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Capítulo XVI: El Poder que Supero a los Dioses

https://youtu.be/bkofRnfGh2A

—Veo que por fin decidiste dejar el silencio y actuar, hermano —dijo Thor con una sonrisa sarcástica—. Eso significa que consideras a la estrella con cerebro como un digno adversario.

—En efecto —confirmó Vidar con suma seriedad, sin dejar de mirar a San Gabriel, no con signos de molestia, o como si lo considerara alguien ofensivo. Más bien, lo miraba con simpatía. —Comprendo bien por qué luchas, Ángel de la Divinidad. Y no te culpo. Lo que haces, es lo que haría cualquier verdadero guerrero. Y no puedo sentir más que respeto por ti. No obstante, espero que entiendas el por qué tengo que enfrentarte.

—Lo sé Vidar. Defender la familia y su orgullo o dignidad, es algo que también comprendo bien. Mi hermano menor, Érebo, era muy dedicado a ello, hasta un punto exagerado —respondió San Gabriel con una sonrisa penosa, mientras se rascaba la nuca.

—Me alegra que lo entiendas —dijo Vidar, cerrando los ojos y mostrando una sonrisa amable, para después abrir otra vez sus ojos, ahora denotando un brillo azulado en ellos, y alzar su mano derecha hacia adelante—. Arte Æsir: Susurro Vengativo.

En cuanto conjuro su poder, en su mano apareció una larga e intimidante espada, con runas azules en su hoja. Y tan pronto como se materializo, el dios nórdico silencioso desapareció. Acto seguido, hubo pequeño viento cortante, que viajó hacia el arcángel, provocando una gran onda de choque, que resonó en el aire. Luego Vidar apareció detrás de su oponente, con un corte en el pecho, lo bastante profundo, como para que soltara un poco de sangre.

"¿Cómo...? No... Dado a que pudo copiar mi técnica, supo cómo preverla, y uso la habilidad de Baldur, junto con su propia velocidad, para igualar la mía. Sabe sacar provecho de las técnicas que tiene", pensaba Vidar, viéndose el corte en el pecho, y analizando las habilidades del arcángel. Luego se dio la vuelta y vio que el cuerpo de éste último resplandecía, como lo hacía Baldur al atacar.

Durante un breve segundo, el arcángel había usado el Resplandor Veloz de Baldur, para después utilizar la palma de su mano izquierda, con el propósito de redireccionar la espada de Vidar, y darle un pequeño roce con la espada flameante. Sin embargo, lo que sorprendió bastante al dios nórdico silencioso, fue que San Gabriel, aunque hacía movimientos simples con la espada, parecía ser bastante hábil con los brazos y las piernas.

No obstante su análisis tuvo que ser cortado de forma abrupta, cuanto cayó del cielo a la tierra, cerca de ellos, Baldur, quien todavía tenía intensos deseos de seguir peleando. Además, también regresaron al lugar aterrizando en la tierra Magni y Modi; ambos, a pesar de haber recibido un ataque de tal calibre, seguían con enorme vigor y listos para luchar. Sin duda hacían honor a la reputación de los guerreros nórdicos, como fieros luchadores sin miedo a la muerte.

—¡No creas que caeremos tan fácilmente! —exclamó Magni con su orgullo intacto.

—Claro que no creía eso. Ustedes son tan necios como mis hermanos Erebo y Miguel —respondió San Gabriel, denotando verdadera pena.

https://youtu.be/I3L17cr37TQ

—¡Voluntad de Mjolnir: Centella del Valhalla! —exclamó Thor, arrojando su martillo envuelto en descargas eléctricas, con un enorme nivel de intensidad, directo al arcángel mensajero, quien con una sencillez increíble desvió el martillo a un lado golpeándolo de la espada. Sin embargo, aquel ataque no fue el verdadero problema.

—¡Arte Vanir: Resplandor Veloz! —conjuro Baldur liberando un increíble poder luminiscente, al grado de parecer un cometa. Y a una velocidad mayor, avanzó para atacar con una patada al arcángel.

