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Capítulo XLVI: Boxeador vs Vikingo (II)

https://youtu.be/QZpOGgNHfBY

[Torneo Parabellum: Habitación del Equipo Buda].

Si antes a los humanos japoneses les parecía imposible que un dios hindú "desconocido" humillara y venciera a Ares, que la contraparte de un dios tan "débil" como Shiva aplastará al mismísimo Buda, y que un "insignificante" inmortal chino destrozara a Poseidón, ahora les parecía imposible que otro dios hindú "desconocido" estuviera dándole una paliza al dios más fuerte del Panteón Nórdico.

Estaban tan negados a creer la realidad que veían, que de nuevo expresaban su frustración con quejas y todo tipo de palabrotas llenas de ignorancia, que habrían hecho reír a Odín, si éste no estuviera cerca de sufrir un ataque de nervios.

Odín se recostó de nuevo en su trono, dando un suspiro para calmarse la furia, y pensar con calma, mientras apoyaba el codo derecho en el reposabrazos y se tocaba la sien con los dedos índice y medio de la mano derecha.

"Estúpido niño imprudente... Eso estuvo cerca. Por un momento me preocupe de que este estúpido imprudente muriese antes de ofrecer algún dato importante. Además, a causa de su imprudencia, tuvo que revelar sus fuentes alternas de energía demasiado pronto. Si tan solo se hubiera apegado a mi plan desde el inicio, y recordado cada uno de los detalles, ahora mismo podría haber ofrecido muchos datos importantes, en vez de estos datos tan inútiles", pensaba Odín con frustración.

—Debo reconocer que, para ser un pueblo de primitivos bárbaros, fue una idea muy ingeniosa usar fuentes de combustible alterna para recuperarse —decía Zeus con una cruel sonrisa divertida, y teniendo la mano derecha en la barbilla—. Tuviste la misma idea de que yo.

—Habría intentado convencer a los presidentes de que Thor llevará consigo mis pociones de recuperación. Pero sabía que le darían un límite, por considerarlo injusto.

—¡Je! Y dudo mucho que el Gran Abuelo le permitiera a tu hijo revoltoso usar las mismas pociones, que te permitieron recuperarte las veces necesarias para ganarles a tus antecesores.

—Eso también. Así que los convencí de llenar la Arena de Duelo con estructuras explosivas, para hacerlo más "interesante". Las reglas prohíben llevar cualquier objeto que no sea propio del peleador. Y eso incluye pociones y artilugios de uso limitado. Sin embargo, el cinturón que usa Thor no es un "artilugio" cualquiera; es uno de sus Astras, un sello personal de su figura. Así que, en teoría, no está infringiendo ninguna ley. Y gracias al Maná almacenado en la magia rúnica de los monolitos, el cinturón de Thor podrá recargarse al menos un par de veces, extendiendo el número de recuperaciones.

—Ya me parecía raro que en este combate agregaran esas estructuras raras. Has estado planificando todo, para que tu hijo tuviese la pelea a su favor.

—Ojalá fuera así. Sabía que el muy necio e imprudente preferiría luchar utilizando sus propias estrategias. Así que le pedí que comiera y bebiera lo más que pudiera, para recuperarse con su magia Berserker. El exceso de combustible que ya tiene almacenado en el cuerpo, tampoco es una violación a las normas, ya que es su propio cuerpo, y es su propia magia la que lo consume. Y por si acaso, le aconseje que se recordara así mismo su pasado, aceptara todo ese sufrimiento emocional, y aprovechara ese odio hacia su madre, todo eso para que su Kenoplasma tuviera mucho con que alimentarse y crecer en poder.

—Literalmente tiene todo para ganar, o al menos resistir un día entero luchando contra un monstruo como ese. ¡Je, je! Y hace un momento casi lo matan.

—Por culpa de su estupidez e imprudencia. Si por lo menos fuera más como un verdadero hechicero y menos como un guerrero, ahora mismo no tendría que haber recurrido a sus fuentes alternas de energía. ¡Maldita sea! —Odín empezó a golpear el reposabrazos con el puño derecho un par de veces—. ¡Si no fuera porque ese maldito niño inca pueblerino tuviera en su equipo a monstruos como Rudra Shere Khan, Israel Yahweh y Angra Mainyu, con mucho gusto habría aceptado luchar ahí en vez de enviar a mi casi incontrolable hijo!

