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Capítulo XLI: Skanda vs Thor (I)

https://youtu.be/CarRaRMbgWo

[Torneo Parabellum: Arena de Duelo].

La cuarta ronda había tenido un peculiar inicio; en contraste con el inicio de la ronda anterior, en esta fue mucho más tranquilo. Pero el ambiente estaba cargado de una tensión, que incluso se sentía en las gradas.

Los dos peleadores estaban sentados en medio de la Arena de Duelo, uno frente al otro, con una mesa cuadrada como única separación. Y mientras que Thor estaba sentado en el lado de la arena oscurecido por las nubes tormentosas, Skanda se hallaba en el lado iluminado por el sol de la parte despejada del cielo.

De forma poética, la luz y la oscuridad separaban a ambos peleadores, como un indicio del camino que los dos habían elegido en el momento cumbre de sus vidas.

—He escuchado muchas historias, sobre el pueblo de los Asuras —decía Thor, tras otro incómodo momento de silencio—. ¿Y sabes qué creo? Me recuerdan mucho a los míos: viven para morir, su mayor fortaleza es la fuerza, y son temidos por su furia. Además, construyeron su glorioso imperio a base de incursiones y asentamientos en otros mundos.

—Los reinos más grandes, se construyeron encima de ruinas y sangre. Todos los pueblos han pecado, y siguen pecando, en eso.

—Y es natural que sea así. Es la ley universal de las sociedades. Tú ya lo sabías, y aún así, eras el primero en ir a la guerra, para traerle gloria a tu dramático y rencoroso tío. Pero de repente, al igual que tu padre blandengue, de un día para otro tiraste tus armas, tu armadura y tu título, para vivir lo más lejos posible de los conflictos de tu Panteón.

»Pero mientras tu padre eligió una aburrida vida de dios mensajero, tú elegiste la vida de un dios nómada, en una pobre isla tan miserable que ni siquiera Zeus tuvo interés en poblarla. Y años después Karttikeya ocupo tu lugar como el nuevo Dios de la Guerra, aunque él también decidió vivir como un nómada.

—¿A dónde quieres llegar?

—Mi padre y yo tenemos curiosidad por saber cómo un dios, tan lleno de furia y motivado por la violencia, dejó todo eso para abrazar una ridícula vida de monje asceta.

—Disculpa si dudo de eso... porque algo me dice que tiene que ver con el hecho, de que mi esposa sea una gigante Jotun, que alcanzó la divinidad. A mi juicio, ustedes están preocupados del hecho de que un dios hinduista, que abandonó su tierra y Panteón, viva con el mayor enemigo de Asgard.

—Que listo muchacho. Supongo que eras el niño belicoso más listo de tu escuela... —dijo Thor con diversión, antes de volver a tomar un largo sorbo de aguamiel, y después seguir con la charla—. Esa es la preocupación de mi padre. Ya debes de saber lo paranoico que es cuando ve una posible amenaza caminando libre en alguno de los Nueve Reinos de Yggdrasil.

—Lo he visto en persona —dijo Skanda dejando de sonreír, y teniendo solo su mirada seria—. Todavía sigo sin entender, cómo los humanos pueden idolatrar a alguien así. Alguien que se guarda todo lo que conoce, para ser el único sabio en una tierra llena de ignorancia. Promueve la violencia con la idea de morir luchando para alcanzar un "cielo".

»Y aunque el guerrero caído sea peor que un monstruo, se gana un lugar entre los justos. Por eso el tan aclamado Valhalla, es realidad un nido de ratas sin cerebro ni verdadero honor. Por eso los tan respetados Einherjar son una manada de fraudes, traidores, asesinos, violadores y ladrones elevados e idealizados como "héroes de la humanidad".

—Y esclavistas, no olvides eso. Ni tampoco olvides que hacemos casi lo mismo que hacen los reinos mexicas, africanos y demás tierras. Pero claro, a ellos no les dicen nada porque son una "utopía" donde todos son "sabios seres de luz".

—A ellos también les dije sus verdades, y los hice pagar por las atrocidades que les hicieron a los otros pueblos de sus tierras.

