Capítulo XXVII: Veredicto Final
https://youtu.be/Aq7VM-BQ_NM
La batalla entre los guerreros fantasmas celtas contra las valquirias estaba por llegar al final; aun cuando las despiadadas guerreras aladas eran más fuertes que los fantasmas, no tenían energía ilimitada como esos espectros, por lo que iban a terminar colapsando del agotamiento tarde o temprano. Pero no era lo mismo para las cuatro diosas y las dos valquirias principales; ellas podrían seguir peleando por un día más, aunque eso no iba a poder suceder porque había llegado el momento de terminar la batalla.
En una de las montañas cercanas había ocurrido una avalancha masiva, producto de la feroz explosión causada por el ataque de Morrigan al impactar contra Brynhildr. No hubo señal de ésta última en unos cuantos segundos. Pero cuando la reina fantasma ya pensaba que terminó el combate, de la misma avalancha emergió una ráfaga de energía oscura, que voló directo hasta Morrigan, provocando una onda de choque tan poderosa que hizo temblar todo el continente europeo.
Aquella ráfaga oscura no era otra que la misma Brynhildr, cubierta de un siniestro manto de oscuridad, que reflejaba la furia y hostilidad asesina dentro de ella; su armadura tenía severas grietas y tenía terribles moretones que recién terminaban de sanar. Además gruñía igual que una desquiciada mientras miraba a su sonriente hermana menor; ambas habían chocado sus respectivas armas y ahora forcejeaban con las mismas, intentando tumbar a la otra.
—Es bueno que te hayas vuelto a levantar —decía Morrigan con diversión cínica—. Empieza a gustarme esto de darte una paliza. ¡Je, je, je!
Con esa pequeña burla, la rabia asesina de Brynhildr escaló un nuevo nivel, haciendo que su fuerza aumentara y consiguiera empujar a la reina fantasma lejos. Sin embargo esa furia ciega la volvió vulnerable a contraataques, y Morrigan no lo desaprovecho; le permitió acercarse para conectar con éxito un brutal rodillazo en su estómago. Aquel golpe le hizo vomitar sangre a Brynhildr, además de dejarla aturdida el tiempo suficiente, para recibir un puñetazo en el rostro que la hizo chocar contra la tierra.
Teniendo ahora un momento de paz, Morrigan escucho estruendos cerca, y al voltear a mirar a su izquierda vio a lo lejos la feroz pelea entre Wadjet y la Valquiria Principal Prour; cada segundo ambas chocaban sus armas y conectaban con éxito puñetazos entre ellas, que apenas lograban hacer un rasguño, gracias a más que todo a sus monstruosas fortalezas físicas.
Y en lado contrario se veía la batalla entre Brigit y Freyja; mientras la primera evadía los ataques de la última mediante movimientos veloces y gráciles, semejantes a los de una bailarina profesional, intentaban atacarla con su bastón envuelto en llamas, pero la reina Vanir bloqueaba con éxito cada ataque llameante e intentaba contraatacar con su espada. Las dos parecían estar en un punto muerto, en que ninguna lograba hacerse daño mortal.
—¡Oigan compañeras ¿Qué les parece si terminamos con esto de una vez para volver con nuestro angelito?! —les gritó Morrigan a Brigit y Wadjet.
—¡Me parece más que bien! ¡Ya me cansé de esta perra alada tan castrosa! —contestó Wadjet mientras bloqueaba con su báculo un hachazo descendente de su rival.
—¡Estoy de acuerdo! ¡Acabemos ya con esto! —contestó Brigit decidida y confiada, mientras esquivaba los salvajes tajos de la diosa Vanir.
Con esa declaración Brigit y Wadjet evadieron un ataque de sus respectivos oponentes y tomaron distancia, con el fin de prepararse para un ataque conjunto y definitivo. Al mismo tiempo Morrigan llamó a sus guerreros fantasmas con un fuerte silbido, y estos obedecieron al instante dejando de luchar con las Valquirias, para luego desaparecer en el aire y reaparecer formando un muro de escudos frente a su reina.