—Lo bueno es que ahora que ellos participaron en este torneo, no podrán volver a ser elegidos para el siguiente. Aunque esta ley solo aplica para los que ganaron su ronda. Así que, por irónico que suene, para evitar volvernos a topar también con Israel y Angra, ellos tienen que ganar como lo hizo Rudra.

—Yo en tu lugar reconsideraría qué es peor, en realidad.

—¿De qué hablas?

—La idea de dejarlos ganar, para no correr el riesgo de enfrentarlos en el siguiente torneo, es bastante tentadora. Pero si sus victorias son las que determinan la de su equipo, tal vez merezca la pena correr el riesgo, porque prefiero la muerte antes que terminar con mi reputación hecha pedazos. Y eso también debería incluirte.

—Que pierda tu hijo o cualquier otro patético dios que no sea de mi reino no podría importarme menos.

—Debería, porque tu reputación está en juego también.

—¿Qué has dicho?

—Aunque no estás dentro de los Doce Inmortales elegidos, si estás dentro de los cuatro candidatos a luchar en la Ronda Decisiva. Además, la reputación de tu Panteón depende del desempeño de los dioses griegos en sus combates, y también de los combates de los otros dioses con los que comparten equipo. Y desde mi punto de vista, el terrible desempeño de Buda en su pelea no compensa las humillantes y aplastantes derrotas de Ares y Poseidón. Por otro lado, dado a que el Equipo Buda está integrado en su mayoría por dioses griegos, la reputación de ustedes será la más afectada.

—Desgraciado, los dioses de tu Panteón también sufrirían un golpe a su reputación.

—No tanto como los tuyos. Pero sí, nuestra reputación se vería afectada. Aunque si yo caigo, tú y tu reino se vienen conmigo. Así que más vale que comiences a rezarle Thor para que salga victorioso de esta ronda, y sea una victoria por lo menos decente —agregó Odín con un tono de burla cruel.

"¡Maldición! ¡Si lo que dice este jefe bárbaro es cierto, entonces yo mismo matare a su hijo si se rinde u ofrece una victoria mediocre!", fue lo que pensó Zeus con tanta rabia, que su disfraz empezó a caer, y por instantes se mostró parte de su verdadera forma, la cual lucía casi como un adolescente cerca de los 18 años.

https://youtu.be/bF1yD-073y0

[Habitación de Rudra].

La revelación sobre la función del cinturón de Thor fue bastante polémica para los que no estaban familiarizados con las reglas. Como ejemplo de esto, Waresa y Leliah le preguntaron a Danu y Pachamama si eso era legal. Y éstas les explicaron casi los mismos argumentos que Odín. Freyja también aportó explicando que ese cinturón era el Astra más preciado de Thor, incluso más que el propio martillo.

Por otra parte, a una de ellas le trajo malos recuerdos el peculiar rumbo de la pelea.

—Restaurar fuerzas hasta que el enemigo se agote y no pueda seguir luchando. Aunque odia a sus tíos, está usando la misma estrategia rastrera que esos hijos de perra.

Comentó Dziewanna con clara molestia y repugnancia, estando sentada al lado izquierdo de Rudra, quien había terminado de aparearse con Coyolxauhqui y Nintu. Ahora la joven diosa mexica y la Diosa Madre babilónica descansaban juntas en un sillón cercano a la cama, otra vez cubiertas con un paño. Lo mismo era también para las demás; todas estaban sentadas en sillones y sofás cerca de la cama, porque todo el lecho iba a ser usado por las siguientes hembras en aparearse con Rudra.

Debido a que Brynhildr no estaba allí, iba a haber un pequeño cambio en el orden. Por lo tanto, al terminar el turno de Coyolxauhqui y Nintu, las siguientes eran Dziewanna, Shakti y Awilix. Por esta vez Sekhmet y Artemisa tuvieron que reservar esa acción para más adelante, ya que ambas iban a pelear en el torneo pronto, y deben estar al cien por ciento.

Pero debido a que el apareamiento lo iban a dominar tres bestias hembras, Rudra quiso esperar a que la diosa mexica y la diosa babilónica descansaran lo suficiente, para que pudieran sentarse en un sillón lejos de la cama. Después de todo, la cama entera iba a ser necesaria para la tremenda acción que iba a suceder a continuación.

—Al final, el que sepa cómo y cuándo gastar sus fuerzas, será el que gane —dijo Shakti con seriedad, arrodillada en la cama al lado derecho de su amado, mientras se quitaba el paño.

