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Capítulo 10

Una semana después

—¡Pegs! —July corrió a saludar a su amiga en cuanto la vio. —Qué bueno que regresaste.

—Muchas gracias, querida.

—¿Cómo te fue? ¿Averiguaste más de lo que querías?

—¿Por qué no vamos a mi cuarto y te digo? —Dijo Peggy mientras se acomodaba su maleta.

—Yo también tengo varias cosas que contarte, pero primero tú. —Dijo July mientras entraban a la recámara de Peggy.

—Bien, primero no sé muy bien lo que esté pasando pero Leviathan es más que una organización. Es de un nivel muy alto, reclutan niñas desde temprana edad y las educan como mercenarias. Tenían cautivo a un Dr. para que trabajara con los planos de Howard.

—Espera, ¿Howard Stark?

—Ese mismo, al parecer le robaron varias cosas y quería que las investigara, total, el caso nos está llevando hasta Leviathan y no sé por qué. —Peggy dijo sentándose en su cama. —Ahora, dime qué desastres causaste en mi ausencia.

—Pues descubrí quién está detrás de mi padre. —July dijo completamente seria. —Promete que me vas a creer. —Al ver que Peggy había asentido continuó. —El gobernador Endlr.

—Debe ser una broma, July. ¿Cómo descubriste eso? —Peggy estaba sorprendida.

—Dígamos que me invitó a cenar. —July dijo esperando el regaño.

—¿Y fuiste? —Y ahí estaba el regaño.

—No tenía opción, Peggy. —July se defendió. —Ellos de verdad creen que yo detesto a mi padre, y desde hace una semana y media no me han contactado. Ellos dijeron que lo harían para cuando necesitaran algo. Por lo mientras tengo un contacto de la policía que me está ayudando a averiguar más acerca del gobernador.

—¿Ya encontraron algo? —Peggy preguntó y July negó.

—Lo que necesitamos hacer es que alguien lo descubra haciendo algo malo, pero con su perro faldero será básicamente imposible. —Dijo July suspirando cansada. —Bueno, iré a prepararme para mi turno, hoy me toca en la noche. Además, debes de venir cansada del viaje.

—Sí, claro. Suerte. —Dijo Peggy cerrando la puerta al ver salir a su amiga.

Después de hablar con su amiga, July fue a su cuarto para prepararse para su guardia, había estado ocupada con Mirts esa semana buscando la verdadera identidad de Louis que tenía que pedir favores, ahora ella debía de cubrir esas guardias.

La noche en el hospital pasó rápida, no habían muchas emergencias. July fue directo su pequeño casillero y al abrirlo una nota se cayó de él.

Busca la limusina en la salida trasera.

L.A.

July suspiró mientras guardaba sus cosas lo más rápido mientras cerraba su casillero de un golpe. Salió a paso rápido para firmar su salida y después ir en busca de Louis.

Al llegar a la salida la vio, el chófer estaba afuera esperando por ella y cuando la vio llegar abrió la puerta.

—Gracias. —Dijo ella entrando a la limusina. De inmediato se encontró con Louis y con el señor Endlr. Louis tenía el traje algo desarreglado pero el cabello impecable como siempre, cosa que se le hizo extraña pero prefirió no comentar nada. —Caballeros. —Dijo July en forma de saludo.

—Hola señorita Dunn, me alegra ver que sigue las instrucciones al pie de la letra. —Dijo el señor Endler mientras Louis la miraba intimidante, como siempre.

—Gracias, esperaba su llamada, ¿qué es lo primero que tengo que hacer? —July preguntó mientras sentía como comenzaban a avanzar.

—Primero me tiene que explicar esto. —Dijo el gobernador mientras extendía las manos para que Louis le entregará un folder. De él sacó unas fotos, eran Mirts y ella. —¿Un policía? ¿A quién quiere engañar? ¿Cree que tener a un policía de su lado le servirá? Si usted se consigue uno yo tengo 5. —El gobernador le dijo con burla.

>>—Stephen Mirts, oficial de las fuerzas armadas de Nueva York, originario de Nueva Jersey, tiene 30 años, sin hijos al parecer, fue a la escuela Mackenzie hasta que logró entrar a la academia de policía ¿Sigo? —El señor Endlr tenía el expediente de Mirts y eso hizo a July comenzar a sudar.

—Bien, tiene razón, conseguí un policía, pero no por la razones que usted cree. —July trataba de ganar tiempo en lo que se le ocurría otra cosa.

