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Capítulo XXII: Moksha y Nirvana (I)

https://youtu.be/ZYAPgPH9hsI

[Universo Keterloka]

Una porción de la galaxia fue borrada por completo, a causa de la masiva hipernova creada por Rudra. Fue de una escala menor a la que generó él cuando activo la Omnipotencia. Sin embargo el poder fue por lejos mayor. Tanto que en medio de los residuos luminosos de color naranja, Rudra escupía sangre, y su armadura tenía fisuras visibles. Su pelaje y ojos volvieron a la normalidad, y además él flotaba a la deriva, aturdido por la explosión. Por otro lado ya no sostenía a Buda, ni éste se veía por los alrededores.

"El Meng Amok ya llego a su límite...", pensó Rudra con una sonrisa divertida, apenas recuperándose del aturdimiento, mientras se limpiaba la sangre de la boca con el antebrazo izquierdo.

Entonces a unos cuantos metros cerca de él, aparece teletransportandose Buda; ya no tenía su armadura de Prana, y desapareció su aura multicolor, lo cual implicaba que también dichas técnicas llegaron a su límite. Por otro lado, también tenía algunas grietas en su piel. Además escupió sangre, la cual fue bastante visible al flotar por el espacio.

—Je. Parece que tus técnicas de protección también llegaron a su límite —le dijo Rudra a su oponente, mientras se sujetaba el pecho, al sentir un terrible dolor recorriéndole el cuerpo, sobre todo en el pecho que es el punto en el que más daño recibió.

—Eres un maldito loco —dijo Buda con un semblante molesto—. Usaste una de tus Técnicas Prohibidas con el mayor efecto colateral. Estoy al tanto de que esa técnica, a cambio de causar tanto destrozo y daño, una parte de ese daño rebota contra el propio usuario, si el objetivo está demasiado cerca. Pero gracias a Acalanatha y Maharaja, yo sufrí casi menos daño que tú.

—Pero al menos hice que esas técnicas molestas llegaran a su límite. Así no podrás volver a activarlas, y serás más vulnerable a los próximos regalos que tengo preparados para ti. Después de todo, al igual que mi Meng Amok y las técnicas de tipo Atman y Equipamiento, no pueden volver a activarse hasta pasado un tiempo en el organismo. No podremos volver a activarlas por un buen rato.

—Sin embargo, gastaste mucha energía Prana; más que Chi y Maná. Demasiado para que te salga a cuenta.

—Si me sale a cuenta. El daño que te falto por recibir de mi explosión, la tendrás en un santiamén para que estemos más "igualados".

—No obstante, ya usaste el Meng Amok y dos de tus Técnicas Prohibidas. No podrás volver a usarlas hasta pasado un tiempo en tu organismo, y tener un 75% de tu energía Prana total recuperada —decía Buda con una actitud más que sería—. Yo sigo teniendo una "carta de triunfo", mientras que tú te estás quedando sin tus mejores "cartas".

—Pero todavía tengo mis técnicas con Chi y algunos hechizos útiles —respondió Rudra sin perder el optimismo—. Yo ya he pasado por este tipo de situaciones más veces de las que te imaginas, Buda. Y aunque no me gusta pelear por espectáculos ni estupideces externas, no pienso concederte la victoria en este combate. Te enseñare que hay más caminos hacia la paz; que en realidad no existe una "Verdad Absoluta" para nada, ni mucho menos para la felicidad personal.

Dicho eso, Rudra manifiesta su energía Prana bajo un tono naranja, con descargas eléctricas doradas. Pero también manifestó rastros de energía Maná bajo un resplandor blanquecino con partículas doradas. Como respuesta a esto, la armadura de Rudra empezó a sufrir un cambio: la pechera se separó, dejando el estómago y una pequeña parte del pecho expuesto. Pero además la armadura en sus extremidades se extendió, llegando a cubrir por completo sus manos y patas, formando así guanteletes y botas con dedos filosos.

Por otro lado, los guanteletes y las botas adoptaron el trazado flameante de una palabra en idioma siamés, que significaba "Ocho Virtudes". Y como detalle final, la apariencia de la armadura de las extremidades se alteró de tal forma, que se asemejo a una armadura de estilo siamés.

—"Armadura Mahakala: Arte de las Ocho Extremidades" —dijo Rudra con un tono divertido, más por juego que por nombrar una especialidad—. Así llamó Sun Wukong a esta capacidad, cuando termine de aprender el arte marcial de Karttikeya. Para ser sincero, no es una forma de mi armadura que me guste; me impide usar mis técnicas con Prana al máximo, y toda su resistencia pasa a mis extremidades, dejando el resto de mi cuerpo vulnerable.

