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[Universo Svarga: Planeta Thai]
—¡¡¿Cómo que seré reemplazado en el Torneo Parabellum?!!
Exclamó con la furia de cien tormentas nada más ni menos que Zeus, mientras estrangulaba con una sola mano a una mujer de origen indio. El "Rey" del Olimpo ya no tenía las cicatrices en su cuerpo ya que había logrado camuflarlas en su apariencia de anciano, aunque en su verdadera forma seguían siendo visibles; después de todo el daño que hace Rudra, en especial a un dios, es casi imposible de sanar del todo. Además portaba una armadura griega hecha de plata pura, con su característico símbolo del rayo azul.
Zeus se encontraba en el interior de un edificio que parecía una pagoda de cinco pisos (similar a las que hay en China), con entrada sin puertas, una recepción al fondo y llena de guerreros y civiles indios, chinos y japoneses, todos igual de aterradas por la escena que montaba el Supremo Dios griego.
El lugar en el que se encontraba el edificio parecía ser una ciudad en la que coexisten distintas culturas asiáticas (india, tailandesa, china, japonesa, malaya, entre otros), y era un mundo nuevo donde en el cielo se podía apreciar un planeta vecino semejante a Saturno, ya que estaba atardeciendo. Aparte en distintos puntos de la ciudad había enormes pantallas holográficas de color azul, en las que se mostraba el título de Torneo Parabellum, y debajo había una lista de los peleadores elegidos para luchar.
—Es verdad... Él solicitó un cambio en la elección de guerreros... Y el guerrero al que decidió reemplazar era usted... —explicaba la mujer con dificultad y tanto terror que estaba a punto de llorar, pero entonces empezó a ser estrangulada con más fuerza, casi hasta el punto de ser asfixiada.
—¡¿Y dónde está esa basura insignificante que se atrevió a tomar mi lugar en el Torneo?! —exclamó Zeus con tanta rabia que su voz se oía por todo el edificio.
La mujer no respondió; en su lugar desvió la mirada a su derecha, y en sus ojos se pudo vislumbrar gran sorpresa. Es por esto que Zeus siguió la mirada de la mujer india, y entonces vio que por la misma entrada del templo ingresaban dos personas que, a causa de no haber puertas ni nadie disponible para recibir las visitas (ya que todos estaban demasiado aterrados para moverse), no se pudo notar la presencia de los nuevos invitados.
La primera persona era un hombre joven de origen nepalí, con el cabello negro, liso y largo hasta por debajo de los hombros y los ojos dorados. Era de constitución bastante delgada, lo cual se notaba bastante gracias a que llevaba una simple camisa naranja sin mangas y un pantalón holgado corto de color blanco, además de un collar de pepitas de oro, sandalias y un bastón de oro gigante que cargaba con una sola mano.
Era nada más ni menos que Siddhartha Gautama; uno de los avatares humanos del Dios Hindú de la Preservación, Vishnu, y también el Sexto Buda Humano (Buda VI Gautama).
Respecto a la segunda persona, era un hombre de origen chino, de complexión musculosa y estatura muy alta (2,00 mts). Sus ojos carecían de iris, por lo que eran blancos en su totalidad. Su cabello era dorado y lo mantenía atado en una coleta pequeña. Los lóbulos de sus orejas eran mucho más largos de lo normal, al punto de casi llegar a su barbilla, y estaban adornadas con aretes de oro. Tenía los labios de color rojo natural. Y como vestimenta llevaba la ropa tradicional de los budistas, aunque de color dorado reluciente, y debido a que tenía el brazo derecho expuesto, se podía apreciar que tenía una cicatriz rodeando todo el bicep, casi como si hubiera perdido el brazo y tuvieron que "pegárselo".
Era el mítico humano cuya historia ha quedado tan perdida en la civilización humana, que incluso su nombre original quedó en el olvido, y solo algunos de sus sucesores, como Buda Gautama, son conocidos. Era el Primer Buda Humano (Buda I Wanmei).
