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Epílogo: Inicio del Nuevo Mito

https://youtu.be/jk3K5e4TvDk

Tras una larga y tranquila noche de sueño Israel se levantó temprano; desde la cama contemplo por la ventana y la puerta la maravillosa luz dorada del sol, anunciando un nuevo día. No tuvo tantos problemas para no volver a cerrar los ojos y seguir durmiendo, ya que él estaba acostumbrado a pararse cada mañana para entrenar y meditar junto a su padre. Además mientras más temprano mejor podría preparar todo para continuar el viaje con su prima diablesa.

—Naamah despierta; ya es hora de levantarse —dijo Israel con suavidad en su tono, mientras levantaba la cabeza de la almohada y veía a su prima diablesa.

No obstante Naamah solo gruño con molestia y se acurrucó aún más para seguir durmiendo, igual que una adolescente malhumorada y cansada que no quiere ir al colegio. No parecía tener ánimos o energías suficientes para despegarse de la cama, a pesar de que en total habían dormido casi nueve horas terrestres. Por ello Israel le movió el hombro con delicadeza e intento otra vez hablarle.

—Por favor despiértate Naamah. Ya hemos dormido suficiente y tenemos que prepararnos para seguir nuestro viaje —dijo Israel con un tono un poco más fuerte, pero otra vez fue inútil.

Tras esos dos intentos fallidos, Israel dio un suspiro molesto y se golpeó la frente con la mano derecha en señal de frustración e incomodidad. Pero luego se le ocurre una idea para hacer que ella se levantara de la cama.

—¡Es hora del desayuno! —grito Israel con ánimo festivo.

Tan pronto como se oyó la palabra "desayuno", la diablesa levantó el torso de la cama en menos de un segundo, y ahora estando sentada miro a los lados igual que una joven emocionada por recibir un regalo en su cumpleaños.

—¡¿Desayuno?! ¡¿Ya vamos a comer?! —decía Naamah emocionada y feliz de un modo tan infantil que sus ojos brillaban de felicidad.

—Todavía no. En realidad solo lo dije para que te levantaras de una vez. Perdóname ¡Je, je! —dijo Israel con total sinceridad y de modo casual, para después levantar el torso de la cama, cerrar los ojos y reír con pena.

Luego de saber eso, la expresión de Naamah cambio de una radiante y feliz, a una amargada y seria. Entonces ella agarro una almohada y con la misma golpeo a Israel en la cara. Pero como es obvio el golpe no le hizo nada a él, aunque la almohada acabó rompiéndose cuando impactó con su rostro y las plumas blancas que contenía saltaron por los aires.

—Comparado con tus anteriores arrebatos, no fue tan malo —dijo Israel abriendo los ojos, sonriendo de modo penoso y apartando con una mano las plumas que caían frente a sus ojos.

—Si quieres podría hacerlo mucho peor que esas veces anteriores —dijo Naamah esbozando una dientuda sonrisa amenazante.

—No, mejor no.

—Descuida; ganas no me faltan para darte un pequeño castigo —dijo Naamah a la vez que se crujía los dedos.

—¿Y qué tal si te digo que de desayuno preparare lo que más te gusta? —pregunto Israel casi como alguien que ofrece algo a cambio de vivir.

—Mnnn... Esta bien. Pero para estar segura, ¿Qué tipo de comida vas a preparar? —dijo Naamah, cruzándose de brazos y haciendo un gesto pensativo.

—Para empezar será un guisado de medusa atmosférica, junto con cabezas de atún y ojos de cabra en pan redondo con salsa rosa. De bebida te daré vino dulce de uva celestial. Y de postre tu favorito: alas y patas de cocatriz cocinadas en horno y bañadas en salsa picante —decía Israel mientras enumeraba cada receta con los dedos de su mano derecha—. Después de tantas veces que me decías lo que más te apetecía comer, he aprendido sobre lo que más te gusta, como lo picante y la carne de cocatriz, o en su defecto de gallina y lagarto. Así que idee varias recetas con esos ingredientes principales.