—¿Qué planeas al revelarme eso? —preguntó Buda con un tono más que molesto.

—Solo te estoy dando una pequeña ventaja, para hacer más "igualado" el combate. Ya que no me gusta tener demasiada ventaja sobre mis presas. Y cuando una bestia y un humano pelean, no es una pelea entre luchadores de artes marciales. Es una pelea entre un depredador y su presa.

Sin decir más nada, Buda frunció el ceño e hizo un gesto con ambas manos, extendiendo los dedos índice y medio. Entonces en el espacio volvieron a formarse los Orbes de Maná, los cuales se volvieron invisibles al rato. Acto seguido Buda procedió con moverse tan rápido, que dejaba proyecciones de sí mismo detrás. Esta vez el Señor del Budismo usaba sus propios Orbes de Maná para impulsarse, por lo que tenía absoluto control al moverse en el espacio físico.

Mientras tanto Rudra seguía en donde estaba; sin hacer nada en lo absoluto. Ni siquiera se movió, cuando empezó a recibir golpes de todas direcciones. Esta vez Buda atacaba usando cada una de las técnicas marciales que conocía: puños directos, golpes de palma, golpes de espada, golpes con los nudillos de los dedos, golpes con el talón de las manos, codazos, patadas horizontales, patadas diagonales, rodillazos, patadas con el talón del pie.

En sentido literal estaba utilizando cada uno de los tipos de golpe que conocía. Y aunque lograba impactar cada uno de ellos en el dios-tigre, éste seguía sin reaccionar. No obstante, justo cuando estaba por golpearle la garganta con los dedos de la mano derecha, Rudra abrió la boca y atrapo el antebrazo derecho de Buda con los dientes, para después impactar en el estómago de éste un puñetazo derecho tan poderoso, que le agrieto todavía más la piel y le hizo vomitar sangre.

Acto seguido, Rudra se dio la vuelta y arrojo a Buda lejos, para después volar directo hacia a él, mientras giraba en el aire, para después impactar un rodillazo izquierdo en el rostro de Buda. Y a pesar de que éste consiguió cubrirse con ambos brazos, aquel golpe lo hizo retroceder hasta el otro extremo de la galaxia, llegando atravesar cinco planetas e innumerables cometas en el camino. Después de esto, Buda giró varias veces hacia atrás, y se detuvo al pisar un grupo de Orbes de Maná, quedándose de cuclillas al estar todavía aturdido por aquel par de golpes.

"Solo fueron dos golpes... Y siento como si todos mis huesos estuvieran siendo impactados por una bala de cañón... Aprovecha la dureza de su propia armadura, para usarla como arma en sus extremidades... Miserable... Sacrifico el uso de su Meng Amok, para desgastar mi Maharaja y Acalanatha, y así dejarme vulnerable a sus armas", pensó Buda, sujetándose el estómago con la mano izquierda.

Luego intentó concentrar su energía Prana en la mano para acelerar el factor curativo de su cuerpo, lo cual a duras penas conseguía.

"Y lo peor es que ya no puedo usar más técnicas de Prana por el momento... Usar Maharaja y Acalanatha al mismo tiempo, limita la fuerza de las otras técnicas. Y al desactivarlas al mismo tiempo, pierdo gran parte de mi capacidad de concentrar energía Prana, por un pequeño periodo de tiempo biológico... Pero de no haberlas activado, no habría aguantado más de seis o siete golpes suyos con su Meng Amok activado. Tendré que resistir hasta que mi circulación de Prana se normalice".

Pensaba Buda, analizando cada uno de los pros y contras que tenía su situación actual: por un lado consiguió deshacerse de la técnica Meng Amok de Rudra, que tantos problemas le traería, y por otro lado tuvo que sacrificar el uso de sus propias mejores técnicas defensivas, las cuales a su vez dieron como efecto secundario la pérdida temporal de concentrar Prana.

—Bonito arsenal de técnicas marciales. Pero no te confíes solo porque ya no puedo utilizar el Meng Amok.