—Hice bien en quedarme; sabiendo lo impulsivo y mezquino que eres, era bastante obvio que vendrías acá a montar berrinches por ser reemplazado en el Torneo —dijo Buda I con una voz fuerte y profunda, mientras miraba a Zeus con cara inexpresiva.
—No juegues conmigo pedazo de mierda —dijo Zeus con molestia, para luego arrojar a la mujer contra la pared de al fondo de la recepción, y aunque seguía viva tuvo que ser atendido por los guerreros cercanos debido a que tenía algunos huesos fracturados y un horrible moretón en el cuello—. Aunque el cambio ya está decidido, no pienso cederle mi lugar a un ser insignificante como tú —decía Zeus terminando de girarse para encarar a Buda I—. Después de mi derrota a manos de ese maldito animal hindú, he decidido tragarme mi orgullo y esforzarme en entrenar por primera vez en mi vida. Y ahora que me hecho más fuerte y obtenido un nuevo poder, ¡aprovechare este estúpido torneo para obtener mi revancha contra ese maldito animal!
—Tus razones para participar son válidas; perdiste en tu propio Panteón contra un dios extranjero, que ni siquiera es un Dios Supremo en su Panteón —decía Buda I manteniendo su mirada inexpresiva y teniendo un tono burlón—. Y debido a las leyes exageradamente estrictas de tu Panteón, que tú mismo escribiste por cierto, tu posición como "Dios Supremo" está siendo cuestionada por el resto de los inmortales occidentales, a causa de esa derrota.
»Y para recuperar tu dignidad y demostrar que sigues siendo digno de recibir el título de supuesto "Padre de Dioses" en tu Panteón, aunque en realidad el verdadero Padre de los Dioses es tu bisabuelo, tienes que vencer al dios extranjero que te humilló y venció de tan penosa forma en tu propio Panteón. Pero lamento informarte que no eres el único con cuentas pendientes con ese monstruo.
—¿De qué hablas maldita escoria? —preguntó Zeus confundido, pero todavía furioso.
Es entonces que Buda I, por primera vez, cambia su expresión indiferente; frunció el ceño y chasqueó los dientes con rabia, a la vez que se sujetaba el bícep derecho, justo donde se hallaba la cicatriz.
—Siglos atrás intente encerrarlo como castigo por intentar alcanzar el Nirvana. Los monstruos como él no deben vivir felices ni alcanzar la liberación espiritual, porque los humanos son los únicos dignos de esos privilegios —decía Buda con furia en su tono—. Pero ese desgraciado superó mi "Verdad Absoluta", demostrando en el acto que su "verdad" es superior a la mía. Y cuando él alcanzó el Nirvana, convirtiéndose en el Primer Buda Animal, pase tantos siglos pensando en qué era superior su verdad a la mía; ¿Qué era lo que hacía a un monstruo como él un Dios Verdadero y un auténtico Buda?
—Y ahora que ese animal es el Pináculo de la Evolución, tú que eres al igual que yo el Pináculo de la Religión quieres desafiarlo una vez más, para entender esa mediocridad de "karmas" y "verdades", y demostrar la realidad de tu "filosofía". En pocas palabras quieres despejar tus dudas y demostrar la fuerza de tu ridicula ideología venciéndolo.
—¡¡¡Quiero eliminarlo!!! —corrigió Buda I con una voz iracunda tan poderosa, que hizo temblar los muros del edificio—. La idea de que un animal, un dios o un demonio alcancen el Nirvana es aberrante; es una ofensa al título de Buda". Es por eso que yo, como el original y verdadero Buda, debo eliminar a los seres malignos e indignos, como las razas no-humanos mortales e inmortales, que osan intentar recorrer el camino hacia la iluminación y llevar el título de "Buda".
