Capítulo XXIV: Diosas vs Valquirias (I)
https://youtu.be/44pIUQNEk64
Luego de que Brigit, Morrigan y Wadjet visitarán el Territorio Nórdico, y estuvieran cerca de llegar a la puerta que las llevaría al árbol Yggdrasil, para así ir al Helheim, donde creían que se escondía San Gabriel, fueron sorprendidas por un inesperado encuentro con las valquirias, sumado al descubrimiento de un "secreto familiar" entre dioses celtas y nórdicos, del que no estaba enterada la diosa egipcia.
—¡¿Morrigan es hija de Tyr?! —exclamó Wadjet, aun confundida de la reciente revelación—. ¡Pero que yo recuerde el Panteón Nórdico no tiene ningún Acuerdo de Paz con el Panteón Celta!
—No lo tiene, porque mis padres no estaban casados. Y aun cuando nací sus familias no aprobaron esa relación —dijo Morrigan cruzándose de brazos y desviando la mirada—. Antes de que mi madre se convirtiera en la líder matriarca de la Casa Morrigna, fue comprometida por sus padres con un joven dios guerrero llamado Delbáeth, último miembro de su familia. Como es de suponerse, fue un matrimonio arreglado, primero para intentar asegurar el legado de ambas familias, y segundo para establecer una alianza entre tribus y Casas. Y por eso, ninguno de los dos amo al otro, ni siquiera meses después de casarse.
»A pesar de que estaban casados, mi madre y Delbáeth pasaban la mayor parte del tiempo separados, dirigiendo sus propias tribus. En ese transcurso de tiempo, Delbáeth visitaba en secreto a una granjera humana de su tribu, que era viuda desde hace dos años y madre de un par de niños. Y mientras él estaba con su amante mortal, mi madre se encontraba con un dios extranjero, que vino de visita a nuestro Panteón para aprender de nuestras costumbres, con el propósito de ser lo bastante sabio, como para evitar los conflictos, detener las guerras y compartir sus conocimientos con otros; un ideal muy contrario a los de su padre.
—¡Entonces tú y tus hermanas son hijas de Tyr! —exclamó Wadjet cada vez sorprendiendose más de una historia, de la que no espero que perteneciera a la misma reina fantasma.
—En realidad solo yo; mis hermanas son hijas de Delbáeth —explicó Morrigan, para nada feliz de estar contando aquello, y por eso se abstuvo de seguir.
—Pero como es obvio, esa aventura no pasó por alto en Asgard —agregó Freyja sonriendo, pero con molestia—. Tyr pudo haberse escondido de los atentos ojos de su padre. Pero no pudo esconderse de la vista aguda de su hermano menor, Heimdall. Él vio con detalle, el día en que esa diosa celta vino al Territorio Nórdico, junto a su querida hija, de nombre Anann, para que ella conociera a su verdadero padre. No fue necesario que el mismo Tyr la reconociera como su hija: el que las runas de la Puerta a Yggdrasil se hayan activado con la sola presencia de esa niña, fue la prueba definitiva de que pertenecía al linaje de la realeza asgardiana.
—¡A ver, a ver, a ver un minuto! Si Morrigan es hija de un dios de vuestro Panteón y de una diosa del Panteón Celta, ¿por que no sellaron eso como un Acuerdo de Paz? ¿O siquiera la mencionan en vuestras Crónicas? —le pregunto Wadjet a Freyja, todavía no entendiendo del todo la situación y aún impactada por la revelación—. Por lo que sé, la madre de Morrigan anuló el matrimonio muchos años antes de morir en la guerra contra los demonios Fomorianos. ¡Incluso esa ruptura fue la que inicio los problemas entre su tribu con la de Brigit! ¡Ella estaba libre para casarse con Tyr!
