Capítulo XXX: Nezha vs Poseidón (II)
https://youtu.be/2TzelJBX3aU
[Torre n1 del Torneo Parabellum: Habitación de Rudra]
Al finalizar cada ronda, los inmortales podían ir a una habitación privada a descansar, si es que no necesitan ir de urgencias a una sala médica. Por lo tanto, Rudra fue directo a su habitación a descansar, y ver los combates de sus conocidos. Aunque por supuesto, él no estaba solo en su área privada.
—¡Ah, ah, ah!
La habitación resonaba con los fuertes gemidos de Gaia, quien se encontraba en un salvaje rito de apareamiento con Rudra, en medio de una cama lo bastante grande y ancha como para que durmieran diecisiete personas.
El dios-tigre se hallaba sentado, cruzado de piernas, con Gaia sentada encima de él mirándolo de frentes, estando ambos desnudos en su totalidad. La titanidea se aferraba a su amante rodeándole la cintura con las piernas y el cuello con los brazos, mientras él la sujetaba de la cintura con ambas manos y la hacía rebotar de forma brusca.
Además, en apariencia Rudra ya no tenía heridas visibles. Aunque no solo en lo superficial, porque dentro seguía cansado y herido tras su batalla. No obstante, con el tratamiento "especial" de sus amadas compañeras, se recuperaría pronto.
—Oye Gaia ¿Puedes bajar el volumen de tu voz? ¡No me dejan escuchar la pelea!
Se quejó Nintu con molestia y envidia, estando sentada en el borde de la inmensa cama con nada más que un paño cubriendo su cuerpo. Y no era la única; en la habitación se encontraban las demás compañeras de clan de Rudra, obvio a excepción de Brynhildr. La mayoría se encontraba sentada en los bordes de la cama, mientras que el resto estaba sentada en sofás que estaban cerca.
Todas ellas se cubrían nada más que con simples paños, ya que aguardaban su turno para estar con Rudra. Todas excepto Waresa, quien también estaba desnuda, y se hallaba sentada detrás de Rudra, dándole masajes suaves alrededor del cuerpo con las manos envueltas en una luz mágica de color azul, haciendo que las heridas en el cuerpo del dios-tigre, ahora cicatrizadas, sanarán más rápido. Además, como extra, le daba un cariñoso beso en los hombros.
—¡Sabes que no puedo evitarlo...! ¡¡Ah, ahhh!! —respondió Gaia, acelerando el movimiento de sus caderas, consumida por un electrizante placer que solo podía describir como estar en el paraíso.
—¿Ya te sientes mejor, cariño? —preguntó Waresa denotando preocupación de un modo casi exagerado.
—Desde que empezaste el tratamiento. Pero no hace falta que sigas curándome; cuando recupere suficiente Prana, mis heridas sanaran solas y quedaré como nuevo —decía Rudra con un tono disgustado, a la vez que ayudaba a Gaia rebotar sobre la pelvis de él.
—¡Ohhh! No tienes que avergonzarte, querido tigrillo —decía Sekhmet con una sonrisa burlona y mostrándose enternecida.
—¡Claro, después de todo si terminas muy herido durante una pelea, podemos ayudarte a que te recuperes más rápido! —agregó Awilix dando un par de aplausos con alegría intensa y tierna.
Rudra por su parte solo gruño de molestia, más por la vergüenza que sentía ahora mismo que por los comentarios divertidos de sus compañeras leona y jaguar.
De vez en cuando Rudra regresaba a su hogar con heridas tan graves, que tardaban mucho en sanar. Por eso sus compañeras de clan se dedicaban a sanarlo, aplicando los métodos tradicionales de sus respectivas tierras, en medio del apareamiento.
Siendo todo un harén de dieciséis hembras en total, tenían un estricto orden respecto a sus turnos para aparearse con Rudra, que fue cambiando según más hembras iban sumándose a su clan. De modo que en la actualidad, cada apareamiento era llevado por un equipo de dos hembras.
Al ser Shakti la primera esposa, ella iniciaba el acto con Sekhmet como ayudante. Le seguían Raksha y Artemisa, y después Daji e Inari III. Luego venían otros equipos de dos conformados por las demás hembras: Danu y Pachamama, Gaia y Waresa, Freyja y Awilix, Nintu y Coyolxauhqui, y por último Brynhildr y Lailah.