"No tengo ni la menor idea de lo que planean. Pero tengo un mal presentimiento", pensó Freyja, viendo la extraña "retirada" por parte del trío de diosas extranjeras, y teniendo la certeza de que ellas planeaban algo, por lo que decidió también terminar con la lucha.
—¡Arte Vanir: Alzamiento de la Madre Tierra! —conjuro Freyja alzando su espada al cielo, y en respuesta a su hechizo las tierras nórdicas comenzaron a temblar.
Es entonces que el suelo empieza a levantarse de forma brusca, llevándose consigo árboles y grandes rocas. Luego todo empieza a combinarse y tomar forma, hasta que las rocas y árboles junto con la tierra terminan formando un golem de tierra comparable a una montaña pequeña. Y como si no fuera suficiente, el ejército de Valquirias, junto a Prour y Brynhildr se acercan a Freyja; todas listas para atacar a la vez.
https://youtu.be/z-kl6zsBeXM
—¡Es momento de empezar Madre de la Inspiración! —exclamó Wadjet sonriendo de emoción, divertida y sujetando con fuerza su báculo dorado.
—¡Hasta que por fin te refieres a mí sin insultarme! —contestó Brigit ahora con inmensa felicidad y orgullo, para después cerrar los ojos, sujetar su bastón y posicionarlo frente a ella en señal de oración—. Arte Druida: Inspiración de las Flamas. ¡Mae ysbrydoliaeth ogoneddus yn goleuo fy llwybr fel fflam nerthol o bŵer ac yn fy arwain at lwyddiant...!
Después de conjurar el hechizo y proseguir con una oración en su idioma nativo, Brigit comenzó a desprender un aura flameante que de forma lenta iba cobrando fuerza, hasta empezar a brillar tanto como el mismo sol. Al mismo tiempo Wadjet voló hasta situarse unos cuantos metros encima de la diosa druida pelirroja, e hizo su parte del plan; enciende su báculo dorado en flamas azules y, como reacción, el fuego alrededor de Brigit comienza a liberar chispas luminiscentes, que se elevaban para llegar a la diosa egipcia y fusionarse con el fuego de su báculo, haciendo que la llamarada azul del ojo aumentara de tamaño e intensidad y se tornara de color violeta.
—Afraigid rig don cath rucatair gruaide aisnethir rossa... —volvía a recitar Morrigan su canción de guerra, mientras sujetaba su lanza con ambas manos y se acercaba flotando a donde se encontraba Wadjet.
Acto seguido los fantasmas celtas que defendían a Morrigan comenzaron a juntarse bajo la forma de una neblina espectral de color violeta, la cual circulaba alrededor de la reina fantasma y la doncella egipcia.
—¡Canto de la Reina Fantasma: Venganza Unida de los Caídos! —recito Morrigan con una sonrisa cruel, mientras apuntaba con su lanza al grupo de Valquirias, haciendo que la neblina diera un último giro y avanzara cual avalancha hacia el objetivo señalado, al mismo en que gran parte de la misma neblina formaba brazos que sostenían espadas.
El ejército de Valquirias al ver la neblina aterradora que se aproximaba hacia ellas, levantaron sus escudos y se prepararon para bloquearlo. No obstante su reina tenía otro plan.
—¡Prour te toca! —ordenó Freyja esbozando una sonrisa orgullosa, y la mencionada valquiria obedeció ejecutando su poder contra el ataque enemigo.
—¡Arte Æsir: Martillo de Odinson! —recito Prour con furia, mientras avanzaba hacia la neblina oscura de Morrigan, e invocaba una energía mágica color celeste en su hacha, haciendo que dicha arma se extendiera y el filo se convirtiera en un gigantesco mazo de guerra con puntas filosas, con la que atacó la neblina, logrando dispersarla y destruir el ataque enemigo.