—Sabes Israel, hay veces en que tu excesiva bondad y tus comentarios inocentes me hacen querer golpearte... —decía Naamah cerrando los ojos y bajando la mirada con un aire cansado, para un segundo después levantar la mirada y esbozar una gran sonrisa—. ¡Pero por cosas como estas no puedo enojarme contigo!

Del golpe de alegría y emoción que sintió Naamah al saber lo que iba a comer de desayuno, ella sorprendió a Israel abrazándolo con tanta fuerza y brusquedad, que el ángel quedó acostado en la cama otra vez, aunque con la diablesa encima de él.

—¡Si que sabes hacer feliz a una mujer! —dijo Naamah con tanta alegría que cada vez abrazaba con más fuerza a su primo ángel, y entonces prosiguió con llenar de besos cariñosos su mejilla izquierda.

—¡Esta bien, esta bien! ¡Pero contrólate por favor! —decía Israel con absoluta incomodidad, mientras sostenía a su prima diablesa del hombro izquierdo y la cabeza e intentaba alejarla.

Después de levantarse, ponerse sus respectivas ropas y tener un grandioso desayuno, Israel convirtió la casa en una simple roca. Luego él y Naamah extendieron sus alas, revelando la aureola angelical y los cuernos demoníacos en el proceso, ascendieron a varios metros en el aire y reanudaron el viaje desde el cielo diurno.

Por precaución decidieron acelerar el paso desde las alturas, para así no dejar rastro de su caminata y evitar encontrarse con mortales, pues aunque ocultaran cada una de sus características de ángel y diablesa, por el lado de Israel seguiría teniendo el cabello rojizo y por el lado de Naamah la piel blanca, lo cual eran características muy poco usuales en esa región. 

Sin embargo no duraron mucho tiempo volando, ya que tras haber recorrido un kilómetro divisaron delante una jungla habitada solo por animales. Ambos aterrizaron en esa jungla y continuaron el viaje a pie; al principio se escuchaba a las aves cantar y la caminata de los más pequeños animales, todos para nada incómodos o molestos por la presencia de Israel, pero cuando notaban la presencia de Naamah de inmediato emprendían la huida lo más lejos posible. 

De modo que al cabo de un rato la jungla acabo siendo bastante silenciosa. No obstante era un silencio agradable, que con el sonido de las plantas meciéndose con la brisa hacía al ambiente tan pacifico, que Israel y Naamah se sintieron en absoluta paz; incluso se detuvieron a la orilla de un río para admirar por un momento la tranquilidad del ambiente, antes de que algo lo interrumpiera, como el ataque de un djinn enfadado, bandidos mortales ignorantes, un cazador de demonios buscando un objetivo, o quizás otro inesperado encuentro de Alyssa.

https://youtu.be/atpnSRhv_f0

—Sabes, todavía no entiendo tu punto de viajar paso a paso, cuando podemos darle la vuelta a este mundo diez veces en cuestión de segundos —dijo Naamah mientras estiraba los brazos hacia arriba.

—Ya te lo dije; todo viaje debe ser recorrido con calma, porque cada paso ofrece al viajero una enseñanza que le ayudará a evolucionar en mente y espíritu —explicaba Israel caminando hacia el río cercano.

—Dejame adivinar: ¿fueron tu padre y tu maestro Shiva quienes te enseñaron esa mierda? —pregunto Naamah frunciendo el ceño, cruzando los brazos detrás de la cabeza y moviendo el torso un poco a los lados.

—En realidad sí, y funciona; Sun Wukong es una prueba de ello —respondió Israel estando arrodillado frente al río, para luego con ambas manos tomar un sorbo de agua.

—Definitivamente jamás entenderé mierdas como esa —decía Naamah terminando su pequeña rutina de ejercicio, para luego comenzar a ejercitar su flexibilidad levantando la pierna derecha hasta tocar su pecho—. Ni tampoco entenderé porque bebes de ese río, cuando puedes transformar cualquier material en agua, o crear agua mediante la humedad del aire.

—Mi poder no consiste solo en chasquear los dedos y hacer aparecer algo; literalmente tengo que pensar en las moléculas y elementos químicos que conforman lo que quiero crear o transformar, y luego imaginar su diseño de forma tridimensional. A veces incluso tengo que imaginar paso por paso el proceso en que algo se transforma en otra cosa. Por eso a veces mis creaciones no resultan perfectas o no son como lo original.

