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Capítulo XLVIII: Boxeador vs Vikingo (IV)

https://youtu.be/lXqncMe3wew

[Siglos Atrás. Panteón Hinduista].

En sus primeros años solo había un único reino en el Panteón: el Imperio del Dios Hindú Asura del Cielo, Dyaus Pitar, y la Diosa Hindú Deva de la Tierra, Prithvi Mata.

Antes las tribus Devas y Asuras eran Proto-Humanos mortales, descendientes biológicos de los hijos espirituales del Dios Hindú de la Creación, Brahma. Y cada cierto tiempo había un sabio que funcionaba como mediador entre ambos pueblos, parte Deva y parte Asura, conocido bajo el título de Kashyapa, siendo el Primer Proto-Humano del Territorio Hinduista también el primero en portar dicho título.

No obstante el reino era gobernado con puño de hierro por el tiránico Dyaus Pitar. La mejor forma de describir la crueldad y perversidad de este dios, era decir que podría haber empatado en crueldad y depravación con el mismo Zeus, al igual que en poder mágico y armamento.

Dyaus Pitar y Prithvi Mata concibieron muchos hijos, de entre los cuales los más fuertes eran el Dios Hindú del Sol, Surya, y los gemelos Agni e Indra.

Surya había heredado ambas naturalezas, haciéndolo un dios Ishvar. Mientras que Indra heredó la naturaleza Deva de su madre, y Agni heredó la naturaleza Asura de su padre. Por lo que, de ellos tres, Agni fue sometido por su padre a crueles entrenamientos para convertirse en un guerrero violento, implacable y deseoso de sangre. Un guerrero digno de ser un Asura.

Pero Agni no era como su padre ni otros Asuras. En su corazón no había sed de sangre ni deseo de pelear, solo amor hacia la vida, los animales y las flores. Algo que su padre no aceptaba, y por ello golpeaba a Agni hasta dejarlo al borde de la muerte, para intentar que se llenara de odio y sed de matar como todo Asura. Y cuando Agni se negaba a asesinar a alguien, su padre lo amenazaba con violar a alguna de sus queridas hermanas. De modo que Agni era obligado a matar a sus oponentes durante los entrenamientos.

Indra no soportaba el maltrato que sufrían sus hermanos y hermanas, ni mucho menos todo lo que pasaba su hermano gemelo. Así que desafío a su padre para proteger a Agni. Y como consecuencia, ambos dioses gemelos fueron desterrados del reino y degradados a vagabundos, siendo todavía unos niños.

Agni e Indra deambulaban por diferentes aldeas intentando sobrevivir. A veces pasaban días enteros sin comer, y otras veces el mismo Indra ofrecía su comida a Agni para que éste no pasará hambre. También hubo ocasiones donde Indra usaba sus propias manos como un tazón para servirle algo de sopa caliente a Agni.

Pasado un año desde su destierro, y estando cerca de la muerte en la calle, los gemelos fueron encontrados por el sabio Kashyapa de esa época, quien los adoptó como hijos y estudiantes. Agni e Indra pudieron sobrevivir y tener un hogar donde dormir y comer. Pero el rencor de Indra hacia su padre no desapareció; el sufrimiento que pasó Agni antes y después del destierro, hizo que el odio de Indra hacia sus padres creciera todavía más. Y ahora el pensar que sus otros hermanos seguían bajo el control de tan malvados padres, le hacía sentir más furioso.

https://youtu.be/_tF692t0I9c

Así que Indra pasó los siguientes años rompiéndose los huesos en cada duro entrenamiento, movido por las llamas del resentimiento y el deseo de proteger a sus hermanos. En cuanto su poder superó al del mismísimo sabio Kashyapa, regreso a su antiguo hogar y desafío a sus padres Dyaus Pitar y Prithvi Mata a una batalla a muerte. 