—Ohhh. Eso explica por qué no estás en buenos términos con Shango, Tlaloc y Kukulkan. Y también explica por qué te consideran un libertador, y tu avatar de las tierras de Armenia es aclamado como Vishapakagh (Cazador de Dragones)... ¡Ja! ¡Que absurdo! Ocupaste el lugar de tu padre, como la nueva arma secreta de tu tío Indra, para ganar las guerras contra los Asuras que rechazaban los duelos individuales. Pero ahora mírate: pasaste de ser el tipo "perfecto" de guerrero, a un pequeño defensor de la felicidad que tiene de esposa a un monstruo.

—Vuelve a hablar así de mi esposa, y conocerás el tipo de guerrero que yo era en realidad —dijo Skanda apretando la mano derecha en un puño, mientras emanaba humo de la misma mano.

https://youtu.be/zEv5xrIjIMo

—¿Y... qué... tipo... de... guerrero... eras, Vahagn? —pregunto Thor con lentitud, poniendo la botella en la mesa, e inclinando un poco la cabeza para ver más de cerca los ojos de su oponente—. Por mi parte, quería conocer más a fondo sobre el legendario dios del fuego, la luz y la batalla, que se ganó el amor y respeto de los mortales de otras tierras, como Armenia y la Isla de Sicilia. Pero mi padre, por otro lado, está interesado en conocer hasta qué punto va tu relación con la familia de tu esposa. Y él está de humor para una lista de ofertas grandiosas, a cambio de que dejes de relacionarte con los Jotuns.

—Vaya, ahora resulta que el padre de todos los ladrones y mentirosos es también el dios de las ofertas —comento Skanda con sarcasmo.

—Tiene todos los méritos para serlo —contestó Thor, señalando al dios hindú con el dedo índice izquierdo durante un segundo, y levantar la botella con la mano de misma dirección en señal de brindis—. ¡Sus ofertas son tan buenas que muy pocos las rechazan, aun leyendo las letras pequeñas de los contratos!

—Pues entonces tendrás que incluirme entre esos pocos, porque no quiero nada de lo que me ofrece el fraude supremo.

—Oye no vayas tan rápido como tu amigo Nezha. Ni siquiera he mencionado una sola de las ofertas... —decía Thor, para luego tomar otro breve sorbo de aguamiel, y proseguir hablando—. Entre las ofertas está la posibilidad de tomar cien esposas de entre todas las mujeres de Asgard, incluyendo casadas, a excepción de las esposas de los principales dioses.

—No —contestó Skanda rápido y a secas.

—¿Seguro? Recuerdo que a Karttikeya le ofrecieron elegir entre riqueza y dos bellas esposas, y al final eligió las dos esposas, porque "el dinero es más fácil de conseguir que el amor genuino", según explicó él.

—Y él tiene razón. Pero también es verdad una cosa: "vale más una mujer que te apoye y esté a tu lado en el peor momento, que mil mujeres que solo te siguen por conveniencia y superficialidad".

—Vaya mierda de cursilería. Supongo que tampoco estás interesado en riqueza, fama, poder y todo lo que el Valhalla puede ofrecer —dijo Thor mostrándose aburrido, y procediendo con beber otro sorbo de aguamiel.

—El Valhalla y todo lo que puede ofrecer, se pueden ir con sus ratas vikingas a las cloacas del Naraka.

—Ufff. No tienes un lenguaje muy sucio, pero tus insolencias son tan filosas como los colmillos de un tigre —dijo Thor cerrando los ojos y volviendo a sonreír con alegría—. Parecen poesía.

—Y podría elaborar todo un poema nórdico, en el que rechazó todas las ofertas del fraude supremo y enumeró cada uno de los crímenes por los que deberían ser castigados en el Naraka.

—No creo que sea necesario —decía Thor abriendo los ojos y desviando la mirada, recordando un evento pasado—. Loki ya lo hizo una vez, y por eso estuvo encerrado un par de siglos.

La charla se vio interrumpida de forma repentina por el graznido de un cuervo. Thor levanto la mirada, y vio a un par de cuervos descender hacia sus hombros; en el hombro derecho se colocó un cuervo blanco de brillantes ojos rojos, y en el otro un cuervo negro de brillantes ojos azules, ambos con plumas del color contrario en el borde de sus alas.

