Capítulo XVIII: Rudra vs Buda (III)
https://youtu.be/uurkmfkKodg
[Habitación del Equipo Cuzco]
Los líderes del Equipo Buda y las dos Valquirias veían el combate, todavía con un sentimiento de preocupación persistente; a pesar de que Rudra seguía teniendo una notable ventaja, Buda ya empezó a usar su poder Pranayama, e incluso llegó a utilizar de una vez las ventajas que tenía como un ser que alcanzó el Nirvana.
—Eso que hicieron Rudra y Buda, ¿fue alguna técnica, magia o poder de multiplicarse? —pregunto Gotouge, impresionada de ver lo que sucedió.
—No. Fue la Omnipresencia, pero a un nivel mayor que el de Karttikeya —explicaba Israel—. Es el nivel que se consigue cuando se alcanza un grado del Nirvana. Todas las copias comparten la misma alma, por lo que tienen la misma conciencia. Pero al volver a juntarse cada copia en uno solo, se suma el daño y cansancio que sufrió el cuerpo físico de cada réplica. Por lo que, si dos copias reciben un daño muy grave, el individuo podría morir si sus réplicas vuelven a ser uno solo. Es por eso que muchos de los que han alcanzado el Nirvana jamás usan esa capacidad en combate, ni mucho menos se dividen en más de diez.
—Eso explica muchas cosas. Pero hay algo que no entiendo —dijo Cuzco, con una expresión confusa—. ¿Por qué el Panteón Hinduista necesitaría Sellos de Paz, como el del dios Deva Skanda con la diosa Vanir Skadi, y el dios Surya con la diosa Eos, si Rudra ya tiene como concubinas a tantas mujeres inmortales?
—Para empezar Skanda, a pesar de que es un dios, su madre Svaha es una diosa Deva, y creció bajo el cuidado de su tío paterno, Indra, la verdad es que él no pertenece a las tribus Devas, sino a la tribu de su padre, Agni. Y en cuanto a Skadi, aunque se le considera una diosa Vanir, o diosa Æsir, en realidad por parte paterna es de la tribu Jotnar de Hielo, y solo se convirtió en diosa cuando se casó con un dios Vanir, con el que se divorció poco después —explicaba Naamah con su clásico tono irónico—. Y respecto a tu pregunta, ¿sabes por qué se le conoce a Rudra simplemente como el "Dios de las Bestias", y no como el "Dios Hindú de las Bestias"?
—Pues la verdad es que no. No llegué hasta la parte personal de su historial —decía Cuzco, rascándose la cabeza confundido.
—Es porque Rudra, pese a haber crecido en el Territorio Hinduista, no está afiliado a su Panteón ni a ningún otro —explicó Israel.
—Rudra es un dios nómada independiente, que no está afiliado a ningún Panteón específico —explicaba Brynhildr con una sonrisa pretenciosa—. Se puede decir que él es su propio "Panteón". Y por lo tanto, una Unión Eterna con él no es un Sello de Paz entre Panteones; es un Sello de Paz entre Rudra y el Panteón. Esa independencia se ve reflejada en los numerosos nombres y apodos, con los que es conocido en diferentes Panteones y Territorios.
»Por ejemplo en el Panteón Griego lo conocen como "Kratos" (Fuerza), en el Panteón Nórdico como "Jörmunr" (el Poderoso Cósmico), en el Panteón Chino como "Tian", en el Panteón Celta como "Conan", en el Panteón Mexica como "Xipe Tótec" (Nuestro Señor Desollador), en el Panteón Inca como "Tunupa", en el Panteón Israelita como "Mastema" y, por irónico que parezca, en el budismo lo conocen como "Vajrapani" (El que Sostiene el Rayo) y también como "Mahakaala" (Gran Negro).
—Entonces, se parece a Buda en ese aspecto —dijo Gotouge bastante impresionada—. Los Budas humanos y sus discípulos, aunque provienen de Panteones y Territorios distintos, también son independientes y no están afiliados a un Panteón específico. Más bien, ellos conforman su propio "Panteón" personal.