Contra toda probabilidad Indra logró salir victorioso. Había matado a sus padres, se convirtió en Dios Supremo y llevó a los Devas, sus hermanos y sus discípulos a un nuevo sistema solar, donde construyó su reino, el Devaloka (Reino de los Devas).

A pesar de haber conseguido su venganza, el rencor de Indra jamás desapareció; en su mente aún perduraban los maltratos que pasaron sus hermanos por culpa de su padre. Incluso su madre Deva fue corrompida por la manipulación de ese malvado Asura. Fue por eso que Indra modificó el sistema social creado por sus padres, y creó un nuevo sistema social para impedir que los Devas y sus discípulos se mezclaran con los Asuras y los discípulos de su malvado padre.

El mismo sistema del que los malvados humanos del Imperio Arya, procedentes del Territorio Babilónico, tomarían como base para crear el sistema de castas, con el fin de evitar el mestizaje con los nativos humanos y bestias de las aldeas del Territorio Hinduista. Y que en siglos posteriores degeneraría en el sistema de castas conocido hoy en día.

Después de que los Devas y Asuras se convirtieron en inmortales y aparecieron los primeros pueblos Rakshasas, Indra se dio cuenta de que los Asuras crecían en número, territorio y poder, llegando a conquistar muchos sistemas solares, fundando así el nuevo Imperio de los Asuras. Fue entonces que Indra comenzó a sentir miedo de que algún día los Asuras volvieran a dominar el Panteón y se repitiera la historia de su malvado padre.

Así que le declaró la guerra a los belicosos Asuras y a los hambrientos Rakshasas, para dominar todas las galaxias que integraban el Panteón Hinduista.

En una de estas guerras Indra mató al honorable Rey Asura Vritra, quien luchó y murió con honor y dignidad hasta el final, ganándose incluso el respeto de Indra y un entierro digno de un héroe. Luego el Rey Deva mató al perverso Rey Asura Puloman, quien maltrataba y menospreciaba a su propia hija, la princesa Asura Shachi. Y para la sorpresa de todos los Devas, Indra tomó como esposa a la mencionada princesa Asura. 

Puede que el odio que Indra sentía hacia los Asuras era inmenso. Pero el amor y la comprensión que sintió por Shachi superaban incluso su odio y prejuicio. Y al igual que con su hermano gemelo, no permitió que ningún Deva le faltara el respeto a la princesa Asura de ninguna forma. En contra de sus propias leyes sociales y rencor, Indra amo a Shachi con honestidad, la respetaba como su igual y concibió con ella tres hijos a los que nombraron Jayanta, Rishabha y Midhusha, y dos hijas a las que nombraron Jayanti y Devasena.

Por otro lado Agni decidió ayudar a su hermano gemelo, sirviendo como Dios Mensajero y comandante de las fuerzas militares de los Devas, porque también deseaba evitar más tragedias como las que él vivió en su amarga infancia. Y más importante: quería devolverle todo el sufrimiento que pasó su hermano gemelo por él.

En un viaje en busca de aliados, Agni encontró un sistema solar habitado por Devas de la cultura malaya, en el que conoció a quien sería su esposa, Svaha, con quien concibió cuatro hijos: tres niños llamados Suchi, Pavaka y Pavamana, y una niña llamada Agneya.

https://youtu.be/FGfi8scOixU

Los hijos varones de Agni y Svaha no destacaban mucho entre los guerreros Devas, mientras que Agneya decidió alejarse de la violencia. Pero al cabo de un tiempo, solo uno destacó lo suficiente para ganarse el interés del Devaloka; siendo todavía un niño, Suchi logró matar a un grupo de Rakshasas mejorados con cibernética, usando solo las manos desnudas. Esta hazaña le valió a Suchi tanta fama que fue renombrado y temido como Skanda (El Atacante).

Y a esa misma edad Skanda se convirtió en el Dios de la Guerra, ocupando el lugar de su padre como mano derecha de su tío Indra, y principal arma contra los reyes Asuras y Rakshasas que rechazaban los duelos individuales.