Comentó Rudra, apareciendo acostado de espalda, con las manos en la nuca, en un asteroide que pasaba cerca de Buda, quien había pausado el análisis mental para ponerse en guardia de inmediato.

https://youtu.be/QsRaoKE5dLI

¡Shaolin Wushu: Jinshu Pífu! (¡Arte Marcial Shaolin: Piel Metálica!). ¡Rupadhatu: Sarvabhaumika Barpha Tvacha! (¡Reino de la Forma: Piel de Hielo Universal!)

Recito Buda, activando al principio un manto de energía Chi dorada que hizo lucir su piel de roca como si fuese metal plateado, para un segundo después desaparecer y regresar su piel a su apariencia de roca blanca. Y luego, con la recitación del hechizo, se manifestó un brillo azul hielo por todo su cuerpo durante un breve parpadeo.

—Una técnica de endurecimiento muscular, y un hechizo de protección universal muy efectivo contra fuego y rayo —comentó Rudra—. No son tan poderosas como tus dos técnicas de Prana. Pero en ausencia de una armadura de diamante, es mejor que nada una armadura de hierro.

—Entendí la referencia. No pensé que supieras de temas sobre juegos virtuales, como Planetcraft.

—Es el juego favorito de Lailah y Coyolxauhqui. Y a veces juego con ellas a ese juego virtual para pasar el rato. Que yo me haya despegado de los lazos mundanos, no significa que deba distanciarme de mi familia, como lo haces tú con la tuya.

Tras decir eso, una vez más la Barrera del Tiempo volvió a romperse, cuando Buda se impulsó hacia adelante, quedando justo arriba del asteroide donde descansaba el dios-tigre. Pero cuando ataco con un puñetazo derecho, lo único que pudo hacer fue destrozar el asteroide, debido a que justo antes de que su puño impactara en el rostro de Rudra, éste desapareció por ser solo una imagen residual.

Y cuando Buda miro alrededor para buscar a su oponente, no solo lo encontró; vio a miles de ellos saltando de asteroide en asteroide alrededor suyo, bajo un resplandor de Chi dorada. De inmediato Buda supo que no se trataba de copias mágicas o la Omnipresencia, sino que Rudra se movía tan rápido que dejaba copias residuales detrás de sí. Aunque eso no era todo.

Desde el inicio de la pelea, en ocasiones Rudra llegaba a moverse como un animal, pero esta vez se movía por completo igual que la bestia que él era en realidad; se movía en cuatro patas, se sujetaba de los meteoritos usando las garras, y al saltar se movía con la flexibilidad de un felino.

"¡Esos movimientos...!", pensó Buda, una vez más sabiendo que tipo de técnica era esa, y por eso se dispuso a actuar deprisa; junto las manos en un fuerte aplauso, haciendo que los Orbes de Maná alrededor suyo volvieran a parpadear, listo para efectuar otro ataque.

Pero justo cuando extendió los brazos a los lados para hacer otro gesto con las manos, recibió de lleno una serie de golpes en todo el cuerpo. Desde todas direcciones, Rudra atacaba por medio de violentos y simples zarpazos, junto a golpes de palma con las garras.

Era la técnica Godfist Style: Silhouette Nebular. La cual estaba siendo combinada con Pashu Kalari: Shikari Akramanam (Bestia del Campo de Batalla: Ataque del Depredador).

Sin embargo Buda resistió los golpes y el dolor, para cubrir sus brazos con energía Chi. Esta vez estaba utilizando en ambas manos Shaolin Wushu: Shaka no Ken. Y como si se tratase de espadas reales, Buda cruzó ambos brazos en una casi perfecta línea horizontal, que liberó una ráfaga dorada mucho más angosta y poderosa que la anterior.

El dios-tigre vio venir el ataque, y por eso se inclinó hacia atrás, permitiendo que la ráfaga horizontal pasara de largo por encima de él. Y aunque el ataque destrozo y aparto casi todos los asteroides, Rudra cambio de táctica: durante la evasión termino ejecutando un giro de 360 grados hacia atrás, y antes de completar el giro libero la cola que mantenía alrededor de la cintura, la utilizo para sujetar el cuello de Buda, y al terminar el giro envió a Buda hacia un planeta ubicado a millones de kilómetros debajo de ambos.

La superficie del planeta era por completo de diamante sólido, su tamaño era un poco mayor al del planeta Tierra, tenía una atmósfera bastante densa, y la mayor parte de su superficie eran montañas y formaciones parecidas a picos. En una de las zonas hundidas aterrizó Buda, creando con su caída una enorme grieta.

