

Lo escucho resoplar. Es como estar en un túnel oscuro, no puedes respirar bien, el aire es denso y te sientes cada vez más sofocado, sabes que debe de haber un final, una luz que dé al exterior, pero no la encuentras y entonces te desesperas.

En este mes es la función en la escuela de ballet. ¿No es así?

—Lo es —musito y veo que tengo copa de vino vacía otra vez.

Entonces espera un poco, si no la vez emocionaba con las funciones deberemos buscar otro psicólogo, ella ama el ballet.

—Lo sé. —Sonrío—. Mamá estaría orgullosa de ella, es una gran bailarina.

Seco una lágrima que se desliza por mi mejilla y muerdo mi labio inferior para no sollozar, no debo derrumbarme, no ahora, ni nunca, mis hermanos me necesitan, el abuelo me necesita, no puedo caerme, tengo que seguir de pie, aunque duela.

Mayrah me oculta algo.

—¡Vaya! Al parecer no soy la única que guarda secretos.

Lo escucho reírse.

No lo eres, todos al parecer tienen algo que ocultar, excepto yo, soy como el agua.

—Es porque eres aburrido, Samuelito, tu vida es aburrida.

Al menos no tengo tanto drama en ella como tú.

Rio entre dientes y niego con la cabeza.

—Muy buen jugado. ¿Has hablado con ella?

¿Qué le digo? ¡Oye, loca! Sé que me ocultas algo, no soy tan idiota como parezco serlo.

—Podría funcionar —murmuro mirando la copa de cristal.

No ayudas, Hailee.

—Lo siento. —Entro en la habitación en busca de más vino—. Sabes, no es fácil decir en voz alta tus secretos, no cuando estos pueden destruirte, dale tiempo, cuando ella esté preparada lo dirá en voz alta. Así que sé paciente.

Y terminas siendo sabía—se echa a reír y hago lo mismo—. Duerme, zanahoria, te veré dentro de unas horas. Te quiero.

—También te quiero.

Dejo el teléfono a un lado y observo la botella de vino vacía, vaya, cualquiera diría que soy una borracha por haberme tomado una botella yo sola y ahora siento sueño, mucho sueño, apago las luces y maldigo en voz baja cuando me golpeo con la cama. Termino riéndome porque hable en ruso y se escuchó divertido, me meto debajo de las sabanas y hago un ovillo en la cama, chasqueo la lengua y siento el sabor del vino.

No me lave los dientes, pero justo ahora el baño se siente demasiado lejos, todo se siente muy lejos, excepto los golpes en la puerta que hacen que la nube de sueño se vaya disipando. Me siento en la cama y enciendo la lámpara en la mesita de noche, me levanto y camino hacia la puerta, abriéndola.

—¿Qué haces aquí? —Mi voz suena rasposa, ronca y me delata. Estoy medio borracha.

Él arquea una ceja y se abre paso para adentrarse en la habitación, cierro la puerta y lo observo confundida, voltea a verme y no parece feliz, nop, no lo parece, parece enojado y quizás decepcionado, o quizás veo cosas donde no las hay.

—¿Por qué no me lo dijiste? —inquiere en un tono de voz molesto—. ¿Qué pensabas al no decirme nada?

Lo observo aún más confundida de lo que ya estoy, me apoyo a la pared y me cruzo de brazos, su cabello está desordenado, seguro ella lo jaló mientras lo besaba, yo lo jalaba cuando lo besaba.

Tengo que enfocarme.

—¿De qué hablas?

—Clary me lo dijo.

Creo que ya no estoy medio borracha, mi garganta está seca y tengo que pasar la lengua por mis labios porque los siento secos. Él está mirándome impaciente, también está enojado. Ay Dios, Clary se lo dijo, ella abrió la boca, esto no está bien, no está bien, pero, ¿por qué no me mira con lastima?

Su mirada se suaviza, creo que vio algo en mi rostro, siento que hay algo mojando mis mejillas, esperen, estoy llorando, oh por Dios lo que faltaba; estoy llorando. Él se está acercando, quiero disculparme, pero termina abrazándome, entierro mi rostro en su pecho, aspiro su aroma, busco el calor que brinda su cuerpo, es agradable estar entre sus brazos.

—Lo siento —digo entre el llanto.

—No llores, pequeña, no lo hagas. Si te sentías tan mal me hubieras dicho y te hubiera traído, las calles son peligrosas, Hailee, me asusté cuando no te vi por ningún lado.

