Capítulo XXXVII: Héroe o Monstruo (III)
https://youtu.be/yGeHfbhbtdA
[Torneo Parabellum: Habitación de Rudra]
El rumbo que tomó la pelea puso en alerta a Danu y Pachamama, porque en caso de que la pelea terminara con una muerte, debían actuar desde su posición. O si la misma referí —Afrodita— lo viera necesario, las llamaría para solicitar su permiso de finalizar la tercera ronda del torneo, en caso de que exista la posibilidad de evitar que termine en muerte.
Pero aparte de eso, la mayoría de las hembras allí presentes estaban felices; felices de que el discípulo más problemático de su amado al fin madurara en cuanto a actitud. Y algunas como Freyja, Lailah y Awilix estaban alegres con el hecho de que la Reina Demonio Leviathan, con suerte, será la encargada en disciplinar a Nezha a partir de ahora.
Por otro lado, Gaia y Waresa ahora descansaban en un lado de la cama, debido a que su turno de aparearse con Rudra término. Y ahora él se encargaba de complacer otras dos hembras; llegó el turno de la joven Coyolxauhqui de unirse al Rey Tigre cara a cara, mientras que Danu se ocupaba de besar y lamerle el cuello y los hombros a éste último desde atrás, además de también acariciarle el cuerpo con las manos envueltas en un aura mágica verde de sanación.
Aunque ahora también estaba una tercera hembra en la acción sexual: Nintu, quien se encontraba sentada detrás de la diosa mexica, quien tenía el brazo derecho rodeando el cuello de Nintu, a la vez que tenía el otro brazo rodeándole el cuello al dios-tigre. Nintu se ocupaba de darle tiernos besos en el cuello de Coyolxauhqui y de Rudra, además de que entre las dos diosas se turnaban para besar con pasión los labios de Rudra.
Sin embargo, en medio de la acción reproductora, Rudra ahora prestaba más atención al combate.
—¡Je! La verdadera forma de Poseidón, un ser adorado y venerado como un dios, parece más a la de cualquier demonio inferior de mi tierra —decía Daji con una sonrisa burlona—. Y en cambio, la verdadera forma de Nezha, un ser odiado y rechazado como un demonio, parece más un dios incluso para las tierras de occidente.
—Además, mientras que Poseidón se hizo más joven, Nezha se hizo más adulto —agregó Pachamama sonriendo por lo divertido que le parecía esa ironía—. Es algo bastante irónico, sobre todo ahora que Nezha maduro como un adulto, mientras que Poseidón continúa perturbado por traumas pasados.
—No puedo ni imaginar la envidia y frustración que debe de estar sintiendo ahora el cara de pez ¡Je, je, je! —comentó Sekhmet con diversión cruel.
—Yo sí. Y les aseguro que, si hace un momento él estaba más feliz que un pez payaso, ahora está más furioso que un delfín —dijo Artemisa con notable disgusto.
—Una comparación irónica, considerando que los delfines son rechazados por las otras criaturas del reino animal, porque no son reconocidos por ellos como "animales" —dijo Nintu con diversión cínica—. ¿Tú qué opinas cariño?
—Poseidón ahora tiene la oportunidad de aprender de esta paliza, pero eso sigue dependiendo de él. Y el cachorro revoltoso ya no necesita de un coscorrón mío o de Zhu Rong para que se comporte, pero todavía le queda camino por crecer —contesto Rudra con un tono serio y estricto. Aunque su pequeña sonrisa de padre orgulloso demostraba que estaba feliz.
También la manera gentil con la que hacía rebotar a Coyolxauhqui sobre la pelvis de él, y la forma cariñosa con la que besaba los labios de ella y de Nintu, hacían ver que él estaba muy sentimental ahora mismo, como un padre enternecido por ver a un hijo suyo hacerse un adulto.
Todas las hembras allí presentes lo sabían, en especial Dziewanna, Shakti y Daji, quienes fueron las que más vieron ese lado del Rey Tigre en determinadas ocasiones.
Si alguien conocía a Nezha, más incluso que la propia Leviathan, era el mismo Rudra, quien se encargaba de darle un coscorrón al príncipe taoísta, cada vez que éste volvía a sucumbir a sus impulsos violentos. Pero a diferencia de sus padres y su anterior maestro, Nezha se sentía identificado con Rudra, por el hecho de que él también ha sucumbido a impulsos violentos, que trajeron terribles consecuencias.