Ese par de cuervos comenzaron a graznar de una forma sincrónica, que hacía entender que uno completaba la frase del otro, como si poseyeran una misma mente. Y Thor los escuchaba atento, mientras seguía bebiendo de su botella de aguamiel.

Acto seguido, los cuervos emprendieron el vuelo, y regresaron al sitio del que vinieron: los hombros de Odín.

Y en cuanto a Thor, éste soltó una risa burlona, mientras se levantaba de la silla, con la botella de aguamiel en mano izquierda y dejando el martillo en la mesa. Después le dio la espalda a Skanda y caminó cinco pasos hacia adelante, quedando parado con la mirada fija en el balcón de la habitación del Equipo Buda, riéndose en voz baja.

Todo esto comenzó a darle un muy mal presentimiento a Afrodita. Así que, por si acaso, procedió con explicar las reglas de la Ronda IV para irse rápido de allí.

—¡E-e-e-e-esto, eh, las-las-las reglas de la ronda son sencillas! —explicaba Afrodita apresurada, tan aterrada que tartamudeaba y retrocedía dos pasos—. ¡Las reglas son básicamente casi las mismas que la segunda ronda, o sea la Ronda II, ¿Me estoy entendiendo?! ¡Como sea, todo lo que necesitan saber es que para ganar y perder solo hay dos reglas: pierde quien se rinda primero, y gana quien quede vivo al final!

—En resumen, es una maravillosa batalla a muerte, tal como las que tanto me encantan —decía Thor con un humor bromista, ahora dirigiendo la mirada a las nubes tormentosas del cielo—. Entonces... mi padre logró convencer a los presidentes de hacer esta batalla aún más divertida, con las costumbres de los duelos individuales de tu tierra y la mía, Skanda.

—No... Tiene que haber un error. Nadie me dijo que habrían batallas a muerte —dijo Skanda sentándose de frente, ahora denotando molestia genuina.

—Que no lo hayan informado antes, no significa que no podría haber uno —contestó Thor tomando un último sorbo de aguamiel, para luego romper la botella tirándola al suelo—. Mi padre acaba de enviarme un mensaje: me dijo que respondiera, según el tipo de rechazo que diste a sus ofertas únicas. Y ahora que la puta referí explico las reglas, ya puedo dar mi respuesta favorita...

https://youtu.be/Tie42uUo2dY

Dicho eso, Thor alzó el brazo derecho y abrió la mano, mientras aparecía un Círculo Mágico de runas azules en el dorso de sus dos manos, que decían Járngreipr (Guantes de Hierro). Y al instante el Mjölnir comenzó a emanar descargas eléctricas azules, a la vez que algunas de las placas que la componían emanaban luz del mismo color, y se manifestaban en ambos lados la runa "Þ" (Thurs/Þurs).

Acto seguido el martillo voló directo a la mano derecha de Thor, pasando por el lado izquierdo de él, al mismo tiempo en que Thor se giraba a dicha dirección. Y en cuanto tuvo su martillo en mano, lo arrojó hacia la mesa, partiéndola en dos junto con la silla en el acto. 

Sin embargo Skanda ya lo había visto venir, y reaccionó de inmediato; se dejó caer sobre su silla hacia atrás, justo en el momento preciso para que el martillo pasará arriba de él, casi rozándole la barbilla. Luego Skanda se apoyó con la mano izquierda en el suelo, giró el cuerpo hacia atrás para ponerse de cuclillas, mientras concentraba energía Prana en una técnica de su Pranayama, Agneyastra: Bhakshayan Banah [Astra de Fuego: Flecha Devoradora].

Tras ponerse en cuclillas, Skanda apuntó con la mano derecha a Thor, y de la palma envuelta en llamas formó un mándala dorado, del cual disparó una flecha de Prana, con triple filo y envuelta en un torbellino de llamas rojizas.

Mientras tanto Thor, viendo que su oponente preparaba un ataque, también se preparó para actuar; levantó la mano izquierda, y mientras se condensaba una luz fantasmal de color azul en su mano, chasqueo los dedos. Y acto seguido Thor desapareció cual fantasma, poco antes de ser golpeado por la flecha de fuego.