—Entonces es una pelea de super estrategias, ¿eh? ¿Y quién tiene la ventaja? —pregunto Awilix por curiosidad y de forma infantil, con su esbelto cuerpo libre del paño, y sentándose al frente de su querido Rey Tigre.

Las tres Reinas Bestias se habían despojado de sus respectivos paños, y ahora mostraban sus atléticos cuerpos en todo su esplendor. De todas las mujeres allí presentes, Danu y Pachamama eran las más altas, seguidas de Gaia y Nintu. Pero Shakti era la más tonificada y la de pechos más grandes.

En segunda posición estaba Dziewanna, cuyos fuertes brazos eran un poco más delgados que la diosa-tigresa, y sus pechos eran de una talla solo un poco menor. Pero seguía teniendo piernas esbeltas y musculosas, además de un trasero firme y una estrecha cintura con abdominales tonificados.

Awilix no tenía un cuerpo en apariencia tan musculoso como Shakti y Dziewanna, ni tampoco era tan alta como ellas. Pero era notable que su cuerpo era más atlético que el de Danu, Pachamama, Nintu, Waresa, Gaia y Lailah, quienes eran las que menos se dedicaban al combate cuerpo a cuerpo a favor de las peleas a distancia. Awilix era tan tonificada como Daji, Inari, Artemisa y Sekhmet, quienes estaban por debajo de Brynhildr, Freyja, Dziewanna y Shakti en nivel de desarrollo muscular.

De hecho, la diosa mexica Coyolxauhqui era la de físico más joven, menos atlético y menor tamaño de todas las hembras de Rudra. Lo cual hacía más increíble que ella haya podido competir contra sus "hermanas", e incluso haya concebido unos pocos hijos con Rudra, quien tenía un sentido de selección natural mucho más estricto que las bestias varones promedio. Fue una sorpresa que ni siquiera la familia de la diosa mexica esperaba que sucediera, sobre todo su hermano menor.

—En mi opinión, que Thor usará en este momento sus fuentes alternas de combustible fue una mala jugada —decía Freyja con una mirada severa y cruzada de brazos—. Debió esperar a que Skanda gastara más energía Prana.

—Concuerdo contigo. Si se equivoca en algo, le pasara lo mismo que a sus malnacidos tíos —agregó Dziewanna con clara molestia al mencionar a los hermanos de Odín.

—Raksha, eh, Dziewanna, ¿Por qué parece que le tienes tanto odio a los tíos de Thor? —pregunto Daji confundida, y todavía intentando acostumbrarse al nuevo nombre de su vieja conocida.

Aún no había asimilado el hecho de que la poderosa, salvaje e indomable diosa Dziewanna, una de las Reinas Bestia más fuertes de todos los Panteones y la primera hembra que casi derrota a Rudra, era aquella loba normal que conoció en un lejano pasado. Simplemente ahora le parecía irreconocible, pese a que podía saber que era ella gracias al Chi.

—Los hermanos de Odín fueron los que comandaban los ejércitos Æsir que atacaban, esclavizaban y colonizaban las tierras de los pueblos eslavos —explicó Rudra con el ceño fruncido, también denotando molestia al hablar de eso—. Dziewanna los enfrentó muchas veces. Y aunque siempre los derrotaba, ellos sobrevivían y escapaban gracias a esas extrañas pociones que Odín les prestaba. Pero cuando llegue a las tierras eslavas, Dziewanna y yo nos las arreglamos para matar a los tíos de Thor, en especial uno que era el peor de todos.

—Nunca nadie me hizo sentir tanta furia y odio, como esos pedazos de mierda vikinga —agregó Dziewanna, sujetando el hombro izquierdo de Rudra, para luego acostarlo con tanta fuerza que hizo temblar toda la cama.

https://youtu.be/FmkHqUwa4zg

—¡Pero no pagues tu furia conmigo! —se quejó Rudra, sobresaltado por el trato iracundo de su amada Reina Loba, quien ahora procedió con montarlo y sentarse sobre su pelvis, lista para unirse a él casi de modo violento y forzado.

—Ya conoces las reglas, querido —dijo Shakti con una sonrisa divertida, acostándose al lado derecho de Rudra, y sujetándolo del brazo con ambas manos—. Su lado demonio toma el control, tú la calmas.

—¡Y no te olvides de mí! —dijo Awilix acercándose brincando desde el lado izquierdo de Rudra, para luego acostarse a su lado y también sujetarlo del brazo—. ¡Tu pelea me super emociono mucho! ¡Tanto que mi sangre arde por morderte en todo el cuerpo!