Buda no tardo en ponerse de pie, mientras extendía a los lados, y realizaba un gesto con los dedos índice y medio, para provocar un desprendimiento de la corteza del planeta; del diamantino suelo, separó porciones tan grandes como montañas. Y como si se tratara de simples pelotas, las arrojó en dirección al dios-tigre, quien descendía desde el cielo.

Tal como un verdadero animal, incluso dejando la cola libre, Rudra fue corriendo a cuatro patas y saltando de montaña en montaña diamantina. Luego, con el puño izquierdo cubierto de energía Chi dorada, partió a la mitad una montaña de diamante de un solo golpe, para entonces aterrizar a cuatro patas en la superficie del planeta, justo detrás de Buda. Entonces éste se dio la vuelta, ejecutando una patada derecha deslizante sobre el suelo, llegando a partir trozos de diamantes en el camino.

Pero antes de impactar el ataque, Rudra lo evadió saltando y girando hacia adelante, para después volver a caer a cuatro patas, esta vez mirando de frente a Buda, quien paso a deslizarse por el suelo diamantino, ejecutando una patada con la otra pierna. No obstante Rudra lo volvió a esquivar saltando hacia atrás mientras giraba. Luego aterriza de cuclillas, y cuando Buda piso con fuerza el suelo y se impulsó hacia adelante, con el fin de atacar mediante una patada vertical izquierda, Rudra avanzo de frente.

Por un momento Buda creyó que Rudra usaría la técnica del Muay Boran, que consistía en pararse sobre una pierna del oponente para impulsarse hacia arriba, e impactar una espectacular patada en el rostro.

No obstante el dios-tigre volvió a sorprenderlo cuando en vez de eso, lo que hizo fue esquivarlo moviéndose en cuatro patas al lado izquierdo de Buda, para entonces levantarse usando la mano izquierda como único soporte, y ejecutar un rodillazo derecho, el cual Buda bloqueo por poco con el antebrazo izquierdo. Aunque la fuerza del golpe lo hizo retroceder.

"Este miserable... paso de atacar como un peleador humano, a un animal salvaje", pensó Buda, deteniéndose en seco a seis metros lejos del dios-tigre, entendiendo que éste había cambiado el estilo de pelear, al de un auténtico animal; tanto que resultaba casi impredecible incluso para alguien como Buda.

—Je. Se nota que eres de huesos fuertes. Con tantos golpes de mis extremidades traseras, ahora mismo estarías sufriendo de fracturas —dijo Rudra, estando de cuclillas con las manos descansando en las rodillas.

—Eso es obvio —dijo Buda con molestia, tras escupir sangre—. Desde niño me he dedicado a un doloroso entrenamiento, que consistía en endurecer mis huesos fracturándolos de manera constante. Tal como el universo mismo, pase por un proceso de destrucción y regeneración corporal, que dio como resultado un endurecimiento casi divino de mis huesos, sobre todo mi cráneo.

—Con todo lo que has dicho hasta ahora, se puede ver cuán dedicado estuviste a tu reino y familia. Si tan entregado estabas a ellos, entonces ¿por qué decidiste cortar todos tus lazos con ellos?

—Eran lazos mundanos; lazos que solo conducían hacia el sufrimiento. Y para trascender, hay que despegarse de todo sufrimiento. Tal vez te parezca muy egoísta. Pero es el verdadero camino hacia la paz.

—Más bien me parece una vida muy solitaria, con una felicidad tan falsa como el "te amare por siempre" de cualquier ex pareja —decía Rudra dejando de sonreír, para mostrarse bastante serio—. Créeme, te lo dice alguien que ha pasado más de la mitad de su vida mortal, en soledad.

—Si es así, entonces ¿qué piensas sobre los lazos mundanos?

—Pienso que muchos le dan una mala interpretación. Es necesario despegarse de los lazos que solo traen sufrimiento, pero no de los que traen felicidad pura y genuina, como los lazos familiares.

—Para ti es auténtica felicidad. Pero la realidad es que no son más que cadenas, que solo traen dolor en la vida.

—Es verdad. Pero la vida es así, y no se puede hacer nada respecto a eso, porque el dolor es inevitable; el sufrimiento es lo único opcional.

—¿Quién te lo enseño? ¿Buda VI Gautama?