Arte Æsir: Deseo de Venganza —conjuro Vidar, al mismo que levantaba su espada, y la golpeaba contra el suelo; creando una cortina de viento, que a medida que avanzaba hasta el arcángel, despejaba la nieve de la tierra.

Con dos ataques dirigiéndose a él, San Gabriel dio un pequeño giro, esquivando una brutal patada frontal de Baldur que estremeció la tierra. Luego ambos tuvieron que separarse con el mismo propósito de esquivar el aire cortante del ataque de Vidar. Pero en cuanto evadieron con éxito aquel ataque, Baldur fue el primero en tomar la iniciativa; se impulsó cual centella para conectar un golpe en descenso con ambas manos hacia adelante.

Arte Æsir: Susurro Vengativo —conjuro San Gabriel, y al igual que sucedió con Vidar, desapareció con una cortina de viento, y reapareció diez pasos detrás de Baldur.

El dios nórdico se detuvo en seco y estuvo a punto de darse la vuelta para contraatacar. Pero sintió otra vez dolor en su pecho, por un corte poco profundo que tenía; fue cuando él notó que el brazo izquierdo de San Gabriel brillaba, y dicha luz tenía la forma de una espada. Y para su sorpresa, el arcángel se dio media vuelta, al mismo que hacía un corte horizontal con el brazo luminiscente.

—Arte Æsir: Deseo de Venganza —conjuro San Gabriel, ahora creando una cortina de viento, que impactó con Baldur y lo envió a volar por los aires. Pero éste ejecutó varios giros en el aire y cayó de pie en la tierra, aunque terminó arrodillado y escupiendo más sangre, por el brutal combo de ataques que recibió.

—¡Te ayudaremos tío Baldur! —grito Modi bastante preocupado y furioso, mientras él y su hermano avanzaban para luchar contra el Ángel de la Divinidad.

San Gabriel prepara su espada para volver a atacar. No obstante tuvo que dar un pequeño salto, para esquivar un objeto que casi le golpea desde atrás. Y en cuanto aterriza en el suelo, pudo ver un objeto volaba alrededor del campo como un boomerang electrificado; era el martillo de Thor. Pero debido a ese momento de distracción, Vidar atacó haciendo un tajo vertical, que el arcángel bloqueo por poco con su propia espada, para después desviar la espada a un lado y darse media vuelta, con el propósito de bloquear el ataque simultáneo de Magni y Modi.

Entonces, tío y sobrinos atacaron juntos a su enemigo; éste retrocedía a medida que bloqueaba y desviaba los tajos de las armas del trío de Æsirs, hasta qué Vidar y San Gabriel chocaron sus respectivas espadas. Luego éste último encendió su propia espada en flamas, obligando retroceder a Vidar con un potente rayo de fuego. Acto seguido el arcángel dio otro gran salto, para evadir una vez más el martillo volador de Thor, y mientras estaba en el aire, usó su espada para crear un corte de fuego, que estuvo cerca de impactar con Magni y Modi. Pero ambos hermanos fueron más rápidos, y se hicieron a un lado para evitar el ataque.

Arte Vanir: Resplandor Veloz —conjuro San Gabriel, todavía estando en el aire, y es cubierto por la característica energía luminiscente. Entonces usa su espada para desviar otro golpe del martillo volador hacia Magni, quien al ver impactado como el arma de su padre se dirigía hacia él, por inercia se tumbó al suelo; esquivando por poco lo que pudo haber sido un gran golpe.

Modi miro aquello sorprendido, y cuando volvió a dirigir su mirada al arcángel, vio que éste había desaparecido de donde estaba, para reaparecer frente a él. Y sin apenas darse cuenta, Modi recibió una patada en las piernas, que lo hizo caer al suelo, y a un segundo de tocar la tierra, fue enviado lejos hasta chocar con su hermano en la tierra, al recibir otra patada en las costillas, por parte del Ángel de la Divinidad.