El llanto se detiene de golpe, parpadeo varias veces confundida y me aparto un poco de su cuerpo, alzo la cabeza y él baja la suya, sus ojos grises parecen azules oscuros o algo así, una de sus manos limpia mis lágrimas y la otra se queda en mi cintura.

—¿Qué fue lo que te dijo Clary exactamente?

Arruga el ceño.

—Que te viniste porque te sentías mal, ¿en qué pensabas al venirte sola?

Dejo salir un suspiro tembloroso y apoyo mí frente a su pecho, no sabe nada, fue una falsa y aterradora alarma, su mano en mi cintura está acariciando mi espalda por encima de mi pijama.

—Estabas muy ocupado coqueteando con la mujer, no iba a interrumpirte.

Las palabras salen de mi boca y suenan amargas y ásperas, cierro los ojos y escucho los latidos de su corazón, son rápidos, constantes y son como música. La mano que estaba en mi rostro ahora está en mi cabello y lo acaricia con cuidado, él apoya su mentón en mi cabeza y deja un beso sobre mi cabello.

Dios, es inevitable no sentir lo que siento hacia él si es así, si me trata de esta manera.

—¿Estás celosa? —Hay diversión en su voz y quizás algo de confusión.

—¿Por qué deberías estarlo?

—Suenas celosa, Belova.

Y lo estoy.

—No lo estoy, estás imaginando cosas.

Se echa a reír, siento su pecho vibrar por su risa y una sonrisa lenta y perezosa se desliza por mis labios, me gusta su risa, mierda no sé si hay algo que no me guste de él. Estoy perdida, muy perdida.

—¿Cómo así?

—¿Así qué?

Tengo sueño, creo que estoy quedándome dormida de pie mientras él me abraza y acaricia mi cabello, otro beso es depositado sobre mi cabeza, no quiero apartarme, quiero quedarme así.

—Dijiste que lo estabas y luego que no —murmura con la voz ronca.

Mierda.

—Estás loco, no dije nada.

Vuelve a reírse y deja un beso sonoro en mi cabeza, sus manos acunan mi rostro y lo alzan, me obligo a abrir un poco los ojos, me está mirando con diversión.

—Estás pensando en voz alta, Hailee —dice divertido y sus ojos caen sobre mis labios—. ¿Tomaste vino?

—Lo hice, me acabé una botella.

Arquea las cejas sorprendido.

—¿Y aún estás de pie?

—No exactamente, tú me estás sosteniendo porque justo ahora me estoy quedando dormida.

Una bonita sonrisa se desliza por sus labios, es muy tierna, me gusta cómo me está mirando, lo hace de una manera que hace que todo mi mundo se tambalee, o quizás mi mundo se tambalea porque estoy borracha, como sea. Creo que si tuviera el valor me colocaría de puntas y estamparía mis labios sobre los suyos, pero no lo hago, me quedo mirando sus ojos, me quedo disfrutando de las caricias que ejercen sus pulgares sobre mis mejillas.

—Antes de venir fui a una farmacia y compré pastillas para el dolor —susurra por lo bajos y mira hacia un lado, sigo su mirada y en una silla está la bolsa blanca. No la había visto—. Ve a cepillarte para que te la tomes y te acuestes.

Sonrío con tristeza al ver la preocupación en sus ojos, ¿por qué tiene que ser así de lindo? ¿Por qué no es un hijo de puta? Así sería más fácil odiarlo y enviarlo a la mismísima mierda, pero cuando es así, solo me dan ganas de derretirme como si fuera un helado.

—No hagas eso, me confundes —musito en voz baja.

Frunce el ceño y ladea la cabeza hacia un lado.

—¿De qué hablas?

Dejo salir un suspiro tembloroso y apoyo mi cabeza a su torso, rodeo con mis brazos su cuerpo y sus dedos comienzan a acariciar mi cabello.

—Estoy medio borracha, hormonal y medio despierta, no hagas mucho caso a lo que digo. —Su pecho vibra, está riéndose y sonrío con los ojos cerrados—. Cuando salí del baño no estabas. ¿Te fuiste con ella?

Di que sí lo hiciste, di que sí te fuiste con ella, di que ella te gusta, rompe mi corazón, quizás así me aleje, tal vez así dejen de crecer los sentimientos, quizás así deje de caer hacia ti. Haz que te odie, por favor, haz que te odie.

—No —murmura y siento que está oliendo mi cabello—. Te comencé a buscar como un idiota al ver que no estabas en la mesa, no te encontraba ni a ti, ni a Clary o a Patrick. Me preocupaste, Hailee.

