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Capítulo 17


—¿Acaso me has traído dos fotos tuyas para que las viera? —Howard tenía las dos fotos de July justo en sus manos. —Bueno, creo que podría conseguirte algún papel si así lo deseas, no te aseguro nada pero—

—No —July alargó la o. —No busco ser actriz, solo quiero que me digas ¿hace cuanto fueron estas fotos?

—Pues en esta tienes el vestido de bodas, supongo hace 3 - 4 años y está también. —Howard no puso mucha atención en las fotos, las veía desinteresado y no entendía a qué se refería la chica, pero no era tan importante como parecía. —July ¿cuál es todo este alboroto? —Howard se sobo las sienes algo exasperado.

—Mira, tal vez creas que estoy siendo exagerada y no te culpo, yo también lo he creído, pero algo está pasando conmigo.

—Algo como...

—¿Algo como la falta de envejecimiento?

—¿Falta de envejecimiento? ¿Me estas diciendo que vienes a mi casa paranoica porque no envejeces?

—Algo por el estilo. No me mires así, mira, esta foto fue tomada en 1941 yo tenía 20 años y esta fue tomada en 1950, en mi boda con Mirts. —Howard la miró a la cara. —Son nueve años después y yo sigo idéntica, ni siquiera pudiste encontrar diferencia.

—¿Eso es malo? No creo que a muchas mujeres les importe. Además, las cámaras pueden afectar las fotos algunas veces.

—Sé que no pero es extraño, mira, solo te pido que me ayudes a saber si esto es algo más que solo cosa mía.

—Bien. —Howard suspiró cansado. —Investigaré lo que pueda, vuelve mañana.

—Sí ¿Howard? —Dijo la castaña al pie de la puerta. —¿Podrías no comentarle nada a Peggy? —Howard asintió mientras July sonreía y salía de ahí.

Ese día, July saliendo de su guardia fue directo a casa de Howard, aprovecharía que Mirts se había ido a trabajar de nuevo para poder salir, no quería que se enterara por el momento.

Al llegar, fue Howard quien le abrió la puerta y la jaló del brazo dirigiéndose hacia su laboratorio.

—Necesito sangre y piel. —Dijo Howard sentándola en un banco frente una mesa llena de instrumentos y microscopios.

—Estuve leyendo toda la noche y pensando en tu situación, sigo sin ver nada malo acerca de tu 'falta de envejecimiento' pero, hubo un momento en donde mi mente comenzó a divagar. —Movía las mano de forma distraída. —Y pensé en varias opciones por las que eso pudo ocurrir, hasta no saber nada más no quiero adentrarme en ese tema. Además, hay varias historias en donde la gente habla de gente que no envejece, claro que es una leyenda urbana, pero como sea.

—Bueno, entendí poco de lo que hablaste vengo algo cansada pero si quieres sangre tómala. —July extendió su brazo.

Howard amarró una aguja en su brazo superior extendiendo el brazo sobre la mesa para después limpiar con alcohol y abría la aguja. La introdujo mientras July se quejaba y veía como la jeringa se llenaba de sangre.

—También necesitaré algunas otras muestras ya que planeo trabajar algo con ella, quiero explotar su potencial lo más que se pueda.

—Está bien, yo solo quiero saber que no estoy enferma o algo por el estilo.

Howard colocó una gota en el cubre objetos para poder verla en el microscopio mientras July apretaba su brazo para detener el sangrado.

—¿Qué estás viendo?

—Bueno por el momento estoy viendo tu sangre, no tienes nada malo en ella, que era lo que pensaba, ninguna anomalía o patología, pero claro que no sé mucho de esto, tendríamos que traer a un doctor de confianza pero Jarvis ya está en eso.

—Vale, por el momento puedes tomar dos muestras más de sangre ya que no es sano que te dé más, así que adelante.

Howard hizo lo que July le dijo y ella pudo irse a su casa para poder tomar un baño y quedarse profundamente dormida, pero se despertó después por el teléfono sonando.

—¿Bueno? —Dijo dormida. —¿Howard? Voy para allá, ¿podrías calmarte?

July tendió su cama y salió directo a encontrarse con Howard, al llegar el señor Jarvis la recibió.

—Buenas tardes July, él es el doctor Hoffman. —July pudo ver a un señor de edad avanzada en el laboratorio de Howard vistiendo una bata y le sonrió de forma educada para seguir en lo que fuera que estuviera haciendo.