—Cómo se nota que este drama tan vergonzoso, quedo bien sepultado en la historia mortal e inmortal —dijo Freyja cerrando los ojos y moviendo un poco la cabeza a los lados—. Primero que nada, Tyr ya estaba casado; siglos atrás fue comprometido por su padre Odín con una de mis ex-guerreras. Y por si fuera poco, la noticia sobre la hija de Tyr causó el escándalo más grande que hubo en Asgard, desde que un gigante le robo el martillo a Thor. Pero nada se comparaba a lo furioso que estaba Odín, al saber que su hijo más alabado, respetado y querido por todos, se metió con una diosa extranjera, que además de estar también casada, era hechicera de un vulgar culto de nigromantes.
»Odín es bastante selectivo respecto al linaje familiar; no quiere que su "sagrada y poderosa sangre", como él mismo la describe, se mezcle con la que no considere digna, como la sangre de un extranjero mortal o inmortal —Freyja abre los ojos y mira a las tres diosas—. Por eso prohibió toda mención de la nueva y bastarda hija de Tyr en su árbol genealógico, y en las crónicas del Panteón Nórdico. Y le prohibió a esa diosa celta el acceso a cualquiera de nuestros dominios. Incluso, por si acaso, también amenazó con matar a esa niña, si ella o su madre volvían a pisar el Territorio Nórdico. Es por esto que los mortales, y muchos inmortales ajenos a nuestro Panteón y al Panteón Celta, no están al tanto de este escándalo familiar.
"Eso explica porque los únicos de este Panteón elegidos para Acuerdos de Paz, no están relacionados en términos sanguíneos con la familia de ese viejo tuerto, como la espeluznante hija de Loki, quien se casó con el hermano igual de espeluznante de San Gabriel", pensó Wadjet, analizando y entendiendo varios puntos. Si antes ella pensaba que su familia y la de su compañero ángel eran de lo más disfuncional, la de su compañera reina celta no se quedaba muy atrás.
—Y después de saberse sobre esa aventura, mi madre y Delbáeth se pusieron de acuerdo en tomarlo como excusa, para así romper su infeliz matrimonio; ya que, de todos modos, el objetivo principal de aquel matrimonio arreglado ya estaba completo, con el nacimiento de mis hermanas —terminaba de explicar Morrigan para salir del tema de una vez—. Delbáeth pudo casarse con aquella humana que tanto quería, mientras mi madre decidió criarnos a mis hermanas y a mí por su propia cuenta; aunque también aceptó la poca ayuda que podía brindarle Tyr.
—Cierto; de todos los hijos de Odín, Tyr siempre se destacó por su excesiva amabilidad y nobleza, muy propia de su madre gigante —decía Freyja, mientras descendía con lentitud al suelo, cerca de las tres diosas.
Las demás valquirias, viendo que su reina se acercaba a las tres diosas extranjeras, por precaución también se acercan descendiendo, hasta quedar flotando a pocos metros por encima de los árboles. Mientras tanto la reina valquiria terminó por pisar el suelo cubierto de nieve, quedando frente a Brigit, Morrigan y Wadjet, quienes no mostraban ni una sola señal de ser intimidadas; al contrario se mantuvieron firmes y desafiantes, en especial la reina fantasma.
https://youtu.be/u66YqnpCHlY
—La última vez que te vi querida Anann, eras tan pequeña y curiosa, que incluso enterneciste el corazón oscuro y cruel de tu media hermana, Brunhilde. Ahora mírate: te has convertido en toda una mujer fuerte e inteligente. Habría sido un gran honor tenerte en mi séquito de guerreras Valquirias —dijo Freyja orgullosa y a la vez desilusionada, con la mirada enfocada en la diosa cuervo—. Escuche que cambiaste tu precioso nombre por otro. ¿Tanto rencor nos tenías, que cambiaste tu propio nombre?
—No exactamente, Freyja —respondió Morrigan mostrando una sonrisa casual, aunque se veía verdadero odio en sus ojos—. Mi tribu los Morrigna es matriarcal; es decir, solo es dirigido por mujeres. Y es una vieja costumbre que la sucesora, al ser nombrada líder, tome un nombre que honre a la fundadora de la tribu. Y siguiendo la costumbre, mi abuela se llamó "Morgana", mi madre "Morrigu", y yo que soy la actual reina, me hice llamar "Morrigan". Y para ser honesta, me gusta más éste que mi nombre original.
