—Miren quién está aquí, la amenaza para la sociedad y atacante de policías. —La recibió el oficial Mirts entrando a la estación mientras los demás se reían. A pesar de haber pasado algunos años, la joven seguía como antes y pudo reconocerla de inmediato.

—¿Usted es acaso el único policía disponible? —July preguntó algo molesta.

—Si quieres me voy. —Dijo él tomando sus cosas.

—¡No! En realidad vine a verlo. —July lo hizo detenerse. —Necesito hablar contigo.

—¿Acaso se te perdió otro novio?

—Muy gracioso, pero esto es más importante. —Dijo July poniéndose seria. —Créeme que si no lo fuera no te pediría ayuda.

—Bien, pero mira, justo voy a mi almuerzo, pídele a Rodríguez que te ayude.

—No necesito a Rodríguez, el trato es contigo y si no quieres ayudarme, está bien por mí. —Dijo July saliendo de la estación mientras azotaba la puerta.

El oficial se quedó parado ahí mientras esperaba a que la chica volviera, no era nada más que un berrinche, lo más seguro es que alguien le había robado algo o conociéndola, lo había perdido. Espero un rato hasta que la chica no volvió.

—Que Dios me ayude. —Dijo el oficial mientras salía de la estación para ir a buscarla. —¡Espera! —Le gritó para captar su atención. —Te voy a ayudar, pero no te aseguro nada, ahora acompáñame a comer que solo me dan una hora.

July asintió algo dudosa mientras seguía al hombre que caminaba muy rápido para ella.

—Espera, soy una dama y no puedo ir corriendo detrás de ti. —July le dijo furiosa mientras el oficial se detenía.

—Bien, linda dama ¿me haría el honor de escoltarla? —Le dijo tendiendole el brazo, aunque era una broma ella lo aceptó, ya que eso significaba que avanzaría más lento.

Ambos llegaron a un comedor para los trabajadores de la zona y mientras July buscaba lugar el oficial Mirts pedía comida.

—Bien, ¿qué eso tan importante? —Preguntó el oficial entregándole un sándwich a la chica mientras él comía su hamburguesa.

—Necesito toda la información de dos personas, pero el caso es que una de ellos es de un alto nivel. —Dijo July casi susurrando.

—¿En qué estás metida, dulzura? —Mirts estaba intrigado con lo que la chica le decía.

—No puedo decirte mucho todavía pero ¿me vas a ayudar?

—Haré lo que pueda, si dices que esta persona es importante lo más probable es que tenga ojos y oídos por la ciudad. Tenemos algunos contactos. Ahora, dime quienes son estas personas. —Dijo con la boca llena.

—Cerdo. —Él la miró mal y ella le dio una servilleta. —Bueno, lo siento. Uno es Louis Astor y el otro el Egmart Endlr. —Ese nombre hizo que Mirts se ahogara con su comida.

—¡¿El gobernador?! —Le dijo en un susurro alarmado.

—Sí. —Dijo July mientras miraba a otra parte. —Espera, todavía no termino. Necesito que me des un arma y me enseñes a usarla, y si no es mucho, necesito que me enseñes a defenderme.

—Ah no, no te pienso ayudar en nada hasta que me digas en que carajos estas metida, esto puede costarme mi trabajo y mi cabeza. —Dijo Mirts limpiándose la comida de la boca.

—Bien, te diré, pero no debes de interrumpirme hasta que termine, ¿vale?

July le explicó a lujo de detalles, desde que le hicieron ese corte en la noche, la plática con su padre hasta la cena con el gobernador hace algunos días.

—Eso es mucho que digerir, estás en un gran lío, y no sé que vas a hacer para salir de ahí ilesa, July esa gente no se anda con juegos.

—Y yo tampoco planeo hacerlo, ellos creen que detesto a mi padre y no es cierto, les estoy pidiendo protección de mi madre y dinero por si necesito salir de la ciudad con ella. —July dijo seria. —Mira, lo único que te pido es información y que me enseñes a defenderme, jamás te verás metido en estos asuntos, lo que menos quiero es que la gente salga herida, aunque sea tan molesta como tú. —Dijo July tratando de convencer al oficial de ayudarle en su alocado plan.

—July, es que no lo entiendes, hay muchos rumores del gobernador Endlr, de cómo consiguió su lugar y muchas cosas más. Claro que todo es un secreto a voces pero son bastantes serios como para poder ignorarlos. Claro que la gente prefiere hacerlo. Ese hombre es intocable.

—No me importa, no quiero saber nada de lo que ha hecho, no te estoy pidiendo que lo arresten, solo quiero que deje a mi familia en paz.

—Bien, tendrás que acompañarme de regreso a la estación, primero comenzaremos con Louis Astor y en la noche volveremos por la información de Gobernador, porque si alguien me ve investigando sobre él, levantará sospechas y no creo que la estación esté libre de ratas trabajando para él. ¿Entendido?