—No te equivocas. Si se hace una pequeña retrospectiva, Rudra y los Budas no son tan diferentes. Hasta podrían llevarse bien, si las perspectivas de Buda I y la mayoría de sus discípulos no fuesen tan radicales e idealistas —decía Israel, empezando a sentir lastima por lo que puede causar pequeñas diferencias entre filosofías sobre la vida y la realidad.
https://youtu.be/dLev7Wc02-c
[Arena de Duelo]
Mientras tanto en las gradas, las esposas y concubinas de Rudra por un momento se preocuparon al ver la luz y el enorme mándala en la zona de combate. Pero se relajaron un poco al conocer la función de ese mándala; como el clan de hembras de Rudra, eran las que más lo conocían a él, y por lo tanto sabían que esa técnica no iba a tener ningún efecto en Rudra. No obstante entre ellas había quienes seguían teniendo chispas de preocupación, ya que Buda I Wanmei había utilizado una de sus técnicas definitivas, lo cual implicaba que estaba por empezar a darlo todo.
Por otro lado, notaron que cuatro mujeres inmortales se les estaban acercando para sentarse en asientos reservados, ubicados justo al lado de las esposas y concubinas de Rudra.
—¡Hola, hola hermanas de clan!
Saludo con energía y un radiante buen humor, una mujer israelita que parecía estar entre los 19 y 20 años; de piel clara, constitución delgada y esbelta con pechos medianos. Tenía los ojos de color azul cielo y el cabello largo hasta debajo de la barbilla, ondulado y de color blanco. Llevaba un conjunto de armadura ligera de color plateado, sin casco, con detalles azules y un amplio escote. Pero lo más notable de ella, era que tenía grandes alas blancas emplumadas y sus pupilas eran de un brillante color blanco.
Era la primogénita de Lilith, y también la decimotercera concubina de Rudra; la primera diablesa en convertirse en un ángel puro, y por lo tanto era el primer ángel con cuerpo físico femenino; era la Ángel de la Concepción, Lailah.
—Hasta que por fin llegan —dijo Pachamama frunciendo el ceño.
—Creíamos que se perderían el momento en que nuestro amado comienza a pelear en serio —dijo Freyja igual de molesta.
—¡Discúlpenos! No supimos sobre el combate hasta que terminamos las reformas de la habitación.
Se disculpó, con bastante vergüenza y nervios, una mujer de origen griega, que aparentaba 30 años. Era de piel clara, estatura bastante alta y constitución delgada, esbelta y con pechos grandes. Tenía los ojos brillando por completo de verde, y su cabello era de color blanco opaco y tan largo que le llegaba a la cintura. Traía como ropa una simple toga verde con detalles blancos, adornado con hojas y una tela celeste alrededor de la cintura. Aparte llevaba en su cabeza un cintillo celeste y un collar dorado.
Era la hija de los Primordiales YHWH y Khaos; la primera de la raza titanide, la hermana mayor y ex esposa de Urano, y la actual cuarta concubina de Rudra; era la Titanide de la Tierra, Gaia.
—Nos enteramos que comenzó el combate cuando encendimos el Espejo-Visor. Como vamos a quedarnos un tiempo más aquí, queríamos tenerlo listo para que el Rey Tigre pudiera ver sin problemas el combate de sus discípulos, y también por supuesto el mío y el de la leona ególatra.
Comento, con una actitud vanidosa y burlona, una joven de origen griega que parecía rondar por los 17 años. De constitución tonificada y esbelta con pechos medianos, además de que su piel era de un llamativo color lila. Tenía los ojos de color violeta, y el cabello largo, ondulado y de color azul oscuro. Llevaba como ropa una toga de color gris blanquecino, con un corsé de metal plateado incorporado. También contaba con una pequeña corona plateada, y adornos del mismo tipo de metal, como aretes con forma de luna menguante y brazales.