Aquello tomó por sorpresa a Skanda, quien por esto mismo tardó en darse cuenta que Thor apareció detrás suyo de la misma forma en cómo desapareció antes. Y aunque Skanda se dio la vuelta rápido, Thor se impulsó hacia él tan rápido como el rayo, le sujetó el cuello con la mano izquierda y estrelló a Skanda contra el suelo.

—¡No tienes idea de cuánto llevo esperando este glorioso encuentro: una leyenda frente a otra! —decía Thor, sujetando con fuerza a Skanda, quien parecía indiferente e inmutable ante el agarre y la situación—. ¡Ahora muéstrame a ese Asura del fuego que venció al poderoso Dios Supremo Indra!

—Deduzco que estás bien informado sobre mi vida —dijo Skanda, sujetando la muñeca de Thor con ambas manos, ahora teniendo un semblante por completo serio.

—¡Te ganaste mi atención desde el día en que mataste a los dioses Takemikazuchi, Oggun y Adamas en el reino de Vanaheim!

Entonces ya deberías saber lo que soy capaz de hacer —contestó Skanda ahora con los ojos brillando cual fuego, y un tono que indicaba amenaza en todo el sentido de la palabra.

https://youtu.be/GqVw3etrmVA

Y con la intención de demostrar lo que decía con acciones en vez de con palabras, Skanda ejerció una presión entre las manos, capaz de agrietar los huesos de la muñeca de Thor. Con esto aflojo el agarre de éste último sobre Skanda, quien lo aprovechó de inmediato para apartar el brazo, deslizarse por el suelo un poco hacia arriba, y patear la barbilla de Thor con una fuerza capaz de aturdirlo, aparte de también hacerlo retroceder.

Después de eso, Skanda se puso de pie apoyándose con la espalda y saltando. Y sin perder el ritmo, se acercó a Thor con un combo de golpes directos, ganchos y codazos al estilo Muay Boran de Karttikeya, pero con mucha más agresividad y enfoque en atacar de frente, similar al estilo Lethwei de las tierras que en el futuro serían conocidas como Reino de Birmania.

Aquellos los impactos de los puños de Skanda creaban ondas de choque tan poderosas, que podrían haber estrellado a Afrodita contra las paredes, si ella no se hubiera refugiado a tiempo en la seguridad de la entrada de los referís. No sufrió daño alguno, aparte de un susto de muerte, gracias a que corrió en cuanto empezó a lucha. Y sin alejarse demasiado de la entrada, comenzó a hacer su trabajo de supervisar el combate y comentarlo. 

Pasado unos segundos, en los que Thor ya había recibido más de treinta golpes en el estómago, pecho y rostro, él procedió con esbozar una sádica sonrisa divertida, mientras levantaba la mano derecha, y en el dorso de ambas manos aparecía otra vez aquel Círculo Mágico de runas.

Entonces justo cuando iba a recibir otro puñetazo derecho en el rostro, el martillo Mjölnir apareció volando, envuelto en descargas eléctricas, y se interpuso entre el puño de Skanda y el rostro de Thor, sin sufrir el más mínimo rasguño. El martillo se mantuvo levitando, permitiendo que Thor lo sujetara con la mano derecha y la usará para atacar de inmediato.

No obstante Skanda reaccionó rápido ante la llegada del martillo; primero comenzó a retroceder tras ser bloqueado su puño, luego esquivó los primeros ataques del martillo de Thor encorvando el torso a los lados, y durante un esquive salto mientras contraatacaba con un rodillazo derecho, que impactó de lleno en el rostro de Thor, lo hizo tambalearse hacia atrás y casi caer de rodillas.

Sin darle tiempo de reaccionar, Skanda continuó el salvaje ataque; esta vez apoyó el pie derecho en la rodilla izquierda de Thor, se impulsó hacia arriba, apoyó el otro pie en el hombro derecho de Thor, mientras apoyaba la rodilla izquierda en el otro hombro, y entonces atacó con un brutal codazo derecho en la frente de Thor, que lo estrello de espalda contra el suelo de forma tan violenta, que incluso agrieto el suelo reforzado.

