Capítulo XXII: Amable y Aterrador
https://youtu.be/qLxxf1EcRuY
Lo que pudo haber sido el inicio de una nueva guerra, ahora se convirtió en una escena llena de terror absoluto por parte de los dioses nórdicos, con la llegada del gran Dios de las Bestias, Rudra, acompañado de cuatro pequeños ejércitos de poderosos mortales, y del mismísimo todopoderoso Dios Hindú de la Destrucción. Y era natural que nadie, ni siquiera Odín mismo, pudiese detectar la presencia del último.
Los dioses son seres que encarnan las fuerzas de diversos aspectos o conceptos de la realidad: como materias, energías, pensamientos o incluso ideales. Y por eso son capaces de alcanzar niveles de poder que ningún mortal, por muy poderoso que sea, será capaz de percibir, porque está fuera de su comprensión.
En cambio Shiva es un dios que encarna uno de los aspectos contrarios a la materia y la forma: la anti-materia y transformación. Él encarna el fin de toda forma material y energética, para su posterior transformación en nuevas e infinitas formas. Además, a diferencia de dioses como Zeus y Odín, que fueron consumidos por sentimientos y emociones negativas que corrompían su divinidad, como la avaricia y la lujuria, Shiva estaba más allá de todo eso.
En su juventud, para aprender a dominar la energía Prana, el Poder de la Destrucción y la feroz entidad que dormía en su interior, Shiva pasó siglos meditando en soledad, y durante ese tiempo se despegó de anhelos innecesarios e impuros. De este modo logró un estado de absoluta paz, que le permitió alcanzar lo que era conocido como Nirvana, Moksha o Iluminación: alcanzó la Liberación Espiritual.
Como tal, trascendió su propia naturaleza y divinidad al estado puro de un verdadero dios: un ser alejado de todo lo innecesario, y conocedor de las verdades y mentiras de la realidad. Esto lo elevó a un nivel de poder tan alto, que solo un Dios Primordial podía comprender. Y es por esto mismo que al principio muchos ignorantes subestimaban a Shiva, al grado de considerarlo un "simple hombre inmortal" frente a Zeus y otros dioses reyes, e incluso llegaban a creer que era uno de los inmortales más débiles.
Pero en aquellos tiempos de ignorancia total, el rey de Asgard ya conocía el verdadero y temible poder de Shiva, porque tuvo la desdicha, o fortuna, de verlo en acción siglos atrás, cuando el padre de los olímpicos, en su infinita locura, ignorancia y deseos de supremacía, cometió el inigualable error, de desafiar al Panteón Hinduista.
[Recuerdo]
https://youtu.be/qo2RuHXnxZ4
Siglos atrás, cuando la mayoría de los Panteones apenas habían establecido los pilares de su reino, y los varios de los Dioses Primordiales aún vivían, se llevó a cabo una reunión en los confines del Reino de los Devas, entre el recién nombrado líder del Panteón Griego, y los nuevos líderes del Panteón Hindú.
El lugar de la reunión era un vació espacial, de colores turquesa, azul y celeste, con espacios lineales de color negro en el que se encontraban las estrellas. En el centro de aquel espacio circulaban planetas alrededor de un gran sol de color rojo carmesí. Y arriba de ese sistema solar, yacía Shiva flotando en posición de meditación.
—Así que eres Shiva, el tercero de la suprema Trimurti Hindú.
Shiva abrió los ojos, y vio que por fin llegó el nuevo líder del Panteón Griego. Era un hombre adulto de piel pálida, largo cabello y barba de color grisáceo, ojos violetas, complexión musculosa, túnica negra y brazaletes plateados de origen griego. Además era cuatro veces más alto que Shiva, iba descalzo y caminaba por el vació del espacio como si pisara un charco de agua. Y traía un intrincado cinturón de plata, en el que colgaba un reloj de arena.
Era el hijo del Titán del Cielo y la Titánide de la Tierra, Urano y Gaia; el Titán del Tiempo Cronos.
Y junto a él, venían dos guerreros casi de su mismo tamaño. El primero tenía el cabello blanquecino, piel blanco azulado, ojos dorados y vestía armadura griega congelada. Y el segundo era de apariencia más "humana", teniendo cabello marrón, piel clara, complexión mucho más robusta y vestía una túnica azul oscura, pero sus ojos eran blancos y brillantes al completo cual centellas. Eran los titanes Hiperión y Atlas respectivamente; los hermanos mayores de Cronos
—Y supongo que eres el nuevo gobernante del Panteón Griego —dijo Shiva sonriendo de forma amistosa, y teniendo que levantar la mirada para ver el rostro del titán, pues éste era mucho más alto que él.