Ella era la hija de Zeus y décima concubina de Rudra; la Reina Ciervo del Territorio Griego, Reina de las Dríades y Diosa Griega de la Cacería, Artemisa.
—O mejor dicho; para que él pueda ver cómo barro el suelo con tu cara, pequeña cervatilla —corrigió Sekhmet con diversión y sonriendo de forma orgullosa, teniendo la mejilla izquierda sobre su puño de mismo lado, con el codo descansando en el posabrazos de la silla
—¡No te refieras a mí con ese apodo en público! ¡Además yo seré la que barra el suelo con tu cara! —exclamó Artemisa enfadándose de manera espontánea, mientras ella y las otras cuatro se sentaban en sillas reservadas cerca del resto de sus compañeras de clan.
—Aquí van de nuevo... —comentó Coyolxauhqui cruzada de brazos y mirando al techo por un momento, ya esperándose otro encuentro hostil entre sus compañeras de clan inscritas en el torneo.
—Chicas no peleen ahora por favor —pidió Waresa con amabilidad, y estando avergonzada por la discusión entre la diosa-leona egipcia y la diosa-cierva griega.
—Sí, mejor guarden esa hostilidad para cuando les toque pelear —dijo Pachamama con una actitud severa.
—La necesitaran, en especial tú, leona —agrego Shakti con molestia al referirse a la diosa-leona.
—Ohhh, me honra tu preocupación, tigresa —respondió Sekhmet con sarcasmo y un tono insensible, a lo que la diosa-tigresa contestó con un gruñido molesto.
"¿Cómo es que esta leona consiguió ganarse el respeto de Rudra?", pensó Daji también empezando a sentir disgusto hacia Sekhmet, y aparte no entendiendo como alguien así puede estar en el harem del Rey Tigre.
—De todos modos chicas, viendo que nuestro marido y su oponente todavía no han mostrado sus verdaderas formas, es fácil suponerse que no nos perdimos mucho.
Comento, con un tono tan pretencioso que rivalizaría con el de Sekhmet, una mujer de origen babilónica que aparentaba 30 años; de piel bronceada, constitución delgada y voluptuosa, largo cabello de color negro y liso, ojos grises y estatura tan alta como Gaia. Su ropa también era sencilla, ya que solo llevaba un par de placas doradas para cubrirse los enormes pechos, una larga tela roja alrededor de su cintura que cubría la parte delantera y trasera de su entrepierna, y adornos dorados de origen mesopotámico, junto con una tiara y una capa roja.
Ella era la ex concubina del actual Dios Supremo babilónico Enki; la actual sexta concubina de Rudra y anterior arquitecta de la civilización humana babilónica; era la Diosa Madre del Panteón Babilónico, Nintu.
https://youtu.be/dOsfPqVFmqA
—Lo que pasa señora Nintu, es que Rudra y Buda no han mostrado sus verdaderas formas, porque están siendo en extremo cautelosos el uno con el otro —dijo Inari adoptando una actitud seria y denotando una fuerte preocupación.
—¿Cómo? —pregunto Daji, no entendiendo lo que dijo su contraparte divina.
—Veras kumiho, ninguno de los dos ha empezado a pelear en serio, porque primero están teniendo mucho cuidado —explicaba Shakti con molestia—. El imbécil de Buda sabe que nuestro marido puede copiar todo lo que él haga, así que está siendo cuidadoso a la hora de usar técnicas. Y al mismo tiempo, está investigando qué tan fuerte se ha hecho nuestro marido desde entonces.
—Y Khan también está haciendo lo mismo —decía Raksha con un semblante serio, pero confiando en su compañero dios-tigre—. Él jamás subestima a sus oponentes, sin importar cuánta ventaja parezca tener sobre ellos, y esta pelea no es una excepción; a pesar de tener una notable ventaja, Khan no subestima a Buda. Y por eso, primero está atacando con las mismas técnicas que hace su oponente, con el propósito de evaluarlo, y así conocer qué tan fuerte se ha hecho Buda, para luego atacar con las técnicas correctas.