—Pero no veo problema en que no sea como lo original. La comida que haces es mil veces más deliciosa que las que se hacen con ingredientes naturales, y te lo digo yo que soy una crítica culinaria profesional. También los objetos que creas y construyes son mucho más fuertes, funcionales y resistentes que los normales. Tus versiones son mejores que los originales, y eso es algo grandioso.

—Agradezco el cumplido. Pero la verdad yo prefiero lo original —contestó Israel mientras se ponía de pie y se volteaba para ver a la diablesa—. No sé cómo explicártelo. Pero para mí las cosas que creo con mi poder no me resultan tan maravillosas como las originales de la existencia. Siento que le quito lo especial a las maravillas que ofrecen los mundos y los universos.

—¿Es por eso que cuando creas tu propia comida no creas fresas, pese a lo mucho que te encantan ese tipo de frutas? —pregunto Naamah ahora ejercitando flexibilidad con la otra pierna.

—Sí. Prefiero volar hasta la tierra natal de mi madre para comer fresas, a hacer algo tan ofensivo como crear mi propia versión de tan grandiosa comida —decía Israel mientras cerraba los ojos y recordaba las frambuesas que tanto le gustaban—. Cuando son originales tienen un encanto único, que ni yo podría recrear. Por eso prefiero comer de lo que me ofrezca la Madre Tierra.

—Pues es una pena la verdad. Serias un grandioso constructor y cocinero —decía Naamah terminando sus ejercicios de flexibilidad, luego se toca la barriga y se lame los labios con satisfacción—. Además no sé si podré volver a comer algo que no sea creado por ti. ¡Je, je! Hasta podría... casarme contigo solo para seguir comiendo tu comida, y luego "comerte" en la cama.

—Naamaaaah... —dijo Israel cambiando su semblante a uno serio y disgustado.

—¡Pfff! ¡Ja, ja, ja! ¡Oh jamás me cansaré de esto! ¡Ja, ja, ja! —dijo Naamah entre risas infantiles mientras se sujetaba la barriga.

—Y yo jamás me acostumbrare a tus retorcidas bromas de mal gusto —dijo Israel cerrando los ojos, bajando la mirada y teniendo los hombros caídos, para luego volver a erguirse, abrir los ojos y mostrar una sonrisa tan pura que el mismo buda envidiaría—. Pero para ser honesto, si de algún modo el destino me llega a unir a ti o a Alyssa, no me parecería tan malo.

—¿Eh...? -dijo Naamah tan confundida y estupefacta que detuvo sus risas.

—Aunque soy incapaz de sentir amor romántico, las amo a ambas como a cualquier miembro de mi familia. Y si es cierto lo de los vínculos, y acabó unido a alguna de ustedes, no me opondré, siempre y cuando sea para que puedan ser felices. Para mí no hay nada más importante que vuestra felicidad.

Israel decía todo eso con una sinceridad y bondad tan grande, que a los ojos de Naamah lo hizo parecer un auténtico hombre, y en el fondo eso le encanto.

—¡Id-id-idiota! ¡Se supone que de nosotros dos yo soy la que bromea así! —exclamó Naamah pareciendo enojada, aunque sus mejillas se tornaron de un ligero color rosa. Luego se cruza de brazos y le da la espalda al ángel pelirrojo de forma orgullosa y enojada.

—Pero si no estoy bromeando. Solo estoy siendo honesto —explicó Israel mientras arqueaba una ceja y se rascaba la cabeza, confuso por la mala reacción de su prima diablesa.

Naamah solo gruño en respuesta e hizo una mueca de molestia; sin duda no espero que a Israel le pareciera tolerable hasta cierto punto la idea de llegar a ser unido a ella o a Alyssa. Eso le hizo sentir la diablesa tantos nervios que hasta sintió vergüenza. Pero entonces, de un modo irónico, eso le dio una idea para una nueva forma de divertirse molestando a su querido primo ángel.