—Esa costumbre me agrada —dijo Freyja sonriendo y tocándose la barbilla con la mano derecha—. Quizás en un futuro, cuando recupere mi reino de las manos de Odín, siga el ejemplo de tu familia materna. Pero no creo que vengas a hablar sobre costumbres y familia, ¿verdad?
—Obvio que no. Preferiría pasear por un patético campo de flores, llevando un estúpido vestido de princesa con moños, que volver a pisar esta mierda de tierra, y tener de frente a su mierda de gobernantes inmortales —contestó Morrigan, frunciendo el ceño y dejando de sonreír—. Hemos venido a buscar la Puerta Rúnica de Midgard.
—¿Tienes pensado ir al Árbol Yggdrasil? Si no vienes a echarle en cara a Odín lo maldito y abuelo terrible que es, o maldecir a tu padre por tu pésima infancia, ¿Para qué quieres ir al pasaje a los Nueve Mundos de Yggdrasil?
—No es de tu incumbencia.
Aquella respuesta de la reina fantasma a la pregunta de Freyja, volvió a enojar en gran medida a las Valquirias; ninguna de ellas toleraría que alguien le hablará a su soberana de esa forma, en especial una diosa extranjera, que tenía mala fama tanto en su propio Panteón como en el nórdico. Por ello una de las Valquirias, de cabello dorado suelto y ojos violeta, desenvaino su espada con deseos de cortarle la lengua a la diosa extranjera insolente.
—¡Tranquilízate Lathgertha! —ordenó Freyja a la Valquiria, viéndola de reojo, y ésta con molestia obedeció en silencio.
—¡Nosotras venimos aquí a buscar a San Gabriel! —dijo Brigit rápido, acercándose de inmediato a Morrigan y a Freyja, para evitar que las hostilidades de la primera hacia los inmortales nórdicos terminara mal—. Debes de conocerlo. Es el hermano mayor del marido de Hela.
—¿La Mano Izquierda del Primordial Yahowahi? —pregunto Freyja queriendo saber si no oyó mal, puesto que conocía al mencionado arcángel.
—No es exactamente como se pronuncia el nombre impronunciable de su padre. Pero sí —dijo Wadjet, estando un poco molesta por la impaciencia—. Tenemos razones para creer que su hermano gótico lo está escondiendo en el Helheim.
—Lamento decir que vuestras razones son erróneas —contesto Freyja moviéndose a la izquierda, y acercándose a la joven diosa egipcia—. De haber venido esa estrella parlanchina aquí, Odín o Heimdall lo habrían visto, y por ende, nosotras lo sabríamos.
—Dudo mucho que ese viejo tuerto y su cervatillo te dirijan mucho la palabra —dijo Wadjet, cruzándose de brazos y sonriendo—. Puede que yo no esté al tanto de muchos dramas familiares vuestros. Pero mi madre me contó que tú y tu marido tuerto, ya no se llevan tan bien como antes. Vuestro hijo Baldur está resentido contigo por culpa de él. Y los demás dioses Æsir, como Heimdall, siguen repudiándolos a ustedes, los dioses Vanir. En especial Odín, porque sabe que prefieres más la verga de un dios animal de otro Panteón que la suya. ¡Ja, ja, ja!
Lo que apenas hicieron los comentarios de Morrigan, lo pudieron más que lograr los de Wadjet; solo hacía falta ver como las venas se hicieron visibles en la frente de Freyja, el pequeño "click" de uno de sus ojos, y el brillo que desprendieron sus fríos iris azules, para saber que empezó a entrar en una terrible cólera interna. Las demás Valquirias pudieron saberlo, gracias al aura hostil que empezó a emanar ella, por lo que aguardaron la más mínima señal de consentimiento suyo, para castigar a quienes la insultaban.