Por precaución Skanda se alejó saltando hacia atrás. Y al aterrizar se mantuvo parado firme, con la guardia baja, no porque subestimara a su oponente, sino porque su manera de luchar no estaba tan enfocada en la defensa como Karttikeya. Thor se dio cuenta de esta clara diferencia, y no pudo evitar emocionarse más por eso.

https://youtu.be/ngEAoWr12kY

—La forma en como peleas... es mucho más despiadada y agresiva que el de Karttikeya... —decía Thor, con un tono que denotaba auténtico respeto, y entonces se levantó del suelo de forma inverosímil.

Estando ahora de pie, Thor agito la cabeza a los lados. Levantó su brazo izquierdo, e intento mover los dedos por un momento. Supo que los huesos de su muñeca seguían agrietados, así que agito el brazo de forma violenta, ajustando los huesos en el acto y permitiendo que su factor curativo actuará de inmediato.

Ahora pudiendo cerrar y abrir la mano izquierda con naturalidad, se tocó la zona de la frente conde recibió el codazo. Con esto se dio cuenta de que tenía sangre, por una herida profunda en la frente que ya había sanado.

—Que golpe tan maravilloso. Me ayudó a ponerme sobrio —decía Thor volviendo agitar la cabeza, y entonces fija la mirada en su oponente—. Sin embargo, me ofende mucho que te contengas así. Si lo hubieras querido, me habrías destrozado la cabeza, como yo hice con la tía de tu esposa.

—No estoy aquí para matar a nadie —contestó Skanda con una actitud seria y amenazante, que no concordaba con lo que él decía.

—Pues lamento decirte que tendrás que matarme si quieres ganar esta ronda —decía Thor haciendo girar el martillo sobre la palma de la mano—. Y no creas que te dejare salir de aquí con vida. Ni tampoco tengas siquiera el más mínimo pensamiento de perdonarme la vida, ¡¡porque un verdadero vikingo que se respete jamás aceptaría de un oponente una humillación tan grande como esa!!

Con esa declaración, Thor arrojó el martillo hacia Skanda, quien sin pensarlo dos veces levantó ambas manos para detenerlo. Esto ocasionó una onda expansiva que estremeció las paredes mágicas que protegían las gradas. Tal era el poder del martillo, que Skanda retrocedió casi once metros, atravesando dos monolitos en el acto, pero al final logró parar el avance del martillo.

El Mjölnir se mantenía suspendido en el aire, intentando seguir avanzando en contra del bloqueo de Skanda, sin éxito alguno. Pero entonces comenzó algo extraordinario; poco a poco las descargas azules empezaban a cambiar a color dorado, mientras la runa "Þ" cambiaba a un grabado dorado en sánscrito, y el color del martillo pasaba de un gris plateado a un negro carbón.

Thor se dio cuenta de eso. Así que, antes de completarse la "metamorfosis" del martillo, lo llamo de vuelta levantando el brazo derecho con la mano abierta. Orden que el martillo obedeció, por lo que regresó de inmediato a la mano derecha de Thor, mientras volvía a su forma anterior con las descargas eléctricas de color azul.

Acto seguido, en cuanto Thor atrapó su martillo, se dio la vuelta hacia la derecha, mientras pasaba el martillo cerca del suelo. Y tras completarse el giro, desató parte de su magia de rayo a través del mismo Mjölnir. Pero no en un hechizo, sino en poder mágico simple y bruto en forma de una ráfaga eléctrica azul que se deslizaba por el suelo. Y detrás de ella fue seguida por otras ráfagas parecidas, que Thor creaba agitando el martillo cerca y arriba del suelo.

Skanda, como sugería su estilo de lucha, no fue a la defensiva sino directo a la ofensiva; la primera ráfaga él la esquivó con un salto acrobático, y al aterrizar al suelo se preparó para recibir las siguientes ráfagas eléctricas. Volvió a utilizar la flecha de Prana Bhakshayan Banah, esta vez disparando una desde las palmas de ambas manos.