—Con que no te parece tan mala la idea de ser unido a mí o a mi hermana. Eso está bien. Pero... tomando en cuenta la bizarra historia de tu padre, existe la posibilidad de que aparte de su nobleza y pureza, también hayas heredado su maldición —decía Naamah sonriendo de forma divertida y teniendo un tono juguetón, para luego voltearse a ver a su primo ángel—. Entonces, ¿Qué piensas sobre la posibilidad de terminar unido a nosotras dos por igual?

—¡¿Ehhhh?! —exclamó Israel ampliando los ojos y dando un paso atrás por la conmoción.

—En realidad no tengo problemas con eso; en el Infierno los gobernantes tienen permitido tener a más de un compañero reproductor para asegurar la línea de sucesión. Además, como nos amas a nosotras dos por igual, ¡Con esta doble Unión Eterna no tienes que elegir! —explicó Naamah levantando ambas manos al aire de modo casual y sonriendo de forma risueña, como si lo que dijo fuera una gran noticia.

—¡¡Naamah!! —exclamó Israel perdiendo la paciencia y teniendo la cara roja de la vergüenza. 

—¡Ja, ja, ja! —se reía Naamah a grandes carcajadas de modo triunfal, al haber conseguido avergonzar a su primo, como pequeña venganza por haber logrado éste avergonzarla a ella. 

https://youtu.be/4I2A2Jx1h-0

Justo cuando estaba por iniciar otra infantil discusión entre el ángel y la diablesa, fueron interrumpidos por el repentino sonido de los truenos, lo cual fue algo muy extraño, porque casi no había nubes en el cielo y el tiempo no daba la sensación de que fuera a originarse una tormenta. De inmediato ambos se juntaron por tener la corazonada de que tal vez no era algo normal, sino algún enemigo acercandose. 

Y en efecto fue así; tres grupos de nubes comenzaron a descender del cielo de forma sobrenatural, luego empezaron a generar pequeños destellos celestes en el interior, y entonces generaron el sonido del trueno junto con relámpagos que impactaban en el suelo, alrededor de Israel y Naamah. 

Acto seguido en las zonas humeantes, donde cayeron los rayos, se materializaron en energía eléctrica colosales y corpulentas criaturas humanoides, que portaban armaduras blancas de origen griego y grandes armas, como espadas, hachas y mazos, que tenían el símbolo de un rayo azul. Pero lo destacado de esas criaturas era que solo tenían un solo ojo.

—¡¿Cíclopes?! ¡¿Qué mierda hacen aquí escorias del Panteón Griego?! —dijo Naamah sorprendida de tal inesperado encuentro, y después un rayo cae a unos cuantos metros frente a ella e Israel.

—Estan a aquí para ayudarme a que ustedes no huyan de mí. 

Contestó una voz masculina con eco procedente del último rayo que cayó, y del cual se materializó un hombre griego que parecía rondar cerca de los 29 años. De ojos azules, complexión bastante robusta con una musculatura en extremo desarrollada. Tenía el cabello de color negro, recortado alrededor de la cabeza y con una pequeña coleta atrás, además de tener también una pequeña barba. Y en cuanto a vestimenta solo llevaba una falda acorazada color ocre, sandalias y brazaletes redondos de color dorado en las muñecas. 

Era nada más ni menos que el hijo más poderoso y famoso de Zeus; el semidiós que tras completar doce trabajos fue bautizado como el Dios Griego de la Fuerza, Heracles. 

—De acuerdo, la verdadera pregunta es: ¿Qué hace el hijo sobrevalorado del dios más mierda de todos aquí? —dijo Naamah frunciendo el ceño y mostrando los dientes de modo amenazante.

—Seré breve, porque odio perder mi tiempo con basuras insignificantes como ustedes —decía Heracles cruzándose de brazos con un aire orgulloso de lo más exagerado—. Mi padre, el grande y poderoso Zeus, me envió aquí a matarte, Israel Adonai. 

—Imagino que el Panteón Griego también supo sobre que abandone el Panteón Israelita junto a mi prima Naamah —dijo Israel también frunciendo el ceño y teniendo un tono tan serio, que lo hizo parecerse bastante a su padre San Gabriel cuando pelea de verdad—. Y conociendo lo exageradamente ambicioso y tramposo que es Zeus, él decidió aprovechar mi situación para deshacerse de mí, para así tener más posibilidades de adueñarse del Gran Trono cuando mi abuelo se retire.