—¡Ahora gran golem ataca! —ordenó Freyja a su creación de roca, quien sin dudar ni perder tiempo obedeció alzando el puño al aire y agrandar dicha extremidad a una mayor proporción, para atacar a las tres diosas extranjeras.
https://youtu.be/w5UgOFIqWgg
Sin embargo, antes de eso, Freyja se dio cuenta que faltaba una diosa: la egipcia. Ahora con un muy mal presentimiento, la diosa Vanir miró con urgencia en todas direcciones, buscando alguna señal de la pequeña y problemática doncella egipcia, antes de ordenar el siguiente ataque ya que temía que el trío de diosas planeaba un contraataque, y en efecto terminó siendo justo eso: la Diosa Egipcia del Calor se encontraba volando un metro por encima del suelo, con el obvio propósito de acercarse al golem y el ejército de Valquirias desde abajo.
—¡Control Ka: Visión Solar! —conjuro Wadjet sonriendo con todo el orgullo que la caracteriza, mientras apuntaba con su báculo cargado de agresivas flamas violetas, y de golpe disparó un gigantesco láser ardiente que, además de destrozar al golem, impacto contra el ejército de Valquirias junto con la misma Freyja.
La Reina de los Vanir pudo mantenerse firme y tratar de resistir aquella feroz llamarada, en contraste con sus subordinadas, incluido la Valquiria Principal Prour, quienes fueron arrastradas por el poder del fuego junto con enormes fragmentos de lo que una vez fue el golem de tierra.
Pero Freyja empezó a ceder ante el poder de la llamarada solar violeta creada por Wadjet y potenciada por Brigit; incluso en el espacio se podía apreciar la luz violeta de la llamara ascender desde el planeta tierra, hasta ir más allá del espacio y atravesar un planeta que se encontraba en la galaxia más cercana.
Sabiendo que no podría resistir más, Freyja ejerce toda su fuerza para salir con éxito de aquel laser flameante, solo para ser recibida afuera de la llamarada por la misma diosa Wadjet quien ahora estaba siendo cubierta por la misma neblina fantasmal. Aparte ya no portaba su báculo, porque el mismo se había quedado flotando en donde ella estaba al disparar la llamarada solar.
—¡Canto de la Reina Fantasma: Fuerza de Diez Mil Hombres! —conjuro Morrigan sonriendo de forma burlona, mientras señalaba con el dedo índice y medio a su compañera egipcia—. ¡Es tiempo de que te luzcas con el honor de finalizar la batalla hija de Anubis!
—¡Será un maravilloso placer Reina Fantasma del Panteón Celta! —respondió Wadjet sonriendo y teniendo un brillo emocionado en sus ojos, mientras preparaba su puño derecho cubierto de la neblina oscura, y sentía lo mucho que disfrutaría lo que estaba por hacer.
Los ojos de Freyja se encogen al ver el inminente puñetazo de la diosa Wadjet, quien ya de por sí demostró tener una fuerza física que incluso superaba a la de Prour; no podía imaginar esa fuerza monstruosa multiplicada por diez mil. Es por ello que la diosa Vanir reaccionó de inmediato protegiéndose con su escudo, hecho del más resistente metal asgardiano y reforzado con las más poderosas runas defensivas.
Sin duda era un escudo con un poder defensivo inimaginable, de modo que Freyja quedó paralizada del shock al verlo siendo destrozado por el diminuto puño de la pequeña diosa egipcia, y luego quedo con la mente en blanco al recibir de lleno el mismo puño en su estómago. Aquel golpe, aparte de hacer retumbar el aire y la tierra, y que Freyja vomitara sangre, también hizo que ésta última volará directo a las nubes, donde fue rematada por un brutal puñetazo izquierdo cubierto de flamas que vino de parte de la misma Brigit, impacto en su rostro y la hizo estrellarse contra la tierra, creando con su caída un cráter semejante al de un asteroide pequeño.