Un día Nezha se le dio permiso de salir de su prisión por un determinado tiempo. Así que él, sin dudar, viajó a observó su tierra desde lo alto de una montaña, a la luz del amanecer, disfrutando de sus últimos momentos de libertad, antes de estar atado al servicio de la familia de Jade.
No obstante, lo que él no sabía, era que se le dio un tiempo de libertar, para que en esa montaña lo visitara el nuevo responsable de disciplinarlo. Y así fue; el pequeño dios taoísta se sorprendió de ver al Rey Tigre allí. Por un momento lo confundió con un demonio, y sin dudar lo desafío a un combate, no solo por la emoción de pelear, sino también por querer liberar toda la frustración que tenía guardado.
Como es obvio Rudra aceptó el desafío, pero decidió llevar la pelea de otra forma; en vez de los puños y las armas, eligió un duelo de cuju. Un tipo de juego de pelota, practicado en la Antigua China durante más de mil años. El juego consistía en patear una pequeña pelota de cuero relleno de plumas y de pelo enrollado, aunque también se podían usar el pecho, la espalda y hombros, sin tocar la pelota con las manos.
Rudra le mostró que tenía en una mano la pelota usada en el juego cuju, y propuso un trato; si Nezha lograba asestar la pelota en el Monte Rudraksha, ganaría el juego y estaría libre de su prisión. Pero si Rudra asestaba la pelota en el océano, Nezha estaría obligado a ser un estudiante de su escuela. Sin embargo, en esta ocasión el dios taoísta podía jugar usando sus Ruedas de Fuego y Viento.
—¡Ja, será fácil! ¡Nadie puede igualarme en velocidad!
Exclamó Nezha confiado y orgulloso, sabiendo que cuando se trataba de velocidad de pies, él era el mejor gracias a sus Astras.
—Ya lo veremos, cachorro arrogante.
Contestó Rudra esbozando una dientuda sonrisa igual de confianza, más por el sentido divertido y burlón. Y entonces inicio el juego arrojando la pelota al aire.
https://youtu.be/5nayhQL2TFA
Nezha reaccionó de inmediato, usando la aceleración de sus ruedas de fuego, y bajo un flash se acercó a la pelota, y la pateó con tanta fuerza que la envió en la dirección donde se hallaba la India. Por un momento Nezha sonrío confiado, pero su sonrisa cayó cuando el dios-tigre desapareció de su vista, y le devolvió la pelota con un simple golpe del pie.
Mientras que Nezha usaba los Turbos de sus ruedas de fuego para moverse igual que un resplandor, Rudra usaba la Omnipresencia para teletransportarse. De esta manera, sin necesidad de usar su máximo poder, igualaba las aceleraciones breves que tenía el dios taoísta cuando éste activaba el poder de sus Astras.
Claro que eso causó que los mortales vieran luces desplazándose por el cielo, desde China hasta la India, y el aire retumbaba por el sin número de veces que el Rey Tigre y el príncipe taoísta rompían la barrera del sonido.
Para los mortales fueron minutos, pero para los dos inmortales fue un partido de cuju que duró días enteros por la velocidad a la que se movían, y acabó con la victoria del Rey Tigre, de una manera bastante irónica.
Rudra se aprovechó de la arrogancia de Nezha, quien se concentraba más en presumir haciendo malabares con la pelota y ganar con estilo, que simplemente ganar y ya. Por esta arrogancia, el Rey Tigre hizo que el pequeño príncipe acabara enviando la pelota al océano sin darse cuenta. Y no pudo alcanzar la pelota a tiempo, porque sus ruedas de fuego se quedaron sin Turbos, y por esto ya no podía volver a activarlos hasta pasado un largo tiempo.
El haber vuelto a perder enojo bastante a Nezha; tanto que destrozó una colina a puñetazos en una rabieta. Pero aunque no respetaba casi nada ni a casi nadie, si le tenía respeto a las promesas. Y por lo tanto, a regañadientes aceptó cumplir el trato de estudiar en la escuela de Rudra.
Poco después de que Rudra adoptara a Nezha como discípulo, lo llevó de excursión a las tierras americanas, para conocerlo más allá de todo lo que escucho sobre él.