Sin embargo la Reina Vanir no hizo más que sonreír, soltar una pequeña risa, colocarse ambas manos en la cintura y después agacharse un poco, para mirar de frente y de cerca los ojos rojos de la doncella egipcia, de forma intimidante y autoritaria. Pero ésta última no se mostró intimidada para nada; al contrario respondió a su desafió, viéndola directo a los ojos del mismo modo.
https://youtu.be/FbP0wsey89E
—Es curioso que una diosa de apariencia tan pequeña y adorable, tenga tan grande y sucia lengua —dijo Freyja con un tono divertido, que apenas disimulaba su creciente furia interna—. Tienes los horribles ojos infernales de tu padre, y la belleza de tu perra madre, junto con la insolencia de ambos. Que combinación tan mala y repugnante. No quiero ni imaginarme lo terrible que pudo haber salido esa cosa a la que llamas "hermana mayor".
—Acepto que hables mal de mis padres... Pero hablar mal de mi hermanita... es pecado de muerte... —dijo Wadjet frunciendo el ceño, y emanando también una aura tan hostil como la de Freyja.
—¡Wadjet! —exclamó Brigit molesta y preocupada, acercándose ahora a su compañera egipcia, y sujetándole los hombros desde su lado derecho—. Lo siento mucho Freyja. Discúlpalas. Es que en serio necesitamos encontrar a San Gabriel, y eso nos tiene estresadas. Veras él es...
—El ser con el que ustedes tres están unidas en... "supuesto matrimonio" —le interrumpió Freyja, enderezando la espalda para mirar a la druida pelirroja, sin dejar de estar molesta—. Sé que ustedes son sus esposas, concubinas, amantes o lo que sea como se llame vuestro tipo de unión con ese ángel. No lo tomen a mal. Pero no sé si unirse a un ángel debería contar como "matrimonio", pues ellos carecen de género, o eso fue lo que me dijo Hela. Si eso es cierto, aconsejo que inventen un nuevo termino para definir el caso de ustedes; como por ejemplo "Unión Surrealista".
—Agradezco el consejo. Y por favor necesitamos saber si él está en el Helheim. ¿Podrías preguntar a alguien, a quien sea, si lo ha visto venir aquí? —decía Brigit con suma cortesía y humildad, sin poder contener la enorme preocupación y ansiedad que la carcomía por dentro.
—Me alegra ver que al menos una de ustedes tiene modales y sentido de la cortesía—dijo Freyja, liberando un poco de ira con un breve respiro, de modo que se calmó parte de su furia interna—. En especial viniendo de la bisnieta del grandioso Rudra.
—Ohhh cierto. La Diosa Primordial Celta Danu, es una de las concubinas de ese dios salvaje —dijo Wadjet desviando la mirada con molestia—. Y él fue el dios afortunado que la "ayudó" a concebir a los dioses de la tribu Tuartha De Dannan. Por lo que él es el bisabuelo de los dioses celtas y de Brigit.
—Y debo reconocerlo —decía Freyja acercándose a Brigit para verla más de cerca, y ésta respondió alejándose un poco, debido a la repentina acción de la diosa vanir—. Tienes el hermoso rostro de tu bisabuela Danu, y el cabello tan rojo como tu grandioso bisabuelo Rudra. Querida dime, ¿crees que si él me preña y da descendencia, nuestras hijas y nietas serán tan hermosas como tú?
—Po-po-por supuesto señora Freyja... —contestó Brigit con tartamudeo, aun sintiéndose incómoda de la cercanía y elogios de la diosa vanir, sumado a la incomodidad que sentía del tema.
Tener que ser conocida como una de las descendientes de un dios famoso y temido por su ferocidad, poder y salvajismo, no era algo de lo que Brigit sentía orgullo, sino vergüenza; desde niña siempre se ha caracterizado por ser la única en su familia que detestaba las peleas, en especial las que son a muerte. Por lo tanto siempre trataba de evitar tener que entrar en temas relacionados con los combates, o tener que hablar de su bisabuelo dios salvaje y aterrador, sobretodo el tener que referirse a él como "bisabuelo".