—Cielos y centellas. Reconozco que tienes un intelecto asombroso, para ser una estrella parlante tan joven —dijo Heracles esbozando una arrogante sonrisa divertida—. Me hace feliz que me hayas ahorrado media hora de explicación. Como muestra de gratitud, le permitiré vivir tu repugnante prima diablesa, si ella acepta rendirse y someterse a mi tío Dionisio. Pero obvio, primero tendré que arrancarle esos horribles cuernos, esos asquerosos dientes y esas feas alas para que parezca más una "verdadera mujer".  

—¡¡"Verdadera mujer" el coño del orangután que tienes por madre!! —exclamó Naamah con ferocidad casi animal y extendiendo sus filosas uñas—. ¡Prefiero morir a convertirme en otra de vuestras estúpidas perras sumisas con síndrome de hembra maltratada y secuestrada! 

—¡Aj! Qué boca tan sucia tiene —dijo Heracles con molestia y asco—. Antes de arrancarte las alas, los cuernos y los dientes, primero empezare con tu mugrienta lengua larga, ¡sucia e insolente demonio!

Naamah respondió gruñendo de ira y hostilidad igual que un canino enfadado; a pesar de que no conocía con exactitud el nivel de poder de Heracles, estaba más que dispuesta a degollarlo y bañar la tierra con su sangre. Sin embargo Israel se le adelantó al empezar a caminar en dirección a Heracles, con un semblante tan serio y molesto que les hizo sentir un terrible miedo a los cíclopes. Aparte su cuerpo empezó a emanar un extraño vapor, como si estuviera en sentido literal ardiendo de furia.

—No lo repetiré dos veces —decía Israel teniendo un tono sereno que contrastaba con su mirada asesina, mientras detenía su avance y señalaba a Heracles con el dedo índice derecho, en señal de advertencia—. Discúlpate por insultar a Naamah, o me veré en la obligación de castigarte. Y de corazón no quiero tener que hacerlo. 

—Jo, jo. Que divertido eres —dijo Heracles sonriendo, como si hubiera escuchado una gran broma, y procede a caminar para acercarse a Israel—. Escuche que tu padre te enseñó ese aterrador arte marcial que venció a muchos dioses poderosos, el Godfist. Pero solo tienes eso; debido a que fuiste expulsado del Paraíso, te convertiste en un ángel caído, y como tal ya no tienes el todopoderoso Eshbara (Fuego de la Creación). A estas alturas hasta el más débil de mis hermanos podría vencerte. Y por cierto, ¿no te dijo tu padre que es de mala educación señalar a la gente?

Con cada palabra que Heracles decía, la distancia entre él y el ángel se fue acortando hasta que por fin estuvieron a pocos pasos de quedar frente a frente; entonces Heracles levantó la mano izquierda con la intención de agarrar y romper la mano de Israel con la que le señalaba. Pero a dos centímetros de agarrarle la mano, en menos de un parpadeo Israel le atrapó la mano a él, y ejerció una fuerza tan bestial que Heracles se vio obligado a arrodillarse del dolor. 

https://youtu.be/_YUGtkv6BGw

—Tú mismo lo has querido; que quede claro que te di una oportunidad para arrepentirte —dijo Israel ahora teniendo una mirada que denotaba tristeza y a la vez una seriedad, muy parecida a la de su padre, pero también desprendía un aura feroz e iracunda que se asemejaba a la de su madre, lo cual tomó fuerza cuando el vapor en su cuerpo se transformó en llamas carmesíes, al mismo tiempo en que él extendió sus gloriosas alas emplumadas de igual color.

—¡¡¿Queeeeeeeeé?!! —exclamó Heracles con absoluta sorpresa y espanto—. ¡¿Tus alas no son oscuras?! ¡¡¿Todavía sigues siendo un ángel sagrado?!!