Las flechas de Prana atravesaron y dispersaron las ráfagas mágicas de rayo. Pero entonces Thor demostró algo sorprendente: su martillo también fue envuelto por aquella terrible luz fantasmal, y con eso desvió las flechas de Prana golpeándolas con el martillo, como si desviara piedras con un mazo.

Entonces se preparó para atacar a su oponente, quien se acercaba para un ataque directo sin aparente precaución. No obstante el dios hindú piso con fuerza el suelo para detenerse en seco, justo en el momento indicado para esquivar un golpe descendente del martillo, y después se acercó para saltar y contraatacar con un rodillazo derecho ascendente, que impactó en la mejilla izquierda Thor y lo hizo retroceder un paso.

No obstante Thor aprovechó el impulso del golpe para dar media vuelta a la derecha, levantar la mano izquierda y, desde la palma, disparar relámpagos azules contra un monolito de cinco metros ubicado en esa misma dirección. Aquel monolito respondió a las descargas eléctricas, ya que sus runas brillaron con mayor intensidad.

Como prueba de eso, Thor hizo un gesto de acercarse con los dedos de la mano izquierda, y el monolito se desprendió del suelo de forma violenta, para entonces volar hacia Thor, quien lo recibió golpeándolo con el martillo. Esto provocó una onda expansiva electromagnética, junto con un destello cegador y un estruendo ensordecedor.

https://youtu.be/uHpaE_Ok3os

Lo ocurrido hizo que Skanda tuviera que retroceder unos cuantos pasos, debido a que el destello y el estruendo repentinos lo habían cegado y aturdido por un instante. Y cuando él dirigió la mirada hacia adelante, con la vista todavía un poco borrosa, se dio cuenta de que Thor había desaparecido, y ahora todo el campo estaba cubierto de descargas eléctricas, que poco a poco iban desapareciendo.

Pero el dios hindú no perdió la calma; solo cerró los ojos y mantuvo la guardia alta. Pasado unos segundos, las descargas empezaron a concentrarse detrás de Skanda, para entonces liberar una centella, de la cual emergió Thor envuelto en electricidad, listo para atacar con su martillo en un golpe descendente.

Y la sorpresa se la llevó Thor, cuando su martillo golpeó el suelo y su visión se tornó borrosa, debido a que Skanda se dio media vuelta a la derecha y retrocedió hacia atrás, esquivando el ataque del martillo en el acto, al mismo tiempo en que terminaba de girar a la derecha para contraatacar con un bestial codazo izquierdo.

La Arena de Duelo volvió a resonar con otra onda expansiva, esta vez generada por el codo izquierdo de Skanda al impactar en el rostro de Thor, quien luego respondió con un puñetazo izquierdo que también conectó en el rostro de Skanda.

La fuerza de aquel contraataque simultáneo provocó que los dos dioses retrocedieran. Pero mientras que Skanda volvía a pararse con la guardia baja, sin un rasguño y denotando indiferencia total ante el golpe recibido, Thor se tambaleaba un poco y tenía un moretón hinchado en ambas mejillas, que al poco sanaron hasta quedar su rostro como nuevo.

Y por si fuera poco, la frente de Skanda estaba manchada de sangre, pero no de la suya, sino de la mano izquierda de Thor, que estaba fracturada de una forma tan espantosa, que sus huesos sobresalían de la piel, como resultado de haber golpeado la dura cabeza del dios hindú.

Un humano normal habría perdido la posibilidad total de volver a usar la mano. Pero para un inmortal no era ni siquiera un rasguño. Como prueba de eso, Thor se guardó el martillo en el cinturón y, con la misma mano derecha, se reacomodo los dedos y los huesos de la otra mano. Luego su factor curativo de inmortal hizo el resto, dejando la mano casi como nueva, aunque todavía estaba ensuciada de sangre.

—Ya veo... Como tu estilo de lucha se enfoca más en el ataque, lo cual se refleja en tu poder de Prana, tus huesos son tan duros como una armadura reforzada —decía Thor, analizando los datos que ya tenía de parte de su oponente.