—Perfecto, expliqueme el propósito. —El hombre sonrió maliciosamente.

—Los policías tienen acceso a los expedientes criminales de cualquier persona en la ciudad, solo lo necesito para recabar la información de la gente que trabaja con mi padre, pero para eso, necesito saber quien trabaja con él. Así será más fácil para mí investigarlos, ese hombre no es de los más brillantes, puedo ocuparlo a mi disposición. —Dijo July muy decidida esperando que le creyeran. —Además, debo de mantenerme ocupada con alguien y él es atractivo ¿no cree?

—Sabía que no me traicionaría, no después del favor que le hice.

—¿Y cuál es ese favor? Si habla del vestido ya se lo había agradecido.

—No July, habló del joven Montoya —July tragó en seco.

—¿Qué le pasó? —Preguntó fingiendo no saber. Se supone que el asesinato había sido cubierto, dijeron que había muerto en un accidente y nada más se había comentado.

—Dígamos que no volverá a molestar a nadie. —El señor Endler sonrió.

—Se lo merecía. —Dijo July y al momento sintió náuseas.

—Ahora que hemos arreglado la situación del oficial Mirts, será mejor que te dé tu tarea. —Sonrió de nuevo de manera amigable.

—Señor. —Habló Louis. —No creo que debamos hacerlo. Ella no nos contó nada del oficial, tal vez el amor por su padre la supere.

—¿Qué acaso no escuchaste, Louis? Ella está usando al oficial, ella es de las nuestras y si yo digo eso, es porque lo es, ahora cállate. —Le dijo el señor Endlr mientras Louis se agachaba en su asiento. —No le hagas caso, es algo paranoico.

—No se preocupe, él debe de pensar de todas las maneras correctas, si fuera él pensaría lo mismo, pero les aseguro que estoy de su lado al 100%. —July sonrió maliciosa.

—Eres una ternurita muy leal, ahora, volviendo al trabajo, necesito que me investigues los contactos de tu padre, necesito que me digas con quien trabaja. Sé que están enojados pero más vale que comiences a ser la niña de sus ojos de nuevo para conseguir esos nombres lo más rápido posibles. ¿Entendido? Necesito quiénes son sus patrocinadores, de donde está sacando dinero para su campaña—July asintió mientras el vehículo comenzaba a disminuir la velocidad. —Creo que hemos llegado a tu departamento.

—Muchas gracias por traerme. —July dijo mientras le abrían la puerta y ella salía. —¿Cuándo me volverán a contactar? Para ya tener los nombres.

—Tienes una semana para conseguirlos, así que más te vale que te pongas a trabajar.

—Vale. —Dijo July cerrando la puerta y respirando más calmada.

—Y tú. —Endlr le habló a su joven amante. —Será mejor que no vuelvas a insinuar nada en contra de ella o no nos querrá ayudar, hasta ahora ella es la mejor opción que tenemos para que yo sea senador. Y como ya viste, ella está haciendo su trabajo, a diferencia tuyo. Tampoco confío en ella, de eso tienes que estar seguro, pero pretende que lo hacemos.

—Señor, pero ella seduce a quien se ponga frente a ella, yo no puedo hacer lo mismo. —Louis habló ofendido.

—Lo hiciste conmigo ¿no? —Louis asintió mientras Endlr le daba un beso en la mejilla. Louis trató de devolverle el beso pero Endlr no se dejó —No estoy de humor, ahora, llévame a la casa y te veré mañana.

—Sí, señor. —Dijo Louis con cara de niño regañado.

***

—Mirts responde pedazo de animal. —Decía July al teléfono ya que no escucha al policía.

—¿Bueno?

—¡Mirts! —Gritó July.

—¿Qué pasó? —July no sabía si decirle acerca del encuentro con Endlr por teléfono. —¿Podemos vernos?

—July, son las nueve de la noche, tengo una cita dentro de una hora. —Dijo Mirts algo harto.

—El pollo frito no cuenta como cita.

—Muy graciosa, muñeca, pero no es con pollo frito, es con una mujer de verdad. Ahora no molestes, nos veremos mañana. —Dijo Mirts confiando y algo molesto por la llamada.

—Mañana no puedo, tengo cosas que hacer. —Dijo July pensando en que debía ir con su padre antes de ir al trabajo y no sabía cuánto tiempo tardaría.