—¿Dónde están tus hermanos Brahma y Vishnu? —pregunto Cronos viendo a los lados, y denotando molestia en su tono.
—Vishnu está ocupado durmiendo, para crear más galaxias. Y Brahma está ocupado en su proyecto de crear nuevas formas de vida —explicó Shiva bajando la mirada y cerrando los ojos, bastante despreocupado—. Como soy el que más tiempo libre tiene, solo he podido asistir yo a la reunión.
—¡Maldición! —exclamó Cronos con atronador eco en su voz—. Entonces tú tendrás que llevarles mi mensaje.
—¿Mensaje? —Shiva deja de sonreír, abre los ojos, levanta la mirada y arquea la ceja, no entendiendo lo que decía el titán loco.
—Cómo habrás escuchado, Dios de la Destrucción, hace dos días tome el liderazgo de mi Panteón...
—"Arrebataste el liderazgo" —corrigió Shiva mostrandose decepcionado—. Formaste una rebelión junto a tu clan de hermanos Hecatónquiros, y le tendieron una emboscada a vuestro propio padre, para castrarlo con la Guadaña del Vació, y así marcarlo como "incapacitado para tener más descendencia", para que ya no fuese apto para gobernar en tu Panteón. Le quitaste el trono, que le fue dado por sus padres, tus abuelos Yahweh y Khaos.
—Ese idiota era un pacifista de mierda, que desperdició su potencial al negarse a seguir el camino del guerrero y la gloria infinita. ¡Un blandengue que no sabe pelear y no aspira al poder como lo es él no es digno de dirigir nuestro gran reino! —dijo Cronos furioso y asqueado—. Ahora, como dicta la ley, yo que fui elegido por los míos como el mejor candidato para ser el sucesor, he tomado el liderazgo del Panteón Griego.
»¡Y como nuevo rey, verdadero guerrero y supremo ser que soy, he decidido demostrarles a mis abuelos que soy más digno que mi tío Luzbel, para ser también un sucesor al Gran Trono! ¡Y lo demostrare trayendo gloria a nuestra familia, conquistando los Panteones vecinos! ¡Empezando por el de ustedes los inmortales hinduistas! ¡A partir de ahora los reinos y el territorio mortal de la Trimurti pertenecerán a mi reinado!
—Me compadezco de Yahweh y Khaos, por tener en su familia a un niño tan malcriado como tú—dijo Shiva, bajando otra vez la mirada y cerrando los ojos, denotando aún más decepción—. Aunque nunca faltaran los niños así en cada familia, no deja de ser triste.
—¿Qué fue lo que dijiste? —pregunto Cronos, frunciendo el ceño y apretando los puños.
—Derrotaste a un buen hombre, que eligió el camino de la paz en vez del guerrero, e incluso osas burlarte de él e insultarlo. Solo por eso ya te crees un guerrero fuerte, y alguien digno de estar en un trono, el cual también crees merecer, cuando la realidad es otra. Un niño malcriado y ajeno a la realidad como tú, no decide quien es digno de gobernar, ni mucho menos merece un trono.
Cada palabra que decía Shiva, hacía que el semblante de Cronos se tornará más oscuro, y en él emergiese una aterradora aura violeta, que aterro a sus hermanos Hiperión y Atlas.
—¡Hermano no...! —decía Atlas preocupado de lo que iba a ocurrir, pero fue callado por Cronos, quien levantó la mano izquierda, para hacerlo callar.
—Tenía pensado dejarte marchar en una sola pieza, como muestra de respeto por la reciente muerte de tus padres. Pero veo que tendré que dejar claro, quien es el dios más grande de aquí, dando una lección de mi poder absoluto —decía Cronos teniendo un tono cargado de rabia, mientras bajaba la mano izquierda y levantando la otra, preparándose para chasquear los dedos—. Chronokinesis: Zero World.
En cuanto pronunció esas palabras, chasqueo los dedos, y produjo una gran turbulencia, seguido del sonido de una rueda metálica deteniéndose. Entonces todo el espacio gana una coloración más nítida. Y aparte hubo algo más: Hiperión y Atlas, junto con los cometas que pasaban cerca, los asteroides que se estrellaban unos con otros y en algunas lunas, y el reloj de arena de Cronos, quedaron paralizados por completo. El Titán del Tiempo había demostrado su poder y atributo, deteniendo el tiempo.