—Es irónico que te quejes por esa estupidez, ya que el Señor Shiva fue el primero de todos en convertirse en Uno con la Existencia. La realidad es que un dios fue el primero de todos los seres vivos en alcanzar el estado del que tanto te enorgulleces, y no un patético humano como tú y tus fanáticos quieren hacer creer. Pero no me importa nada de eso ni tus razones para pelear —decía Zeus con furia, mientras empezaba a cargar sus brazaletes con electricidad—. Si tú también quieres revancha con ese mísero animal tendrás que esperar otro torneo. ¡Esta vez será mi turno! ¡¡Y si intentas entrometerte entonces te violare y luego te arrancare las piernas!!
—Por favor Zeus le pido que cese de sus deseos y acepte cederle su lugar en el Torneo a Buda I, o él tendrá que responder con la fuerza —pidió Siddhartha de forma amable y con un tono sutil para intentar sonar persuasivo, pero no funciono.
—¡Que lo intente! —respondió Zeus con más furia—. ¡Ustedes los asiáticos son un montón de insectos inferiores que no valen nada! ¡En especial ustedes los humanos que se hacen llamar "Budas" que no tienen poder ni para vencer a un simple demonio repugnante de rango inferior!
Justo cuando Zeus dio un paso adelante para comenzar a caminar hacia Buda I y hacerlo sufrir, de repente cayó arrodillado con tanta fuerza, que su rodilla izquierda destrozó el suelo e hizo temblar todo el edificio; a una velocidad más allá de lo inimaginable Buda I paso de donde estaba a estar frente a Zeus, le sujetó el hombro izquierdo con la mano derecha y lo obligó a arrodillarse.
De inmediato Zeus sujeto el brazo de Buda e intentó apartárselo, pero éste aumentó su agarre de tal manera, que el Dios Supremo griego sintió como los huesos del hombro empezaban a quebrarse igual que cristal frágil; una vez más estaba siendo humillado y doblegado por otro ser, que no era Shiva ni YHWH. Por otro lado Siddhartha miraba con lástima y vergüenza la escena; tanto que cerró los ojos con decepción y pena, pues no quería ver lo que estaba por suceder.
—No me sorprende que creyeras que yo era tan débil como Siddhartha o mis otros discípulos —decía Buda I con un tono cruel y a la vez sincero—. Después de todo, al igual que los líderes de tu culto tienes la mala costumbre de subestimar y denigrar a los mortales e inmortales extranjeros, en especial africanos, indios y chinos, poniéndolos siempre por debajo de dioses muy sobreestimados como los de tu Panteón y el Panteón Nórdico. Si tan solo dejaras de intentar ser un dios, y aceptaras el tremendo karma negativo que hay en ti, serías un Rey Demonio de poder mayor que el de todos los dioses occidentales. Incluso podrías alcanzar el estado Mara, igual que los Reyes Demonio Hajun, Ravana, Yuandi, Satanás y Angra Mainyu.
—Prefiero la muerte antes que aceptar ser una de esas asquerosas criaturas inferiores —decía Zeus asqueado de la idea de intentar ser un Rey Demonio, aun cuando eso implicara obtener el poder que como dios jamás lograría por culpa de su inigualable nivel de karma negativo—. Me tomo mil años controlarlo. Pero si ese maldito Lucifer pudo aprenderla, entonces yo que soy hijo de Cronos, también debo poder hacerlo —empezó a decir Zeus mientras levantaba el brazo derecho y preparaba sus dedos para chasquear los dedos—. Como "Dios de Dioses", todos y todo debe inclinarse ante mí; ¡incluido el tiempo! ¡¡Chronokinesis: Zero World!!
Tan pronto como Zeus recito el característico hechizo de su odiado padre, el Titán del Tiempo, chasqueo los dedos, generando una onda expansiva de color nítido que poco a poco fue creciendo, a la vez que se oía el sonido de una rueda metálica deteniéndose.
—No... —dijo Buda I con voz solemne y sin emociones, haciendo que se oyera el sonido de una serie de mecanismos acelerándose, al mismo tiempo que la onda expansiva opaca detenía su avance, y comenzaba a comprimirse de nuevo entre el dedo índice y pulgar de la mano derecha del Supremo Dios griego.