Mientras tanto Agni siguió sirviendo en el ejército Deva, siendo adorado y respetado como uno de ellos, pese a que era un Asura. Seguía siendo así hasta que él empezó a dudar después de un ataque a un reino Asura en un nuevo sistema solar. En el planeta principal Agni encontró a dos hermanos leopardo, que fueron alterados para tener inmortalidad, y pronto iban a ser modificados con ingeniería mecánica para ser "mascotas guardianas" del anterior rey Asura.

Pero antes de que empezaran los experimentos bio-mecánicos, Agni había atacado el palacio y en medio del caos los dos leopardos huyeron a la selva más cercana, donde Agni los encontró y rescato. Algunos Devas consideraron aprovecharlos como armas, e incluso convertirlos en Reyes Bestia que servirían al rey Indra. Sin embargo Agni se opuso a todo eso, por una parte debido a su amor por los animales y la vida, pero por otro lado porque les recordó a él y a Indra cuando eran niños.

Aunque no podía hacer nada en hacerlos mortales de nuevo, Agni regreso a los hermanos leopardo al Territorio Hinduista para que viviesen en libertad. Esto provocó que Agni tuviese problemas con otros comandantes Devas, y también le hizo ver que los Devas no eran tan diferentes de los Asuras en realidad.

Después de un tiempo Agni optó por el retiro definitivo, y se dedicó por completo a su servicio como Dios Mensajero, lejos de todo conflicto relacionado con el ejército Deva. Y con su retiro, Skanda heredó sus responsabilidades, al igual que había heredado su naturaleza Asura.

Skanda había heredado la naturaleza Asura de su padre y la naturaleza Deva de su madre, lo cual conllevo a una vida complicada y llena de conflictos. A veces podía ser pacífico y respetuoso, pero también sufría de ataques de ira que lo hacían muy violento y casi incontrolable. El intentar seguir el ejemplo de los Devas chocaba contra su parte Asura, provocando un desequilibrio psicológico, y a su vez más explosiones de furia.

Sin embargo a diferencia de Karttikeya, quien en sus inicios intentaba luchar contra su propia naturaleza, Skanda disfrutaba pelear y liberar la furia de su interior. Su forma de "relajarse" era golpear a todo aquel que le buscara pelea, o lastimara a sus hermanos y primos. Aunque estas peleas callejeras y muestras de violencia animal lo llevaron a ser tachado de monstruo por los propios Devas. Y con razón.

El día en que él mató a los Rakshasas, había cruzado la línea que separaba a los peleadores de los monstruos. Y como tal, todos lo veían igual que un animal salvaje y hambriento de violencia.

No obstante Indra vio utilidad en el talento de violencia de Skanda, y por eso lo alistó en el ejército a tan temprana edad. En las batallas espaciales y las peleas en los planetas, Skanda podía dar rienda suelta a toda su violencia y deseo de matar, llegando a arrasar ejércitos enteros por sí solo. Incluso logró derribar flotas de Barcos Voladores sin necesidad de una nave o arma. Gracias a estas hazañas y a su leal servicio, pronto las burlas y prejuicios se convirtieron en elogios, y al fin todos reconocieron su fuerza.

https://youtu.be/7gO3NqUdrok

Aunque por otro lado, Agni y Svaha estaban preocupados por el futuro de Skanda; estaban orgullosos por la fama que estaba ganando, pero también temían que ese camino de amor por la violencia lo convirtiera en lo que tanto Indra como Agni odiaban. Por eso Agni y Svaha organizaron una reunión familiar con sus hijos, en la que les contaron la verdad: les revelaron que Agni era un Asura por parte paterna, y también les contaron el origen detrás del odio de Indra hacia los Asuras.

Esa revelación trajo un shock en todos sus hijos, siendo Skanda el más afectado; su principal motivación en disfrutar la violencia era el saber que todo lo hacía para proteger a su familia y pueblo. Pero el saber que los Asuras e incluso los Rakshasas también eran en parte su pueblo, cambió su perspectiva por completo.