También algunas veces las hembras no-bestias del clan se ponían de acuerdo para aparearse con Rudra, haciendo un equipo de hasta cuatro de ellas, para experimentar un apareamiento "poliamoroso" entre ellas y el dios-tigre, que las bestias hembras del grupo no podrían ofrecer.
Cada equipo estaba conformado de acuerdo con las que existía rivalidad o una conexión amistosa, para así encender la chispa del instinto peleador de Rudra, y ejercitarlo un poco durante el acto reproductivo. En esta ocasión era el turno de Gaia y Waresa; ambas diosas eran reservadas y de actitud pasiva, de manera que existía entre las dos una profunda amistad y entendimiento mutuo, que se proyectaba en la forma en cómo se coordinaban para dominar a su amado.
Pero mientras Rudra se dedicaba a satisfacer a sus compañeras, también veía junto a ellas el combate que se desarrollaba ahora mismo; frente a la cama y los sofás, se hallaba un espejo de gran tamaño y decorado con detalles de oro, en el que todos los presentes veían el combate entre Nezha y Poseidón.
https://youtu.be/XJyM5pXuQ5A
—Ese Nezha sigue siendo tan imbécil como recuerdo —decía Daji entrecerrando los ojos y cruzándose de brazos, bastante molesta de solo recordar las travesuras que causó Nezha en el Territorio Chino.
—Khan, ¿no lo habías "disciplinado" como te pidió su padre? —pregunto Raksha, sorprendida de la actitud del dios príncipe.
—Lo hice. Créeme que era mucho peor cuando lo encontré —contestó Rudra, para después proceder con besar los pechos de Gaia.
—Pues no rindió suficientes resultados, si todavía no puede usar el Prana —contestó Shakti con mal humor.
—Amor mío, ¿crees que ese niño hará caso a las reglas? —pregunto Danu, preocupada de la participación de alguien como Nezha.
—Lo que yo crea, no tiene relevancia la verdad —contestó Rudra, deteniendo los besos para luego darle suaves masajes a los pechos de Gaia con una mano—. Ya el mismo cachorro demostrara hoy su decisión.
—Y espero que sea una buena, porque lo necesitará si quiere derrotar a un dios de elemento opuesto al suyo —comentó Pachamama con el ceño fruncido.
"Yo también lo espero... Cachorro malcriado, hoy es tu oportunidad de enmendar tus errores. No lo desperdicies", pensaba Rudra, en el fondo deseando que Nezha al fin madurara.
—¡Ja! ¿Saben lo que sí necesita ese niñato? Una mujer que lo haga poner los pies sobre la tierra como un adulto —comento Nintu de forma vanidosa y molesta.
—Estoy de acuerdo. Una mujer con verdadero carácter y un niño que cuidar, harán que ya empiece a tomarse en serio su vida —dijo Freyja, también con indignación del carácter infantil del dios príncipe.
—Técnicamente ya tiene a una mujer. Aunque todavía no ha llegado a esa etapa en su relación con ella —agregó Lailah mirando al techo y poniéndose el dedo índice derecho en el labio inferior, recordando a cierta Reina Demonio.
—Por ahora...
Comentó Rudra, para después acostarse de espalda en la cama, permitiendo a Gaia cabalgar sobre su pelvis con total dominio, mientras Waresa se acostaba al lado derecho de él y lo besaba en los labios.
De momento Rudra se iba a concentrar en complacer a sus compañeras. Ya que no le interesaba el momento actual del combate de su discípulo; no necesitaba ver el futuro para saber cómo se desarrollaría. Por eso iba a esperar a que llegara el momento de la verdad, en que Nezha debía decidir su propio destino: decidir si ser el demonio que merecían los humanos, o el dios que necesitaban.
https://youtu.be/e5vN9vKerhQ
[Torneo Parabellum: Arena de Duelo]
A diferencia de las rondas anteriores, solo se escuchaba voces apoyando a alguien, y eran los inmortales griegos apoyando a Poseidón. No se escuchaba ni una sola voz apoyando a Nezha; solo había miradas y voces de desprecio, en mayor parte de los inmortales mexicanos, japoneses, budistas y africanos, dirigidas hacia él.