"Y pensar que unas vidas pasadas me apareaba con tigresas y leonas normales", pensó Rudra con un suspiro sarcástico, antes de proceder con adoptar de nuevo su forma hombre-tigre en un resplandor rojizo, mientras sus tres compañeras hacían lo mismo.

Shakti, como una mujer-tigresa, era muy parecida a la forma hombre-tigre de Rudra, con la diferencia de que tenía el pelaje de un color más claro —similar a los tigres dorados—, sus ojos seguían siendo azules, y mantenía los atributos femeninos de una hembra de la raza humana. Como ejemplo de ello, su cintura era delgada y bastante esbelta, con enormes pechos, una cabellera corta y no tenía tanta masa muscular como su contraparte masculina, aunque si tenía más que una humana normal promedio.

Lo mismo fue para Dziewanna, cuya forma de mujer-loba blanca era voluptuosa con pechos grandes, y mantenía su larga cabellera suave, lisa y del mismo color que el resto de su pelaje: un color blanco semejante al de la nieve, que parecía brillar como la misma luna. Era casi tan alta como la forma bestia de Rudra, conservaba el celestial color azul de sus ojos, y era menos robusta que Shakti. Aunque seguía siendo más musculosa que una humana promedio.

En cuanto a Awilix, su forma mujer-jaguar era un poco más pequeña y menos musculosa que Dziewanna. De manera que era bastante delgada, y sus pechos eran un poco más pequeños. Pero seguía manteniendo una figura esbelta. También conservaba sus ojos dorados y su cabello negro. Tenía el pelaje de un color negruzco, pero lo bastante claro como para que se notaran sus manchas de jaguar.

—Espero que puedas seguirnos el paso, mi amor —dijo Dziewanna con un tono desafiante, y lamiéndose el hocico al final.

—¿Estás retándome? —pregunto Rudra con un pequeño gruñido molesto de tigre.

—Pues todavía no te has recuperado de tu reciente pelea. Si no fuera por nosotras, ahora mismo estarías siendo atacado por quién sabe cuántos enemigos ansiosos por aprovechar tu momento de mayor debilidad —dijo Shakti, deslizando su dedo índice derecho en la mejilla de Rudra—. Tal vez no estás en condiciones para aparearte con nosotras.

—¡Pero yo no puedo esperar más! —dijo Awilix abrazando y presionando entre sus pechos el brazo del Rey Tigre de forma ansiosa e infantil—. ¡Siento que voy a explotar si no libero toda esta emoción y deseo de pelear! ¡No puedo seguir esperando!

—¡Y no tendrás que esperar, Awilix! —decía Rudra con otro gruñido molesto—. Es verdad que sigo sin recuperarme por completo, y puede que tarde unos días en hacerlo. ¡Pero no estoy para nada débil! ¡Es más, puedo pelear con todas ustedes al mismo tiempo!

—Eso es lo que quería oír —dijo Dziewanna con un tono juguetón y vanidoso, para luego acomodar la entrepierna y, con su propia mano derecha, sujetar la masculinidad del Rey Tigre para entonces unirse a él.

—Por cierto, mi querido tigre, ¿cómo crees que acabe esta ronda? —pregunto Sekhmet con una sonrisa divertida, mirando la cama ansiosa por su turno de estar con su amado dios-tigre.

—La única manera en que Skanda gane es que mate a Thor, lo cual dudo, o que el propio Thor se rinda, cosa que dudo más —decía Artemisa con una actitud indiferente.

—Quizás Skanda podría concentrarse en la idea de que Thor podría renacer. Así no se sentirá tan mal por matarlo —teorizó Nintu sin compasión alguna en su tono.

—Aunque podría tardar milenios en renacer —agregó Lailah con una sonrisa penosa.

—Como sea. Aunque renazca, igualmente su familia sufriría mucho su muerte. Y Asgard también sufriría un duro golpe —explicó Freyja, no pudiendo ocultar su felicidad por esto último.

—Si ese maldito reino sufre entonces no hay problema —dijo Dziewanna con un claro rencor, mientras gruñía como una loba y cabalgaba sobre la pelvis de su amado con tal violencia que la cama temblaba, y además se apoyaba clavando las garras de las manos en el pecho de él.

https://youtu.be/yqhSoCHaK1g

—Por favor no hables así, "luna" mía —decía Rudra refiriéndose a Dziewanna ahora con seriedad, mientras Awilix le lamía la mejilla izquierda y Shakti le retenía el brazo derecho.