Zeus quedó confundido y nervioso al ver que el tiempo no se había detenido. De inmediato chasqueo los dedos otra vez, y con sus propios ojos vio como la onda expansiva que generaba la pausa total en el universo donde se encontraba, tan pronto como se generaba del chasquido, volvía a condensarse y desaparecer entre sus dedos. Chasqueó otras dos veces más, pero volvió a suceder lo mismo; su poder de controlar el tiempo estaba siendo anulado.
—¿De verdad creíste que con solo un poco de entrenamiento y magia para controlar el tiempo, ya puedes estar a la par de los Maestros del Dharma y los Guerreros Taoístas? —decía Buda I como un maestro regañando a un estudiante pretencioso—. Reconozco que tu poder mágico ha aumentado su calidad; es casi tan poderoso como el de Odín. Y en términos de fuerza física, ya lo superaste a él y a los actuales Dioses Supremos de los Panteones Inca, Mexica y Maya. Pero aun te faltan millones de años de entrenamientos y batallas difíciles, para estar cerca del nivel de alguien que se hizo Uno con la Existencia, como Shiva, Vishnu, Yuanshi Tianzun, Spenta Mainyu, Ahura Mazda, Olofin, tu bisabuelo YHWH y por supuesto Rudra y yo.
—¡¿Cómo puedes controlar el tiempo?! ¡Tú no tienes magia ni habilidades naturales para hacerlo y ni siquiera tienes poder mágico! —exclamó Zeus incrédulo y confuso ante algo que estaba más allá de su comprensión.
—Es natural que esto esté fuera de tu comprensión. Después de todo eres tan ignorante como los fanáticos ciegos de tu culto. Aquellos que nos convertimos en Uno con la Existencia, nos fusionamos con todo lo que existe, de tal manera que trascendimos todas las leyes y conceptos universales; como las leyes del tiempo por ejemplo —explicaba Buda I esbozando una pequeña sonrisa, que lo hizo ver aterrador—. Y la magia está sujetada a las leyes universales, por lo tanto, también se doblega a nosotros. Este es mi poder como maestro del Prana y el Chi, como "Trascendido", y como Chakravartin Original: The Absolute Truth.
»Además con solo poder mágico y fuerza bruta, jamás estarás cerca de nosotros, ni mucho menos de los que pelean usando Prana y Chi. Y eso es porque la fuerza que se obtiene mediante caminos fáciles como la magia, no se compara con la verdadera fuerza que se obtiene con constantes entrenamientos, batallas, derrotas, victorias contra oponentes formidables, autodedicación en cuerpo y mente a una disciplina, y desapego de anhelos innecesarios que obstaculizan el camino hacia la fuerza absoluta y la verdadera deificación.
»Y tú has estado viviendo tan conforme con tu poder natural y magia regalada, mientras subestimabas y despotricabas a inmortales extranjeros y satisfacías todos tus vicios sin restricciones morales, que jamás te molestaste en esforzarte para ser más fuerte, preferiste mantener tu máscara de "dios" en vez de aceptar tu "demonio" interno, y solo acumulaste victorias contra oponentes mucho más débiles que tú, siendo Tifáon el primer desafío que tuviste, y en vez de vencerlo con tu propia fuerza le ganaste haciendo trampa.
A medida que Buda I hablaba, la piel de su mano derecha comenzó a desprenderse y a desaparecer en el aire, revelando que debajo había piedra sólida de color blanco; el proceso siguió en el resto del brazo derecho de Buda I, hasta llegar al pecho y empezar a extenderse por el resto del cuerpo, mostrando que él era un ser de piedra sólida con líneas de oro que formaban mándalas en su torso y brazos, lo cual dejó paralizado de la sorpresa a Zeus —ya que jamás lo había visto—, y aterró tanto a las personas del edificio que comenzaron a huir, mientras los guardias cargaban a la joven herida para llevarla a un lugar seguro donde la pudieran atender.