—Usted sigue siendo hermosa y joven: luce casi tan joven como él. Seguro que si mi... bisa... buelo... —decía Brigit, incómoda de referirse a Rudra de tal forma—, le da permiso de engendrar uno o dos hijos suyos, vuestra descendencia será poderosa: mucho más que la de Odín.
—¡Maravilloso! —exclamó Freyja, encantada de los elogios de la diosa celta pelirroja y, para fortuna de ésta última, volviendo a tomar distancia—. Por tu sinceridad y cortesía, te has ganado un poco de mi aprecio. Y por eso, lamento tener que decirte que esto. Verás, el único modo de acceder al Helheim, sin contar con la capacidad de Omnipresencia, es a través del tallo de Yggdrasil. Y la unica entrada pública al Árbol Yggdrasil, es está...
Freyja retrocede otros tres pasos y alza la mano derecha. Entonces la tierra responde a su acción, haciendo crecer raíces a diez pasos frente a ella y las otras tres diosas, de una manera en que se entrelazaban y dejaban un espacio circular en medio. Luego en aquella zona intermedia se manifestó una nebulosa celeste, la cual empezó a mostrar una pared rocosa, con runas azules grabadas en ellas, formaban un círculo, y en el suelo rocoso estaba tallado una escalera.
En medio de aquel círculo de rocas con runas, se hallaba formada una curiosa pared que parecía hielo, pero de colores que iban del lila a un violeta oscuro.
—Esa es la Puerta Dimensional al Yggdrasil —dijo Morrigan frunciendo el ceño, al reconocer esas runas de la pared rocosa y aquel extraño hielo.
—¡¿De verdad?! —exclamó Brigit exaltándose de la emoción, y estuvo por ir directo a aquellas raíces, creyendo que era alguna especie de portal que llevaba directo a la puerta. Pero su paso fue detenido al ser sujetada del hombro izquierdo por la reina fantasma.
La diosa celta pelirroja estuvo por reclamarle a su compañera celta el motivo de detenerla. Pero recibió su respuesta al ver que la imagen en las raíces desapareció, y del mismo modo en que emergieron, regresaron a la tierra.
—No tan deprisa bisnieta de Rudra y Danu —dijo Freyja bajando el brazo, al mismo en que las raíces que invoco volvían a sumergirse en la tierra—. Es cierto que las runas de la puerta están programadas para responder únicamente a alguien del linaje de Odín, como Anann. Sin embargo ahora mismo las puertas de los Nueve Mundos, a excepción del Puente Bifrost de Asgard, están cerradas por el mismo Odín.
»Y solo se pueden abrir en caso de emergencia, por medio de una contraseña que solo él conoce. Las puertas están en mantenimiento. No crean que son de duración ilimitada; necesitan un estricto horario corto de mantenimiento para evitar inconvenientes, como paradas equivocadas o quedar atrapado en medio de algún Plano Existencial.
—En mi casa también pasa lo mismo. ¡Hmf! Ni siquiera tienen garantía o posibilidad de reembolso —refunfuño Wadjet disgustada y poniendo ambas manos en las caderas.
—Exacto —dijo Freyja sonriendo y chasqueando sus dedos—. Si de verdad quieren ir al Helheim, tendrán que hablar con Odín para que les permita el paso.
—¿Y dónde está ese cleptómano de conocimientos? —pregunto Wadjet empezando a impacientarse bastante.
—No es de tu incumbencia —dijo Freyja mientras miraba a Morrigan, como burla por la respuesta mezquina anterior de ésta última.
https://youtu.be/MuBXLfOpTa4
Ahora fue el turno de Brigit de detener a su compañera celta, luego de que ésta gruñera con molestia por la respuesta de la diosa vanir, y diera un paso adelante con el motivo de dirigirse a ella y golpearla; algo que por supuesto no pudo hacer, porque la diosa druida levantó el brazo izquierdo, y sostuvo a la diosa cuervo del estómago.