En tan solo pocos segundos San Gabriel había extendido las alas para llegar hasta Modi y patearle en las piernas, con el fin de tumbarlo. Y mientras éste caía, el arcángel conecto otra patada en sus costillas, con la fuerza suficiente para enviarlo a chocar contra Magni.

Destruyendo todo el pronóstico de los dioses nórdicos, San Gabriel estaba siendo un oponente formidable. Y a pesar de eso, no denotaba ni una pizca de orgullo o prepotencia; al contrario, solo mostraba pena y lastima. No obstante justo ahora, tras defenderse de los hijos de Thor, dirigió su mirada al cielo, denotando un cierto aire de nostalgia.

"Esto me trae recuerdos... Aquellos días, junto a Samyaza y Nyx", pensaba San Gabriel con una sonrisa nostálgica, al recordar a su hermano ángel caído y a su hermana titanide, cuando entrenaban los tres juntos. Pero mientras él se sumergía en recuerdos nostálgicos, desde atrás Thor había dado un gran salto, y según descendía hacia el arcángel, atrapó el Mjolnir en el aire, para efectuar su ataque Voluntad de Mjolnir: Impacto Sísmico.

A la vista de todos, el Dios Nórdico del Rayo logró asestar un brutal golpe a su oponente. Sin embargo no pudieron ver más, puesto que el ataque provocó un gran levantamiento de tierra, que cubrió la vista de todos. Pero Baldur, Vidar, Magni y Modi e incluso Odín creyeron que Thor por fin había acertado un potente golpe. Y de todos modos estaban a punto de comprobarlo, porque la nube de tierra y nieve se esparció, dejando ver a los presentes, con mayor asombro, como Thor estaba parado en la tierra, en extremo impactado, al ver que su poderoso martillo fue detenido por la mano izquierda de San Gabriel.

"A un segundo antes de golpearlo... se giró y bloqueo mi ataque... con una sola mano", pensaba Thor incapaz de creer lo que veía.

Voluntad de Mjolnir... —empezó a recitar San Gabriel, bajando el martillo, y comenzando acercarse a Thor, con la mano izquierda destellando una poderosa electricidad dorada—: Centella del Valhalla —dicho esto, conectó un poderoso golpe directo izquierdo en el estómago de Thor, que lo hace retroceder a causa de un martillo recién creado, muy similar al Mjolnir, solo que hecho de pura energía eléctrica dorada.

Después el arcángel levanta el dedo índice y medio de su mano izquierda, apuntando hacia arriba, y luego hacia abajo: acto seguido, el martillo de energía responde elevando a Thor hacia arriba en el aire, para proceder a estrellarlo con brusquedad en el suelo. Luego, San Gabriel se gira y bloquea la espada de Vidar, quien lo atacó desde su punto ciego.

Pero la fuerza del dios nórdico silencioso le hizo retroceder un poco, así que dio media vuelta, mientras redirigía la espada hacia adelante, y conectó un codazo en el rostro de Vida, con la fuerza suficiente para enviarlo a impactar contra un montículo de tierra, levantada por las ondas de choque producidas por la feroz batalla. De hecho, todo el escenario estaba siendo demolido por los choques de fuerza de la batalla entre inmortales.

—Ustedes sí que son tercos —dijo San Gabriel, empezando a sentir un poco de pena por la golpiza que él mismo les estaba dando a sus oponentes. Sin embargo, tuvo que darse media vuelta para bloquear una espada eléctrica, que fue arrojada hacia él; golpeó la espada con la suya y se la devolvió a su atacante, quien no era otro que Magni.

—¡Maldita estrella parlanchina! ¡No te burles de nosotros! —exclamó Magni con la furia al límite, tras atrapar su espada devuelta por el arcángel.

https://youtu.be/94VBH7_oTmM

—Pero si no es mi intención burlarme de ustedes —respondió San Gabriel de forma inocente; algo que Magni no tolero, y avanzó para atacar, por lo que el arcángel lanzó su espada al cielo, y comenzó a conjurar un nuevo hechizo. —Control Ka: Golpe de Calor.