—No. Me lo enseñó una simple loba mortal, y luego yo se lo enseñe a Siddhartha.

https://youtu.be/iaWo2BS8OJs

Con esa respuesta bastante irónica, Buda frunció el ceño mientras pisaba con fuerza el suelo diamantino, y con solo alzar la mano derecha hacia arriba, provocó una hazaña monstruosa; desprendió casi la mitad de la primera capa de la superficie del planeta de diamante, y la hizo ascender hasta casi salirse de la atmósfera. Este repentino y violento cataclismo, fue nada más que con el fin de sorprender y desequilibrar a Rudra por un momento, para así atacarlo por sorpresa.

Obvio Rudra perdió el equilibro por un instante, a causa del inesperado desprendimiento planetario. Sin embargo por pura precaución a lo inesperado, puso las manos en el suelo para mantenerse preparado. Y gracias a esto pudo hacerse a un lado, saltando a su izquierda, para evitar recibir de frente una patada diagonal derecha de Buda, cuya fuerza creó una grieta curva en toda la corteza flotante.

"Parece que eso no le gusto", pensó Rudra con una sonrisa divertida, tras rodar por el suelo, para entonces comenzar a ponerse de pie de inmediato, justo a tiempo para defenderse con un puñetazo izquierdo, que impacto directo en el rostro de Buda, aunque terminó recibiendo de parte de éste un puñetazo debajo de la mandíbula, que le hizo escupir sangre.

Acto seguido, Rudra bloqueo con la pierna derecha una patada izquierda de Buda, y con el antebrazo derecho bloqueo un golpe de palma directo izquierdo, para entonces contraatacar con un codazo izquierdo, el cual Buda bloqueo con el antebrazo derecho. Después los dos se separan un paso saltando hacia atrás, para entonces volver a chocar en otro pequeño intercambio de golpes, que consistió en una serie de choques de puños consecutivos.

El choque de puños finalizó cuando entre los golpes Rudra recibió un contundente derechazo en la quijada; fue un golpe certero que aturdió por un momento al dios-tigre, dejándolo vulnerable a una patada izquierda que impactó en su pecho, y lo hizo retroceder veinte metros lejos.

Luego de eso, Buda empezó a concentrar energía Chi en su puño izquierdo, para usar Shaolin Wushu: Qi Zong Lu (Arte Marcial Shaolin: Palma de Chi).

—¡Si de verdad piensas eso, entonces ¿para ti qué es la violencia?! —exclamó Buda, alzando el puño hacia adelante, disparando la energía Chi concentrada cual bala de cañón.

Rudra, tras escupir sangre, esquivo el ataque encorvándose hacia la izquierda, para luego saltar hacia atrás dando varios giros, con el fin de esquivar una patada derecha ascendente de Buda, quien se le había acercado de forma casi instantánea. Entonces el dios-tigre empezó a alejarse saltando y girando en el aire, para así esquivar con éxito la lluvia de ráfagas de Chi, disparadas desde las dos palmas de Buda.

—¡Ja! ¡Es una pregunta bastante fácil! —contestó Rudra aterrizando en el suelo a cuatro patas, esquivando en el acto una ráfaga de Chi que paso encima de él—. ¡Y la respuesta es la misma pregunta!

—¡¿A qué te refieres?! —exclamó Buda, para entonces saltar y volar en dirección al dios-tigre, mientras que con una sola mano descargaba una lluvia de ráfagas de Chi con forma de puño.

Entonces Rudra empezó a retroceder deslizándose por el suelo, saltando dando giros en el aire y volando mientras evadía grandes picos de diamante. Todo esto, mientras esquivaba las ráfagas de Chi, que terminaron por hacer pedazos toda la corteza flotante, creando una lluvia de diamantes gigantes en el planeta. Además, ambos se movían a tal velocidad, que le daban la vuelta a todo el planeta varias veces, mientras las ráfagas de Chi creaban explosiones semejantes a bombas atómicas en el camino, lo cual sería se vería muy apocalíptico desde el espacio.

En este preciso momento, en el Torneo Parabellum, tanto Cuzco como Gotouge agradecieron mentalmente que Rudra y Buda hayan sido llevados a pelear a otro universo, porque tras ver aquel nivel de destrucción que ambos inmortales causaban con simples movimientos, no podían imaginar cómo hubiera sido si se quedaban a pelear en la Arena de Duelo, o incluso llegaban a pelear en el Mundo Mortal.

Si eso no era la auténtica demostración del verdadero poder de un dios, no querían saber qué sí lo era.

—¡Tal como lo escuchaste! —exclamó Rudra, deteniéndose al posicionarse de cuclillas en lo alto de una montaña diamantina, viendo cómo se acercaba Buda—. ¡Pashu Kalari: Sarp Dasna!