Habían vencido a Freyja y a las famosas Valquirias. Pero aún quedaba alguien por recibir una golpiza; desde las nubes Brigit detectó a la última enemiga que quedaba: Brynhildr, quien logró escapar de la llamarada a una distancia segura, y ahora veía atónita todo lo sucedido, incapaz de creer que su reina y compañeras, conocidas por ser las guerreras más fuertes de los Nueve Reinos Nórdicos, fuesen vencidas de un modo tan humillante, en especial contra diosas extranjeras.
De inmediato la druida pelirroja voló hacia la Valquiria de las Tinieblas y se posiciono frente a ella, sorprendiéndola además de llenarla de temor. Como es obvio Brynhildr, siendo una guerrera que prefiere morir antes que aceptar una derrota, alza su lanza lista para luchar contra la diosa celta pelirroja, a pesar de que ésta había demostrado un poder que la hacía rivalizar con la misma diosa Freyja.
—Reconozco que tu valor es admirable "Gran Hermana". Cualquier otro guerrero habría tirado sus armas de una vez.
Escuchar la inconfundible voz cínica de su hermana menor a sus espaldas, hizo que Brynhildr gruñera de rabia y, con lentitud, se diera la vuelta para encararla; para su completa molestia, Morrigan yacía flotando a pocos metros cerca de ella con su clásica sonrisa cruel.
—¡Stup! Ser vencida por mi propia hermana menor, con ayuda de su patética amiga cabeza caliente, no me parece una derrota tan mala —dijo Brynhildr escupiendo sangre y sonriendo con sarcasmo molesto.
—Es verdad: por eso es mejor que no me entrometa —contesto Brigit mostrando una sonrisa divertida—. Después de todo los problemas entre hermanas deben ser terminadas por ellas mismas.
—Más de acuerdo no puedo estar —dijo Morrigan cerrando los ojos de forma relajada y teniendo un tono amigable.
Antes de que Brynhildr pronunciara alguna palabra, fue callada al instante con un puñetazo en el rostro de parte de la propia Morrigan que ahora sonreía cual psicópata. Y Brigit al predecir la acción de su compañera se hizo a un lado, evitando que la Valquiria de las Tinieblas chocara con ella tras recibir aquel golpe tan poderoso de la reina fantasma que, aparte de hacer estrellar a Brynhildr contra una montaña ubicada a casi dos kilómetros lejos, la dejó fuera de combate.
https://youtu.be/dLev7Wc02-c
Después de eso Wadjet llamó a su báculo dorado con un silbido, y el mismo dejó de emitir aquel gigantesco láser para ir girando de regreso a las manos de su portadora. Unos segundos después del cielo empezaron a caer las Valquirias, aún vivas pero inconscientes. Y mientras se creaban nuevas grietas en el Territorio Nórdico con la caída de las guerreras aladas del Valhalla, el trío de diosas extranjeras se reunió en uno de los cráteres formados durante la batalla, ubicado cerca de una aldea humana.
—Excelente golpe Morrigan —felicito Brigit ahora de muy buen humor, al mismo tiempo en que aterrizaba en el suelo.
—No fue nada. A diferencia de esas patéticas guerreras sobrevaloradas yo si dedico mi vida al combate real —decía Morrigan con un tono lleno de orgullo, cerrando los ojos y poniendo la mano izquierda en su cadera.
—¡Ja, ja, ja! ¡Y túno te quedas atrás Brigit! ¡Ese golpe que le diste la vieja zoofilica fuefabuloso! —felicito Wadjet divertida y orgullosa mientras ponía su báculo adescansar en su hombro derecho.
—Tal vez no lo parezca. Pero cocinar, limpiar, lavar y trabajar en la tierra también son buenos para mantenerse en forma —decía Brigit guiñando un ojo de forma divertida—. San Gabriel no es el único que se ejercita haciendo trabajos domésticos... ¡Oh cielos San Gabriel!
—Ah, es verdad que estábamos buscando a ese ángel escurridizo —dijo Morrigan bajando la mirada con molestia al recordar el objetivo principal por el que estaban las tres allí.