—Perdóname, mi amor. Pero el odio que siento hacia ellos no se apaciguara por completo. No hasta que su reino desaparezca. Tampoco me importa si la madre de Thor tiene que verlo morir.

—¿Ella está aquí en el torneo? —pregunto Gaia abriendo mucho los ojos, sorprendida por esa revelación.

—Sí, entre el público —dijo Freyja, mirando por un momento un lugar específico entre los inmortales nórdicos—. Pero obvio, Thor aun no la ha reconocido, por lo vieja que está ella ahora. No puedo imaginar el estallido de odio que sentirá Thor, una vez que la reconozca. Ni lo doloroso que será para ella el haber tenido que mantenerse viva todos estos siglos, sólo para ver morir a su hijo.

—Pero yo sí puedo imaginar lo mucho que eso afectara a Skanda —decía Rudra entre ronroneos, mientras sujetaba la cintura de Dziewanna con la mano izquierda, clavándole las garras en la piel en el acto, y con esto la hizo gruñir más fuerte—. Para ser sincero, no estoy seguro de cómo terminará esta batalla. Pero sea cual sea el resultado, tendrá un sabor amargo para ambas partes. Por el lado de Skanda, me preocupa su bienestar, y por el lado de Thor, me preocupa su madre. La muerte de un hijo es un dolor que nadie debería sufrir, ni mucho menos ella.

—Tan empático como siempre, cariño —dijo Shakti con un tono alegre y orgulloso, mientras presionaba entre sus pechos el brazo de su amado.

—Estoy super de acuerdo contigo, Rey Tigre —dijo Awilix, tan enternecida por la actitud sentimental de su amado, que le lamió la nariz. Aunque su comentario hizo sentir celosas a Daji e Inari, por haberse referido a Rudra como suelen hacerlo ellas.

—Entonces deja de pensar y solo concéntrate en nuestro amor —dijo Dziewanna decidiendo captar toda la atención de Rudra, para que éste no tuviese que ver el posible desenlace desgarrador de la actual Batalla de Inmortales.

Así que la Reina Loba se acostó sobre su amado Rey Tigre, presionando los grandes senos contra el musculoso pecho de él, mientras le daba suaves mordidas en el cuello y el hombro derecho. Como respuesta Rudra, movido por su instinto de pelea, rodeo la delgada y fuerte cintura de Dziewanna con el brazo izquierdo. Y comenzó a mover la pelvis al ritmo de las caderas de ella, mientras se enrollaban la cola de ambos igual que una pareja de cobras.

https://youtu.be/0-sKY5qMSJM

[Arena de Duelo].

Tal como lo había explicado Odín, los monolitos en la Arena de Duelo estaban cargados de Maná gracias a la magia rúnica que los hacía explotar. Es por eso que Thor recuperaba Maná casi al instante en que agotaba una porción al desencadenar un hechizo, siendo en este caso rayos desde el filo de su maza.

Sin embargo Skanda bloqueaba los impactos del rayo con el par de espadas Kirpan de Prana. Era un ataque mágico, por lo que las espadas podían desviarlo y hasta bloquearlo sin problemas. No obstante los ataques cuerpo a cuerpo de la maza era otro tema; Skanda no quería arriesgarse a que sus armas de Prana fuesen destruidas, porque el "reconstruirlas" lo haría gastar más energía Prana que el invocarlas.

Por otra parte los pilares también estaban siendo destruidos en medio de la caótica batalla. Por eso acabaría reduciéndose el número de veces que Skanda las aprovechaba para bloquear los ataques de Thor y atacarlo desde lejos, sin necesidad de gastar muchas fuerzas.

De momento Skanda se dedicó a evitar recibir un golpe directo de aquella maza, y aprender el tipo de ataques que hacía. Así que se concentraba más en evadir que conectar un golpe. Esto hizo que Skanda y Thor estuvieran en un punto muerto, en el que ninguno de los dos lograba conectar un solo golpe.

Pero mientras Skanda atacaba con una espada, usaba la otra para contraatacar, lo cual era inútil dado a que Thor esquivaba el ataque sorpresa alejándose, para luego atacar con una embestida igual de veloz. Esto hizo que Skanda se diera cuenta de que la velocidad de Thor también aumentó al consumir una porción de la grasa sobrante.