Pero de entre los inmortales chinos, en las primeras filas había algunos que si apoyaban a Nezha.
—¡No puedo creer que el hijo de San Gabriel recomendó a Nezha! ¡Ja, ja, ja! ¡Y me alegra ver que sigue siendo tan fuerte como siempre!
Exclamó, con alegría y sorpresa, un hombre joven de origen chino, piel clara, estatura alta y constitución musculosa. Cabello espeso y erizado de color marrón rojizo, y ojos de color dorado. Como ropa traía una elegante armadura de color rojo oscuro, con hombreras doradas, pantalones de color blanco, una piel de leopardo sujetado alrededor de la cintura a modo de falda, y por último una capa roja. Aunque lo más llamativo de él, era la cola de mono que poseía.
Era el Victorioso Buda Peleador; el Rey Mono del Monte Huaguo, Sun Wukong.
—Supongo que debió de sentirse identificado con Nezha, en el hecho de que tampoco pudo disfrutar de una infancia, y usa sus poderes tal como los usaría un niño. ¡Je, je, je!
Respondió, con un humor divertido y risueño, un hombre joven de origen chino, que aparentaba rondar por los 18 años. Cabello color negro carbón, corto y erizado como una antorcha, con algunos flequillos. Ojos de color celeste, piel clara con un ligero bronceado y una constitución delgada, con un notable desarrollo muscular por encima de un peleador de peso mediano.
Como ropa llevaba un pantalón holgado de color naranja, con diseños de pequeños llamas negras. Cintas rojas a modo de correa. Camisa naranja sin mangas y desabrochada con bordes negros, hombreras puntiagudas, y un trazado negro de tigres gemelos, parecido al tatuaje Sak Yant de Karttikeya. Botas negras con placas de metal rojo, y cintas blancas alrededor de los brazos.
Era el inmortal que enseñó a los mortales del Territorio Chino a usar el fuego; el hombre que al morir renació como un dios, por el amor que recibió de parte de todos los mortales, y derrotó al demonio marino que provocó el diluvio en el Territorio Chino durante la Era Samsara; era el Dios Chino del Fuego, Zhu Rong.
—No sé en qué le ves lo divertido. Esto es serio; si no fuera porque lo trajeron aquí con el Aro Celestial de Buda II en su cuello, ese Niño Demonio habría desatado un caos en este planeta.
Comento, con un mal humor que denotaba preocupación, una mujer de origen griega que parecía rondar por los 25 o 26 años, sentada al lado derecho de Zhu Rong. Tenía el cabello de un color rojo intenso, largo y ondulado. Ojos naranjas, piel clara y constitución delgada, voluptuosa y bastante alta, con pechos medianos. Vestía una toga morada de seda suave, sujetado en su cuello, sin mangas, con un gran escote en "X", y una falda que daba vista completa de sus piernas. Iba descalza, y portaba adornos de oro con rubíes, como brazaletes en brazos y piernas, y un cinturón de realeza.
Era la esposa de Zhu Rong, primogénita de los titanes Crono y Rea, y la mayor de entre los dioses griegos, aunque no pertenecía al Monte Olimpo; la diosa adorada por los humanos romanos como Vesta y Fornax; era la Diosa Griega del Fuego del Hogar, Hestia.
—Lo entiendo "Hes". Es solo que, hay que admitirlo, Nezha tiene buenas ideas cuando se trata de usar el fuego para hacer bromas —decía Rong con una sonrisa divertida, y dirigiéndose a Hestia de forma educada—. Estoy seguro de que si él hubiera aceptado algún atributo divino, podría haber sido un nuevo "Dios del Fuego".
—Aunque no uno tan bueno y maravilloso como tú —agregó Hestia con una sonrisa burlona, y con la mano izquierda pellizca la mejilla de Rong.
—Oigan si van a empezar con esas cursilerías, mejor consíganse un cuarto personal.
Comentó, con bastante desagrado, una diablesa que en apariencia lucía como una chica joven de origen hebrea, que rondaba por los 15 años. De piel pálida y con pechos pequeños, caderas anchas y cintura delgada. Sus ojos eran de un color violeta que denotaba un brillo juvenil, labios de color rosa natural, y cabello plateado largo y liso atado en dos coletas que llegaban hasta sus hombros.