—Eso significa que, una vez que el Rey Tigre y el maldito tengan suficiente información del otro, pelearan al máximo de golpe —agregó Daji frunciendo el ceño, ahora entendiendo lo que sucede.
—Pero nuestro marido debería de ser superior. Digo, ahora mismo él tiene habilidades, poderes y técnicas de peleadores de todos los Panteones en los que ha peleado —decía Lailah con seguridad y confiando en el Rey Tigre.
—No-no-no quiero sonar pesimista, pero tener un gran arsenal de técnicas, habilidades y poderes, es más una desventaja que una ventaja —decía Awilix con un semblante preocupado, tanto que al principio tartamudeo un poco.
—¿Estás segura de eso? —pregunto Gaia empezando a preocuparse también.
—En realidad Awilix está en lo correcto —confirmó Artemisa también con seriedad, y todavía estando muy molesta para dar explicaciones, por lo que alguien más lo hizo.
—Tener tantos estilos y formas de ataque, es una desventaja por eso mismo —explicaba Freyja intentando parecer seria y firme, solo para ocultar su enorme preocupación interna—. En una batalla frenética, un guerrero con un vasto arsenal puede llegar a estar indeciso sobre cual tipo de ataque debe usar, sobre todo contra oponentes que se especializan en uno o dos estilos de lucha. Esto hace que el guerrero tarde menos en reaccionar y se haga más lento, llegando incluso a no saber qué combinaciones de ataques debería realizar.
—En pocas palabras, ese problema de no saber qué combos o ataques usar, crea una confusión momentánea, que puede dejar vulnerable al peleador, y lo hace más lento en reaccionar ante los ataques del rival —dijo Nintu con la mano derecha en la barbilla y arqueando una ceja, llegando a la misma conclusión que sus compañeras de clan expertas en combate, y empezando a tener también las mismas preocupaciones.
—Es por eso que Rudra siempre evalúa a sus oponentes —decía Danu con optimismo y confianza en el dios-tigre—. Y una vez que conoce lo suficiente de ellos, comienza a aplastarlos con la mejor combinación de ataques que él considere efectiva. Esa es su característica manera de pelear. Así que no hay nada de qué preocuparse.
—Bien dicho Danu. Además, recuerden chicas que ahora mismo no solo nosotras, sino todos los hijos que le hemos dado, y también todos sus antiguos oponentes y los que lo han apoyado en su camino, lo están viendo ahora mismo —decía Pachamama con una sonrisa y una mirada que denotaba la inmensa confianza que tenía en su amado Rey Tigre—. Por nada de la existencia él se dejaría vencer frente a nosotras y todos ellos, ni menos frente a sus hijos e hijas.
—¡Vamos Rudra! ¡Pulverízalo como lo hiciste con mi malcriado nieto Zeus! —animaba Gaia con notable preocupación en su tono, pero no queriendo perder la fe.
—¡Gana amor mío y preparare una cita especial solo para nosotros dos! —animaba Waresa con más confianza en la victoria de su amado dios-tigre.
—¡También preparare una cita nocturna especial para nosotros dos cuando ganes! —animo Lailah con radiante optimismo y confianza.
—¡Gana de una vez querido para que sigamos concibiendo más hijos! —animo Nintu a su manera, ahora sin preocupaciones.
—¡Tú puedes ganar, Rey Tigre! —animo Daji levantándose de su asiento, también confiando en su amado.
https://youtu.be/coM3Ahz6XEo
Mientras tanto en la zona de combate, Buda estaba recuperándose del daño que recibió cada una de sus réplicas, tras haberse multiplicado en diez. Y además, había parado un momento para pensar en las palabras que le había dicho Rudra; le estaban haciendo ver cuán parecidos eran los dos en realidad.