Como un padre que lleva de excursión a su hijo, ambos viajaron por las tierras americanas. Y luego de algunas aventuras absurdas y enfrentamientos contra inmortales rencorosos, fueron a la montaña Aconcagua como última parada, antes de regresar a las tierras asiáticas.
Allí observaron el amanecer en las tierras incas, mientras reían juntos de las peleas que tuvieron en esas tierras, y de las ocurrencias divertidas de su guía turístico, el dios inca Ekeko. Poco a poco el tema de la charla cambio a algunas anécdotas personales, hasta llegar al motivo por el que los dos se llenaron de odio contra todos.
De la misma forma en que Nezha vio en su niñera una segunda madre, también vio en el Rey Tigre un segundo padre, con el que pudo sincerarse como muy pocas veces ha hecho.
En esa charla de padre e hijo, Rudra le pregunto a Nezha la razón por la que jamás obligó a los humanos del pueblo Chentang a respetarlo, pese a que contaba con la fuerza y las razones para hacerlo. Y el pequeño dios taoísta respondió a su pregunta, con la típica actitud indiferente que suele mostrar en momentos sentimentales o dramáticos.
—No niego que desearía que me respetaran, aunque sea un poco. Pero si van hacerlo, quiero que sea genuino. O sea por voluntad propia, no porque estén obligados a ello. ¿De qué sirve el respeto, si es dado por obligación, y no desde el fondo del corazón?
—Estoy de acuerdo. Me parece una hipocresía de lo más rastrera.
—¡Exacto! ¡Es una completa hipocresía! Tampoco quiero que me tengan miedo. No deseo que me teman, porque sería casi igual a que me respeten por obligación. No busco su temor ni su respeto forzado. Prefiero recibir algo tan genuino como el odio, que algo tan falso como un respeto obligatorio...
Ese día Rudra logro comprender mejor al incomprensible Niño Demonio, y comprobó que en lo más hondo de su corazón había auténtica bondad, lo cual diferenciaba a Nezha de otros niños rebeldes, malcriados y carentes de empatía. Era lo que lo diferenciaba de los verdaderos niños demonios, y también el motivo por el que se ganó una oportunidad de redimirse, junto con el apoyo completo de Rudra.
https://youtu.be/zxlzmZS9NEM
[Torneo Parabellum: Habitación SKA]
La habitación era tal como las otras del mismo estilo, con la diferencia de que en el espejo transmisor era lo único que no estaba dañado, porque el resto de la habitación tenía grietas en las paredes y techo, nieve y cenizas repartidas por el lugar, partes congeladas y partes quemadas. Incluso la cama presentaba indicios de quemadura y congelación, aparte de estar derrumbada en el suelo.
Y en la cama descansaba bajo las sábanas un hombre, con una mujer acurrucada en su lado izquierdo, viendo con él la Batalla de Inmortales en curso a través del Espejo Transmisor.
El hombre parecía ser un mestizo indio-malayo de 20 años. Su cuerpo estaba tan ejercitado y entrenado de todas las formas conocidas, que tenía un notable desarrollo muscular, un fuerte bronceado en la piel, y una estatura mediana (cerca de 1, 70 m). Ojos de color carmesí, y cabello de color negro con un ligero degradado rojizo, largo hasta los hombros y un poco enmarañado. Y en su muñeca izquierda portaba un brazalete delgado blanco con diseño de la serpiente gigante jormungandr.
Era el primer hijo del Dios Hindú del Fuego, Agni, y la Diosa Hindú de las Ofrendas, Svaha; era el antiguo Dios Hindú de la Batalla y la Guerra (antes que Karttikeya), adorado en la isla de Sicilia como el Dios del Fuego Adranus, y en algunas regiones de la India como el segundo Dios Hindú del Fuego Matarisvan; era el mayor de los celestiales Agni Kumaara (Príncipes de Fuego), Skanda.
La mujer a su lado era de origen nórdica, y parecía mayor que él (cerca de 30 años), con una piel mucho más blanca de la que tiene un nórdico, y un cuerpo alto (cerca de 1, 83 m), atlético y voluptuoso. Cabello rubio platino con líneas de color índigo, liso y largo hasta por debajo de los hombros. Labios de color azul pastel claro natural, y ojos de color azul real. En ambos brazos tenía tatuajes rúnicos de color negro, y en la muñeca izquierda llevaba un brazalete delgado dorado de estilo hindú.