En toda la pelea frenética, ambos se desplazaban por la Arena de Duelo, destruyendo más pilares y monolitos en el proceso, dejando la arena llena de Maná puro y escombros carbonizados, y permitiéndole al dios hindú identificar los ataques de la maza de Thor.

Al golpear el suelo, la maza liberaba una porción de Kenoplasma en una onda sísmica lo bastante fuerte como para derrumbar montañas, pero mucho más débiles que las explosiones de la hacha. El filo en la parte superior de la maza liberaba ataques mágicos elementales de diferentes formas, que iban desde un rayo normal hasta orbes eléctricos y bombas de viento.

Por otro lado, Thor aprovecho cada momento de respiro para seguir trabajando en su siguiente estrategia.

"Se dio cuenta muy rápido de lo que hace mi versión del hechizo Berserker. Prueba de eso es que está usando esas espadas de Prana, para evitar lo mejor posible el más mínimo daño, y así no gastar energías en curarse. En ese caso, tendré que incitarlo a usar su segundo Pranayama", era lo que pensaba Thor tras pensarlo durante unos minutos, que para él fueron horas.

Lo único reconfortante para él, es que esta estrategia no era cien por ciento de su padre: lo único que era parte de la estrategia de su padre, es la información del segundo Pranayama de Skanda. Según la información que logró recopilar Odín, era un Pranayama que Skanda desarrollo por sí mismo cuando entrenaba con San Gabriel y Rudra.

Era un Pranayama de uso limitado y bastante poderoso, por el tremendo desgaste que conllevaba el activarlo. Y estaba ligado a la naturaleza violenta del linaje Asura de Skanda.

Mientras Thor organizaba esta estrategia con cuidado, estaba desplazándose por diferentes puntos de la arena a la velocidad del rayo, mediante pequeños saltos que lo impulsaban de forma que alguien normal de su misma complexión jamás podría imitar. Y desde diferentes ángulos, atacaba a Skanda con ataques sorpresivos para luego volver a alejarse antes de recibir un golpe.

Skanda por su parte se movía en diferentes puntos, sin alejarse demasiado del centro de la arena, concentrado por ahora en analizar los movimientos de Thor, para saber lo que planeaba. Sabía gracias a Skadi que el Dios Nórdico del Rayo no era tan estúpido como muchos creían. Después de todo, Thor supo arreglárselas para sobrevivir y triunfar en Asgard, antes de tener su famoso tercer Astra que solo funcionaba para aumentar el inmenso poder que ya tenía.

https://youtu.be/-guwAJpaIkk

Tras haberse acostumbrado a la velocidad de su oponente, Skanda bloqueo otro golpe del mazo con ambas espadas, provocando que estas se agrietaran tanto que lucían a punto de explotar. Pero en vez de devolver el golpe, lo que hizo Skanda fue clavar ambas espadas en el suelo, provocando un estallido de fuego semejante a la erupción de un volcán.

La acción terminó haciendo explotar las dañadas espadas gemelas de Prana. No obstante el dios hindú las reemplazó casi de inmediato, mediante Agneyastra: Asura Chakram [Astra de Fuego: Chakram del Asura]. Como su nombre lo indicaba, Skanda concentró parte de su energía Prana en su mano derecha y le dio la formo de un arma chakram. A diferencia de las normales, este chakram era de un metal negro, rodeado de llamas rojizas, y con un estilo imponente que la hacía parecer un arma mecanizada. 

Entonces Skanda arrojó el chakram al aire, y ésta voló por sí misma hacia Thor, persiguiéndolo igual que un misil teledirigido, destruyendo algunos pilares y monolitos en su camino que sólo ofrecieron más Maná para recargar la magia de Thor.

La Arena de Duelo era lo bastante amplia como para que albergara un pequeño ejército. Es por eso que aún tenía muchos pilares y monolitos sin destruir. Pero aun así, a este ritmo, iban a destruirlos todos, y habría tanta concentración de Maná puro que sería visible hasta para el de mente más escéptica a la idea de la magia.

Eso haría que Skanda se diera cuenta de que Thor también usaba la magia de los monolitos para seguir recargándose. Y además al haber tanta concentración de Maná acabaría dispersándose fuera del torneo, dejando a Thor sin más oportunidades para recargarse. Así que ahora él debía intentar no destruir ninguno más por accidente.

Sabiendo eso, Thor dejó de moverse entre los objetos de la Arena de Duelo, e intento desviar el chakram de fuego con un golpe de la maza. Pero para su sorpresa el arma de Prana estaba apuntando a un punto específico: la muñeca derecha de Thor. De modo que acabó cortándole la mano igual que una sierra eléctrica corta un pedazo de carne.