"Otra vez esa técnica... Pero mientras me mantenga lejos, no podrá golpearme", pensó Buda deteniéndose en seco en el aire, manteniendo una distancia segura de veinte metros lejos de Rudra.

Sin embargo su sorpresa se vio venir, cuando Rudra, tras cubrirse el brazo de energía Chi, alzo el brazo hacia adelante y la misma energía Chi salió disparada bajo la forma de una serpiente.

—¡¡¿Qué?!! —exclamó Buda, no pudiendo evitar sobresaltarse de lo que vio.

Por mera inercia Buda intentó golpear con el puño izquierdo la serpiente de Chi. Pero ésta pasó rodeándole el brazo, junto con el resto del cuerpo, inmovilizándolo por completo. Y aunque solo necesitaba esforzarse para liberarse, este pequeño momento de inmovilización lo dejó vulnerable a un ataque.

Desde el cielo descendió Rudra, con las garras cubiertas de energía Chi bajo la forma de llamas. Y cual animal ejecuto un doble zarpazo en descenso en el pecho de Buda, llegando incluso a rasgar su piel de roca.

Esa fue la técnica Pashu Kalari: Vyaghra Agni Panja (Bestia del Campo de Batalla: Garra Flameante de Tigre).

Aunque al ejecutar el doble zarpazo, Rudra también terminó cortando la serpiente de Chi, liberando a Buda en el acto. Y éste, pese a sentir como si su piel estuviera siendo quemada por el mismo sol, aprovechó la cercanía para atacar usando ambas manos igual que espadas, mediante un ataque simultáneo de corte, apuntando al cuello del dios-tigre.

No obstante Rudra volvió a cambiar de estilo, esta vez al Arte de las Ocho Extremidades: con ambos antebrazos detuvo el ataque de Buda, golpeándole las muñecas con una precisión admirable.

—Desde mi punto de vista, la violencia no es una respuesta... —decía Rudra con una seriedad imponente, mientras sujetaba los brazos de Buda.

https://youtu.be/txNYszXnz5w

Entonces el cielo retumbó, cuando Rudra impacto un rodillazo derecho justo debajo de la mandíbula de Buda; fue un golpe tan poderoso, que incluso dejó a éste inconsciente por un momento. Luego Rudra sujeto con ambas manos el brazo derecho de Buda, para después darse la vuelta y arrojarlo con tanta fuerza, que lo hizo dar media vuelta al planeta entero. De manera que terminó regresando desde el lado contrario a donde fue lanzado; por lo cual, Rudra lo recibió con un codazo diagonal derecho.

No obstante durante el trayecto, Buda recobro la conciencia, por lo que justo antes de recibir el siguiente golpe, se dio la vuelta y, con la mano derecha, atacó con un golpe de espada vertical. Esto dio como resultado que Rudra recibiese un golpe encima de la cabeza, mientras que Buda recibió el codazo en el cuello.

Entonces el dios-tigre sujeto al Señor del Budismo desde el pecho con ambos brazos, para entonces descender al suelo y, cual meteoro, estrellarlo contra la capa diamantina flotante de tal forma, que la atravesó junto con el resto del planeta de diamante. Ambos salieron de aquel planeta, para entonces aterrizar en su luna, creando un cráter del tamaño de un país pequeño.

Una vez allí, Rudra soltó a Buda y se alejó saltando mientras giraba hacia atrás, y volvía a aterrizar de cuclillas con las manos en el suelo.

—Para mí, la violencia no es una respuesta... es una opción —proseguía Rudra con la respuesta a la pregunta de su oponente—. Y al final termina siendo la única opción, aunque jamás debe ser la primera ni tampoco será la mejor.

—Al fin estamos de acuerdo en algo... —dijo Buda poniéndose de pie como si nada, mientras los rasguños profundos de su pecho y la grieta en su cuello se cerraban poco a poco—. La violencia solo trae más violencia. Pero al final tiene que ser así, porque siempre terminara siendo la única opción para los justos, en especial cuando los imbéciles sobrepasan ciertos límites; límites como por ejemplo, en vez de hacerte daño a ti y de frente como verdaderos guerreros, atacan desde las sombras como cobardes a quienes están a tu lado.