Era la mestiza Vanir-Jotun de hielo, ex esposa del retirado Dios Supremo nórdico Njörðr, e hija del jotun de hielo Þjazy (Thiazi) responsable del secuestro de la Diosa Nórdica Æsir Iðunn (Idunn); era la creadora del esquí, maestra cazadora de Vanaheim y actual esposa de Skanda; era la Diosa Nórdica Vanir del Invierno y primera Reina de las Nieves, Skaði (Skadi).
—Increíble lo de Nezha —dijo Skadi con una sonrisa irónica—. Para ser honesta, no esperaba que su verdadera forma fuese así, pues... porque Freyr y el resto de los Vanir lo conocían como "Niño Demonio" por algo.
—Y los humanos creen que el pueblo de mi padre son demonios, nada más porque de ellos son la contraparte del pueblo de mi tío Indra —decía Skanda sonriendo con diversión—. A veces la oscuridad más infame, alberga una luz más brillante que la más famosa. Y a veces solo se juzga las acciones de una persona, sin pararse un momento a comprenderlo o ver a través de sus ojos, para hallar el motivo de su actuar.
—Como una mestiza jotun, entiendo lo que intentas decir, amor mío. No lo tomes a mal. Pero por lo que he visto en las veces que visitábamos juntos a nuestros maestros Rudra y Dziewanna, empecé a creer en lo que decían sobre Nezha. Me pareció muy arrogante y destructivo cuando él quiso enfrentarte para aprender sobre tu primer Pranayama.
—Yo también llegué a tener dudas. Pero después de que el maestro Rudra me ayudó a controlar mi furia, y me devolvió el valor para detener a mi tío Indra, no volví a subestimar su juicio. Y hoy, nos demostró a todos, no sólo cuán auténtica era la "Verdad" que guiaba su camino, sino también nos demostró que jamás se equivocó respecto a Nezha.
—Si... Vio a un héroe verdadero en Nezha, cuando todos solo veían a un monstruo salvaje... Al igual que vio en ti un Dios Verdadero, cuando todos veían a un dios barbárico y destructor como el maldito Thor. ¡Je! Si Nezha se hubiera quedado como mortal, tal vez no hubiera tardado tanto en madurar. Hay inmortales que por más que vivan siglos y milenios de experiencia, jamás cambian.
https://youtu.be/MEm0NXEMBho
[Universo Keterloka]
Hasta ahora la tercera ronda era la segunda batalla más larga; mientras que para el público pasaban minutos, para los dos peleadores pasaban horas debido a la velocidad a la que se movían. Se movían tan rápido, que en medio de su pelea iban pasando de planeta en planeta, trayendo consigo destrucción y caos con cada choque de sus armas.
Por un momento Nezha se movía mucho más rápido que Poseidón. Pero al poco nivelo su velocidad a la par de él, y comenzó a concentrar la mayor parte de la magia en su Anillo Cósmico, para protegerse del tridente del dios griego.
Poseidón no tardó en darse cuenta de eso.
"Esas ruedas de fuego... son como las botas de Hermes... Y si son el mismo tipo de Astra, entonces esas ruedas también sirven para potenciar la velocidad natural del inmortal, y hacerlo viajar a velocidades cercanas a la luz sin mucho esfuerzo", fue lo que pensó Poseidón en medio de la pelea.
Estaba tan concentrado en matar y encontrar alguna debilidad en Nezha, que no pensó en la función de sus Astras. Hasta ahora pudo comprender mejor que cada Astra tenía un propósito principal: la lanza era para atacar y disparar fuego, la cinta roja actuaba de acuerdo a la magia del usuario para cambiar de formas más defensivas que ofensivas, el anillo celestial funcionaba mejor como un "escudo" que un arma en sí, y las ruedas de fuego servían más para viajar que para atacar.
Además cada uno de esos Astras se complementaba entre sí, y eran buenos conductores de magia elemental de fuego. Era como si cada Astra tuviese el propósito de servir como piezas de una sola armadura, en contraste con otros Astras que eran únicos y ajenos entre sí.