Y antes de que cayera su mano derecha junto con la maza, Skanda ya había recorrido toda esa distancia directo hacia él, destrozando un par de monolitos más en el camino. El dios hindú planeaba atacarlo de frente, aprovechando el instante en el que Thor perdió su arma. Sin embargo éste chasqueo los dedos de la mano izquierda, y entonces Skanda se detuvo en seco, esperando que su enemigo se teletransportara.

Como resultado Skanda casi termina con el corazón apuñalado, debido a que la maza voló por el aire cual boomerang, en respuesta al chasquido de Thor, rodeando a éste por la espalda hasta el lado izquierdo. Luego Thor la atrapo con su única mano, y atacó a Skanda con el filo de la maza casi como una lanza. Pero Skanda reacciono rápido para atrapar la maza con ambas manos, y con ello deteniendo el filo del arma de Kenoplasma antes de que se hundiera más en su pecho.

—En realidad no necesito chasquear los dedos para teletransportarme —decía Thor con una sonrisa divertida—. Simplemente lo hago porque me resulta más fácil hacerlo de esta forma, sin tener que concentrarme en pensar a dónde quiero ir. Es simple, pero muy engañoso.

Tras revelar ese dato sobre su poder, Thor mostró otro tipo de ataque único de su maza: las bridas de la cabeza esférica empezaron a girar como una hélice, lo cual provocó profundos cortes en las manos de Skanda. Y para evitar perder los dedos, éste tuvo que soltar la maza y alejar a Thor con una patada frontal derecha en el estómago.

Pero en cuanto Thor se alejó un par de metros por aquella patada, su maza revelo otro ataque nuevo: ahora que las bridas giraban a altas velocidades, aremolinaba el viento a su alrededor, junto con una neblina tan negra como el cielo sin estrellas. Y entonces la maza disparó una bala de Kenoplasma en forma de taladro, que por  la velocidad a la que viajaba y la corta distancia entre ambos inmortales, impactó de lleno en Skanda.

El dios hindú cayó de espaldas cerca del centro de la arena, con las manos ensangrentadas y el pecho lleno de cortes profundos que se arremolinaban alrededor de un hoyo poco profundo, como si un taladro real lo hubiera golpeado.

"Como lo supuse... Esa arma tiene más variedad de ataques que el hacha... Pero no imagine que fuera así... Creí que usaría los mismos ataques que el Astra de Taranis. Y aunque sí tienen cierto parecido, son diferentes. Thor creo armas basadas en los Astras de Perun y Taranis, pero él desarrolló ataques propios", pensaba Skanda, más aturdido por la sorpresa que por el ataque en sí. Después levantó ambas piernas, se apoyó con la espalda y volvió a ponerse de pie con un salto.

No había recibido otro ataque inmediato, porque Thor estaba ocupado recogiendo la mano que había perdido; dejó la maza en el suelo, tomó su mano mutilada y volvió a pegársela en la parte cercenada del brazo. Entonces la prominente barriga de Thor se redujo otro par de centímetros, luego de que él consumió parte de la grasa para que su factor curativo volviera a unir su mano mutilada, sin perder ni una pizca de energía.

Luego de probar la movilidad de su mano, la abrió con un breve movimiento del brazo, y la maza voló de regreso a la palma de su mano. Mientras tanto Skanda recuperó su chakram de Prana casi del mismo modo en que Thor recuperó su arma de Kenoplasma.

Entonces Skanda arrojó de nuevo el chakram de Prana, y Thor respondió de inmediato llamando su maza de Kenoplasma con la mano izquierda para desviar el arma de Prana con un golpe horizontal. Luego el dios nórdico se sobresalto cuando el dios hindú ya estaba a pocos pasos frente a él otra vez, e iniciando de nuevo el balanceo del torso a los lados para desatar la despiadada técnica Sitarom Takarava.

https://youtu.be/dW1NrBEQ0Ig

Volver a presenciar esa técnica le produjo a Thor un miedo instintivo; la primera vez que sintió un miedo semejante, fue en su pelea con San Gabriel, cuando éste último empezó a mostrar las primeras señales de la feroz bestia que dormía en su ser. Era el terror que imponía un artista marcial que cruzó la línea entre los peleadores y los monstruos.