—¡Maldición es cierto! —exclamó Wadjet pateando el suelo y cambiando a un estado de ánimo iracundo, tras recordar también la misión que tenían las tres—. ¡Esa maldita estrella habladora pagará muy caro por los problemas que nos dieron estas perras voladoras!
—Pero debes admitir que fue muy gratificante darles la golpiza que se merecían —dijo Morrigan esbozando una pequeña sonrisa divertida.
—Bueno, en eso tienes razón. Ya era hora de que alguien les diera una lección a estas arpías nórdicas ególatras y sobrevaloradas. Además fueron muy útiles para desahogar la rabia que tenía contenida ¡Je, je, je! —contestó Wadjet cambiando su humor a uno divertido y mostrando una sonrisa traviesa.
—Wadjet, es un poco irónico que las acuses de ser ególatras —dijo Brigit con ligera pena y cambiando a una expresión cansada.
—¡Al menos yo no finjo que amó a la raza humana solo para reírme de su fanatismo ciego y sufrimiento como una enferma sociópata! —argumento Wadjet sintiéndose ofendida por ser comparada con seres tan despreciables y farsantes como las Valquirias.
—Definitivamente el apocalipsis debe estar cerca, porque al fin tienes razón en que no eres tan mala —dijo Morrigan con un aire sarcástico.
—¡Oye! —chillo Wadjet cada vez más molesta, y entonces se cruza de brazos mientras hacía un gesto indignado—. Al menos por fin admites que tengo razón en algo. Además tuviste el gran honor de ayudarme a partirle la cara a esa patética vieja zoofilica. Así que estoy en deuda contigo, y contigo también Brigit.
—Gracias Wadjet —agradeció Brigit con una pequeña sonrisa juvenil por el agradecimiento disimulado de la diosa egipcia—. ¡Je, je! Es curioso. Cuando las conocí a ustedes dos me parecían mucho más malas que ahora. Incluso luchamos juntas como equipo.
—Sí. Yo tampoco imagine que llegaríamos a pelear como hermanas de armas. ¡Je, je! Y para ser sincera, no fue tan terrible —dijo Morrigan con una pequeña sonrisa sarcástica.
—A mí tampoco me pareció tan malo. De hecho, ¡hasta fue muy divertido! Tal parece que necesitábamos patear algunos traseros gordos de perras aladas para que nos lleváramos bien ¡Ja, ja, ja! —comento Wadjet ahora bastante divertida—. Deberíamos hacer esto más seguido. Quizás la próxima vez vayamos a darle una paliza a las guerreras amazonas del Territorio Griego; a esas perras sobrevaloradas también les hace falta una buena paliza para que se les quiten los aires de grandeza.
—Tú si sabes elegir buenos oponentes. Creo que si hay una pequeña posibilidad de que nos llevemos bien después de todo —contesto Morrigan sonriendo con orgullo y teniendo un tono amigable.
—Aunque no me gustan las peleas, si esto hará que nos llevemos mejor ¡entonces estoy de acuerdo! —respondió Brigit ahora más feliz con la idea de que quizás podría llevarse bien con sus compañeras, y a su vez dejar de causarles tantas molestias a su amado ángel.
Bien se dice que en los peores momentos es cuando sabemos quiénes son nuestros verdaderos amigos o aliados, y ese día fue una prueba de ello; muchas veces cuando personas tan diferentes se juntan es inevitable que haya un desacuerdo entre ellos, de forma que solo los conflictos o problemas que ellos tengan en común pueden desaparecer esas pequeñas diferencias, para dar paso a una alianza que, dependiendo del resultado y la lucha, puede resultar en una paz momentánea, una rivalidad más sana o una buena amistad.
No obstante el momento de calma terminó con el repentino sonido de un trueno, lo cual era imposible de que sucediera, ya que no había ni una sola nube en el cielo; esto les dio un muy mal presentimiento a Brigit, Morrigan y Wadjet, por lo que tomaron sus respectivas armas y miraron en todas direcciones, alertas a cualquier señal y viendo si quedaba alguna Valquiria con suficientes fuerzas para seguir peleando.