—¡Ja, ja, ja! ¡¿De verdad creyeron que Israel se volvió un ángel caído?! ¡Pero que ignorantes! —exclamó Naamah bastante divertida y teniendo la mano derecha cerca de su boca—. Para tu información niño estúpido, Israel no fue expulsado del Paraíso; él lo abandonó por voluntad propia y sin motivos malvados. Por lo cual sigue siendo un ángel destinado al Paraíso, y por ende sigue teniendo su glorioso poder. En resumen: Israel es tan rudo y santo que el Paraíso no lo expulsa, él expulsa al Paraíso. ¡Ja, ja, ja!

Demostrando un terror como jamás se vio, Heracles intentó liberarse del agarre de Israel atacando con un derechazo. Pero antes de eso y sin saber cuando, ya se encontraba en una grieta en el suelo, luego de que Israel se girara y lo azotará contra la tierra. Acto seguido el ángel pelirrojo arrojó a Heracles con tanta fuerza, que lo hizo atravesar innumerables árboles hasta salir de la jungla y estrellarse contra una colina ubicada a casi dos kilómetros lejos. 

—Ve a darle su merecida paliza Israel —dijo Naamah con una sonrisa cruel, al mismo que se le acercaba desde atrás un cíclope con un mazo para atacarla, pero ella ya lo sabía—. Yo me encargo de estos insectos. 

Tras decir eso, Naamah levanta la mano derecha y detiene con la uña de su meñique el mazo del cíclope, para luego a una velocidad imperceptible hacer un movimiento de corte diagonal hacia atrás con el mismo meñique, causando un golpe de viento tan poderoso que dividió el cuerpo del cíclope como si fuera una simple hoja de papel. Después la diablesa extiende sus alas de murciélago y, con las uñas listas, vuela hacia los cíclopes que se encontraban en un lado, comenzando una carnicería digna de un peligroso animal descontrolado. 

Israel por su parte voló hacia donde había caído Heracles; en menos de un segundo aterrizó en el área donde Heracles recién se encontraba saliendo del enorme agujero que creó en la colina al estrellarse. Éste último parecía más enfadado que asustado, a pesar de la imponente y majestuosa figura que Israel demostraba al estar emanando aquel fuego, que en vez de quemar el suelo bajo sus pies hacía que brotara plantas y flores llenas de vida.

—Irte sin pasar por un dolor comparable a la gravedad de tus pecados, es un privilegio que perdiste al no pedir perdón, Heracles —dijo Israel teniendo un tono serio y molesto que contrastaba con su mirada deprimente y decepcionada—. Y faltarle el respeto a una mujer... en especial si es alguien de la familia... ¡¡Es un pecado muy grande!!

El grito iracundo de Israel hizo que el área, junto con el resto del planeta tierra, comenzará a estremecerse durante un breve momento; por primera vez en mucho tiempo, Heracles sintió terror ante una persona que no fuera su padre y Shiva. Pero eso lo enojó tanto que le lleno de ansias por querer vengarse de tal humillación.

—¡No pienses que me dejaré golpear  por un ser insignificante como tú! —exclamó Heracles con furia ciega mientras corría hacia Israel—. ¡Bendición Divina: Gloriosa Fuerza de Zeus!

Un aura de color celeste cubrió de pies a cabeza a Heracles, fortaleciéndolo tanto que sus músculos se amplificaron un poco más. Luego ejecutó un poderoso derechazo que a cinco centímetros de impactar en el rostro de Israel, se detuvo; de repente Heracles ya no podía mover su puño un centímetro más, por lo que intento atacar con el brazo izquierdo, pero también fue inútil. Era como si hubiera un muro invisible que protegía al ángel, o para ser más exacto, como si algo detuviera los puños de Heracles. 

El mismo Heracles se dio cuenta de que la propia energía que liberaba el cuerpo de Israel era tan poderosa y densa, que la fuerza de Heracles no podía enfrentar; era un caso semejante a un nadador profesional que intenta nadar contra la más fuerte de las corrientes. Entonces Heracles fue enviado a estrellarse otra vez contra la colina por culpa de una fuerza invisible. 

Sin embargo Heracles se dio cuenta al instante de lo que se trataba; estaba siendo movido por la fuerza mental de Israel (telepatía), lo cual le hizo comprender una cosa: Israel le superaba tanto en todos los aspectos, que podía moverlo usando la mente con la misma facilidad con la que podría mover una hoja o una roca.