—¡Ahora si ya valiste mierda! —exclamó Wadjet entrando en cólera y liberando una furiosa aura de fuego azul, para después impulsarse cual cohete para arremeter contra la diosa vanir. Sin embargo también fue detenida por Brigit, quien la sostuvo del brazo derecho en cuanto pasó a su lado.
—¡Las dos cálmense por favor! —regaño Brigit molesta de la impulsividad de sus compañeras, lo cual era demasiado irónico.
—Uy. Por un momento me sentí lo bastante generosa, como para ir yo misma a ver a Odín, y pedirle la contraseña para ustedes —dijo Freyja, sonriendo y cruzándose de brazos, divertida de la reacción de la pequeña diosa egipcia y la reina fantasma—. Pero podría... "reconsiderarlo", si la dulce Anann y la mocosa insolente se arrodillan y nos suplican que perdonemos sus ofensas.
—Escuche con atención, vieja zoofilica, quizás cuando vuelva a encontrarme con la maldita estrella asexual, considere dis...cul...par...me con él... Pero lo que jamás... en mi puta eternidad... haré... ¡¡¡Será suplicar o implorar "perdón" a cualquier miserable ser en la existencia, en especial a otra diosa de mierda!!!
Decía Wadjet, al principio calmada por completo. Pero con cada palabra que pronunciada, su aura de fuego aumentaba de intensidad, la pupila de sus ojos se encogía, sus cejas descendían, y se hacía más notable una vena en su frente. Siguió cambiando de humor, hasta mostrar furia en toda su expresión —literal y figurativo—, y terminar su declaración con la furia de un huracán, mientras sus ojos rojos ganaban un destello flameante, que junto a su aspecto adorable, le hacían parecer aterradora; incluso algunas Valquirias levantaron sus escudos por precaución a un posible ataque.
"Ay no...", pensó Brigit tapándose la cara con ambas manos por vergüenza. Mientras tanto Morrigan se tapaba la boca para contener las grandes carcajadas, por lo divertido que le pareció el cómo la pequeña diosa egipcia insulto, sin intimidación alguna, a la poderosa Reina de las Valquirias.
—En ese caso nuestra conversación ha concluido... —dijo Freyja todavía sonriendo, pero frunciendo el ceño de modo amenazante, y dejando ver una rabia asesina en sus ojos azules, que la hizo parecer una verdadera psicópata—. Como muestra de gratitud a la cortesía de la bisnieta de Rudra, les daré una oportunidad de marcharse. Así que váyanse ahora mismo... O tomare esto como un acto de desafío, y actuaremos como es debido, sin importarnos quienes son ustedes.
—Esta bien Freyja. Y perdón por las molestias —dijo Brigit, triste de cómo resultaron las cosas en la búsqueda de su amado ángel en el Territorio Nórdico—. Morrigan, Wadjet, vámonos. Puede que San Gabriel haya ido a otro planeta.
—Si... tienes razón —dijo Morrigan dejando de reírse, y estando de acuerdo en marcharse cuanto antes, por lo que empezó a darse la vuelta junto a Brigit para retirarse de allí.
—Hasta nunca, copias baratas de las amazonas —dijo Wadjet girándose con un simple movimiento, levantando la cabeza con dignidad, y mostrándoles a las Valquirias el dedo medio de la mano izquierda, para después empezar a retirarse.
Con un aire de desilusión y malhumor, el par de diosas celtas y la diosa egipcia comienzan su caminata para retirarse del Territorio Nórdico. Las valquirias sonrieron con desbordante ego y felicidad, al ver que las diosas extranjeras por fin se iban de sus tierras. Sin embargo algunas no estaban conformes con eso; se habían quedado con ganas de pelear, o al menos golpear a alguien, y Freyja era una de esas.