—Si no puedes siquiera levantar mi brazo, mucho menos podrías ponerle un dedo encima al Dios de las Bestias. Así que ve este cambio de lugar como un gesto de generosidad de mi parte, para evitar que Rudra Shere Khan te devore antes de tiempo. Y ve esta golpiza como tu justo castigo, por lastimar a aquella humana —decía Buda I, mientras la piel en su rostro se despegaba poco a poco, revelando que debajo de sus ojos había otro par de ojos que brillaban de un amenazante color dorado.
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Immortalem: Duelo de Deidades
"Dios YHWH está en la reunión de los dioses; en medio de los dioses, juzga."
—Salmos capítulo 82: 01.
Lista de combates del Torneo Parabellum:
Ronda I: Karttikeya el Dios Hindú de la Guerra vs Ares el Dios Griego de la Guerra.
—¡Deja de contenerte desgraciado! ¡Libera tu verdadero poder; usa tus armas especiales y pelea como un verdadero Dios de la Guerra! —exclamó Ares esbozando una sonrisa despiadada que reflejaba la emoción de un sanguinario.
—No, pequeño niño malcriado. No usare "armas especiales" ni nada parecido como tú; usare mis verdaderas "armas" —contestó Karttikeya, mostrando por primera vez en el combate una sonrisa de emoción, lo cual paralizó del terror puro a Ares—. La razón por la que me contenía era para evitar matarte. Pero si tanto quieres morir, entonces te enseñaré el verdadero Arte de la Guerra; prepárate para ver y sentir en carne viva el Arte de las Ocho Extremidades.
"¡¡¿Qué?!! ¡Ya no puedo sentir su presencia! ¡No puede ser! ¡Esto no puede ser cierto!", pensaba Ares empezando a sentir terror, al igual que el resto de dioses griegos que presenciaban el combate, al descubrir que de repente ya no percibían la presencia de Karttikeya, lo cual significaba una sola cosa.
Tan pronto como Karrtikeya dijo aquellas palabras, había aumentado su poder a un punto tan alto, que estaba fuera de la comprensión de Ares y el resto de los olímpicos. Y no solo ellos; varios de los Devas, Asuras y Rakshasas también se mostraron temerosos, porque sabían que el Dios Hindú de la Guerra estaba por desatar su mortal arte marcial capaz de matar a dioses.
Ronda II: Rudra Shere Khan el Dios de las Bestias y Rey Tigre de Asia vs Zeus el Dios Griego del Rayo y Dictador del Monte Olimpo.
Noticia de último momento por parte de Heimdall: hubo un cambio de oponente por decisión de un nuevo inmortal que obligó al mismo Zeus a retirarse y ceder su puesto en el Torneo.
Ronda II Actualizada: Rudra Shere Khan el Dios de las Bestias y Rey Tigre de Asia vs Buda I Wanmei el Dios de los Humanos y Chakravartin Original.
—¡No lo entiendo! ¡¿Cómo la existencia puede considerar a un dios desgraciado como tú un mejor "Buda" que yo?! ¡¡Me niego a aceptarlo!! —decía Buda con ira, incredulidad y desesperación, intentando ponerse de pie y controlar la Rueda de la Fortuna, aunque era en vano—. ¡Mi verdad es absoluta; yo soy el verdadero salvador de la humanidad; yo soy el único digno de recibir honor y devoción por parte de los humanos y la existencia! ¡¡Yo soy Buda!!
—Tu "verdad" es que los humanos son los verdaderos "buenos", y por lo tanto es la única raza digna de alcanzar la iluminación, mientras que los dioses, demonios, bestias y todo lo que no es humano son el verdadero "mal", que jamás deberá alcanzar la iluminación —decía Rudra con una sonrisa divertida, a la vez que se manifestaba detrás de él las Ruedas de la Realidad—. Tu "verdad" es tan ciega como la de los niños que creen que todo es "blanco y negro", o los ignorantes que piensan que todo es "gris". Aunque te consideres un salvador, en realidad eres una maldita escoria igual que los dioses corruptos que tanto odias.