—Hemos estado trabajando en lo que me dijiste. Sé que soy alguien escéptico, pero créeme que he tratado de tomarme esto en serio y hasta hace dos horas no creí que lo que dijeras fuera cierto.

—¿Qué encontraron?

—Bueno, será mejor que el doctor Hoffman te lo explique. ¡Doctor! —Howard lo llamó y el señor dejó lo que hacía para acercarse a la joven.

—Buenas tardes señorita, soy el doctor Hoffman y quiero decirle que le agradezco por manejar dejarme manejar este tema.

—Buenas tardes pero si somos sinceros no sé de qué tema me esté hablando.

—Claro. —El doctor rió. —El señor Stark y yo hemos estado revisando su sangre desde todos los ángulos posible, inclusive hemos usado radiación, ese fue un capricho pero fue algo que nos sirvió de manera significativa.

—Entiendo pero me gustaría saber lo que descubrieron.

—Bueno, las células que su sangre presenta están completamente sanas pero el problema es que son células de alguien de más joven de la edad que usted tiene."

July asintió, se estaba tardando en darle la explicación.

—El punto es que su sangre no presenta cambios de envejecimiento, cosa que para ahorita ya debería de tener, a pesar de estar sana es como si su sangre, y por lo que veo su piel, no avanzara y se mantuviera en un estado constante.

July entendía, entonces ella tenía razón, buena noticia, ella no estaba completamente loca, mala noticia, esto no era normal.

—¿Y ahora qué? —July preguntó con la mirada perdida sin darse cuenta de que el doctor se había ido y que ahora estaba frente a ella Howard.

—Ahora, queda esperar, July, todavía no estamos seguros de que esto sea de verdad pero hasta ahorita es cierto, no podemos adelantarnos a nada.

—¿Pero qué haré si esto es de verdad?

—Bueno, no sabemos hasta dónde podría llegar ni que ocasione esto, tal vez lo tengas desde tu nacimiento o tal vez algo lo haya provocado. Debemos averiguar la fuente y si quieres podríamos detenerlo pero tal vez ni siquiera sea posible. Pero como dije antes, no te adelantes. —Howard trataba de que ella le pusiera atención pero la joven estaba perdida en un mundo de posibilidades.

¿Qué pasaría con sus padres? ¿Con Mirts? ¿Cass? Con todos y cada uno de sus conocidos y amigos, ¿cómo podría ella seguir con su vida?

—Será que mejor vayas a descansar. —Howard habló de nuevo después de estar varias horas ahí leyendo y escuchando las diferentes teorías que surgían, todas acompañadas con la palabra "inmortalidad."

¿Cómo podría descansar con eso en su mente?

—Bien, cualquier otra cosa llámame.

July salió de la mansión acompañada por Howard y al verla irse, solo podía pensar en cómo ayudar a su amiga.

—¡Todo estará bien! —Le gritó al verla subirse al auto escoltada por Jarvis.

El camino fue callado, para cuando llegó a su casa, July estaba mareada de darle tantas vueltas al asunto.

—Señora Dunn. July. —Jarvis la llamaba. —Hemos llegado.

—Gracias señor Jarvis. —July sonrió y salió del auto, mientras se despedía de su amigable acompañante.

Al entrar a su casa ahí estaba Mirts con una mirada fúrica en su cara. July había olvidado dejar una nota o avisarle por teléfono, el tiempo se había pasado tan rápido al estar investigando de esta nueva anomalía en ella.

Lo que venía no sería nada bueno.

—¡¿Me podrías decir dónde has estado?!

No podía mentirle diciendo que en el hospital porque ya no tenía su uniforme así que solo quedaba la verdad.

—En casa del Señor Stark. —Y eso todo empeoró las cosas.

—¿Qué hacías en casa del señor Stark a estas horas de la noche?

—Estamos trabajando en algo con Peggy?

—¿Y ella estaba ahí?

—No. —July dijo yendo a la cocina para tomar fuerzas y un vaso de agua. Sabía que lo más seguro es que le hubiera llamado a Peggy, eso hacía cuando a ella se le olvidaba avisar que estaría afuera.

—¿Estabas sola en casa del Señor Stark?

—¿Por qué tanto problema con eso?