Vestía una armadura ligera de estilo gótica, que parecía un tipo de traje de lencería muy revelador; la armadura estaba hecha con placas negras de brillo azul, que se asemejaban a escamas de pez. Aparte, lo más notorio de ella, eran los pequeños cuernos encorvados hacia atrás y de color azul oscuro encima de su cabeza. Además de sus dientes filosos, aletas pequeñas en vez de orejas humanas, alas de murciélago de color azul y una larga cola reptiliana con aletas de pez en la punta.
Era la Tercera Señora del Infierno Israelita; la antigua gobernante del océano devónico; uno de los primeros animales primigenios en reencarnar como demonio; era la Reina Demonio del Océano, Leviathan Satán.
https://youtu.be/7gO3NqUdrok
—Tranquila, Reina Demonio del Océano, no tienes que ser tan agua... ¡fiestas! ¡Ja, ja, ja! —decía Hestia con diversión, mirando a la diablesa sentada a su lado derecho, y después centra la mirada en el joven dios taoísta—. ¡¿Lo hice bien, Rong?!
—¡Ja, ja, ja! ¡Si, fue muy bueno! "Aguafiestas", por ser ella una demonio del agua. ¡Muy ingenioso! —decía Rong entre carcajadas divertidas. El Rey Mono, quien se encontraba sentado a su lado izquierdo, junto a otros dos peculiares amigos, también estaba riéndose como un loco por el chiste, igual que los otros dos amigos suyos.
—Ja... ja... ja... —decía Leviathan con sarcasmo molesto y risas falsas—. Sabes Hestia, me agradabas más cuando eras una seria y malhumorada señora del hogar. Incluso a la amargada e introvertida Skadi se le está pegando el lado humorístico de su marido Skanda.
—Cuando vives al lado de un maestro amante de la diversión, o... —decía Hestia, al principio mirando a la diablesa marina, y luego gira la cabeza para ver a Rong—, un joven artista marcial que vive cada día al máximo, algo se te queda guardado —dicho esto, vuelve a mirar a la señora Satán—. Ya deberías entenderlo, si sabes a lo que me refiero.
—Nezha no es para nada como Skanda, ni menos como tú, Zhu Rong —dijo Leviathan, dirigiendo la mirada hacia el joven dios chino.
—Eso lo confirmo —contestó Rong con una sonrisa divertida.
—¡Yo también! —agrego Wukong también entre risas.
—¡Ufff, mi familia y maestros también lo confirman!
Comentó, también riendo con un humor jovial, un hombre de origen polinesio que se encontraba sentado al lado izquierdo de Wukong. Aparentaba 28 años, poseía un físico bastante alto, corpulento y fuerte, que parecía "obeso". De piel bronceada, cabello negro largo y rizado, y ojos de color azul. Llevaba solo una falda hecha de tela y hojas tropicales. Así que podía verse que su torso, desde los hombros hasta la barriga y los bíceps, estaba llenos de tatuajes al estilo de las islas polinesias y maorí, que al verse con detenimiento daba la ilusión de que contaban historias.
Era el más grande héroe y pescador del Territorio y Panteón Polinesio; el Dios Polinesio Pescador, Maui.
—Yo también lo puedo confirmar. Desde aquí veo a la señora Yemayá. Y tampoco parece muy contenta de ver a Nezha.
Dijo, con una risa divertida y a la vez penosa, un hombre joven de origen africano, que parecía rondar por los 19 años, sentado al lado izquierdo de Maui. De constitución delgada con una notable marcada musculatura. Tenía el cabello rapado, la piel mucho más negra que el promedio de su gente, y los ojos de un intrincado color violeta. Llevaba una simple falda roja, con un cinturón en el que colgaban una maraca y un juego de llaves. Contaba con un sombrero de paja, y una capa negra atada alrededor de sus hombros. Y por último traía sandalias, brazaletes de metal en antebrazos y un collar de pepitas rojas y negras característico de la religión yoruba.
Era uno de los hijos más respetados del patriarca Obatala del Panteón Yoruba; era el Dios Yoruba de los Caminos y Guardián del Destino, Eleggua.