Pero al pensar bien en estos detalles, Poseidón se dio cuenta de algo.
"Si un Astra se alimenta del poder del inmortal, y lo fortalece en base a la cantidad de poder que toma, eso quiere decir que ahora este niño ha comenzado a ahorrar su energía Maná... Está ahorrando Maná para potenciar todos sus Astras al mismo tiempo...", fue lo que pensó Poseidón tras un profundo análisis.
En el Torneo Parabellum Israel, Brynhildr, Odín y Hermes también se dieron cuenta de eso, por lo que explicaron —a sus maneras— la desventaja de tener tantos Astras.
Cuando Nezha mostró su verdadera forma, utilizo el máximo poder de sus Astras por un momento; una prueba de ello fue la absurda velocidad que gano, y el tremendo poder defensivo que tuvo su cinta roja. Pero ahora, de repente, volvió a reducir el nivel de Maná con la que alimenta sus Astras.
Mientras que Poseidón usaba muchos hechizos poderosos de muy alto nivel uno tras otro, Nezha ahorraba el Maná para alimentar sus Astras, y curarse constantemente del Kenoplasma.
Después de todo, mientras que Poseidón usaba un solo Astra, Nezha portaba hasta cuatro, lo cual requeriría de una bestial cantidad de energía y poder para usarlas todas a la vez. Esto explicaría porque el dios taoísta no usaba todo su arsenal de hechizos, aparte del hecho de que muy poco le servirían contra la magia de agua, y necesitaba Maná para sanar las heridas que le infringían el tridente.
Que Nezha poseyera tanta energía Maná, era un claro indicio de que no era para nada estúpido, aunque su arrogancia lo hacía confiarse demasiado y dejarse llevar por el orgullo. Poseidón también se volvió consciente de esto, así que comenzó a pensar rápido en una nueva estrategia, antes de que se quedara sin su preciado Kenoplasma, que era su mayor arma contra el dios taoísta.
Aunque iba a ser un poco complicado, dado a que apenas tenía unos segundos para pensar; porque ahora Nezha era quien atacaba sin piedad. Por momentos volvía a esbozar una sonrisa llena de diversión y arrogancia, pero sus ataques ahora iban directo a matar, en vez de solo herir y humillar.
Otro detalle que noto Poseidón era que, en efecto, la velocidad de los ataques de Nezha era menor a comparación de su velocidad al desplazarse por el espacio físico. Puesto que las Ruedas de Fuego y Viento solo aumentaban la velocidad de sus pies, no la de sus brazos. De manera que Poseidón podía defenderse de sus ataques, pero al momento de devolverlos le costaba mucho.
Lo mismo era para Nezha, quien podía moverse para esquivar con relativa facilidad los ataques de Poseidón, pero al momento de devolvérselos le costaba un poco, en mayor parte debido a que el dios griego, como tal, no era un humano inmortal, sino una criatura con instintos animales. Y como todo animal, tiene mejores reflejos que un humano promedio, o en este caso, que un dios de su nivel.
Y si devolver un golpe con la lanza era muy poco efectivo, entonces lo mejor era devolverle los golpes con los puños; cumpliendo esto, durante los choques de armas Nezha aprovechaba la menor oportunidad para golpear a Poseidón con el puño izquierdo.
https://youtu.be/jrNf5Vwxd40
Ambos volaban chocando y pasando de un planeta a otro, atravesando asteroides en el camino, todo esto mientras chocaban armas, y destrozaban gran parte del planeta como si fueran simples canicas de vidrio o roca frágil. Solo que esta vez, Nezha comenzó a aprovechar cualquier oportunidad para atacar con el puño izquierdo.
Poseidón se dio cuenta rápido del cambio de estrategia del dios taoísta, por lo que paso a estar más atento de los golpes del puño izquierdo. Gracias a esta percepción acertada, consiguió bloquear con la lanza un puñetazo izquierdo, pero igual la fuerza del golpe lo hizo retroceder varios kilómetros.
El golpe lo dejó vulnerable a que sus brazos fuesen sujetados por los dos extremos de la Cinta Roja Celestial, para luego ser arrastrado hacia Nezha, quien lo recibió con un golpe en el estómago por parte de la Rueda de Fuego y Viento del pie izquierdo. Este ataque, aparte de provocarle una hemorragia interna, envió a Poseidón a estrellarse cual meteoro contra un planeta árido casi tan grande como el planeta Júpiter.