—¿Eso fue lo que te paso? ¿Por eso crees que alejarte de todo lazo familiar y amistoso es lo mejor? No es que yo sepa mucho de tu historia original. Pero con todo lo que has dicho, me puedo dar una idea clara del tipo de pasado que tuviste. Y aunque no lo quieras creer, en realidad si lo comprendo.

—¿Y ahora me dirás "yo antes era como tú", y trataras de hacerme tu amigo con palabras conmovedoras?

—Claro que no. Yo no "evangelizo" con palabras; "evangelizó" a punta de golpes —agrego Rudra con una sonrisa divertida—. Como dice Awilix: "no hay idioma más universal y fácil de entender, que el de los puños".

—Típico de una bestia. ¡Rupadhatu: Shadlokanam Munih! (¡Reino de la Forma: Sabio de los Seis Mundos!) —recito Buda juntando las manos al frente, con los dedos conectados.

Entonces los Orbes de Maná alrededor de Buda se manifestaron, para entonces empezar a agruparse detrás de Buda, formando un orbe casi del tamaño del usuario. Pero lo curioso de estos orbes, es que en el interior de cada uno se manifestó la forma de un sistema solar. Sin embargo no era un sistema solar hecho con magia o algo parecido: eran reales, aunque de menor tamaño.

—Mi magia no solo sirve para mover cualquier materia física; también me permite comprimirlos, sin cambiar su peso y resistencia total —dijo Buda levantando la mano derecha a la altura del rostro, con los dedos índice y medio apuntando arriba—. Este hechizo en particular, basado en los Seis Reinos Principales de la Existencia, me recuerda un detalle importante sobre ti, Rudra. Tú eres originario del Reino de los Animales y las Bestias, el Tiryagyoni. Y los seres de ese reino, son ignorantes del sufrimiento humano; un ser como tú no debería ser capaz de entender el sufrimiento como lo haría un humano.

Dicho eso, Buda señala con los dedos índice y medio a Rudra. Y como respuesta, las seis esferas avanzaron en dirección al dios-tigre.

—¡Asura Agni: Naraka Siksha! (¡Fuego del Asura: Castigo del Naraka!) —recito Rudra retrocediendo un metro atrás, al mismo tiempo en que sus ojos ganaron un breve resplandor.

https://youtu.be/B_8y-lmm08E

Y entonces, frente a Rudra, se manifestaron múltiples ráfagas explosivas con forma de garras, las cuales cada vez que desaparecían, las siguientes aparecían unos centímetros más adelante, llegando a carbonizar las esferas de Maná como si fueran de papel.

"Por lo que he visto, ese ataque suyo tiene un rango máximo. Y solo la primera explosión es precisa, mientras que las demás son al azar y carecen de precisión", pensó Buda quedándose donde estaba, mientras la línea de explosiones se detenía a dos metros cerca de llegar a él. Además, mientras la primera explosión destruyó una esfera, muchas de las otras explosiones solo rozaron las demás esferas.

Sabiendo cómo funcionaba la técnica de su oponente, Buda eligió quedarse donde estaba para preparar otro ataque. Por otro lado, Rudra se dio cuenta de que su oponente ya se percató de cómo funcionaba la técnica; así que decidió avanzar a cuatro patas, para realizar un ataque directo, pero manteniendo la técnica activa.

Justo cuando se manifestó una explosión, Rudra la atravesó cubriéndose con el brazo izquierdo, listo para atacar con el brazo derecho. Por otro lado, Buda terminó de preparar su siguiente ataque: Shaolin Wushu: Shaka no Ken.

En esta ocasión, Buda concentró una extraordinaria cantidad de energía Chi en la mano derecha, a tal magnitud que al levantar el brazo al cielo, la energía Chi tomó la apariencia de una espada de veinte metros, de color plateada y con una ligera transparencia como toda forma "material" que adopta el Chi.

Acto seguido se desató una onda sísmica que resonó en toda la galaxia, cuando Buda ejecuto un simple corte vertical con la espada de Chi. Pero solo consiguió causarle un corte profundo en el hombro izquierdo de Rudra, debido a que éste usó el antebrazo izquierdo, con ayuda del derecho, para bloquear por poco la espada de Chi.

Luego Rudra se mueve a la derecha, redirigiendo la espada de Chi al suelo, causando una división completa en la mitad de la luna. Tras esto, Buda giró el torso para realizar un corte en diagonal ascendente. Pero Rudra fue mucho más rápido, ya que dio un salto a la izquierda, evadiendo por poco la espada de Chi mediante una voltereta en el aire, a la vez que impactaba una patada derecha en el rostro de Buda.