—¿¡Por qué!? Porque eres mi esposa, eres una mujer y no debes de estar en sola en casa de hombres a estas horas de la noche y menos de alguien como Stark.

—¿Alguien como Stark?

—Sí, sabes toda la fama que él tiene con las mujeres. Mira, cuando vas con Peggy no me importa pero últimamente vas seguido y Peggy no va contigo. ¿Así quieres que esté tranquilo.

—Entonces te preocupa que yo esté involucrada con Howard de alguna manera, eso es lo que estás diciendo.

—¡No! ¡No digo eso! Solo digo que no debes de estar con él. —Mirts se había puesto frente a ella.

—Lo dices porque temes que pase algo, puedo jurarte que no pasará absolutamente nada. Stark no es mi tipo.

—¡Dios July! ¿por qué no puedes comportarte como una esposa cualquiera? —Mirts había gritado eso al aire y había marcha atrás. —Siempre haces algo para arruinar todo, ¿por qué no puedes quedarte en casa, tener hijos y dejar de trabajar? ¿Acaso es tan difícil?

—No sabía que me había casado con un retrograda —July le reclamó. —Estos no son los 30's, estamos avanzando pero al parecer, ¡tú no!

—¡No me grites! —Mirts estaba loco de ira, haciendo que ella se enfureciera aún más. —Yo soy tu esposo y debes de respetarme.

—Pues déjame decirte que el respeto se gana, además, yo soy tu mujer, también merezco algo de respeto y confianza. —July se acercó a él. —Respecto a Howard, ya te dije que estamos trabajando en un proyecto junto a Peggy, que no fuera hoy, no fue su culpa. Además, no sabía que te molestaba tanto el hecho de que yo trabajara. Cuando nos casamos lo discutimos y habías decidido que me dejarías continuar como enfermera.

—Creí que solo sería temporal hasta que tuviéramos hijos, ¡pero no los tenemos porque te la pasas trabajando de noche y luego yendo a casas de otro hombre que no son tu esposo!

—¿Estás diciendo que es mi culpa el no poder tener niños?

—Sí, te la pasas haciendo otras cosas y dejas de lado tus labores en la casa. Hoy llegué y la cena no estaba preparada, ah pero la señora si estaba afuera haciendo no sé qué cosas.

—No hice la comida porque estaba cansada.

—No lo suficiente para no irte.

—Sí ese es el problema, no volverá a pasar, cuando llegues la cena estará lista.

—Ese no es el problema y lo sabes, Julia. —Mirts estaba exasperado y July exhausta de esta pelea. —El problema es que te comportas como una adolescente, y no entiendes que debes de dejar de salir sola como si siguieras soltera y dejar la casa de lado, y parecer ser que él único que quiere formar una familia soy yo.

—¡Ni se te ocurra echarme la culpa por no tener hijos! —July estaba llorando, ese tema la ponía muy sensible. Nadie más que ella quería tener un hijo a quien cuidar, ni siquiera Mirts —¡Tú más que nadie sabe que lo hemos intentado! Hemos ido con especialistas y ellos tampoco ayudan mucho.

La cocina se había quedado en silencio, como muchos decían, después de la tormenta viene la paz, pero en esa casa, en ese momento, lo que menos había era paz. July estaba recargada frente al lavatrastes mientras Mirts estaba en el marco de la puerta, ambos en completo silencio viendo hacia el suelo.

—Si tanto querías una esposa normal te hubieras casado con alguien diferente, alguien que te sirviera la cena cada que llegaras y que educara a los niños por ti, pero no puedo servirte la cena porque trabajo y no puedo darte hijos porque no sirvo, así que será mejor que aprendas a vivir con eso, si quieres seguir viviendo en esta casa. —July dijo pasando a un lado de Mirts sin verlo a los ojos mientras lo empujaba ligeramente y salía corriendo escaleras arriba envuelta en lágrimas.

Mirts se había quedado en la cocina observando cómo July se iba con la cara agachada, odiaba pelear con ella y odiaba no controlar su mal carácter.

Lo cierto era que cada vez que entraba a la casa y no sabía donde estaba su esposa se volvía loco, sabía que ella siempre volvería pero había veces donde su paranoia le ganaba.

Dio un gran respiro preparándose mentalmente para subir y resolver esto, sabía que iba a costarle, porque para mantenerse enojada, July era una experta. 

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