Nezha procedió con volar en dirección a aquel planeta árido, y en el camino envolvió con ambos extremos de la cinta roja un planeta tormentoso, lleno de volcanes en constante erupción y de tamaño semejante al planeta Neptuno. Después sujetó ambos extremos de la cinta roja, giro en 360 grados un par de veces, y con esto arrastró el planeta volcánico hasta estrellarlo contra el gigantesco planeta árido, justo donde había caído Poseidón.
Para los humanos en el Torneo Parabellum era una total locura lo que pasaba. Para Cuzco y Gotouge, a pesar de que ya vieron un nivel de destrucción en la pelea Rudra vs Buda, les seguía pareciendo aterrador e impactante como en medio de una pelea entre dioses, destruían y se arrojaban el uno al otro planetas gigantes, como si fueran simples pelotas o escombros de una calle en una ciudad.
En cambio, para los humanos japoneses, era una completa irrealidad que Poseidón, uno de los dioses más poderosos del Monte Olimpo, le costara tanto vencer a un dios inferior, que era como la "contraparte de Hermes" de otro Panteón.
Mientras el planeta volcánico colapsaba sobre el planeta árido de mayor tamaño, Poseidón estaba siendo consumido por la desesperación. Y esto a su vez, hizo que se recordara a sí mismo la razón por la que estaba allí...
—¿Han visto a nuestro hermano mayor, ese llamado Poseidón? No se parece en nada a nosotros. Es casi como los demonios Yaoguai del Panteón Chino.
—También lo he notado. ¿Y si en realidad es uno de ellos? Eso explicaría por qué es tan horrendo.
—Lo dudo. A nuestra madre le repugnan los demonios y los peces. Ella preferiría serle infiel a nuestro padre con un dios Asura antes que con un demonio anfibio.
—Te creo. Nadie podría estar con una criatura así, ni mucho menos en la misma cama.
—Nuestra hermana mayor, Hestia, rechazó su propuesta de matrimonio. Incluso las hijas del titán Okeanus lo rechazan también. A todas les repugna su horrenda apariencia.
—Ni siquiera Hades salió tan feo. Hasta a mí me incomoda mucho el solo verlo.
—A mí también me incomoda. Hay que ser honesto, nuestro hermano Poseidón es espantoso.
Eran alguna de las charlas que Poseidón llegaba a escuchar a sus espaldas, mientras caminaba de incógnito entre sus hermanos y hermanas, tras haber aprendido a usar un disfraz de carne humana. Jamás se atrevían a decir eso frente a él, pero igual eso no hacía mucho mejor que lo hablaran a espaldas suyas.
Mucho antes de comenzar a ganar fama, era lo que escuchaba cada día, hasta que ya no pudo soportarlo más.
"No... ¡No...! ¡¡No...!! ¡¡¡No volveré a ser la burla de nadie!!!", fue lo que pensó Poseidón mientras volvía a reaccionar, y cubría el tridente con agua mágica, para entonces ejecutar otro ataque básico de magia elemental, que consistía en liberar esa agua mágica en ráfagas filosas.
Solo que en este caso, las ráfagas filosas de agua cortaron todo el planeta volcánico en diez pedazos. Y mientras el núcleo explotaba, Poseidón atravesó la explosión, sin problema alguno gracias al escudo mágico que activó antes. Nezha lo atacó disparándole otra llamarada con la lanza. Pero Poseidón voló en medio del fuego, sin importarle en lo más mínimo si llegaba a resultar herido, aunque en realidad no sufriría tanto daño gracias a su hechizo de protección.
Luego de llegar hasta donde estaba Nezha, lo sujeto del rostro con la mano izquierda, para entonces pasar volando cerca de los pedazos de los dos planetas, y arrastrar al dios taoísta por la superficie de los pedazos planetarios. En medio de esto, Nezha lo hizo soltarlo y alejarse, por medio de un ataque curvado de la lanza. Pero al hacerlo, recibió en el estomago un golpe de la parte lateral del tridente, en donde se hallaba la joya que almacenaba el Kenoplasma.