Tal suposición quedó más que demostrada cuando de repente Heracles empezó a ser azotado contra la colina, igual a como un niño agita un juguete hasta romperlo. La acción siguió hasta que la colina se derrumbó por completo, y continuó esta vez con Heracles siendo estrellado contra los escombros y el suelo.

Pero debido a las constantes colisiones algunas grandes rocas se levantaban de la tierra a pocos metros en el aire; lo suficiente como para que Heracles lograra atrapar una roca y la arrojara a Israel. De este modo le bloqueo la línea de visión y así se liberó del control telequinético. Y en el instante en que Heracles podía moverse por su propia cuenta, ejecutó un giro hacia atrás, golpeó con sus pies otra roca en el aire —destrozándola en el acto— y se impulsó cual misil hacia el ángel pelirrojo.

La roca que Heracles había arrojado empezó a derretirse en cuanto hizo contacto con el aura flameante de Israel, y en medio de la roca fundida emergió el brazo derecho de Israel justo en el momento indicado, para sujetar a Heracles por el rostro, al mismo tiempo en que éste logro impactar su puño derecho en la frente de Israel, gracias al impulso que tomó antes.

No obstante la cabeza del ángel pelirrojo no se movió ni un centímetro, y lo único que resultó dañado fue el propio puño de Heracles; los huesos que componían la mano hasta el resto del antebrazo, se rompieron igual que un tubo de vidrio cuando cae al suelo. Pero antes de que Heracles sintiera el dolor de tan terrible herida, fue estrellado contra el suelo por Israel, ocasionando con el impacto que se generará una grieta con un radio de casi 50 metros.

—Regresa a tu casa y dile a Zeus que si vuelve a tratar de lastimar a mi familia, lo golpeare hasta que su diminuto cerebro entienda que solo es un simple niño malcriado creyendo ser un dios —decía Israel ahora con una mirada que reflejaba la ira y hostilidad de su voz, mientras levantaba del suelo a Heracles.

El famoso y más poderoso hijo de Zeus fue presa de un terror con escalas tan altas, que destruyó por completo su rabia y orgullo, dejándolo incapaz de volver a intentar luchar, y ahora rezaba en su mente por salir vivo de allí; tal era su terror, que en su mente se visualizaron mil maneras en las que posiblemente moriría allí mismo.

https://youtu.be/Rc1_sxBDIdM

—Con tu brazo roto ya has pagado la mitad de lo que debes por insultar a Naamah. Pero aun tienes pecados por pagar, Heracles —decía Israel, incrementando cada vez más el nivel de hostilidad que emanaba—. Puede que para los griegos y otras civilizaciones humanas seas un héroe. Pero cualquiera que no sea humano conoce la verdad; sé de todas esas mujeres que has violado, todos esos niños-bestia que has asesinado, todas esas vidas inocentes que has arruinado bajo el pretexto de tu retorcida idea de "justicia"... ¡¡Siente el dolor de todos ellos!!

Acto seguido Heracles sintió el verdadero infierno, cuando Israel le soltó y al instante atacó con una lluvia de golpes tan veloces, que destrozaron la barrera del sonido casi tanto como los huesos del cuerpo completo de Heracles, tras haber recibido éste en diez segundos más de dos mil puñetazos en todo el cuerpo. 

En este punto Heracles ya había perdido la conciencia, por lo que no pudo presenciar cuando Israel finalizó la brutal golpiza con un majestuoso puñetazo derecho en el rostro de él, que además de hundirle la cara como si fuera de arcilla, le hizo volar con la suficiente fuerza como para atravesar colinas y montañas en el camino, hasta cruzar el océano y chocar en un templo de la ciudad de Atenas, donde sería recogido dos horas después por Hermes con ayuda de algunos guerreros olímpicos. 

—Por la abuela Khaos. Jamás había visto una paliza así —decía Naamah con un tono satisfecho y teniendo las manos bañadas en sangre de cíclope, mientras aterrizaba cerca de Israel—. Pero admito que me encanta este lado tuyo. 