Lograron ver que algunas recién comenzaban a levantarse del suelo, pero con tanta dificultad que unas tropezaban y otras volvían a caer, lo cual les dio a entender a las tres diosas que las Valquirias, al menos las visibles, estaban en un estado tan débil, que no podrían ejercer un hechizo con la suficiente potencia como para desatar un trueno.
https://youtu.be/GGy_X_Yzurw
Cada una por separado analizo qué o quién pudo causar un sonido tan parecido a un trueno. Pero no necesitaron averiguarlo, ya que la respuesta vino por si sola cuando el cielo volvió a tronar, y desde lo más lejos que puede alcanzar la vista de las tres diosas, éstas pudieron ver que una fuente de luz se acercaba a gran velocidad. Podría parecer un asteroide bastante pequeño aterrizando en la tierra.
Sin embargo aquello se acercaba tan rápido a la tierra, que en cuestión de segundos acabó aterrizando a más de trece metros lejos de las tres diosas, quienes por fin pudieron ver que aquello en realidad era un destello de luz pura de multicolores igual al arcoíris, que venía desde algún lugar distante en el universo. Pero no era una simple luz, sino un puente: un puente entre el Reino de Asgard y los otros planetas conectados por el árbol dimensional Yggdrasil.
Era el puente Bifrost, y como tal el motivo por el que se hallaba allí era para traer al mismísimo Odín, acompañado de sus hijos Thor, Vidar y Baldur, junto con sus nietos Magni y Modi y un pequeño ejército de guerreros del Valhalla, quienes tras emerger de la luz multicolor la misma se desvaneció en el aire.
—Esto no puede ser —dijo Brigit frunciendo el ceño, no demostrando ni una pizca de miedo, sino más bien denotando asco y molestia al ver quiénes eran los nuevos inmortales en escena.
—Oh genial, lo que faltaba; aquí está el dios más desgraciado, racista, depravado y farsante después del sobrevalorado y patético Zeus —dijo Wadjet con sarcasmo molesto, poniendo una expresión cansada y disgustada al ver que estaba el Supremo Dios nórdico, del que tanto ha escuchado ella por parte de sus propios padres, los demás dioses egipcios y las criaturas no-humanas. Y no eran descripciones tan "halagadoras" como las de los humanos que lo adoraban.
—Sí... el miserable actual dictador del Panteón Nórdico —dijo Morrigan con una sonrisa sarcástica y molesta, que apenas demostraba la terrible e intensa furia asesina que transmitían sus ojos al ver a su abuelo paterno.
El Rey de Asgard caminaba con su lanza en mano como un bastón, mientras era seguido por sus hijos, nietos y guerreros, hasta detenerse a unos metros lejos del trío de diosas. Tanto Odín como los demás inmortales nórdicos miraban los alrededores con un sentimiento de verdadero disgusto en sus ojos.
Al mismo tiempo las Valquirias se acercaban a paso torpe y débil, muchas de ellas ayudando a otras a andar; entre las heridas se encontraba Freyja, quien luego de ser llevada a los asgardianos siendo cargada del hombro por una de sus subordinadas, empezó a caminar por su cuenta sin ayuda por puro orgullo, pese a que sus graves heridas aún no habían sanado lo bastante como para que pudiera caminar por su cuenta, de modo que cojeaba y estuvo por caer al suelo en un par de ocasiones.
—Odín... —dijo Freyja con debilidad en su tono y molestia en su semblante al ver a su ex-marido.