Antes ni siquiera le importaba ver el rostro de quienes mataba. Pero ahora con aquella revelación, comenzaba a sentirse mal cuando veía las consecuencias de sus actos, y a quienes se interponían en su camino. 

Vio a un soldado Asura morir para defender a unos niños Asuras desconocidos. Vio a un Barco Volador Rakshasa sacrificarse para dar tiempo a mujeres y niños de escapar de una aldea bajo ataque. Vio a mujeres maldecirlo por asesinar a sus maridos, hermanos y padres. Vio a hombres intentar asesinarlo en venganza por la muerte de algún familiar durante un caótico conflicto.

Estaba viendo los horrores de la guerra. Y por primera vez en su vida sintió remordimiento. Ni siquiera el saber lo que originó el odio de su tío Indra y los Devas hacia los Asuras, podía apaciguar este remordimiento. Pero también se sentía mal en no seguir las órdenes de su tío Indra, quien soportó infiernos para proteger a sus hermanos del malvado Dyaus Pitar.

Ese conflicto interno comenzó a afectar el rendimiento de Skanda, haciéndolo dudar en matar a los soldados Asuras y Rakshasas en los siguientes conflictos, lo cual restaba su utilidad en la guerra. Esta crisis mental continuó hasta que llegó a su punto máximo durante un ataque a un sistema solar del Imperio de los Asuras.

La flota espacial en la que se encontraba Skanda aterrizó en un planeta para atacar la fortaleza continental de un poderoso Rey Asura, que rechazó un duelo individual contra Indra. Pronto había explosiones en todas partes por los cañones de plasma de los Barcos Voladores. Enormes edificios se venían abajo. Las calles estaban llenas de sangre y escombros. Toda esa visión lleno de culpa y horror a Skanda. Así que él se dirigió al palacio para capturar al Rey Asura y terminar de una vez con ese ataque.

Al igual que todos los pueblos de los inmortales hinduistas, la arquitectura de las casas, templos y palacios era una asombrosa mezcla entre tecnología cibernética avanzada con culturas de la India, Tailandia, Birmania e Indonesia. Pero mientras la arquitectura de los Devas era de un hermoso estilo celestial muy estilizado y brillante, la de los Asuras era más de tipo militar e imponente con edificios colosales de concreto, y la de los Rakshasas era más siniestro con colores oscuros y un deprimente estilo industrial.

Skanda no tardó en identificar el colosal e imponente palacio del reino. Y por lo tanto no tardó en dirigirse volando hacia allí, atravesar los inmensos muros, llegar al salón del trono y descubrir que el Rey Asura ya había sido derrotado y asesinado por el segundo hijo de Indra, Rishabha. El conflicto en el planeta podría haber acabado allí, pero Rishabha se propuso a asegurarse de no dejar sobrevivientes de esa familia Asura y asegurar el bienestar del pueblo Deva.

Se dispuso a matar a la esposa e hija del Rey Asura.

En ese momento Skanda tuvo un momento de empatía, al ver reflejada su madre Svaha y hermana Agneya en la esposa e hija del Rey Asura. Y entonces fue cuando tuvo que tomar una decisión: seguir luchando a favor de los Devas, o proteger a los enemigos de ellos.

Al final eligió la segunda opción.

https://youtu.be/-HjasDc5PBI

Intentó convencer a Rishabha de no cometer algo de lo que se iba a arrepentir. Y al no conseguir hacerlo, tuvo que luchar contra él, su propio primo y quien consideraba un hermano. Tras una brutal batalla Skanda logró vencer a Rishabha gracias a una explosión de furia, y recuperó la consciencia justo a tiempo para darse cuenta de que lo había matado. Skanda permaneció en shock por algunos minutos, antes de volver en sí y huir de allí con la mujer y niña Asuras.