—También la veo... ¡Je, je, je! Al parecer sigue furiosa porque Nezha se burló de los bailes de la dramática Oshun —dijo Leviathan entre risas divertidas, observando la zona de las gradas donde se encontraban los inmortales africanos.
—Por lo visto, nosotros somos los únicos de aquí que no queremos que Nezha pierda —dijo Wukong, rascándose la nuca—. Claro, sin contar con San Gabriel, quien aún no ha salido de su casa. Y también Skanda, quien debe estar en su habitación personal, entrenando con su fría esposa Skadi.
—¿Qué tipo de entrenamiento? —pregunto Eleggua por pura curiosidad.
—Ah... Pues, según me dijo él antes de que comenzara el torneo, su esposa quería ayudarlo a ejercitar su poder de Prana tipo Atman... por medio del ancestral Yoga que inventó Kama para los amantes —explicaba Rong, tratando de elegir las palabras adecuadas para no sonar mal—. Ya saben, el Kamasutra...
—Por favor no menciones más —dijo Maui levantando la mano derecha para detener la charla.
—Como sea. Hasta a mí me deprime que seamos los únicos que lo apoyan —dijo Wukong cruzándose de brazos, denotando verdadera pena.
—No solo nosotros. También están los padres de Nezha —agrego Leviathan, adoptando un semblante serio.
—¡Ja! Lo imagino —dijo Hestia con un suspiro sarcástico.
—No, ella tiene razón —corrigió Rong.
—Pero ¿no que los padres de Nezha le temían tanto que lo rechazaban? —dijo Hestia ahora confundida.
—Si fue así... antes de que el shifu Rudra lo adoptara como discípulo... —decía Rong, teniendo dificultades para explicarse—. E-e-es complicado. La verdad es que, la razón por la que Nezha fue encerrado en vez de ser ejecutado, aunque ganas y derechos le sobraban al anterior emperador para ordenarlo, fue gracias a los padres de Nezha.... Lo sé porque estuve presente cuando ellos visitaron al señor Rudra.
—Entiendo que tú, Zhu Rong, conozcas eso por ser su "hermano de entrenamiento" —decía Eleggua con la mano derecha en la barbilla—. ¿Pero cómo es que lo sabes tú también, chica demonio?
—Porque los mismos padres de Nezha me lo dijeron —respondió Leviathan frunciendo el ceño con molestia.
https://youtu.be/bkofRnfGh2A
[Universo Keterloka]
La batalla entre Nezha y Poseidón continuaba, y cada vez se tornaba más violenta. El planeta donde empezaron a pelear, al principio tan desértico y seco como los desiertos de Egipto y África, ahora tenía montañas tan altas como el Everest, acantilados tan grandes como continentes, vastos océanos y montañas carbonizadas.
Los choques entre el tridente de Poseidón y la lanza de Nezha hacían temblar el planeta, creaban fisuras de tamaño continental y grandes montañas, y hacían eco en el cielo. Poseidón manejaba su arma con una velocidad y precisión digna de un maestro lancero. Pero eso poco le servía para igualar la destreza física y forma de pelear tan peculiar de Nezha.
—¡Quédate quieto asqueroso demonio enano! —exclamó Poseidón, ejecutando una serie de estocadas tan veloces, que daba la ilusión de que manejaba miles de tridentes a la vez.
—¡Oye si no obedezco ni a mis padres, ¿Por qué debería obedecer a un "pejelagarto" como tú?! ¡Ja, ja, ja! —contestó Nezha, esquivando cada estocada a una velocidad tan alta, que dejaba miles de proyecciones detrás de sí.
Nezha se deslizaba por el agua y las rocas como si patinara sobre el hielo. Y lo hacía de forma dramática, como si estuviera esquivando los ataques por poco. Además hacía muecas infantiles de burla. Mientras tanto Poseidón usaba el agua para crear un torbellino, en el que estaba él de la cintura hasta los pies, y así se movía tanto en el agua como en la superficie sólida.
Además toda la región estaba envuelta en un intenso vapor, producido por las ruedas de fuego de Nezha al deslizarse por el agua creada por Poseidón.
Durante unos cuantos minutos, Nezha solo se dedicó a esquivar los ataques de Poseidón, y burlarse de él. Pero entonces esbozó una sonrisa cruel, y tras hacerse a un lado para esquivar un estoque, procedió con atrapar el tridente sujetándolo por el mango con la mano izquierda.