—Sé lo que sucedió "Frigg"... —dijo Odín con furia pura en su tono y sin apartar su mirada asesina de las tres diosas extranjeras—. No digas ni una sola palabra y mantente fuera de esto. Tu patético y penoso intento por deshacerte de estas intrusas no ha dejado otra opción, más que ser intervenida por mí y la fuerza de Asgard. Así que vete a descansar con tus decepcionantes guerreras o si quieres puedes quedarte a ver como se arresta a unos malditos intrusos problemáticos, sin cometer errores ni sufrir tan humillante derrota
Luego de recibir esas palabras tan hirientes como las puñaladas de una espada, Freyja apretó los dientes con rabia y se mantuvo al margen junto a sus guerreras, quienes venían acercándose y formando un grupo detrás de ella; todas miraban atentas y ansiosas por ver cómo el trío de diosas extranjeras que las habían derrotado de forma tan aplastante sufriría a manos de los despiadados habitantes de Asgard.
—La repugnante cachorra de ese estúpido Anubis, la hija de ese insignificante mago druida Dagda y la hija de esa vulgar bruja que sedujo a mi hijo Tyr —decía Odín, reconociendo a cada diosa extranjera—. No hay duda de que el castigarlas por traer el desorden a mis dominios será un placer que gozare como no se puedan imaginar.
Con esas palabras, las tres diosas tuvieron bien claro que ahora su nuevo oponente sería el mismo Odín acompañado de sus guerreros de más alto elite. Pero aun así no sintieron temor; en vez de ello sujetaron con fuerza sus respectivas armas, listas para usarlas en la nueva e inminente batalla que estaba por desatarse.
https://youtu.be/aHUtxSB1g_s
Fue en ese momento en que se dio esa breve charla entre ambos bandos para luego, justo antes de estallar el duelo, ocurriese la majestuosa y casi milagrosa llegada del arcángel San Gabriel, que comenzó la siguiente batalla de inmortales y el actual juicio para determinar el fin o inicio de una guerra.
—La vista de los hechos termino...
Desde lo alto del cielo se hizo eco la imponente voz de Shiva, quien seguía al lado de los protagonistas de todo el conflicto generado; todos ellos habían presenciado el comienzo y desarrollo de la batalla entre Brigit, Morrigan y Wadjet contra Freyja y las Valquirias, mientras permanecían invisibles ante éstas últimas. Y tras llegar al punto de origen de la siguiente lucha, Shiva chasqueo los dedos de su mano derecha, haciendo que toda la realidad se fracturara hasta romperse cual cristal, y entonces todos estaban de vuelta en el sitio antes de que él retrocediera el tiempo.
Había pasado casi veinte minutos desde que el Supremo Destructor Cósmico rebobinara el espacio y tiempo para ver el origen del conflicto actual, de modo que aún seguía siendo de día en esa parte del Territorio Nórdico. Una vez concluido el pequeño vistazo a la pasada batalla entre las compañeras de San Gabriel y las Valquirias, todos se mantuvieron en silencio.
San Gabriel no dejaba de pensar en lo que dijeron Brigit, Morrigan y Wadjet durante esa batalla; no espero que a la pequeña diosa egipcia le importara tanto él, ni que la diosa cuervo celta tuviera un sentido del honor tan admirable como el suyo, ni tampoco que el amor de la diosa celta pelirroja fuera mucho más grande de lo imaginado.
—En vista a la evidencia pasada que acabamos de presenciar, oficialmente el presente juicio ya tiene un veredicto final para determinar el futuro de este conflicto... —decía Shiva ahora esbozando una expresión indiferente, que lleno de tensión al ambiente.
Todos permanecieron callados ante las palabras firmes del todopoderoso Pináculo de los Dioses, esperando su respuesta; era evidente el aire tenso que reflejaban en sus rostros los protagonistas del juicio; algunos como Odín, Freyja, Brigit, Morrigan y Wadjet sintieron tantos nervios que empezaban a sudar, mientras que San Gabriel era el único que permanecía tranquilo, ya que tenía la absoluta certeza de que todo saldría bien. Era una corazonada que fue confirmada cuando de repente Shiva cerró los ojos y esbozo una amistosa sonrisa.