—Bien, entonces me llamas cuando puedas y veré si puedo hacer un espacio en mi ocupada agenda.

—Como sea, diviértete hoy. —Dijo July cansada y decepcionada de no poder ver a su, ahora amigo y socio.

—Gracias. Descansa y cálmate, apuesto que lo que sea que tengas que decirme no es urgente. —Créeme que lo es, pensó July.

July colgó el teléfono mientras detrás de ella se encontraba Susan, una mujer dos pisos abajo del de ella.

—¿Tu novio no quiso salir? —¿Acaso había estado escuchando su conversación. —Así son todos, las primeras noches son unos príncipes hasta que brincan como sapo a la siguiente mujer. Mientras no les des lo más preciado, todo estará bien.

—Tienes tanta razón, pero el hombre con el que estaba hablando no es mi novio, de todos modos, no le quita que sea una verdadera bestia. —Dijo July mientras le entregaba el teléfono.

—Amén, chica. —Dijo Susan y July se despidió de ella con una sonrisa.

La noche pasó corta para July, no sabía cómo le pediría disculpas a su padre, o más bien, como lo vería desde la última vez. Seguía enojada pero si quería ayudarlo, eso significaba pedirle perdón cuando claramente no había sido su culpa.

July se levantó, se bañó y se cambió, algo sencillo. Desde que había estado trabajando con Mirts había descubierto en donde trabajaba su padre. Así que después de alistarse y desayunar con todas en el comedor del Hotel salió a su objetivo.

Pidió un taxi y dijo la dirección de la oficina con voz temblorosa.

Al llegar le pagó al chofer y se bajó, el edificio era gigante, era de oficinas y su padre ocupaba todo el último y penúltimo piso, eso significaba que era alguien importante ahora, pero claro que los fondos se lo daban personas que lo querían a él en el poder.

July se imaginaba a su mamá en cuanto recibió la noticia, brincando emocionada, sabiendo que podría presumir en el vecindario de cómo su esposo pronto sería senador sin saber si eso era probable.

July subió el elevador que la llevó, justo en la entrada estaba una secretaria.

—Buenos días ¿puedo ayudarle en algo? —Preguntó mientras veía a July.

—Vengo a ver a Arthur Dunn.

—Lo siento, el Señor Arthur no está disponible, necesita tener un cita, la puede hacer conmigo y dentro de una semana la recibirá. —Le dijo la chica amablemente.

—Si bueno, dígale que soy su hija, y que necesito verlo urgentemente.

—Si claro, en un momento le digo. —Le dijo incrédula pero aún así fue a revisar. —Dice el señor Dunn que pase. Es la oficina del fondo.

—Gracias. —July comenzó a caminar, veía los cubículos y eran hombres en el teléfono, anotando cosas y repartiendo otras.

"Claro que es está a favor de las mujeres." "¿Los animales? El señor Dunn los adora." "Ama los deportes, siempre quiso ser jugador profesional de fútbol en la universidad." "Gracias por su aportación." "Esas acciones son las que hacen al señor Dunn un patriota"

Y más de esos comentarios eran los que se escuchaban en todo el piso, su padre estaba haciendo todo lo posible por agradar a la gente. Por fin, llegó al fondo de piso y encontró la puerta cerrada mientras su padre hablaba por teléfono.

July tocó la puerta y su padre le dijo que entrara con una seña.

—Así es señor, esta campaña será la mejor que Nueva York ha visto, espero verlo en la cena a la caridad. —Decía su padre. —Y muchas gracias por su aportación. Después de decir esto, su padre colgó y volteó a ver a July.

—Hace mucho que no nos vemos, Julia. ¿Ya terminaste de hacer tu berrinche?

—No fue un berrinche. —Dijo July tratando de no perder el control. —El chico Montoya se hubiera aprovechado de mí si no le rompía la nariz. Y tú estuviste muy ocupado esperando la aprobación del señor Montoya como para apoyarme.

—Tienes razón, por mucho que me cueste admitirlo. No debí de haberme portado de esa manera, no después de que supe que el señor Montoya estaba involucrado con una banda de maleantes. —Su padre habló. —Es por eso que mataron a su hijo o al menos ese es el rumor que corre.

—No sabía. —Dijo July.

—Pues si lo que quería era aprovecharse de ti, ahora ya recibió su merecido. —Dijo su padre. —Ahora ¿qué haces aquí? ¿Necesitas dinero?