El Señor del Budismo fue mandado a retroceder diez pasos. Pero no tardó en recuperarse para atacar con un corte horizontal. No obstante se detuvo al pisar con fuerza el suelo, y se impulsó hacia delante de tal forma, que cuando Rudra se dio la vuelta para encararlo, Buda le sujetó del cuello con la mano izquierda.

Y en un rápido movimiento lo estrelló contra el suelo. Acto seguido Buda se teletransporto a un kilómetro arriba, y descendió con tal fuerza, que al pisar el pecho de Rudra, lo hizo atravesar toda la luna del planeta, para entonces casi caer en el sol que orbitaba el planeta de diamante.

A solo unos pocos metros arriba de las llamas solares, Rudra flotaba sin problema alguno; de hecho, más bien las propias llamas parecían evitarlo a él. La pelea no tardo en reanudar, cuando Buda apareció teletransportándose frente suyo, atravesándole el pecho con la espada de Chi.

Sin embargo Rudra reaccionó justo a tiempo para evitar que la espada le perforase el corazón. Y además, aprovechó el ataque para destrozar la espada de Chi, mediante un golpe de palma simultáneo desde ambos lados. Luego de esto, Rudra avanzó tan rápido que impactó un codazo derecho en el pecho de Buda, pero a costa de recibir un codazo izquierdo en el rostro.

Después Buda se alejó un metro e intentó atacar por medio de una patada derecha. Pero Rudra actuó más rápido, bloqueando la patada al pisarle la rodilla con la pata izquierda, para entonces impactar en el rostro de Buda una patada derecha.

—¡Je, je! ¡A esto llamo yo una acalorada pelea! —dijo Rudra con sarcasmo, mientras giraba hacia atrás y se impulsaba directo a Buda para seguir atacando.

Buda intento contraatacar con un golpe de palma derecho, igual que en el sumo clásico. Pero solo consiguió rozar la mejilla derecha de Rudra, debido a que éste volvió a encorvarse para atacar como un animal, logrando impactar un contra golpe de palma derecho en el costado derecho de Buda, a la vez que le clavaba las garras, y luego movió la mano en un corte horizontal, que desgarró parte de la piel de piedra de Buda.

Fue un corte tan profundo, que si no fuera porque estaban justo en la superficie de una estrella, habría emergido un chorro de sangre. Pero Buda no se inmuto ni pensó en eso, y atacó de inmediato con un rodillazo derecho, el cual fue bloqueado por la palma izquierda de Rudra, quien luego empezó a alejarse, mientras bloqueaba con los antebrazos y codos una serie de puñetazos directos y golpes de palmas, a la vez que contraatacaba con codazos y puñetazos.

Ambos inmortales se vieron envueltos en otro feroz intercambio de golpes, esta vez en aquel sol casi tan joven como el que orbitaba el planeta tierra; los choques provocaban perturbaciones en ese sol, las cuales generaban tormentas solares casi de forma continua.

Una vez más Rudra volvía a tener ventaja al intercambiar golpes; era más que obvio que en experiencia de combate, el dios-tigre superaba por lejos al Señor del Budismo. No obstante, esta diferencia al fin estaba por terminar; Buda estaba tan concentrado en el intercambio de golpes, que tardó en darse cuenta que su flujo de energía Prana al fin se normalizo.

"Ya puedo concentrar energía Prana... Al fin llegó la hora de usar mi 'carta de triunfo'..." pensó Buda, mientras se dibujaba una gran sonrisa en su rostro.

Rudra no solo se dio cuenta de la extraña felicidad de Buda; también sus instintos se dispararon, alertándole de un gran peligro. Por ello, retrocedió varios metros lejos. Y con la guardia alta, se preparó para actuar en caso de que viniese un poderoso ataque.

Pero lo que pasó fue que Buda junto las manos, y las llamaradas solares fueron envolviéndolo, mientras las marcas de su cuerpo resplandecían con mayor intensidad que el propio sol. Luego sus ojos se tornaron por completo de color azul, a la vez que recitaba lo siguiente.

—Más allá de los sentidos está la mente; más allá de la mente está la razón, su esencia. Más allá de la razón está el Alma Personal, y más allá está el Alma del Universo, lo inmanifestado. Cuando los cinco sentidos y la mente están quietos, y la razón misma descansa en silencio, entonces comienza el Camino Supremo. ♪ ¡Estado Absoluto: Nirvana! 

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