Al instante en que San Gabriel dijo eso, de su brazo derecho emergió una ráfaga de fuego azul que se condensó, hasta tomar la forma del filo de una lanza, con la que, además de bloquear el ataque de Magni, le golpeó el estómago; haciéndolo retroceder un poco. Pero junto con un gruñido furioso, Magni volvió a avanzar para atacar, y no fue el único; Baldur se acercó desde otro ángulo para ayudarlo.

San Gabriel levanta su pierna izquierda y bloquea una potente patada de Baldur. Y justo cuando Magni estaba por acercarse, la espada flameante cayó del cielo y el arcángel la atrapó con su mano izquierda. Luego se gira, golpeando a Baldur en el rostro con el codo en el proceso, y salta hacia atrás para evadir la estocada rápida de Magni. Acto seguido San Gabriel los ataca a ambos con un rayo de fuego creado por su espada, combinado y potenciado con el fuego de su mano-lanza de fuego azul; provocando una gran explosión.

—¡Esa fue mi técnica! — exclamó Wadjet con enorme felicidad, al ver que San Gabriel usó Golpe de Calor. Sin embargo al instante ella procedió a tomar una postura digna, junto con un gesto orgulloso. —¡Admito que no lo hiciste nada mal cielo! ¡Cuando regresemos a casa te enseñaré a usar mejor mis grandiosos y poderosos hechizos!

En contraste, había algunos —además de Odín— que no estaban nada felices de ver cómo avanzaba la pelea: los demás Æsirs. Estos se sentían indignados y humillados, al ver que los más grandes guerreros de su reino, estaban recibiendo semejante paliza por un inmortal extranjero. Y algunos no querían seguir tolerándolo.

—¡Esto se acabó! ¡Yo también peleare! —exclamó un enorme y adulto guerrero Æsir furioso, levantándose con brusquedad y alzando su gran hacha.

—¡Yo también me uniré a la batalla! —grito otro guerrero Æsir empuñando con una sola mano una masiva espada larga.

—¡Y yo! —declaró otro guerrero Æsir de edad más joven, levantando su escudo y espada corta, con igual deseos de pelear.

Y así, de modo simultáneo, fueron uniéndose más guerreros asgardianos a la declaración de lucha, hasta que todos y cada uno de ellos decidieron unirse a la batalla. Luego entonces, sin siquiera pedirle permiso a Odín, uno a uno dieron avanzaron y saltaron, para aterrizar en el campo de batalla, listos para luchar contra el Ángel de la Divinidad.

—No se lo tomen a mal. Pero no quiero correr riesgos de herirlos de gravedad —decía San Gabriel de forma inocente y amable—. Por eso, dejaré que se entretengan un poco —el arcángel dibuja tres símbolos celta de la trinidad en el aire, con el dedo índice de la mano izquierda, y el mismo símbolo aparece en luz morada—. ¡Canto de la Reina Fantasma: Furia de los Caídos!

Tras recitar el conjuro igual que un grito de guerra, aparecieron tres círculos mágicos de color blanco y púrpura frente a él, de los cuales emergieron en cada uno diez fantasmas de guerreros celtas de color blanquecino. Y después de haber sido invocados, hicieron un muro de escudos, para luego, a gran velocidad, avanzar hacia los guerreros Æsir; ambos grupos chocaron, y comenzaron a luchar entre sí.

No obstante cada vez que un Æsir derrotaba a un fantasma, ya sea cortándole la cabeza o partiéndolo por la mitad de un hachazo, éste volvía a materializar otra vez para continuar luchando. Y sin importar cuantas veces los atravesaran o destrozaran, los fantasmas seguían recuperándose para continuar luchando.

—Presumido. Yo hubiera invocado a más fantasmas. Pero no está nada mal querido ángel —comentó Morrigan, sonriendo orgullosa de ver como su compañero angelical ejecutó aquella técnica, tan característica de ella.