—No, para nada. Pero me quería arreglar las cosas contigo y pedirte perdón por mi actitud. —Dijo July sonriendo.

—Sí, también quise buscarte pero por el trabajo no había podido, apreció que lo hayas hecho tú.

—Gracias, pero... —En ese momento July se vio interrumpida por la secretaria.

—Señor, su cita de las diez está aquí.

—Vale, dígale que la busco en 5 minutos, hija, espérame aquí, iré a recibir a esta persona pero antes iré al baño.

—Claro. —Dijo July mientras sonreía por lo perfecto que esto estaba pasando.

Su padre salió y rápidamente July se puso a revisar sus cajones y encontró unas cartas abiertas en el último cajón, algunas estaban rotas, así que las tomó y las guardó en su bolsa. Espió su bote de basura y encontró otros papeles rotos, también los tomó.

Luego supo que tenía que robar la agenda de su secretaria para ver sus contactos.

Su padre volvió a tiempo para que July acomodara todo de nuevo.

—Hija, siento despedirme pero tengo trabajo, ven a la casa a cenar un día de estos, tu madre estará feliz de verte y de saber que las cosas están mejor.

—Sí papá, te veo un día de estos. También he tenido trabajo. —July se puso de pie y abrazó a su padre mientras salía.

A paso rápido salió y se encontró con la secretaria poniéndose labial.

—Señorita, mi padre que quiera que sirva café a su cita, o algo así me dijo. —Dijo July mientras ella se ponía de pie rápido espantada.

July aprovechó mientras ella se iba para buscar en su escritorio, estaba luego, luego abierta solo para ella, sin pensarlo dos veces la tomó mientras nadie la veía. Además que sospechas podría levantar ella. Era la hija del jefe.

July salió feliz de haber obtenido su objetivo, ahora July debía de ser cuidadosa de que nombres y que datos le daría a Endler.

Pero se sentía mal porque probablemente despidieran a la chica por perderla. Ella no tenía la culpa.

***

—¡Lo encontré! —July gritó feliz mientras veía la foto del supuesto Louis en un expediente. —No puede ser. —Dijo July golpeándose la cabeza con él. —Se supone que este chico murió en combate. Henry Foster.

—¿Qué? —Preguntó Mirts arrebatándole el expediente.

—Lee. —Dijo July volviéndole a quitar el expediente. —Ahí dice, que fue reclutado por el ejército a los 15 años y después que la guerra inició se fue con el pelotón 54, falleció bajo el gas mostaza dos años más tarde.

—Pues el gobernador debe de tener buenas fuentes porque alguien cambió el expediente. —Dijo Mirts. —Nadie que no sea parte de la estación puede entrar a la zona de expedientes.

—Como sea, no encontramos nada ni de Louis Astor ni del gobernador, la única opción es agarrarlos infraganti. —Dijo July mientras se golpeaba repetidamente con el expediente en la frente sin hacerse daño.

—July, July, ¡July! —Le gritó Mirts. —Ese expediente está lleno de telarañas y polvo.

—Mi cabello. —Se quejó July mientras Mirts reía.

—Espera. —Mirts logró que July dejara de moverse. Se las comenzó a quitar mientras se reía. —Ya está.

—Gracias. —July dejó el expediente donde estaba. —Entonces...¿cuándo me enseñarás a defenderme.

—¿De qué? ¿Telarañas asesinas? —July lo miró mal. —Vale vale, serían los jueves por las noches, es el único día que puedo.

—¿Y los viernes, sábados y domingos?

—Son fines de semana y yo tengo una vida social a diferencia tuya. —Mirts se burló. —Además, si pasas tanto tiempo conmigo terminarás enamorándote. —July volvió a mirarlo mal. —Vale, era broma, pero en serio buscáte otro nuevo novio, sé que salías con El Capitán América y que no encontrarás a nadie como él pero debes de seguir con tu vida.

—Jamás salí con él, éramos mejores amigos, pero si tenía un novio. —July suspiró melancólica. —En realidad íbamos a casarnos cuando el regresara.

—Siento escuchar eso. Yo también perdí gente en la guerra. —Dijo Mirts brindándole apoyo.

—Como sea, el viernes estará bien. —Dijo tratando de no ponerse a llorar de nuevo por Bucky.

—Jueves, July, dije Jueves. —Mirts la corrigió divertido.

—Jueves como sea.

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