Las llevo a salvo hasta un transbordador dentro del palacio, el cual ellas podrían usar para llegar a un planeta distante donde estarían a salvo. La mujer Asura y su hija reconocieron a Skanda también como un Asura, y le pidieron que fuera con ellas, ya que sabían que él estaría en problemas con los Devas debido a lo que hizo por ellas.

No obstante Skanda rechazó su solicitud, se despidió de ellas y regreso con los Devas para afrontar las consecuencias de sus acciones. A pesar de que defendió a una madre y su hija, sentía una terrible culpa por haber matado a Rishabha. Fue algo tan traumático, que le hizo sentir miedo de su propia furia y de su naturaleza violenta.

La noticia de lo que hizo Skanda se expandió por todo el Devaloka. Sus padres y hermanos intentaron hacer todo lo posible para convencer a Indra y al consejo de no ejecutar a Skanda. De hecho incluso el propio Indra no quería ejecutarlo, por el aprecio que le tenía a la familia. Sin embargo no podía hacer la vista gorda ante semejante crimen, ni tampoco podía ignorar la rabia por la muerte de su hijo y la decepción por lo que hizo su sobrino.

El juicio se llevó a cabo en el palacio de Indra, frente a su trono y con un público conformado por el Consejo de los Devas y la familia de Indra, incluyendo los padres y los hermanos de Skanda. A pesar de la posición en la que se encontraba, Skanda no se quedó callado: su furia volvió a emerger, y lo hizo sermonear a su tío acerca de todo el daño que está ocasionando su persistente rencor hacia los Asuras, resaltando el hecho de que Agni y Shachi y algunos otros parientes más también eran Asuras, e incluso tenían parientes que eran Rakshasas.

Esas palabras provocaron la ira de muchos otros Comandantes Devas, y reavivó las llamas del resentimiento en Indra de tal manera, que él se levantó del trono y pisó el suelo con tal fuerza que hizo temblar todo el planeta. Por más aprecio que Indra le tuviera a la familia, le dejó a su sobrino tres opciones: redimirse de su crimen destruyendo el Imperio de los Asuras y las Tribus Rakshasa, o salvarse de su juicio y castigo matando a Indra, o abandonar el Panteón Hinduista.

https://youtu.be/hXLKDCF_9Wc

Luego de pensarlo por un minuto, Skanda eligió el exilio. Al final eligió no seguir la guerra contra los Asuras y Rakshasas. Ni tampoco deseaba retar a su tío Indra, por temor a él y a la idea de matar a otro miembro de su familia.

Como dictaminaba la ley, los miembros de la familia real castigados con el exilio debían salir del Devaloka al Mundo Mortal, con nada más que la ropa que llevaban encima. Así que Skanda abandonó su hogar, con nada más que con su armadura de soldado. Desde lejos sus padres, hermanos y primos lo vieron partir, y Skanda los vio por última vez; el verlos llorar fue como recibir un golpe directo en el corazón, pero lo que acabo rompiendole el corazón, fue ver a su hermana Agneya y a su prima Devasena llorar y sollozar.

Exiliado del Panteón Hinduista. Despojado de su título como Dios de la Guerra, junto con toda la gloria que había cultivado, incluido su nombre. El joven dios hindú viajó a diferentes regiones del Mundo Mortal, en las que se dedicó a ayudar a los mortales como una forma de redimirse por todo lo que ha hecho en el pasado.

Debido a sus intervenciones directas, diferentes culturas han llegado a conocerlo, respetarlo y adorarlo con diferentes nombres.

Su mención más destacada fue en las tierras de Armenia, donde era conocido bajo el nombre de Vahagn Vishapakagh (Vahagn el Cazador de Dragones), el héroe vencedor de dragones y Dios del Fuego y la Guerra. Nombre que también llevaría uno de sus futuros avatares mortales.