»Un verdadero "Buda" no es aquel que defiende a la raza humana; es aquel que protege a todas las criaturas vivientes de la existencia y les enseña el camino hacia la paz, sin importar si son animales, bestias, elfos, dvergar, humanos, ángeles, demonios o incluso dioses. Esa es la auténtica verdad que descubrí a través de otros ojos, mientras que tú al estar encerrado en tu "burbuja" no puedes ver la realidad —tras decir esto, Rudra empieza a levantar la mano derecha, apuntando a Buda I con el dedo índice—. Y por eso jamás alcanzarás la verdad.
Ronda III: Nezha el Tercer Príncipe Taoísta del Loto vs Poseidón el Dios Griego del Océano.
—¡Raaaaah! ¡¡Me niego a perder otra vez contra un insignificante dios asiático!! —exclamó Poseidón levantándose del suelo agrietado con tanta furia, que las rocas salieron volando y el agua alrededor suyo empezó a circular igual que un remolino—. ¡Yo soy el grandioso y poderoso dios griego Poseidón! ¡Y tú no eres más que una basura que está por debajo de nosotros los dioses del Olimpo! ¡¡No eres más que un maldito niño que ni siquiera nació siendo un inmortal!!
—¡Je, je, je! En serio que estás loco... maldito dios de mierda... La verdad es que no tienes nada de grandioso. ¡Je, je! ¡Los cuatro Reyes Dragón son mucho más poderosos que una basura como tú! —dijo Nezha con una gran sonrisa que denotaba confianza y diversión, para luego emanar de su cuerpo un torbellino de fuego que reflejaba la furia ardiente de su corazón—. Pero lo único cuerdo que dijiste es que no soy más que un niño. Tienes razón; nací siendo un humano con el poder de un demonio, y solo me convertí en un dios con ayuda de ese tigre gruñón. Pero aun así... ¡¡me encargaré de que sufras el triple del dolor de los humanos y las criaturas del Territorio Polinesio que mataste!!
Ronda IV: Skanda el Dios Hindú de la Luz vs Thor el Dios Nórdico del Rayo.
—¡Ja, ja, ja! ¡Entonces esa es tu verdadera forma! Eres igual que los gigantes de fuego ¡¡Ahora sí disfrutare matarte!! —decía Thor con regocijo y ansías de sangre. Luego levantó el Mjolnir con la intención de arrojarlo contra el joven dios hindú.
Pero en menos de un parpadeo Skanda apareció frente a él, le sujetó el brazo derecho con la mano de misma dirección, y la apretó con tanta fuerza que le partió el brazo a Thor con la misma facilidad en que un fisicoculturista parte una delgada rama.
"¡¿Pero qué?! ¡Imposible su fuerza física es...! ¡Es superior a la mía!", pensaba Thor conmocionado e incrédulo, al igual que el resto de dioses nórdicos que contemplaban el combate, al descubrir que a pesar de ser el dios nórdico más fuerte en términos de fuerza física, aquel joven dios hindú le superaba con creces en ese aspecto.
—Te recomiendo que te calmes maldito asesino —respondió Skanda con un imponente semblante molesto. Entonces aumentó la fuerza en su agarre, obligando al dios nórdico a arrodillarse frente a él. —Te has divertido asesinando a hombres, mujeres y niños, incluyendo la familia de mi esposa Skade, como si no fuera más que un simple deporte; más que un simple juego enfermo para ti —decía Skanda cada vez con más ira en su tono, a medida que su cuerpo comenzaba a emanar ese Prana ardiente—. Aparte de Indra, eres el segundo dios que me ha hecho enojar así... Eres la segunda escoria que me ha hecho desear matar... Pero aun así no voy a matarte... ¡¡Voy a devolverte el dolor y sufrimiento de todos ellos multiplicado por mil!!
Ronda V: Artemisa la Diosa Griega de la Cacería vs Sekhmet la Diosa Egipcia de la Guerra y Reina Leona de Egipto.