Pero Thor se tragó el miedo e hizo caso al consejo de su padre; antes de que Skanda ganara suficiente impulso para iniciar la lluvia de ganchos, Thor se impulsó hacia adelante y chocó su hombro contra los antebrazos de Skanda, y con esto le impidió realizar aquella fatal técnica.

—¡Ya me di cuenta del alcance y las limitaciones de esa técnica, así que ya no funcionaran conmigo! —exclamó Thor, mientras empujaba su hombro contra la guardia de Skanda, aunque no podía hacerlo retroceder—. ¡Debiste haberme matado cuando tuviste la oportunidad!

Thor retrocedió un paso y movió su maza en un golpe horizontal, el cual falló cuando Skanda dobló las rodillas y encorvo el torso hacia atrás, para luego volver a erguirse y conectar un gancho derecho en la cara del dios nórdico. Le siguió un codazo izquierdo en el estómago, y después el dios hindú se apoyó en la rodilla izquierda de Thor para elevarse hacia arriba e impactar una patada izquierda en el rostro del dios nórdico, que le destrozó la mandíbula inferior.

—Después de hacerte pagar todo el daño que le trajiste a la familia de mi esposa, tendrás mi permiso para morir —decía Skanda, mientras aterrizaba en el suelo y retrocedía dos pasos hacia atrás.

Por otra parte Thor volvió a consumir parte de su grasa para regenerar su mandíbula casi al instante. Luego escupió sangre al suelo, junto con algunos dientes rotos. 

—¿Quieres hacerme pagar solo por haber destruido por accidente el pueblo de ese monstruo que tienes de esposa? —decía Thor, apenas terminando de regenerar su mandíbula.

—Podría hacerte sufrir para que también lo pague Odín. Pero sé que a él no le interesa tu bienestar, más allá de que sigas siendo útil como su mejor arma. Ya que él no te ve como un hijo, sino nada más como otro de sus preciados instrumentos de intimidación y guerra. Dices que somos parecidos, lo cual puede ser cierto. Incluso reconozco que también tuve que luchar contra prejuicios y rechazos para ganarme un lugar en el Devaloka. Pero al menos yo sí crecí recibiendo verdadero amor de mis padres, mi tío Indra y mi prima Devasena me respetaban, y además mi madre jamás me abandonó. 

La respuesta de Skanda no pareció gustarle para nada a Thor, ya que éste se puso rígido de pies a cabeza, su sonrisa burlona cayó y se resaltaron las venas en su frente. Además, agito su maza tan fuerte contra el suelo que, aparte de liberar otra onda sísmica de Kenoplasma, pareció que toda la arena había temblado por un momento. Además el Kenoplasma en este ataque fue mucho más intenso que los anteriores. 

El dios hindú esquivo el ataque saltando hacia atrás, y tan pronto como aterrizó en el suelo atrapo su chakram de Prana con la mano derecha, listo para otro ataque furioso de su oponente. Pero para su sorpresa, Thor todavía seguía parado en su mismo sitio, aunque no había vuelto a sonreír.

—Si a eso quieres jugar, entonces te diré algo divertido —decía Thor, por primera vez en el duelo con genuina furia—. ¿Recuerdas ese pueblo en el que vivías, antes de regresar finalmente a tu hogar en el Devaloka? ¿Recuerdas ese pueblo que desapareció antes de que los malditos romanos llegaran a arrasarlo todo?

—¿Qué tiene que ver el pueblo de los adoradores humanos de Skadi en esto?

—Pues, me parece curioso que quieras castigarme por cada vida de la familia de Skadi que borre con mi martillo. Pero no menciones nada de ese pueblo humano que la adoraba a ella. Es curioso, porque según recuerdo, en esa aldea fue cuando empezaste a tener a tus primeros estudiantes, a los que querías compartir todo lo que tu maestro te enseño.

—Esa aldea fue atacada por Takemikazuchi. Y ya me encargue de castigarlo por eso.

—Lo sé. Le arrancaste los brazos con tus propias manos, y luego le apuñalaste la cabeza con una de sus propias costillas. Fue una jodida obra de arte lo que le hiciste al supuestamente "invencible" Dios del Sumo. ¡Je, je, je! Pero el punto es que no fue exactamente él, quien mató a tus queridos primeros estudiantes.

—¿Qué estás diciendo? —pregunto Skanda frunciendo el ceño, y sus ojos denotaban un aterrador resplandor rojizo.

—Técnicamente, yo fui el causante de su trágico final de poema heroico. 

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