El dios griego intentó mover el tridente, pero no podía ni mover al dios príncipe.
—¿Y piensas lastimarme con esta cosa? —decía Nezha de forma divertida—. Comparado con el tridente del tigre gruñón, el tuyo es un simple tenedor para comer "leviatanes". ¡Je, je, je!
—¡¡Deja de burlarte de mí!! —exclamó Poseidón, alzando el brazo izquierdo con los dedos de la mano extendidos, para atacar con su magia—. ¡Aquakinesis: Xiphos Atlantis! (Espada de Atlantis).
Encima de los dedos de la mano izquierda de Poseidón las partículas de Maná crearon un Círculo Mágico azul, con inscripciones y símbolos griegos, que luego empezó a moverse hacia arriba. Y según lo hacía, debajo se condensaba un torbellino de agua alrededor del brazo de Poseidón, que al instante en su mano tomo forma de una larga y detallada espada, de filo turquesa luminiscente y empuñadura de hielo, con inscripciones griegas en la hoja.
Acto seguido el Círculo Mágico desapareció, y Poseidón descendió el brazo en un corte vertical, que disparó una ráfaga de agua a una velocidad y fuerza, que dividió cinco montañas que había delante. Sin embargo Nezha lo esquivo soltando el tridente y moviéndose a un lado, mientras arrojaba la lanza al cielo.
Entonces Poseidón se vio envuelto en una lluvia de puñetazos, por parte de Nezha, quien atacaba con las manos a una velocidad tan absurda, que dio la ilusión de que tenía seis brazos. Eran simples golpes al azar, sin ningún tipo de estilo específico. Pero el último golpe si pertenecía a un estilo de lucha en específico.
Nezha uso Shuang Hu Zhao (Doble Garra de Tigre), el cual consistió en juntar las manos cerca del estómago, cerrando los dedos en forma de garras. Y las extendió hacia adelante en un doble golpe de garra simultáneo, parecido al del estilo tigre en muchas artes marciales de China y Japón. El ataque impactó en el estómago de Poseidón, estremeciéndole cada uno de los huesos, provocando fisuras en ellos y algunos desgarres internos.
La fuerza del golpe volvió a hacer retroceder a Poseidón, esta vez mucho más lejos y ni siquiera cuatro montañas detuvieron su retroceso, pero si disminuyeron la velocidad, de manera que él pudo detenerse en medio de un océano creado por él mismo. Allí se mantuvo flotando por encima del agua, envuelto en un torbellino de agua, mientras vomitaba sangre, y su oponente recuperaba la lanza extendiendo solo el brazo derecho de forma casual.
Muy a su pesar, Poseidón se vio obligado a reconocer que en una pelea cuerpo a cuerpo, Nezha era por lejos muy superior, gracias a la energía Chi que le fortalecía el cuerpo el triple, cuádruple o hasta más que un inmortal promedio sin conocimiento en el manejo del Chi. Y aparte, era muy sabido que el alma de Nezha guardaba un caótico poder primordial, de manera que su Chi podría compararse al de un Dios Supremo novato.
No obstante, cuando se trataba de los ataques mágicos con el agua, Nezha siempre los esquivaba o bloqueaba con la lanza; jamás los bloqueaba o golpeaba con sus propias manos, o usando su energía Chi. Y por lo que recuerda Poseidón, en las disciplinas elementales Wu Xing, que regían el Chi y las artes marciales en general, el agua dominaba al fuego.
También recuerda que el Chi Yang tiene una ligera ventaja contra el Prana, pero es débil ante el Kenoplasma, mientras que el Chi Yin tiene una ligera ventaja contra el Kenoplasma, pero es débil ante el Prana. No obstante existía una especie de "interacción especial" entre el Chi y el Maná.
https://youtu.be/CP9yqCBKh4Q
Teniendo todo este conocimiento en mente, Poseidón empezó a tener ciertas sospechas. Así que, sin tener mejores opciones, decidió apostar todo a ello.
—¡Aquakinesis: Hippokampos Anavatis! —conjuro Poseidón, desapareciendo la espada de agua de la mano izquierda, y tocando con el filo del tridente el agua del océano donde se encontraba él.