El Rey Tigre era un ser que se había despegado de los apegos mundanos, como el odio, la lujuria y la dependencia emocional. Era un ser de mentalidad madura y fuerte, que no solo había evolucionado en cuerpo, sino también en espíritu y mente. Ahora Buda empezaba a entender porque Rudra era tan aclamado como el Pináculo de la Evolución; era la encarnación misma de la evolución en todos los aspectos.
Era muy distinto al Rudra que conoció en el pasado; el Rey Tigre que todavía seguía albergando odio hacia el Rey Vampiro, y aún seguía sufriendo por la muerte de su primera esposa.
"Es un claro ejemplo de que alcanzó el Nirvana... Por eso debe ser eliminado...", pensaba Buda con detenimiento y diversión irónica, para luego comenzar a pensar en otro plan de ataque.
—Ya usaste una de las mejores técnicas de tu Arte Marcial. Y también una de las técnicas definitivas de tu Pranayama. ¿Ahora que harás? —pregunto Rudra, curioso por saber qué tipo de ataque vendrá.
—Como no tiene caso utilizar técnicas que afecten un corazón impuro, o usar técnicas de Artes Marciales exclusivas, tendré que usar una de mis mejores "armas" para sellar entidades —decía Buda, mientras se acercaba otros cuantos pasos al frente, para luego cerrar los ojos, detenerse y juntar las manos en un gesto, conocido en el budismo como Dharmachakra Mudra—. Te mostraré la versión mejorada de la máxima técnica para sellar demonios; la que ni el mismo Sun Wukong puede evadir o bloquear. ¡Y la que he mejorado especialmente para ti!
Dicho eso, de repente todo el mándala brillante en el suelo de la Arena de Duelo, comenzó a desvanecerse en una radiante ola de luz, que fue condensándose en la palma derecha de Buda. Acto seguido éste puso el pie izquierdo al frente con tanta fuerza, que incluso provocó una gran grieta en el suelo reforzado.
Luego movió el pie derecho hacia atrás, mientras ponía la mano derecha en forma de palma a pocos centímetros cerca del pecho. Después acercó la otra mano a la palma derecha, y de esta manera aceleró la concentración de energía Prana. Pero además empezó a concentrar energía Chi dorada en la mano izquierda.
Con la mano derecha concentraba energía Prana, y con la otra acumulaba energía Chi, haciendo que ambas energías se mezclaran, y formaran una especie de rueda, similar al dharmachakra budista. Por otro lado, entre ambas energías también se concentraba energía Maná del ambiente. Y no era solo las energías; todos los músculos de Buda estaban endureciéndose a tal nivel, que incluso las venas se notaban en toda su piel; era la descripción gráfica del epitome de la musculatura humana, tanto así que hacía parecer a Buda un monstruo.
Buda estaba endureciendo cada músculo de su cuerpo, para realizar un único y poderoso golpe, capaz de dividir la mitad de un universo por medio del poder combinado de las tres energías. Tal era el descomunal poder que Buda acumulaba, que incluso las nubes en el cielo se apartaron en un instante, todo el planeta comenzó a estremecerse, y en todas las gradas se manifestaron las paredes protectoras.
—¡Omnipresencia, Omnisciencia! —recito Buda, activando las capacidades especiales de la energía Prana y la energía Chi, para conectarse con el universo y la esencia primordial de la existencia, y así poder recitar lo siguiente—. Chakravartin: Dharmachakra Mudra (Chakravartin: Sello de la Rueda de la Ley Cósmica).
Por otro lado Rudra permanecía en la misma posición, sentado en el aire con la cola apoyándose en el suelo, con los brazos normales cruzados y los brazos de llamas cruzados detrás de la cabeza, viendo relajado y despreocupado a Buda. Ni siquiera pareció reaccionar, cuando sucedió el ataque, el cual afectó a todo el universo, y solo pudieron notarlo los inmortales relacionados de alguna forma con el tiempo o la velocidad, y los de nivel cercano o comparable al de los Cuatro Presidentes del Consejo de los Elohim.