También fue adorado en la isla de Sicilia bajo el nombre de Adranus, el Dios del Fuego y los Volcanes. Allí él les enseñó a los nativos el arte de la forja, y también sostuvo un romance con la ninfa Thalia, hija del Dios Griego del Fuego Hefestos. Aunque más tarde tuvo que dejarla para continuar su viaje, por la misma razón que lo llevó a estar viajando de tierra en tierra: la furia de su lado Asura comenzaba a atacar de nuevo, incitándolo a matar y destruir.

A veces su furia se acumulaba tanto que amenazaba con surgir y hacerlo destruir todo a su paso. Antes de eso, él se marchaba a otra tierra para evitar otra tragedia. La siguiente tierra que visitó después de la isla de Sicilia fue el Territorio Nórdico, en donde llegó a unas montañas nevadas, y tuvo un enfrentamiento feroz contra una poderosa y alta mujer, que sería la primera en derrotarlo, Skadi.

Skadi era una guerrera poderosa con el arco, pero también sabía manejar el hacha, y además era poseedora de una furia asesina que rivalizaba con la del propio Skanda. Esto último fue notable cuando en el combate la furia de Skanda explotó, y aun así él perdió ante la furia disciplinada de Skadi.

El haber perdido por primera vez en su vida reavivó el fuego de su pasión por la lucha. Y lo mismo fue para Skadi, quien pese a haber ganado también se emocionó mucho. Así que Skadi invito a Skanda a cazar con ella y hospedarse en su casa.

No teniendo otro lugar a donde ir, y desconociendo por completo esa tierra, Skanda terminó aceptando la invitación. Y después de cazar a un ciervo, siguió a su rival a una aldea humana en la frontera del Territorio Nórdico. 

Para la sorpresa del joven dios hindú, la aldea humana resultó bastante hospitalaria y pacífica, pese a ser de una tierra donde se valoraba los robos, la fuerza y la violencia. No tardó en descubrir que esa aldea en realidad veneraba a los dioses Vanir, quienes valoraban más la agricultura, la paz y las artes que las luchas. Y en esa misma aldea descubrió que Skadi era parte de la tribu de dioses Vanir por parte materna.

En esa noche ambos pasaron horas conversando como dos guerreros que se respetaban el uno al otro. En esa charla Skanda le contó a Skadi sobre sus problemas para controlar su furia asesina, y al ver que la Jotun de hielo era capaz de controlar ese tipo de ira, quería que ella le enseñará a hacerlo. Skadi le dijo que no podría ayudarlo con eso, pero conocía a alguien que sí podría.

A la mañana siguiente la Jotun de hielo llevó al joven dios hinduista a las tierras eslavas para encontrar un maestro. Llegaron al Monte Cárpatos de las tierras eslavas, donde Skanda conoció a la maestra de Skadi, la Reina Lobo Dziewanna, y también al marido de ésta última, el Rey Tigre Rudra. 

Skadi le hablo a la pareja dios-tigre y diosa-loba acerca de Skanda y sus explosiones de furia. Rudra dudo por un momento, debido a que conocía el historial del joven dios hindú. Pero lo aceptó como discípulo, porque Dziewanna considero que Skanda merecía una segunda oportunidad.

Así fue como Skanda pasó a formar parte del estrafalario grupo de estudiantes inadaptados de Rudra, conformado por el surrealista e inocente San Gabriel, el arrogante e insufrible Nezha, y el irresponsable e hilarante Zhu Rong.

https://youtu.be/rTwSQfmQi8Q

[Presente. Torneo Parabellum].

Haber presenciado la transformación de Skanda dejo en silencio a todos los que veían la pelea. Aunque Thor estaba alegre; se había alegrado de que estuviera sucediendo todo de acuerdo a su plan, además de que vio en su oponente a sus más poderosos enemigos. Estaba furioso por las palabras del dios hindú, y ahora iba a disfrutar matarlo.

—¡Ja, ja, ja! ¡Entonces esa es tu verdadera forma! Eres igual que los gigantes de fuego ¡¡Ahora sí disfrutare matarte!! —decía Thor con regocijo y ansías de sangre. Luego levantó el Mjölnir con la intención de arrojarlo contra el joven dios hindú.