—¡Es una pena que no puedas siquiera ver mi grandioso mundo! —exclamó Cronos extendiendo a los lados ambos brazos, con gran regocijo—. ¡Pero descuida! ¡Cuando termine y reanude el tiempo solo sentirás rasguños!
Descargando su ira en cada palabra, el Titán del Tiempo concentró toda su fuerza bruta en su mano izquierda, y ejecutó un simple pero poderoso puñetazo derecho, directo al rostro de Shiva.
—Por desgracia puedo verlo, y no es de mi agrado.
En un instante, Cronos pasó de estar furioso y emocionado, a entrar en un estado de terror puro, al ocurrir dos sucesos inimaginables para él. El primero era que Shiva había hablado, a pesar de que ahora el tiempo estaba suspendido para todos exceptuando a Cronos. Y en cuanto a lo segundo, el puño del Titán del Tiempo se había desintegrado junto con la mitad del antebrazo, con huesos y sangre incluido, a diez centímetros de llegar al rostro de Shiva.
Movido por el miedo a lo desconocido e incomprensible, Cronos levantó el otro brazo, y en la palma de su mano invoco, por medio de un torbellino oscuro, una majestuosa guadaña negra, con piedras violetas y filo de pedernal que desprendía una aura tan oscura como el espacio. Acto seguido hizo un feroz tajo vertical, el cual fue detenido como si nada, por el dedo índice de un brazo hecho de energía Prana color celeste, que emergió detrás del hombro izquierdo de Shiva.
—¡¿Queeeeeé!? ¡Los únicos seres que pueden moverse en el mundo sin tiempo son mis abuelos Yahweh y Khaos! ¡¿Cómo es que tú también puedes moverte?! —exclamó Cronos, negándose a creer lo que sucedía frente a sus ojos.
—Te lo explicare, solo para que seas menos ignorante, y no llegues a molestar a alguien, que no será tan amable y piadoso como yo; debido a que eres solo un niño con una "verdad" infantil e ignorante, no puedes ver la realidad —dijo Shiva, abriendo los ojos, los cuales ahora desprendían un brillo amenazante—. Puede que tu controles el tiempo. Pero yo estoy más allá del tiempo. Yo soy el fin de los tiempos y de todo lo que une a la creación. Porque después de la creación y antes de la transformación, viene la destrucción.
Con la última frase, de repente todo comenzó a agrietarse, y con el sonido de una rueda metálica acelerando, el "mundo sin tiempo" se quebró cual cristal, dando paso a la normalidad y al curso natural del tiempo.
—¡¿Pero qué?! —exclamó Hiperión tan impactado como su hermano Atlas, al ver la situación en la que estaba su hermano Cronos.
—¡Atlas, Hiperión ayudadme! —ordenó Cronos a sus dos hermanos, y estos, aunque al principio se mostraron dispuestos a cumplir su orden, se detuvieron al dar el primer paso.
El Titán del Tiempo noto en ellos una expresión de terror puro, que jamás había visto. Y por eso volvió a dirigir su mirada adelante; quedo igual que sus hermanos, al contemplar aquello que los conmociono: detrás de Shiva todo el sistema solar, junto con miles de estrellas y asteroides, empezó a retroceder y a cambiar de posición, dejando tras de si la oscuridad infinita del universo, solo adornada con otras millones de estrellas y nuevas galaxias y nebulosas, que antes no se veían.
https://youtu.be/qTbwnLg2sEE
Es entonces que Cronos, Hiperión y Atlas se dan cuenta, de que todo el color azul-turquesa que los rodeaba, era en realidad la frente de la cabeza de un ser intangible de tamaño galáctico, semejante a un tigre; un par de gigantescos agujeros blancos abajo en las lejanías eran sus ojos, los espacios negros con estrellas eran rayas, y el sol rojo de aquel sistema solar cercano era un tercer ojo en su frente.
—¿Qué... es... eso...? —logró decir Cronos, estando paralizado del terror ante algo que estaba fuera de su comprensión.