El tiempo empezó a tornarse tan lento, que a simple vista parecía que se había detenido. Esto se debía a que Buda había activado la Omnipresencia y la Omnisciencia a la vez, llegando a conectarse con el universo y la esencia primordial de la existencia: el Tao. De esta manera, Buda alcanzó un nivel tan alto, que cuando avanzo hacia Rudra para atacar con un golpe de palma, cargado con el poder del dharmachakra, fue como si el tiempo se detuviera.
Buda estaba moviéndose a una velocidad tan alta, que recorrió diecisiete metros en tan solo la septillonesima fracción de un segundo (0.000 000 000 000 000 000 000 001 s). Y a pesar de que para él todo se había detenido, ni con esa velocidad pudo esquivar el contraataque de Rudra, el cual liberó un estallido tan poderoso, que aun con las paredes protectoras, el público sintió la fuerza de la onda de choque.
En la entrada de los réferis Afrodita había caído al suelo, tras sentir en toda su piel una fracción de la descomunal fuerza de la onda de choque. Y cuando se levantó —con algo de dificultad—, quedó por completo atónita al contemplar la Arena de Duelo.
—¡¿Qué carajos pasó?! —exclamó Afrodita no pudiendo entender qué fue lo que sucedió.
De hecho la mayor parte del público no pudo ser capaz de siquiera detectar cuando Buda se movió, ni tampoco que generó aquella onda de choque tan poderosa; todo lo que vieron fue el resultado, el cual era un Buda de pie, con el brazo derecho extendido hacia adelante, haciendo un golpe de palma en dirección al punto donde una vez estaba Rudra.
Y en cuanto al mencionado Rey Tigre, se encontraba otra vez con los pies en el suelo, parado de lado con el brazo de Buda cerca del pecho, mientras tenía su propio brazo normal de mismo lado hundido en el pecho de Buda, directo en el corazón, igual que una lanza.
—Te felicito Buda. Fue mucho más poderosa que aquella vez que la usaste contra mí, para encarcelarme —decía Rudra con una sonrisa que denotaba orgullo, pero dirigido hacia Buda—. Si hubiera sido así de poderosa en nuestro primer encuentro, podrías haberme encerrado, como lo hiciste con Sun Wukong en siglos posteriores. Pero por desgracia para ti, yo tampoco soy el mismo de ese entonces...
Dicho eso, en un rápido movimiento Rudra saca su brazo del pecho de Buda, para luego desaparecer los brazos de fuego, darse la vuelta y darle la espalda al hacerse a un lado, permitiendo que Buda cayera de cara al suelo.
—Mientras tú entrenabas y te fortalecías a tu manera, para demostrar la superioridad de tu "Verdad", yo seguí evolucionando a través de los próximos siglos, peleando contra todo tipo de seres de distintos Panteones y universos; desde una Criatura del Vacío llamada "Cthulhu", hasta un Primordial llamado "Kami-musubi-no-kami" —decía Rudra mientras le daba la espalda a Buda, frunciendo el ceño y dejando de sonreír—. Y todo lo hice con el único propósito de estar listo para no perder ante nadie, y así proteger lo más valioso para mí: mi familia y el mundo donde nací.
Entonces toma una pausa para agitar el brazo derecho con tanta fuerza y velocidad, que esparció la divina sangre del Primer Buda Humano por el suelo, dejando el brazo derecho impecable. Después prosiguió con su diálogo.
—Tú podrás haber entrenado tu cuerpo, espíritu y mente para demostrar algo. Pero yo fortalecí mi cuerpo, espíritu y mente por y para mi familia y hogar; porque la familia y el hogar son más importantes, que cualquier pelea y estúpida ideología o estilo de vida.
Todos los presentes estaban atónitos de ver el resultado; ver que Buda estaba en el suelo, con un hoyo en el pecho, aparentemente derrotado. Los inmortales budistas y los humanos japoneses del Equipo Buda estaban atónitos, en especial estos últimos, quienes no podían creer no sólo que Buda estuviera recibiendo una paliza por un "dios indio", sino que ahora parecía haber perdido.