—¿Estas bien Naamah? —pregunto Israel girándose para ver a su prima diablesa, al mismo tiempo en que desaparecía su aura de fuego, junto con su hostilidad y furia, para dar paso a su característica serenidad y amabilidad comparable a la de su padre. 

—¡Je, je, je! ¡Claro querido primo! —decía Naamah entre risas divertidas, y luego con un simple movimiento de sus manos, la sangre que las ensuciaba quedó desparramada en el suelo, dejándole las manos tan limpias que brillaban—. Matar cíclopes es casi como un juego para mí; en el Infierno traían todo tipo de monstruos procedentes del Territorio Israelita y Griego, como golems y cíclopes, para que mis hermanitos y yo aprendiéramos nuevas formas de matar. 

—A estas alturas eso es lo menos psicótico que has dicho —dijo Israel mostrando una pequeña sonrisa penosa. Entonces gira la mirada a otro lado por un momento, y sus ojos se amplían un poco al sorprenderse de ver algo. —Oficialmente ya hemos llegado al otro territorio mortal.

Estando ahora la diablesa igual de sorprendida, ésta sigue la mirada de Israel, y se sorprende aún más al ver que a lo lejos se podía ver un poblado de origen indio, rodeado de selvas, y detrás sobresalían algunas colinas selváticas. 

—¡Sí! ¡Por fin hemos llegado al Territorio Hinduista! —grito Naamah de la emoción y felicidad—. ¡Entonces ya estamos cerca de ese reino en el que podré vivir en paz!

—No exactamente —dijo Israel ahora con un renovado buen estado de ánimo—. Tendremos que pasar primero por al menos tres o cuatro reinos humanos y tribus de bestias, antes de llegar al Reino de los Yaksas. 

—¿No podrías solo activar tu Omnipresencia y teletranspórtanos allí? —pregunto Naamah empezando a desanimarse tanto que cerró los ojos, sus hombros decayeron y bajo la mirada. 

—En realidad sí. Pero nos perderíamos incontables enseñanzas que nos daría el camino —contestó Israel con un buen sentido del humor, y luego se voltea para ver a su prima diablesa—. Además, dado a que todavía no conoces mucho del Mundo Mortal, sería una espléndida forma de mostrarte que es más fascinante de lo que crees. 

—Je, me muero por ver como me haces cambiar de idea —contestó Naamah abriendo los ojos, volviendo a erguirse y cruzándose de brazos—. Pero... ahora que lo pienso, este viaje es más como una aventura... ¡Y yo siempre quise tener una aventura! —exclamó sonriendo, dando un pequeño brinco de felicidad y juntando las manos en un animado aplauso—. ¡De acuerdo sigamos el viaje como propones querido primo! 

Luego de esa declaración enérgica y emocionada Naamah extendió el puño derecho hacia su primo ángel, quien captó de inmediato el gesto y respondió extendiendo el brazo izquierdo y, con delicadeza, choca su puño con el de ella. 

Israel Yahweh, hijo del arcángel San Gabriel y de la diosa celta Brigit, sucesor del Godfist y heredero al Gran Trono del Panteón Israelita, había abandonado temporalmente su hogar para ayudar a su prima Naamah Satán, la segunda hija de Lucifer, a encontrar un nuevo hogar tras ser expulsada del Infierno. Pero serán seguidos por la primera hija de Lucifer, Alyssa Khaos, cuyo amor hacia Israel la hará recurrir a todo tipo de males y catástrofes, con tal de que él le pertenezca solo a ella. Sin embargo en el viaje Israel y Naamah también conocerán a otros dioses y demonios que les ayudaran, o interferirán en su camino por distintos motivos. 

Esta es la historia que la unión de San Gabriel con Brigit, Morrigan y Wadjet originó; la historia de un ángel que abandonó todo para ayudar a una diablesa, y que enfrentará a la maldición de su familia para salvar a una diosa oscura sumida en tinieblas, logrando en el proceso la verdadera paz para todos los Panteones. 

La historia del Arcángel y las Tres Diosas llegó a su fin. 

Ahora comienza la historia del ángel, la diablesa y la diosa oscura; la historia de Israel Yahweh, Naamah Satán y Alyssa Khaos.




FIN

https://youtu.be/2n7kNm_Qz1g


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