Después de conjurar el ejército de guerreros fantasmas, para que lucharan contra los demás guerreros asgardianos, el arcángel creó una bola de fuego en su palma izquierda, y eleva un poco el brazo; planeaba defenderse de un inminente ataque conjunto de Vidar y Modi.

Arte Druida: Danza del Fuego —conjuro San Gabriel y la flama en su palma se dispersa en numerosas esferas de fuego giratorias, que se movían alrededor de él, igual que una danza. Luego con un simple chasquido de sus dedos, las flamas volaron hacia los atacantes.

Vidar y Modi, viendo que se dirigían hacia ambos aquellos orbes de fuego giratorios, como es obvio fueron evadiéndolas con una agilidad sobrehumana, y en más de una ocasión tuvieron que usar sus armas para desviar otras esferas de fuego; todo esto según avanzaban hacia su oponente. Pero antes de siquiera acercarse al arcángel, se dieron cuenta de algo inesperado: todas las flamas que evitaron con éxito, se devolvían hacia ellos igual que boomerangs.

"¡¡¡¿Qué?!!!", fue lo que pensaron Vidar y Modi sorprendidos de aquello, poco antes de recibir los impactos de las flamas devueltas en todas direcciones. Y pese a que las explosiones y la fuerza de las mismas no eran tan grandes, quedaron distraídos el tiempo suficiente, como para ser golpeados por otras bolas de fuego; haciendo que quedasen envueltos en un feroz bombardeo.

—¡Y también uso mi hechizo! ¡Él aprendió nuestros Artes Mágicos! —dijo Brigit con tanta felicidad, que estaba a punto de llorar.

"¿Quién diría que sus peleas en la casa me servirían de algo?", pensaba San Gabriel rascándose la nuca, y riéndose con pena de la ironía.

https://youtu.be/1jzq9bgmBi0

Sin embargo el momento divertido terminó, cuando San Gabriel percibió otro ataque detrás suyo. De modo que dio un giro de 360 grados, y esquivo con éxito un golpe cargado de electricidad del martillo de Thor.

—¡Pero cómo fastidias! —exclamó San Gabriel bastante molesto y dando un potente golpe con el mango de su espada encima de la cabeza del dios nórdico, que lo hizo estrellar de cara contra el suelo.

No obstante, Thor solo sonrió como un lunático, y hundió su martillo en la tierra, junto con el resto del brazo derecho, para después atravesar el suelo debajo de él, mientras se daba media vuelta y sacaba el brazo del subsuelo de una forma brusca, dando un poderoso golpe ascendente con el Mjolnir, que pudo haber impactado contra el arcángel, si éste no se hubiera alejado dando un salto, fuera del alcance de la línea de destrucción que produjo aquel feroz ataque.

—¡¿Acaso quieres morir antes del Ragnarok?! —exclamó San Gabriel empezando a molestarse de la testarudez de Thor, por negarse a dejar de luchar. Entonces aumenta el agarre en la espada, mientras un tornado de fuego comenzaba a rodearlo con la furia de un huracán.

—¡Ja, ja, ja! ¡Ciertamente esto es divertido! ¡No había tenido una pelea difícil así en siglos! ¡Y como dijiste, de todos modos mi destino ya está escrito! ¡Así que no voy a morir aquí! ¡Y de ninguna manera puedo perder! —declaro Thor levantándose del suelo con un simple movimiento, haciendo ver que sonreía como un lunático y tenía una mirada que ansiaba sangre. Acto seguido todo su cuerpo comenzó a ser rodeado por un torbellino eléctrico.

A pesar de que el Genocida de Asgard tenía grietas en su armadura y sangraba por diferentes heridas en el cuerpo, cada vez tenía más ansias por seguir luchando; parecía un total berserker, y eso era lógico. De todos los dioses de Asgard él, aunque era gracioso a veces y bastante astuto en otras, también era el más sanguinario y mezquino de todos.