No debiste decir eso, quiero decir, pero me calló. Algo dentro de mí florece como una flor y eso no es bueno, eso indica peligro, indica perdición y dolor cuando la realidad me golpee de frente. Muerdo mi labio inferior y cierro mis ojos con fuerza, estúpidos animales dentro de mi estómago, estúpido dolor de vientre y estúpido alcohol en mis venas.

Me alejo de su cuerpo y alzo la mirada para encontrarme con sus ojos, su rostro se está acercando al mío poco a poco, cierro los ojos cuando siento su respiración chocar contra mi piel, su nariz está rozando la mía y sus labios se posan sobre la piel de mi frente, evito hacer una mueca de decepción.

—Ve a cepillarte, debes dormir —susurra.

Asiento y me aparto de él y voy en dirección al baño sin hacer contacto visual, cuando cierro la puerta y veo el reflejo de mi rostro en el espejo ahogo un jadeo, estoy roja, mis ojos brillan demasiado y mis labios están pintados por el vino, abro la llave del agua y mojo mi rostro, lavo mis dientes y que quedo en el baño por unos segundos antes de tomar el valor de salir.

Él está sentado en la cama, no tiene la corbata, tampoco el saco, las mangas de su camisa blanca están arremangadas y tiene los codos apoyados a las rodillas, se ve sexy de esa forma, solo hace falta el vaso de vidrio con whisky en su mano, pero sin tenerlo luce impotente, demandante.

Levanta su mirada hacia mí y sus ojos recorren mi cuerpo, no tengo un pijama de encaje y seda, tengo una camisa ancha que antes era de mi padre y unos shorts de rayas, junto a mis calcetines, no puedo dormir sin calcetines.

—Toma —dice con la voz ronca, colocando los vellos de mis brazos de punta.

Agarro el vaso de agua y la pastilla, tomándome ambas cosas, me meto en la cama y lo veo apagar las luces, no me quejo ni digo nada cuando se mete en la cama, solo me quedo en silencio con él a mi lado.

—¿Amaba a alguien antes de olvidarlo todo? —inquiere en un susurro.

Me tenso por la pregunta, arrugo el ceño y me coloco de lado, mientras él esta boca arriba.

—¿Por qué lo preguntas?

—Sueño con una mujer y creo que es un recuerdo y no un sueño. ¿Amaba a alguien?

Trago saliva, los segundos pasan y no respondo nada, la cama se mueve, él se está moviendo, está colocándose de lado y su brazo está atrayéndome hacia él, me acurruco a su lado, un beso es depositado en mi cabeza y las lágrimas se deslizan por mis mejillas. La mano en mi cintura acaricia mi piel por encima de camisa y su nariz está enterrada en mi cabello.

—Lo hacías—mi voz suena débil—. Lo hacías con todo tu corazón.

Su cuerpo se tensa a mi lado, su mano deja de acariciar mi piel y cierro los ojos con fuerza, muerdo mi labio inferior para no sollozar, para no hablar más de la cuenta. Su mano vuelve a acariciar mi piel, siento el calor que irradia la palma de su mano.

—Y la olvidé —susurra con nostalgia y enojo en sus palabras—. ¿Sabes dónde puedo encontrarla?

Está justo aquí.

—No, preferías mantener tu relación en secreto, nunca la conocí, solo escuchaba como hablabas de ella. Lo lamento.

Deja salir un suspiro tembloroso y lleno de decepción, no estoy lista para decirle la verdad, no me siento preparada mentalmente para dar ese paso, necesito más tiempo, aunque a veces siento que el tiempo se está acabando. Sus labios dejan un beso sobre mi coronilla y me estrecha entre sus brazos.

—Yo también lo lamento.

N/A

¡BUENAAAAAAAAAAAAAAS!

Espero que estén teniendo un fantabuloso día, tarde o noche. 

No saben lo mucho que este capítulo me encanta, Hailee es tan sutil JAJAJAJJAA

¿Creen que Clary dirá algo?

¿Qué creen que oculta Mayrah? 7u7

¿ADELANTOS?

Bien.

La gran ocasión que empieza con "R" sucederá, y alguien una vez más el futuro predecirá.

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¿Ya leyeron "Historias Cruzadas" Es una historia corta, diferente y les gustará 7u7 Está en mi perfil por si gustan pasar c;

*Fin de espacio publicitario*

#NoLectoresFantasmas.

¡NOS VEMOS LUEGO!

¡CAMBIO Y FUERA!

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