Acto seguido todo el agua de la región de aquel planeta comenzó a moverse de forma antinatural; se concentraba en el punto donde Poseidón estaba, y poco a poco fue alzándose, cubriendo al dios griego, y tomando una forma específica; incluso la luna de hielo que giraba alrededor del planeta, pasó a derretirse y fusionarse con el agua en la superficie planetaria.
Toda esa agua, tomó la forma de un par de monstruosos hipocampos, una mítica criatura de los mares del Territorio Griego y Celta, mitad caballo y mitad pez. Solo que estos dos medían más que el monte Everest, estaban hechos en su mayoría de agua, y en menor medida coral y piedras marinas junto con minerales nativos de ese planeta.
Y detrás de los hipocampos de agua, emergió un elemental de agua la mitad de grande que esos hipocampos de agua; el elemental tenía una apariencia humanoide desde la cabeza hasta la cintura, siendo el resto agua conectada con el cuerpo de los hipocampos, poseía una especie de armadura hecha de coral, y en la mano izquierda tenía látigos de agua con los que controlaba a ambos hipocampos.
Su cabeza carecía de boca, pero poseía un par de brillantes ojos de color violeta, tenía una larga cabellera con forma de tentáculos de pulpo, y en el interior de su frente se encontraba Poseidón, controlándolo como si fuese una marioneta o una especie de "traje gigante".
—¡Oye eso no es justo cara de pez disfrazado de humano! —decía Nezha con una sonrisa divertida, poniéndose la lanza en el hombro derecho, y mirando desde la tierra a los colosos de agua que se encontraban frente a él—. ¡Se supone que eres idolatrado como el "mejor guerrero", así que actúa como tal y enfréntame cara a cara, en vez de esconderte como el ridículo pez mutante que eres en el fondo!
—¡¡Niño Demonio del pueblo Chentang, hoy finalmente haré que sufras por tus incontables ofensas y ataques contra el Monte Olimpo!! —exclamó Poseidón con furia desde la cabeza del elemental gigante.
—¡¿A sí?! ¡Pues añade esta otra "ofensa" a la lista: tu esposa Anfitrite es muy buena usando la boca y los pechos! ¡Le doy un 50 de 10 por haber hecho de mi tour por Atlantis muy relajante! —dijo Nezha levantando el pulgar izquierdo y sonriendo de forma inocente, solo para burlarse.
Aquella respuesta molesto tanto a Poseidón, que su elemental de agua levantó el puño derecho, y lo extendió hacia Nezha, alargando el brazo en el proceso. Sin embargo Nezha lo esquivo de un salto, y procedió con ascender patinando por el brazo del elemental de agua.
Sin embargo el brazo de agua desprendió innumerables picos de hielo, que Nezha esquivo volviendo a saltar, aunque no sin antes arrojar su lanza de tal forma, que la hizo girar sobre sí misma, hasta llegar a la cabeza del elemental de agua, provocándole una fisura en la cara que tardó un poco en volver a cerrarse.
Después de que la lanza volará de regreso a la mano derecha de Nezha, éste prosiguió con alejarse volando, mientras era perseguido por unos furiosos hipocampos que arrastraban al elemental de agua. Dado al descomunal tamaño de las criaturas de agua, se movían por diferentes lados del planeta con la misma facilidad con la que alguien le da la vuelta a un jardín grande en su casa.
Y a medida que los elementales de agua avanzaban, el coloso de agua agitaba el brazo derecho, liberando incontables armas de todo tipo, hechas de agua y hielo; lanzas, espadas, hachas, flechas. Todas con un Círculo Mágico de color turquesa.
Como Poseidón lo sospecho, Nezha lo esquivaba todo y las bloqueaba con la lanza; no las destruyó o bloqueo usando alguna técnica de Chi. Y hasta donde tenía conocimiento, Nezha estaba vinculado al elemento fuego del Chi y la magia.
—¡Tal parece que tienes cierta vulnerabilidad ante la magia elemental de agua! —dijo Poseidón desde el coloso de agua.
—¡Bueno, bueno, el cerebro de pez resultó ser bastante listillo! —dijo Nezha, para nada preocupado, mientras giraba su lanza para bloquear y destruir las armas mágicas de hielo, a la vez que esquivaba las que estaban hechas de agua.
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