Pero en menos de un parpadeo Skanda apareció frente a él, le sujetó el brazo derecho con la mano de misma dirección, y la apretó con tanta fuerza que le partió el brazo a Thor con la misma facilidad en que un fisicoculturista parte una delgada rama.

"¡¿Pero qué?! ¡Imposible su fuerza física es...! ¡Es superior a la mía!", pensaba Thor desconcertado e incrédulo, al igual que el resto de dioses nórdicos que contemplaban el combate, al descubrir que a pesar de ser el dios nórdico más fuerte en términos de fuerza física, aquel joven dios hindú le superaba con creces en ese aspecto.

Lo sucedido también preocupó bastante a Sif y sus hijos; les hizo entender que aun con la ventaja del Kenoplasma, el dios hindú era más fuerte que Thor en términos de fuerza bruta. Dicho de otro modo; si ambos fueran humanos mortales sin control sobre el Maná, el Kenoplasma, el Prana y el Chi, Skanda sería superior a Thor en fuerza bruta.

Odín también se dio cuenta de esa clara diferencia de fuerza. Y de inmediato hizo una nota mental de esos datos para otro combate del mismo tipo, o si le tocaba enfrentar a un maestro de Prana que él muy bien conocía, como el poderoso hijo pródigo de Rudra y Dziewanna.

—Te recomiendo que te calmes maldito asesino —respondió Skanda con un imponente semblante molesto. Y aumentó la fuerza en su agarre, obligando al dios nórdico a arrodillarse frente a él. —Te has divertido asesinando a hombres, mujeres y niños, incluyendo la familia de mi esposa Skadi, como si no fuera más que un simple deporte; más que un simple juego enfermo para ti —decía Skanda cada vez con más ira en su tono, a medida que su cuerpo comenzaba a emanar ese Prana ardiente—. Aparte de Indra, eres el segundo dios que me ha hecho enojar así... Eres la segunda escoria que me ha hecho desear matar... Pero aun así no voy a matarte... ¡¡Voy a devolverte el dolor y sufrimiento de todos ellos multiplicado por mil!!

Dicho eso, Thor acabo volando por los aires, con la mandíbula destrozada y los dientes saliendo de su boca, tras recibir un rodillazo derecho bajo la barbilla. Su columna vertebral fue la siguiente en partirse por la mitad igual que una rama frágil, tras recibir otro rodillazo en la espalda. Y sus órganos internos fueron aplastados al recibir un golpe en el estómago por ambas manos.

Poco después de que Thor fuese estrellado de espalda contra el suelo, su cuerpo se regenero casi al instante, lo que le permitió ponerse de pie de un salto. Aunque él tardó un poco en recuperar su sentido de la orientación. Y peor fue cuando comenzó a recibir una lluvia de golpes sin saber siquiera de dónde venían.

Sentía que en su estómago, pecho y cabeza impactaban codazos en diferentes ángulos y puñetazos directos, que reducían a puré de carne y sangre sus órganos internos y ojos. En sus costados, brazos y piernas sintió patadas que le destrozaban la caja torácica y los huesos como si fuesen de madera frágil.

https://youtu.be/Ndt_iQ5EGZ4

Thor se regeneraba casi tan pronto como su cuerpo era destrozado. Pero eso no servía de nada si estaba aturdido o cerca de perder el conocimiento. No obstante empezó a tener un mapa mental de la ubicación de su oponente, en base a los golpes. Así que levanto el martillo en un movimiento horizontal hacia la izquierda, y sintió que golpeó algo.

En cuanto sus ojos se regeneraron y recuperó algo de su conciencia, se dio cuenta de que había logrado golpear la cabeza del joven dios hindú desde la mejilla izquierda. No obstante éste lo sorprendió al demostrar que resistió el golpe; como prueba de eso, respondió de inmediato con un puñetazo derecho en el estómago de Thor, que le pulverizo los órganos internos y dobló su columna vertebral.