Entonces en un instante, el tornado eléctrico y el de fuego impactan entre sí, con estruendosa y explosiva fuerza: en medio de los relámpagos y el fuego, San Gabriel y Thor chocaban espada y martillo sin ceder ninguno, al grado de parecer igualados en su totalidad. Incluso no lucían cansados para nada, ni siquiera el arcángel.

"A pesar de que ha usado ataques sin parar, no se ha cansado, sino todo lo contrario, su poder ha ido incrementando. ¿Qué clase de monstruo es ese ángel?", se preguntaba Freyja en sus pensamientos, incapaz de creer y comprender lo que veía; hasta comenzó a sentir miedo.

Y no solo ella; Odín también empezó a preocuparse. Durante toda la pelea, él analizaba al arcángel, buscando alguna debilidad. Pero de tenerla, no es notable a simple vista. De momento el Rey de Asgard solo tenía teorías, y para saber con certeza cuál era la debilidad, no tenía otra más que descubrirla por sí mismo. Por lo cual, se levantó de su silla, y dando un mega salto, aterrizó en el campo de batalla, causando que por medio de su sola presencia llamara la atención de todos los presentes.

San Gabriel y Thor dejaron de luchar, debido a que éste último se detuvo al ver a Odín parado allí. Mientras tanto en el otro lado del campo Vidar ayudaba a Modi a levantarse, debido a que éste estaba en peor estado que él. En cuanto a Baldur, pese a todo el daño recibido, logró recuperarse gracias a su maldición, de modo que tenía el cuerpo otra vez como nuevo. Aunque no podía decirse lo mismo de Magni, quien necesito de su gran espada como soporte para mantenerse en pie. 

Todos ellos, al igual que Brigit, Morrigan, Wadjet, Freyja y las valquirias, contemplaron sorprendidos el hecho de que Odín por fin decidiese unirse a la batalla.

https://youtu.be/3R7B6kj6Fd8

—¡Se me acabó la paciencia! —declaro Odín con funesta ira—. Esta vez seré solo yo, ¡quien te hará pedazos!

—Viejo no se lo recomiendo —dijo San Gabriel, con una expresión que reflejaba verdadera pena—. A su edad lo mejor es buscar la jubilación y cobrar la pensión.

—¡Ja, ja, ja! Sin duda, ¡demoler los huesos de tu cuerpo físico será lo más satisfactorio que habré hecho en toda mi maldita vida! —exclamó Odín cada vez enfureciéndose más, al grado de que su único ojo empezó a desprender un brillo amenazador.

—Disculpe señor, pero hay mejores pasatiempos que demoler huesos. Eso es desagradable. Pero si prefieres luchar solo, entonces ya no hace falta que tus guerreros se entretengan —dijo San Gabriel de forma gentil.

El arcángel echo un vistazo a los guerreros fantasmas que combatían con el resto de los asgardianos, y entonces silbo. Acto seguido los guerreros fantasmas respondieron a su llamado, desvaneciéndose en el aire y reapareciendo no muy lejos de él, alineados en guardia, listos para volver a luchar si él lo ordenaba.

Los demás Æsir, aunque estaban un poco cansados tras la lucha sin fin contra los guerreros fantasmas, de todos modos al ver que estos regresaron con su invocador, estuvieron punto de correr hacia éste para seguir con la lucha. Sin embargo tuvieron que detenerse en seco, porque apareció frente a ellos Vidar, en una cortina de viento, y los detuvo sin necesidad de decir una sola palabra: su sola mirada seria, imponente y severa fue suficiente, para que los demás asgardianos entendieran que ahora, la batalla no la iban a librar ellos. Y por eso sin dudar hicieron caso, solo para no estorbar a su rey.

—No obstante, primero hay una duda, que me está molestando mucho —dijo Odín, calmando un poco su furia interna—. Y me gustaría despejarla, antes de arrancarte las alas y colgarlas en mi pared.