—Te contaré un pequeño secreto, Cronos —decía Shiva, mientras surgía otro brazo hecho de energía Prana detrás de su hombro derecho—. Debido a mi atributo como Supremo Destructor, en mi interior dormían emociones caóticas y terribles, que me incitaban a destruir cada creación de mis padres. Incluso después de alcanzar la iluminación, esa parte seguía latente en lo más hondo de mi corazón; aguardando cualquier pequeño rastro de furia, para destruirlo todo. Y el día en que aquel Primordial mato a mis padres, perdí el control, y lo destruí junto con la mitad del universo original, creado por mis padres.
»Después de ese día, hice una promesa de no volver a dejarme dominar por mi naturaleza. Y para asegurarme de eso, dividí mi mente en dos personalidades: la primera conserva todas mis emociones tranquilas, mientras que la segunda resguarda la otra mitad de mi naturaleza. Pero al dividir mi personalidad, mi alma también se dividió. Ahora soy un ser con dos almas compartiendo el cuerpo. La primera alma soy yo. Y la segunda alma, al carecer de toda razón y juicio, no tiene nombre propio. Solo los que le han dado los demás dioses.
Shiva vuelve a enseñar su característica sonrisa amable. Luego empieza a levantar el pulgar de su mano derecha de Prana, hasta señalar al gigantesco ser galáctico detrás de él. Y prosiguió diciendo:
—Puedes llamarlo "Hará" (Destructor), o como mejor lo conocen: "Mahadeva" (Gran Dios). Y descuida, cuando terminemos de enseñarte buenos modales, y regreses a tu reino en paz, mañana solo sentirás "rasguños".
[Fin del Recuerdo]
"De solo recordar esa terrible experiencia que sufrió Cronos, me hace pensar que ser devorado por Fenrir no es tan malo" pensó Odín mientras temblaba, al recordar cuando vio, por medio de su magia rúnica, como Shiva humilló y traumo al titán loco Cronos, a un punto de hacerlo prometer nunca molestar a otro Panteón en su eternidad.
Ese día el Rey de Asgard entendió muy bien porque sus padres y abuelo, siempre le decían que jamás desafiara a Shiva, ni buscará razones para enfadarlo.
—Oye Rudra, creo que te excediste demasiado al traer a tus hijos, acompañados de guerreros mortales de nuestro territorio y el Territorio Nórdico —dijo Shiva avergonzado de ver al ejército de mortales, que acompañaba al Dios de las Bestias.
—Quería venir yo solo. Pero mi esposa Shakti insistió en que nuestros hijos me acompañaran. Entonces se corrió la voz, y los discípulos humanos de tu hijo, Karttikeya, también quisieron venir por precaución. Y como extra, los elfos y enanos de este Panteón se enteraron de que yo vendría, por lo que se emocionaron e hicieron un pacto de ser mi refuerzo, en caso de que viniera a pelear con los Æsir —explico Rudra cruzándose de brazos, y haciendo una mueca molesta—. De milagro mi hijo Byakko no vino junto a sus amigos Seiryu, Genbu y Suzaku. ¡Eso ya sería el maldito colmo!
—¡Ohhh! ¡Hola señor Shiva!
Rudra y Shiva detienen su conversación, al ver que alguien se les acercaba. Mientras los dioses nórdicos quedaron más pálidos de lo normal por el terror, al ver que quien se aproximaba a los dos inmortales hinduistas, sin miedo alguno, era el propio el Ángel de la Divinidad; parecía un niño que se reencuentra con su mejor amigo. Incluso cuando termino por acercárseles, levantó el brazo derecho en forma de chocar las palmas como viejos colegas.
"¡¡¡¿Qué está haciendo este maldito idiota?!!!", pensó Odín al borde de caer inconsciente del miedo y del shock, al ver el modo tan descortés e irrespetuoso, con el que San Gabriel se acercó a Shiva.
"¡¡¡Ese imbécil imprudente hará que nos destruyan a todos!!!", exclamó Ull en su mente, cerrando los ojos y estando tan aterrado como jamás lo ha estado en su existencia.
Brigit, Morrigan, Wadjet y los dioses nórdicos quedaron congelados del miedo, ante la forma irresponsable e infantil en que San Gabriel se dirigió al gran Shiva, y por ello temieron lo peor; lo cual era que éste último llegará a enfadarse, y su "otro yo" se manifestara. De momento Shiva mantenía una expresión indiferente, y al no sentirse su poder era casi imposible de saber su estado de ánimo interno. Pero transcurrido un par de segundos desde que el arcángel se le acercó, Shiva mostró otra vez una expresión amable.