—No lo tomes como algo personal Artemisa. Pero derrotarte será algo que disfrutare —decía Sekhmet con una sonrisa que reflejaba la emoción salvaje en su interior—. Esta batalla será una maravillosa forma de demostrarle a nuestro amado Rey Tigre Rudra que soy mejor rival y concubina que tú. ¡Je, je, je!
—No te confíes tanto leona loca —dijo Artemisa con furia, mientras preparaba el arco para pelear—. Aunque no me interesa demostrarle nada a Rudra, ¡de ninguna manera pienso sufrir la humillación de perder frente a él en una pelea contra una maldita vanidosa como tú!
—Tan orgullosa y amante de las peleas como siempre, igual que nuestro amado Rudra. No me extraña que después de que él te llevara a los templos de su tierra, terminaras pidiendo ser otra más de sus concubinas —comentó Sekhmet a modo de burla y sorprendiendo al público, en especial a los inmortales griegos, con esa revelación.
—¡¡Callate maldita leona!! —exclamó Artemisa con furia y vergüenza, al grado de empezar a tener la cara roja, mientras que desde el público Rudra se tapaba la cara con una mano, bastante apenado de ver lo que el resto de los presentes ya consideraba una "pelea de gatas".
Ronda VI: Sansón el Guardián Israelita de la Fuerza vs Heracles el Dios Griego de la Fuerza.
—¡No perderé! ¡De ninguna manera yo, el héroe más grande de todos, el máximo defensor de la justicia y el más poderoso de los hijos del gran dios Zeus, perderá contra un insignificante mortal como tú! —exclamó Heracles con ira asesina y levantándose del suelo, pese a tener la mayor parte de sus huesos tan fracturados que apenas sanaban.
—No eres ningún héroe, Heracles, ni menos alguien que lucha por la justicia. Solo eres el clásico villano creyendo ser un "héroe" —decía Sansón con lástima, mientras se reacomodaba el brazo dislocado con un simple movimiento, y con el dedo índice de la mano de dicho brazo señala a Heracles—. Y como a cualquier villano, te llegó la hora de pagar por tus crímenes.
Ronda VII: Tyr el Dios Nórdico de la Guerra vs Huitzilopochtli el Dios Mexica de la Guerra.
—Sé quien eres, y todo lo que puedo decir es que me siento feliz de tener la oportunidad de luchar contra alguien digno de admiración como usted, Dios de la Guerra Tyr —dijo Huitzilopochtli con una sonrisa amistosa, mientras levantaba la mano derecha en señal de saludo.
—Yo también me siento feliz de tener la oportunidad de luchar contra ti, Dios de la Guerra Huitzilopochtli —dijo Tyr con igual felicidad, luego se acerca y estrecha su mano con la del dios mexica en señal de amistad—. Hubiera preferido conocerlo en mejores circunstancias. Pero quiero que sepa que no me importaría perder contra un gran dios como usted.
—Digo lo mismo. Sin importar quien gane al final, que no haya rencores —respondió Huitzilopochtli manteniendo esa actitud amable, pero empezando a denotar una emoción competitiva como suelen tener los guerreros.
Ronda VIII: Susanoo el Dios Japonés de la Tormenta vs Shangó el Dios Africano de la Tormenta.
—Por el honor de mi Panteón no puedo perder aquí. Espero que lo entiendas, gran Orisha Shangó —decía Susanoo con furia y arrogancia, poniéndose en posición de lucha con su katana envuelta en electricidad, listo para atacar en cuanto sonara el "gong".
—Yo también peleó para demostrar la fuerza y el orgullo de mi Panteón y de mi gente, Susanoo. ¡Así que espero que tú también entiendas que yo tampoco puedo perder aquí! —contestó Shangó sonriendo con admirable pasión y determinación, también cargando su hacha con electricidad para cuando empezara la lucha.
Ronda IX: Helios el Dios Griego del Sol vs Tonatiuh el Quinto Dios Mexica del Sol.
—¡Hoooo! ¡¿De verdad eres tú Nanahuatzin?! —dijo Helios feliz y emocionado como un niño al ver al dios mexica, llamando a éste por su nombre original.