—Sí.

—Bien, vámonos ya.

Mirts y July pasaron el camino de regreso en completo silencio, cada quien perdido en sus propios pensamientos. Cuando Mirts abrió la puerta dejando entrar a July la estación estaba casi de cabeza y apunto de colapsar. Los oficiales y secretarias se movían de un lado a otro mientras se podía ver al jefe en su oficina hablando por teléfono claramente paranoico.

—¡Rodríguez! —Mirts llamó a su joven protector. —¿Qué acaba de pasar?

—Encontraron el cuerpo de Michael Montoya y su padre está fúrico. —Dijo el pelinegro mientras seguía llevando papeles a otro cubículo.

—¿Fue él quien intentó—

—Sí, fue él. —Dijo July pálida.

—¿Endler sabía lo que pasó esa noche? —El oficial le preguntó a July mientras ella asentía. Oh Dios, él había mandado matar a Michael por ella, pensó July. —¿Ves en lo que te estas metiendo? Esta gente no conoce valores, para ellos, el fin justifica los medios. No tiene límites

—¡¿Qué hagó?! —Dijo July comenzando a entrar en pánico.

—¡Mierda! Señorita Dunn. —Mirts la miró a los ojos pero sus ojos estaban perdidos. —Ven July, vamos afuera, no necesitas estar aquí. —El rubio sacó a July de la estación mientras la sentaba en las escaleras de la entrada.

—Yo no quería que esto pasara, solo quería proteger a mi familia, y lo arruine todo. —Dijo July mientras se cubría la cara para llorar.

—July, mírame. —Mirts le agarró la cara para que lo viera. —No puedes echarte para atrás en estos momentos o acabaras como el joven Montoya. —Eso hizo llorar más a July. —Debes de armarte de valor y hacer lo que viniste a hacer, proteger a tu familia, no olvides que eres la chica que pateó, arañó, y golpeó a un oficial por su novio. Si de verdad eres esa chica podrás hacer que tu familia esté bien.

July respiró tratando de calmarse mientras Mirts le entregaba su pañuelo para limpiarse.

—Ahora. —Mirts comenzó a hablar mientras veía que ella se iba calmando. —Iré a ver que necesitan de mí, la estación cierra a las 10, así podremos entrar a ver la información que necesitas ¿Vale? —July asintió. —Bien, respira, cálmate porque necesitarás mucho valor para seguir con esto.

—Gracias, te veo a las 10 aquí. —Dijo July pretendiendo que nada había pasado.

Mirts esperó perder de vista a la pequeña castaña para volver al edificio, esa mujer si que era un misterio de pies a cabeza.

***

—¿Qué tenemos aquí? —Preguntó el oficial Mirts llegando a la escena del crimen.

—Al inicio creímos que era un robo cualquiera, todo mundo sabía que los Montoya eran gente de dinero pero después revisamos su cartera y esta completa, o al menos que eso creémos, su reloj aún lo conserva. Solo le falta algo.

—¿Entonces no fue un robo o sí?" Mirts dijo fingiendo que no sabía quién era. —¿Qué se llevaron?

El médico forense comenzó a moverse para darle mejor vista al detective.

—Me temo que no fue un robo, venían por él, un solo disparo en la cabeza y le cortaron los dedos. —Le dijo el otro oficial mientras le mostraba los dedos esparcidos por el suelo del auto.

El niño Montoya estaba sentado en su coche, el coche estaba destrozado de la parte delantera.

—Al parecer sabía que venían por él, ya que trató de escapar. —Dijo Mirts mientras se acercaba a analizar la herida. —¿Qué clase de bala era?

—No estaba, no había bala ni casquillo, no nos dejaron evidencia. —Dijo el oficial mientras se alejaban del cuerpo. —Esos bastardos si que saben hacer un trabajo, pero con el orificio que dejaron en su cráneo podremos investigar el calibre del arma.

—Ya lo creo.

***

Eran las diez con trece cuando el oficial Mirts salió a recibir a July.

—Que bueno que llegas. Tenemos un problema. —Dijo Mirts mientras le entregaba un expediente.

—¿Qué es esto? ¿El expediente de Louis? No creo que sea un problema. —Dijo July mientras comenzaba a abrirlo.

—Ahí dice que Louis Astor murió en combate hace 5 años.

—Esto no es posible, no puede hacer. —Dijo July viendo la foto del expediente. —Este no es Louis Astor, bueno, no es el chico. El que busco es rubio, usa lentes, es atractivo. —El oficial la miró mal. —Que sea malo no le quita lo atractivo.

—Bien, seguiremos buscando, aunque sea por fotos, mientras tu reconoces a nuestro chico malo que no le quita lo atractivo, iré revisando toda la información del gobernador y le sacaré copias. —Dijo Mirts mientras se iba de ahí dejando sola a la chica. —Pero por favor no hagas ningún desastre.

—Claro. —Dijo July pero no prometía nada.