—¡Hola Gabriel! —saludo Shiva igual de entusiasmado y, como una persona que se reencuentra con su mejor amigo de la secundaria, levanta la mano derecha y la choca con la de San Gabriel, provocando una gran onda expansiva que resonó en el aire, seguido de una pequeña lluvia de gotas de sangre, provenientes de la mano del arcángel, ahora destrozada después del choque de palmas—. Eh... ¡Ja, ja, ja! ¡Disculpa! —Shiva se rasca la nuca, avergonzado de pulverizarle la mano al arcángel por accidente—. A veces olvido medir mi fuerza.
—¡Ja, ja, ja! ¡Esta bien no hay problema! —contestó San Gabriel todavía feliz como un niño, y una vez más empieza a regenerar una mano derecha (ahora con más velocidad). Luego miró a Rudra y camina hacia él para saludarlo también. —¡Hola señor Ru...!
https://youtu.be/MoVXyUbLVIA
—¡Chico estúpido! —interrumpió Rudra molesto al arcángel, y dándole un coscorrón tan fuerte que causó otra onda expansiva e hizo sentar a éste último en el suelo.
—¡Ayayayay! ¡¿Y eso por qué fue?! —exclamó San Gabriel confundido, además de adolorido y sobándose la cabeza.
—¡Por maldito irresponsable! —contestó Rudra aún más molesto, agachándose y señalando al arcángel con la filosa uña del dedo índice derecho—. ¡Por culpa de tu irresponsabilidad ocurrieron todas estas estupideces! ¡Y además por culpa de esa maldita piedad perdiste tus brazos durante este combate!
Dicho esto Rudra se pone erguido y vuelve a cruzarse de brazos, dando un gruñido molesto semejante al de un tigre, y prosigue con su crítica.
—Si hubieras peleado en serio desde un inicio, ni un rasguño habrías tenido. Tienes suerte de que eso ocurrió justo al terminar la pelea, y además tuviste energía sobrante para regenerar tus brazos, ¡o de lo contrario estarías en graves problemas!
—¡¿Pero qué demonios estás maullando hijo de tu gata madre?!
El miedo en los dioses nórdicos empeora, al ver que Wadjet se acercaba al Ángel de la Divinidad y al Dios de las Bestias, quienes estaban cerca del gran Shiva. Incluso Brigit y Morrigan se preocuparon de lo que podría provocar la joven e impulsiva diosa egipcia, por lo que corrieron hasta ella y la detuvieron antes de que terminara de acercarse; la primera le sostuvo de los brazos, mientras que la segunda se ponía delante en caso de que la doncella egipcia se soltara.
—¡El hombre-estrella peleo increíblemente bien! ¡Hizo uso de sus propias poderosas técnicas y demostró eso que ustedes llaman "ideal de las artes marciales"! —decía Wadjet furiosa, intentando soltarse del agarre de la diosa celta pelirroja, para golpear al dios-tigre—. ¡En vez de regañarlo así deberías elogiarlo como todo buen maestro!
—Deja de ladrar cachorra de chacal, que esto no te incumbe —gruño Rudra dirigiendo su mirada hostil hacia la diosa egipcia, aunque en vez de intimidarla la hizo enojar más.
—¡¡¡¿"Cachorra de chacal"?!!! —exclamó Wadjet escalando a un nuevo nivel de furia, y en extremo ofendida por el comentario—. ¡Cuida tu asquerosa lengua tigre superdesarrollado que deberías respetarme como todos los felinos en mi hogar!
—Ya Wadjet. Por favor ten cuidado con lo que dices —decía Brigit preocupada y fortaleciendo su agarre en la diosa egipcia enfurecida.
Temiendo que la situación empeorase más, San Gabriel se levantó del suelo y se acercó a sus compañeras, para protegerlas en caso de que el dios-tigre se enfureciera; él ya sabía de sobra cuán aterrador podía ser Rudra cuando se le agotaba la paciencia. Incluso el mismo Lucifer la pensaba dos o hasta tres veces, antes de vacilar o enfadar al Dios de las Bestias.
No por nada Rudra era conocido como "la contraparte cruel y salvaje de Shiva".