—¿En serio? ¿Y cuál es esa duda? —pregunta San Gabriel bastante curioso, y para nada ofendido por el insulto del Rey de Asgard.

—¿Por qué las defiendes? —preguntó Odín, denotando una enorme confusión.

—¿Cómo? —dijo San Gabriel, no entendiendo la pregunta.

—Aunque las diosas dicen que los ángeles son como las versiones masculinas de las ninfas, yo que lo sé todo, conozco perfectamente la naturaleza de los ángeles. Sé de lo que carecen; sé lo que tu careces y nunca tendrás —decía Odín, ahora mostrando cierta lástima y pena—. Tú no sientes amor por ninguna de esas tres diosas. Y aunque ellas te den todos los placeres carnales, que nadie pueda siquiera imaginar, tú que eres un ángel, y la encarnación viviente del estado absoluto y puro de un dios, ¡jamás sentirás ningún tipo de placer!

"¡¡¡¿Queeeeeeeeeé?!!!", fue lo que pensaron casi todos los presentes ante esa revelación, que los dejo más allá de un estado de total shock; sobretodo las valquirias. Debido al gran odio y desprecio que le tienen a la raza humana por todas las monstruosidades que generaba, no podían imaginar que alguien, en especial un ser con apariencia de un humano varón, no pudiera sentir ningún tipo de placer, ni mucho menos carnal.

—¡¿E-e-e-eso es verdad?! —preguntó una de las valquirias al trío de diosas, incrédula en su totalidad sobre lo que acababa de escuchar.

—Lo que dice es cierto —respondió Brigit, mirando a otro lado con tanta vergüenza, que sus mejillas se tornaron rosadas.

—Créanlo. Todo lo que hacía el angelito era quejarse del dolor y cansancio extremo. ¡Je, je, je! Pero eso es lo que lo hacía muy divertido —agregó Morrigan sonriendo de forma divertida y cínica

—Para tener un poderoso cuerpo masculino tallado por los mismos ángeles literal, es muy sensible —se quejó Wadjet cruzándose de brazos, aunque luego se sonroja, muestra una sonrisa de alegría pura, al mismo en que pone ambas manos en sus mejillas—. ¡Pero él lo compensa con su monstruosa estamina y fuerza física! ¡Ahhh! ¡Esos entrenamientos y raros bailes que él hace a diario dieron un estupendo resultado! ¡Mnnn!

Mientras que Freyja y las valquirias solo podían estar calladas de la enorme sorpresa —y vergüenza en el caso de algunas— que les causaba tal revelación, en el campo de batalla Vidar se sumió en profundos pensamientos, al captar un par de detalles, que de todo lo que dijo la doncella egipcia sobre el arcángel, fueron los únicos que si tenían cierta importancia.

"Entrenamientos y raros bailes, que aumentan la fuerza y estamina del individuo", eran lo que el Dios Nórdico de la Venganza analizaba en su mente, junto con los otros detalles que descubrió durante la batalla. En todo lo que llevaba la lucha, Vidar se enfocaba en analizar las habilidades de San Gabriel, para hallar una posible debilidad.Pero en vez de ello, comenzó a notar algo raro en su estilo de lucha.

La simplicidad en sus movimientos con la espada, la gran maestría que mostraba al usar solo sus manos, y la mención por parte de la diosa egipcia sobre "raros bailes", junto con entrenamientos físicos dedicados a fortalecer la fuerza y resistencia física, hacían suponer a Vidar que San Gabriel no se especializaba en combates con armas. Pero tampoco era un guerrero que solo peleaba con puños; Vidar tenía la sospecha, de que el Ángel de la Divinidad era un tipo de guerrero muy común, de los Territorios y Panteones asiáticos.

—Es verdad. ¿Y eso que tiene que ver? —preguntó San Gabriel, todavía confundido de lo que decía Odín y queriendo llegar al punto.