—Igualmente hasta nunca, niña infernal. Saluda a tus malditos padres de mi parte... si es que les sobra unos segundos de tiempo para verte —dijo Freyja con lastima pura, y luego dirige su mirada a Morrigan—. Hasta que nos volvamos a ver, dulce Anann. Siento mucho lo que le ocurrió a tu querida madre. Espero que dentro de unos pocos siglos, los Guardianes del Domhan-Eile le permitan reencarnar —dijo con igual lastima, y después dirige la mirada a la última diosa—. Y adiós a ti también, poderosa Brigit. Lamento mucho que tu... "nuevo marido" te haya abandonado como el anterior.
Las tres diosas detuvieron su paso al mismo tiempo. Wadjet apretaba los dientes con rabia. Morrigan mostró una fría y cruel sonrisa. Y en cuanto a Brigit, ésta bajo la mirada, cerrando los ojos y frunciendo el ceño, tratando de contener su furia volcánica. Las tres hicieron su mejor esfuerzo por contenerse, más fue inútil, porque la tensión llegó a su punto máximo con la siguientes palabras de la diosa vanir.
—Y un último consejo, recenle a todos los dioses de la fortuna, para ver si así tienen más suerte en el amor. O mejor consiganse a alguien más, que no sea como vuestra cobarde "ninfa masculina".
https://youtu.be/wPGBJ7CJbIo
Luego de aquel comentario, la diosa cuervo y la joven diosa egipcia gruñeron por igual de ira, y apretaron los puños. Sin embargo antes de que ambas intentasen algo, notaron que el semblante de Brigit se oscureció de un modo aterrador, además de que su cabello empezó a levitar y el frío en el ambiente a disminuir; supieron de inmediato lo que estaba por venir, y no iban a molestarse en intervenir, al contrario ayudarían en eso.
—Creo que "irnos en paz" no se va a poder... —dijo Morrigan, mostrando una sonrisa fría y cruel.
—Yo también lo creo... Pero de todos modos, que quede claro que estábamos por hacerlo... —contestó Wadjet, sonriendo con exuberante arrogancia y diversión.
Mientras tanto en las aldeas germánicas todo transcurría con naturalidad; los niños jugaban, los adultos festejaban otra incursión exitosa por parte de los vikingos, algunos de los Jarls planeaban el siguiente asalto y en unas aldeas preparaban sacrificios para Odín. A pesar de que estaban concentrados en sus respectivas rutinas diarias, no tuvieron problemas en notar un desconocido resplandor naranja en la montaña boscosa, seguido de una fuerte explosión que hizo eco en todo el valle.
De regreso en el lugar con las diosas y las Valquirias, gran parte de la nieve se había derretido y varios árboles estaban carbonizados. Las Valquirias estaban separadas en dos grupos, y todas miraban estupefactas en medio de ellas un sendero de destrucción, con nieve, ceniza y ramas quemadas, que llevaba a los pies de la montaña, donde había un gran cráter en llamas.
Luego las Valquirias, en sincronía, voltearon a ver al trío de diosas extranjeras. Brigit había invocado su báculo de madera en su mano derecha, apuntando hacia adelante, y ahora estaba en su característico estado completo de furia ardiente.
—¡Ja, ja, ja! ¡A eso llamo yo "pollo frito"! ¡Je, je, je! ¡¡Ja, ja, ja!! —se reía Wadjet a grandes carcajadas, mientras señalaba el cráter en la montaña con una mano, y con la otra se sujetaba el estómago.
—Nunca pensé que me alegraría de verte explotar algo, Brigit —dijo Morrigan, sonriendo de la ironía y diversión de lo que veía.
De repente en el cráter ardiente surgió una explosión azul, que envió volando rocas gigantescas hacia los árboles. Y de allí surgió Freyja, emanando una hostil aura de magia azul, que reflejaba la intensa rabia en su interior, y que denotaba su mirada asesina.
—¡¡¡Matenlas!!! —ordenó Freyja con extrema ira, y las Valquirias obedecieron gustosas sin dudar.