"¡Jamás en mi vida había sentido golpes tan fuertes! Son incluso más fuertes que los de San Gabriel. Quizás son tan fuertes como los de Dazhbog. Y no es por el Prana o el Chi; ¡naturalmente la fuerza de sus puños es monstruosa!", pensaba Thor por completo atónito.

Mientras su cuerpo volvía a regenerarse, Thor contraataco con un golpe de su guante de Kenoplasma izquierdo, que impactó de lleno en la cara de Skanda. Thor noto que su golpe de Kenoplasma había dañado a su oponente, ya que lo hizo escupir sangre y algunos dientes. Sin importar que tan fuerte era el joven dios hindú, el haberse fortalecido con Prana lo había hecho muy vulnerable al Kenoplasma, lo cual había motivado a Thor y reavivó la esperanza en Sif.

Y tan pronto como surgió esa esperanza, Skanda lo hizo dudar con un gancho izquierdo, que le desfiguró y carbonizo el rostro a Thor. Acto seguido, Skanda piso la rodilla izquierda de Thor y se impulsó hacia arriba, para rematarlo con un codazo descendente. Justo cuando el codo izquierdo estaba por impactar en el desfigurado rostro de Thor, éste se desvaneció cual fantasma y apareció a más de veinte metros lejos.

Como había mencionado antes, no necesitaba chasquear los dedos para teletransportarse. Aunque supo que esta vez tuvo suerte de reaccionar a tiempo, o de lo contrario aquel codazo le habría destrozado la cabeza. Pero de todos modos esto lo alegro; le hizo ver que ahora su oponente peleaba en serio, sin contenerse en lo más mínimo.

En el instante en que sus ojos volvieron a regenerarse junto con el resto de su cara, y termino de vomitar litros de sangre, Thor arrojó el martillo a su oponente, quien se había quedado de pie, mirándolo de frente con la guardia baja. El Mjölnir golpeó la cara de Skanda y rebotó de vuelta, provocando con el impacto una onda expansiva que resonó en toda la arena cual trueno y estremeció las paredes protectoras.

Para sorpresa de Thor, el golpe no mató a su enemigo. Skanda seguía de pie, aunque con la nariz rota y una línea de sangre en los labios. Luego de que su nariz se regenerase, escupió sangre y se limpió la boca con el dorso de la mano derecha; todo el tiempo mirando a Thor con un semblante serio y molesto.

—Según los cuentos de tus fanáticos, con tu martillo puedes destruir mundos enteros y matar a cualquiera al instante con un golpe en la cabeza. Sin embargo, por lo visto, no puedes matar de un golpe ni destruir a un simple dios boxeador de la India —dijo Skanda con seriedad, aunque sus palabras eran una burla total.

—Maldito hijo de perra —gruñó Thor frunciendo el ceño, mientras atrapaba en su mano derecha su martillo—. Debo admitir que resultaste más rudo de lo que imagine. Y me alegra que estés peleando a matar. ¡Je, je! Si no fuera por mis Astras, yo habría muerto sin siquiera darme cuenta.

—Eso es algo bueno. Sería un desperdicio matarte así sin más —contesto Skanda juntando las manos y haciendo crujir sus dedos de tal forma que resonaba en la arena.

—No obstante, ahora con tu segundo Pranayama potenciando tu cuerpo, eres mucho más vulnerable al Kenoplasma. Un solo golpe extremadamente poderoso y bien conectado de mi Kenoplasma, será el final para ti.

—Solo si logras conectarlo, y antes de que yo conecte un buen golpe mío. Porque en este estado ya no puedo contenerme. Si llegas a perder el conocimiento por un momento, será el final para ti. Después de todo, dudo mucho que puedas seguir regenerándote, si reduzco tu cuerpo a cenizas.

—Es un plan excelente. Yo también lo hubiera pensado en tu lugar. 

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