—¡Claro que soy yo! Sé que mi apariencia ha cambiado mucho por mi nuevo cargo. Pero al menos debes de reconocer a tu viejo camarada —contestó Tonatiuh con tono molesto, aunque se veía igual de feliz y emocionado al ver a Helios—. Entonces es cierto que tú serás mi oponente en este torneo. ¡En ese caso divirtámonos peleando como en los viejos tiempos!
—¡Claro "hermano de armas"! —contestó Helios alzando el puño derecho con emoción—. Me enteré que por fin derrotaste a ese dios ególatra Tecciztécatl. Debiste de volverte muy poderoso para lograr algo así, y tener esa nueva apariencia. ¡Espero que esta vez logres vencerme a mí también!
Ronda X: Angra Mainyu el Rey Demonio Persa de los Males vs Apollo el Dios Griego de las Artes.
—¡Yo soy un dios! ¡Yo soy el bien y la justicia! ¡¡Y por eso no puedo perder contra un asqueroso demonio malvado!! —exclamaba Apollo con frustración y desesperación.
—Niño estupido, engreído y llorón. Como se nota que fuiste criado muy mal por la escoria que tienes de padre —decía Angra Mainyu cruzándose de brazos con molestia y empezando a sentir lastima—. Que seas un dios no significa que seas "bueno", y que yo sea un demonio no significa que sea "malvado". Es algo que los inmortales superficiales y popularizados como tú jamás entenderán. Y hoy te lo demostraré, irónicamente, por las malas.
Ronda XI: Horus el Dios Príncipe del Territorio Egipcio vs Bhishana el Asura Príncipe de la Galaxia Rasatala.
—Jamás imaginé que llegaría a enfrentar al futuro gobernante del poderoso Imperio de los Asuras —decía Horus con una sonrisa sarcástica y vanidosa—. La verdad no sé si sentirme afortunado, o desdichado por tener que humillarte frente a tu reino.
—Mejor considerate afortunado. Cualquier otro Asura pensaría en matarte de inmediato para ahorrarse el día —decía Bhisana con un tono de voz juvenil y una una sonrisa amistosa, que contrastaban con su aura hostil—. Pero yo prefiero matar por propósitos grandes y necesarios; no por placer ni por estupideces. Así que intentaré contenerme para que el Territorio Egipcio no se quede sin su príncipe estrella.
Ronda XII: Israel Yahweh el Ángel Príncipe de la Creación vs Hades el Dios Griego del Inframundo.
Noticia de último momento por parte de Heimdall: hubo otro cambio de última hora, esta vez de parte de Hades, quien fue incapacitado por otro inmortal para cederle el puesto, por lo que habrá otro cambio en la lista.
Ronda XII Actualizada: Israel Yahweh el Ángel Príncipe de la Creación vs Ahiravana el Rakshasa Rey del Planeta Lanka.
—Por fin llegó el momento de terminar nuestro combate... Israel Yahweh... —decía Ahiravana con una imponente furia, empezando a liberar su poder abismal, de tal manera que toda la galaxia en la que estaba ubicado el planeta temblaba—. Y esta vez nadie interferirá ni te ayudara. ¡Esta vez tendremos nuestra batalla a muerte!
—No Ahiravana. Ninguno de los dos morirá aquí, porque no voy matarte, sino a salvarte. Pero por el futuro y bienestar de Naamah, tampoco permitiré que me derrotes en este combate —decía Israel con serenidad y compasión, a la vez que se preparaba para el enfrentamiento liberando su inconmensurable poder, haciendo temblar aún más el universo entero—. Sé cuánto has sufrido por la muerte de tu padre y de casi toda tu familia paterna en la guerra contra Rama. Es por eso que en honor a ellos, y por petición de tu madre, haré que por fin entres en razón y olvides ese tonto rencor.
Ronda Decisiva: Israel Yahweh el Ángel Príncipe de la Creación vs Shiva Mahadeva el Dios Hindú de la Destrucción y Cuarto Señor de la Existencia.
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