Cada una de las guerreras preparó su arma, y descendieron todas juntas a atacar cual bandada de pájaros en picada. Entonces Morrigan extendió sus alas negras de cuervo y Wadjet sus alas egipcias de oro, para después emprender el vuelo junto a Brigit. Lo siguiente que hicieron las tres fue separarse en el aire, obligando a las Valquirias a dividirse en grupos de tres y seguirlas; algo que por supuesto éstas hicieron sin miedo ni plan de batalla, pensando que sería una pelea sencilla; grande fue su humillación al ver que no resultó así.
Cuatro Valquirias con lanzas intentan atacar a Morrigan. Pero ésta última invocó su propia lanza y la usó para defenderse, mediante maniobras giratorias. Tras varios bloqueos exitosos, con una mano libre sujetó la lanza de una Valquiria y, sin problema alguno, hizo chocar a la Valquiria contra otra cercana, con tal brusquedad que las hizo descender y estrellarse contra un árbol cercano.
Después Morrigan se enfoco en las siguientes dos Valquirias, y con una sonrisa despiadada, voló directo hacia ellas; éstas últimas, sorprendidas, intentan defenderse usando su respectiva lanza para bloquear el inminente ataque de la reina fantasma. Pero terminó siendo inútil, porque cuando Morrigan atacó a ambas, haciendo un tajo vertical y uno diagonal, el choque entre armas mandó a volar ambas Valquirias a varios metros lejos.
Mientras tanto Brigit se movía cual bailarina experta, esquivando múltiples tajos que venían de las espadas de un par de Valquirias. Luego ella utilizo su báculo para bloquear ambas espadas con éxito, para después enviarlas a volar con una explosiva rafaga de fuego, emergida del mismo báculo, al instante en que la diosa druida hizo una seña con una mano. Acto seguido ella ejecuto una triple voltereta, esquivando tres cortes celestes provenientes de las espadas de otras Valquirias.
Entonces Brigit, dando un pequeño gruñido furioso, avanzó cual misil hacia las atacantes, mientras evadía las rafagas filosas de sus espadas. Las tres Valquirias, sorprendidas de la agilidad de su oponente, se prepararon para bloquear cualquier ataque. Sin embargo sus espadas terminaron siendo destrozadas, por un solo golpe del báculo de Brigit, para después recibir cada Valquiria en el rostro un golpe del mismo báculo, que las hizo chocar contra la tierra.
Al mismo tiempo el otro grupo de Valquirias tenía severos problemas; mientras las otras dos diosas luchaban a la defensiva, y luego las acababan de un brutal golpe, Wadjet peleaba por completo a la ofensiva y de modo directo. Usaba sus alas metálicas para bloquear los tajos de las lanzas y espadas de las Valquirias, para después contraatacar con sus propios puños y pies, cubiertos de llamas azules, derribando a seis de un solo golpe flameante en el rostro y en el estomago, o incluso sujetando del brazo o pierna de algunas para arrojarla contra otra Valquiria.
Luego de vencer a unas cuantas Valquirias, la pequeña diosa egipcia se río de modo infantil, e invoco entre sus manos su báculo egipcio, y cual garrote empezó a repartir golpe tras golpe. Y aun cuando las Valquirias intentaban bloquear los ataques, estos las hacían retroceder varios metros, o hasta caer en el suelo o encima de algún árbol.
—¡¡Maldita sea!! —maldijo Freyja iracunda e indignada, de cómo aquellas tres diosas extranjeras derrotaban con suma facilidad a sus guerreras Valquirias, quienes eran conocidas como el segundo ejército más fuerte de los Nueve Mundos del Panteón Nórdico.
Así que invoco entre sus manos su Arma Sagrada: una espada de filo blanco y resplandeciente, junto a un escudo redondo de mismo metal; ambos con runas iguales grabados en el filo del primero y en los bordes del segundo. Luego la Reina de los Dioses Vanir voló directo a apaciguar su ira, batallando contra las tres diosas extranjeras.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro