Capítulo 40
July estaba levantándose del sillón, había pasado un mes desde que se había regresado con Steve a Nueva York. Después de que SHIELD se destruyera, Steve fue a vivir a la torre de los vengadores mientras July regresaba a su apartamento.
Se levantó mientras se acomodaba su ropa y se encaminaba a la cocina para servirse una taza de café, solo para encontrarse que la cafetera estaba apagada. La conectó y se alejó de ahí para darle unos segundos a la máquina de realizar su tarea. De todos modos, iría a desayunar con Steve como la mayoría del tiempo.
Se fue a bañar lo más rápido que pudo y se cambió de la misma manera. Después salió de su departamento tomando sus llaves, su celular y su cartera olvidándose de su café.
Durante el camino en taxi, estaba quedándose dormida. Había pasado toda la noche tratando de infiltrar a los satélites de la CIA sin respuesta alguna, su equipo era muy poco profesional como para lograrlo.
Así como Steve no se había dado por vencido con Bucky, ella todavía no se daba por vencida con encontrar su sangre.
El tema de Bucky entre ellos era tabú, nadie lo mencionaba y eso la hacía sentir mejor. Ambos podían seguir ignorando sus verdaderas opiniones sin molestar al otro.
—Señorita, hemos llegado. —El chófer le dijo mientras que July le tendía el dinero, agradecía y se bajaba del coche.
En cuanto se dio la vuelta para comenzar a caminar, escuchó una voz que la hacía feliz todos los días.
—¿De nuevo dormiste en el sillón?
—¿Tan mal me veo? —July preguntó sonriendo.
—Por su puesto que no, es solo que te ves adolorida. —Steve se acercó para saludarla como se debe.
—Tienes razón, me he vuelto a quedar dormida en la sala. Además de eso, no he comido nada saludable en días, así que hay que apresurarnos. ¿Cómo ha estado tu semana? —July tomó el brazo de Steve y se encaminaron hacia el restaurante.
—En realidad, mejor de lo que creía.
—Steve, ¿quién compra tu ropa? Cada vez te vistes mejor —July preguntó de la nada.
—Gracias., Tony, el hijo de Howard, tiene a alguien que se encarga de eso. —Steve respondió sin importancia.
—Hace mucho tiempo que no veo a Tony, la última vez que lo vi tenía 15 años ¿cómo está él?
—Es un genio, algo egocéntrico, tuvimos nuestras diferencias al inicio pero me agrada. Es complicado. —Steve le abrió la puerta para que July entrara primero.
Fueron encaminados a una mesa en la terraza para poder disfrutar el aire mañanero, ambos revisaron la carta en silencio analizando sus opciones. Después de ordenar, siguieron conversando de todo lo que les había pasado durante el tiempo que no se habían visto.
—Steve, necesito hablarte de algo serio. —Dijo July tratando de controlar su risa, una vez que habían terminado de platicar.
—¿Qué pasó, Julia? —Steve se puso alerta de inmediato.
—Necesito desaparecer a Julia Dunn. Se tiene que ir de manera definitiva.
—¿Te refieres a lo que me contaste? ¿Lo de fingir todas tus muertes?
—Sí, mira no te pediría esto si tuviera a alguien más, pero desde que Nicholas falleció me he quedado sin nadie que me apoye. Antes de que Howard muriera, él se encargó de que yo estuviera a salvo con alguien, pero la muerte de Fury no nos permitió buscar a alguien más. Todo fue tan repentino.
—July, yo no sé qué hacer.
—No te preocupes, solo necesito que te encargues de la venta de mi departamento, desalojar mis cosas a una bodega en lo que encuentro donde vivir, he estado pensando que Boston es un buen lugar, se encuentra cerca de Nueva York y Washington para seguir visitando a Peggs. —El ceño de Steve iba convirtiéndose en una línea recta cada vez que la castaña decía algunas palabras.
—¿No puedes quedarte un poco más? —Steve movía la cuchara del café para todos lados. —Solo un poco, no quiero que te vayas.
—Podría intentarlo, pero no puede ser mucho tiempo, yo tengo mis identidades cronometradas. —July sonrió de lado. —Además, no es como si muriera de verdad, solo una parte de mí, no sé si podría decirlo de esa manera.
—¿Y cómo creas tus nuevas identidades?
—Tengo contactos.
—¡¿Estás haciéndolo ilegalmente?! ¿Sabes qué? No digas nada, acabo de escuchar lo que dije. —Ambos amigos rieron.
—¿Entonces me ayudaras?
—Claro, solo dime que hacer. —Steve alzó los hombros con indiferencia.
***
2015
—Kim Gerard, soy su nueva vecina. —July se presentó estirando su mano hacia la pareja de hombres frente a ella.
—Un placer Kim, somos Francisco y Michael. Cuando gustes el 302 tiene las puertas abiertas.
—Hola. —Contestó el que se llama Michael.
—Muchas gracias, igualmente. —Dijo July abriendo la puerta y dejando la última caja de pertenencias en el suelo. Cerró la puerta tras de ella y dio un largo suspiro.
Habían pasado ya seis meses desde la última vez que había desayunado con Steve, desde ese encuentro, él comenzó con una redada para desmantelar todas las bases de HYDRA sin encontrar a Bucky aún.
Él se había enterado de la noticia de su muerte, gracias a Natasha que sin hacer muchas preguntas la ayudó a desaparecer y a encontrarle una nueva identidad. July sabía que ella sería una persona en quien confiar a pesar de ser una espía. Sabía que compartían una historia similar.