Aunque no recibió un corte profundo por ser la parte lateral del tridente, si se vio afectado por el Kenoplasma; el golpe incluso le agrieto las costillas, aparte de hacer que el dios taoísta atravesara el fragmento planetario, y chocara contra uno de los restos flotantes del planeta árido, hasta llegar a la lava del centro del planeta.
Tras haberse deshecho del dios taoísta por un momento, Poseidón decidió aprovechar ese breve lapso de tiempo para ejecutar un hechizo especial, que dejo guardado como último recurso. Y para ello, desactivo el hechizo de protección en sus escamas, levanto el tridente y activo el Kenoplasma en la gema, mientras recitaba un nuevo hechizo.
—¡¡¡Aquakinesis: Okeanos Tríaina!!! (Tridente del Océano).
Luego de conjurar el hechizo, Poseidón arrojó el tridente a varios kilómetros arriba de él. Y acto seguido, la gema en el tridente emitió tanto brillo que parecería una estrella.
Posterior a eso, cada uno de los planetas, lunas y otros objetos espaciales hechos a partir del elemento agua, incluyendo también el agua natural de algunos planetas áridos, comenzaron a brillar como estrellas azules. Entonces toda el agua congelada se derritió, y junto con el agua ya derretida en los otros mundos, empezó a desplazarse por el espacio como ríos fluyendo hacia un único canal. En este caso, se estaban concentrando en el tridente de Poseidón, quien además agrego más agua a partir de su propia energía Maná.
Toda el agua que había en la galaxia se había acumulado en el tridente de Poseidón, atraída por el Kenoplasma, para entonces solidificarse bajo la forma de dicha arma, por medio de la magia elemental. Y como extra, el mismo dios griego le agrego más agua por medio de casi toda su energía Maná restante. Esto permitió que Poseidón creará un tridente casi del tamaño de una galaxia, hecha de hielo mágico de color azul reluciente, cubierta por un aura de Kenoplasma verdosa.
—¡¡Esto termina ahora!! —exclamó Poseidón alejándose lo suficiente, para poder bajar el brazo derecho, y con ello descender el galáctico tridente de hielo sobre el planeta.
Dentro de la lava interna del planeta árido, Nezha se sano la herida infringida por Kenoplasma, usando su magia sanadora de fuego. Luego emergió del planeta, solo para ver el galáctico tridente dirigirse hacia él.
En este instante Nezha no pensó en esquivar, más que todo porque la superficie de aquel tridente emanaba energía Kenoplasma. Sino que, motivado más por el orgullo, optó por detener el ataque desesperado de Poseidón de frente.
Y para eso, se envolvió ambos brazos con la Cinta Roja Celestial, creando con esto unos guantes improvisados. Luego se pasó el Anillo Cósmico entre el dorso y la palma de la mano izquierda. Entonces, con la Lanza de Punta de Fuego todavía en su mano derecha, procedió con sujetar el colosal filo principal del galáctico tridente de hielo.
No obstante el tridente siguió descendiendo, llevándose consigo a Nezha hasta lo más hondo de la galaxia, atravesando el planeta árido y otros más en el camino. Al cabo de unos minutos, el dios taoísta no tardo en ver detrás de sí una pared cristalina de color blanco: eran los límites marcados por el Torneo Parabellum, que marcaban hasta donde tenían permitido moverse los peleadores.
De seguir descendiendo el tridente, Nezha acabaría perdiendo por salirse de los límites de la galaxia.
"¡Maldición, voy a tener que gastar el último Turbo...!", pensó Nezha, siendo más que consciente de que ya era hora de usar todo el poder de sus cuatro Astras al mismo tiempo.
Así que liberó de una vez toda su energía Maná ahorrada, y la concentro en cada uno de sus Astras a la vez. Con esto no solo amplifico al máximo el poder de sus armas; también activó la aceleración restante de sus Ruedas de Fuego y Viento. Un acto arriesgado, considerando que ahora tendría que esperar un largo tiempo para volver a recargar las aceleraciones de sus ruedas de fuego.
Pero la última aceleración cargada cumplió su propósito; potenció las ruedas de fuego, al grado en que el tridente comenzó a desacelerarse de forma abrupta. Pero aun así, Poseidón no iba a permitir que su arma retrocediera tan fácilmente.
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