Sin embargo, tanto la diosa egipcia como el arcángel, se paralizaron de la perplejidad, mientras el dúo de diosas celtas quedaron confusas, cuando el feroz e intimidante dios-tigre empezó a reírse, como si hubiera presenciado lo más divertido de su vida; aunque debido a su voz de trueno, su risa lo hacía parecer un loco peligroso, lo que lo hacía parecer aún más aterrador.
https://youtu.be/esru3m1Vq4E
—¡Ja, ja, ja! Pero tienes algo de razón cachorra —dijo Rudra bastante divertido, y luego dirige su mirada al arcángel—. Chico, a pesar de que aun tienes esa problemática y maldita mala costumbre, de ser demasiado compasivo con tus oponentes, igual que tu padre y ese humano Adán, al menos has mejorado bastante el Estilo Godfist. Eso ya es algo. Sigue practicando y, quizás en unos mil años, sea mucho más divertido pelear contigo.
—Gracias, señor Rudra —decía San Gabriel feliz, e inclinándose un poco en señal de respeto, tal como hacen en los Panteones y territorios asiáticos.
—Me alegra ver que por fin reconoces el esfuerzo de otro de tus discípulos "hermano"—dijo Shiva alegré, mientras caminaba hacia los dioses nórdicos.
—Sé reconocer los resultados de un buen trabajo —respondió Rudra con molestia—. Y deja de llamarme "hermano". Solo porque Augusto, Quetzalcóatl, Yahweh, tus hermanos y los demás dioses creadores, me hayan hecho a imagen y semejanza de tu "otro yo", no me hace hermano tuyo.
—Como digas —dijo Shiva todavía feliz y hasta divertido, para luego detener sus pasos y dirigir su mirada a los nórdicos—. Por favor no sigan con la cabeza en el suelo, o se les subirá la sangre al cerebro, y eso hará muy difícil el juicio que llevaremos ahora.
Al instante en que sonaron esas palabras, los dioses nórdicos dieron un respiro tranquilo, y en sincronía todos levantaron sus cabezas de forma lenta y precavida. A pesar de la actitud amable, respetuosa y cordial con la que se dirigía Shiva hacia ellos, de todos modos el terror y preocupación seguía elevado en cada dios nórdico.
—Di-di-di-disculpe la pregunta pe-pe-ro ¿a qué se refiere co-con juicio? —tartamudeo Ull con terror y levantando la mano derecha, ganándose en el acto una mirada confundida del supremo dios que le congeló de miedo.
—Señor Shiva, lo que Ull trata de decir, es que no es necesario un juicio —dijo Odín tratando de explicarse, mientras hacía el esfuerzo de mantenerse calmado, a pesar de que el miedo que sentía casi lo tenía paralizado—. El origen de todo esto se debe a...
—No hace falta que me expliques todo, Odín —le interrumpió Shiva de modo cortez, y sin perder su actitud amable.
—Exacto —afirmó Rudra aun teniendo su actitud severa—. Mientras dormía tranquilamente en mi montaña, recibí una llamada de Shakti, Gaia, Pachamama y Coatlicue, avisandome que el balance del Mundo Mortal estaba en peligro, a causa de una batalla inesperada entre inmortales idiotas en el Territorio Nórdico. Así que observe lo que sucedía. Debido a que el ángel estaba concentrado, en reducir el mayor daño posible en la tierra durante la pelea, decidí intervenir solo cuando todo se saliera de control: como casi sucede justo ahora, en que ese tipo cornudo vino junto a su ejercito de vagos.
—Y mientras Rudra vigilaba el combate desde lejos, aparecí yo y le explique el origen del problema —dijo Shiva, captando la atención de todos—. Desde la cima del monte Kailash vi el Rompe Estrellas Omega de San Gabriel, y supe que algo grave sucedía en el norte del Mundo Mortal. Por eso vi lo sucedido, y el cómo inició todo. Y por consejo de Buda decidí ayudar a Rudra a resolver esto.
—Perdone señor Shiva, pero usted dijo que vio cómo inició todo... —decía San Gabriel analizando eso, y al instante recordó un detalle especial que le hizo entender esas palabras—. ¡Entonces usted...!
—Así es —interrumpió Shiva al arcángel, respondiendo a su pregunta, y vuelve a dirigirse a los dioses nórdicos—. Sé que están emocionados por un gran juicio, con abogados y testigos incluidos, como en los viejos tiempos. ¿Pero qué les parece si en vez de escuchar y debatir los argumentos de todos, mejor los vemos y juzgamos por nosotros mismos?
https://youtu.be/ZFtlMX-7cI4
Dicho eso, el Dios Hindú de la Destrucción empieza a levantar el brazo derecho, y entonces se genera una extraña turbulencia en el ambiente, similar a lo que ocurre cuando un objeto cae en la superficie del agua.
