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Capítulo 33.1


1982

—Kristen —Peggy se había levantado para ir a abrazar a su amiga.

—Hola Peggy. —Dijo July devolviendo su abrazo mientras que a lo lejos veía a varias personas sentadas en la sala conviviendo amenamente

—Creí que no vendrías a estas fiestas. —Peggy tomó su brazo para llevarla directo a la sala con las demás personas.

—Sí, bueno, gracias a tu insistencia, he decidido venir. —July evitó la mirada inquisitiva de Peggy. —Dijiste que Howard necesitaría más pruebas.

—Ya veo. —Peggy fingió molestia.

—Es broma, ya tenía ganas de ver a mi mejor amiga.

—Te perdono, solo porque es Navidad, ahora ven. Vamos a la sala, todos están ahí esperándote.

—¿Todos? —July preguntó queriendo saber a quién se refería por todos.

—Howard, María, Tony, Edward Jarvis y la señora Jarvis, mi esposo y mis niños. —Peggy le explicó justo en el momento exacto que llegaron.

Todos se veían tan diferentes, hace mucho tiempo que no los veía, Dios, como los había extrañado. July trataba de evitar que las lágrimas abandonaran sus ojos, y como pudo habló.

—Buenas noches. —Saludó July un poco nerviosa.

—Julia, me alegra de que hayas podido llegar. Estábamos por iniciar la cena. —Howard la saludó en cuanto la vio llegar, usando su nombre.

—Hola Howard, María, ¿cómo han estado?

—Estupendamente, gracias. —Contestó María por parte de los dos. —Jarvis, espero no hayas olvidado a Kristen, vieja amiga de la familia. Ella es Ana, esposa de Jarvis. —Pero era obvio que Jarvis y su mujer no se olvidaban de ella, el tiempo afectaba a todos menos a ella.

Los saludos y las presentaciones siguieron.

—Será mejor que pasemos a la mesa. María, llama a los niños. —La pelinegra, asintió y se perdió en las grandes escaleras. —Julia, quiero que te quedes terminando la cena. —Le dijo esto último en un susurró.

—Sí.

—Pero antes de que inicie la cena, quiero hablar un momento, es importante. Vamos a mi estudio. —Howard señaló la dirección de su estudio dejando pasar a la pelirroja primero y cerrando la puerta. —¿Un trago? —July negó amablemente mientras Howard se servía un whisky.

>>¿Recuerdas cuando entraste al programa de protección a testigo? Fue hace diez años.

—Sí. —No eran muy bonitos recuerdos para July.

—¿Recuerdas cómo nos volvimos a ver?

—Me arrestaron por entrar y dañar propiedad privada. —July dijo agachando la cabeza tratando de no reír.

—¿Qué hacías ahí?

—Buscaba mis pertenencias, mis cosas como Julia Dunn, y algo de Steve y James. —Dijo July suspirando. —Pero supongo que ahora son parte de un lujoso edificio de departamentos.

—Agradezco que está vez no me hayas mentido. —Dijo Howard poniéndose de pie y sacando de una caja fuerte las cosas de las que hablaba July. —O no los volverías a ver. Feliz Navidad.

—¿¡Pero cómo los recuperaste?!

—Eso es lo de menos. Howard sonrió. Desde esa vez que no se había sentido tranquila y en paz con él. Su traición para volverse agente de HYDRA realmente lo había lastimado. —Lo que realmente quiero hablarte, es otra cosa.

—Adelante.

—Últimamente he pensado, ¿qué pasará cuando yo fallezca? Cuando Peggy lo haga. —July no podía mentirse, también lo había pensado. —Necesitas que alguien esté al pendiente tuyo, esto es muy delicado para manejarlo por ti sola. Y he estado buscando candidatos para esa misión. —July asentía con todo lo que Howard le decía. —Se supone que vendría esta noche, pero no ha llegado, así que aprovecho estos minutos para preguntarte ¿Estás de acuerdo con eso?

—Confío en ti, Howard. Si crees que eso es lo apropiado estoy de acuerdo. Mi juicio no es el mejor y siempre necesitaré alguien que evite que haga tonterías. —Howard rió con ese último comentario.

—Su nombre es– Howard se detuvo a media oración mientras veía detrás de la puerta. —¡Anthony! ¿Qué te he dicho acerca de molestarme cuando estoy ocupado?

—Lo sien- siento. Es que mamá ha mandado por ti. —El hijo de Howard, Tony, como lo llamaba Peggy, estaba mirando a July con recelo.

—Hola, Anthony, soy Kristen. —July saludó desde lejos para apaciguar el ambiente.

—Buenas noches. —Dijo el niño con una mirada cuidadosa y los dientes apretados. Esa señorita no le daba un buen presentimiento al niño, no desde que sus padres habían peleado recientemente por el pasado de su padre. Para tener 12 años, Tony era un niño muy inteligente.

—Ya vamos, ahora, no quiero que vuelvas a molestar o abrir la puerta son para tocar. Estás son pláticas de adultos.Y respeta a la dama. —Howard seguía regañando a Tony hasta que por fin, el niño se fue. —Siento que hayas escuchado eso.

—No te preocupes, será mejor que salgamos, y no hagamos esperar a los demás. Ya después de la cena hablaremos de este tema. —July se puso de pie y guardó las cosas que Howard acababa de darle en su bolso.

Todo mundo estaba sentado ya, los únicos que faltaban eran July y Howard. Ambos tomaron su lugar en la mesa. Howard a la cabeza de ella y July entre Peggy y un hombre al que no conocía, quería creer que era el hombre que Howard le había mencionado.

—Sentimos la tardanza. —July se disculpó, mientras el hombre a su lado se ponía de pie y le ayudaba con la silla. —Muchas gracias, mi nombre es Kristen, Kristen Anderson.

—Un placer, mi nombre es Nicholas Fury. —Le tendió la mano a la dama para después comenzar con la cena.

***

Todos los invitados se habían retirado, los únicos en la sala eran Howard, Nicholas, que a petición del anfitrión se había quedado y July.

—Caballeros. —July habló poniéndose de pie, gracias a la señal de Howard. —Iré al tocador, si me disculpan.

July subió las escaleras y se estaba dirigiendo al baño para perder un poco de tiempo y que Howard tomará ese tiempo para hablar con Nicholas, cuando vio una cabeza asomándose de un cuarto.

En cuanto él la vio, se metió de nuevo a su cuarto azotando su puerta. July estaba intrigada por el hijo de Stark y quería conocerlo, ya que las miradas que esté le otorgaba durante la cena, no habían sido muy placenteras.

Toc-toc

El niño no se movió de su cama ante este ruido hasta que lo volvió a escuchar.

—Tony, así te llamas ¿no?, mi nombre es Kristen y me gustaría hablar contigo. —Tony estaba tentado a abrirle la puerta, así que eso hizo. —Gracias.

—¿Qué haces aquí?

—Bueno, vi que estabas despierto y quise pasar a saludar. —Dijo ella sin entender bien la pregunta del niño.

—No, ¿qué haces en mi casa? ¿Y quién eres tú?

—Soy amiga de tu padre, y trabajo con él. —En ese momento su semblante cambio.

—¿En SHIELD? —Estaba emocionado, ahora no era una intrusa en su familia.

—Algo por el estilo. —Tony asintió cauteloso otorgándole un poco de confianza. —Siento que tu padre te haya regañado en frente de mí.

—No se preocupe, lo hace seguido. —Tony dijo alzando los hombros indiferente.

—¿Acaso ese es el Capitán América? —July preguntó emocionada viendo un poster de Steve en el cuarto de Tony.

—Sí, soy un gran fan, bueno, cuando era más pequeño lo era. Ahora no tanto pero me gusta como se ve en la pared. —Dijo intentando parecer indiferente mientras ambos veían el poster.

—Por cierto, ahora que recuerdo, te he traído un regalo. La verdad es que la única vez que nos hemos visto fue cuando tenías dos años, así que no espero que te acuerdes. Desgraciadamente, no te conozco muy a fondo, no sabía qué regalarte. Pero te he traído uno de mis libros favoritos —July dijo sacando de su bolsa un regalo. —Ábrelo.

Tony se apresuró a romper la envoltura.

—El señor de los anillos. —Tony leyó en voz alta. —¿Por qué es uno de tus libros favoritos?

—Me ayuda a olvidarme, es un mundo de fantasía donde puedo formar parte de él, más cuando las cosas se complican. —Tony entendía ese sentimiento, el querer escapar cuando las cosas se tornaban difíciles.

—Muchas gracias. —Dijo Tony sonriendo con el libro en la mano.

July dudó un momento, pero sabía que estaba haciendo lo correcto. Tal vez haría más feliz a este niño a que se estuviera empolvando con ella.

—También te traje otra cosa. —Dijo July buscando la cadena que había enterrado años atrás asegurándose que fuera la del capitán y no la de James. —Ten.

—¡Wow! Esto es una broma ¿Cierto? Debe de ser falsa. —Toyn estaba asombrado al leer el nombre Steve Rogers.

—No lo es. En realidad es de él, pero es un secreto. Nadie sabe que yo la tengo y nadie debe de saber que tú la tienes ¿entendido? —Tony asintió eufórico. July le hizo prometer al niño que no diría nada, y él asintió feliz. Mientras le daba un abrazo y ella salía de su cuarto.

***

—Hemos llegado, ahora, le pido que no diga una sola palabra hasta que hayamos terminado ¿Entendido? Así aceptaré que es alguien de confianza. —Howard dijo antes de abrir la puerta. Con un suspiro abrió la puerta.

Nicholas solo se concentró en una persona, Kristen, ahí estaba la pelirroja con la que había compartido algunas palabras en la cena de Navidad hace algunas horas.

—Stark, si esto es pedofilia será mejor que no lo sepa.

—Vamos Fury, ¿qué le he dicho? —Nicholas volvió a su posición de militar, recto con la mirada al frente.

—Julia, ven acá. —¿Acaso había escuchado bien? ¿La había llamado Julia? —Es hora de una presentación formal.

—Un placer Nicholas, mi nombre de verdad es Julia. —Dijo la chica estirando su mano mientras él hombre la aceptaba cauteloso. —Y necesitaremos tu ayuda.

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