Mientras tanto Zeus y Odín estaban seguros de que Buda perdió. Después de todo, un corazón destruido era un daño muy fatal incluso para los inmortales. Así que, desde el punto de vista de ambos, la derrota de Buda era absoluta.
Por otro lado los miembros del Equipo Cuzco estaban más tranquilos; la humana japonesa estaba feliz, Brynhildr estaba riéndose como una desquiciada, y el resto solo miraba con seriedad la escena, porque sabían que no había terminado el combate. Y esto se debe a un detalle que notaron al instante.
https://youtu.be/XTs7tsKv9KA
[Habitación del Equipo Cuzco]
"Algo anda mal. A pesar de haber sido un ataque directo al corazón, no hay mucha sangre", pensaba Israel, notando que, a pesar de que el cuerpo de Buda tenía un agujero enorme en el pecho, donde se suponía que su corazón había sido pulverizado, no estaba saliendo tanta sangre de su cuerpo como debería.
Una herida así de fatal, debería dejar a Buda en un enorme charco de sangre. Pero debajo de su cuerpo casi no había sangre; no estaba perdiendo casi nada de sangre en realidad.
Cuzco también lo noto; en su experiencia en el campo, cuando su pueblo se defendía de los invasores que amenazaban con conquistar la región, veía heridas y daños semejantes, y siempre había pérdidas masivas de sangre.
Podría pensarse que el cuerpo de un inmortal era distinto, pero no era así. Cuzco descubrió que los inmortales se dividen en especies, siendo unos más parecidos a los mortales en varios aspectos que otros; por ejemplo los inmortales nórdicos pasaban por un proceso de envejecimiento, y los inmortales chinos podían envejecer y morir para luego renacer.
El joven inca descubrió en su investigación, que lo que hacía a los dioses, demonios y otros seres parecidos inmortales, aparte de su característica cualidad de que todos renacen, es que son casi imposibles de matar en comparación a los mortales; poseen capacidades físicas, espirituales y mentales tan extraordinarias que los hacen muy difíciles de matar, tanto por medios naturales como por no-naturales. Incluso cuando un inmortal chino o nórdico envejecía, seguía siendo muy difícil de matar.
Es por eso que en todos los Panteones existían innumerables formas de extender la vida, alcanzar un tipo de estado de juventud eterna, u obtener una especie de invulnerabilidad a algo en específico.
Y Buda era, al igual que Rudra, un inmortal que ya había alcanzado varios grados y formas de inmortalidad: era lo que en el Consejo de los Elohim conocen como "Inmortal Completo". Esto quedó más que demostrado, cuando todos vieron como Buda se levantó del suelo, sin problemas. Y también, aparte de mostrar que no había perdido mucha sangre, el agujero en su pecho se regenero casi en un instante.
—¡¿Qué demonios?! ¡¿Cómo puede regenerarse así de rápido sin un corazón?! —exclamó Brynhildr con absoluto desconcierto.
—Es porque su corazón no fue destruido —explicó Israel con una expresión que reflejaba genuino asombro—. Buda usó la energía Prana para alterar su propia construcción orgánica, para así mover sin problemas los órganos de su cuerpo, y de ese modo evitar un daño grave en ellos. Antes de recibir el impacto, movió su corazón a un lado seguro, y lo detuvo por unos momentos para evitar una pérdida excesiva de sangre. Por eso pareció que su corazón fue destruido.
—Hizo algo característico y común en los ángeles y demonios de nuestro Panteón —dijo Naamah frunciendo el ceño con molestia—. ¡Eso es trampa! ¡Lo demandare por plagio a nuestro Panteón!
—Si algo como "copiar" un aspecto de otra cultura fuera motivo de queja y demanda, entonces todos los Panteones y Territorios deberían demandarse entre sí, sobre todo al Panteón y Territorio Griego —comentó Cuzco estupefacto con los ojos entrecerrados.
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