—Que ambos ejércitos mejor se queden aquí, y mantengan alejado a cualquier criatura que pase —dijo Shiva, deteniéndose un momento—. No quiero que este juicio sea interrumpido, ni mucho menos haya que dañarle la mente a un mortal, solo para borrarle el recuerdo de tal escena inexplicable.
—¡Entendido!
Dijeron todos en el ejército que vino con Rudra al mismo tiempo, con gran respeto y admiración en su voz, mientras los guerreros de élite de Asgard solo asintieron con la cabeza, puesto que el miedo seguía casi paralizándolos.
Por otro lado, Shiva continuó levantando su mano derecha siguió, hasta que el dedo índice toca un objeto invisible en el aire —frente a él—, el cual se manifiesta un segundo después como un símbolo dharmachakra flotante de color celeste. Luego Shiva siguió con deslizar el dharmachakra a paso muy lento, y como reacción el cielo y la tierra empezó a agrietarse como si fuese de cristal a una velocidad alta.
Entonces todo lo que rodeaba a los presentes se quiebra cual cristal, dejando a todos parados en lo que parecía el vacío del espacio. Al cabo de un par de segundos todo vuelve a reconstruirse como si de cristal se tratase, hasta que todos ya estaban otra vez en el mismo sitio donde estaban antes. No obstante el valle lucía igual, a como estaba antes de que iniciara el combate entre San Gabriel y los dioses nórdicos. Además los ejércitos ya no los acompañaban; las valquirias eran las únicas aparte de los dioses y el arcángel que seguían allí.
Pero no todo terminó con eso; Shiva levantó el otro brazo e hizo un ademán con la mano, como si moviese algo a la izquierda, y como efecto todo lo que los rodeaba se distorsionó, haciendo que el escenario cambiará a uno nuevo: era una región montañosa de las tierras nórdicas, ubicado cerca de algunos pueblos germánicos y a orillas del océano.
Sin embargo esta vez los presentes estaban flotando en el aire, como si estuviesen parados sobre un suelo invisible. Y debajo de ellos, en la tierra boscosa y cubierta de nieve, caminaban tres individuos que reconocieron al instante, en especial por la discusión que tenían.
—¡Woooh! ¡Somos nosotras cuando llegamos a este infierno de hielo! —exclamó Wadjet agachándose y admirando emocionada lo que veía—. Y no me veo nada mal. Aunque mi peinado habría sido más estupendo, si no hubiéramos tenido tanta prisa.
—¿Qué es esto? —pregunto Brigit temerosa de lo que presenciaba, y agarrando del brazo derecho a su compañero ángel.
—Es solo la capacidad de Shiva de, literalmente, "tocar el tiempo" —respondió San Gabriel—. Shiva es como mis padres: un ser que lo trasciende todo, incluido el espacio y tiempo. Gracias a que alcanzó la iluminación, comprendió las verdades y mentiras de la realidad; eso sumado al nivel en el que está, puede mover los engranajes del tiempo y el espacio, para adelantar y retroceder el tiempo, sin necesidad de alguna habilidad, magia o cualidad especial, como el que tienen mis hermanos Raziel y Azrael, y mi sobrino Cronos
—¿Ehhhh...? No entendí casi nada excepto lo último —dijo Wadjet poniendo una cara que esbozaba gran confusión.
—Básicamente puede adelantar y retroceder el tiempo de todo lo existente, como si fuera un juego de niños, sin necesidad de magia o poderes especializados en eso —simplificó Morrigan seria y para nada sorprendida—. Pero esto que está sucediendo ahora, es solo "contemplar el tiempo", más no intervenir en el. Como es obvio, intervenir en el tiempo, también equivale a intervenir en la rueda del destino, y a su vez, en las incontables cadenas de causas y consecuencias. Por eso está prohibido la intervención en el pasado, en especial para los estúpidos que no comprenden la Ley del Karma.
—Y dado a que estamos viendo el momento, en que ustedes tres llegaron al Territorio Nórdico, eso quiere decir, que por fin sabremos cómo sucedieron las cosas —dijo San Gabriel feliz, ansioso y emocionado porque por fin se vería el inicio de los problemas, y confiaba en que hallaría la solución a todo.
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