—Los verdaderos culpables de todo este desastre en realidad son Freyja y las Valquirias —dijo Shiva con un tono jovial y divertido, dejando en total shock a todos los presentes menos San Gabriel, Vidar, Rudra y los ejércitos que acompañaban a éste último.
https://youtu.be/2T4Tq_yhmTQ
—¡¡¡¿Queeeeeeeeeé?!!! —exclamaron todos menos los mencionados anteriormente, con una incredulidad y sorpresa sin igual en sus rostros, sobre todo Freyja y las Valquirias quienes estaban por desmayarse del impacto que les dio saber el veredicto final. Incluso Rudra empezó a reírse como un loco por lo divertido que le pareció la reacción tan exagerada de varios de los presentes.
—¡Esto no puede ser! ¡Tiene que haber algún error Señor Shiva! —exclamó Odín dando un paso al frente, incapaz de creer que, de forma irónica, su propia gente sea responsable del caos desatado en su propia tierra.
—Entiendo que les sea difícil de creer. Por eso se los explicare con detalle para que comprendan el motivo de esta conclusión —decía Shiva abriendo los ojos, aun sonriendo, y levantando la mano derecha con el dedo índice alzado—. Primero: tal como ustedes mismos vieron, las esposas de San Gabriel vinieron en paz buscando a éste último, y a pesar de que tuvieron un encuentro muy tenso con Freyja y las Valquirias, optaron por retirarse en paz. Pero fue la misma Freyja la que exploto la tensión al provocarlas, a pesar de que tenía conocimiento del temperamento explosivo de la hija de Dagda. En resumen: si ella no hubiera dicho nada al final, no habrían terminado peleando.
»Esto lleva al segundo hecho —Shiva levanta la otra mano y extiende de igual modo el dedo índice de la misma—: durante la misma batalla, tanto Brigit como Morrigan y Wadjet intentaban mantener una distancia segura de la tierra y las aldeas humanas, para reducir la mayor destrucción posible que generaba los choques de poderes y evitar muertes innecesarias. Aunque consiguieron esto último con admirable éxito, no pudieron lograr el primer objetivo por culpa de Freyja y las Valquirias, quienes atacaban sin importarles el daño que causaban sus propios ataques, dando como resultado la destrucción de la mayor parte del Territorio Nórdico.
—En resumen; los principales culpables de que las aldeas humanas, las colinas y los bosques fuesen destrozadas son las mismas Freyja y sus guerreras locas —dijo Rudra con una sonrisa divertida y cruzándose de brazos—. Al final todo esto es solo una serie de catastróficas desdichas, iniciadas por una tontería. Las compañeras del chico-ángel ni siquiera buscaron pelea con ellas.
—Aunque lo que dicen es cierto, reconozco que fue muy satisfactorio barrer la nieve con las feas caras de esas perras voladoras ¡Ja, ja, ja! —comentó Wadjet con voz baja y acercando su mano a la boca, bastante divertida de haberse visto a sí misma dándoles una golpiza a las Valquirias.
"¡¡¡Maldita mocosa...!!!", pensó Freyja con intensa furia asesina mientras apretaba los dientes y los puños, haciendo un esfuerzo inimaginable para no intentar matar a la diosa egipcia luego de escucharla seguir burlándose de ella, en especial ahora que estaba presente el Dios de las Bestias Rudra.
—Entonces ¿no habrá guerra ni castigos para nosotras y para el ángel imbécil? —pregunto Morrigan con seriedad, queriendo confirmar si lo que se sospechaba de ese veredicto final era cierto.
—¡Ja, ja, ja! ¡Claro que no! —contestó Shiva bastante divertido y jovial—. Pueden estar tranquilos. No habrá ninguna guerra ni tendrán que sufrir castigos tan exagerados y crueles.
—¡Gracias a la abuela Danu! —exclamó Brigit juntando las manos en el pecho, cerrando los ojos y mostrando una enorme sonrisa que reflejaba su inmensa felicidad por la grandiosa noticia.
—¡¡Muchísimas gracias Señor Shiva!! —agradeció San Gabriel con desbordante alegría mientras inclinaba el torso en señal de gran respeto.
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