—Aunque abandone la guerra, no deje de pelear ni tampoco deje de endurecer mi cuerpo —decía Skanda levantando el puño derecho a la altura del pecho—. Karttikeya me enseño que a veces la mejor arma es la propia defensa. La filosofía del Arte de las Ocho Extremidades, es que las extremidades del cuerpo son "armas naturales". Y por lo tanto, mientras mayor sea la defensa del cuerpo, mayor será el poder de las "armas naturales".

—En ese caso, tu esqueleto es de por sí una armadura. Y lo mejor es que puedes crear armas divinas de fuego con tu poder de Prana... ¡je, je, je! —decía Thor sonriendo con emoción, y después toma el martillo para alzarlo al aire de forma desafiante—. Por fin, ¡después de tanto tiempo vuelvo a tener un digno oponente! ¡¡Nuestra batalla será legendaria!!

https://youtu.be/P2Jt8YsFu1Q

[Habitación del Equipo Cuzco].

Mientras tanto con los líderes del Equipo Cuzco, estos se habían sorprendido con la noticia de que la cuarta ronda era un combate a muerte o rendición. Geir estaba de vuelta allí justo a tiempo para ver el verdadero inicio de la Ronda IV, y quedó igual de desconcertada al saber el tipo de combate que sería.

Sin embargo volvieron a quedarse tranquilos al ver que Skanda, pese a la noticia, no estaba distraído por intentar contenerse. Una prueba de eso es que Thor decidió usar su Astra, el Mjölnir, tan pronto como empezó a recibir golpes. Aunque hubo un detalle que llamó la atención de la humana japonesa.

—¿Qué fue lo que le pasaba al martillo de Thor cuando Skanda lo tenía? —pregunto Gotouge arqueando una ceja, confundida e intrigada por ese detalle.

—Los enanos Brok y Sindri, aunque en su juventud eran unos adolescentes avariciosos capaces de vender sus propias almas por unas pocas monedas de plata, no eran muy estúpidos —decía Brynhildr con una fría sonrisa de villana—. Cuando crearon el Mjölnir, lo programaron con una voluntad propia especial, para que el martillo fuese un Astra que no pudiera ser manejado por cualquiera, ni tampoco exclusivamente por su dueño, sino por quien el propio martillo considerara un guerrero digno de levantarlo.

—O sea, ¿Que solo puede ser manejada por un "héroe" o algo parecido? —pregunto Gotouge con curiosidad.

—¡Pfff! ¡Ja, ja, ja! ¡Por mi abuelo, que divertida es la ignorancia de los humanos! —decía Naamah entre risas tan intensas que hasta pataleaba—. Aunque la palabra "digno" la suelen asociar con temas "heroicos", como en una obra de teatro infantil, la realidad es que la palabra puede aplicar para todo. Y la verdad es que un "guerrero digno", no es precisamente un estúpido vikingo con capa idealizado como un héroe occidental y japonés.

—El martillo no elige a su portador en base a su corazón, sino a sus habilidades de guerrero, mentalidad de peleador, y afinidad con el elemento fuego o derivados del mismo —volvía a explicar Brynhildr de forma científica—. Por ejemplo, una persona de físico débil, sin talento nato para el combate, ni tampoco una afinidad decente al fuego, y carente de una mentalidad fuerte, no podrá levantar el martillo.

—Y el requisito más importante es la fuerza —agregó Geir—. El martillo es tan pesado, que incluso a Thor le cuesta un poco moverlo. Ahí es donde entra esos guantes de hierro: para manejar mejor el martillo, tanto en mano como a distancia, y atraparlo sin problemas cuando lo llama.

—Pero si el bastardo va a pelear usando un Astra, ¿Skanda al menos tiene también uno para contrarrestarlo? —pregunto Gotouge preocupada de ese detalle.

—En realidad Skanda no necesita un Astra, porque puede "crear" los suyos, gracias a su Pranayama —dijo Israel, denotando confianza y seguridad hacia el dios hindú—. Los Pranayama de tipo armamento hacen más que formar armas a partir del Prana; son capaces de crear "sombras" de Astras existentes. O dicho de otro modo: "copias" casi exactas de un Astra.

—¡Waoh! ¡Eso es genial! ¡No sabía que podían hacer algo tan épico como eso! —dijo Naamah tan sorprendida y fascinada que parecía una niña.