—Mucho estrella parlante. Si no sientes nada, ¿Entonces por qué las defiendes? ¿Por qué arriesgas tu vida por mujeres que no son sangre de tu sangre, no amas ni que te pueden dar placer? —preguntó Odín, denotando verdadera confusión e incomprensión en las acciones del arcángel.

Si ya de por si aquella pregunta levantó un aire confuso en muchos de los presentes, la misma confusión aumentó, junto con la perplejidad del resto, cuando San Gabriel comenzó a reírse, como si hubiera escuchado la broma más divertida de su vida. Pero tras unos segundos de intensas carcajadas, él procedió a calmarse para responder.

https://youtu.be/dJ-QLl5qjLg

—Seré sincero contigo viejo —dijo San Gabriel sonriendo con pena, deteniendo sus risas y colocando la hoja de la espada en su hombro—, si me hubieses preguntado lo mismo antes de mi viaje de autorreflexión, hubiera respondido casi lo mismo que diré ahora: ¿acaso un hombre necesita amar o sentir placer por una mujer para defenderla? ¿Acaso necesita razones para defender a un miembro de su familia? ¡Claro que no! Yo las defiendo y sigo con ellas porque es lo correcto, y porque también son parte de mi familia.

»Aunque en el principio yo era solo luz, siglos después construí y talle esta forma física. Y esta forma física es el cuerpo de un hombre. Y como tal, cargo con todas las responsabilidades de un hombre: brindarle protección y felicidad a la familia a cualquier costo, ¡así sea mi vida! Por eso, al igual que mi padre siempre estuvo ahí para mi madre, yo siempre estaré ahí para Brigit, Morrigan y Wadjet: ¡mi existencia será solo para darles protección y felicidad!

Aquellas palabras, llenas de tanta compasión y humildad, dejaron sin palabras a todos los presentes, a causa de las diferentes impresiones que tuvieron al escucharlas. Entre los otros guerreros Æsir, varios jóvenes quedaron tan conmovidos por eso, que estaban cerca de derramar lágrimas: para ellos, aquel ángel, pese a no tener género, de un modo irónico era un verdadero hombre; sin duda hacía honor a dos de los grandes significados de su nombre, "Hombre de Dios" y "Héroe de Dios".

Magni solo se río al parecerle divertido tal declaración, mientras que Modi estaba impresionado, al grado de sentir un profundo respeto y admiración por el arcángel. En el caso de Baldur, éste sintió nostalgia; había recordado aquellos días, en los que era un guerrero con una bondad y humildad incomparable en el Panteón Nórdico, antes de que su propia maldición comenzara a consumirlo.

En cuanto a Vidar, no estaba tan impresionado, aunque si orgulloso; desde antes él ya había reconocido a San Gabriel como un grandioso y honorable guerrero, que no es muy común de ver. Otros en cambio, al igual que Thor y Odín, seguían sin entender, e incluso les parecía hilarante y extraña las motivaciones del Ángel de la Divinidad detrás de sus acciones. No obstante las más afectadas sin duda eran Brigit, Morrigan, Wadjet y las valquirias.

—¡¿Otra vez?! —exclamó Freyja, sintiendo furia y vergüenza, al ver que sus guerreras valquirias volvían a llorar por el dramatismo de la escena.

—Eso... fue... lo más hermoso que él ha dicho —decía Brigit, teniendo las manos juntas en su pecho, y sintiendo una indescriptible felicidad, al grado de comenzar a llorar, tener las mejillas tan rojas como su cabello y enamorándose cada vez más de su compañero angelical.

"Ángel imbécil...", pensó Morrigan mientras se tapaba el rostro con su mano derecha, como si estuviese avergonzada. Y de hecho era así: se tapaba el rostro por vergüenza, a que alguien viera que ella estaba tan feliz, que sus ojos volvían a ser azules y sus mejillas tomaron un ligero color rosado.

—¡No estoy llorando! ¡Es solo el polvo! —decía Wadjet enojada y avergonzada, mientras trataba de limpiarse las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas sonrojadas. 

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