Steve la había llamado en varias ocasiones para asegurarse de que ella estaba bien, y ella le hablaba para lo mismo y asegurarse de que Peggy siguiera recibiendo el tratamiento necesario, pero solo recibía noticias de como la condición de Peggy iba de mal a peor. Le dolía saber que su amiga estaba pasando por esa situación y no podía ayudarla.
July terminó de acomodar las cosas que había traído, cuando notó que en su cocina había cosas fuera de lugar , debajo de su falda, sacó su arma de bolsillo y la cargó. Como siempre su paranoia no se trataba de esconder. Calmó su respiración, mientras entraba y a los dos cuartos que había en su piso sin encontrar nada, además. ¿Qué esperaba encontrar?
Guardó de nuevo su arma, y se quitó su ropa para colocarse su pijama, no pensaba salir durante el resto del día, pero había un presentimiento que no la dejaba tranquila, algo rondaba por su cabeza, más de lo normal. Sabía que alguien había estado en su apartamento pero no tenía idea cómo comprobar esta hipótesis.
Después de ir por su laptop a su recámara, se sentó en su sillón acomodando sus pies sobre su mesa de café y la abrió para encontrar toda su laptop reseteada.
Habían borrado toda su información, fotos, documentos, TODO se había ido. Enojada, aventó la laptop directamente a la pared haciendo que esta se rompiera en dos regando todos los cristales por su sala. Su cara estaba roja de la ira, y con pesar, se levantó para tomar un jugo de la nevera y poder calmarse.
Después de tomarse su dichoso jugo, tomó una escoba y recogedor para alzar el desastre que había provocado. En cuanto alzó su laptop, encontró un papel con una nota.
Si los quieres de vuelta, ven a dónde nos conocimos. – M.O.D.O.K.
Ahora no estaba enojada, estaba furiosa, ¿cómo era posible que ella se había pasado años buscándolo y él cuando quisiera pudiera encontrarla? Si hubiera sido tan fácil mejor no hacía nada. Al estar tan molesta, en lugar de levantar el desastre, rompió la nota y comenzó azotar más y más los restos de computadora hasta que una gota de sangre cayó al suelo. Su ira había sido tanta que no se dio cuenta cuando se había cortado.
Se quedó recargada en la pared llorando, estaba realmente cansada de todo. Pero todavía quedaba algo pendiente por hacer. Recuperar su sangre, y después se podía despedir de ese mundo. Había vivido lo suficiente, había conocido y había experimentado todo, estaba en su límite y no sabía si podría aceptar algo más.
No esperó nada más y con mochila en mano salió de su departamento. Era una mochila que siempre tenía preparada por si necesitaba escapar o ir alguna misión. Como en esta ocasión.
Tardó 12 horas en llegar a la gran bodega en donde había encontrado a M.O.D.O.K., pero ahora todo era completamente diferente. Estaba custodiada por personas con un uniforme amarillo completamente horroroso. ¿Cómo iba a entrar?, pero ¿por qué se preguntaba eso? Ella había sido invitada, técnicamente.
Se abrió paso, hasta que dos agentes de AIM, la detuvieron.
—Identifíquese por favor. —Habló uno de ellos.
—Julia Dunn. Vengo a ver a M.O.D.O.K., él me citó.
—Adelante. Será escoltada por uno de mis compañeros.
July seguía al agente de amarillo en silencio pero antes de entrar a la gran bodega, fue arrebatada de su espalda su mochila con tal brusquedad que casi la tira al suelo.
—¡Dame eso si no quieres salir herido! —July dijo soltando puñetazos a varios lugares mientras otros dos agentes la detenían.
—Solo están revisando que no vengas armada. —Su voz aguda lastimó sus oídos, era él.
—¿Armada? ¿Yo? ¿Por qué vendría armada? —Dijo ella con sarcasmo.
Después de que inspeccionaron su mochila y le quitaron todas sus armas, se la devolvieron, ella trató de estar alerta pero quería asegurarse de que sus cosas personales estuvieran intactas.
—Veo que no te tardaste en venir. —Habló de nuevo él. —Sígueme, tengo tus cosas en otra sala. — M.O.D.O.K. comenzó a levitar mientras ella lo seguía custodiada por los tres anteriores agentes.
—¿Qué clase de juegos son estos? —July preguntó decaída. —Primero haces que atraparte suene como juego de niños, robas algo que no te pertenece, obviamente, y luego me vuelves a traer. ¿Qué es lo que tramas? Estoy harta.
—Pero todo esto lo hice por tu bien. —Le habló con una sonrisa que daba asco. —Si supieras todo el potencial que está dentro de ti, lo entenderías. Ahora, leí tu expediente, no es cosa del otro mundo, pero con mi ayuda podrías ser alguien verdaderamente extraordinario y no dejaré que todo ese potencial se pierda. Ahora, agarrenla. —Dijo la máquina.
July no tuvo tiempo ni para pensar en todo lo que había dicho M.O.D.O.K. cuando sintió dos pares de brazos sostenerla mientras el tercero inyectaba algo en su cuerpo que la quemó desde dentro. Después de eso, todo se volvió negro.
—¿Estará lista para aceptar el suero? —Preguntó M.O.D.O.K. a unos de los doctores que acababa de llegar.
—Creemos que sí.
—Bien, AIM no estará detrás de HYDRA o de Los Vengadores con sus alterados. Es hora de que nos vean como su igual.
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