—No es tan genial como lo parece —decía Israel con vergüenza por la reacción de su prima diablesa—. La fuerza de estas réplicas es igual a la de su creador, en contraste con un Astra original que puede hasta triplicar el poder total del portador. Así que, por ende, estas réplicas no pueden ser tan poderosas como las originales, llegando a ser la mayoría solo la mitad de fuertes.

—¿Al menos siguen teniendo las propiedades de un Astra original? ¿Cierto? —pregunto Cuzco no dándolo todo por perdido.

https://youtu.be/8qctz2qs0Wc

—En mayor parte sí. Cuenta con muchas de las propiedades de las originales, tales como la capacidad de repararse solas, matar todo lo que esté ligado al Vacío, o incluso causar un daño considerable a un simple inmortal. Y a diferencia de las armas creadas a base Maná, estos Astras artificiales pueden mantenerse activos por sí mismas, de modo que si el usuario lo desea puede "prestarla" a otro usuario de Prana.

—Entonces así es como Murugan aprendió a "replicar" el Astra de Indra e incluso el de Rudra —dijo Naamah ahora con molestia por recordar su batalla contra los tres hijos de Shiva y Durga—. Supongo entonces que Skanda puede invocar una sombra del Astra de su padre, Agni.

—En pocas palabras, sí —contesto Israel, un poco sorprendido de lo rápido que la diablesa aprendía sobre los poderes de Prana—. El Astra de Agni es un proyectil que genera poderosas llamas imposibles de extinguir por medios naturales, capaces de devorar y purificar todo lo que toque. Y dado a que los dos Pranayamas de Agni son de elemento fuego, él puede darle más usos a su Astra, amplificar el poder de ataque y hasta moldear su forma original.

—Y como es de elemento fuego, es capaz de resistir y luchar contra los rayos de Thor —decía Cuzco, analizando esos datos—. Al menos en este combate no tenemos desventaja por elementos. Pero me preocupa ese raro poder que le permite a Thor teletransportarse y desviar las flechas de Prana.

—Ese poder tal vez sea por su herencia —decía Israel centrando la mirada en la habitación del Equipo Buda, y frunciendo el ceño con seriedad—. Es sabido que una vez su padre, Odín, se apuñaló a sí mismo con su propia lanza y se ahorcó para viajar al Helheim.

—Me acuerdo de esa historia. Aunque no sabía hasta qué punto era real, por el hecho de que a los fanáticos de los Æsir les gusta "exagerar" demasiado los detalles —decía Naamah con una sonrisa burlona, poniéndose la pierna izquierda encima de la derecha—. El Helheim es un reino infernal con altos índices de Kenoplasma en los pisos más profundos, oscuros y fríos. Puede que el cabron supremo, al volver a la vida después de ser echado por el propio Helheim, se haya traído consigo algo más que conocimiento. Y no creo que haya sido una hipotermia nivel dios o un virus prehistórico.

—O también puede ser por su atributo de "Jefe de los Guerreros Caídos", que se lo ganó al construir el Valhalla, un salón lleno de guerreros muertos-vivientes tan consumidos por los deseos innecesarios, que se convirtieron en espectros irracionales cegados por una falsa "Verdad" —explicó Israel con notable disgusto tanto en su mirada como en sus palabras.

—Igual que los humanos de ese nuevo culto que se está poniendo de moda en nuestro Territorio y el Territorio Babilónico —comentó Naamah con asco de solo pensar en aquel culto árabe, derivado de una tergiversación de las enseñanzas originales de YHWH y Ahura Mazda.

Y así, con una breve negociación que acabó en un violento enfrentamiento entre hijos de la ira, inicia la Ronda IV del Torneo Parabellum.

El Cazador de Dragones contra el Cazador de Gigantes; el Fuego de la Isla de Sicilia contra el Rayo del Norte de Midgard; la Leyenda del Devaloka contra la Leyenda de Asgard; el Libertador de la Luz contra el Vikingo del Trueno; el Príncipe Hindú del Fuego, Skanda, contra el Dios Nórdico Æsir del Rayo, Thor. 

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